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HISTORIA DE LOS IMPUESTOS.

Impuestos en la antigüedad
La historia de los impuestos es casi tan antigua como la historia del hombre pensante. Desde
las primeras sociedades humanas, los impuestos eran aplicados por los soberanos o jefes en
forma de tributos, muchos de los cuales eran destinados para asuntos ceremoniales y para las
clases dominantes. La defraudación de impuestos teniendo el carácter y destino que se les
daba eran poco comunes, debido al control directo que de la recaudación hacían sacerdotes
y soberanos.
Las primeras leyes tributarias aparecen en Egipto, China y Mesopotamia. Textos muy
antiguos en escritura cuneiforme de hace aproximadamente cinco mil años, señalaban que
“se puede amar a un príncipe, se puede amar a un rey, pero ante un recaudador de impuestos,
hay que temblar”. En el nuevo testamento, aparece la figura de recaudador de impuestos en
la persona de mateo, siendo este puesto algo detestable y poco santo como lo manifestaban
los primeros discípulos de Jesús cuando iba a comer en casa de éste.
En Egipto, una forma común de tributar era por medio del trabajo físico (prestación personal),
para lo cual tenemos como ejemplo la construcción de la pirámide del rey Keops en el año
2,500 A. C. misma que duro veinte años, participando aproximadamente unas 100,000
personas que acarreaban materiales desde Etiopia. También se encuentra en una inscripción
de una tumba de Sakkara con una antigüedad de aproximadamente 2,300 años A. C. la que
trata de una declaración de impuestos sobre animales, frutos del campo y semejantes. Por
otra parte, en este mismo reino el pueblo tenía que arrodillarse ante los cobradores de
impuestos del faraón, quienes además de presentar su declaración, tenían que pedir gracias.
Las piezas de cerámica en ese entonces se usaban como recibos de impuestos. En la isla
mediterránea de Creta, en el segundo milenio A. C. el rey Minos recibía hasta seres humanos
como tributo.
Respecto a impuestos internacionales, los pueblos antiguos en sus relaciones con otras
naciones tomaron a los impuestos como una forma de sujeción y dominio sobre los pueblos
vencidos. Como ejemplo tenemos al Imperio Romano, el cual cobraba fuertes tributos a sus
colonias, situación que permitió que por mucho tiempo los ciudadanos romanos no pagaran
impuestos.
Los babilonios y asirios después de victoriosas campañas militares, levantaban monumentos
indicando a los vencidos sus obligaciones económicas contraídas.
Augusto en Roma, decretó un impuesto del uno por ciento sobre los negocios globales
llamado Centésima.
En China, Confucio fue inspector de hacienda del príncipe Dschau en el estado de Lu en el
año 532 A. C. Lao Tse decía que al pueblo no se le podía dirigir bien por las excesivas cargas
de impuestos.
En el México precolombino, se acostumbraba entregar a los aztecas bolas de caucho, águilas,
serpientes y anualmente mancebos a los que se les arrancaba el corazón como parte de sus
ceremonias religiosas. El cobro de impuestos y tributos, tuvo también sus cosas chuscas, se
tiene noticia que el rey Azcapotzalco en una ocasión, pidió a los aztecas que aparte de la
balsa sembrada de flores y frutos que le entregaban como tributo, le llevaran también una
garza y un pato echado sobre sus huevos, de tal manera que al recibirlos estuvieran picando
el cascarón.
Los aztecas mejoraron su técnica de tributación, utilizaron a los calpixquis los cuales llevaban
como signo distintivo o credencial una vara en una mano y un abanico y con la otra se
dedicaban al cobro de tributos. Imponían fuertes cargas a los pueblos vencidos, situación que
quedó asentada en los códices pre y post cortesianos, mismos que muestran la infinidad de
objetos, productos naturales como el algodón y los metales preciosos que eran utilizados
como tributos. El Código Mendocino nos dice que se pagaban tributos también con artículos
procesados como las telas, además de la existencia de un registro (matrícula de tributos).
Posteriormente el tributo en especie de los aztecas, fue sustituido por el cobro de impuestos
en monedas por el gobierno Español.
El cobro de tributos para los incas en Perú, consistía en que el pueblo ofrecía lo que producía
con sus propias manos al dios rey, mismo que a cambio les daba lo necesario para su
subsistencia, apoyado claro por un ejército de funcionarios. Para hacer sus cuentas los Incas
utilizaban unas cuerdas anudadas por colores (dependiendo del impuesto) llamadas “quipos”,
las cuales se anudaban conforme a su cuantía. Eran tan complicados los procesos, que se
tenía que solicitar la asistencia de asesores fiscales llamados “quipos-camayos”.
Como se puede observar, en la antigüedad, la forma de pagar y cobrar tributos no era del todo
equitativa y más bien obedecía a situaciones de capricho, mandato divino o sojuzgamiento
de un pueblo por otro. También podemos ver que los mismos seres humanos eran parte de
los tributos y eran destinados a sacrificios ceremoniales u obligados a realizar trabajos físicos.
Algunas declaraciones de impuestos eran humillantes, ya que al presentarlas, el
contribuyente tenía que arrodillarse y pedir gracia.
Impuestos en la edad media
En la edad media los vasallos y siervos tenían que cumplir con dos tipos de contribuciones:
las primeras eran prestaciones de servicios personales y otras de tipo económico, liquidables
en dinero o en especie. Las primeras, de servicios personales radicaban en prestar el servicio
militar, que consistía en acompañar a la guerra al señor feudal, obligación que se fue
reduciendo con el paso del tiempo hasta que en el siglo XIII, sólo era necesario acompañarlo
hasta los límites de determinada región, no muy lejana y por cuarenta días únicamente.
Los vasallos tenían la obligación de prestar guardia en el castillo del señor feudal y de alojar
en su casa a los visitantes del mismo. Este tipo de contribución disminuyo y devino en la
obligación de recibir sólo cierto número de visitantes durante un determinado tiempo u
ocasiones al año. Otro tipo de contribución de los vasallos era la de asesorar al señor en sus
negocios, de tal manera que tenían que asistir a las audiencias, las que con el tiempo se
redujeron a tres en el año durante la pascua, el pentecostés y la noche-buena.
Los siervos como parte del tributo en servicios personales, cultivaban las tierras de su señor
ciertos días a la semana, para lo cual, participaba con sus manos o con la fuerza de trabajo de
sus animales de carga o con ambos. En esta época, los obligados a pagar tributo pagaban
tasas de rescate, que consistían en el pago de determinadas cantidades con el propósito de
suprimir servicios personales o en especie, así con el tiempo se fueron sustituyendo los
servicios personales por prestaciones en dinero, con lo que nacieron los diferentes tipos de
impuestos.
Los impuestos en especie consistían en la participación de los productos de la tierra como
gallinas, cera. También se recibían derechos en metálico o en granos por cada cabeza de
ganado, buey, carnero, puerco o cabra. Otro derecho en especie consistía en que los labriegos
estaban obligados a cocer pan en el horno del señor, a moler su trigo en el molino señorial, y
a pisar las uvas en su lagar, lo que generaba ganancias al patrón en derechos por el uso de
sus instalaciones. A estas contribuciones se le denominó Banalidades, porque se instituyeron
por medio de Bando, Pregón o Edicto. El clero recibía un impuesto en especie en forma de
vino.
Un impuesto muy común fue el de la talla o pecho, que era pagado por cada familia de
campesinos en forma de dinero o especie; se le llamaba de tal forma porque al pagarlo se
hacía una talla con cuchillo en un pedazo de madera. Al principio el impuesto se estableció
en forma arbitraría y posteriormente se logro fijar con cierta regularidad. Lo recaudado era
destinado a diversos fines, como el casamiento de la hija del señor feudal, armar caballero al
hijo, pagar el rescate del señor, adquirir equipo para las cruzadas, etc.
