ASERTIVA
Naciste para vivir en comunidad, por ello, existe en ti una necesidad inherente
de comunicarte, pues es la base que tienes para relacionarte con los demás,
dar y recibir amor y desarrollar al máximo tus habilidades, tu potencial y
cumplir tu propósito. Quien no se comunica, sea verbal o no verbalmente no
se siente vivo, se siente cada vez más vacío. Sin embargo, la comunicación en
sí misma no basta, hay que comunicarse de manera efectiva, de manera clara,
de forma donde aportes al desarrollo de los demás y ellos al tuyo. Donde haya
comprensión, entendimiento, libre intercambio de ideas y respeto.
Precisamente es allí donde entra la comunicación asertiva.
La biblia resume el sentido de la existencia humana con sólo dos tareas: Amar
a Dios sobre todas las cosas y Amar a tu prójimo como a ti mismo. Para
ambas se requiere el comunicarse. No amarás lo que no conoces y no
conocerás nada ni nadie sino hay comunicación. Al comunicarte desarrollas lo
mejor de ti, tu potencial y lo compartes con otros. Aprendes a relacionarte con
los demás, comunicarte es relacionarte con los demás. No se puede alcanzar y
mucho menos disfrutar nada grande solo. Por lo tanto es fundamental para el
ser humano la comunicación. Es fundamental para ti comunicarte.
Sin embargo, has estado comunicándote toda tu vida y tu vida no refleja los
resultados que quieres, ni tales beneficios, entonces ¿qué pasa? ¿cuál es la
respuesta? Una comunicación insana en vez de logar desarrollar nuestras
vidas, nuestras relaciones (o el funcionamiento de una nación) puede degradar
o destruir. Así que, si necesitas comunicarte, pero de la manera más sana y
adecuada posible, necesitas practicar la comunicación asertiva: la asertividad.
UNA MADRE
Las crías esperan. Tiene que volver al nido. Los hombres la odian, como si ella
tuviera la culpa de que sus glándulas elaboraran veneno.
Porque lo sabe, comprende que arriesgará la vida si se atreve a reptar bajo los
tambos ahora llenos de gente.
- Yo soy el colonel…
-¡No, Martín: a mí me toca!
- Matachín…Chin…Chin…
- De frente… ¡Marchen!
La jergón continúa indecisa. Enroscada en una rama e inmóvil, mira el puesto
sin encontrar camino apropiado para pasar, porque los hacendados han
rozado la porción de monte que quedaba entre el último tambo y la cocha. Por
allí vino en la mañana, pero la situación ha cambiado: lo que al amanecer
eran matas de arbustos ahora es campo despejado donde juegan los
muchachos y dormitan los perros de olfato fino y de ojo avizor.
Piensa en volver a la cocha y en cruzarla nadando. Mas no, ahora encuentra
una solución mejor: dar la vuelta por el barranco que está desierto. Como la
noche ha cerrado ya oscura, no la van a distinguir.
La jergón comprende el peligro pero no puede hacer nada. Piensa en sus crías,
en los hombres, en los faroles que la rodean.
Ya no puede avanzar más. Los leños están tan pegados uno al otro en la hilera
a que ha llegado, que su cuerpo no cabe por la luz que queda entre ellos.
Presiente que al fin se acerca y espera. Una mano robusta y bermeja la coge
junto con la raja de leña. Ella se vuelve y le clava la lanceta.
EL TAZÓN DE MADERA
Un viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años, ya las
manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina
del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia
disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su
comida se la servían en un tazón de madera.
De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una
lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado solo. Sin embargo, las únicas
palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que
dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena,
el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.
Le preguntó dulcemente: ¿Qué estás haciendo?
Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti
y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos".
Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron
sin habla.
Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al
respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a
la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con
ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más
cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el
mantel.
Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de
la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas.
Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques
con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y
modelos a seguir.
He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que
maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito
enredadas.
He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus
padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo.
Carta de despedida del Amauta José María Arguedas antes del suicidio.
Jóvenes estudiantes:
Les dejo un sobre que contiene documentos que explican las causas de la
decisión que he tomado.
Javier Márquez
Ahora es posible dar valores para algunos de estos factores. Sabemos que
cada año nacen aproximadamente 20 estrellas en la Vía Láctea y hemos
detectado más de 700 exoplanetas. Aproximadamente una cuarta parte de las
estrellas poseen un planeta similar en masa a la Tierra.
Pero estimar los factores biológicos es poco más que hacer conjeturas.
