EL PROGRAMA INSTITUCIONAL
Instituciones
que no_ ha dejado de integrar a nuevos actores y nuevos problemas a una actividad específica y profesional de socialización como una
en el ¡ uego de sus instituciones. Al contrarío, el defecto de la insti vocación, y cuando dicha actividad profesional tiene por objeto pro
tucionalización engendraría los conflictos y las protestas de grupos ducir un individuo socializado y un sujeto autónomo. Sin duda, po
�eseoso� d� ver sus demandas entendidas y reconocidas como legí dría haberse presentado la cadena generativa en sentido contrarío,
timas. S1 bien este último sentido de la noción de institución es sin de la socialización a los valores, pero indudablemente la figura elegí
duda más preciso que los precedentes, ello no impide que no se da es más afín a la manera en que los propios actores se representan
avenga con la significación que le asigno en este texto. el programa institucional, cuyo sentido viene «desde lo alto». Que
las iglesias reposen sobre cimientos no impide que campanario y al
tar otorguen significación de monumento, y así funden una iglesia.
El programa institucional Durante mucho tiempo, el progran1a institucional definió la
principal forma del trabajo profesional sobre los otros. Aunque en
Al aunar_ el término «programa» al de institución, pretendo dar nuestros días ese tipo de trabajo se vea arrastrado por la desarticula-
.
a d1eha con¡unción un sentido muy preciso. Designa un tipo parti ción de esa matriz, ello no impide que el programa institucional deba
cular de socialización, una forma específica de trabajo sobre los ser comprendido y construido como un tipo ideal, para diferenciar
otros. El programa institucional está más cercano al verbo «insti aquello que aún hoy se debe a él, y aquelfo que puede tener y tiene
tuir» o a la palabra «instituir» que todas las significaciones que ci de nuevo en cómo nuestra sociedad fabrica individuos y sujetos.
taremos más adelante. Esa concepción de la acción institucional se
cuela por una tradición teórica según la cual la socialización se rea
liza
_ ��te todo por un_a interiorización de lo social, por una interio De la Iglesia a la escuela
nzac1on de la cultura que instituye a los actores sociales como ta
les. As�, par_a Mead, los individuos «sólo pueden desarrollarse y El programa institucional que describiremos y que ahora se de
poseer_ 1dent1dades plenamente acabadas conforme cada cual capta bilita es de índole religiosa aun cuando las creencias estrictamente
Y refle¡a, en su experiencia individual, aquellas actitudes o activi religiosas casi se han borrado de nuestras conciencias. El análisis
dades sociales organizadas que encarnan o representan las institu aquí propuesto retoma mucho de la historia de la escuela trazada
ciones sociales». 8 Sin embargo, la idea de programa institucional por Durkheim en ],a evolución pedagógica en Francia. Durkheim
no significa sólo que la socialización consista en inscribir una cul explica que en la iglesia carolingia preponderaba una doble exi
tura en un individuo; también designa una manera peculiar de lle gencia. Por una parte, estaba comprometida a defender el univer-
var a cabo ese trabajo sobre los otros. salismo, el de Roma, contra la diversidad de culturas, ciudades,
Puede definirse el programa institucional como el proceso so- dioses y tribus bárbaras conquistadas. Por otra, apelaba a un suje
. que transforma valores y principios en acción y en subjetividad
cial to, una disposición moral propia de todos los individuos, que per
por el sesgo de un trabajo profesional específico y organizado. El tenecía únicamente a los individuos y a Dios; sobre ese sujeto la
esquema más simple es el siguiente: Iglesia establecería su reino. La Iglesia «inventa» la escuela porque
cuenta con un proyecto de dominación universal sobre las almas.
Valores/principios ➔ Vocación/profesión ➔ Socialización: individuo y sujeto Para eJlo hace falta una Escuela: «para inculcar prácticas, un adies-
tramiento maquinal es suficiente o eficaz; pero las ideas, los senti
Esta ecuación significa que existe un programa institucional mientos, no pueden comunicarse si no es con la voz de la razón, y
cuando se conciben los valores o principios directamente proclives poco a poco». 9 El modelo escolar derivado de ese proyecto es la
8. G. H. Mead, L'Fsprit, le Soi et la Société. París, PUF, 1963, p. 223. 9. E. Durkheim, I.'évolution ¡,édagogiquc en Francc. París, PUi', 1990. p. 30.
34 / EL DtCLIVE DE LA INSTITUCIÓN EL PROGRAMA INSTITUCIONAL / 3 5
conversión: « La verdadera conversión es un movimiento prof undo otros que mantiene elementos fundamen�ales, i�1cluso cuando la
por el cual toda el alma se orienta h acia una direcc ión del todo or anización de los cole
gios jesuitas se d1fere1:C1ª fuertemente de
N1colet acerca de las
nueva, cambia de posición, de sitio y modifica, por consiguiente, lo; cole gios medievale s. El libro de Claude
su punto de vist a acerca del mundo» . 10 Esa conquista de las almas conviccione s filosóficas y la ideo logí a de los fundadores de la _es
no podría ser sólo un adiestramiento; también es una revelación cia dej � _ n vid nci a que tod os los p ila-·
cuel a republicana en Fran
a e e
del yo: crea una «polaridad del alma» , un «estado interior y pro nal subsistieron ._r� La escuela debe_
co m·
res del programa insti tu cio
fundo» , esc ribe Durkheim, retom ando la fórmula de Juan Bautista ed c 1 n m l, y, desd e esa
binar l.a adaptación al mundo y la u ac o ora
serí men s m l q e l a es -
de La Salle. Surgida de la Iglesia y de un proyecto del Estado caro perspectiva la escuela republicana no a o ora u
lingio, la escuela es mediatriz de muchos términos: el mundo cris cuela católi�a. Debe susten
tarse sobre la vocación de los m�estros,
lvo d� los_desor ?ene s
tiano y el mundo pagano, el mundo soberano y el mundo de los ser un santuario y un orden regular laico a sa
prod ucir suietos libre. s,
hombres, la cultura universal, luego nacional, y las c ulturas especí de1 mundo . Debe enriquecer a Francia y . . ia.
ficas .. . 11 ciudadanos; debe mantener el orden establ ec id o y e1 d_e 1 a iusttc
s por Nic let, en es
Para Durkheim, la historia de l a escuela es la historia de la lar Todos los textos, a menudo admirables , c itad _ o o
d t 1tos tros pa
ga laicización de ese proyecto. Podría haber dicho racionalización; pecial los de Ferdinand Buison, de � aul Lapie y _ '.
e a o
ob1 e t1v fund r un
pero poco importa: e;Lc;sintgJjdo de la conversión es menos impor dres de la escuela republicana, tuvieron como
o a
Raz? n Y el p g e
tante que su forma. La estructura del programa institucional está programa institucio na! m �de�no, regido por la
ro
�
dada en esta fundación. «Nuestra concepción de finalidad se secu so, pero un program a mstttuo
on al pes: a todo; ha�ia q ue caml ! r
, a
larizó; po r consiguiente, los medios empleados también debían el contenido sin alterar la form a, b ab ia que cambi
ar la o rgan _ a-·
iz
uela. Deno min a ··
cambiar; pero el esquema abstracto del proceso educativo no va ción sin trastocar la naturaleza profunda de la esc p ,
de su _form a
remos programa institucional a esa estabilidad_
12
rió. » Al igual que la Iglesia, la escuela está fuera del mundo, es ura
se encuentran
moralmente cohesiva, es un santuario al abrigo de las divisiones de válida no sólo para la escuel a; todas sus dimensi ones _
la vida social. «Para nosotros también, la Escuel a, en todos los gra sobre l s otr s, speo almente en el
en otros contextos del trab ajo o o e
dos, debe ser un ambiente moralmente cohesivo, que envuelva de hospital y el trab ajo social.16
cerca al niño y que actúe sobre toda su naturaleza. » 13 La escuela no
es sólo un lugar de aprendizaje, también es un espacio moral, «no es
tan sólo un espacio donde el m aestro enseña; es un ser moral, un Valores y principios
ambiente moral, impregnado de ciertas ideas, de ciertos sentimien
s, principios,
tos, un ambiente que circunda al m aestro tanto como a los niños» . 14 El programa institucional se funda sobre va�ore
p o s 11;p r � sagradas,
Que esa escuela se adaptase al mundo y que sufriera las alter dogmas, mitos, creencias laicas o religiosas
º.
er 1e
nativas de aquél no _cárpJ5fa su índole profunda y su estructura. Por siempre si tuadas más allá de la evidencia de l a tr � _ on de un
aic 1
m t i tuoonal i ?v oca
ende, su organización no dejará de transformarse; así, debe dife mero principio de utilidad social. El programa �
unpl es refl�JO� de
renciarse entre programa institucional y organización, a l a que a principios O valores que no se p resentan como s
bre u'.1 prmc1p10
veces se llama institución. Es un tipo puro de trabajo sobre los la comunidad y sus costumbres, se construye s o
e te 10ndad u_n
universal y más o menos «fuera del mu�do . Esa � �
»
Durkhe1m
plica precisamente una acción voluntaria, como senal
o
10. Ibídem, p. 37.
l l. Véase F. Héran, «I:institution démotivéc, de Fuste! de Coulanges a Durk-
heim et au-dela», en Revue Frani;aise de sociologie, 2, J 987.
12. E. Durkheim, J,'Evolution pédagogique en France, op. cit., p. 38. 1'' c.
Nicolet, L'idée républicaine en France. París, Gallim
ard, 1982. ..
15.
no indaga remos aquí, surg e del mismo p ro --
B. Ibídem, pp. 38-39. 16. Sin duda el mundo judici al, que
14. Ibídem, p. 40. grama.
3 6 / E.L DECLIVE DE U\ INSTITUCIÓN EL PROGRAMA INSTITUCIONAL / 3 7
a propósito de la escuela, en la medida en que el programa i nstitu esto f orma parte de la racio nalización del mund o el e que ?� bla_ban
cional qu i er e arra n car a los actores de la experiencia banal y fami Weber y Jaspers . 1 9 Los sacerdotes y sus sucesores laic . os re vmdican
�
l iar de su propio mun do. i
el mono polio <le un<1. vig encia psíqui�a legítima p or enoma d e l_a
,
familiar, e in depen dien te .de la viole ncia g ubern an:ental. Eso _e�ph
ca que el programa institucional n o sea necesan � mente rehg_1oso
Fuera del m undo -en to do caso según una acepción estricta del térmmo-, y que siem·
pre repose so bre principios «sagrados », p�i? cipi os ho mo géneos
La Iglesia habla de Dios, ia escuela republica na de la Razón , el con trari os a la diversidad y ¡1 la fragmentaoon del mund o. En la
Hospital de la Caridad o de la Cie ncia: e n cualquiera de los casos, medida en que la modern idad gusta d e presentarse en f orma de pro
h ay un prin cipio cen tral que aspir a a obrar e n el mu n do merced al yecto cu ltural coherente, universal y racion_al, no ha �ejado de � on�
trabajo de socialización de la i nstitución . Todo permanece fun da· truir programas institucionales, escuelas, iglesias, tnb� n_ale� , _msti
mentalmen te « extr asocial », n o social porq ue se sitúa «por enci tuci ones caritativas y científicas susceptibles de productr mdiv1duos
ma» de l a diversidad de l os grupos y clases, por e ncima de la con -· a su vez u niversales junto c o n s us creencias y sus c ostumbres esp e
tienda de i n tereses privados, por encima de l os particularismos de cíficas, y «por en cima» de ellas. Los prof esionales de las instituci�
las costumbres. Para decir l o de manera extrema y si n duda car ica nes n o pueden ceder, sin q u e decaigan o traicio n e n_ s_ us c mpr ?mi
�
turesca, u n a sociedad que sólo habría de elegir la tradición , que sos, a las presiones de los in dividuos y de las familias . E n pnmer
contemplaría el combate de s us dioses en la fuerza de la n aturaleza, lugar, l o unive rsal n o puede ceder a l o particular.
