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INTERCULTURALIDAD Y (DE)COLONIALIDAD.

APUNTES
PARA UN ESTADO DEL ARTE
Alex Espinoza Verdejo, Juan Valencia-Moya y Carolina Opazo Saavedra

RESUMEN

El presente trabajo toma como eje de análisis el concep- tada en el análisis de la relación dialéctica entre individuo y
to de interculturalidad. El análisis se inscribe dentro de los sociedad que se manifiesta en múltiples dimensiones y esca-
dominios de una filosofía que propone una base ontológica las dentro del devenir histórico del sistema mundo.
realista crítica para comprender la interculturalidad, susten-

Introducción social, especialmente durante contraposición a las guerras bloque histórico: una unidad de
toda la historia del capitalismo que “son el resultado de tran- fuerzas sociales y políticas dife-
En un mundo repleto de di- (Harvey, 1977, 2013), posibili- sacciones desafor tunadas” rentes) y universalizar sus con-
versidad cultural las ciencias tando la coexistencia de diver- (Lévi-Strauss, 1969: 107). cepciones fundamentales del
sociales se han interesado por sas culturas, donde es posible Ergo, en estas circunstancias mundo que ella ha trazado y
analizar el fenómeno de la observar actividades vinculares es posible presenciar prácticas difundido, superando los estre-
interculturalidad, el cual se a pesar de sus diferencias. discriminatorias que “presupo- chos intereses corporativos en
encuentra en la actualidad ple- Muchas veces estas diferencias nen representaciones mentales lo político y económico para
namente mediatizado por los provocan situaciones conflicti- socialmente compartidas y ne- abarcar lo moral y lo cultural a
procesos y fenómenos propios vas de convivencia, ya que gativamente orientadas respec- escala nacional (Gramsci, 1980).
de la globalización (Kearney, cuanto más asimétrico es el to de ‘Nosotros sobre Ellos’” Para Gramsci (1980) tal hege-
1995; Stiglitz, 2002, 2004; poder simbólico entre dos cul- (Van Dijk, 2009: 183), en tanto monía cultural se logra tras un
Nederveen-Pieterse, 2009) en turas, dos acontecimientos o generalmente uno de los dos, (tercer) momento en el que los
la que se desarrollan los jue- dos ideas, mayor es la tensión ya sea el ‘nosotros’ o el ‘ellos’, grupos dominantes alcanzan
gos de lenguaje que expresan del intercambio (Mc Luhan y pertenece a una cultura hege- conciencia de que sus “propios
formas de vida (Wittgenstein, Powers, 1995). Intercambios mónica. Cultura hegemónica intereses corporativos, en su
2009). éstos que para Lévi-Strauss, entendida como la capacidad desarrollo actual y futuro, supe-
La accesibilidad a nuevos con posterioridad a sus trabajos de un grupo social para cons- ran los límites de la corpora-
territorios y la transformación de campo entre los Nambikua- truir, unificar y mantener uni- ción del grupo puramente eco-
histórica de dichos espacios ra del Matto Grosso a finales do, a través de la ideología, un nómico y pueden y deben con-
han acelerado exponencialmen- de los años 1930, “son guerras bloque social que no es homo- vertirse en los intereses de
te la modificación del paisaje resueltas en forma pacífica”, en géneo (es decir, constituir un otros grupos subordinados”

PALABRAS CLAVE / Ciencias Sociales / Colonialidad / Decolonialidad / Interculturalidad / Filosofía /


Recibido: 06/07/2018. Modificado: 16/01/2019. Aceptado: 25/01/2019.

Alex Espinoza Verdejo. Doctor en Juan Valencia-Moya. Psicólogo, Dirección: Escuela de Psicología y Carolina Opazo Saavedra. Ma-
Filosofía, Université de Nantes, Universidad de Tarapacá, Chile. Filosofía, Universidad de Tarapa- gister en Ciencia Sociales Apli-
Francia. Académico, Univer- Investigador, Grupo de Investi- cá. Av. 18 de Septiembre Nº 2222, cadas, Universidad de Tarapacá,
sidad de Tarapacá, Chile. e-mail: gación en Psicología Política, Casilla 6-D, Arica, Chile. e-mail: Chile. e-mail: k rolaopazo@
aespinoz@uta.cl Universidad de Tarapacá, Chile. j.valencia.moya@gmail.com gmail.com

FEBRUARY 2019 • VOL. 44 Nº 2 0378-1844/14/07/495-07 $ 3.00/0 101


INTERCULTURALITY AND (DE)COLONIALITY. NOTES FOR A STATE OF THE ART
Alex Espinoza Verdejo, Juan Valencia-Moya and Carolina Opazo Saavedra
SUMMARY
The present paper takes as central theme of analysis the based on the analysis of the dialectical relationship be-
concept of interculturality. The analysis is inscribed with- tween individual and society that manifests itself in multiple
in the domains of a philosophy that proposes a critical re- dimensions and scales within the historical becoming of the
alistic ontological basis for understanding interculturality, world system.

INTERCULTURALIDADE E (DE) COLONIALIDADE. NOTAS PARA UM ESTADO DA ARTE


Alex Espinoza Verdejo, Juan Valencia-Moya e Carolina Opazo Saavedra
RESUMO
O presente trabalho toma como eixo de análise o conceito de in- são da interculturalidade, baseada na análise da relação dialética
terculturalidade. A análise é inscrita nos domínios de uma filosofia entre indivíduo e sociedade que se manifesta em múltiplas dimen-
que propõe uma base ontológica realista crítica para a compreen- sões e escalas dentro da evolução histórica do sistema mundo.