Sabemos que la vida se adapta fácilmente una vez que surge, pero no sabemos
cuán fácil es que aparezca la vida en primer lugar.
Planeta único
Algunos astrónomos creen que la vida es casi inevitable en cualquier planeta
habitable. Otros sospechan que la vida simple es común, pero que la vida
inteligente es extremadamente rara. Unos pocos creen que nuestro planeta es
único. “La vida puede o no formarse fácilmente”, dice el físico Paul Davies de
la Universidad Estatal de Arizona en Tempe. “Estamos en completa
oscuridad”.
Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre,
terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.
Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho
una broma?
Una persona que deseaba verlas, y no poseía dinero para pagar la entrada,
cogió al primer perro callejero que encontró y lo llevó a la Casa de Fieras. Le
dejaron pasar e inmediatamente echaron al perro a la jaula del león para que
éste se lo comiera. El perro asustado se quedó en un rincón de la jaula,
observando al león, que se acercó para olfatearlo.
El león iba examinándolo por todas partes, moviendo su enorme cabeza pero
sin hacerle el menor daño. Al ver que el león no comía al perro, el guardián de
la jaula le echó un pedazo de carne. El león cogió un trozo y se lo dio al perro.
Así, el león y el perro siguieron viviendo en la misma jaula durante una año
entero.
Así pasó todo el día. Luego se echó al lado del perrito y permaneció quieto,
pero no permitió que nadie se llevara de la jaula el cuerpo sin vida de su
amigo.
El guardían creyó que el león olvidaría al perro si metía a otro en la jaula, y así
lo hizo, pero, ante su asombro, vio cómo lo mataba en el acto, devorándolo.
Luego, se echó nuevamente, abrazando al perro muerto y permaneció así
durante cinco días. Al sexto día, el león también murió.
La caída de un Casanova
Parece claro que los adolescentes y los jóvenes son especialmente sensibles
a su situación en el mundo. Por eso dependen estrechamente –aunque a
veces no lo parezca- de la consideración de los otros, y buscan, por infinidad
de medios, construir su propio estatus relacional. De aquí su trabajo
incansable por la apariencia, la ropa, los modos y las modas.
La otra clave de las tribus urbanas es la afectividad grupal que son capaces
de dispensar. Sus miembros acuden a ellas, entre otras cosas, para sentir
cohesión con los otros, para encontrar apoyo sentimental y para compartir
experiencias y actitudes con quienes consideran iguales. Las tribus son un
ámbito de contacto físico, una oportunidad para la cercanía de los cuerpos y
de los sentidos, una ocasión para la evasión de un mundo demasiado frío y
tecnológico.
A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta.
Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: ¡Cuidado! El ciclista cayó a
tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: ¿Ya vio lo que es el poder de la
palabra? Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían
desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor, que tenían un dios especial
para las palabras.
Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el
tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté
desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas:
No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en
tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los
idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados
hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.
La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir
sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como
otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta
experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio
de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de
hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en
los Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de
intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el
verbo pasar tenga cincuenta y cuatro significados, mientras en la república del
Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en
cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos
hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los
hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que
un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo:
«Parece un faro». Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazo un
cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que Don Sebastián de
Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra
que el amarillo es el color de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos
probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a
rincón, una cereza que sabe a beso?
Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempos
no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla
en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre
en el siglo veintiuno como Pedro por su casa.
Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la
esperanza de que le lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas
osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar,
con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta
providencial de mis doce años.
El zar era caprichoso, autoritario y cruel (cruel como todos los que enmarañan
por demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la ausencia del botón
mandó a buscar a su sastre y ordenó que a la mañana siguiente fuera
decapitado por el hacha del verdugo.
Deseoso de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle al
soberano su descubrimiento:
- Bien, tu pena será suspendida por dos años, mientras tanto tú entrenarás
al oso. ¡Mañana empezarás!
- Sí, alteza.
...Cuando todos en la casa del sastre lloraban por la pérdida del padre de
familia, el hombre pequeño apareció en la casa en el carruaje del zar,
sonriente, eufórico y con regalos para todos.
La ley de dar
Este frágil recipiente lo has vaciado una y otra vez para llenarlo eternamente
de vida nueva. Esta pequeña flauta de caña la has llevado por valles y
montañas, soplando a través de ella melodías siempre nuevas...
Tus dones infinitos vienen a mí solamente en mis pequeñas manos. Pasan los
siglos, y tú continúas vertiendo, y todavía hay espacio para llenar.
