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Mecanismo del calcio en la coagulación sanguínea

 La cascada de coagulación se divide 3 vías:


1. Iniciación intrínseca
2. Iniciación extrínseca
3. Terminación o vía común donde las dos anteriores convergen.

Cada reacción en estas vías provoca el ensamble de una enzima, una pro‐enzima o factor de
coagulación inactivado que funciona como sustrato, y un cofactor. El ensamblaje se da sobre
una superficie aniónica, ejemplo, plaquetas activadas. La estabilización de estas uniones
cruzadas se da a través de puentes formados por iones Ca2+ .El calcio actúa como gatillo,
disparando la coagulación sanguínea. El calcio extracelular tiene un papel dual en este proceso.
Cuando ocurre una lesión en el organismo, el calcio activa un set de proteasas, a través del
desdoblamiento de una serie de proteínas multidominio, y simultáneamente une dominios
localmente a fragmentos celulares y membranas (fosfolípidos). Este efecto se desencadena
como consecuencia de sitios de unión que se encuentran muy expuestos en las proteínas de la
cascada de coagulación, estos sitios están compuestos por un aminoácido especial llamado g‐
carboxigutamina (Gla). Estas proenzimas tienen secuencias ricas en Gla provocando que la
unión con calcio transforme un segmento polimérico con conformación aleatoria en un
segmento altamente organizado, el cual mantiene en su organización a los iones calcio
parcialmente expuestos de tal forma que permite la unión con los fosfolípidos u otros aniónes
en los tejidos dañados, ejemplo, la proteasa multidominio, protrombina, reajusta sus
interacciones dominio‐dominio para que la hidrólisis necesaria para formar el coágulo se pueda
llevar a cabo.

Figura 1: vías intrínseca, extrínseca y común de la coagulación sanguínea


Mecanismo de acción del calcio en la contracción
muscular
El aumento de calcio citoplasmático es el principal responsable de la contracción muscular.
Cuando llega un impulso nervioso a la membrana de la fibra muscular, concretamente mediante
la liberación del neurotransmisor acetilcolina, ésta se despolariza produciendo una entrada de
calcio desde el espacio extracelular. Este impulso se transmite a lo largo de la membrana
llegando al retículo sarcoplásmico, desde donde se libera calcio al citoplasma. En condiciones de
reposo los filamentos de actina y miosina no están en contacto. Sin embargo, cuando el calcio
del citoplasma aumenta se producen puentes cruzados entre los filamentos de actina y miosina,
que se desplazarán superponiéndose (en presencia de ATP) produciendo así la contracción del
sarcómero y con ello del músculo esquelético. Una vez terminado el proceso de contracción, el
calcio volverá a ser introducido al retículo sarcoplásmico requiriendo energía para ello.

Figura 2: mecanismo de contracción muscular


Calcio como cofactor de enzimas
El calcio es un cofactor para un número limitado de importantes enzimas, además del complejo
actina-miosina en el músculo; alfa-amilasa y termolisina son 2 de las más conocidas. Como un
ión libre o trabajando a través de calmodulina, el calcio es mejor entendido como un activador
de enzimas en rutas de señalización celular dependientes de hormonas.

Las enzimas referidas como Ca-ATPasas y H+/Ca-ATPasas no deben ser consideradas como
enzimas dependientes de calcio. Este es un nombre incorrecto porque Ca2+ es el objeto de la
acción de la enzima más que un cofactor para su actividad. Las ATPasas comprenden un gran
grupo de enzimas unidas a membrana que bombean Ca2+ desde el citosol hacia el retículo
endoplásmico o expelen calcio de la célula a través de canales en la membrana.

Como un metal del grupo IIa, el calcio está limitado a un estado de valencia 2+ y sirve
primariamente como catión divalente en sus interacciones con enzimas. El papel de Ca2+está
limitado principalmente a la estabilidad estructural.

El hierro como cofactor de enzimas


La mayoría de enzimas con hierro acoplan el hierro ya sea como heme o como un arreglo
especial de hierro con grupos azufre conocidos como centros hierro-azufre (FenSn). El hierro en
heme muestra un enorme parecido con el ión magnesio en la clorofila. Heme, que es
básicamente un sistema de anillo de porfirina con hierro posicionado en el centro, es la forma
más común de hierro en las proteínas biológicas. En citocromo c, una proteína heme común en
las mitocondrias, los ligandos axiales al hierro están ocupados por histidina y metionina de la
proteína.

Como componente de los centros hierro-azufre, el hierro entra en múltiples arreglos de grupo
con residuos de cisteína en enzimas que ofrecen un contacto más directo con la proteína. Estos
centros difieren en su complejidad del simple 2Fe-2S al más elaborado 4Fe-4S. El hierro en estos
centros se une a los sustratos así como transfiere electrones y toma parte en reacciones que
involucran deshidrataciones y reacomodos.

Las enzimas con centros hierro-azufre incluyen xantina-oxidasa, succinato-deshidrogenasa,


aconitasa y nitrogenasa.

Una tercera clase, representada por ribonucleótido-reductasa, tiene un grupo FeO2 con un
dioxígeno como un anión peróxido O22- montado entre 2 centros de hierro. Este arreglo permite
a la enzima remover un átomo de hidrógeno de una unión C-H muy estable. Un no metal puede
substituir al hierro en estos complejos.

Las enzimas con un grupo heme generalmente son de color café rojizo (cuyo tono dependerá
del estado de oxidación del hierro). El color motivó un interés inicial en estas proteínas y fue el
factor motivador detrás de nombrar a las proteínas heme en las mitocondrias como
“citocromos”.

