Anda di halaman 1dari 9

INTRODUCCIÓN

El suelo puede compararse con un ser vivo: nace, se desarrolla y muere. Por acción del clima y
de los seres vivos (plantas, animales y organismos del suelo mismo) el suelo se renueva y se
mantiene fértil. Los seres humanos con sus actividades agropecuarias pueden mantener el suelo
o pueden degradarlo, según las prácticas que se empleen. El mantener los suelos en forma
adecuada es de alta prioridad, especialmente en un país como el Perú con una alta escasez de
tierras agrícolas.
Cualquier residuo vegetal o animal es materia orgánica, y su descomposición lo transforma en
materiales importantes en la composición del suelo y en la producción de plantas. La materia
orgánica bruta es descompuesta por microorganismos y transformada en materia adecuada para
el crecimiento de las plantas y que se conoce como humus. El humus es un estado de
descomposición de la materia orgánica, o sea, es materia orgánica no totalmente descompuesta.
La materia orgánica es esencial para la fertilidad y la buena producción agropecuaria. Los suelos
sin materia orgánica son suelos pobres y de características físicas inadecuadas para el crecimiento
de las plantas.
Las cosechas extraen nutrientes del suelo en forma variable según los cultivos. Los nutrientes
extraídos deben ser repuestos continuamente para evitar el empobrecimiento o la pérdida de la
fertilidad. Esta reposición se realiza mediante el aporte de abonos naturales (materia orgánica,
guano) y fertilizantes químicos.
Cada tipo de nutriente ejerce una función en la planta y su deficiencia es detectable, a veces a
simple vista.
El nitrógeno da color verde oscuro a las plantas, y favorece el desarrollo vegetativo y la
suculencia. Forma parte del protoplasma celular y constituye las proteínas, la clorofila, los
nucleótidos, los alcaloides, las enzimas, las hormonas y las vitaminas.
El fósforo fomenta la formación de raíces, y estimula la floración y la formación de la semilla.
Forma parte de la célula, de los nucleótidos, de las lecitinas y de las enzimas.
El potasio da resistencia a las enfermedades, a las heladas y a la falta de agua. Participa en la
fotosíntesis, en la producción de carbohidratos (azúcar, almidón), en el desarrollo de tubérculos
y raíces, en la síntesis y activación de proteínas.
El calcio es componente de la pared celular y juega un rol importante en la estructura, la
permeabilidad de la membrana celular y en la selectividad de la absorción. Es importante,
también, porque promueve la descomposición de la materia orgánica y neutraliza los ácidos,
mejorando la estructura del suelo.
El magnesio es parte de la clorofila. Las plantas con deficiencia manifiestan clorosis, o sea,
amarillamiento de las hojas. Es activador de enzimas y favorece la formación de azúcares.
El azufre es parte de las proteínas y de las enzimas. Promueve la formación de nódulos en las
raíces de las leguminosas.
El boro tiene una función importante en la translocación de los azúcares y en el metabolismo de
los carbohidratos.
El cloro es activador de la producción de oxígeno en la fotosíntesis. El cobre participa en la
regulación de la actividad respiratoria mediante la catálisis de las enzimas oxidantes y de
reducción. El fierro participa en la fotosíntesis. El manganeso, cuando es deficiente, produce
clorosis, porque está relacionado con los procesos de fotosíntesis. El molibdeno está asociado al
metabolismo del nitrógeno. El zinc participa en reacciones enzimáticas.
Los fertilizantes químicos deben aplicarse según las necesidades de los cultivos, pues de otra
manera surgen problemas de contaminación y degradación de los suelos.
CONTENIDO
El suelo es la capa más superficial de la superficie terrestre que sostiene a la vegetación, resultado
de diferentes procesos de intemperismo y erosión. Está caracterizado por un perfil de horizontes
con rasgos distintivos e identificables, originado por los cambios físicos y químicos del regolito.
El suelo puede ser considerado como un sistema disperso en el que pueden diferenciarse tres
fases.
® Fase sólida: agregados minerales y orgánicos.
® Fase líquida: agua de la solución del suelo.
® Fase gaseosa: atmósfera del suelo contenida en el espacio poroso. En volumen, la fase sólida
ocupa aproximadamente el 50% del total, mientras que las fases gaseosa y líquida se reparten el
resto del espacio disponible.
La fase sólida
Los minerales constituyen la base del armazón sólido que soporta al suelo. Cuantitativamente en
un suelo normal la fracción mineral representa de un 45-49% del volumen del suelo. Pero dentro
de la fase sólida constituyen, para un suelo representativo, del orden del 90-99% (el 10-1%
restante corresponde a la materia orgánica). La fase sólida representa la fase más estable del suelo
y por tanto es la más representativa y la más ampliamente estudiada. Es una fase muy heterogénea,