La segunda ley espiritual del éxito es la ley del dar. También podría llamarse la
ley del dar y recibir porque el universo opera a través de un intercambio
dinámico. Nada es estático. Nuestro cuerpo está en intercambio dinámico y
constante-con el cuerpo del universo; nuestra mente mantiene una interacción
dinámica con la mente del cosmos; nuestra energía es una expresión de la
energía del cosmos.
La palabra "afluencia" viene de la raíz latina afflúere que significa "fluir hacia".
La palabra afluencia significa "fluir en abundancia". El dinero realmente es un
símbolo de la energía vital que intercambiamos, y de la energía vital que uti-
lizamos como consecuencia del servicio que le * prestamos al universo. Al
dinero también se le llama moneda "corriente", nombre que refleja igualmente
la naturaleza fluida de la energía. La palabra "corriente" viene del latín cúrrere
que significa "correr" o "fluir".
*
La palabra inglesa affluence - traducida aquí como "afluencia" - significa, además de abundancia,
riqueza y prosperidad; de ahí la digresión etimológica del siguiente párrafo. (N. del Ed. )
riqueza. En realidad, la manera más fácil de obtener lo que deseamos es
ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean. Este principio funciona
igualmente bien para las personas, las empresas, las sociedades y las
naciones. Si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la
vida, aprendamos a desearle en silencio a todo el mundo todas las cosas
buenas de la vida.
Incluso la sola idea de dar, el simple deseo, o una sencilla oración, tienen el
poder de afectar a los demás. Esto se debe a que nuestro cuerpo, reducido a
su estado esencial, es un haz individual de energía e información en medio de
un universo de energía e información. Somos haces individuales de conciencia
en medio de un universo consciente. La palabra "conciencia" implica mucho
más que energía e información - implica una energía y una información que
viven en forma de pensamiento. Por tanto, somos haces de pensamiento en
medio de un universo pensante. Y el pensamiento tiene el poder de trans-
formar.
Una de las cosas que me enseñaron cuando era niño, y que también les he
enseñado a mis hijos, es nunca visitar a alguien sin llevarle algo - no visitemos
nunca a alguien sin llevarle un regalo. Sin embargo, uno podría preguntarse:
"¿Cómo puedo hacerles regalos a los demás si ahora ni siquiera tengo
suficiente para mí?" Podemos regalar una flor; una sola flor. Podemos llevar
una nota o una tarjeta que exprese algo sobre nuestros sentimientos hacia la
persona a quien visitamos. Podemos llevar un elogio. Podemos llevar una
oración.
2) Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré los
obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, o los
aguaceros de primavera o las
primeras nevadas del invierno. También estaré abierto a recibir de los demás,
sea un regalo material, dinero, un elogio o una oración.
EL PAN DE CRISTO
El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor. Al cabo
de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la
mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.
Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un
club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al
mismo.
Víctor le pidió al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer.
- Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La mujer, que
oyó la conversación, preguntó:
- Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido.
- Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero
para beber.
-Estará usted comiendo El Pan de Cristo! Compártalo -dijo ella con una
cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.
- Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida?
El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento.
- No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar,
la ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé, tenía
hambre. Le voy a llevar el pan.
- Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso,
le interesará un empleo?
Venga a mi oficina mañana, me hace mucha falta una persona íntegra como
usted.
Señor Jesús: “Te amo mucho, te necesito para siempre, estás en lo más
profundo de mi corazón, bendice con tus néctares corporales, a mi
familia, mi casa, mi hogar, mi empleo, mis finanzas, mis sueños, mis
proyectos y a mis amigos”.
BUEN EXITO SIN LIDERAZGO
Creo que el buen éxito está al alcance de casi todo el mundo. Pero también
creo que el éxito personal sin capacidad de liderazgo sólo produce una eficacia
limitada. El impacto de una persona representa sólo una fracción de lo que
podría ser si esta tuviese un buen liderazgo. Cuanto más alto desee escalar,
tanto más necesita el liderazgo. Cuanto más alto sea el impacto que desee
causar, tanto mayor influencia necesitará. Lo que alcance estará restringido
por su capacidad de dirigir a otros.
Pero usted tiene otra opción. Digamos que en vez de hacer lo anterior,
trabaja duro para aumentar su nivel de liderazgo. Con el transcurso del
tiempo, usted se desarrolla como líder, y finalmente, su capacidad de liderazgo
llega a obtener, digamos, un 6. Visualmente, los resultados serían así:
EL PROBLEMA
“Cuentan que cierto día en un monasterio Zen-Budista, los monjes se
encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar
un substituto.
El Gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quién sería el
nuevo centinela. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo:
- Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a
presentar.
Entonces, colocó una preciosa mesita de finas maderas en el centro de la
enorme sala en que estaban reunidos,
y encima de ésta colocó un jarrón de porcelana con un diseño de exquisito
gusto y refinamiento, con varias rosas amarillas de extraordinaria belleza en
él. Y dijo así:
- ¡Aquí está el problema! –señalando directamente al precioso jarrón.
Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de extremo
valor y belleza, con maravillosas flores en su interior.
¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma encerrado detrás de
todo esto? ¿Dónde estaba el problema?
En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro
y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y... ¡zas! Blandiendo
la espada, destruyó todo de un solo golpe.
La escena fue impresionante.
Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo con voz
contundente:
- Usted será el nuevo Guardián del monasterio.
Moraleja de la historia:
No importa cuál sea el problema. Ni que sea algo lindísimo. Si ves un
problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema, y como tal, es
un imperativo categórico eliminarlo.
No importa que se trate de una mujer sensacional y atractiva, o de un hombre
maravilloso y seductor, o de un gran amor que se acabó.
Por más lindo que sea o haya sido, si ya no existe más sentido para él en tu
vida, tiene que ser suprimido.
Muchas personas cargan en su vida entera el peso de cosas que fueron
importantes en el pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en
sus corazones y mentes.
Espacio que es indispensable para re-crear la vida.
Existe un proverbio chino que dice: “Para tú poder beber vino en una copa que
se encuentra llena de ti, es necesario primero tirar el ti, y entonces poder
servir y beber el vino”.
Limpia tu vida. Comienza con las gavetas y armarios, hasta llegar a las
personas del pasado que no hacen más sentido en tu vida y que están
ocupando un espacio en tu corazón.
Un espacio indispensable para ser ocupado por tu alegría de vivir.
EL ESPAÑOL EN EL MUNDO
Datos y Números
El español es, por número de hablantes, la tercera lengua del mundo. Pese
a ser una lengua hablada en zonas tan distantes, hasta ahora todavía
existe una cierta uniformidad en el nivel culto del idioma que permite a las
gentes de uno u otro lado del Atlántico entenderse con relativa facilidad.
Las mayores diferencias son de carácter suprasegmental, es decir, la
variada entonación, fruto al parecer de los diversos substratos lingüísticos
que existen en los países de habla hispánica. La ortografía y la norma
lingüística aseguran la uniformidad de la lengua; de ahí la necesidad de
colaboración entre las diversas Academias de la Lengua para preservar la
unidad, hecho al que coadyuva la difusión de los productos literarios,
científicos, pedagógicos, cinematográficos, televisivos, ofimáticos,
comunicadores e informáticos.
Desde España se ha elaborado el primer método unitario de enseñanza del
idioma que difunde por el mundo el Instituto Cervantes. El trabajo
coordinado de las Academias ha cristalizado en la "Elaboración de la norma
culta de las grandes ciudades", que presta especial atención a la fonología y
el léxico. Es el segundo idioma hablado en Estados Unidos, que cuenta con
varias cadenas de radio y televisión con emisiones totalmente en español;
asimismo, y por razones estrictamente económicas, es la lengua que más se
estudia como idioma extranjero en los países no hispánicos de América y
Europa.
EL JUEZ SABIO
Quiso ver si, como decían, en una ciudad cercana vivía un juez capaz
averiguar la verdad sin equivocarse y de castigar con justicia a los ladrones.
Por eso supe que usted era el verdadero dueño" Entonces Baukás dijo: "No soy
un campesino, sino el rey Baukás. Vine a ver si era verdad lo que decían de
usted. Ahora estoy convencido de que es un juez sabio. Pídame lo que quiera
que se lo daré." El juez dijo: "Gracias, pero no necesito ninguna recompensa"
Fin
EL PODER DE LA INFANCIA
Era uno de los que, durante la guerra civil, luchaban del lado
de las autoridades. Acababan de prenderlo y lo iban a ejecutar.
-¿Dónde te llevan?
-¿Qué?
-¿Por qué?
-Ya ves, estoy paseando con este amigo; vamos a dar una
vuelta; luego iré a casa. Anda, vete, sé bueno. […]
El pequeño obedeció.
Una vez se le ocurrió que ya estaba harto de correr detrás de los ratones,
hacer run-run y maullar en distintos tonos.
El gato estaba indeciso entre ser aviador o hacerse músico. Pero después
decidió ser equilibrista.