(Gramsci, 1980: 57), configu- sentido, toda ‘nación’ moderna compartidos y transmitidos por ras, es decir, “uno no toma ple-
rando así “la fase más estricta- es un producto de la coloniza- los miembros de una sociedad na consciencia de sus propias
mente política, que señala el ción: siempre ha sido en algún determinada lo que genera el costumbres y formas de vida
neto pasaje de la estructura a la grado colonizadora o coloni- fenómeno de la multiculturali- culturales hasta que no entra
esfera de las superestructuras zada y, a veces, ambas cosas” dad (Alsina, 1999). en contacto con otras culturas
complejas” (Gramsci, 1980: 57), (Wallerstein y Balibar, 1991: 140). Sin embargo, tanto la multi- diferentes a la suya. Esta es la
en tanto “el Estado es concebi- culturalidad como el multilin- insoslayable ganancia intercul-
do como un organismo propio Cultura, Multiculturalidad e güismo, como realidad sociocul- tural de la diversidad puesta en
de un grupo, destinado a crear Interculturalidad tural, han generado conflictos (inter-)acción. (…). De modo
las condiciones favorables para al hombre ‘moderno’, ‘civiliza- que interaccionando con otras
la máxima expansión del mismo Cicerón, en las Disputas do’, en su construcción de “mo- culturas se delimitan mejor los
grupo; pero este desarrollo y Tusculanas (II, 13), afirma que delo del mundo y, por tanto, de contornos y la centralidad de
esta expansión son concebidos y “…el espíritu, como la tierra, las ciencias sociales a partir de la culturalidad” (Gracia
presentados como la fuerza mo- necesita cultivo y traduce el una idea de uniformidad racio- Calandín, 2010: 107).
triz de una expansión universal, término griego “paideia” por el nal de pensamiento y lenguaje” Por otra parte, durante la
de un desarrollo de todas las de “cultura” que hasta entonces (Hamel y Sierra, 1983: 89), lo segunda mitad del siglo XX
energías ‘nacionales’” (Gramsci, estaba ligado al campo (agri- que según estos mismos auto- surgen teorías sociológicas que
1980: 58). cultura)” (Gracia Calandín, res: “…explica por qué el ju- complejizan la noción de ethos,
De allí la importancia de es- 2010: 104), recuperando de esta deocristianismo, es decir, la ampliándola hacia problemáti-
tos procesos en el surgimiento forma “la más genuina tradi- corriente dominante de la cultu- cas relativas a las determina-
de los Estados Nación en el ción humanista”, que en su ra occidental, no ha cesado en ciones sociales e ideológicas
devenir histórico planetario, los sentido más primordial “quiere denunciar el multilingüismo (y del sujeto del discurso. Etimoló-
cuales fueron impulsados en su decir que la dimensión cultu- multiculturalismo) como expre- gicamente la noción de ethos
surgimiento dentro de un con- ral, la culturalidad, es un ele- sión de las fuerzas del obscu- tiene al menos dos sentidos:
texto de una ‘economía-mundo’ mento necesario sin el cual el rantismo y del atraso ancestral” por un lado, ēthos (con eta),
previamente organizada y je- ser humano jamás llegaría a (Hamel y Sierra, 1983: 89). entendido como “… ‘guarida’,
rarquizada en un ‘centro’ y una entender (humanamente)” En este punto debemos seña- ‘morada’, ‘habitación’, pero
‘periferia’, “a los que corres- (Gracia Calandín, 2010: 104). lar que, mientras el enfoque también como ‘carácter’, ‘cos-
ponden métodos diferentes de Entonces, en el concepto de multicultural se centra en las tumbre’, ‘temperamento’ o
acumulación y explotación de cultura encontramos un entra- diferencias existentes entre las modo de ser’, de donde se de-
la fuerza de trabajo y entre las mado de factores complejos diversas culturas y su conflicti- riva la ‘moralidad’ (eticidad) de
cuales se establecen relaciones que incluyen los modos de pro- vidad, el paradigma intercultu- los modos de comportamiento
de intercambio desigual y de ducción, la comida, la salud, el ral establece una perspectiva humano” (Montero, 2012: 226;
dominio” (Wallerstein y Bali- conocimiento, las creencias, el centrada en la diversidad y la paréntesis propio). Por otro
bar, 1991: 139). Por lo tanto, arte, la moral, el derecho, las capacidad de “proyectarse pro- lado, ĕthos (con épsilon) com-
las unidades nacionales “se costumbres y cualesquiera positivamente hacia utopías de prendido, en una lógica colec-
crean unas contra otras como otros hábitos y capacidades convivencia en o entre la diver- tiva y no meramente indivi-
instrumentos rivales en el con- adquiridos por el hombre en sidad y la igualdad” (Sánchez- dual, como las costumbres, los
trol del centro sobre la perife- cuanto miembro de la sociedad Melero y Gil-Jaurena, 2015). hábitos, el uso, el acostumbra-
ria” (Wallerstein y Balibar, (González, 2012). Así, podemos De algún modo, cualquier miento, la repetición y la ‘do-
1991: 139), generando como constatar que existen elementos cultura descubre todo su poten- mesticación’ (Montero, 2012).
resultado final que “en cierto culturales diferentes y que son cial en diálogo con otras cultu- De esta forma nos encontramos