formada por constituyentes inorgánico y orgánico. La fase sólida constituye el esqueleto o matriz
del suelo. La disposición de las partículas del esqueleto permite la existencia de una cantidad
variable de poros. Como promedio, un suelo cultivado contiene, aproximadamente un 45% de
materia mineral, un 5% de materia orgánica, un 15-35% de agua y el resto, de aire. La fase sólida
del suelo proviene de la descomposición de las rocas y de los residuos vegetales, y es
relativamente estable en cuanto a su composición y organización. Dicha estabilidad suele servir
para la caracterización de un suelo.
Las fases gaseosa y líquida son más variables. La solución del suelo está sometida a cambios
debidos a procesos de evaporación, absorción por las raíces, lluvia, riego, etc. La fase gaseosa
sufre fluctuaciones en función de los procesos de difusión de gases y desplazamiento de aire por
el suelo. La disposición y acomodación de las partículas de la fase sólida del suelo determina una
serie de características físicas del suelo, como:
Estructura.
Porosidad.
Permeabilidad.
Densidad.
La fase sólida del suelo es la fuente de la mayoría de los nutrientes vegetales; es el almacén de
agua requerida por las plantas y determina la eficiencia con que el suelo desempeña las funciones
que permiten el desarrollo de las plantas.
Los suelos se forman habitualmente a expensas de un material mineral de partida que puede ser
una roca o algún otro tipo de material inorgánico acumulado progresivamente por diversos
procesos. El origen de este material puede ser de diversos tipos. Las partículas minerales de la
fase sólida mineral del suelo proceden de la alteración por meteorización del material litológico
original. Estos procesos de alteración pueden ser de diversos tipos:
Físicos o mecánicos: son procesos que no alteran la composición química del mineral, sino su
forma o tamaño. Mediante los procesos físicos, las partículas minerales del material original pasan
al suelo con diferentes tamaños, pero con la misma naturaleza química.
Químicos: procesos que alteran la composición química del mineral. Mediante los procesos
químicos se originan nuevos minerales, con composición, estructura y propiedades diferentes del
material original. Por lo general, la alteración química origina partículas de diámetro inferior a 2
mm (arcillas).
Fertilización del Suelo y de las Plantas
Las plantas para crecer necesitan de nutrientes en proporciones variables para completar su ciclo
de vida y para su nutrición. En los ambientes naturales las plantas se adaptan a las condiciones de
nutrientes y las diversas formaciones vegetales tienen que ver con la disponibilidad de estos. En
cambio, en la agricultura moderna se deben emplear técnicas de aporte de nutrientes para
garantizar buenas cosechas.
USOS DEL SUELO
a. Soporte vegetal: a. Agrícola. b. Ganadero: pastos. c. Forestal: explotación maderera. d.
Recreativo, natural: parques naturales, cinegéticos, b. Urbano: a. Edificación: casas, industrias. b.
Infraestructuras c. Recursos minerales: a. la bauxita (lateritas) es un suelo que se explota para la
obtención de aluminio. b. Materiales de construcción: arcillas, gravas. A costa de esto recibe
multitud de impactos: erosión, sobreexplotación, contaminación, compactación, simple
eliminación.
¿Por qué en algunos lugares hay mayor o menor desarrollo de suelo? ó ¿qué controla la formación
del suelo?
Intemperismo (Químico y/o Mecánico) > Erosión → hay mayor desarrollo de los procesos
formadores de Suelo.
Factores que intervienen en la formación del suelo: Material parental, Clima, Topografía,
vegetación y organismos y Tiempo.
Material parental: Composición, de ella depende la: solubilidad /estabilidad de minerales, por
ejemplo, el cuarzo vs calcita, uno estable, el otro muy soluble.
Textura (tamaño de grano y porosidad): Granos pequeños tienen más superficie expuesta al
intemperismo, en ellos el grado de intemperismo puede ser mayor.
Estructura (masiva vs. estratificada, fracturada): Estructuras más masivas: menor intemperismo;
más fracturadas, finamente estratificadas: mayor intemperismo.
Tiene esencialmente las siguientes características:
Es insoluble en agua y evita el lavado de los suelos y la pérdida de nutrientes.
Tiene una alta capacidad de absorción y retención de agua. Absorbe varias veces su propio peso
en agua y la retiene, evitando la desecación del suelo.
Aumenta la productividad de los cultivos en más del 100 % si a los suelos pobres se les aplica
materia orgánica.
Las fuentes más importantes de materia orgánica para los suelos son los abonos verdes, los
residuos de cosechas, el estiércol y la turba.
Una cosa debe evitarse de todas maneras: quemar la materia orgánica de los campos, porque los
empobrecemos y ocasionamos un tremendo daño a la producción agrícola.