Además existía un impuesto que gravaba la propiedad territorial que también consistía en
una talla en madera. Se dice que en Languedoc, el tributo gravaba solamente el inmueble sin
importar la situación económica del propietario. Para tal fin, sólo se contaba como base un
catastro que se iba renovando cada treinta años, el cual tomaba tres tipos de tierra según su
fertilidad. Todo contribuyente sabía de antemano lo que tenía que pagar, pero si no estaba de
acuerdo en el reparto, tenía derecho a que se le comparara su cuota con la del otro vecino de
la parroquia, elegido por el mismo, lo que se llama ahora derecho de igualdad proporcional.
Otro impuesto era el de la mano muerta, que consistía en el derecho que tenía el señor feudal
de adjudicarse de los bienes de los difuntos cuando estos morían sin dejar hijos o intestados.
Los colaterales podían pedir la herencia con el permiso del señor feudal, pero siempre y
cuando pagaran un rescate muy elevado que se le llamaba derecho de relieve. El señor
también se adjudicaba de los bienes de los extranjeros que morían dentro de su territorio.
El diezmo formaba parte de los impuestos de la iglesia, mismo que consistía en pagar el
contribuyente la décima parte de todos sus productos.
El impuesto de la barba era común en la Rusia de Pedro El Grande. En tiempos de Felipe III
de España, existían los impuestos de nobleza, que fueron extendidos a títulos y órdenes.
Había un pago por el derecho del servicio de impartición de justicia, que pagaban los siervos
y los villanos cuando comparecían ante los tribunales para solicitar justicia. Como paréntesis,
es importante recalcar que nuestra Constitución en su artículo 17, nos da como garantía
individual la gratuidad del servicio de justicia, que a la letra señala: “Los tribunales estarán
expeditos para administrar justicia en los plazos y términos que fija la Ley; su servicio será
gratuito quedando en consecuencia, prohibidas las Costas Judiciales”.
El impuesto de peaje, se cobraba al transitar por determinados caminos o por cruzar algún
puente. El derecho por pasar los puentes se llamaba pontazgo.
Algunos autores nos mencionan que los señores feudales, cobraban derechos por el tránsito
de mercancías, por pasar muelles, por pasar las puertas de las poblaciones. Las mercancías
tenían una tarifa dependiendo de la calidad de las personas y se cobraban los derechos en
dinero o en especie. Un ejemplo es que en el año de 1218 todo mercader foráneo que cruzará
por San Owen o sus alrededores para vender especias en Inglaterra tenía que pagar al
castellano una libra de pimienta; el juglar que ingresaba a Paris por la entrada de Petit
Chatellet, tenía que cantar una canción y los que traían monos sabios tenían que hacer trabajar
a sus animales delante del recaudador. Actualmente los peajes y las alcabalas, se han
convertido en impuestos de importación o exportación.
En la Edad Media las contribuciones que se cobraban llegaron a ser humillantes, indignos e
intolerables, por ser impuestas obligatoria y arbitrariamente. Un ejemplo lo constituye
derecho de toma, que consistía en que el señor feudal podía obtener todo lo necesario de sus
siervos para condicionar su castillo pagando por ello el precio que el mismo fijara. Tenemos
también el Derecho de Pernada, que consistía en el derecho que tenía el señor feudal sobre
la virginidad de la mujer antes de contraer matrimonio.
Otros ejemplos que sucedieron alrededor del año 1500 en Europa, consistían en presentar sus
impuestos en efectivo a los Kammerer (tesoreros). Actualmente en Alemania, los encargados
de la administración financiera municipal, llevan el título citado en aquella época.
Los castigos que se infringían en la edad media por la omisión del pago de los impuestos,
consistían en encarcelar a los infractores en la torre del castillo, en algo parecido a un
calabozo húmedo, oscuro, sucio, con animales e insectos; también utilizaban cámaras de
tormento. Otro castigo para quien no pagara impuestos lo constituía el tener que pasarse el
resto de sus días como galeote, es decir, forzado a trabajar en las galeras. Las personas que
no podían o se negaban a pagar el diezmo también eran recluidas en la torre.
Colbert, quien fungía como ministro financiero del rey-sol, estableció que el sistema fiscal
debía estar tan sencillamente organizado que todos lo pudieran entender y pocos dirigir.
México en tiempos de la colonia.
Durante los 300 años del sistema de gobierno colonial, hubo mucha confusión en el sistema
recaudatorio, lo que provocó que la Nueva España no alcanzara los niveles de desarrollo
deseados, debido a que los tributos recaudados eran muy pocos.
Entre España y la Nueva España hubo un gran intercambio de mercancías, lo que ahora
llamamos importación-exportación. Los productos importados de España consistían en vino,
aceite, lencería, vajillas, jarcias, papel, objetos de hierro, vinagre, aguardiente, jabón, entre
otros. La Nueva España exportaba oro, plata, grano o cochinilla, azúcar, y cueros sin contar
una gran diversidad de productos más.
Por su parte España estableció que la colonia, sólo podía exportar y negociar con la metrópoli,
lo que limitó su capacidad de realizar comercio y restringió su desarrollo económico.
Cuando se fundó la villa de la Veracruz, se establecieron varios impuestos como el quinto
real, con el que se beneficiaban en primer término el rey de España, al que le correspondía
un quinto del botín conquistado por los españoles, otro quinto le correspondía al conquistador
Cortés y el sobrante del botín se repartía entre los soldados que acompañaban al conquistador.
Esto posteriormente provocó que el rey de España nombrara como tesorero real al español
Alonso de Estrada y a los miembros de la hacienda pública como veedores, factores,
contadores y ejecutores.
Un impuesto implantado con el propósito de sufragar los gastos que los barcos reales tenían
al escoltar las naves que venían o salían de Veracruz a España, se llamaba de avería y lo
pagaban de una forma prorrateada los dueños de las mercaderías llegando hasta el 4%. Dicha
erogación dio término a mediados del siglo XVIII.
Había un impuesto denominado de altamirantazgo, en honor del Almirante de Castilla y a
favor del mismo, el cual era implantado a todos los buques, así como a las mercaderías, tanto
por la entrada como por la salida, de igual manera que por la carga y descarga de éstas. Este
impuesto se implantó tanto en los puertos de España como de sus colonias y alcanzó hasta
un quince por ciento.
En 1679 se impuso una contribución llamada de lotería, la cual gravaba la venta total de la
lotería, con una tasa del 14% sobre la misma. Anteriormente, en el año de 1573, se pagaba
un impuesto que gravaba el paso de las mercancías de una provincia a otra, llamado alcabala
y posteriormente el pago de un derecho de tránsito llamado peaje. Los nativos debían cargar
su carta de tributos ya que de lo contrario tenían la obligación de pagar otra vez.
Un gravamen que ha perdurado hasta ahora pero con otro nombre, es el impuesto de caldos,
denominado en la actualidad Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). En la
colonia solamente gravaba a los vinos y aguardientes. En el México actual, este impuesto
grava una cantidad mucho mayor de productos.
En la colonia se cobraban con frecuencia impuestos extraordinarios, los cuales se
implantaban de manera arbitraria, como era el caso del impuesto que se cobró por construir
un enorme muro en el puerto de Veracruz y que se le denominó Impuesto de Muralla.
El conde de Revillagigedo, virrey de la Nueva España decía respecto a la recaudación
destinada a la real hacienda, que para evitar la complicación y confusión de su manejo, debía
llevarse con mejor orden y mayor claridad. Que era imposible que el contribuyente tuviera
noticia de cada uno de sus derechos, saber claramente lo que debe contribuir, cómo y por qué
razón debe hacerlo, si no se le informaba y orientaba en tal acción.

