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ELEGIR CARRERA: DIFÍCIL DECISIÓN A

TEMPRANA EDAD - Mariana Jaramillo Fonseca
Miércoles, 31 de Agosto de 2005

Página Internet
Editorial

Por: Mariana Jaramillo Fonseca (*)

Cuando uno está en el colegio no alcanza a dimensionar la importancia que tiene elegir
una carrera universitaria. En esa época la decisión se toma teniendo en cuenta factores que en
realidad no son de vital importancia como el prestigio, la plata, la moda y otros factores que
son naturales durante la adolescencia.

Para elegir una carrera hay que tener un profundo conocimiento de lo que uno es como
persona, de lo que sería capaz de tolerar o de hacer. Tal vez el problema de tomar esa decisión
tan temprano en la vida sea una de las causas de varios fenómenos que se observan en la
educación superior como la deserción universitaria, la alta rotación de estudiantes entre
programas, el mal rendimiento académico, entre otros, pueden deberse, en una parte, a una
falla seria en la elección de la carrera.

Pero para elegir carrera además de conocerse hay que tener plena conciencia de qué es
lo que se quiere hacer en la vida y ahí hay otro problema con los adolescentes. Ellos se creen
jóvenes eternos así que para ellos el factor tiempo, la vida productiva, no son un problema
mayor, porque debería serlo, en especial en un país como este. Los jóvenes no consideran el
tiempo perdido como un factor importante.
Además, a esa edad hay poca conciencia de las proyecciones para el futuro, de la posible
situación del país y en particular, los adolescentes no conciben con claridad cómo sería su
vida ejerciendo la carrera elegida, porque piensan que pueden cambiarse miles de veces sin
importar ni el tiempo ni el dinero.

Parece que este problema no es sólo de los muchachos sino que también aquí
intervienen comunidad educativa y padres porque nada saca el colegio haciendo jornadas de
orientación profesional si los padres no consideran ese proceso importante para su hijo y en
últimas para ellos, porque un hijo seguro de lo que quiere será menos caro que un hijo que
deambula de carrera en carrera sin estar conforme con nada.

Esta tarea no es exclusiva del colegio los padres en la casa deben estimular al joven para
que se ponga en contacto con lo que quiere, que lea materiales y que escuche con atención
experiencias de otros adultos para que tenga una visión amplia. Una opción que deberían
brindar los colegios a los jóvenes es la posibilidad de cursar materias universitarias de
diferentes áreas del conocimiento mientras están en décimo y once para que se familiaricen
con los contenidos y puedan tener algo más de criterio para elegir estudiar una cosa u otra.
Pero además del papel fundamental del colegio y de los padres, es muy importante que el
joven esté interesado en estar en un permanente proceso de reflexión sobre lo que quiere y sus
capacidades, sobre la carrera que va a elegir y la vida que quiere tener en el futuro, pero un
futuro posible no uno de esos de Wild on, The O C o Niptuck.

Hay que recordar también, que hoy en día para el asombro de muchos existen todavía
padres paleozoicos que insisten en obligar a sus hijos a hacer lo que ellos digan y ojo papás
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las vidas de sus hijos no son suyas y así lo que con seguridad van a lograr es un ser perfecto:
perfecto fracasado.

Elegir qué es lo que uno va hacer toda la vida no es fácil por eso es que colegios y
padres ponen tanto empeño en que esa decisión resulte adecuada pero entonces el problema
no está en las instituciones sino en la actitud del estudiante frente a esa decisión;
definitivamente si alguien no considera importante su futuro y no aprovecha las oportunidades
de hacer una elección consecuente, es porque no lo considera trascendente así que este es un
llamado a los muchachos: van a elegir una parte importante de lo que va a ser su futuro tomen
eso en serio y no pierdan tiempo.

(*) Psicóloga Pontificia Universidad Javeriana

Magíster Literatura Hispanoamericana Instituto Caro y Cuervo