Entre aplausos, el gato caminó en la cuerda floja sobre dos ruedas. Hizo
maravillas lanzando al aire paletas de menta, piña, fresa y limón, que volaban
de sus manos sin fallar una sola vez.
Después de todo no con esa actuación quedó satisfecho, como era tan
inquieto, volvió al tejado para imaginar nuevas aventuras.
HISTORIA DE UN SAMURAI
Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a
enseñar a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que
todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos,
apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación:
Esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado
de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos,
contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Con la
reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar
su fama.
Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el
viejo acepto el desafío.
Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven
comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en
su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos
conocidos -ofendiendo incluso a sus ancestros-.
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció
impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el
impetuoso guerrero se retiró.
Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos
insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad?
¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la
lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro les preguntó: -Si alguien llega hasta ustedes con un regalo
y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio? -A quien
intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
- Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el
maestro-.
Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba
consigo.
Estaba el buen hombre con estos pensamientos cuando fue a pararse enfrente
de una pastelería. Allí se quedó largo tiempo mirando embobado los pasteles,
hasta que pasaron por allí dos muchachos y le dijeron para burlarse:
Muy sorprendidos: “¡Quinientos! ¡Dios nos libre! Les dijo el campesino: “Pues
de qué poco se asustan ustedes” y de esta forma comenzaron a discutir, ellos
diciendo que no y el insistiendo que si.
“Miren a ese tonto, que por hartarse de pasteles deja que le saquen una
muela”.
“Más tontos son ustedes, porque gracias a esta apuesta he matado el hambre
y, además, me han sacado una muela que me había dolido toda la semana”. Y
así el campesino fue como logró matar su hambre y sacarse la muela sin tener
que gastar un peso.
Contenido nutricional:
• Alto contenido en carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales
• Su contenido en proteínas es muy alto, entre el 12 y el 18 %, contiene todos
los aminoácidos esenciales
• Tiene grasas insaturadas, especialmente importante es su contenido en
ácido linoleíco, y además minerales como el hierro, el fósforo y el calcio.
• Por cada media taza de quínoa cruda encontramos 40 gramos de hidratos,
10 gramos de proteína de gran calidad, 4 gramos de grasas saludables y el
12% del calcio, además de vitamina C, E, complejo B y ácido fólico.
B
• 1 vaso de jugo de naranja
• 1 vaso de yogurt con hojuelas de quinua
• 1 pan con paté
C
•1 vaso de quinua con leche
•1 porción de chuño sancochado
•1 huevo frito
•1 tuna
Cambio climático
Durante los últimos 50 años, la actividad humana, en particular el consumo
de combustibles fósiles, ha liberado cantidades de CO2 y de otros gases de
efecto invernadero suficientes para retener más calor en las capas inferiores
de la atmósfera y alterar el clima mundial.
En los últimos cien años el mundo se ha calentado aproximadamente 0,75 ºC.
Durante los últimos 25 años el proceso se ha acelerado, y ahora se cifra en
0,18 ºC por década [1].
El nivel del mar está aumentando, los glaciares se están fundiendo y los
regímenes de lluvias están cambiando. Los fenómenos meteorológicos
extremos son cada vez más intensos y frecuentes.
¿Qué repercusiones tiene el cambio climático en la salud?
Aunque el calentamiento mundial puede tener algunos efectos beneficiosos
localizados, como una menor mortalidad en invierno en las regiones templadas
y un aumento de la producción de alimentos en determinadas zonas, los
efectos globales para la salud del cambio climático serán probablemente muy
negativos. El cambio climático influye en los requisitos básicos de la salud, a
saber, un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda
segura.
Calor extremo
Las temperaturas extremas del aire contribuyen directamente a las
defunciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo
entre las personas de edad avanzada. En la ola de calor que sufrió Europa en
el verano de 2003, por ejemplo, se registró un exceso de mortalidad cifrado en
70 000 defunciones [2].
Las temperaturas altas provocan además un aumento de los niveles de ozono
y de otros contaminantes del aire que agravan las enfermedades
cardiovasculares y respiratorias. La contaminación atmosférica urbana causa
aproximadamente 1,2 millones de defunciones cada año.
Los niveles de polen y otros alérgenos también son mayores en caso de calor
extremo. Pueden provocar asma, dolencia que afecta a unos 300 millones de
personas. Se prevé que el aumento de las temperaturas que se está
produciendo aumentará esa carga.