EN GUATEMALA:
Un domingo de 1983 el Jefe de Estado general Efraín Ríos Montt, anunció al país la
modificación de impuestos y creación del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), con esto
pretendía enfrentar la crisis económica, pero también cumplir las condiciones del Fondo
Monetario Internacional, sobre un préstamo de estabilización concedido un año atrás. El IVA
fue del diez por ciento (72-83/julio 11/1983). Días después el general Ríos fue relevado del
cargo por el general Mejía Víctores, que redujo el IVA al siete por ciento. Él también intento
mejorar los ingresos para corregir el déficit fiscal (Decretos 25-85 y 30-85 8/abril/1985), que
incluyeron impuestos específicos a la exportación del café, gravamen selectivo al consumo,
reformas al impuesto sobre la renta, etcétera. Al final fueron derogados por presiones
sectoriales y para el gobierno era más importante asegurar la transición.
El licenciado Vinicio Cerezo asumió la Presidencia (1986) y ejecutó el Programa de
Reordenamiento Económico y Social (PRES). Un año después puso en práctica la
Reorganización Tributaria incorporando parte de los decretos derogados en 1985.
Posteriormente el IVA se modificó al diez por ciento (1994) y al 12 por ciento (2001).
Álvaro Colom (2010) consideró una reforma fiscal. El Instituto Centroamericano de Estudios
Fiscales (Icefi) propuso al respecto “Diez claves para un pacto fiscal”: 1. Aprovechar
oportunidades de cambios en la correlación de fuerzas internas para impulsar un pacto social
sobre política fiscal. 2. Contar con una organización o arreglo institucional bien definido para
impulsar el proceso, con credibilidad técnica y política… 3. Incluir, desde el principio, a los
partidos políticos y al poder Legislativo en el proceso de negociación,… 4. Fundamentar el
proceso en un enfoque holístico y de largo plazo,… 5. Definir una estrategia de consulta bien
definida y clara que no solo asegure tomar en cuenta diversos intereses sino también darle
legitimidad al proceso… 6. Establecer una relación positiva, de aliados con los medios de
comunicación para apoyar el proceso. 7. Socializar la información y estudios sobre el tema,…
8. Implementar técnicas de negociación flexibles,… 9. Compensar las asimetrías en la
capacidad de negociación mediante mayor acceso a información,… y 10. Asignar suficiente
tiempo para la construcción de capacidades y para la negociación… (Artículo Inseminando
el debate fiscal. Mérida. 2010)

Antecedentes históricos El derecho común, es el derecho que dio origen al derecho civil, este
es el tronco común de todas las ramas del derecho; “el derecho civil se compara a un gran
tronco y de éste se desprendió el derecho público, aparentando una separación entre derecho
público y derecho privado, pero esta separación no es completa, porque no existe una
completa independencia en cuanto a las figuras que contiene tanto uno como el otro”. 1 Así
como el derecho público y el derecho privado no son ramas separadas porque tienen relación
entre ellas, así sucede con todas las materias del derecho tienen relación unas con otras, el
derecho penal de una u otra forma se relaciona con el derecho civil, mercantil y notarial,
asimismo tiene relación con el derecho tributario en cuanto a la criminalización de muchas
instituciones del derecho; “el derecho es uno, dividido en materias específicas, pero la
división del mismo se ha dado por necesidades coyunturales históricamente, se han creado
códigos específicos para cada rama del derecho, también instituciones propias, pero el
derecho siempre será uno”. 2 El hombre desde el inicio de la humanidad, tiende a vivir en
sociedad, y esta vida colectiva, dio inicio a necesidades distintas a las que tiene el ser humano
en forma aislada; vemos así que cuando el ser humano decide integrarse a una colectividad,
esa reunión de individualidades supone diversos ideales comunes que primariamente son el
de defenderse recíprocamente, crear normas de convivencia que regulen una
interdependencia armoniosa y velar por su acatamiento, así como buscar el medio de resolver
las controversias y castigar las infracciones con el mayor grado de justicia, “estos ideales dan
lugar a las necesidades públicas”. 3 Así sucesivamente con la evolución que traen los siglos,
las agrupaciones crecen y se perfeccionan

convirtiéndose en Estados, mediante la conjunción de tres elementos: población, territorio y