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con que “…en la Retórica aris- que esta disciplina ha desarro- nencia a ese grupo (Allport, la incertidumbre y la autoesti-
totélica el ethos (ēthos) es tra- llado durante décadas permite 1995; Stangor, 2009). ma se asociaron todas positiva-
tado en términos de carácter, comprender integralmente los En síntesis, las personas en- mente con liberalismo (o se
modo de ser o comportamiento fenómenos, procesos y dinámi- cuentran en los estereotipos y asociaron negativamente con el
moral (así lo indican, por otra cas propias de las relaciones prejuicios una manera fiable y conservadurismo)” (Jost et al.,
parte, las traducciones), en la interculturales, en tanto rela- eficaz para proteger su autoes- 2014: 17; traducción propia).
‘Ética a Nicómaco’ esta acep- ciones intergrupales. tima (en términos personales, Existe abundante evidencia
ción del ethos en tanto excelen- Las relaciones intergrupales pero también endogrupales en empírica obtenida por medio
cia ética se aproximará al hábi- revelan las formas “en que las tanto, por ejemplo, miembros de una amplia gama de técni-
to o la costumbre (es decir, al personas, en tanto miembros de una etnia, Estado-Nación, cas que conduce a la conclu-
ĕthos) (Martínez, 2007: 42; to- de un grupo o categoría so- religión o cultura) permitiéndo- sión de que efectivamente exis-
mado de Montero, 2012: 226). cial, perciben, piensan, sienten les sentirse mejor consigo mis- ten asimetrías ideológicas en el
En efecto, y siguiendo a y actúan con relación a otras mas frente a situaciones de funcionamiento cognitivo y
Montero (2012), para Bourdieu personas en función a su per- amenaza (como pueden ser motivacional (Jost et al., 2014).
la categoría de habitus, en cuyo tenencia a otros grupos o ca- percibidas, por ejemplo, otras Sin embargo, la mayoría de los
origen se encuentran los con- tegorías” (Hogg y Abrams, etnias, Estados-Naciones, reli- estudios hasta la fecha se han
ceptos de moeurs y ethos, pre- 2001). Por lo tanto, el proceso giones o culturas), del mismo concentrado simplemente en el
viamente empleados por Dur- de categorización social –en- modo que la autoafirmación les ‘mapeo cerebral’; es decir, tra-
kheim y Weber, implica que: tendido como la organización hace menos propensas a recu- tando de identificar las correla-
“Todos aquellos que han em- del medio que rodea al indivi- rrir al uso de estereotipos y ciones entre las funciones neu-
pleado antes que yo este anti- duo en unidades comprensi- prejuicios para mantener sus ronales (o la activación especí-
guo concepto (habitus) u otros bles de información social– respectivas auto-imágenes fica de una región cerebral) y
similares, como los de ethos o resulta esencial para la com- (Fein y Spencer, 1997). las actitudes y los comporta-
hexis, se inspiraban …en una prensión de las relaciones Por otra parte, la psicología mientos políticos, por lo que es
intención teórica próxima a la intergrupales (Abrams y Hogg, política ha desarrollado, desde importante evitar el trazado de
mía, es decir, en el deseo de 1990). la segunda mitad del siglo XX, ‘inferencias inversas’, ya que el
escapar tanto de la filosofía del La ‘identidad social’ se en- amplios estudios sobre las ca- subcampo de la neurociencia
sujeto, pero sin sacrificar al tiende como el autoconcepto de racterísticas de la personalidad política se encuentra aún en
agente, como de la filosofía de un individuo derivado del co- de liberales (o izquierdistas) y sus albores (Jost et al., 2014).
la estructura, pero sin renunciar nocimiento de su pertenencia a conservadores (o derechistas), Tales correlaciones se pue-
a tener en cuenta los efectos un grupo social (o grupos so- los que han arrojado significa- den resumir de la siguiente
que ella ejerce sobre el agente y ciales) sumado al significado tivos aportes a la comprensión manera (Jost et al., 2014): 1) el
a través de él” (Bourdieu y emocional y valorativo asocia- de los procesos actitudinales papel de la amígdala en la per-
Wacquant, 1995: 83). do a dicha pertenencia (Tajfel, (cognitivos, emocionales y con- cepción racial, la categoriza-
Para Bourdieu el antiguo 1984). Dicha identidad social ductuales) implicados en las ción y el sesgo, y el papel de
concepto aristotélico-tomista de se configura mediante procesos relaciones entre grupos, y por la cor teza cingulada dorsal
habitus comprende: “…sistemas de comparación social que co- ende entre culturas. Basados en anterior (CcdA) y la corteza
de disposiciones duraderas y nectan la identificación y leal- estudios previos Jost et al. prefrontal lateral (CPFl) en la
transferibles, estructuras es- tad endogrupal con cierta des- (2014: 17; traducción propia) detección y anulación de sesgo
tr ucturadas predispuestas a valorización exogrupal. teorizaron que “las actitudes intergrupal; 2) el papel de la
funcionar como estr ucturas Las formas en que los gru- sociales y políticas en relación amígdala, la ínsula y el estria-
estructurantes, es decir, como pos se relacionan, se estructu- con la tradición (frente a los do ventral en la codificación
principios generadores y orga- ran y se perpetúan están me- cambios sociales) y la desigual- de las preferencias partidistas y
nizadores de prácticas y de diadas por la interacción social dad están vinculados a motiva- la respuesta a miembros del
representaciones que pueden que, a la vez, se encuentra in- ciones existenciales y epistémi- exogrupo político; 3) la natura-
ser objetivamente adaptadas a fluenciada por los estereotipos cas subyacentes y que tienen leza de las diferencias izquier-
su meta sin suponer el propósi- (Marger, 2011). Los estereoti- que ver con el manejo de la da-derecha (o liberal-conserva-
to consciente de ciertos fines pos son estructuras cognitivas incertidumbre y la amenaza”. dor) en la orientación política y
ni el dominio expreso de las que permiten simplificar las Jost et al. (2003) desarrolla- cómo estas diferencias podrían
operaciones necesarias para relaciones sociales a partir de ron una revisión meta-analítica manifestarse en términos de
alcanzarlos, objetivamente ‘re- un conjunto de rasgos percep- de 88 estudios, realizados en estructura y función del cere-
guladas’ y ‘regulares’ sin ser tuales salientes que determinan 12 países entre 1958 y 2002, bro, sobre todo cuando se trata
para nada el producto de la la pertenencia de un individuo estableciendo que: “La ansie- de la corteza cingulada ante-
obediencia a determinadas re- a un grupo o categoría social; dad ante la muerte, el miedo rior, la amígdala y la ínsula; y
glas…” (Bourdieu, 2007: 86). además, dichos estereotipos se ante la amenaza y la pérdida, 4) la estructura dimensional de
contextualizan y transmiten a la amenaza del sistema, la rigi- las actitudes políticas y el gra-
Aspectos Psicosociales y través de la socialización lle- dez mental, la intolerancia a la do en que la investigación en
Políticos de las Relaciones gando a constituirse como ambigüedad, y las necesidades neurociencia cognitiva puede
Interculturales creencias sociales (Stangor, personales de orden, estructu- arrojar luz sobre la cuestión de
2009). ra, y cierre se asociaron todas si los individuos podrían alber-
La psicología social ha con- En tanto, el prejuicio se des- positivamente con el conserva- gar preferencias aplicables a
tribuido a la comprensión de cribe como una carga afectiva durismo (o se asociaron negati- esquemas dimensionales indivi-
los conflictos intergrupales, los de carácter negativo que puede vamente con el liberalismo). duales y contrastantes (como la
estereotipos, los prejuicios y ser dirigida directamente a un Por el contrario, la apertura a dimensión izquierda-derecha).
otros fenómenos relacionados grupo como un todo o hacia nuevas experiencias, la comple- Jost et al. (2014) se mani-
(Jost et al., 2015). El aporte un individuo por su per te- jidad cognitiva, la tolerancia a fiestan a favor de un marco