FERTILIZANTES
Tipos de fertilizantes
1 Fertilizantes minerales
Los más habituales son:
- Abonos nitrogenados.
- Abonos amoniacales: Cianamida de cal, Urea, Sulfato amónico, Clorhidrato amónico, Fosfato
amónico.
- Abonos nítricos: Nitrato sódico, Nitrato de cal, Nitrato calcicomagnésico, Nitrato Potásico.
- Abonos nítricos amoniacales: Nitrato amónico, nitrato amónico cálcico.
- Abonos fosfatados.
- Fosfatos naturales molidos, escorias de desfosforación, phospal, abonos fosfatados de origen
animal, superfosfato de cal, fosfatos mono y biamónicos, etc.
- Abonos potásicos.
- Silvinita, cloruro potásico, sulfato de potasa, nitrato de potasa, etc.

2 Fertilizantes orgánicos
Los más habituales son:
- Estiércol, Compost, Lodos de depuración, Turba, Mantillo, Corteza compostada, etc.
Fertilizantes orgánicos:
EL COMPOST
Es un abono orgánico que resulta de la mezcla de restos vegetales y excrementos de animales,
con el propósito de acelerar el proceso de descomposición manual de los desechos orgánicos por
una diversidad de microorganismos, en un medio húmedo caliente y aireado que da como
resultado final un material de alta calidad que finalmente será utilizado para fertilizar y
acondicionar los suelos.
EL BOCASHI
Es un abono orgánico fermentado debido a la utilización de microorganismos.
EL ABONO VERDE
Son cultivos de cobertura, cuya finalidad es devolver al suelo sus nutrientes, ya sea durante su
vida o a partir de su descomposición. Se hacen mediante la siembra de plantas generalmente
leguminosas solas o en asociación con cereales. Se practica desde hace 3,000 años y es una de las
tecnologías que manejó la agricultura prehispánica, siendo así una alternativa viable y ecológica.
TE DE ESTIERCOL
Es un fertilizante foliar que dará a la planta los elementos básicos Nitrógeno, Fósforo y Potasio.
ORINA FERMENTADA
Es un fertilizante foliar rico en nitrógeno que resulta de la fermentación de la orina de los animales
sanos durante una semana.

