Canto las grandezas del señor, maravillas ha hecho en Mi el que todo lo puede,
para mi Padre no hay nada imposible, sería su Madre, a la vez que su Hija y su
Esposa, a la vez que su tabernáculo, Yo soy el primer sagrario, solo en mi
Vientre y formándose en él, entrando hijitos míos en mi Vientre Materno, Puro e
Inmaculado es donde pueden asemejarse a Jesús, en mi Vientre, mi pequeño,
está la moldura para hacer nuevos Cristos.
Mi Vientre fue el Santuario del Padre, el Trono del Hijo, y el Sagrario del
Espíritu Santo, por eso soy obediente, soy humilde porque de mi ser totalmente
para Él, soy humilde porque le di mi Vientre para dar a luz a su Hijo, soy
humilde para acogerlos a todos ustedes en mi Vientre desde la Cruz.
No le causen más dolor a mi Hijo que aún está en la cruz, sino que busquen
cómo consolarle, ábranse y déjense guiar por Mí, solo así podrán ser gratos a
mi Hijo, amén los mandamientos de la ley de Dios, vivan en gracia y crezcan en
oración y los sacramentos, dejándose guiar en mi Purísimo e Inmaculado
Vientre. Como cualquier madre, yo los voy moldeando, les doy los rasgos les
doy las apariencias, los lleno de mis sentimientos, de mis actitudes, de mis
altos y profundos deseos hijitos. Como cualquier madre yo quiero lo mejor para
ustedes y lo mejor para ustedes es el cielo.
El 4 de marzo del 2014 la madre dijo: solo mi Vientre fue colmado para dar vida
en abundancia que es Cristo. Solo el vientre de María nos dará vida en
abundancia que es Cristo. En otro mensaje la Madre dice: en mi vientre está el
molde para formar a los nuevos Cristos. La madre quiere formar a sus nuevos
Cristos, a sus nuevos apóstoles, a sus nuevos hijos. Ella quiere darle al mundo
como lo profetizó en La Salette, apóstoles que darán luz el mundo en
oscuridad. Dice San Luis De Montfort, apóstoles que tendrán celo, apóstoles
que serán hijos engendrados en María, nutridos por María, alimentados por la
leche materna de María, alimentados por la palabra viva, porque María, nuestra
madre, nos revela nada más que aquello que ha escuchado de la boca de su
hijo. Nuestra Madre María no nos enseña cosas nuevas, Ella viene a
explicarnos el Evangelio, ella viene a que comprendamos la escritura. Ella
quiere escondernos en su vientre para que nosotros en su Purísimo regazo,
encarnemos la escritura. La escritura es un Hijo Cristo Jesús y si queremos ser
verdadera imagen, si queremos ser hombres nuevos, mujeres nuevas, tenemos
que nacer de María, tenemos que centrarnos en María, debemos dejarnos
formar por el Espíritu Santo, en Divina Voluntad en María. María transformará
nuestro corazón en su Vientre y acomodará nuestro corazón a la escritura,
acomodará nuestro corazón a una experiencia de Dios, pero solo y únicamente
en el Vientre de María y María dará a luz a los apóstoles de los dos Corazones,
porque María está unida al Corazón de su Hijo. María está conectada al
Corazón de su Hijo y María quiere atarnos al Corazón de su Hijo. Como un
cordón umbilical, Ella quiere transmitirnos la vida Trinitaria del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Como un cordón umbilical Ella quiere darnos la sencillez,
la caridad, la valentía, el celo apostólico de su Hijo. Ella como buena madre
viene a animarnos. Ella como buena Madre viene a enseñarnos que para tener
vida nueva debemos de nacer en el Espíritu y el Espíritu Santo está en María y
si queremos nacer nuevamente debemos de nacer de María y en María, el
Espíritu Santo nos formará, nos transformará, nos hará hombres y mujeres
nuevos, hombres y mujeres regenerados.
Nuestra Madre María viene en este tiempo para llamar a los apóstoles de
Jesús, pero si somos apóstoles de Jesús, tenemos que tener a María como
Madre y entonces seremos apóstoles de Jesús y de María, de sus dos
Corazones. Tenemos que ser soldados de este ejército y animarnos, para
luchar, para evangelizar, para conquistar el mundo entero, bajo la bandera de
la Cruz y de los dos Corazones, para Jesús en María, por María, para María y
con María.