gobierno, éste último que por estar orgánicamente constituido, es el representante del Estado,
y como tal ejerce su poder imperio, sustituyendo al jefe de la antigüedad; es, entonces, el
gobierno de cada Estado el encargado de organizarse adecuadamente para poder crear la
normativa legal en todos los ámbitos para normar su actividad pública como una de las
actividades del Estado, entraré en detalle en la actividad financiera, que es una actividad
básica de cada Estado y que es la que interesa en el presente estudio de investigación. El
derecho financiero es una rama joven, que se encuadra en el derecho público, y es una serie
ordenada de normas científicas y positivas, referente a la organización económica de los
gastos e ingresos del Estado. Matus Benavente, define el derecho financiero como “la
disciplina jurídica que estudia los principios y los preceptos legales que rigen la organización
del Estado, para la percepción, administración y empleo de los recursos públicos y las
relaciones jurídicas a que los impuestos dan origen para el Estado y los contribuyentes, como
los que se generan como consecuencias de la imposición”

 (Tomado del texto de consulta “Economía para todos” del Instituto Apoyo)
La economía de un Estado funciona como la de un individuo. Para poder realizar gastos
necesita contar con fuentes de ingresos que lo financien.
Los ingresos por tributación son la principal fuente de ingresos del gobierno. El gobierno
establece una serie de impuestos que se cobran a la población y a las empresas por distintos
conceptos.
Supongamos que cuentas con un trabajo por el cual recibes un ingreso, tu papá tiene un
negocio y tu abuelita tiene dos propiedades. Cada año ustedes deberán pagar al Estado una
porción de los ingresos que han recibido. En este caso, tú deberás pagar el impuesto a la renta
y además el impuesto general a las ventas y tu abuelita deberá pagar el impuesto a la renta y
el impuesto predial por el terreno que posee.
Además, todos pagamos impuestos al comprar bienes o servicios a través del impuesto
general a las ventas. Existe también el impuesto selectivo al consumo que grava a ciertos
productos, como los combustibles, las gaseosas, la cerveza y los cigarrillos.
Todos los pobladores de un país tenemos la obligación de pagar impuestos para que el Estado
pueda financiar obras, como la construcción de una carretera, los sueldos de los maestros de
los colegios estatales y cualquiera de las demás funciones del Estado.
Principales fuentes de financiamiento del Estado
El Estado cuenta con las siguientes fuentes de financiamiento:
Los ingresos por tributación que son los que obtiene el Estado por el cobro de los diferentes
impuestos.
LA NECESIDAD DE TRIBUTAR

Necesidad y finalidad de los tributos El economista inglés Charles M. Allan expone “que la
economía perfectamente competitiva, se presenta al menos a primera vista como capaz de
funcionar de un modo muy satisfactorio sin que intervenga formalmente el Estado y por
consiguiente sin tributación”, siento que es muy discutible lo que expone este autor ya que el
sostiene que existe un sistema de economía que regula la producción de bienes que
necesitamos y que por lo tanto, no se justifica la intervención del Estado al sostener cuando
observamos las economías de occidente este sistema estilizado de marcado parece verosímil,
como una aproximación a lo que sucedería si se suprimiera la actuación del Estado.

Me encantaría delimitar o hablar de tres sugerencias en cuanto al Estado que proporciona


bines sociales y bienes meritorios porque algunos de estos bienes poseen características que
les hacen poco aptos para su previsión a través del mercado, el Estado gasta dinero para
mantener a los pobres, y que el Estado actúa para corregir ciertos fallos del mercado en orden
a su buen funcionamiento como mecanismo planificador, o sea que no obstante propugnar
por la no intervención del Estado, luego justifica su existencia e intervención al reconocer
que determinados bienes o servicios sólo pueden ser suministrados por el Estado, entre los
que señala la defensa nacional, administración de justicia y orden público, alumbrado,
vivienda limpieza de calles, parques urbanos la educación.

Por otra parte encontramos el criterio de la mayoría de autores que son contrarios al criterio
anterior, quienes exponen desde tiempos pretéritos el hombre tiende a vivir en sociedad y en
esta vida colectiva engendra necesidades distintas de las que tiene el individuo en su
consideración aislada, vemos así, que cuando el ser humano resuelve integrarse en una
colectividad, esa reunión de individualidades supone diversos ideales comunes que
primariamente son el de defenderse recíprocamente, crear normas de convivencia que
regulen una interdependencia armoniosa y velar por su acatamiento, así como buscar el
medio de resolver las controversias y castigar las infracciones con el mayor grado de justicia.
Estos ideales cuya concreción es ineludible para que exista cohesión entre seres solidarios y
no simplemente yuxtaposición de individualidades una al lado de la otra, dan lugar a las
necesidades públicas.
Como esas necesidades son de imposible satisfacción debida mediante esfuerzos aislados de
las individualidades, el ser humano asociado tiene a buscar a alguien que aune esos esfuerzos.
Desde los comienzos de la vida comunitaria se nota la predisposición a subordinarse a un
jefe o a un grupo dominante con el poder de mando suficiente como para dar solución a los
problemas comunes de los grupos constituidos. Con la evolución que traen los siglos las
agrupaciones crecen y se perfeccionan convirtiéndose en estados mediante la conjunción de
tres elementos que son la población, territorio y gobierno.

Es así como el Estado es el obligado a proporcionar una serie de servicios públicos para la satisfacción
de las necesidades generales como la defensa de su territorio, la administración de justicia, educación,
salud pública, para satisfacer las necesidades públicas mediante la prestación de los servicios
correspondientes, es menester realizar erogaciones que suponen los previos ingresos, observamos por
lo pronto la necesidad de que el Estado efectué gastos, si el estado necesita gastar es evidente que
debe contar con los medios pecuniarios necesarios para afrontar tales erogaciones, el Estado debe
pues tener ingresos y es ahí cuando se establece la necesidad de crear los tributos.

FINALIDAD DE LA TRIBUTACIÓN
El estado como un ente destinado a la atención constante y permanente de los interese
generales de la colectividad, necesita obtener recursos para poder cumplir con su fin
primordial de satisfacer las necesidades públicas, entre las que encontramos la defensa de su
territorio, la administración de justicia, comunicaciones, educación, salud pública, en otras
palabras que la finalidad de la tributación es la obtención de recursos para el cumplimiento
de sus fines sociales.

PRINCIPIOS DE IMPOSICIÓN TRIBUTARIA:


Principios constitucionales del derecho tributario Los principios del derecho tributario que
están contenidos en la Constitución Política de la República de Guatemala, como ley
fundamental de nuestro país; el Estado es garante de los derechos mínimos de los
contribuyentes, entre estos principios analizaremos brevemente los principios de legalidad,
de capacidad de pago, de no confiscación y el de irretroactividad.