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teórico dinámico, recursivo, en en 1970 y publicado en Actas Si concordamos en que “to- críticas como las ciencias so-
el que la conexión entre el fun- y Memorias del XXXIX Con- das las situaciones culturales ciales “…no se conviertan en
cionamiento fisiológico (y psi- greso Internacional de Ame- están compuestas por un área ‘tontos útiles’ de una globali-
cológico) y los resultados polí- ricanistas, plantean: “La inter- de atención (figura) y un área zación con etiqueta ‘intercul-
ticos se concibe como bidirec- culturación consiste básicamen- mucho mayor de desatención tural’, ‘plural’ y ‘posmoderna’,
cional y no unidireccional. En te en el mantenimiento del (fondo)” (Mc Luhan y Powers un vehículo inconsciente y tal
este sentido, la orientación po- marco de referencia de la cul- 1995: 22), resulta pertinente vez inocente de la estrategia
lítica sería el resultado de una tura original pero vivificado y analizar el fondo al cual hemos de un nuevo ‘globalcentrismo’
‘afinidad electiva’ entre los puesto al día por la inserción desatendido históricamente y capitalista bajo el manto de la
elementos discursivos social- selectiva de configuraciones que no es otro que el proceso diversidad, inclusión y el res-
mente construidos por los sis- socio-culturales procedentes de de ‘colonización’, comprendido peto de la etnicidad” (Ester-
temas ideológicos de creencias sociedades mayoritarias gene- como aquel que “conlleva mann, 2014: 352).
y las limitaciones psicológicas, ralmente nacionales. En cierto siempre un aspecto de asime- En respuesta al colonialismo
motivaciones e intereses de modo la interculturación busca tría y hegemonía, tanto en lo imperante, la práctica epistémi-
aquellos que se sienten atraídos el máximo rendimiento de las físico y económico, como en lo ca decolonial surgió hacia fina-
por tales sistemas de creencias. partes en contacto cultural, cultural y civilizatorio” (Ester- les de los años 1980s de mane-
En otras palabras, la gente no evitando en lo posible la decul- mann, 2014: 350). En conse- ra ‘natural’, como resultado de
solamente elige ideas sino que turación y la pérdida de valo- cuencia, debemos recordar que la formación e implantación de
“las ideas eligen a las perso- res etnoculturales” (Mosonyi y “la potencia ‘colonizadora’ no la matriz colonial de poder
nas” (Jost et al., 2009: 308). González, 1975: 307-308). sólo ocupa territorio ajeno y lo descrita por Quijano (2007),
Por lo tanto, es posible plantear Además, señalan que “un ‘cultiva’, sino que lleva e im- aunque la ref lexión sobre el
la hipótesis que ciertas narrati- programa típico de intercultu- pone su propia ‘cultura’ y ‘ci- denominado giro epistémico
vas o marcos ideológicos, si ración ha de centrarse en torno vilización’, incluyendo la len- decolonial emerge más recien-
son encontrados y adoptados al idioma nativo como compen- gua, religión y las leyes” temente (Mignolo, 2007). Sin
constantemente, podrían afectar dio simbólico de la cultura (Estermann, 2014: 350). embargo, el surgimiento del
características fisiológicas y como totalidad” (Mosonyi y De esta forma, ‘colonización’ pensamiento decolonial lo en-
psicológicas de la persona (Jost González, 1975: 308) y, por lo es el proceso imperialista de contramos en la ‘colonia’ o
et al., 2014). Cabe señalar la tanto, “una sociedad intercultu- ocupación, explotación y domi- ‘periodo colonial’ de la histo-
similitud de lo expresado por rada suele ser una sociedad nación; en tanto ‘colonialismo’ riografía de las Américas en el
Jost y colaboradores y el habi- bilingüe o multilingüe en la es la ideología que sustenta, siglo XVII, donde las primeras
tus bourdiano entendido como cual tanto la lengua local como justifica y legitima el orden manifestaciones del giro deco-
“estructuras estructuradas pre- la nacional o mayoritaria tie- asimétrico y hegemónico esta- lonial las podemos encontrar
