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Autocuidado y Bienestar:

El trabajo en una institución de Educación Parvularia, es una labor enriquecedora


pero no queda exenta a la exposición de factores de estrés; demandas emocionales, físicas,
y relacionales son los aspectos de la profesión que más contribuyen a la tensión física y
psicológica de educadoras, técnicas y equipo en general.
Cuando hablamos de bienestar lo primero que se tiende a pensar es “si estoy bien de
salud, estoy sano”. Pero el bienestar engloba realmente al mundo emocional, ese mundo
que activa a todos los otros componentes del propio cuerpo para que haya un equilibrio
cuerpo – mente.
Cuando se experimentan emociones positivas en el trabajo, se siente placer y
pertenencia. Pero al pasar por una seguidilla de emociones negativas creando estados y
luego sentimientos negativos, va a surgir un aumento de cortisol en el cuerpo generador de
estrés y provocador de roce en las relaciones interpersonales, ausentismo laboral o incluso
desarrollo de enfermedades posteriores.
Bienestar también implica sentimientos de realización de la profesión u oficio,
reconocimiento del poder expresar necesidades y cumplimientos de las metas personales. A
pesar de ser subjetivo para cada quien, no implica la ausencia de lo negativo sino el
reconocimiento de lo positivo por, sobre todo.
Un estudio en EEUU llevado a cabo con 418 Educadoras de Párvulo, reveló que, a
mayor sentimiento de bienestar en el trabajo, mayor valoración positiva de la labor,
generación de ambiente más estimulante, disfrute de su trabajo y mejor recibimiento de los
niños a su cargo.
Los resultados de este estudio se clasificaron en tips para evitar el cansancio
extremo y fomentar el bienestar:
Durante el día: Mantener en el bolsillo algún alimento que brinde energía, como una
fruta, un chocolate, una barra de granola o incluso una bolsita de té que sea de agrado.
Si tienes unos minutos: Salir de la sala o el ambiente en el que se esté para respirar
aire fresco y cambiar de escenario.
Poner atención a la respiración para enfocarte en ti como persona.
Al finalizar el día: Liberar la creatividad tejiendo, dibujando, pintando, tocando
algún instrumento, cocinando, cantando, bailando o realizando cualquier otra actividad de
tú agrado.
Para el desánimo: Guardar dibujos, cartas o regalos de los niños y sus familias para
recurrir a ellos en momentos difíciles.
Tener un cuaderno para escribir cosas buenas que te han pasado en el día, frases que
te inspiren u otro que te agrade.
Desafía aquellos pensamientos negativos. ¿Por qué me siento así?, luego a respirar.
Andrea Frey Metsger, Terapeuta de desarrollo personal y Coaching, habla sobre el
autocuidado en mujeres señalado lo siguiente:
“Como mujeres tendemos a dar lo mejor de nosotras de manera permanente, a
comprometernos más de lo que deberíamos y a dejar muy poco espacio de tiempo para
nosotras mismas apareciendo un fenómeno que se conoce como, fatiga de compasión; este
consiste en volverse apática por no tomar precauciones al cuidado personal perdiéndose la
identidad, cayendo en ciclos y patrones autodestructivos”
Basta con darse unos momentos del día o de la semana para conectar contigo mismo
y que este fenómeno no ocurra.
El autocuidado empieza tomando consciencia de nuestras prioridades y para ello
establecer:
1) Limites: Poniéndole límite a todo lo que no nutre.
2) Tú tiempo: Preguntándote. ¿Cómo estoy pasando mi tiempo? Si no me
contribuye, déjalo o cámbialo.
3) Permítete decir que NO, no ofenderás a nadie.
4) Se más consciente con las responsabilidades que designaste realizar, así te
sentirás bien y lograrás hacer todo lo que te propongas.
El autocuidado se puede dividir en acciones dependiendo la cantidad de tiempo que puedas
disponer. Por ejemplo, si tienes entre 5 y 10 minutos, lo puedes realizar en el día a día,
sintiendo la brisa, platicar con una amiga por teléfono, orando, poniendo tú canción
favorita. Si tienes de 20 a 60 minutos puedes darte un baño con algún jabón especial, hacer
15 minutos de yoga, tomarse una siesta, prender una vela, prepararte un té, leer. Y si tienes
unas horas hacerte la manicura, tomar algún curso o taller virtual, ir a correr, entre otro.

Recuerda… La clave es pensar en ti, respirar y ser consciente de lo que realmente te


importa y cómo está en equilibrio con tus actividades.

Autocuidarse, es amarse y valorarse porque como persona, esencia y ser, eres muy
importante y valioso.

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