 De legalidad
Este principio tiene su esencia en la primacía de la ley; es decir, toda norma tributaria debe
encontrarse regida estrictamente en cuanto a su creación, aplicación, y procedimientos en
aspectos legales en su regulación, sin contravenir el principio de jerarquía constitucional,
además de haber cumplido para su vigencia el procedimiento legislativo de aprobación de la
ley, en nuestra Carta Magna podemos encontrar el principio de legalidad en varios artículos
principiando por el Artículo 5 que norma así “nadie está obligado a acatar órdenes que no se
encuentren basadas en ley”; por su parte el Articulo 28 señala “la facultad de todo habitante
de la república de hacer sus peticiones a la autoridad las que deberán ser resueltas conforme
a la ley”, de la misma manera podría seguirse citando artículos relativos al principio de
legalidad; sin embargo, el artículo constitucional que recoge de una manera amplia el tema
es el Artículo 239, que literalmente regula “corresponde con exclusividad al Congreso de la
República, decretar impuestos ordinarios y extraordinarios, arbitrios y contribuciones
especiales, conforme a las necesidades del Estado y de acuerdo a la equidad y justicia
tributaria, así como determinar las bases de recaudación, especialmente las siguientes: a) el
hecho generador de la relación tributaria; b) las exenciones; c) el sujeto pasivo del tributo y
la responsabilidad solidaria; d) la base imponible y el tipo impositivo; e) las deducciones, los
descuentos, reducciones y recargos; y f) las infracciones y sanciones tributarias. Son nulas
ipso jure las disposiciones jerárquicamente inferiores a la ley, que contradigan o tergiversen
las normas legales reguladoras de las bases de recaudación del tributo; “las disposiciones
reglamentarias no podrán modificar dichas bases y se concretarán a normar lo relativo al
cobro Administrativo del tributo y establecer los procedimientos que faciliten su
recaudación”,15el código tributario Decreto número 6-91, del Congreso de la República y
todas sus reformas, se encuentra inspirado en el principio de legalidad, siendo invocado él
mismo en sus primeros tres considerándoos.

 De capacidad de pago
El principio de capacidad de pago hace referencia a que los tributos deben ser establecidos
en función de la capacidad económica de cada contribuyente a quien va dirigido; este
principio no es sino el principio de justicia de Adam Smith, el que citado por Jorge Mario
Castillo nos dice que “conforme el cual los súbditos de un Estado, deben contribuir a su
sostenimiento mediante el pago de tributos que se establezcan, en función de su capacidad
económica”,16actualmente nuestra legislación denomina este principio como capacidad
contributiva o capacidad de pago contenido en la Constitución Política de la República de
Guatemala en el primer párrafo del Artículo 243 que establece “el sistema tributario debe ser
justo y equitativo, para el efecto, las leyes tributarias serán estructuradas conforme el
principio de capacidad de pago”,17 este principio obliga al Estado a aplicar la actividad
contributiva, en forma justa y equitativa; es decir, se debe contribuir en proporción a la
disponibilidad de hacerlo, a mayor renta, mayor impuesto, a mayor riqueza mayor pago
tributario, cabe mencionar que el tributo grava una determinada manifestación de la riqueza,
y que esta se encuentra representada por la renta, la propiedad, o el consumo.
 De no confiscación
Para ello entenderemos que confiscación es el acto de privar de un bien a alguno para
aplicarlo al fisco; confisccius es un delator, se sabe que en la época Cesárea mas corrompida,
los denunciantes abundaban, porque tenían participación en lo que obtuviera el fisco, se dice que es
la adjudicación que se hace al fisco de los bienes de un reo, constituyendo un castigo que recae sobre
los herederos del delincuente; nuestra Carta Magna no autoriza la aplicación total de los bienes de
una persona al impuesto, ya que asegura la inviolabilidad del la propiedad privada, así como su libre
uso y disposición se prohíbe su confiscación, es indudable que la tributación no puede alcanzar tal
magnitud que por vía directa haga ilusorias tales garantías, de aquí que el afianzamiento en la doctrina
que las contribuciones publicas no deben ser confiscatorias

