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ENSAYO SOBRE LA TASA DE DESEMPLEO Y LA INFLACIÓN EN COLOMBIA

TUTOR: DIANA MARCELA MORA HERNÁNDEZ

PRESENTADO POR:

JESSICA ALEXANDRA ACOSTA ID: 632611

JESSICA TATIANA CARVAJAL ID:

ANA SILVIA PÉREZ VARGA ID: 641697

ELVER JULIÁN NIÑO ID:

JUAN CARLOS ROA ID:

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

CONTADURÍA PÚBLICA

MACROECONOMIA

NRC: 35965

VILLAVICENCIO-META

2019
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TABLA DE CONTENIDO

Portada ................................................................................................................................. 1

Tabla de contenido.................................................................................................................. 2

Introducción ............................................................................................................................ 3

Tasa de desempleo e inflación en Colombia .......................................................................... 4

Curva Phillips ....................................................................................................................... 6

Conclusiones........................................................................................................................... 8

Bibliografía ............................................................................................................................. 9
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INTRODUCCIÓN

La tasa de desempleo es una variable económica que genera más interés debido a que su
dinámica macroeconómica afecta de muchas maneras el mercado laboral y el bienestar de
la población colombiana. Posterior a ello la inflación es aquella que de cierta forma
también perjudica el bolsillo del asalariado porque al subir los precios de los bienes y
servicios cae el poder adquisitivo.

Según las estadísticas del DANE desde el año 2001 la tasa de empleo era de 53.01 en
comparación a febrero de 2019 a incrementado a un 56.35%, en comparación con la tasa de
desempleo para el año 2001 su porcentaje era del 16.69% y para febrero de 2019 a
disminuido a un 11.77 %, esto quiere decir que todas las personas con capacidad y edad
para trabajar deberían estar desempeñando una actividad bien remunerada como lo estipula
las leyes nacionales, pero lo que se ve en realidad es que hay muchas personas sin la
oportunidad de adquirir un trabajo digno y duradero para poder sustentar la familia, que en
muchas ocasiones son numerosas, anexándole a esto cuando suben los precios lo poco que
ganan no es suficiente para suplir las necesidades de alimentación, vivienda, salud y
educación.

En Colombia el 51% de la producción agrícola viene de la zona rural, la materia prima o los
alimentos que entran a los Cora bastos de las ciudades en la gran mayoría provienen de la
economía campesina, a pesar de que los campesinos son los encargados de suministrar la
mataría prima, no son bien remunerados por su trabajo, al contrario, son explotados no solo
por los terratenientes sino también por los mercados nacionales internacionales.

El desempleo y la inflación son dos de los indicadores económicos más utilizados para
saber cómo de bien está funcionando un país. Ambos deben medirse cuidadosamente para
que los gobiernos puedan mantenerlos bajo control.
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TASAS DE DESEMPLEO E INFLACION EN COLOMBIA

Recientemente, hemos venido comentando el llamado “aplanamiento” de la Curva de


Phillips en Estados Unidos, donde a pesar de un mercado laboral evidentemente
recalentado (con tasas de desempleo rondando 4% vs. estimaciones Nairu de 4,5%), los
incrementos salariales del 1% real anual no logran mayor tracción sobre la inflación. Ello
contrasta con el “renacer” de dicha Curva que hemos encontrado para el caso de Colombia,
empinándose ese trade-off inflación vs. Desempleo hacia correlaciones del -0.6 durante el
período 2014-2018 vs. El +0,3 observado en 2010-2014; todo ello al hacer las correcciones
del caso con series desestacionalizadas (ver Informe Semanal No. 1447 de febrero de
2019).

Esto último se ha visto reflejado en las tendencias opuestas referentes a: i) deterioros del
mercado laboral de Colombia, donde la tasa de desempleo ha venido incrementándose
desde sus valores mínimos del 8,9% promedio anual en 2015 hacia el 9,7% en 2018; y ii) la
convergencia inflacionaria hacia valores del 3.2% al cierre de 2018, regresando al rango-
meta de largo plazo del Banco de la República (2%-4%), después de tres años de
incumplimientos. Esta coyuntura resulta apropiada para entrar en el detalle regional de la
Curva de Phillips en Colombia, donde históricamente se han observado múltiples
discrepancias entre territorios.

Como ha sido usual, las ciudades del norte del país continuaron registrando los niveles más
bajos de desempleo, significativamente inferiores al promedio nacional. En efecto,
Barranquilla (8,5% en 2018 vs. 8,2% en 2017) y Bucaramanga (8,8% vs. 8,5%) registran el
mejor desempeño en el mercado laboral (pese al deterioro coyuntural), siendo ello inferior a
la lectura del 10,8% de desempleo nacional urbano (13 áreas). En general, el buen
desempeño de estas regiones obedeció a una buena dinámica en los servicios sociales y
actividades empresariales durante 2018, aunque persisten elevados niveles de informalidad
laboral del orden del 55%. A pesar de esas favorables cifras de empleo, el caso de
Bucaramanga es particularmente complejo. Dicha región ha debido enfrentar desafíos
duales durante el último quinquenio, dada su mayor afectación relativa en lo referente a: i)
el fin del súper ciclo de commodities; y ii) la tensión migratoria de población venezolana.
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Por el contrario, Cúcuta y las ciudades del centro-sur del país mantuvieron los niveles de
desempleo más elevados, evidenciando la persistencia de grandes disparidades regionales.
Durante 2018, Cúcuta (16% vs. 15,9% un año atrás) registró la tasa de desempleo más
elevada del país, siendo evidente la tensión laboral-social que implica ser la puerta de
entrada de la crisis migratoria venezolana (viéndose desbordada su capacidad de absorción
frente al incremento masivo en la participación laboral). Le siguieron Medellín (11,7% en
2018 vs. 10,8% en 2017), Cali (11,5% vs. 11,9%) y Manizales (11,2%, inalterado frente a
un año atrás), todas superando el promedio de las 13 principales áreas urbanas (10,8%).
Vale la pena destacar el caso de Cali, siendo una de las pocas ciudades con descensos en su
tasa de desempleo durante 2018, aunque allí ha jugado más el efecto de “trabajadores
desalentados” (reducciones en la TGP de -0,7pps) que un verdadero dinamismo en la
creación de empleo.