Desastres naturales y variación de la pluviosidad
A nivel mundial, el número de desastres naturales relacionados con la
meteorología se ha más que triplicado desde los años sesenta. Cada año esos
desastres causan más de 60 000 muertes, sobre todo en los países en
desarrollo.
El aumento del nivel del mar y unos eventos meteorológicos cada vez más
intensos destruirán hogares, servicios médicos y otros servicios esenciales.
Más de la mitad de la población mundial vive a menos de 60 km del mar.
Muchas personas pueden verse obligadas a desplazarse, lo que acentúa a su
vez el riesgo de efectos en la salud, desde trastornos mentales hasta
enfermedades transmisibles.
La creciente variabilidad de las precipitaciones afectará probablemente al
suministro de agua dulce, y la escasez de esta puede hacer peligrar la higiene
y aumentar el riesgo de enfermedades diarreicas, que matan a 2,2 millones de
personas cada año. En los casos extremos, la escasez de agua causa sequía y
hambruna. Se estima que en la última década de este siglo el cambio climático
habrá ampliado las zonas afectadas por sequías, multiplicando por dos la
frecuencia de sequías extremas, y por seis su duración media [3].
También están aumentando la frecuencia y la intensidad de las inundaciones.
Estas contaminan las fuentes de agua dulce, incrementando el riesgo de
enfermedades transmitidas por el agua y dando lugar a criaderos de insectos
portadores de enfermedades, como los mosquitos. Causan asimismo
ahogamientos y lesiones físicas, daños en las viviendas y perturbaciones del
suministro de servicios médicos y de salud.
El aumento de las temperaturas y la variabilidad de las lluvias reducirán
probablemente la producción de alimentos básicos en muchas de las regiones
más pobres, hasta en un 50% para 2020 en algunos países africanos [4]. Ello
aumentará la prevalencia de malnutrición y desnutrición, que actualmente
causan 3,5 millones de defunciones cada año.
Distribución de las infecciones
Las condiciones climáticas tienen gran influencia en las enfermedades
transmitidas por el agua o por los insectos, caracoles y otros animales de
sangre fría.
Es probable que los cambios del clima prolonguen las estaciones de
transmisión de importantes enfermedades transmitidas por vectores y alteren
su distribución geográfica. Por ejemplo, se prevé una ampliación considerable
de las zonas de China afectadas por la esquistosomiasis, una enfermedad
transmitida por caracoles [5].
La malaria depende mucho del clima. Transmitida por mosquitos del género
Anopheles, la malaria mata a casi un millón de personas cada año, sobre todo
niños africanos menores de cinco años. Los mosquitos del género Aedes,
vector del dengue, son también muy sensibles a las condiciones climáticas.
Los estudios al respecto llevan a pensar que el cambio climático podría
exponer a 2000 millones de personas más a la transmisión del dengue en la
próxima década de los ochenta [6].
Medición de los efectos en la salud
La medición de los efectos sanitarios del cambio climático sólo puede hacerse
de forma aproximada. No obstante, en una evaluación llevada a cabo por la
OMS teniendo en cuenta sólo algunas de las posibles repercusiones sanitarias
se concluyó que el discreto calentamiento registrado desde los años setenta
estaba causando ya un exceso de mortalidad cifrable en 140 000 defunciones
anuales en 2004 [7].
¿Quiénes están en riesgo?
Todas las poblaciones se verán afectadas por el cambio climático, pero algunas
son más vulnerables que otras. Los habitantes de los pequeños estados
insulares en desarrollo y de otras regiones costeras, megalópolis y regiones
montañosas y polares son especialmente vulnerables.
Los niños, en particular los de los países pobres, son una de esas poblaciones
más vulnerables a los riesgos sanitarios resultantes y se verán expuestos por
más tiempo a las consecuencias sanitarias. Se prevé asimismo que los efectos
en la salud serán más graves en las personas mayores y las personas con
diversos achaques o dolencias preexistentes.
Las zonas con infraestructuras sanitarias deficientes, la mayoría en países en
desarrollo, son las que tendrán más dificultades para prepararse y responder
si no reciben asistencia.
Respuesta de la OMS
Hay muchas políticas y opciones individuales que pueden reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero y reportar importantes beneficios
colaterales para la salud. Por ejemplo, el fomento del uso seguro del transporte
público y de formas de desplazamiento activas -caminar o ir en bicicleta como
alternativa a los vehículos privados- podría reducir las emisiones de dióxido de
carbono y mejorar la salud.