 De irretroactividad
En nuestra Carta Magna, encontramos este principio en el Artículo 15 que preceptúa “la ley
no tiene efecto retroactivo, salvo en materia penal cuando favorezca al reo”; el principio
general que domina esta materia es que la ley no debe aplicarse retroactivamente en perjuicio
de persona alguna, pero este principio no debe considerarse como absoluto y todos los autores
admiten que sufren excepciones, en materia tributaria existen dos cuestiones fundamentales
por resolver, una de ellas es; que debe entenderse por aplicación retroactiva de una ley, la
otra es en que casos debe una ley aplicarse retroactivamente, una ley es retroactiva cuando
suprime o modifica las consecuencias jurídicas de un hecho ocurrido bajo el imperio de una
ley anterior. La posibilidad de una aplicación retroactiva, implica por consiguiente la
subsistencia de los deberes y derechos derivados de la realización del supuesto de la ley
precedente; el principio de la irretroactividad de la ley tributaria vale tanto para los jueces
como para el legislador ordinario, todo tipo de relación jurídico-tributaria que se produzca
después de la aplicación de la ley fiscal, se someterá al imperio de esta última y, como lógica
consecuencia, las que se produzcan con anterioridad a la fecha de su vigencia, se regirán por
la ley anterior, la ley nueva no debe afectar los derechos realizados antes de su vigencia.
SITUACIÓN A DE LOS RECURSOS FORESTALES DEL PAÍS:
Situación actual y tendencias del sector forestal
En las últimas dos décadas (1980 y 2000) se han presentado una serie de eventos y procesos
que han creado un ambiente más o menos alentador a la condición del sector forestal
guatemalteco, especialmente con el fortalecimiento del marco institucional y de políticas
vinculadas al sector, donde sobresalen la aplicación de algunos instrumentos de política como
el otorgamiento de concesiones forestales de Petén, la creación de incentivos de tipo
económico para actividades de reforestación y manejo del bosque natural; el desarrollo de
cluster forestal, el fortalecimiento de los procesos de descentralización y la organización y
participación de nuevos actores en el sector.
Importancia del sector forestal de Guatemala
El sector forestal de Guatemala ha sido definido como “un subsistema del sistema económico
nacional, que sobre la base de motivaciones y decisiones socioeconómicas y ambientales
desarrolladas en torno de ecosistemas con distintos grados de intervención, cuyo componente
dominante son los árboles, genera múltiples bienes maderables y no maderables y servicios
ambientales, producto del desarrollo de un conjunto de actividades que se aplican de acuerdo
a un régimen de ordenación con objetivos bien definidos que pueden incluir la extracción y
aprovechamiento, la protección absoluta o la restauración de tierras forestales degradadas.
Estas acciones descansan sobre una plataforma institucional publica y privada que incluye
los ámbitos legal, financiero, académico y empresarial y que en conjunto determinan un
desempeño que se refleja en las cuentas nacionales“ (MAGA/PAFG, 2002).
Bajo ese concepto el sector forestal comprende un conjunto de actores (sector publico, sector
privado empresarial, ONGs, pequeños, medianos y grandes propietarios individuales,
comunidades y grupos de campesinos propietarios colectivos de bosques, comunidades
beneficiarias de concesiones forestales otorgadas por el Estado; municipalidades que tienen
bajo su dominio tierras y bosques municipales) que se relacionan entre si por intermedio de
las actividades de aprovechamiento, protección, comercialización, industrialización, entre
otras); recibe insumos (servicios primarios y secundarios como el transporte, financiamiento,
seguros, capacitación, publicidad, comunicaciones, entre otros) y genera productos para otros
sectores en el contexto del sistema económico nacional y global (bienes y servicios
forestales).
La importancia económica de los bosques de Guatemala, reside por un lado en el
abastecimiento de bienes maderables con lo cual se cubre la mayor parte de la demanda del
mercado interno de la industria forestal estimado alrededor de los 800 000 m³/año, y la
demanda de leña como material combustible estimado en un metro cúbico per cápita por año.
Por otro lado esta la provisión de bienes no maderables (flora, proteína animal) y los servicios
ambientales vinculados a los bosques.
En las cuentas nacionales no se tiene cuantificados los aportes en términos económicos de
todos los bienes no maderables y servicios ambientales generados por el sector forestal en
benéfico de la sociedad guatemalteca; sin embargo, partiendo del estudio sobre la
determinación del valor económico del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas –SIGAP-
(CATIE-CONAP, 2000), dentro del cual esta contenido más del 55 por ciento de la cobertura
forestal del país, se ha estimado el valor anual de los bienes no maderables y servicios
ambientales del SIGAP, estimado en 252 millones US$ anuales, de los cuales los bienes no
maderables (flora, cacería) representan 250 millones US$ anuales; y la función de sumideros
de carbono76 millones US$ anuales.
En el plano social, más del 60 por ciento de la población depende de los recursos forestales,
especialmente de la leña, utilizada como fuente energética para la cocción de alimentos
principalmente en áreas rurales. Situación que ha sido corroborada con datos del inventario
forestal nacional (FAO-INAB 2004) donde se encontró que para el 65 por ciento de los
pobladores, uno de los principales usos de los productos y servicios del bosque, es para leña.
El consumo de leña se estimaba para 1,996 en 11 millones de m³/año, que significaba un
valor de US$300 millones de dólares, si esta tuviera que sustituirse por un derivado de
petróleo. (MAGA/PAFG, 2000c)
Otro de los aspectos importantes del sector es la condición de generador de empleos directos
e indirectos ligados a la producción y transformación de productos forestales.
.Tendencia en los recursos forestales naturales y plantaciones
Cobertura forestal
La cobertura forestal del país al año 2002, ha sido estimada en 4 286 650 hectáreas, que
representan el 39,4 por ciento del territorio nacional; y de las cuales el 55.6 por ciento (2 383
460 ha) se encuentra dentro de áreas protegidas y el 44.4 por ciento (1 903 190 ha) se ubican
fuera de áreas protegidas. (INAB, CONAP; MAGA; UVG, 2004).
El Inventario Forestal Nacional refleja cifras similares de cobertura forestal, con una
superficie de 4 046 016 hectáreas (INAB-FAO, 2004). Según esta última fuente; la cobertura
forestal por tipos de bosques es de 3 336 435 hectáreas de bosques latifoliados, que
representan el 30.6 por ciento de la cobertura total; 396 938 hectáreas de bosques de coníferas
equivalentes al 3.7 por ciento de la cobertura y 312 641 hectáreas de bosques mixtos para un
2.9 por ciento del total de bosques.
La posesión o propiedad de los bosques esta definido básicamente por tres tipos de
regímenes: bosques de propiedad nacional 1 367 133 hectáreas equivalente al 37.8 por ciento;
bosques privados 1 531 133 hectáreas equivalente a 37.8 por ciento; bosques municipales y/o
comunales 934 630 hectáreas, equivalente al 23.1 por ciento (INAB-FAO, 2004).
Respecto al uso de la tierra ha habido un incremento de áreas agrícolas dedicadas a nuevos
productos que no son ni los típicos productos de mercado interno en Centroamérica (maíz,
frijol, y arroz) ni los cultivos tradicionales de exportación (café, banano , caña de azúcar), los
llamados cultivos no tradicionales que han pasado de 72 000 hectáreas cultivadas en 1979 a
202 000 hectáreas cultivadas en 1999 (PNUD, 2002).
Áreas protegidas y biodiversidad
El 27,6 por ciento del territorio guatemalteco está cubierto por áreas protegidas legalmente
declaradas. El cuadro 4, presenta la distribución de las áreas protegidas en Guatemala en las
seis categoría de manejo reconocidas internacionalmente. La categoría con mayor extensión
es la de uso múltiples que incluye a la Reservas de la biosfera Maya y la Reserva de la
biosfera Sierra de las Minas como las más representativas.
Cuadro 1. Categorías de las áreas protegidas de Guatemala por cantidad y superficie