dispuestas a funcionar como nen sus funciones específicas blecido por el poder colonial, en Waman Poma de Ayala, en
estr ucturas estr ucturantes” sin que por ello se presenten es decir, el occidentocentrismo el virreynato del Perú, quien
(Bourdieu, 2007). A partir del situaciones de conflicto o com- y la asimetría persistente entre envió en 1616 su obra Nueva
consenso establecido por estos petencia” (Mosonyi y Gonzá- el mundo ‘colonizador’ (primer Crónica y Buen Gobierno al
enfoques se puede vislumbrar lez, 1975: 308). mundo) y el mundo ‘coloniza- Rey Felipe III, y en Quobna
los efectos que estos fenóme- Este enfoque se ve confron- do’ (tercer mundo), entre Norte Ottobah Cugoano, un esclavo
nos ejercen en la configuración tado con aquellos que en nom- y Sur (Estermann, 2014), entre liberto (posteriormente deveni-
de una cultura determinada y bre de la integración buscan la Centro y Periferia (Wallerstein do en abolicionista) que pudo
de su posible interacción con obediencia y la sumisión del y Balibar, 1991), propio del publicar en Londres su tratado
otras culturas. otro. En efecto, la obediencia ‘sistema-mundo europeo/euro- Thoughts and Sentiments on
era una de las actitudes de- norteamericano capitalista/pa- the Evil of Slaver y (1787).
Interculturación e mandadas por Descartes dentro triarcal moder no/colonial’ Ambos tratados políticos deco-
Interculturalidad de sus máximas morales: “La (Grosfoguel, 2005). De lo ante- loniales “no llegaron a compar-
primera fue seguir las leyes y rior se desprende el concepto tir la mesa de discusiones con
Alsina (1999) sitúa los oríge- las costumbres de mi país, de ‘colonialidad’ entendido, en la teoría política hegemónica
nes del concepto de ‘comunica- conservando con firme cons- palabras de Hegel sobre Amé- de Maquiavelo, Hobbes o
ción intercultural’ en “los pro- tancia la religión en que la rica Latina, como: “Lo que Locke” (Mignolo, 2007: 28)
cesos de descolonización y la gracia de Dios hizo que me aquí sucede hasta el momento, gracias a la Colonialidad del
fundación de la Sociedad de instruyeran desde niño, rigién- es sólo el eco del Viejo Mundo saber. Dicha Colonialidad del
Naciones (1920) y la Organi- dome en todo lo demás por las y la expresión de una vitalidad saber, cuyos principales centros
zación de Naciones Unidas opiniones más moderadas y foránea…” (Estermann, 2014: hegemónicos de ese patrón
(1945) como foros para el de- más apartadas de todo exceso 351). Por lo tanto, “el análisis mundial de poder en el si-
bate intercultural” (Trujillo, que fuesen comúnmente admi- filosófico de la ‘colonialidad’ glo XVII son Holanda (Des-
2005: 24), siendo The Silent tidas en la práctica por los más del pensamiento, de la ‘acade- cartes, Spinoza) e Inglaterra
Language de Hall (1959) el sensatos de aquellos con quie- micidad’ del saber, del ‘andro- (Locke, Newton), elabora y
primer trabajo específico en nes tendría que vivir” (Descar- centrismo’ de sus categorías y formaliza un modo de producir
comunicación intercultural. tes, 2011: 117). Sin embargo, es conceptos directivos, y de la conocimiento acorde con las
Entre los primeros en definir necesario recordar que Des- falsa ‘universalidad’ de sus necesidades cognitivas del ca-
el concepto mismo de ‘inter- cartes escribía sus obras desde pretensiones no es suficiente, si pitalismo: “la medición, la
culturalidad’ se encuentran (Ló- Amsterdam precisamente en el no plantea al mismo tiempo la cuantificación, la externaliza-
pez, 2009) los lingüistas-antro- momento en que Holanda pasa cuestión de poder” (Estermann, ción (objetivación) de lo cog-
pólogos venezolanos Mosonyi y a ser el centro del sistema- 2014: 352). Y, en consecuencia, noscible respecto del conoce-
González Ñañez (1975), quie- mundo a mediados del si- resulta de fundamental impor- dor, para el control de las rela-
nes en un ensayo, presentado glo XVII (Grosfoguel, 2007). tancia que, tanto las filosofías ciones de las gentes con la