podría confiar por entero la educación de s us h ij os ú nicamente a las
familias y a algun os sacerdotes arrobados por mitos y leyendas. No
n ecesita r ía i n stituci o n es de socializació n propiamente dichas, pues El santuario
e l carácter de las relacio n es domésticas bastaría para producir indi
viduos con formes a u n mu nd o que no se percibe como separado de Fun dado sobre u n principio único y no social, el programa � ns
sí mismo. 1 7 En cambio, u na sociedad cimen tada en el rein o de un titucio n a l se sitúa pa r cialmen te fuer a del mundo. La extrat� rr� to
dios u n iversal, en la Ciencia y b Razón, no puede co nfiar la forma rialidad es una de las marcas esenciales de esa forma de socializa-
ción de sus actor es sólo a la ru ti n a de las relacion es domésticas. Ésta ción. Prescindie ndo de cuán debilitados se hallen en e l orde n
debe con stituirse en un cuerpo de profesion ales encar gados de efec secula r, los programas institucionales r ecurren a �a lógica ?e ó r de-
_
tuar la ta rea. Así, produce s u h istoricidad, que actúa de manera nes r egular es. Iglesias, h ospitales, escuelas, h osp_1cios y tnbun_ales
« volun tar ia» sobre sí misma . 1 8 son templos, espacios que e nca rn an u n a regla umver sal protegidos
Valores y pr incipios siempre puede n escribi rse en plural, pero de los desó rdene s del mun do. Son santuarios, y dur a nte mucho
la matriz de la i n stitución tie ne oportunidades de a firmar se con tiempo todos l os dispositivos a r quitectónicos han marcado en la
forme se refiere a un cuerpo de d octrin as y prin cipios per cibidos piedr a y e n el espaci o esta posición excepcional y sagr ada. L � que . "
co mo fuertemen te h omogé neos y coheren tes. Incluso una de l as ta se desarrolla allí n o pe rten ece al orden h abitual de las relacion es · ¡ J
reas cruciales de ese programa es producir esa u n idad. Si se defin e sociales. El programa i n stitucio n al debe c ontar con u_n ..mo.nµ�en - í
_ \
el programa institucional e n primer térmi n o corno un a relación so to que ma rque su distan cia respecto del � undo tnvial, � ediante
cial específica, h a y gra ndes posibilidades de ser «mo n oteísta » ; y una arquitectura cuyo objetivo sea impresionar a l a ?1-� lt1tud y a
cada uno de los in dividuos. Cua n do se r educe a su mm1ma e xpre -
1 7 . Eviden temente, esa descripción de una sociedad tradicional no es siquiera
verosímil y no pretende serlo.
t
1 8 . Acerca del concepto de historicidad, cf. A. 1,x,raine, La production de la so 19. K. Jaspers, Origine et sens de l'histoire, trad. fr. París, Pion, 1954 l Origen Y
ciété. París, Seuil, 1973. meta de la historia. Madrid, Alianza, 1985].
3 8 / EL DECLIVE DE LA INSTITUCIÓN
EL PROGRAMA INSTITUCIONAL / 3 9
sión el programa institucional, cuando se despoja de sus oropeles y gerse contra toda intrusión exterior, no deja de ser cierto que los
ornatos, cuando no sea más que una relación, hará falta pese a argumentos remontan rápidos la cuesta de l a generalidad hasta lle
todo, r?m�er con la vida social normal . Ello sucede porque �se pro gar a los principios últimos que fundan la adhesión a programas
g�ama mstituy� act ?s de habla dándoles fuerza de ley, como en el institucionales y sagrados, a órdenes regulares. Toda impugnación
tribunal, en l a iglesia o en el ayuntamiento, o bien porque los cu del poder de los médicos, toda obligación de rendir cuentas de sus
bre con el secreto profesional, dando a entender que allí no se está actos, es descrita como una abdicación de la Razón y la Ciencia que
del t?do en el mundo. En ambos casos, el programa institucional debe enfrentarse a las necesidades múltiples de individuos y a pre
func10�a ?ra porque todo cuanto se dice tiene importancia solem siones del mercado. Toda discusión acerca de los programas y ho
ne Y publica, or� porque ese enunciado nunca se divulgará, sino rarios escolares se desliza pronto hacia una defensa de la Repúbli
que se custodi. ara en el coloquio singul ar de la confesión de la da ca, de la Razón y de la Civili zación; en cuanto al ingreso de padres
s � , de l a entr�vista entre médico y enfermo o la del trab�jador so a los consejos escolares, esto ha sido percibido como una entrega
cial c?n su cliente. En todos los casos, los cambios se emparentan del santuario, a veces como un sacrilegio. Muchos m agistrados
con ritos que desbord_ an el c �udal de los meros juicios personales consideraron un atentado a la solemnidad de la Ley la creación en
que componen el flu¡o de las mteracciones cotidianas. los barrios de casas de la justicia y del derecho. La referencia im
�Wegu�mos que, religioso o laico, el programa institucional plícita al programa institucional persiste cuando los cambios más
trad1c10nal mstauró durante mucho tiempo una radical separación pragmáticos engendran las discusiones más teológicas respecto de
de los sex_os, tanto en el personal de las instituciones como entre los principios mismos que justifican el trabajo de los agentes de di-
sus u �uarios, _ en l a escuela primaria corno en la secundaria, en el chas instituciones. Aun admitiendo que esas derivas hacia algunas
tra �a¡o socia l co1:130 en el h �spital o el tribunal, donde hombres y formas de lo sagrado obedecen a una estrategia argumentativa fá
IT.l�¡eres no han sido desde siempre iguales ante la ley. Esa separa cilmente descodificable, la circunstancia de que sean estos princi
cion de los _ sexos �eguía siendo el medio más seguro para construir pios últimos los habituales proveedores de los argumentos más
_
un santuario, y as1 mform �r a todos que la _institución no coincide, fuertes, basta para demostrar la presencia o la nostalgia de ese tipo
.,
de modo pleno, con la sociedad. Esta extraterritorialidad autoriza · lar de acc10n
partICu sobre 1 os otros. 20
un m ayor a ��ndono de sí por parte de los individuos, como ocurre
en la confes10n, el �esnudo �e los enfermos o las confidencias que
s� hacen a un _ trab a¡ador social . Al menos teóricamente, el santua La vocación
no crea una igualdad �undament al entre los individuos, clespoja
dos de sus o_r?peles sociales, en lo que respecta a la institución. Por La vocación ya no tiene buena prensa, habida cuenta de que
ende, l � s crit1eas más violentas y más recurrentes dirigidas contra evoca un a suerte de adhesión ciega, una form a de compromiso to
la Iglesia , l a escuela y el hos�it�l se refieren a sus traiciones y sus tal que choca de lleno contra los valores de reflexividad, de profe
.
compromisos �e cara a los
_ distmtos grupos sociales: la Iglesia de sionalismo y de dominio de sí que hoy se imponen por todas par
los ri �os vende m�ulgencias, la escuela privilegi a a los herederos, el tes. Los profesionales del trabajo sobre los otros gustan muy poco
hosp1�al es el monr de los pobres y la salvación de los ricos. . . del término vocación, que les recuerda a las hermanitas de la cari
Sm duda se h allarán excesivas y muy anticuadas estas obser dad y a los párrocos, a las enfermeras con la toca, a los educadores
vacion . �s en una sociedad que se percibe como profundamente lai
militantes, a los m aestros de Jules Ferry, todas esas imágenes de
ca , regida por los contratos interpersonales y los intereses indivi
duales. Pero es necesario lijar un poco esta costra de modernidad
20. Las columnas de opinión publicadas por el diario Le Monde sobre los pro
para �er que la remisión a los principios últimos surge ante cada
_ , yectos ele reforma ele la escuela, del h ospital o ele la justicia componen una antología
ocasion. Por mas que_ l a defensa de los distintos santuarios por mo de ese modo de denuncia y justificación, ya que en dichos casos se habla más de los1
mentos oculta mal Intereses corporativos y la voluntad de prote- principios sagrados que de las consecuencias prácticas de las reformas encaradas.
- - - - -·-----�
-
40 / EL DECLIVE DE LA INSTITUCIÓN
EL PROGRAMA INSTITUCIONAL / 41
�a rr.iit10
_
a l a suj e ción. El a sil o y l a pri sión q uier en de struir a l vi ej o alte ridad te óri ca sobre cuyo trasfondo se ha construido la Mo der
mdividu o p a r a h acer e m erger a un nue v o suj e to , ya sea m e di ante l a nidad de be reco n o ce rs e que, sin ern ba rgo, define un tipo de actor
a lquimi a c o nductista d e la psiqui a tría , o bi en graci a s a la m ecáni total�ente va ciado por la sociedad, tota lmente iden tificado con su
ca m o ra l de l o s c a stigo s e l a b or a d os p o r Becca ri a en c ontra d e la rol y con su filiación. 24 En e l m o delo de u na s ociedad holist� , � l in
tortura en el s i gl o xvm. P or o tra pa rte, e n gran m e di da sól o se re dividu o se encontraría to talm e nte de vorado por la co l ect1v1 dad,
h ú ye la crítica instituci on a l si se crea otra institución �ás « a utén priva d o t ot a l mente de i ni ciativa i n d�vidu al. En un estado d e � enue
,
t�c a » . L os movi mient os crítico s de l a s instituci on e s p e dagógi c a s difere ncia ción s ocia l, e l actor n o sen a m a s q ue eso que l a s oo e dad
si empre h a n a pelad o a l a creación de institucione s a ltern ativa s a hizo de él su subj etivid a d y su v ol untad serían tan sólo las del gru ·
m enudo más « to ta l es » , más v ocaci on al e s y más ca ris mátic a s q'ue po que a �ada insta nte ejerc e sobr e él un control. Su Yo y e l N�so
l a s rech az ad a s. Sól o un a institución nueva pue de libera r l o s defec tros del grupo e sta rían poco dife renci a d os, sus ge stos y sus tecm ,
� as
tos d e la institución tot alitar i a ; l a crítica contra la institución esco s erían la s pr opias de la tr a dición, y sus mot1vac10nes lo lle: anan
l a r lleva inexor a bl e m e nte a crear insti tuci on e s ped agógica s a lter ú nica mente a mante n e rse en su lugar, su rang o y su honor. 1' sc a c
_ a s situ_
n a tiv a da s b aj o el a m p a ro totémic o d e un p a dre fund a dor y tor estaría co l m ado p o r la s o ci e dad y, s egún una fórmul a -más un
0
en _el p eo r de l o s casos, a la secta.23 Igualmente , l a antipsiqui a t�í; p ostula do que una o bservación--, casi n o s e ría posi ble h a b l� r d� � n
_
qms o de rnba r l a s m urall a s del asi l o p a ra restaurar la purez a de la dividualida d, y a que J a s ocialización a plastaría l a � ub¡: tivac10n.
voc aci ón psiqui átri ca id entifica da con pers on aj e s c a rismátic os. Ade más, el orde n de l a s cosas y l a s tr adicion e s n ec e s1tan a n la for-
El pro gram a institucion al reposa s o bre la r es o l ución de una m ación de este t i p o de act o r.
p a r a doj a fund amenta l . En un mismo m ovimi ento s ocializ a al in Para t od a l a tr a dición soci o lóg i c a clásica, l a m o dermda d es de
d_i viduo y pre tende constituirl o en sujeto . L a creei;cia en la conti finida c om o el paulati n o sugim i e nt o de la individu a lidad, como el
nui �a d de dich o proceso resid e en el n úcl eo íntim o del progra m a afi anzami e nto d e l i ndivid u o e n ta nto que acto r s ocia l y s uj eto.