SITUACIÓN ACTUAL
Según el mapa de cobertura forestal nacional de Guatemala, escala 1:500,000, elaborado por
el PAFG en 1992, con base en la interpretación visual de las imágenes de satélite Landsat
TM de 1987 y 1988, , la cubierta forestal de Guatemala es de 3,390,200 ha, equivalente al
31.13% del territorio nacional.
Los bosques de Guatemala, para propósitos de la presente memoria, pueden ser agrupados
en las tres siguientes categorías.
 Bosques de especies latifoliadas (incluyendo bosques cerrados y ralos) que cubren
una superficie de 3,017,600 ha equivalente al 27.71% de la superficie nacional,
 Bosques de especies coníferas (incluyendo bosques cerrados y ralos) que cubren una
superficie de 228,200 ha, equivalente al 2.10% de la superficie nacional,
 Bosques mixtos (mezcla de especies latifoliadas de clima frío) incluyendo bosques
cerrados y ralos, con una cobertura de 117,000 ha, equivalente a 1.17% de la
superficie nacional, y
 Bosques de mangle, que cubren una superficie de 17,400 ha, equivalente al 0.16% de
la superficie nacional,
En la Figura 1 en el Anexo 1, se muestra la distribución geográfica de las categorías de
bosques descritos arriba. La figura incluye otros tipos de vegetación importante en superficie
y significado ecológico como los humedales y las áreas pantanosas.
El 88.1% de los bosques se ubica en 5 de los 23 departamentos (Cuadro 1). Petén es el
departamento con mayor cobertura boscosa, debido a que más de la mitad corresponde a la
Reserva de Biósfera Maya. En el Anexo 1 se presenta el Cuadro que contiene la distribución
de cobertura boscosa para todos los departamentos por categoría de bosque.
Con base en un análisis comparativo de los mapas de uso de la tierra elaborado por el Instituto
Nacional de Bosques (INAFOR), la Secretaría General de Planificación Económica
(SEGEPLAN), el Instituto Geográfico Nacional (IGN), en 1979, y el mapa de cobertura
forestal elaborado por el PAFG en 1992; se estimó que la deforestación anual en el país
asciende a 90,000 hectáreas. También se estimó que el 23% de esa deforestación opera en
los bosques de coníferas, el 73% en los bosques latifoliados, el 2.7% en los bosques mixtos
y el 1.3% en bosques de mangle. Aplicando estos supuestos a los datos que arrojó el mapa
de cobertura forestal de 1992, se estimó la cobertura forestal para 1996, determinando que
hubo una disminución del área boscosa en este período de 3.01% (Cuadro 2).
Cuadro 1. Distribución de la cobertura boscosa por departamento, Guatemala.

Departamento Extensión (ha) Cobertura boscosa (ha) % del total del área boscosa

Petén 3,585,400 1,880,000 61.1

Quiché 837,800 323,250 10.5

Izabal 903,800 200,650 6.5

Huehuetenango 740,000 1880,200 6.1

Alta Verapaz 868,600 118,450 3.9

Total 88.1

Fuente: PAFG 1998.


Cuadro 2: Variación de la superficie de bosques naturales en Guatemala (1992-1996)

