El yo estpa muy disociado, constituyendo a veces innumerables islas entre las que nos se piede
discernir vínculo alguno.
El superyo, se comporta como un tirano cruel cuyos ataques contra el yo débil y no integrado son
aún más destructivos para aquel que la presencia de los impulsos amenzadores de ello.
A veces le resulta distinguir las emociones de las sensaciones somaticas. O los sentimientos le
llegan a menudo como sensaciones somaticas. Ej.
Al invitarlo a examinar, lo siente como una invitación a realizar una actividad sexual o lo incita a
mataer.
El yo es demasiado débil para tolerar sus intensos sentimientos mal integrafos o ambivalentes,
estos son disociados y reprimidos, y proyectados en el mundo externo, que por ende se
experimenta como un mundo caótico y cambiante.
Contratransferencia: la ansiedad, la amenaza para su propia integración personal y su sentido de
identidad que resultan de experimentar las respuestas emocionales intensas por el maciente mal
integrado.
Que sus afectos hacia el paciente pasan de forma imprevista de la furia más intensa a una
profunda compasión, o sexualmente excitado y al mismo tiempo, incongruentemente maternal
frente al desvalimiento infantil., es una respuesta a los modos profundamente fragmentados de
expresión del paciente. TALES RESPUESTAS DEL TERAPEUTA, SOVBRE TODO SI SON OPORTUNAS,
PROMUEVEN LA FORMACIÓN DE CRECIMIENOS GRADUALES DEL YO CONSCIENTE DEL PACIENTE.
NO HACER COMENTARIO ALGUNO ACERCA DE TAL O CUAL CONDUCTA, A MENOS QUE ALGO
INDIQUE QUE EL PACIENTE TIENE POR LO MENOS CIERTA CONCIENCIA DE ELLA.
Fomenta una relación muy estereotipada con el analista. Permanece siolencioso e inmóvil Su
experiencia habitual es la de encontrarse solos en un mundo muerto y vacío. Se percibe
indistinguible de La familia o el hospital.
Buena paete del tiempo no tienen pensamiento ni sentimientos diferenciados como tales y
susceptibles de sernos comunicados
( se mi cerebro está pegado a la casa, no puedo exteriorizarlo, porque si lo hago entonces la casa
desaparecería, como si la idea la vivenciaran como un órgano y no como un símbolo, ese
desprendimiento de la “idea” la viven como una amputación física”.
La poca diferenciacón suele desmoronarse cuando una emoción intensa aparece en su conciencia.
Al sentir odio, le genera una enorme ansiedad porque ya no sabe si odia, o en cambio realmente
ama. Una pasión indiferenciada.
Las verbalizaciones destacan una y otra vez loa límitea yoicoas que separan a las dos personas
entre sí. Los silencjios y l inmovilidad promueven la fusión.
El paciente actúa hacia el terapeuta como si este ultimo fuese parte de la masa indiferenciada del
hospital. Una cabeza más de la hidra. Que en realidad es una proyección de su propia hostilidad
mal diferenciada. Pero en la visión a la que el paciente se aferra, representa lo que el mundo que
lo rodea es en realidad.
Sólo verbaliza unos pocos estereotipos enloquecedoramente monótonos. El terapeuta siente que
su riqueza intelectual se embota en forma progresiva. Así lo recursos intelectuales del terapeuta,
sino tambipen su capacidad emocional se van limitando y empobrecienso subjetivamente a
medida que su paciente no despierta en él ni una amplia gama de ideas, ni emoción alguna,
excepto la rabia, el desprecio, o una gris desesperanza. Esta experiencia emocional produce
ansiedad, y es necesaria , es decir que el terapeuta debe experimentar así parte de la propia falta
de diferenciación del apciente pues, tal como sucede en la terapia con el esquizofrenico no
integrado , también aquí el proceso curativo tiene lugar fuera del paciente, por así decirlo en un
nivel intrapsíquico en el terapeuta, antes de que pueda establecerse en el paciente mismo. La no
diferenciación de la diada, constituye un paso que prepara la escena par un gradual aumento de la
diferenciación del paciente. Incipiente diferenciación.
Los estados de no integración y no diferenciación deben entenderse como defensas flexibles del
yo contra una ansiedad abrumadora. Es decir, dan cuenta de zonas de ansiedad particularmente
intensas en la personalidad, y planear la eliminación de esa ansiedad a medida que el crecimiento
tiene lugar.