_
mst1tuc10n al . Por una p a rte , la institución s oci a l i z a al ind i vidu o tal Para l a mayor p a rte de l o s a utores clásicos, la di visión de l tra baj o
cua l es, le inculca un habitus y una identid a d c onforme a l o s re residirá en el orig en del proceso de i n dividualización. Ella ha rá
qu isi �o � de la _ vida s ocia l . P or otra p a rte , como ap e l a a v a l o re s y emerge r l a n oción d e rol q ue i mplica una s ep a ra � 1ó� � ntre los a c
_
pnncip10s umve rsales, el program a institucional arranca al indivi tore s y un a pr om oción l e gítim a d e sus intere s e s mdi v1dua �e s, una
_
.ª
du o la mera i nt�graci�n s ocial, configura a un suj eto capaz d e finaliz ación de un e ncl a ve de l a s c o m unidade s, ci e rta m ovilida d Y
domma r y constrmr su libe rtad por gra ci a de la fe o de la Ra zón. una a uton om ía r e l ativ a de l a s c o ncie ncia s. Esa di fe r enci ación so
25
Enunciémosl o de ot�o m od o : la s oc� aliza ci ón y la su bj e ti v ación se ci a l ininterrumpid a t am bién forma p a rte de la instalación de l m o
enc a dena n en un _ _mism o proceso. Es a es la verda dera m agi a d el n oteísm o , pues l o s individuo s de b ería n cree r en un s ol o di o s q � e ,
.
program a mstituc10n a l , que pr o duce un individuo a utón o m o es como explica Tocquevill e , sea a l a vez único y p ers o n a l, e n un d10s
'
?e cir, un_actor �o n_forme a l a s n o rmas, a l a s regla s s oci a l e s, y un su que vue lva co mpatibl e s la división de l tra b� j o, l a i gual �fad fund a
_ _
¡eto due n o ?e si mISmo, un i ndividu o cuyo Yo r e flexivo nunca pue mental de l os individu o s y la unidad d e la vida s ooal. En esta m o
de confundirse d el tod o con su Yo s ocial. En e llo el progra m a i ns derni dad, l os actores ya no se rig en por códigos, sin o por valo res
tituci on al h a sid o profundam en te m o dern o .
De el! �, la _ s ocied a d tradici on al no tuvo necesida d de un pro
.
gram a mstituci o n a l ta l como se d efine a quí. Al i gu a l que se consi
24. Además de E Tonnics, Communauté et Société. París, Rctz-CEPL, 1 977 1 Co
dera que el hombre c om uni ta ri o , el hombr e de l a tra dición, es pura
munidad y asociación, Barcelona, Edicions 62, 1 979], se encontrarán representacio
nes de este hombre comnnitario en D. Ricsman, La Foule solitairc. París, A 1·thaud,
1 964, y especialmente en L D umont, F'.ssais sur l'individualismc. París, Se L; i l, 1 98 3 .
_
25. Por ejemplo, R . Castel describe e n esos términos, l a « desconvcrswn » d e l a
23. Recor�emos el éxito de temas de pedagogía institucio nal y el sociedad feudal: Les Métamorphoses d e l a question socia/e. Chroniques d u salarial.
, del libro de A .
S. Neil, Libres Enfants d u Summerhill. París, Maspero, 1 9 70. París, Fayard, 1995.
46 / EL DECLIVE DE LA INSTITUCIÓ�I
EL r'ROGRAI\IIA INSTITUCIONAL / 4 7
brújula, pero todavía hace falta que ésta señale el mismo norte que
nt - 2 8 Q u e 1 as ¡ ey e s d e l a m-·
las de los otros. Entonces la socialización deviene una actividad fleja reflexiva como se dice actualm e e
_ �
esencial y, en una dimensión teórica, se presenta como una suerte d d �uplanten las de Dios e n n ada camb1a _ e l asu �1t� ; tampoco si s e
de equivalente general del pensamiento sociológico clásico. Expli r:emplaza ]a fe con la Razón. El domimo s�bJ et1v ? per_s onal es
ca las conductas de los actores, e s decir que s e an sociales, y suma con forme al gobierno de la ciu dad, lo cual difer encia la mdepen-
. . .
una libertad subjetiva a la objetividad de los acontecimientos y las dencia, la capacidad de hace r e so q u e nus de seos _Y mis i:1tere��s m e
.. funciones sociales. La libertad del hombre moderno irrumpe en dictan, de la au tonomí� , �ie. la lil:e rtad d\f �mma� rr�1 acc10n e�
tanto olvido de la socialización y en pro de la independencia de jui nombre de normas y pnnc1pios umversal�s. En la � md_ad d e los f�
cio que esa socialización posibilitó. 26 , fos del Iluminismo , como en la Iglesia, la obed1e ncta cre a la li-
1 oso
bertad, p u es engendra una re serva, u na conse :v ��10n · , de ¡ a d.istan �1a ·
El programa institucional e stá para llevar a cabo es e «mila
gro » . Como demuestra Dumont a propósito de la Iglesia, que en (quant-á-soi), u na capa�idad �rítica, u n_a posibih�ad_ cl_e oponers� �
cierra a los individuos en ritos y dogmas compatibles con las exi las l eyes cuando dejan ae s er ¡ustas. Mie ntras el md1viduo no ob �
gencias de una vida social profundamente no igualitaria, moral y dece m a' s qu e al mercado , q u e a sus dese os «natural e s » y a las n_or -
mas sociales, el s u j e to ob e d ec e únicame nte a si, mismo, · 1?, cu a 1 un-·
conservadora. La Suma Teológica de Tomás de Aquino instala la
imagen de la Iglesia como cuerpo de Cristo y como modelo del Es plica una socialización espe cífica re ferida a 1� �onc: pc�o ? de u
�
tado y de un orden consagrado c uya e sencia religiosa son los dis universal no social. En e ste con�exto, la ;e flexividad i1:dividu al, e
tintos cuerpos, los cuales son eternos y se integran en u n organis �niv ersal y el programa institu c10nal estan en parte urndos.
mo querido por Dios.27 Pero al mismo tiempo la Iglesia afirma que
la moralidad social está sometida a una moral no social superior,
concilia profundas desigualdades de rango y carácter con la pro Un program a m oderno
piedad de un alma personal q u e tiene, bajo la mirada de Dios, e l
mismo valor que las restante s almas. De por sí, una parte de cada La imagen de la socialización de sarrollada por la s �óología �lá
_
individuo le pertenece: su parte divina y parte de autonomía y de sica s e inscrib e en la misma trama, pero d : u n _ �odo tno Y_ objetivo.
conciencia, y hasta de libertad. Visto q u e el mundo católico siem El re lato más conocido q u e asocia �� fabn �ac�on de md�v1d��s a la
_
pre oscila entre e stas dos posiciones, es algo que está en juego de la modernidad e s el de Elias. 30 La noc10n de m �1V1du o no i1:1pl�c� q u e
_
larga querella de los Universales. La Iglesia socializa y subjetiviza se opongan dos natural e zas o dos esenci � s diferentes: e_l mdivid�o,
simultáneamente, afirma que la obediencia libera. El célebre texto libre, particu lar, aleatorio, racional o pasion�I, y la socie dad, ob¡ e
de Pascal r e specto de la adquisición de la fe q ue sobrevendrá « por tiva, me cánica, ciega, asfixiante . . . Las s ?ciedades modernas no
_
añadidura» no dice otra cosa. En primer término, hace falta ora r y oponen individuos libres a sistemas m ecamcos,, por e l buen motivo
«embrutecerse», olvidar la individualidad para q u e la fe, e s decir,
la experiencia subjetiva más fuerte de la individualidad, s e impon
ga y revele el sujeto a sí mismo y a s u libertad. 28. Cf . c. Castoriadis, La montée de l'insignifiance, Les carrefours du labyrint-
he, t. IV. París, Seuil, 1 992.
, . .
• C,alhmard,
29 · Cf · A · Renaut J,'í':re de l'individu. Pans, 1 989.
' ., •
2 6 . Al respecto, cf . E D ubet y D . Martuccelli, «Théories de la socialisation et 3 0 . N. Elias, La civilisation des maJurs. Pans, · Ca ]mann-¡,evy,
· ] •973 ,· I., a Soctete
/ . .· .
définitions sociologiques de l'école», en Revue Fram;aise de Sociologie, 4, 1 9 96. des m . ·dus. pan•5 , Fayard , 1 99 1 [ La sociedad de los individuos. Barcelona, Ldinons
· d,ivi
27. Cf. al respecto C. Dubar y P. Tripier, Sociologie des professions. París, Ar • . de canz
62 í 9 90]. La tesis de Elias ha sido sometida a una fuerte cntJCa . · · ,. sm
· h lSronc
f
que ª re
_
mand Colin, ·J 998; E . Kantorowicz, Les deux corps du roi. París, Gal!imard, 1 98 9 . e�bargo, en este caso nos interesa menos la validez histórica de d1Cha tesis
presentación de la socialización defendida por ella.
EL PROGll/lJVIA INSTITUCIONAL / 4 9
48 / EL DLC:LIVL DE LA INSílTUCIÓN
pren d iendo la más ínti ma, que se ubica, sin ;ncdia� ión, bajo la re
el � que esas socieda d es_ están integradas por ind ividuos, pero tam
,
� 1en . �:orq �,e esos 111 d 1 v1duos son resulta do de un proceso d e socia
gla de Dios, la del soberanc� º. la ?:
la Raz�m. As1 es que, �uanto
hzac1on. En esa representaci ón ya clásica de la soc ialización la más las disciplinas de l a soc1ahzac1on reenvian a normas urnversa
oposición entre holismo e indivi dualismo no puede tener sentido les más el actor se consti tuye como ind ividuo y más ese in d ividuo
ontológico. n La socie d ad de los i nd i vi duos se produce de manera pu�d e ser un sujeto . El actor f1:e_rtemente soc_ia_lizado se vucl_ve _ ex
holi st_a Pº'.que es una cultura y uw sociedad lo que engend ra a tremamente atento a su autentici dad, al dormmo d e sus sentumen
ca �� m _d 1V1d;1(� . A c �usa el� el! ? , este i ndiv iduo no es una represen tos, se vuelve serio y mesurado como el burgués, en contra del aris
tac10n 1deolog1Ca, rn una f1ec 1 on o el mero efecto de una creencia tócrata que sólo es i nd ivi d uo en l a desmesur� d el �onor, d e l o�
en la medi d a en que el Yo autónomo, la conciencia de sí corno in� gastos suntuarios y de la satisfacción d e sus pas1ones. ' 3 P � rq1: e_ esta
_
sociali zado bajo el régimen de normas umversales, cada m divid uo
divi duo, resulta_ d �l p �c:ceso mismo d e la civ i lización que implica
_ se concibe como una mónada indepen d iente, atento al self control
una fuerte m tenonzac1on de las normas y d e l os valores . M i entras
e l hombre d e la tradición es�aría determinado solamente por el _ d ivi duales se trans
y a la racionalidad ética. Entonces, la,s p� siones in
. forman en sentimientos sociales autenticos y dignos, como el amor,
control social de la comuni d ad y por su inmersión en la cultura d el
grupo, el i ndi vi duo de la mod erni d ad se vería conducido a contro mientras que los intereses individuales se vuelven legítimos porque
larse a s � mis�10, �uiado por su propia conc i enc i a y vigilado por son pasiones «frías» que exigen el �orninio d e _ sí, el cálculo, la ca
,
sus prop10s OJOS. El actor de la tradición confundiría su moral con pacidad d e proyectarse en estrategias comple¡as, en economia y
la d el grupo, el ind ividuo de la mod ernidad elaboraría una moral me d ida. 34
propi a, se volvería su propio juego. Todo el razonamiento d e Elias El control d e sí y l a autonomía fundante del in d ividuo procede
se dirige a d emostrar que esta conciencia d e sí no proviene d e un entonces d e una d isc i p lina, d e un apremio interiorizado que sepa
d efecto de socialización s ino, por el contrario, de una acentuación
ra al ind ividuo de la sociedad y l e permite ver el mundo como un
d e ella. Entonces, cuanto más me socializo, más me convierto en
paisaje, como un mundo objetivo ext? ri? r a él y sob'. e ?l cual p r �
yecta su subjetividad d e manera romantica. . La apanc101_1 . de ! md1-
indi viduo o, para d ecirlo de otro mo d o, cuanto más me soc ializa _
do, más sujeto soy porque interior izo la obligación de ser libre y, en vid uo noé se produjo por el d ebilitamiento d e l control soo� l sm?, � l
consecuencia, de ser m1 propio censor. En ese punto interviene el contrari>, por su acentuación. Cuanto m�s fuerte es : Sta mte non
_
programa insti tucional. zación de las reglas percibidas como umversales, mas se exige el
dominio d e sí más se instala el tema de la inhibición, la inhibición
La división d el trabajo se dio sobre todo por la formac i ón d e l
, de una parte �nterrad a en la naturaleza y en el mundo infinito de
Estado moderno que h a debil itado los lazos comunitarios, ha pues
. los deseos . Si yo no transgredo las leyes, es menos para escapar al
to a todos los su¡etos bajo la m i rada el soberano, y de esta manera
se extendieron las costumbres d e la sociedad cortesana. 32 Como la castigo y a la vergüenza de dar la cara que para es� apar a �a culpa _
coord inación <le la acción ya no puede realizarse al calor d e la co bili dad surgid a de mi d ebilidad ante la parte maldita de :11� mismo.