Categoría de bosque 1992 1996

Área (ha) % País Área (ha) % País

Latifoliadas 3,017,600 27.71 2,778,260 25.51

Coníferas 228,200 2.10 152,760 1.40

Mixtos 127,000 1.17 118,144 1.08

Manglares 17,400 0.16 13,136 0.12

Total 3,390,200 31.13 3,062,200 28.12


SÍNTESIS DEL PROBLEMA FORESTAL EN GUATEMALA
El manejo forestal en Guatemala, ha sido una intención que se ha planteado en las diferentes
legislaciones con las que el país ha contado, sin embargo, los resultados obtenidos han sido
reducidos, principalmente por falta de objetivos de largo plazo concretamente definidos,
además de la falta de claridad conceptual del manejo forestal como base de una adecuada
ordenación forestal, falta de políticas estatales de desarrollo coherentes que apoyaran el uso
adecuado de los recursos naturales, entre las principales.
La falta de claridad en las acciones que las autoridades deberían implementar, permitió que
el manejo de los recursos forestales haya sido orientado principalmente al aprovechamiento
forestal, con el principio de extracción minera, lo que permitió la destrucción de importantes
reservas forestales del país tanto en cantidad como en calidad.
La primera referencia concreta en la historia del país relacionada al manejo forestal se inicia
en el año de 1,920, con la emisión del Decreto Gubernativo 670, el cual se le establecieron
al Ministerio de Agricultura, las atribuciones relacionadas con la conservación e incremento
de los bosques, así también como la reglamentación para su aplicación.
Posteriormente, en el año de 1,925 se emite el Decreto Ley 1,364, con el cual se promulga la
Primera Ley Forestal en Guatemala, misma que estaría vigente por casi 20 años, hasta que
en el año de 1,945, se promulga la Segunda Ley Forestal, mediante la cual se designo al
Ministerio de Agricultura, a través de la División Forestal, la administración de los recursos
forestales del país.
En 1,956 se emite el Decreto 543, que reglamenta la explotación de los bosques nacionales.
La esencia de esta normativa pretendía reglamentar las grandes transnacionales dedicadas a
la explotación forestal, principalmente en el departamento de El Petén. En esta ley, se
definieron las “unidades industriales de explotación forestal en bosques nacionales”,
introduciendo una definición técnica de “unidad industrial”, como “una extensión de terreno
cubierta de bosque con suficiente volumen productivo, capaz de sostener una corta anual que
constituya la base económica para el mantenimiento de una industria permanente”.
Durante estos períodos, se emitieron Decretos Legislativos y Presidenciales, en donde se
establecieron impuestos por árboles cortados en terrenos nacionales, vedas, establecimiento
de reservas forestales, áreas de protección, fondo forestal, condecoraciones y declaratorias
de parques, que en alguna medida pretendían reglamentar los aspectos específicos de tipo
técnico-económicos, con el objetivo de darle viabilidad a la actividad forestal en el país.
Esta ley se mantuvo vigente por un espacio de 29 años, hasta que en el año de 1,974, se emite
el Decreto 58-74, que se constituye en la Tercera Ley Forestal, y en su parte esencial se crea
al Instituto Nacional Forestal –INAFOR-, como ente autónomo y descentralizado,
responsable del sector forestal del país. Durante este período se iniciaron esfuerzos para
tecnificar la actividad forestal, pero los mismos se diluyeron entre el manejo administrativos
de los permisos por parte de las autoridades. Esta Ley mantuvo su vigencia hasta el año de
1,984, cuando la misma fue modificada por el Decreto 118-84, que dio origen a la Cuarta
Ley Forestal del país.
En el año de 1,989, se promulgó el Decreto 70-89, el cual suprimió al INAFOR, y creó la
Dirección General de Bosques y Vida Silvestre –DIGEBOS-, como una Dirección
administrativa, adscrita al Ministerio de Agricultura. Este mismo Decreto emite la siguiente
Ley Forestal, que se constituye en la Quinta de la historia de Guatemala, la que en sus
aspectos más importantes referentes al manejo forestal, lo constituye la declaración del
enunciado de “promover el manejo forestal en forma racional y sostenible”, aunque en las
fincas, las actividades de manejo forestal se orientaron principalmente al aprovechamiento
selectivo de las masas existentes no al manejo de las mismas, lo que motivo una degradación
cualitativa de ciertos bosques del país.
Finalmente, en 1,996, se emitió el Decreto 101-96, actual Ley Forestal, en la que se declara
de urgencia nacional y de interés social la reforestación y conservación e los bosques, para
lo cual se propiciará el desarrollo forestal y su manejo sostenible, mediante el cumplimiento
de algunos objetivos como: “Incrementar la productividad de los bosques existentes,
sometiéndolos a manejo racional y sostenido de acuerdo a su potencial biológico y
económico, ...”, “Conservar los ecosistemas forestales del país, a través del desarrollo de
programas y estrategias que promuevan el cumplimiento de la legislación respectiva”.
Esta misma Ley, sustituye el antiguo Servicio Forestal y crea al Instituto Nacional de Bosques
–INAB-, como una entidad estatal, autónoma, descentralizada, con personalidad jurídica,
patrimonio propio e independencia administrativa; con la designación de ser el órgano de
dirección y autoridad en Materia Forestal. Entre sus principales atribuciones, la ley le
establece: “Ejecutar las políticas forestales que cumplan con los objetivos de esta Ley”,
“Promover y fomentar el desarrollo forestal el país mediante el manejo sostenido de los
bosques, ...”, “Otorgar, denegar, supervisar, prorrogar y cancelar el uso de concesiones
forestales, de las licencias de aprovechamiento de productos forestales, fuera de las áreas
protegidas”, entre las más importantes.
Dentro del articulado de la Ley Forestal, define al Instituto Nacional de Bosques, como el
responsable de la administración de la actividad de manejo forestal en Guatemala fuera de
las áreas protegidas, mientras que dentro de estas el responsable es el Consejo Nacional de
Areas Protegidas, institución creada y regida por medio del Decreto No. 4-89 y sus Reformas
contenidas en los Decretos No. 18-98, 110-96 y 117-97.
A partir de 1,998, las instituciones encargadas el manejo de los recursos naturales del país,
inician un proceso de formulación de políticas específicas con horizontes en el mediano y
largo plazo, es así como el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación define su
papel, identificando su misión como “la entidad encargada de consensuar y administrar
políticas y estrategias que propicien el desarrollo sustentable del sector agropecuario, forestal
e hidrobiológico, ....”. Dentro de este proceso el Ministerio emite la Política Agraria y
Sectorial, como marco general, dentro del cual las políticas específicas como la forestal,
deberán tener su marco de referencia y contribuir a la consecución de los objetivos,
especialmente en lo referente al ordenamiento territorial, del uso y manejo de los recursos
hídricos y de la conservación de otros recursos naturales vinculados al forestal.
Con esta base, en el año de 1,999, se promulga la Política Forestal, como un instrumento que
permita orientar a los principales actores de este sector, facilitándoles los procesos de
planificación, ejecución, administración, gestión y evaluación, siendo la primera vez en la
historia del país que se ha emitido una política explícita por parte del gobierno de Guatemala.
Una de las principales herencias negativas de las anteriores políticas y acciones a que fue
sometido el sector forestal, es la desvalorización de los bosques, lo cual favoreció la
destrucción del recurso, la pérdida de biodiversidad, pérdida de competitividad del sector, y
lo que es peor, se contribuyó a fomentar el circulo vicioso de pobreza y destrucción
ambiental, por lo que la revalorización de los bosques y su transformación hacia un sector
dinámico generador de empleo y divisas ha sido uno de los principales objetivos de la Política
Forestal.
Bajo los anteriores conceptos, se definieron las líneas de política, entre las cuales es
importante resaltar el “Fomento al Manejo Productivo de Bosques Naturales “, la que tiene
como premisa que “la incorporación del bosque natural a la actividad económica permitirá
su conservación en la medida que la población dependa de ellos y perciba beneficios”, a
través de la incorporación de prácticas intensivas silviculturales que permitan mayores
incrementos volumétricos por hectárea, incrementar la calidad de la madera y reducir los
ciclos de corta.
Como parte del proceso de acciones de la Política, el Instituto Nacional de Bosques, presentó
en su Plan Estratégico, el programa de Fomento y Desarrollo Forestal, en donde se indica
que se deberá promover la incorporación de áreas naturales con bosque a la producción
sostenible, particularmente en sitios de mayor potencial productivo. Para esto se plantean
instrumentos como, pago de incentivos, mecanismos de desarrollo limpio y producción de
agua, como los mecanismos más importantes.
2. Estado actual del manejo forestal en Guatemala
El análisis del estado del manejo forestal en Guatemala, es necesario realizarlo con base a la
cobertura forestal total del país, tomando como referencia los resultados obtenidos por el
proyecto “Monitoreo de la Cobertura Forestal de Guatemala”, efectuado por el Instituto
Nacional de Bosques –INAB- e instituciones afines. Para el año de 1,999, Guatemala contaba
con un total de 4,946,603 hectáreas con cobertura forestal total, equivalente al 45.33% del
territorio nacional, distribuida de la siguiente forma:
• 3,772,716 hectáreas (equivalentes al 34.57% de territorio nacional) cubiertas con bosques
diversos y puros, que se encuentran representados en unidades mayores de 500 hectáreas
(unidad mínima de mapeo);
• 1,173,887 hectáreas (equivalentes al 10.76%) de áreas boscosas asociadas con cultivos, o
sea, áreas de bosques que no llegan a la unidad mínima de mapeo (500 has.), encontrándose
junto a áreas de cultivos u otros usos de la tierra.
Cuando se analiza la cobertura forestal total, con relación a los diferentes tipos de bosques
presentes, es posible observar que los bosques latifoliados, son los más abundantes, seguidos
por los bosques secundarios/arbustales.

Tipo de Bosque Area (hectáreas) % territorio nacional

• Bosques de Coníferas 227,183.3 2.08


• Bosques de Latifoliadas 2,834,637.9 25.98
• Bosques Mixtos 819,080.0 7.50
• Manglares 17,726.87 0.16
• Bosque Secundario/Arbustal 1,047,975.5 9.61

TOTALES 4,946,603.14 45.33

Con relación a la cobertura total, la relación de los diferentes tipos de bosques en Guatemala
se puede observar en la siguiente gráfica:
Es importante notar que la mayor área con cobertura forestal de Guatemala esta representada
por bosques latifoliados, los que representan el 57.31% del total. Un 21.20% del total de la
cobertura corresponde a bosques secundarios y/o arbustales.
Tomando como base la utilización de los recursos forestales, los bosques de coníferas
(227,183 has.) y los bosques mixtos (819,080 has.), son los que generan la mayor cantidad
de productos forestales aprovechados en Guatemala, en contraste de la productividad de los
bosques latifoliados (2,44,432 has.).

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