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naturaleza, y entre aquellas pueden, consciente o incons- te de una estructura ya exis- llerstein y Balibar, 1991: 318).
respecto de ésta, en especial de cientemente, invisibilizar es- tente definida como totalidad” Todo lo cual adquiere su plena
la propiedad de los recursos de tructuras de asimetría y hege- (Contreras, 2015: 27). Así, el relevancia bajo el examen rigu-
producción. Dentro de esa mis- monía que son características concepto de integración nos roso de “la forma en que evolu-
ma orientación fueron, tam- de sociedades coloniales, como conduce a pensar en la coexis- ciona la noción de raza y la
bién, ya formalmente naturali- la mayoría en Latinoamérica, y tencia cultural en el sentido de incidencia del nacionalismo des-
zadas las experiencias, identi- no de pueblos en vía de eman- que “para entender la vida hu- de las primeras imágenes del
dades y relaciones históricas de cipación y auto-determinación mana en general son más im- ‘racismo de clase’; en otras pa-
la Colonialidad y de la distri- (Estermann, 2014). En este con- portantes las semejanzas de las labras, su determinación políti-
bución geocultural del poder texto, es necesario recalcar que costumbres de las sociedades ca.” (Wallerstein y Balibar,
capitalista mundial” (Quijano, las estrategias coloniales y neo- que sus diferencias” (Linton, 1991: 318).
2007: 94). coloniales han intentado, per- 1993: 42). Se trata de asumir el Desde la teoría de la Domi-
Esta es la génesis política, sistentemente, subsumir al/a la desafío de crear estrategias de nancia Social se plantea la
económica, cultural y social otro/otra al proyecto hegemóni- acción que potencien situacio- existencia de un deseo de do-
que hace posible que un sujeto co, situación que siempre está nes más igualitarias a partir de minación basado en el grupo
asuma “la arrogancia de hablar destinada a la aniquilación de un encuentro y un diálogo que (Sidanius et al., 2004), el cual
como si fuera el ojo de Dios”, la alteridad (Estermann, 2014). no necesariamente será armóni- es capturado por un constructo
dando de esta forma origen al A este respecto, podemos dis- co, pero que sí puede conducir denominado ‘orientación de
“…mito epistemológico de la tinguir en el devenir histórico a establecer puntos de consen- dominancia social’ que resulta
modernidad eurocentrada de un tres tipos ideales de manejo de so (Stefoni et al., 2016). ser la base psicosocial del de-
sujeto autogenerado que tiene la alteridad desde un enfoque sarrollo de mitos de legitima-
acceso a la verdad universal, “monocultural y hegemónico: Interculturalidad, Raza, ción de la desigualdad. Esta
más allá del espacio y el tiem- negación, asimilación e incor- Etnia y Sociedad orientación engloba un conjun-
po, por medio de un monólogo, poración (con la ‘inclusión’ to de orientaciones psicológi-
es decir, a través de una sorde- como variante) de la alteridad” Según varios historiadores cas, actitudes, creencias, este-
ra ante el mundo y borrando el (Estermann, 2014: 354). del racismo la noción moderna reotipos o ideologías que ac-
rostro del sujeto de enuncia- Ciertamente, una intercultura- de raza inicialmente no tuvo túan para legitimar las des-
ción, es decir, a través de una lidad (y un ‘diálogo intercultu- una significación nacional (o igualdades que impregnan sis-
ceguera ante su propia locali- ral’) que no dé cuenta de esta étnica), sino una significación temas sociales completos, re-
zación espacial y corporal en situación de poder y asimetría de clase, o de casta, cuya fina- forzando la idea que las perso-
la cartografía de poder mun- va a ser, necesariamente, coop- lidad esencial era representar nas tienen el status que se
dial” (Grosfoguel, 2007: 64). tada e instrumentalizada pron- la desigualdad de las clases merecen (Sidanius y Pratto,
Por tanto, la filosofía inter- tamente por el poder hegemóni- sociales como una desigualdad 1999; Sidanius et al., 2004).
