Determina la duración de tu ayuno, ya sea por una comida, 1 día, 3 días o 1 semana
(Jesús y Moisés ayunaron por un periodo de 40 días, pero esa no es señal de que
alguien más pueda hacerlo). Puedes probar un ayuno corto si no has ayunado antes.
También puedes pedirle al Espíritu Santo que te revele por cuánto tiempo deberías
ayunar.
Conoce el tipo de ayuno al cual te están llamando. Quizá sientas que el Espíritu Santo
te llama a un tipo específico de ayuno. Puede ser un ayuno parcial en el cual solo comas
ciertos tipos de alimentos. Si no, un ayuno de jugos, donde nada más tomes jugos y nada
sólido.
Durante el ayuno
Durante la mañana, adóralo. Adora al Señor y alaba sus atributos. Lee la Palabra del
Dios y medita sobre la sabiduría que te obsequiará para que Su Palabra pueda entrar en
tu vida y puedas tener un entendimiento más profundo. Ora para que se cumpla la
voluntad de Dios y para que te guíe el Espíritu Santo. Pídele a Dios que te encamine
hacia la verdad y extiende Su Gloria en el mundo donde vivimos.
Sal a caminar y orar. Camina afuera, mano a mano con la naturaleza, mientras observas
todas las maravillosas criaturas del Señor. Agradécele por todo lo que Él ha creado.
Pídele que te dé un espíritu de agradecimiento.
Ora por el bienestar de los demás. Ora para que los líderes de la iglesia enseñen lo que
Él manda, para que tus amigos y familiares se acerquen a Él y lo acepten, para que los
líderes de los gobiernos se acerquen a Él y haga Su voluntad.
La base del ayuno y la oración es el arrepentimiento. Sus oraciones serán
obstaculizadas por pecados sin confesar. En seguida hay varias cosas que usted
puede hacer para preparar su corazón:
Pida a Dios que le ayude a hacer una lista completa de sus pecados.
Confiese cada pecado que el Espíritu Santo traiga a su memoria y acepte el
perdón de Dios. (I Juan 1:9)
Busque ser perdonado por todos aquéllos a quien usted ha ofendido, y
perdone a aquellos que lo han herido (San Marcos 11:25; San Lucas 11:4;
17:3,4).
Restituya, devuelva y repare según el Espíritu Santo le dirija.
Pídale a Dios que le llene con Su Espíritu Santo de acuerdo a Su orden en
Efesios 5:18 y a Su promesa en I Juan 5:14,15.
Entregue su vida completamente a Jesucristo como su Señor y Maestro;
niéguese a obedecer su naturaleza mundana. (Romanos 12:1,2).
Medite en los atributos de Dios, Su amor, soberanía, poder, sabiduría,
fidelidad, gracia, compasión, y otros más (Salmos 48:9,10; 103:1-8, 11-13).
Empiece su tiempo de ayuno y oración con un corazón dispuesto (Hebreos
11:6).
No subestime la oposición espiritual. Satanás a veces intensifica la batalla
natural entre el cuerpo y el espíritu (Gálatas 5:16,17).
Para poder obtener el máximo beneficio espiritual separe suficiente tiempo para
estar a solas con el Señor. Siga Su dirección. Mientras más tiempo pase con El,
su ayuno tendrá más significado.