ABONO DE FRUTAS
Es un compuesto básicamente rico en fósforo y potasio que se lo encuentra en la melaza y en las
frutas maduras.
ABONOS ORGANICOS FOLIARES
Es una mezcla natural utilizada en la parte aérea de la planta que le ayudará a fortalecerse, crecer
y ahuyentar algunos insectos.

COMPOST DE BOSQUE
Es un material orgánico natural que mejora las condiciones del suelo que hacen a este menos
compacto, más poroso y por ende hay mayor retención de agua y aireación.

CONTAMINACIÓN POR AGROTÓXICOS Y PRINCIPIO PRECAUTORIO


En la agricultura moderna las sustancias tóxicas más usadas son los plaguicidas, en particular los
insecticidas y los herbicidas; son compuestos químicos que el hombre usa para controlar las
poblaciones de animales y plantas que interfieren con sus intereses productivos. En el caso de los
insecticidas -usados para insectos plagas- el hombre intenta evitar que la injuria causada por las
plagas cause un daño económico en el cultivo, disminuyendo su rendimiento. Con los herbicidas
pretende controlar las malezas que compiten con las plantas cultivadas por el espacio, la luz, el
agua y los nutrientes minerales, también afectando negativamente su rendimiento.
Los agrotóxicos no sólo afectan negativamente a las plantas y animales que el hombre considera
perjudiciales a sus intereses. También lo hacen, en forma directa o indirecta, con otros organismos
vegetales y animales, llamados “no blanco”, disminuyendo la biodiversidad y disturbando la
trama trófica de las comunidades terrestres y acuáticas. Muchos de estos organismos pueden
cumplir roles funcionales importantes dentro de los agroecosistemas, como por ejemplo los
polinizadores, los enemigos naturales de plagas y malezas, las plantas que aportan nutrientes y
protección al suelo, y refugio y sitios de nidificación para la fauna.
La contaminación por agrotóxicos para la mayoría de los animales es por la exposición directa a
las fumigaciones o por la inhalación de los mismos, en cuyo caso, los ingredientes activos pasan
directamente a los pulmones y al torrente sanguíneo de los vertebrados terrestres. Sin embargo,
es muy difícil saber cuál fue la causa, cuando se encuentra un animal paralizado o muerto en el
campo. Sus efectos perjudiciales trascienden al medio terrestre, ya que, debido a procesos de
escorrentía, pueden contaminar arroyos, ríos, lagos y el agua subterránea. Las moléculas que los
componen, una vez que se incorporan al ambiente, pueden transformarse o combinarse con otras;
en algunos casos pierden su poder residual rápidamente y en otros puede potenciarse,
conociéndose relativamente poco, hasta ahora, acerca de los caminos que pueden seguir en el
ecosistema y los daños que sucesivamente pueden causar.
El efecto nocivo sobre la salud humana de muchos de estos compuestos es muy grande, y una vez
afectadas, las víctimas deben enfrentar su enfermedad y al mismo tiempo, en muchos casos
demandar judicialmente a los diversos culpables de la pérdida de su salud, en busca de lograr una
reparación por el daño y también evitar que otros puedan también sufrir esa contaminación.
Insecticidas
Los grupos más importantes de insecticidas que se han fabricado son, por orden cronológico, los
organoclorados, los organofosforados, los carbamatos, los piretroides y últimamente los incluidos
en el grupo de los plaguicidas botánicos. Todos ellos son neurotóxicos, generando una alteración
de la transmisión del impulso nervioso.
Organoclorados: Además de ser los primeros, fueron los que más se popularizaron por el uso del
DDT (dicloro-difenil-triclorohexano) durante la Segunda Guerra Mundial para proteger de
insectos parásitos y transmisores de otras enfermedades a los soldados de las fuerzas aliadas. Su
implementación para el control de plagas de cultivos y granos cosechados se propagó por su gran
eficacia, su bajo costo, y su alta persistencia en el ambiente, lo que hace innecesaria la aplicación
repetida en poco tiempo. Son muy poco selectivos, por lo cual matan tanto a las plagas como a
otros organismos “no blanco”. Gran cantidad de especies plaga han creado resistencia en forma
bastante rápida a estos productos. Un insecticida organoclorado que ha sido clasificado por la
Organización Mundial de la Salud como “altamente tóxico” para el hombre es el endosulfán. El
endosulfán es el insecticida más utilizado de Argentina para controlar los insectos en los cultivos
de algodón, maíz y soja, entre otros. Pero la Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado
como “altamente tóxico” para los hombres y ya fue prohibido en muchos países. En 2012, en
Argentina el Ministerio de Salud de la Nación respondiendo a una consulta del Defensor del
Pueblo de la Nación sobre la toxicidad del Endosulfán, le informó “que tiene propiedades
carcinogénicas para los seres humanos, especialmente en los casos de exposición crónica. Que
“además, provoca alteraciones neurológicas que pueden asociarse con daños cerebrales
permanentes, manifestándose con deterioro cognitivo y emocional, daños en la memoria y
afección visual. También afecta el sistema inmunológico; tiene efectos adversos sobre el sistema
reproductivo masculino, los riñones y el hígado; puede provocar hipotiroidismo y daña los
glóbulos rojos sanguíneos”.
Organofosforados: En parte remplazaron a los organoclorados luego de que éstos fueran
prohibidos. Su mecanismo de acción es la inhibición irreversible de la enzima colinesterasa. Los
más conocidos son el paratión, el malatión, el metamidofós y el clorpirifós. Tienen amplio
espectro y son tóxicos para el hombre y otros mamíferos; son persistentes y bioacumulables en
organismos y sedimentos del medio acuático. Los organofosforados comenzaron a ser usados en
la segunda mitad del siglo XX después de haber sido fabricados y usados con fines bélicos
militares (gases neurotóxicos) en la segunda guerra mundial, que trajo aparejada una gran
revolución de la industria química. Por todo esto, son contaminantes ambientales y su uso debe
ser muy controlado.
Carbamatos: Su mecanismo de acción es la inhibición reversible de la enzima etilcolinesterasa,
produciendo síntomas similares a los de los organofosforados. Tienen menor persistencia que los
organoclorados y más baja toxicidad que los organofosforados. Se los puede usar hasta poco
tiempo antes de la cosecha ya que se degradan y descomponen por acción de la luz y de la
humedad, en pocos días. Son de amplio espectro y algunos, además de insectos, controlan hongos,
ácaros y nematodos. Uno de los más conocidos es el carbaryl.
Plaguicidas botánicos: Integran este grupo las piretrinas que son compuestos naturales
provenientes del extracto de piretro presente en las flores del crisantemo. El uso de la piretrina se
remonta al siglo XIX, las mismas provocan una rápida parálisis de los insectos (poder de volteo)
y baja toxicidad para los mamíferos. No obstante, su utilización en las actividades agrícolas ha
sido limitada por ser rápidamente degradadas por el calor y la luz solar.
Los piretroides son los insecticidas más modernos y potentes que se conocen. Derivan, en forma
sintética, de los extractos de piretro, pero con modificaciones en su estructura química que les
confieren una elevada actividad insecticida y una notable fotoestabilidad.
Son lipofílicos e insolubles en agua, de allí que su aplicación se ha difundido en el control de
plagas que afectan tanto la actividad agrícola como la salud humana y en medicina veterinaria.
Los plaguicidas botánicos incluyen, además, a la nicotina y a la rotenona. En la actualidad, se
producen los plaguicidas neonicotinoides, derivados de la nicotina, que parecen ser, por su modo
de acción, bastante selectivos para insectos, fundamentalmente para áfidos, lepidópteros y
coleópteros. La rotenona es aislada de las raíces de algunas especies de leguminosas tropicales y
resultan tóxicas para los animales de sangre fría e inofensivas para mamíferos y el hombre. Es
biodegradable y se descompone fácilmente en presencia
de luz y aire.
2. Herbicidas
Según su modo de uso los herbicidas pueden ser selectivos y no selectivos, y según sus
composiciones químicas se denominan orgánicos (Diuron, Atrazina) e inorgánicos (sales de
diversos metales). Los herbicidas son tóxicos para las plantas, ya que alteran procesos
fisiológicos, tales como la fotosíntesis. No obstante, también pueden interferir con procesos
metabólicos y reproductivos de los animales que no necesariamente están relacionados con su
modo de acción en las plantas.
Los efectos de estos herbicidas impactan sobre la biodiversidad de los ecosistemas, contaminan
el suelo y disturban la estructura, funcionamiento y calidad de los cuerpos de agua dulce.
Otras contaminaciones en ambientes agropecuarios son las derivadas de la cría intensiva de
animales en recintos estrechos como aves o cerdos; el engorde de vacunos en feedlot, la
producción de leche en grandes tambos, en todos los cuales se originan grandes cantidades de
estiércol, materia orgánica que se puede utilizar para obtener biogás y residuo seco para fertilizar
suelos.