.
M i entras e l ind ividuo mod erno se percibe «como un mdiv1duo que
rnu �\i dad y de � as relaciones cara a cara, todo el trabajo d e sociali
zac10n d ebe orientarse al control de sí mi smo. Este autocontrol en nunca ha sido niño», la pérdi d a de control de sí destruye al indivi-
gendra la prod ucción d e una fuerte conciencia d e sí de un Yo
constituido para que ca da uno construya su vi da per¡onal, com- 33. G. Simmel observa a este respecto que el individuo del Renacimiento resul
ta mucho más « real», viviente y autónomo que e l individuo abstracto de l a Ilustra
3 L Por este motivo, la q u erella entre individualismo y holismo puede tener ción: Philosophie et Modernité. J.a femme, la vil/e, /'individua/isme, trad. al francés.
un sentido metodológico; es más, suele tornarse absurda cuando aspi ra a un senti París, Payot, 1 990.
do mayor. 34. Es todo el terna del rol "civi lizador» de los intereses: A. Hirschmann, Les
32. N. Elias, 1 ,a Société de cour. París, Flammarion, 1 98 5 ¡ La sociedad cortesa Passions et les [ntéréts. _Tustifications politiques du capita/isme avant son a{Jogéc. P a
na. Madrid, Fondo de Cultur;i Económica, 1 993 / . rís, PUF, 1 980.
5 o / EL DECLIVE DE LA INSTITUCIÓN
EL PROGRAMA INSTITUCIONAL / 5 1
m aestra arpa , e s dec i r el sa b er, l a R azón . . . En el p r ogr ama i ns titu n ad a que no sea o tra c osa m ya q ue no
q ue es peligro s o p ar a s 1 rm
c io n al , n o de b o a m ar a l sac erd o t e p ar a a m ar a Di o s, no de b o a m ar l o b o p a r a el h o mbre, sino
s o
e ent o � p ren d�r
o n atura l m e n te . D eb
a l m ae str o para a m ar el_ conocimient o , no de b o am ar a l mé d i c o p u e de s atis facerse viv ien d
n es a
casti-
régim en del mi
n te e l igi e n do el ú n ic o
p ará t en e r c on fi anz a en la c i enci a y anhe l ar l a cura . . . E s to s senti a v ivi r ap ac ib leme
edo al
ez h um a -
re h ac i a s u verda der a nat ura l
miento s n o s on más q ue m edi o s , y n o s e i ncr e mentan s i n o un a vez go . P ar a c onducir al h o mb
a
. . p_l'ma .
q ue se s ep aran , co m o un o se sep ara de s u m adre . Cuando l os sen· n a, el p rog ra ma inst
ituc i ona l deb e p asa r p or 1 a diso
é Gir , l�s s o o eda d es tr a d i-
tirni ent os y l as pa$i ones .instalan su imperi o , el p r og rama ins titu Si se acepta l a pro puesta de R
ard
c�os c ol e ctivo s a pe l a n d o a l a
en
de b e s e r pr ot e �i
1 agres i o n c o -
z a d e la c u lpa bil id ad , e l s u jeto
ca
bido com o el m ediador d� p�inéipios generale s. M ás a ún , verem os
do d e a
. D es d e � nto n
o ci al s ea s anci o n ado
que alg unas p r ofesio nes , c om o l o s tra b aj adore s soci a l es , h an des lectiva liber ado de que el s er s emp o s ��v al s u J et�- A
r l a fa l t a y al mis m o ti
cu bi erto en el m od elo psicoan a l ític o la p ropi a fig ura de la r el ac ió n ce s, p¿de m o s cas tiga
ar
� ora l , y e st e
o se v ue lv e una � c o_o
i nstituci ona l; p a ra soci a liza r y a yu d ar a todo s l os frustr a dos p o r l a pes ar de su cru el dad , e l c a stig
n
i l . E l cas
vi da, es necesari o rep r oducir sin ces ar l a e s tr uctur a d e esta escena l s ent i do de las pu n i c i one
s en el p rogra m a mstitu c ona
s e si enta c ulp b Y
d c ión de q ue e l m d 1vi duo
sa lva c ió n , c on l a c o n i
a l e
e ?e a p
r sti ana , el pecad or s e �
que confie s e . E n la tradición c i
rre en
La violencia y la salud
ar el alm a , l a_ p arte d
ivm a . S� c
tir y aceptar el castigo pa r a _sa lv
rea
r o b le m a , y a q u e , pa ra
un a an tr o p o l ogía n eg ativa . P ara la Igl es i a , el p ecado es p r ime ro y cu larme n te de e st e p da , desp ro
c o la r de b er ser m � d�
p or e s o de b e de i r c ontra el m un do . P ara l a e scuel a catól i ca o re p u pro mover al s uj eto , l a s anción es
e ser n e utra y o b1 et1v a . « El ca s-
blican a , hay q ue pr e d isp oner y ad iestrar al niñ o , ya q u e nada le di s - vista de cru elda d y « s a d ismo » , deb
ncia Y lo sa
é. Parí s, Grasset, 1 972 [ La viole
42. Con relación a esta problemática, muchos psicoanalistas h an intentado ol 4 3 . R. Gira rd, La Violence et le Sacr
vidar el rol crítico del psicoanálisis, que, al menos en los tiempos de Freud, señala los grado. Barcelona, Anagrama, 1 99
8].
1 990.
nsic Resource » , Daedelus, lJ 9, 4,
aspectos represivos y neuróticos de la educación. Hoy, situado bajo el imperio de la li 44. M . Dou glas , « Risk and Fore y cast igar !, op. cit.
Punir [ Vigi lar
bertad, el psicoanálisis está más tentado de denunciar los riesgos de la anomia. 45. Cf. M. Fou cault, Surveiller et
5 6 / EL DECL IVE DE LA INSTIT UCIÓN
EL PROGRAM!I INSTITUCIONAL / 5 7
de i mpera b � un p�i n cipi o cardinal, el del racio nalismo moral y del El final de los monopolios
contr? l de �i, l a etICa del b urgué s y del tra baj a do r de l a socieda d in
d ustrial, se impus o un a s eparación de l a s e sfera s de l a a cción y de l a La conciencia de vivir e n u n m u nd o a bierto y des garra do, e n
_
c �ltura : l o � valores de plemtud personal , de n arci s i smo y de autenti un mun d o pl ura lista , también proviene de q u e la m ay or p ar te de
cida d d omm a n en la vida pers onal a causa de l a extensión del con \as i nstitu ci one s per dieron su m onop o li o . En el e s pac i o de treinta
sumo; l �� del r aci onali smo i nstr umental im peran en el ám bito de la años vieron llegar c om petidores; y sus pú b lico s y a n o son. .ca uti
producc10n y los del p oderí o_ tr�un��n en el mundo de la p o l ítica y del vos.a La e sc uela repu blic a n a h a bía a batido el monopolio de la Igle
Es tado . En ese caso, la sociah z ac10n ya no tiene unida d. Veremos �Í so b re l o u nivers al b uscand o se r casi l a únic a ins titució n capaz
,
que e s p onta n:a_men te to dos los p rofesi onales del trabaj o s obre l os de a b ri r a los niño s un m un do m á s a mplio y de m ayor magn itud
otros son p a rticipes de una sociol ogía crítica y des enc anta da . Sin em que el de l a s cultura s de clase, de l as tra dic i<_: me s l o�a les y fa milia
ba rgo , �o c�recen de esperanzas y creenci a s, pero tien en una suerte res. Por má s q u e esa c ul tu ra no fu era en re alida d m a s q u e u n a ver
de conCI :n cia tragica banalizad a , «de és as no se l as h acen» y, para s ión m uy n a c io na l de lo u niver s a l, eso no es s uficie nte p a r a q u e p u
,
l os de mas eda d, « ya no se las h acen má s » . diera ser vivenci a d a c omo u niversal por l a ma yo r p arte de l os
Es tamo s baj o l a égid a de la ambivalen ci a , n o s ól o por q u e de- docente s y de l os alu mn os cuyo nacim iento no h a bía situ ado e n l a
seamos plasm ar v al ores c on trap u e stos , sino porq u e no s a bem os cús pide de la c ultu r a . En la actualid a d, pe se a l a recu��ente críti ca
que esos v a l ores s ?n opuestos. 2 Se pasa de una cultura de s ímbol os a l o s medios masivos por parte de lo s d ocentes , l os m n o s cuentan
a una c u ltura de si gnos al h acer añi cos la a dhes ión al m undo, pues c on muchas otras herr a m ie nt as para a c c eder a un ive rsos c u l tu r a le s
_
c a da c ual es h �re y no se p u ede adheri r p l enamente m á s que a sus distintos a los d a d os por su extracc ión. L a c u ltura e scola r s ól o se
_
pro�ias cr�en cia s , m �nten ien d o la idea de que es el ú n ico autor de vuelve una c u ltura entre o tra s, de sde l u eg o m ás exigen te, desde
a q u e l ! s . En ( os m �d10 � mas iv os , en t od o momento se o sci la de l a l uego más ofici a l, pe ro eso no i mpide que la mayor p arte de los
�
em oc10n al di sta nciami ent o , pues l a crítica a la TV forma par te de a l um n os p u ed a ver más allá de su b a r ri o , de su mun i cipi o y de su
la TV. El mund o de l os m edio s masivos no está e s tructu rado p or or familia si n pasar por la esc u el a ; y se des agregó toda una legitimi
den a l �uno , por proyecto o jerarq u ía a lgu n o s m ás all á de l a com dad ligada a una s ituación de m onop olio . Los médicos y el pers o
pet nCia por la capta ción de m ercad os y a udien cias . La p osición na l de as is tenci a tienen s obr ado s element o s p ara den u nciar el me r
,�
cntIC a form a parte d � la c ul :�r a , tal como l os G u ignols de l'info ': cado negro de info rm ac ión m edicin al, l o s cic los de divu lgación , el
forman p a �te de la vid a pol tti ca , y uno n a vega entre signos antes ejerci c i o ilega l de la m edicin a y la cha rlatane ría ; no o b sta nte ello ,
que �ntre simbo !o s , c �mo en la pu bli cid ad, i ncluida la p u blicida d y pese al p o derío del a p ara to m édic o, ya no tienen preten siones de
1
_
p_ohti�� Y la de i deas .· Ah ora b ien , s1 para entrar en un u nivers o tener un ascen diente a b s o l uto sobre l os espíritus . Por m ás que le s
,
s �m bohco h ace n falta programas i nstitu ci on ales, ya no son necesa a leg re, lo s tr a b aj a d ore s so ci a le s ya no se encuentran b a j o l a égid a
n o s para a pren der a leer signos q �i �tr�nos . No trascendente de l a carida d, del progreso soci a l y de un E s ta d o be
hay nec esioactcl�í""ri-sfífüciooe s mecti a cto ras para descifrarsu tex to nefactor (État-providence) fru to de luch as y de sacrificios ; l os mo
y l os secr etos de é s te. vimientos filantrópic o s en b oga p r eten den h a cer trabaj o soci a l,
mient ras que la mayor p arte de l a s a dmi n i strac i one s , en especi a l
la s emp res a ria les, son con v oc a d as a « hacer tarea s o cial » . Esa pér
dida del m on op oli o crea un s ent i m iento que volveremo s a encon
trar a l o l arg o de nuestras i n vestigacio n e s, el de una _pérdid a d_e le
giti m idad y de influen cia c u a ndo j amá s lo s ap aratos esco l ares,
'' �rograma televisivo satírico protagonizado por títeres de látex.