cultural se manifiesta en contra co y la ‘cultura’ dominante, natural (Wallerstein y Balibar, De la interrelación dialéctica
de las posiciones multicultura- mediante su ‘incorporación’ al 1991). Desde este enfoque, su entre los individuos y los gru-
listas, ya que estas últimas discurso dominante. Cuestión origen es dual: “Por una parte, pos humanos, en múltiples di-
buscan ‘organizar’ la coexis- que es posible constatar en la la representación aristocrática mensiones y escalas, resulta
tencia cultural en la pluralidad actualidad a través de los si- de la nobleza hereditaria como fundamental insistir en que “los
o ‘gestionar’ relaciones de ex- guientes ejemplos: “Hoy en día, una ‘raza’ superior (es decir, el esquemas o modelos culturales
terioridad entre las muchas también se habla de ‘intercultu- relato mítico por el que una son sistemas de orientación
culturas (Fornet-Betancourt, ralidad’ en las oficinas del aristocracia cuyo dominio ya epistemológica y axiológica que,
2010). Esta perspectiva relacio- Fondo Monetario Internacional, está amenazado se asegura la además, surgen de las mismas
nal tiende sistemáticamente a del Banco Mundial y en el G-8, legitimidad de sus privilegios actividades y de las prácticas
ocultar o minimizar la conflic- pero también en los círculos de políticos e idealiza la continui- sociales en las cuales los utili-
tividad y los contextos de po- los yuppies posmodernos. Hay dad dudosa de su genealogía); zamos” (Trujillo, 2005: 30). Por
der y dominación continua en que cuidarse mucho de no lle- por otra, la representación es- lo tanto, los modelos culturales
que se lleva a cabo la relación gar a ser el instrumento ‘inclu- clavista de las poblaciones so- son “esquemas cognitivos que
(Walsh, 2012). El enfoque de la yente’ e ‘incluido’ de un discur- metidas a la trata como ‘razas’ organizan y dirigen no sólo la
filosofía intercultural es com- so que, en realidad, excluye” inferiores, predestinadas desde categorización o la compren-
partido por quienes consideran (Estermann, 2014: 356). siempre a la servidumbre e in- sión, sino también el razona-
que el multiculturalismo, o las Por consiguiente, desde una capaces de civilización autóno- miento y el pensamiento y, con-
políticas asociadas a él, se fun- perspectiva crítica, intercultu- ma. Es el origen de los discur- secuentemente, el comporta-
damenta en el supuesto de que ralidad y decolonialidad se sos de la sangre, el color de la miento de los individuos”
las relaciones que se establecen comprenden como proyectos piel, el mestizaje” (Wallerstein (Trujillo, 2005: 30). En conse-
entre culturas diversas son igua- que se encaminan juntos y Balibar, 1991: 318). cuencia, es la retroalimentación
litarias y simétricas (Stefoni (Walsh, 2012). La ‘etnificación’ de la noción dialéctica entre “la experiencia
et al., 2016). Por el contrario, Por otra parte, el concepto de raza es posterior, y surge y el mundo físico, por un lado,
desde una perspectiva crítica lo de interculturalidad también se con el objetivo de integrarse en y, por otro lado, la cultura y los
que se debe visibilizar (Ester- sostiene en el concepto de inte- el complejo nacionalista, punto modelos culturales, que definen
mann, 2014) es que las relacio- gración, proveniente del latín de partida de sus sucesivas me- lo que la realidad es para cada
nes sociales son relaciones de integratio, el cual hace referen- tamorfosis (Wallerstein y uno” (Trujillo, 2005: 30).
poder, que se construyen, de- cia a la acción y efecto de al- Balibar, 1991). Así podemos Por lo anterior, la visibiliza-
construyen y reconstruyen histó- canzar o completar un todo entender que “desde el princi- ción crítica de las asimetrías
ricamente (Stefoni et al., 2016). con las partes que faltan, lo pio, las representaciones racistas de poder resulta imprescindible
Por este motivo los discursos que le otorga un “sentido de de la historia estén relacionadas para establecer que el acceso
de la ‘inclusión’ y del ‘diálogo’ ‘pasar a integrar’ o formar par- con la lucha de clases” (Wa- privilegiado y el control de un