En 2009 la Asamblea Mundial de la Salud respaldó un nuevo plan de trabajo
de la OMS sobre cambio climático y salud, que abarca lo siguiente:
Sensibilización: fomentar la toma de conciencia sobre la gran amenaza
que supone el cambio climático para la salud.
Alianzas: coordinarse con organismos asociados del sistema de las
Naciones Unidas, y procurar que la salud ocupe el lugar que merece en
la agenda del cambio climático.
Ciencia y datos probatorios: coordinar las revisiones de la evidencia
científica existente sobre la relación entre el cambio climático y la
salud, y elaborar una agenda de investigación mundial.
Fortalecimiento de los sistemas de salud: ayudar a los países a
determinar los puntos vulnerables de sus sistemas sanitarios y crear
capacidad para reducir la vulnerabilidad de la salud al cambio
climático.
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el
mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos
creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer", simplemente
porque alguna vez probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré",
perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede contar un ser
humano: la fe.
La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento
TODO NUESTRO CORAZON y todo nuestro esfuerzo como si todo
dependiera de nosotros, pero al mismo tiempo, confiando totalmente en
Dios como si todo dependiera de Él.
La Achiqué
Vacilante, incrédulo, se agachó y lo tomó entre sus manos. Diez, diez, diez, era
un billete de diez soles, un billete que contenía muchísimas pesetas,
innumerables reales. ¿Cuántos reales, cuántos medios, exactamente? Los
conocimientos de Esteban no abarcaban tales complejidades y, por otra parte,
le bastaba con saber que se trataba de un papel anaranjado que decía "diez"
por sus dos lados.
Siguió por el sendero, rumbo a los edificios que se veían más allá de ese otro
cerro cubierto de casas, Esteban caminaba unos metros, se detenía y sacaba
el billete de su bolsillo para comprobar su indispensable presencia. ¿Había
venido el billete hacia él -se preguntaba- o era él, el que había ido hacia el
billete?
¿La bestia con un millón de cabezas? Esteban había soñado hacía unos días,
antes del viaje, en eso: una bestia con un millón de cabezas y ahora, él con
cada paso que daba iba internándose dentro de la bestia.
Estuvo dando algunas vueltas, atisbando dentro de la bestia, hasta que llegó a
sentirse parte de ella. Un millón de cabezas y ahora una más. La gente se
movía, se agitaba, unos iban en una dirección, otros en otra y él, Esteban, con
el billete anaranjado quedaba siempre al centro de todo, en el ombligo mismo.
Unos muchachos de su edad jugaban en la vereda. Esteban se detuvo a unos
metros de ellos y quedó observando el ir y venir de las bolas; jugaban dos y el
resto hacía ruedo. Bueno, había andado unas cuadras, y por fin encontraba
seres como él, gente que no se movía incesantemente de un lado a otro.
Parecía, por lo visto, que también en la ciudad había seres humanos.
-¡Hola, hombre!
-Sí, este... -se aturdió y no supo cómo explicar que vivía en el cerro y que
estaba en viaje de exploración a través de un millón de cabezas.
-¿De dónde ah?- se había acercado y estaba frente a Esteban. Era más alto y
sus ojos inquietos le recorrían de arriba abajo
-De allá, del cerro- y Esteban señaló en la dirección en que había venido.
-¿San Cosme?
¿Del Agustino?
-Yo no tengo casa ... -dijo el chico después de un rato. Tiro una bola contra la
tierra y exclamó:
-Caray, no tengo.
-En el mercado, cuido la fruta, duermo a ratos ... - Amistoso y sonriente, puso
una mano sobre el hombro de Esteban y pregunto:
-Esteban...
Dieron algunas vueltas. Más y más edificios. Más y más gentes. Más y más
autos en las calles. Y el billete anaranjado seguía en el bolsillo. Esteban lo
recordó.
-¡Mira lo que me encontré! -lo tenía entre sus dedos y el viento lo hacía oscilar
levemente.
-¿Cómo?
-¡Cualquier clase, hombre!- pateó una cáscara de naranja que rodó desde la
vereda hasta la pista; casi inmediatamente pasó un ómnibus que la aplanó
contra el pavimento-. Negocios hay de sobra, palabra que sí. Y en unos dos
días cada uno de nosotros podría tener otra libra en el bolsillo.
La mano de Esteban acarició el billete y pensó que podría tener otro billete
más, y otro más y muchos más. Muchísimos billetes más, seguramente.
Entonces el "diez años" sería esa meta que siempre habían soñado.