2. Z. Bauman, Modernity and A.mhivalence. Cambridge, Cambridge Polity
Press, 1991; R. K. Merton, Soczologzcal A.mhivalence and Other Essays. Nueva York' san ita rio s y del tr a b a j o s o ci a l tu vieron tan to p o der, tanto predic a
The Free Press, 1976. mento sobre la vid a s oci a l y s o bre el destino de c a da c u a l. Pero
3. J. B. Thompson, The Media and Modernity . Londres, Polity Press, 1 997. tod o sucede como si l o que ellos ganan en p o derío se perdiera en
6 8 / El. DECLIVE DE LA INSTITUCIÓN
LA DlCADENCIA DEL l'ROGR/\MA INSTITUCION,�L / 6 9
n e ncia�,
dos los ministerios cre aro ag gm-
m erce d al pro pio trabaj o ; to d o s deben estar gra d u ad o s y p o seer en march a ... T
º1 uac1. 0, n <,u
pu st s ante se
v os 1 e 1º1acen un c•onst
e o
IUFM l o s r ydi rnentos de un qfici o en el que tenían gran rep u tación perros nca r�a d o s d
. . u ación que procede d un
·
e e
stna » de l a eval
por cu anto habían sid o bu en o s al um n os y aprobado l o s concursos. ello se f . . 1. dad que transforma las con¿1c10 • es
o r m o un a «m du n
La más m ín i ma e specialización demanda ser refre ndada p or u n cer cam bi. d l eg1t1m
verdade r o o e
. ador es menos imputable
os..' �mes el trab ª l
t ificad o d e ap tit u d o u n dipl o m a estatal. La mayor parte de l o s pro o br l s tr
del trabaj ados de la acción
e o o
fes i onales ap oyan ese m ovimi ento, tanto como las organizaci on e s
su etica que p,or 1 ()S· resuft
· ¿ nro lad · Simultaneamen
te
en la qu e esta e
de docente s q ue n o dej an de exigi r que to das las especialid a des sean
o
rga m za a
colectiva o , e be « lla ma rse al orde n» y
o mi a, puede y d
rec o n oc id a s p o r concursos q u e d e fin a n l o s l ímites y las cargas d e n ay r au t n ,
cuenta co m o o
. que produce .
c ada cuerp o , y co mo l o s e nferm ero s, que r eivindi c an una pr o l on
. . , po rqu e se J ntenta saber
está más cond1oonado
gación de l o s est udi o s y el r ec on ocimiento d e m últipl e s e spe cia li-
, dades. En t o d o s l o s casos, esa profes i onalización p rod uce un des
plazamiento de la l egitimid a d, pues la l e gitimidad p uesta en valor, Las po l.íti cas pú bli cas
a quella que de scansa s o bre el carácter « s ;:igrado >>: de la institu ción, .
, icas , bl" c l p rogram a ins titu -
C on el d e sarroll o de l a s p oh� y . ! ªd/una teo lo gía m or al
u
se inclina ante una le gitimidad r aci onal, fundada s o bre la e ficacia
are ce r ) a cnsta l 1za c10 n
de l tr a bajo efectuado y so bre compete ncias a u ten tificadas c onfor ci onal ya no p u e d_ e p o s o ha de co nsi d
er a rs e e l Es tad o
.í
7
t d p d e
me a p rocedimi en tos l e gale s . Y como esa eficacia suel e ser pro d uc y polític a cuyo s u1 � omo el age nci a-
· , d e co nceb 1. r l a ctCC I· o' n pú blic a c
eto o o o r
ción; también hace falta que proce dimi entos de eva l u ación y de form 10n , ' . o s , l o s agen tes profe siona . les o
ac
os act ores p o l 1 t
' ic
s b r \ ,
c ontrol de m uestre n la e ficac ia del trabaj o efectu ado . D e sde h a ce frag m nta y
i l·d ad d e c olab or
ar en la re s o luo on d e
o e
o nsa b·1
e
pnvad. s r sp os d e 1
unos quince a ñ os, nos deslizamo s i nsensiblemente d e una ge stión . , n pe rm anece en man
. . c10
ca la e
o d er d e d e fmi
o r e
y p
e
d e l os a para tos m erc ed a la conformidad a las normas h acia una un p ro b m a ' n e ctado s y deben
l o s actores esta n 1· nterco
l e c u o
g e st ión regid a por la e valu ación de Io s res u ltado s. El progr ama ins «centro » . •1..os p roblern as y s ob re la ba se de u n ternto -
f no · , n d e ta r ea s comunes
a j u stars e en o gra m a s
tit uci onal c lásico fu nciona como una bu r ocracia en l a c ual reglas
, ese c-ontextcl , l as b urocrac1as . qu e s o ste nía n l os pr
u o
• . 1 s En on q u e
gen era le s y raci onale s pr oveni ente s de lo alto son p uestas en prác no e sacud"lda s . Tuv ier
.
tica p or acto res a l os que se supone idénti cos y con form e s; por inst1. tuc10n . ales fue�o1: las m ás fue rtement
y aprender a com-
� n asociados rivales
end e , bas ta con asegurarse dicha c onformidad. Ese m o d o de ges l legar a un entend1 rn1ento � e ocian con otr
os aparatos,
icos
tión s u fre u n d et eri oro pues en todas p arte s, en el h ospital, en la es portarse com? �cto res pol�
en a !�d: �uenta
s de sus realizacio nes
c u ela y en el trabaj o s ocial, se c onstruy e n méto d os de m e dida d e la definen su ob¡ etivos, apren
re aliza c ión d e l o s o bj e tiv o s: índice s d e ocupación d e las camas y
"i., · t ue • París , LGDJ, 1 999.
gastos por enfermo , raci onalidad de l o s cuidad os prop u e s to s, m e
zon pu b/q
1 7· p· Duran, Penser ¡•act ., · I,orrain ' «Apres la
· · t a c10n u rb ana er1 G
dida del nivel d e l os al u m no s y e val u ación de l os re sult ad os en l o s
de l a a¿_rnrn1s
18. Cf. el caso ejemplar . ¡ogt.e du trav ail, 35, 3, 1 993.
pub lique flexible » , ,;ocio
exámenes, cantid a d de m e didas s o ciale s y eficacia d e l o s disp o siti-
décentralisation, l'action
I\ INSTITUCIONI\L / 77
LA DECADENCIA DFL PROG R/.\M
76 / EL DECLIVE. DE LI\ INSTITUCIÓN
p olítica trascendental, s in o corno una p roducción local surgida de Tambié n en este caso . ,r adores de alt o ng ' o , es col t a d o s
· J"maron ante ad mm1st
ra
lares se rnc c ap aces de m o v i1 i-
· ·
una acción colectiva y de un modo de regulación constante. En ese . 1 t d e g ere nt es
por p olític os � 11 str os 111 e
�¡;_:1baj?
contexto, el derecho, antes que como una herramienta de regula
p t io o nes . � o � r:s
re;:/de descentralizació n, el
z a s us �� p líti c s púbh
ción de mecanismos que cambian de carácter y de metas a parece en n t oda una serie de
r re o a
l pa tici p a p � r c o n_iple t e c ciu
forma de reglas intang ibles, expresión de al gunos p rincip ios fun s �:J
C i a _ r
de ese c ompromi so: las p o líti as
mcl u so n o vi_ve ma; lu� s d em p �
c e za, la � "'!
damentales. Las leyes y los reglamentos so n tratados c omo herra d, e ucha c ontra la pobr
as e e e
mientas de gestión, n o como la exp resión normativa de calores c o dadanas_, de seg�nda ltip l c mp añ as de se n s 161 h
ip1ead os , las mú es a
munes. 19 En tanto el p rog rama institucional se percibe corn o un asi stenc1 a a los :-en_ emas c omo la nfa
i nci a maltratada ,
ci ón ac c d e 1 s t1 nt os p r?bl ,
. . d nuevos derech os multipli ca-
mundo vertical que va de lo «alto» hacia lo «bajo», lo cual engen za er
, a
0 la ad qms 1 oo n e
dra un modelo burocrático «a la Weber», las p olíticas públicas la c n m1a s o_c, ,; � 1 ndo a l os tra-
sitiv os t ran sfo rma
e o o
p c 1mn ent os y 1 º d. al
r on l p rendedo res de trabaj o s oci
e
en ve �d ª �e /�f �m
ro
apelan a organizaciones á giles, abiertas a su entorno, capaces de o s
do s o les en ll a-
baja ] . as de 1· n serci ón · C on l o qu.e se, da
res o a
adaptarse más que de ser fieles a s u s tradiciones u obligadas a cam
n b u 1 � a d l as p o 1t1c · c
biar de modo continuo en busca de ser fieles a sus p rincip ios. Es lo en 1 a e o e ., . . ' 61" 'O las cadenas ¡erarqm
as se
rrn z �10 n d e 1_ serv i c 10 p u
mar m de inten sific. a la p resión el d
a
que algunos llaman «nuevo esp íritu del capitalismo», pues es evi o
ci a es l a regl a,\;
aco rt n , l p hv l en · os, a1
dente que las empresas privadas fueron las p rimeras en reorganizar a a o a
. 22 L o s g ran des arbit raj e s éti
cos y p o !'1t1c
y d l u�u n . . .
20 client a retóric a de las
o
se según ejes horizontales y necesidades de flexibilidad . En algunos
e a ,
e merce d a la magi
e
ali za r 1 c id
21 n o � odé_'. se deleg an a l os
rse e
� �:�a s oberanía p olítica,
r re
años, los directores de colegios y de liceos dejaron los hábitos con � cia
fortables de burócratas apacibles p ara transformarse en jefes de es inst ituoo nes o p or gra cti va d b e n c omp ortarse
, quienes desde esa pe_rs p e
e
tablecimientos «rnánagers» de su planta de p ersonal: p artici pan en act o res de b ase d erar y producir
lib
. 1 icos y morales obl1gad<) S a
e
las políticas de seguridad local, negocian una p orción de sus recur corno su1 et os. p ol't" s deb en hacer opci
o nes funda -
. e1· empl o ' 1 os p o rtero
sos c o n los ocup antes de cargos electivos de su distrito, aplican el arb1tra¡• es. p or · ·
1ent , tod o un c o n -
ro p o ne r p ro ced im
os
f .
llllf· «ca s 'OS » ' p
menta! es , de . , , que el pro -
flujo de reformas y políticas lanzadas p or el ministro y los rectores, . , p eso n o recata sob re ellos
se esfuerzan p or motivar a las plantillas docentes, comp ilan esta junt o de. act1vidades cuyo ' or e11os. 23 El, co n¡· unt o de cambi os
p
grama mst i• tuc·1on a¡ cu mp lia i on ales;
dísticas y rinden cuentas a todos: magistrados electivos, adminis-
ay p t d 1 s r ole s p ro fes i onales tradic
hizo estallar la m
e
or ar e
d d e ma
tración central y padres. (No sorprende qu e un gran númer o de in q e ?as y las críticas formul
a as
dividuos cualificados p ara ocupar ese rol no siemp re esté a la y no causarán sorpresa las � J e ] os act ores estudi ados, esp ecial-
on a d
altura de las exp ectativas. ) Cada director de hosp ital debe articular nera c onstante pe) r la m ay , 1 ¡. ad os del p rograma inst1tu . c1· ona 1 .