IMPORTANTE
Existen una serie de productos químicos, como los abonos sintéticos, herbicidas e insecticidas,
que son sumamente útiles a la agricultura, pero que cuando se usan en forma inadecuada (abuso)
producen alteraciones en el suelo y bajan la producción.
En algunos casos, el problema aparece mucho después, cuando los contaminantes se difundieron
hasta la superficie, a los ríos o a la napa freática o los mantos acuíferos.
Los principales efectos de los abonos sintéticos y de los plaguicidas en general, y especialmente
de los de larga vida, son los siguientes:
Los abonos sintéticos, usados en forma exagerada, matan a los organismos útiles del suelo
(lombrices, insectos, ácaros, bacterias, hongos, etc) y, al llegar al agua, producen eutrofización, o
sea, un crecimiento exagerado de las plantas acuáticas.
Los plaguicidas de larga vida se concentran en las cadenas alimentarias y causan toxicidad para
el ser humano (cáncer, mutaciones genéticas, aborto, etc), matan especies útiles y alteran el
equilibrio natural.
Solo una buena comprensión del suelo nos garantiza un cultivo eficaz, saludable y, lo que es más
importante, a largo plazo.
Y quisiera terminar tratando de recapitular en diez puntos las ideas más básicas en lo que se refiere
al suelo, su conservación y su uso como medio de cultivo.

BIBLIOGRAFÍA
Ingeplan. Tierra vegetal y fertilizantes. IP [internet]. 2003 [citado el 09 de septiembre de 20018];
169 (2): 1-3. Disponible en: http://www.elorrio.eus/es-es/ayuntamiento/perfil-
contratante/2014%20proyecto%20de%20urbanizacion%20del%20vial%20y%20puente6/p1201
_pptp_169_v03.pdf.
Alexandra, V & Rodas, F. El control orgánico de plagas y enfermedades de los cultivos y la
fertilización natural del suelo. Guía práctica para los campesinos del bosque seco. Información
para la conservación de los bosques secos de Perú y Ecuador: www. darwin. net. org. 2007.
VALVERDE V, TERESA. Ecología y medio ambiente. Editorial PEARSON. México. 2015.
Ecología y Ambiente. Segunda Edición impresa, revisada y ampliada. Publicación del Instituto
de Ecología y Desarrollo Sustentable de la Universidad Nacional de Luján y de la Asociación
Civil Instituto de Ecología de Luján, Luján, Provincia de Buenos Aires: 2013.

Anda mungkin juga menyukai