-¿Qué clase de negocios se puede, ah? -preguntó Esteban.
-¿Quince soles?
-¡Claro, quince soles! ¡Dos cincuenta para ti y dos cincuenta para mí! ¿Qué te
parece?
-Vas a ver que fácil es vender revistas, Esteban. Las ponemos en cualquier
sitio, la gente la ve y, listo, las compran para sus hijos. Y si queremos, nos
ponemos a gritar en la calle el nombre de las revistas, y así vienen más
rápido... ¡Y vas a ver qué bueno es hacer negocios...
-¿Queda muy lejos el sitio? -preguntó Esteban, al ver que las calles seguían
alargándose casi hasta el infinito. Qué lejos había quedado Tarma, qué lejos
había quedado todo lo que hasta hacía unos días había sido habitual para él.
-No, ya no. Ahora estamos cerca del tranvía y nos vamos gorreando hasta el
centro.
Más y más cuadras. Y los autos, algunos viejos, otros increíblemente nuevos y
flamantes, pasaban veloces, rumbo sabe Dios dónde.
-¿Aquí es?
-Claro, baja.
-Después volvemos y por estos mismos sitios vamos a vender las revistas.
-¿Tú tampoco tienes papá? -le preguntó Pedro, mientas doblaban hacia una
calle por la que pasaban los rieles del tranvía.
-¿Y tú?
-¡Ah!
Esteban entró. Desde el piso hasta el techo había revistas, y algunos chicos
como ellos, dos mujeres y un hombre, seleccionaban sus compras. Pedro se
dirigió a uno de los estantes y fue acumulando revistas bajo el brazo. Las
contó y volvió a revisarlas.
-Paga.
Oprimió el billete con desesperación pero al fin terminó por extraerlo del
bolsillo. Pedro se lo quitó rápidamente de la mano y lo entregó al hombre.
Se instalaron en la Plaza San Martín y alinearon las diez revistas en uno de los
muros que circunda el jardín. Revistas, revistas, revistas señor, revistas
señora, revistas, revistas. Cada vez que una de las revistas desaparecía con un
comprador, Esteban suspiraba aliviado. Quedaban seis revistas y pronto de
seguir así las cosas, no habría de quedar ninguna.
Bueno, bueno, la bestia era una bestia bondadosa, amigable aunque algo
difícil de comprender. Eso no importaba: seguramente con el tiempo, se
acostumbraría. Era una magnífica bestia que estaba permitiendo que el billete
de diez soles se multiplicara. Ahora ya no quedaban más que dos revistas
sobre el muro. Dos nada más, y ocho desparramándose por desconocidos e
ignorados rincones de la bestia. Revistas, revistas, chistes a sol cincuenta,
chistes... Listo, ya no quedaba más que una revista y Pedro anunció que eran
las cuatro y media.
-Sí, ya sé.
-¿Ves ese cine? -preguntó Pedro señalando a uno que quedaba en la esquina.
Esteban asintió-. Bueno, sigues por esa calle y a mitad de cuadra hay una
tiendecita de japoneses. Anda y cómprame un pan con jamón o tráeme un
plátano y galletas, cualquier cosa, ¿ya Esteban?
-Ya.
Recibió el sol, cruzó la pista, pasó por entre dos autos estacionados y tomó la
calle que le había indicado Pedro. Sí, ahí estaba la tienda. Entró.
-¡Un sol veinte...! -devolvió el pan y quedó indeciso un instante. Luego decidió:
-Sí –sonrió y dijo con una voz linda-. Las seis y diez y se alejó presurosa.
-Gracias.
¿Entonces...? Entonces. ¿Ya Pedro no iba a regresar…? ¿Ni Pedro ni los quince
soles, ni la revista iban a regresar entonces…? Decenas de letreros luminosos
se habían encendido. Letreros luminosos que se apagaban y se volvían a
encender; y más y más gente sobre la piel de la bestia. Y la gente caminaba
con más prisa ahora. Rápido, rápido, apúrense, más rápido aún, más, más,
hay que apurarse muchísimo más, apúrense más... Y Esteban permanecía
inmóvil, recostado en el muro, con el paquete de galletas en la mano y con las
esperanzas en el bolsillo de Pedro... Inmóvil, dominándose para no terminar en
pleno llanto.
Entonces, ¿Pedro lo había engañado...? ¿Pedro, su amigo, le había robado el
billete anaranjado...? ¿O no sería más bien, la bestia con un millón de cabezas
la causa de todo…? Y, ¿acaso no era Pedro parte integrante de la bestia...?