. d l s m as a e
mente e1 e o
z que h a-
su p rop ia p olítica en un sistema de negociación constante c o n mé- , 1Ca s/i:i�nta men os hacia la burocracia y su rigide
Esa en ;� ,. muestran como
,<! � P ht i ca el oder » que se
din »,
1 9. ].-D. Reynaud, Les r egles du jeu. L'action collective et la régulation socia/e.
cí a « e l ero _
tiz aJo res
;; l:s p�lítica; públicas. Lo que l os ac
l os gr nd di a el inf lu-
o » des igna men os
me
París, Armand Colín, 1 989; véase también F. Chazcl y J. Commaillc (comps. ), Normes a . es
1 I· 6era¡ 1· sm
ca 1 1 f . c n v c es de «neo . . -
to r . 1d e sob re ellos ' que una d o
i a a e
juridiques et Régulation socia/e. París, LGDJ, J 991 . Acerca de las políticas de seguri es
l c d , el cu al n o siempre mc
dad: J. Gatto y J.-C. Thoenig, La sécurité publique a l'épreuve du territoire. Le poli jo d e me r a o
cier, le magistrat et le préfet. París, I}Harmattan, 1 996.
. . - t s·• une revuc de la littéra-
20. L. Boltanski y E. Chiapcllo, Le nouve! estnit du capitalisme. París, Galli dermsat10n des serv1ces pu bl'c
22 • 1M •-J- • Wellcr «La mo ' '
mard, 1 999. te du travaz"/ 3 1 998.
turc» ( 1 986-1996) , Soc io/og zo--
'
Soc
. •
2 J . Sin hablar de los rectores de las u niversidades; pero no es cierto que las uni
« La rcla t10n de serv 1et.
'. :: et I' anal y.
versidades hayan sido, en Francia, instituciones en el sentido empleado aquí. C. Mus
3
2 . .J Gad rey,
selin, La longue marche des universités. París, PUF, 200 l . logie du trauail, 3, 1 993.
78 / EL DECL IVE DE LA INSTITUCIÓN "tf!'!"""," "
LA DECADENCIA DEL PROGRAMA INSTITUCIONAL / 79
ión qu e:
. , de ser ho mb res y mu jeres de v ocac
y acentúan la estratificación ente las c orporaci ones y los grup os ellos ti enen la v .1 veno· a . que ren dir má s que a s1
n o tienen uentas
profesio nales. El mu ndo del hospital es arrastrado po r e sa misma desde ese pu nto de· vist_a, e s .Y se, ven blig ad o s a dar ex-
. nc, ienc-ia O a s u.s pare
o
tormenta bajo el triple efecto de la mu lti plicación de los servici os mi smos , a su co s sus r sul tad os , 1 o
. c10 .
ne s ac ere-a de su s O b"¡et
1vos, s· u s· métod' , o e
.
ez se
especializad os, de las vacantes específicas de las clínicas y de l o s nli
t ca . segltn la cu al cad a v
r l a parad o¡a
cua l contn. bu ye ª ,ª_ um enta ntr eta nt , l s ªJ::ª-
h ospitales y de las p olíticas de control de l os gastos en el área de la . e n os reconocidos; e o o
m
salud. Todos esos cambi os, c u ya may or parte es extremadamente sienten men os leg1tun os y .a tuv 1.-e ro n tan t o ·
po de río e m-
r at os <ie l o
s que son rniem b r os nu nc mi no s g n ra 1 es,
vel oz, ya no puede n c o nsiderarse como s impl es transformaci on es . d'1v1"d 1J<)S, • En tér
e e
. . de 1 o.s lil
técnicas q ue sól o afectan al contexto y a las co ndiciones de l traba f..! ueno a sob re e1 des·tino . . tltci onal c m un o rd en
, . · b·l rse el programa m st1
o o
ya n o puede descn la n sta l -
g1a
jo so bre l os o tros : l o s u bvierten mucho más prof u ndamente que las - . a. Tan pr o nto se
expres a o
om una b ro rac1
regu lar y c c . · sobre l o s otros.
o u
«sencillas» mu taci o nes c u ltu rales citadas más arriba. P or interme-
r ese o rden
, t od os los fHO fes 1 onales del traba¡ o
dio del «Estado animador», se reemplaza el c oncepto ge neral de o . . el final del respet o, al q ue
. denc1a de l s an rua no ,
p
de scn" ben 1 a deca - 1 de mayor edad podia
n creer
:;f:
integración, sin que é sta se afirme c omo tal, co n l os de regulación
ello s pensa�an ten_er d �-�
ho
es, les
e inserción. 30 Se ot orga pri oridad al ajuste recípr oc o de l os actores,
s1en �en mv J os s��iedad: les piden ba c lan
S ban
se_ Ies º t1ig. a a e sc
a las definición de l os pro blemas, a su gestión y, sól o en algun os ca ete _ r n o . e � o ger o pcio nes qu
e p e nsa
bli ga n a ex pli car se, tos de l s ac-
sos, a su resolución. Se g_eja de lado el léxico de l a v o luntad en pro ¿ a ere'd'1 to a l o s sentimien
o o
, .1 hace , r. Si se
e n d b 1a1 s h an
qu gramas instit ucionales
e
del léxico d e la regu lación inteligente y adaptada. P or ende , ese o
.
o s ª1:t�gu o s pro
e
t or s al r e spe ct o , l
p ragmatismo no crea forzosamente una medida o bjetiva de la ac e
0.
ción: no se con ocen políticas abandonadas con el único pretexto de vu elt o indu strias de serv1c1
s u ineficacia; antes q ue c o n una n orma o bjetiva para zanjar defini
tivamente la c uestión, l a búsqueda de eficacia se emparenta más
c on una obligación de rendir cuentas y co n u n estil o de argumen El actor contra el sujeto
tación . L os programas instituci onales se vu e lven aparatos encar ga
d os de activar p o líticas c onju ntas; y corn o s o n c o njuntas, su s re El act or no es el sis tem a
nu idad
s u ltados sie mpre s on pro blemáticos y l os acto res involucrados . . 1 P_�stu . 1 a un pr incipi o de co nti
El programa, inst 1 tuc 10n a · . · p lina s y la auto -
tienen razón al sentirse «respon sables pero no culpables», ya q ue . · c1.o n y su b¡" etivac1on entre. l as ¿iso
entre sooa1 1za ra tar p r un
a
las c onsec uencias de s u actividad terminan p or escapar de su c on rosa ya no' f un c1o na o , pa
o o
p
n o mía. Esa cadena m1·1•ag, . ella , rqu e la
tro l. C om o res alta D u ran, «a men udo puede determina rse s ól o l s acto. re. s. . ya n o cre·en en ]
o
p
,
f orrnu 1 a ma, s. pr. 11de11te ' o . ens1 " s d .,
e a acc1o n y 1 as
post ex factum si la acción p ública p resenta o n o el carácter de una l a d m , ne s s u b ¡et 1va
corresp.o ndenoa · ntr 1 o
1 1" taron · Ya n o se define .la
e e s
p o lítica pública deli berada»." De modo aún más fundam ental, la " 1vas de1 estatuto se de b'l
dirnens10nes ob¡et e el acto r y el sis
decadencia del p r ograma institucional entraña u na separación en ánea c omo 1 a urn" dad entr
modern 1"dad contemp o r . epar ac ión entre
tre el poder y la a utoi;idad, p orque la autoridad legítima se vuelve
. , o r el c o nt r
a · no . c omo la pr ogresiva s o-
únicamente u n re cu rso de p oder entre otro s. El docente y el m édi tem
.
a sm
, n sooa
o p
1:1b¡e
. . d' m el1v1
. ttv ida " " dua1 12 Ya n o se cons1' derab a t- ,
aco · 1 Y • cia 1za
1. o? n
. d"iv1. du. o '· el pro blema de la so
s
c o de ben c onstr uir su p ropia influencia a partir de s us rec ursos y de o
, n de 1 m
tal la pr gra ma c10 , el dis tan cia -
· viciad' l a cnt1ca, l a ¡· u stificación y. . . , de1 t ra-·
o
su destreza para e je rce r d entro del ju ego de las organizacion es cada
e 1 d e 1 a re fl x1 .
es . nte co mp1 eJl· · c1ad de la d1v1s1on
e
vez más complejas; esa aut oridad ya no les está garantizada co mo oe
u n componente de s u estatuto y de s u vo cación. La may o r p arte de miento . A cau sa de la cre
989
. al francés. París, Payot, 1
G. Sim me l, Phi /os oph 1e de la m derm·té' trad Pa rís, Fay ard, 1 992 .
30. J . Donzelot y P. Estebe, I/État animateur. París, Éditions Esprit, 1 994. 32. _ � la �odernité.
; A. Tourame, "ritzque d,e
31. P. Duran, op. cit. , p. 33. [Filosofía de la modernidad\
MA INSTITUCION/\L / 8 3
U\ DECADENCIA DEL PROGRA
82 / EL DECLIVE DE LA INSTITUCIÓN
ac i o -
v1du
. a h. s m o m et o d o
lóg ico , él d e s a rro ll a u n a r
md1
. .
b aj o , d e la pl uralid a d y d e la débil co h erenci a de l os r ol e s q ue de mo». P a r a el
e b ue n a s r a z on e
s de actu ar en las sit ua
m it d
b en a sumir l os in dividu os, se a bre l a dist a nci a entre las m otivaci o na lida d li midad a l as expectativ a s ,
c onst ruy
a s· l a c o nfor
a a ya
i m p st
Y_
nes y l a s acci ones e sperada s. L a un ida d s u bjetiva d el actor se v uel cione s q u e l ' e sp ec í fi c a m ente
��on o-
n a e str ate gi a ,
e son u e
m s
,
las no rm a s so
ve proble m á ti ca ; en to do caso, ya no es un dato , y de be cons tru irl a
el propi o i n divid uo . 33 En opin ión de un prime r c onj un to de soció m ica , e ntre
no
ot r a
e s
s. P a
�?-
a
�f
ra
· t
�n�
ra
e ra ccc i o n is
.
c c 1 o n e s· e n e lla
m o simbólic o , la acc: on
s , l o ,s actores c o difi ca n
e
oc s � d
l og o s, la distan c i a entre el actor soc i a l y el sujeto de b e i nterpretarse cial es un pr e s q u e afr on t an
i nt entan do pro m over
e e e y
como una consec u enci a de la de sco mposición de l a imagen clásic a .lnterpretan l a s situ, acion i a liz ación es ... , men o s
·
1 . E am b o s casos, la s oc
p t a e
de la s ocie dad. Los actor e s se ven c onfrontados a lógi cas d e acción salv ar su re ·,
,
d uc ac. 1. 0n Pa ra l a a uton
o mía mo ral qu
u c on n
nt ac 1· o n de l a ac
o a a
provisión h om ogénea de val ore s e identida des, está disemin a d o y r pr s s y d e « me r c a -
e rCI· b 1· da como
u n a s en. e de e sce n ari o
otr a e e e
d p
d es centrado . 34 Los in divid uo s se ven presi ona d os y disp u ta d os en so C .