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instrumento como es el discur- (Harvey, 1977) que se desarro- racción con el medio natural y a establecer puntos de consenso
so y la comunicación públicos, llan en una intersección geo- social elicitará y desarrollará y potencien situaciones y for-
por parte de la institucionali- gráfica donde colindan dos o constelaciones actitudinales mas más igualitarias de vida.
dad y los grupos dominantes, más Estados nacionales (Valde- (cog nitivas, emocionales y
posibilita que estos últimos benito, 2018). No obstante, conductuales) que configura- AGRADECIMIENTOS
puedan “influir en las estructu- también es posible aplicar lo rán estructuras de personali-
ras del texto y la conversación anterior a procesos sociales dad que, por una parte corre- Los autores agradecen al
de tal modo que terminan por desarrollados en escalas micro lacionarán con mayor o menor Proyecto Mayor UTA 3735-16
afectar en su propio interés, al interior de los respectivos actividad de estructuras neuro- de la Universidad de Tarapacá,
más o menos indirectamente, Estados nacionales, desde las fisiológicas y, por otra, se ma- Chile, y al Proyecto regular
al conocimiento, las actitudes, regiones y comunas hasta los nifestarán dentro de un con- DICYT 031853DS de la Uni-
las normas, los valores y las barrios y vecindarios, ya que, texto social, posicionando a di- versidad de Santiago de Chile.
ideologías de los receptores” “en tanto intersecciones geo- cho individuo dentro de la so-
(van Dijk, 2009: 122). gráficas, las fronteras son es- ciedad en términos ideológico- REFERENCIAS
Y aunque en las así denomi- pacialidades construidas desde políticos.
nadas ‘sociedades democráti- múltiples niveles escalares: lo- Desde una dimensión grupal, Abrams D, Hogg M (1990) Social
cas’ la mayor parte del poder cal, regional, estatal, global, e cier tas nar rativas o marcos Identity Theory: Constructive
‘moderno’ es ejercido mediante inclusive transfronterizo, como ideológicos dispuestos y adop- and Critical Advances. Har-
vester Wheatsheaf. Nueva York,
la persuasión y la manipulación ya lo propuso Jessop (2004) en tados constantemente afectan EEUU. 297 pp.
antes que por coerción (a tra- los albores del siglo XXI” de facto características fisioló-
Allport G (1954) The Nature of Pre-
vés del uso de la fuerza) o in- (Valdebenito, 2018: 290). Su- gicas y psicológicas de las per- judice. Addison-Wesley.Boston,
centivo mediante la imposición mado a lo anterior, y siguien- sonas, configurando un habi- MA, EEUU. 537 pp.
explícita de ordenanzas, dispo- do este enfoque, “ninguna tus. De esta forma, actualmen- Alsina R (1999) Comunicación
siciones, amenazas o sanciones frontera es idéntica a otra: por- te la mayor parte del poder de Intercultural. Anthropos. Barce-
económicas (van Dijk, 2009). que han sido, y siguen siendo, los grupos dominantes es ejer- lona, España. 219 pp.
Ciertamente, el discurso des- procesos sociales específicos cido mediante la persuasión y Bhabha H (1994) The Location of
empeña “una función decisiva los que le otorgan una forma, la manipulación, antes que por Culture. Routledge. Nueva York,
en la ‘elaboración del consenti- contenido y comportamiento coerción, mediante discursos EEUU. 333 pp.
miento’ (manufacturing con- característico” (Valdebenito, que elaboran el consentimiento Bhabha H (1996) Culture’s in-bet-
sent) de los otros (Herman y 2018: 290). Y en tanto procesos de los subalternos, mientras las ween. En Hall S, Du Gay P
Chomsky, 1988)” (van Dijk, sociales se encuentran en cons- relaciones sociales son relacio- (Eds.) Questions of Cultural
2009: 123). trucción dinámica y tensiona- nes de poder que se constru- Identit y. Sage. Londres, RU.
El concepto de etnia sirve da, dado que “el espacio se yen, deconstruyen y reconstru- pp. 53-60.
para englobar conglomerados construye precisamente a partir yen a través de la historia. Bourdieu P, Wacquant L (1995)
de poblaciones humanas que de relaciones conflictivas y no Desde una dimensión global, Respuestas. Por una Antropolo-
comparten espacios y ambien- exactamente pacíficas (Harvey interculturalidad y decoloniali- gía Reflexiva. Grijalbo. México.
229 pp.
tes, comparten formas de vida, 1977, 2013, 2014; Lefevbre dad se comprenden como pro-
lenguajes. La etnia corresponde 2014 [1970], 2013; Smith 1996, yectos que se desarrollan en Bourdieu P (2007) El Sentido Prác-
tico. Siglo XXI. Buenos Aires,
a la identificación de un grupo 2008a, 2008b)” (Valdebenito, conjunto en una economía-
Argentina. 456 pp.
cultural específico referenciado 2018: 290). Todo lo anterior mundo previamente organizada
a un ‘nosotros’. Las etnias se también se puede comprender y jerarquizada en un ‘centro’ y Contreras A (2015) El Límite es el
Infinito. Relaciones entre Integra-
consideran como pueblos, so- bajo el concepto de ‘liminidad’ una ‘periferia’, entre las que se ción y Comunicación. Ciespal.
ciedades que acontecieron en propuesto por Turner (1967, establecen relaciones de inter- Quito, Ecuador. 224 pp.
condiciones comunes de pro- 1991) y que el teórico del pos- cambio desigual y de dominio. Descartes R (2011) Descartes. Gre-
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condiciones no tienen carácter en su introducción a The Lo- la historia el espacio se ha
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nacional (en el sentido de cation of Culture (1994), defi- construido a partir de relacio- colonización e interculturalidad.
Estado-Nación), pero la parti- ne en términos de que es en el nes conflictivas y beligerantes, Apuntes desde la filosofía inter-
cularidad étnica reside en la surgimiento de los intersticios, por lo que las fronteras (en cultural. Polis 13(38): 347-368.
mantención de algún tipo de la superposición y el desplaza- tanto espacialidades construi- Fein S, Spencer S (1997) Prejudice
relaciones sociales comunita- miento de los dominios de la das desde múltiples niveles es- as self-image maintenance:
rias de producción, propiedad, diferencia, que se negocian las calares: local, regional, estatal, Affirming the self through de-
apropiación o distribución de experiencias intersubjetivas y global y transfronterizo) se rogating others. J.Personal. Soc.
bienes, y en la pertenencia a colectivas de la nación, el inte- configuran en sí mismas como Psychol. 73: 31-44.
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Finalmente, es menester pun- verdadero diálogo intercultural
tualizar que todos los fenóme- Conclusión deben dar cuenta de la situa- González C (2012) Caracterización
del concepto cultura en la di-
nos hasta aquí expuestos se ción de poder y asimetría en el dáctica de las leng uas. Rev.
manifiestan en una espaciali- La interculturalidad es un cual se desarrollan para evitar Invest. Crít. Estét. 10: 84-108.
dad, o más precisamente, en fenómeno complejo que se ser cooptada e instrumentaliza-
Gracia Calandín J (2010) La inter-
un tipo particular de espaciali- debe analizar en sus múltiples da por el poder hegemónico y culturalidad en el quicio de la
dad: las fronteras, sean estas dimensiones y escalas. A nivel el discurso de la cultura domi- hermenéutica filosófica. Recerca
inter nas o exter nas. Dichas individual, el ser humano está nante. Este es el desafío plan- 10: 101-120.
fronteras se entienden en sí dotado de una estructura neu- teado para generar estrategias Gramsci A (1980) Notas sobre
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