Finalmente, continúa sorprendiendo el caso de Pereira (9% en 2018 vs. 9,1% en 2017),
dado que suele ser una de las ciudades más golpeadas por el desempleo. Allí parecerían
estar jugando efectos compuestos provenientes de: i) mayor demanda de mano de obra por
cuenta de la concentración regional de obras de concesiones 4G; y ii) algo de menor oferta
laboral por el potencial “efecto disuasivo” del repunte en las remesas del exterior, habiendo
llegado a máximos de US$6.300 millones en 2018 (1,9% del PIB).

En lo referente a la inflación, el panorama regional general es consistente con la


mencionada convergencia inflacionaria de la lectura agregada nacional. Entre las grandes
ciudades, solo Barranquilla (inflación del 3,7% en 2018 vs. 3,2% en 2017) y Medellín
(3,7% vs. 4,1%) registraron un incremento de precios superiores al promedio nacional
(3,2% vs. 4,1%). Por el contrario, se registraron lecturas inferiores al promedio en Cali
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(3,1% vs. 2,3%), Bogotá (3,1%, inalterado frente a un año atrás), Cúcuta (2,9%, inalterado
frente a un año atrás) y Bucaramanga (2,8% vs. 3,8%).

Todo lo anterior implica que en el frente regional también se dio un “renacer” de la Curva
de Phillips (relación inversa entre el desempleo y la inflación) en el año 2018. Contrastando
ello con los resultados de 2017, cuando dicha relación parecía haberse diluido
temporalmente, ver Comentario Económico del Día 12 de febrero de 2018. Esta relación es
particularmente evidente en los casos de: i) Barranquilla y Pereira, donde se tienen
relativamente elevados niveles de inflación y bajas lecturas de desempleo; Cali y Cúcuta,
donde se tuvieron bajas lecturas de inflación, pero elevados registros de desempleo. En este
último caso, se tienen ruidos estadísticos tanto en la oferta laboral (incrementando el
desempleo por cuenta de la migración venezolana), como en el elemento de precios (donde
la posibilidad de arbitraje de bienes baratos de contrabando pone presión bajista sobre los
precios). Dicha Curva de Phillips es menos clara en Bogotá y Bucaramanga, donde se
tuvieron valores relativamente bajos tanto en inflación cómo en desempleo, y Medellín
(donde ocurrió lo contrario).

CURVA PHILLIPS?

William Phillips fue primero ingeniero y luego economista, influenciado por las teorías
keynesianas. En 1958, el neozelandés puso en una gráfica la tasa de inflación y la tasa de
paro de los últimos cien años (1861-1957), y observó una curva de pendiente negativa que
reflejaba que a mayor desempleo, menor inflación y viceversa. Dicho de otra forma:
“existe una relación negativa entre inflación y desempleo”. Lo vemos en la curva de
color azul.

La apreciación de Phillips tuvo gran aceptación entre los economistas del siglo XX y fue
considerada como base para determinar políticas económicas.
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A corto plazo (curva azul)

Veamos una explicación de lo que sucede a corto plazo: si la demanda de bienes y servicios
aumenta, las empresas tienen que aumentar su producción, necesitarán contratar más
trabajadores y el desempleo disminuye. Como en el corto plazo, la demanda de los
consumidores es mayor que la oferta de las empresas, los consumidores aceptarán pagar más
por los bienes y servicios. De este modo los precios suben (mayor inflación). En el gráfico
se aprecia con el paso del punto “a”, al punto “b”.

A largo plazo

Sin embargo, a largo plazo la oferta y demanda tienden a ajustarse, lo que se refleja en
sucesivos desplazamientos de la curva hacia la derecha (curva naranja), hasta que el
desempleo alcanza la “tasa natural de desempleo” o NAIRU (Non Accelerating Inflation Rate
of Unemployment), es decir, la tasa de desempleo que no acelera la inflación (recta de
color rojo). En ese momento, nos situaremos en el punto “c” y el efecto a largo plazo implica
solamente una mayor tasa de inflación.

Por tanto, a largo plazo, la tasa de desempleo no se ve afectada por la tasa de inflación
(subirán y bajarán los precios, sin que por ello aumente o disminuya el paro).
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CONCLUSIONES

Todo lo anterior evidencia las marcadas disparidades regionales que siguen presentándose
en Colombia (no solo en cuanto a la inflación y el desempleo, sino también con relación a
la actividad económica). En estos frentes, la Administración Duque deberá ahondar en
estrategias transversales-regionales, donde la actual discusión del Plan Nacional de
Desarrollo es una buena oportunidad para cimentar el rol del DNP como el gestor de la
descentralización fiscal en Colombia, ver Informe Semanal.
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REFERENCIAS

https://policonomics.com/es/lp-inflacion-desempleo1-desempleo/

https://www.repository.fedesarrollo.org.co/bitstream/handle/11445/2798/Co_Eco_Octubre_197
4_Stevenson.pdf?sequence=2&isAllowed=y

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-59232005000200004

https://www.youtube.com/watch?v=WGjbbiu80mg

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