. at en. al e s y sim
bó lico s ' me rca do s d e
o s d e bie ne s m
un a ie d a
m r d do s d e
tre distin ta s normas de j us ti c i a s y o bligados a emb a rcarse en un do s » :
i· s m o m e rca d o s
de i·n fluenc ias y m e rc a
e ca
g es d � m , l 1:11-ª Y º�
tr a b a j o d e j u stific a ción con ti nua y d e co n strucción p erm anente de imá o lóg ic o
I i n. div idu al i s mo m eto d
uno
ara
n a
P
e
sí mism os. Ese t rabaj o ha c e de ello s sujetos: Para otros s ociól og o s, argu m t ac1 0 n e s. _ c io � � l"i d a d su i nc ap aci da d p ar
e e¡ er ce r,
irr�
e n a
trol' i nte n . nz . a d O ( a
di nac ión d e l a a cció n , y e l marco simbólico de las re lacion e s nunca . de pérdi d a de sí en
l a s d o s m od a1 id ad e s
o no la so-
e s t otal ment e co mpartid o .
35
La acóón se explica menos por la so n ac ión ), reco. noCI. d a s . m un do s u b¡· etiv o y el
mund o
, '
as ca . d1s tanC1. a entre e 1 . s
c i a liz ació n que p o r la ec ono mía d e l o s «motivos prá c ti c os» o l o s c i o l o gi a c l
n to a l a mera d i
º stan cia con el ro 1 ' gr aCia
i La
. . 1 g d" sti
« bu en os m otivos» que re miten a mecanismos cogn i tivos y a lógi ob¡ etiv o es muy
a entab la r una co
i
co nte mp 1 ars e
a o nversa-
Pr de a . , .-
cas d e com un icación c ontextu alizadas . Las d os es c uela s s oci ológi a l a c u a ! el acto r � en
. y «Yo» (Je)' porq ue a prend10 a pe�CI
t)
m s m » ( M o -
cas «nu evas» que do minan actu almente la escena de las i deas e stán c ió n entre « m a ya. no es l a s ooahza
¡ m ay or pr obl e
Yo i o
d a ·
¡ . E
bir se en la m i. ra smo m e dian te
37
con str u id a s s o bre ese p o st u lad o d e sep a r a ció n entre el actor y el
y e· 1 trab a ¡. o. s obre sí mi
a en a
sistema. 36 E n ambo s casos, el actor es un « entrepreneur d e sí m is- c io, n s .mo e1 d"ist anc·iamiento.·-n stru y e c om o su ¡· eto · I,as te on a s con-
el cu' a l u n actor s o�1a · 1 s� co ra-
l id� nti_da d r h
su redu cción a u n a prog
temp or án ea_s d e s so i a li
en si o
si ste =�er:Z:de l a s t
a ntre c
i. ? e nt�d_ad ara u no
Fram;aise de Sociologie, 4, 1996. .
ide tid d p r de conti n uida d en el
· d� nt l·d d bi o gra fic a pmt ro ductora
34. D. Bel!, op . cit.; A. Ehrenberg, L'Individu incertain. París, Calmann-Lévy, a a a otr os e
.ª
n
1 c urs�. va q u e
bien u n a identidad dis
1 995. un a
a p e rs�1: ª l o
sis ta en
d his ton mte rac
d uno mi sm o en el flujo d e
35 . A. Cicourel, Sociologie cognitive. París, PUF, 1 979; H. Garfinkel, Studies o( a .
e s entac i on e
ca os e un
fahnometodology. Englewood Cliffs, Prentice-Hall, 1967.
trab a j a s o br e l a pr
36. Evidentemente, esas dos escuelas no son más nuevas que las criticadas por
ellas, las cuales dominan la sociología francesa desde los años sesenta y setenta: el fun
cionalismo estructuralista y el marxismo. Sólo son nuevas en los manuales escolares, y . , , l) ans,
' PUF ' 1 963 .
ete.
, " prit, le Soi et la Socz
37. Cf. G. H. M ead '
L'E's
por un efecto retórico de crítica a sus adversarios, remitidos a una posición «arcaica».
Gf,AMA INSTITUCIONAL / 85
LA DECADENCIA DEL PRO
84 / EL DECLIVE DE LA INSTITUCIÓN
n cia p rivada, a l a
as, l i bra gran
a utonomía a la concie
t n ci r a su p ro p ia li-·
ci rc u que convence r y remiti
a
ciones y rel atos p ersonal es . 3 8 D mo do gen�ral , hem os pasado de ns
c apt ar m enos
l as identi dades tradicional es' da�� s, c._onstruid as en e l tie mpo d e l a qu e pr oc u ra
o que el catecis
mo y l may oría de l as
a
. st1tuc10nal ' "a I· dent1· da des adquiri- . H c y a mu cho tiem p rnas a niños
bert n imponer ver d ades ete
a e
formaci ón y en el p rograma m ad
sas no pre ten de
, f lui d as, construidas a l o Iargo de 1 � vi. da y en un a m ulti las l ig brá n de ser un
escue que esos dogmas h a
re io
d as, m as
n l a es per anza de e nseñ anza
p licidad de rol es de rupt.uras y de expen. enoas . '9 L a i d enti d ad pa- pequ ñ o ,
y de una l i bertad. L
e s co a
.
e
m b l d un es píritu crí tico d iscu sión
día el e d
l a según l a modal idad
ra
rece ser un a sue�te de cns 1. s l atente y d e t�a ba¡· o much o más que
u e
. enonz . s es má tar d ía , se articu m n o r acier-
una suerte de con struccio ' n p recoz mt .ada p ara to d a 1 a vi. da religi o a s
esta -c on mayo
ro e
. ación , e sf erz a p or dar res pu mi ntr as que
un a vez construi da una bru , ¡.ul a personal: Mien tras l a g1 o baliz y crítica s e u
fe y de creencia, e
e má - una de m anda de i o ap a
.
de l os m tercambios p uede dar 1 a sen saoó n de entrar en un mundo to, p or l o d s a
a do a ocup ar un
es p ac
. m u ho tie m p o se había l i mit gm a a la
monocromo unic u l tura l Y c-hato ' asi. stim . os -p or e l contrario- durante miento que iba del do
c
.:
a
nt va í . Se i nvirtió e l movi dhe ión al
un a expl os10n de i denti dades cu1 t o ral es ' sexua1 es. , re 1 ig1os as . . . 40
· . renteme e c o
e m anda de fe a
la a s
,. f e z a por ir de l a d l j to
, se configuran i dentidad es de re¿ �nstalizadas
1-am bi. en por el desa- fe, y ah o r a se es u r
dical, pues s upone que e
su e
u n camb i°c> ra
. . n v de com um· cac1. o, n; y dogma . Ello entrañ a e esta úl tima se
hace en ple
rrol lo de nuevas tecno log'ias de mformac10 c liz ó n religiosa y qu
. l uto de fiel
J
p recede a
aci
e p asó del estat
a so i a
se te m e que é stas borren l as d Jºf. e r�nc_1as cultural es : se forman co -
. En n pal a b ra, el creyent
admi
na .concie licacio nes, de b e
ncia u a
muni dades entre s u¡· etos que m si quiera se ven. 4 1 ¡>ero, mas , que rdo te deb e da r exp
el s
q omo la condición mism a
e
. . . aT de l aico a
ac
fracc10nar a cada in dividuo' esas identidades o ponen _ un mosai. co
uie n
rt per sonal p er cib ida c
ni strar una
lib esa «p ro··
racional ización y
e ad
de tn. _bus ; cada uno de esos ind ivi duos se vue lve multJCu l tural , vi - i n temente, esa
de una fe auté
n ic . E nstitu
. odo notorio l a i
t a v de
ven sunultáneamente en vanos mun do s ' en vanas · 1 enguas, en dis- d la Igl i debilitan de m
testantización » es a
.tmtas estéticas como si cada uno de nosotros se hubiera vuel to un l as demandas de emoci
e ones
e s p ue sta tod as
inmigrante . G;an cant1'dad de esas cu l turas son me · -1uso «virtual es », ción y suelen dej ar sin r lificadas con dem
asia do a p re s ura m ien
. .ones que d e fo rm as de v1. da, de y de certezas re 3 ligi cua
ces , nue
se crean , en ton
osas
toman menos de raíces .v de trad1o as .4 Para dar
res p ues ta a e l lo
. . . ., t cta ri n idad m nal y l a
e j e son l a co mu
de se e ocio
resistenc ias a dis tintas formas de d ommao o n, d e «op ciones» y p ro- o
eligios as c uy o
s p á tic as r pos pent s l es y l as
l as I· denti· ¿ades reivi n- caso de l os gru
r c eco ta
y ectos. Desde esa pers · pec t·iv a , g ra n p ar t e de va
g uridad. Es el
. , . · • es p re- de m de se
es cierto q os gru
dicadas son «in venciones » mas que hereno as o ad qm· sic10n
nda e es
n embargo, no
a u
. _ m nid d carismát icas . Si nti e rsión
nacimiento. Idé
a es r ve
c oces de l a soc ia lización · son.. ..«1· 1·us1ones » y mitos .42
co u ca
' n r in stituciones en ho t iem
pos se an e ve dad
ela, donde dura
nte mu c
n p d b ervarse en l a escu i m puso
paulat i a u o o s
al de n iño y al u
mno s e
f ió d l se par ación radic blig
po l a p ublicana no estab a
icc n e a o ada a
La relación invertida te. La escuela re
co m o h ho vi den dos de raz ón a
ue a seres dota
ec e
' m á q l u mnos , má s q N i l
. , Tamb1. e, n en este caso, l a d irigirse zón de may o r magnitu .
s ue a a d a
La cadena d e socialización s e invi. rt10. f a lta l v ar hacia una ra p -
. quienes h a cí a e e
que pueden recel ar de es e
socio logía de l a religió n nos 111 for ma acerca de l os cam b.io s esen-·
ni l d l s ncia -con todo l o p
. .
c i· a J es d e l prog ra m a inst i tuciona l . p resc m dien do del car ácter mo--
infancia a a o e ce
nes y desbo rdes ,
de erso
c lt r l y sociales , de p asio í n
cificidades nían carta de ciudada
es
.
ciern o o tradicional de l a Ig 1 es1a' d e su ap ertura o rep 1i. egue con re
u u a n a e
esórde ne s»·- te
1 aoon . , al mun d o' está a l a vez e n func10n . , de l os ámbito s y de l as nalid ades diferentes y «d nto . La se paración de sexos, e l reduci
mie
l a cl ase y en el establec i y artíst icos, a veces los
rg do los ej ercicios físico s
do esp acio o to a a
38. Cf. C. D ubar, La Socialisation P·uís ' Annaod Colm,
. . . 199 1 . ,
39. J. E!ster, The Mu/tiple Sel(· e·,am b'n_. dge ' Camb
' nd ge urn· versity Press, J 985. ·i
cnt. París,
40 · S. Dassen, La vi/le globale
J pe/crin et le convertí: la religion en mouvem
l· . · pans, . l)escartes, 1 996 .
43. D . Herv ieu-Léger, Le
4 1 M e;5tel s, L e pouuozr de /'identité . París, Fayard, 1 996
-F
42.. .J . . ayart, L,zlluswn zdentitaire. París, Fayard, 1 996. Flarnrnarion, 200 1 .
86 / EL DECLIVE DE LA INSTITUC
IÓN .,...
•.. LA DECADENCIA DEL PROGRAMA INSTITUCIOMAL / 8 7
J"
falsa) al respecto- los niño cha cómoda (y de las mujeres, niños y minorías entran paulatiname nte en el mun
s y I �adofescen
la por medio de las demand tes e� tra ron a
as su s adres, ba¡o la pr la escue do del trabajo social y se oponen a las meras exigencias de i ntegra··
huelgas en los liceos y sin _ esión de las ción y de control.
mayo: meJiacio, n, p or efe
da impetuosa de mas ificac1. , cto de la olea-
0n escolar que vi o lle ar 1 .
co] a r a un c onjunto de alu g a _recmt o es-
mnos osten�iblemente poco
separar al alumno del niño dispuestos a Dos i n dividuos
y deI ª doIescente, aunqu
bajo el p eso de los proble · e sólo fuera
. ma s soCia¡es y de la
s culturas. J· uve .
Nm u a p dagogía pre tende diri
011es. La afirmación del sujeto más cerca, más allá o en contra de su
las recomendaciones eda , . gi r� c . ya a una tabula rasa; todas
g n e
.-
ad d . , el e ser
¡o , natu -ral y sag1 ' obre un
profesionales de las i nstituciones se lamentan : se vuelven «comer autorid e
- per m anente, o 6 1' en
debe reposar s
,
e -
¡us t,;f icac ión h ay m
ciantes» y pierden por completo l a legitimidad moral y «sagrada» traba¡_ - o d un atr ctiv - o -m d 1" vidual ' y
nac,la
, -
as
s obr e
« carisma» personal ' - , , f t' º o que la justifi cac1. on . M1en-- ,
a
�tti
que apuntalaba su rol. Reciben amen azas de denuncias ante- la jus
que la a�ra c� 10n y ción, las
ticia y deben d efenderse. Segú n dicen , están reducidos a ofrecer ser aleatorio :�: Jisciplin a y subj etiva
vicios y ya no pueden identificarse con ui-; orden sagrado, ya no ;on tras e} �ro gr a ma m st 1 tu 1
� c� � � el candel ero un a lógica de pura
n
e¡_a do n -
los sacerdotes de la gran cultura, de la ciencia y de la solidaridad. dos lo,gicas se se par an,
- to a¡eno que , a priori, pare - . tu -
ce con-
. pur r 'c noc 1m1en
relacion, de st1
- 11· n a. El pro grama m
o e o
Ante esa figura do ble del individuo a veces se ponen de manifiesto
. ea mis - ma de, d'i sc1p
actitudes cruzadas: se aprueba la promoción de un suj eto ético, de tradi. ctona con la l" d res esta n m tivados p o r que s u per s o n a-
que l os a ct
cional supone es y valores.47 Cuan to
o
sea ndo qu e o tros se ocupen de él; se rechaz a el surgimiento de un _
uida en � no a voc�cion
cliente, sin negarse a comportarse como tal cuando uno llega a ser lidad está c onstr \
º
, s se diferencian el individuo
usuari o de l as institucion es. Sin embargo, más que abandonarse a l a más- se separan el actor y e s1ste,ma, ma , la índ ole de la m otiva-
- to, �as , probl ematica resul ta
d enuncia fácil de la mala fe, en esas ambivalencias hay que percibir sooal y e l su1e rca de la ausen -
han s ido tan pesa , dos los discursos ace
el peso de la desestabilización del programa i nstitucion al y la tur ción. Nunca - 10n , d e Pobres al umn os Y enferm os · Nun ca los prof e-
mot vac · ' neces1- dael
bación, aú n más profun d a, de actores cuyo comportamiento priva ci de s h an resaltado tant la
a 1 o
les el e 1 tr a b ª -
l º sobre los otro deb e monvar -
do da la espalda a las virtudes de la ética profesional. El trabaj o so sio n
d e su trab a¡. o. El maestro
a
moti . var a l o « ob1" etos» _ moti . var a l en-
bre los otros es devastado por el maelstrom de las ambigüedades de s
, ar e,¡ase,. el m e' dico debe
m o ante s q u· e dict d r oCi - al
i dentitarias ya que, cuando caen l as murallas del santuario, la so a su alu n
f ermedad·' el tra baja o s
r que ''. 1 uc h e » co n tr a 1a en « sal
-
irse de
ciedad entra e n el orden regular, p ero en ese mis mo m omento los sa fer m o p a a
a ra que é ste de
cid a
tiva r l mtegr ante d �1 RMI p ce falt a
cerdotes de esa orden entran en l a sociedad común y no se cuentan debe m a prim e ro h
a l os de más '
o a
-
A h ora b i en, par a m otivar o m ter l a
entre los más amables con sus instituciones. allí»._
o mi - sn-i<) ' h ace f a.lta
ser c·apaz de compr e
motiv ar se a u n
f
más que aye nos sen tirn ·
el tema del sufrimiento os s ofocados por ende, es conven iente hablar de experienc i a social más que de rol ,
N s e pero\_ e ese sufrimien
<lucible a las i njusticias �o
nes de trabaj o. S
ci e�:; 1 � mc le�encia de_ la� condicire
to corno
o
pues es atribución del trabajador recomponer l a u nidad de s u expe
riencia y, de ese modo , la del objeto de su trabajo. Pueden derivarse
f
egún Chri st:
e¡ ur s, dicho sufn
te tamb ién a un
prin cipio de ma1 ' a� pla rn1 ento remi- tres grandes lógicas: correspo nden a los tres 11iveles de acción que el
cer de hacer su frir, a la programa institucional era capaz de c::onfundir o, al menos, in scribir
48. A. Ehrenbcrg I,a ¡;a en una cadena de relacione s de engendramiento .
ttgue d'"etre soi. París, Od �
49· C · D e¡o /
. urs, ,,ou ile• ·Jacob 199 8 ·
ffrance en France. J .a bana ' il
rís, Seuil, 199 8; cf. tambié ¡-tsatton de l'injustice soc o: El control social. Todo trabajo sobre los otros cons iste en atri
ia/e. Pa-
. J.-P. Du rand e
- . n el deb at
, e acerca de ese vol um en suyo con
l. Baszanger, en Soc rologie du trauail, 42, 2, buir un rol, en conferir un a identidad institu cional y esperar de otro
200 0.
que se comporte según esa posic ión . Uno es alu mno, enfermo, pos--
1 ()'.)\,,
92 / EL DECL IVE DE LA INSTITUC
IÓN ►
i\,, c:o:in;:
LA DECADENCIA DEL PROGl,AMA INSTITUCIONAL / 93
si onal termina por con fig ura r su e stilo, más que su r dl. El tra baj o gr a do , entre l o pn . w. en te e s que ma de l a
e xp e r ie nc i a
d p pon rs e , p u e s, el s1g
s o b re l os otros es una acti v ida d ética , p orq u e a signa .Óna identida d P ue e ro e
o s otro s:
a l o s d emás y si emp re pone en j ueg o d e m o d o l a ten te o i m plícito del t rab ajo s ob re l
orientaciones normativa s.
Si el program a institu ci ona l pue de rec onfort ar el s entim i ento Relación
d e una sólida u n i da d norm a tiva , esta últim a se de sco mp one al mis con ocimiento del sujeto
mo ritm o y c onforme a l a s mismas ra ci onalida d e s qu e l a s distinta s
Per son a - Re
p ued en volvers e venta j a s rel ativa s. D e h echo, el m érito funcion a t a1 m ente l a en't
otr
.
¡ o c nc it ent e s,
de trab a . . 0 se vu elve s u mi sión a l.os cli
. na ur
· ega el s. er v ic1
o a
ta m bién como un m od o d e c ontrol con la p e d agogía de l «contra d c1
vuel ve b rut ' . mo y dem a o gi a . Es a exp e n encia n u n ··
) ·
1 ¿ a .
rc1s 1 s
a
to» que con siste en no ofrec e r un servicio m ás que en fu nción d e v lv
l a re l a ción s acto res re spec
Y, ª m ay or dis. t�ncia d e laodq
se ue e na
ciertos co mp romis o s d e los actores: contrato de RMI, contrato pe iliz d l t d
ca se e sta b d u i e r e la a cti vi-
. · al ' m ay or m ten 51· da
o o
·
a e
d agógic o, contrato l a ten t e entre el enfer mo y el servicio. . . El usua to de l pro gram a mst1tu� d p a r ec er c o m o
q u e a q u e 11 a inc l u s o p ue
10n
rio q u i ere ver rec on ocido s sus m érito s en el acceso a bie n e s escasos, d a d crítica ; tanto es a s 1,
a
Este e sque -
e
de l o s f e rm ero s y
otro s e gún una norma d e aut en ticid a d. 53 A diferenci a d el m érito y csta r » d e 1 o� d ocent e s
b an al de «cr isis » y « m a�
en
, a ¡1tes
54_ F. Du bet, Les ineg
53. A. Honneth, La lutte pour la reconnaissance. París, Le Cerf, 2000. 2001 .
ITUCIONIIL / 97
LI\ D�CI\DENCIA UEL i'FlOGRI\MI\ INST
96 / EL DECLIVE DE LA ll�STITUCIÓN
o1
•· �· 1CO
, s )r. dcsc · npc . 10n . . e s.. c1·e 1 1nos obr·•do «co mo si» el pro ·
• - �
d o m ue h os . t e m:1 . . '
ciaría, ent onces, de sentido y d e dinamismo. Como la identidad de de l a
f one s a' el ¡· rcF�•raina ins t1tu .
1 : l s tra ns urrn ac1 ·.
o n stat a! qu . a rns t,
. . .
l a mayoría d e los actores social es, l a d e los profesio nal es del traba so c •
.
. dera . 1 1J ¡ e, ferr 1m . . ,
1za c1o , n de las
· . r on as<K . .·.l� C1 as. a 111a co ns1
jo sobre los otr os no p uede estabilizarse. Según ven la cuestión mu estu vie L Ttb · r('S •• conser v an e l
cua si rnonopoho
or m as ··¡u e tl o 1HH
P , l ia mente de u n m u n ·
s
chos de los profesional es, ello genera la aflicción, las dificul tades y t uci n e s.
· . m,. pa. sa . Je), ... :1 ,nn
o
. .1ones d· e·' po· der· h.ern .
el interés d e esas actividades . de l as pos1c
un m .u ; c , c . . res . ·H ay u n lazo d e nece s1• d a d
mbr . tar .
do de ho � m e nos . i. ;17���0 m c�do uno podr ía pregun
_ _ r�� ;e �
s a
A propósito de l programa instituciona l, he mos r esaltado qu e lo .
esencial de la socialización se r e alizaba a p artir de un principio de ent re ·a · m bos , eno cio ne s; pe ro. en
f·: · c·· 1;a . de • l a s ins titu .
rnc • n t ·· ce¡-; ·
'· d e l·
d e 1..1 a
homología entre l os «socializantes» y los socializados. El programa se le g1t1 m a e a a
res o,u 1 c10 _. , 1 . i. pl ante . ,•i ría p e uPr
, •
,._, oso ; __s
de otro pr? ble ma cuy a . •
bres y los dilemas en mate ria de justicia de los actores prof esionales ese tra y ecto v o v l de la socia liz aci ón qu e
tra �a J O sobre l o s ot�OS
son los de sus usuarios. En ese aspecto , l as experiencias profesiona soc i ológ ica d el
e, ste pro d uct. , P o r ultuno a )Ordaremo
\ { :1 pro . blem. a qu
.
e cre
1 en
e mo
un
s
1tuc1o a
les del trabajo sobre l os otros no son más que u na figura peculiar de 'a1 varse d e1 pro gra ma i nst
na
.
las restantes experiencias sociales; todas tienen equival entes y c o fu nd_ amental·. c qué de be s e mo crá tic a? P r e xp res ar 1o c on
ea se1. . ivi bl e y d
a a
soe 1 da d qu de s . evc, rs1-·ble l a de cad encia del pro -
v
e
rresponde ncias en las de los demás. La «crisis» de los alumnos no es e
. d ' s 1· se e.01 151 . d e ra 1rr
c t1tu
más que l a otra cara de la «crisis» de los docentes, tal como l as in m a yor e x a
l , ¿co
.
m .
o mt e nta
. . r es tab i l izar nu evas f or mas (-l e
ce rtidumbres de l os enf ermos, desgarradas entre <,::Í encia objetiva y ara m a i n stit uci o na