Aunque solamente algunas pocas enzimas solubles tienen hierro como cofactor, el hierro es
especialmente prominente en las proteínas unidas a membrana que comprenden rutas de
transporte de electrones. Ejemplos de estas incluyen los citocromos en la mitocondria, retículo
endoplásmico y fotosistemas I y II en los cloroplastos. Tal vez la proteína con hierro más inusual
es la ferritina, una enorme proteína subunidad de almacenamiento de hierro que tiene la
capacidad de unir más de 2,500 átomos de hierro en su estructura.

El selenio como cofactor de enzimas


El selenio pertenece a la categoría de no metales redox y está incluido en la misma clase del
azufre (algunas veces referidos como metaloides), lo que implica que el selenio podría ser capaz
de substituir al azufre en los complejos biológicos. Como un congénere del azufre, el selenio se
vuelve parte de la estructura de proteínas como selenocisteina y selenometionina, no como un
átomo de selenio ligado directamente a la proteína como un grupo prostético. Estas son los
cofactores activos en las enzimas con selenio.

Aunque un ión selenio es claramente capaz de reacciones redox, hay poca información
disponible sobre las funciones de selenio como cofactor. Enzimas como glutatión-peroxidasa
son enzimas solubles que trasfieren electrones hacia y desde sustratos. Substituir el selenio con
azufre en la enzima niega la actividad. Con solamente algunas selenoenzimas disponibles hay
información insuficiente para precisar el papel catalítico del selenio.

Se cree que glutatión-peroxidasa en la forma reducida (descanso) contiene un selenol ionizado


que puede reaccionar con peróxidos orgánicos o peróxido de hidrógeno. Una enzima selenol
podría ser un intermediario en la reacción catalizada por 5’-deiodinasa, la enzima que cataliza la
remoción de iodo de la hormona tiroidea. El complejo enzima-ácido selenénico (Enz-SeOH) es
regenerado por glutatión reducido (GSH) el cual forma un intermediario mixto (Enz-Se-S-G).
Este intermediario luego reacciona con un segundo GSH para restaurar Enz-Se– y libera glutatión
oxidado (GSSG) como producto. La regeneración de Enz-SeI de 5’-deiodinasa también requiere
un agente reductor cuya identidad es incierta.

Funciones del fósforo en el organismo


La mayor parte del P (80-85%) en el cuerpo de los mamíferos está localizado en los dientes y
huesos, y el restante (15-20%) en los demás órganos, realizando diferentes funciones.

Los fosfatos son muy importantes como reguladores de varios procesos, entre ellos, la
mineralización esquelética; son componentes de ácidos nucleídos, proteínas receptoras y de
transporte, coenzimas y estructura fundamental de la bicapa lipídica en las membranas
celulares. Por lo tanto, los fosfatos inorgánicos (Pi) desempeñan un papel importante en el
crecimiento, desarrollo, formación ósea y metabolismo celular, además, de participar en
procesos de regulación ácido-base.

Una hipofosfatemia aguda puede causar miopatías, disfunción cardiaca y anormalidades


hematológicas; el cuadro crónico afecta, principalmente, la mineralización ósea, llegando
inclusive, a raquitismo y osteomalacia.

La esencialidad del fosforo en los animales es una cuestión que debe ser considerada, debido a
que, la falta de este elemento, limita el desempeño de los animales.
Funciones fisiológicas del fósforo Además de intervenir en la formación y estructura de los
huesos, el P está envuelto en muchas funciones fisiológicas (Tabla 2), como lo evidencia la
presencia de P en los iones fosfato y en diferentes compuestos orgánicos intracelulares y
extracelulares o a nivel de la membrana celular

El ion fosfato es esencial para el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas donde
funciona como cofactor en múltiples sistemas enzimáticos y donde contribuye al potencial
metabólico en forma de compuestos de alta energía (principalmente como ATP, pero también
como GTP, ITP y otros nucleótidos).

Los fosfatos también juegan un papel importante en la regulación del equilibrio ácido-base en
el plasma y entre las células por medio de la capacidad tampón del sistema HPO4/H2PO4. En el
plasma el P está presente como fosfato inorgánico, la mayor parte en forma de HPO4 2- y el
resto como H2PO4 -

El fosfato circulando en el plasma está en equilibrio no solamente con el fosfato inorgánico del
esqueleto y el fosfato inorgánico de las células, sino que también está en equilibrio con un gran
número de compuestos orgánicos resultantes del metabolismo celular. Por esta razón, el fosfato
podría ser usado como indicador del estado nutricional del P en el cuerpo.

Sin embargo, debido a que altas cantidades de P pueden cambiar rápidamente entre los
compartimentos extracelular, intracelular o los huesos, no se puede usar la concentración de
fosfato en el plasma para estimar adecuadamente el contenido total de P en el cuerpo.

Mecanismo del fósforo en el conocimiento


De sus múltiples minerales que debe incorporar un niño a través de su alimentación, el fosforo
es uno de los más importantes. Este elemento cumple un rol primordial en la formación de
huesos y dientes, participa en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas o lípidos y las
proteínas e interviene en la transferencia de energía para la actividad de músculos y tejidos.

Uno de los grupos de funciones más importantes en los que tiene papel trascendental el fosforo
es en aquellos vinculados en la actividad cerebral, concentración y la memoria.

En todo ello cumplen un papel destacado los fosfolípidos, un tipo especial de grasa que contiene
fosforo en sus moléculas. Para decirlo de forma sintética: el fosforo es primordial para el
equilibrio del sistema nervioso, es el mineral armonizador por excelencia de las energías
vinculadas a los nervios, por lo cual se comprenderá la importancia de incorporarlo a la dieta de
los niños.
Referencias bibliográficas

1. Remington A. Farmacia.2°ed.Argentina:Ed.Panamericana;2003. pp.650.


2. Bernt T, Thomas L, Grain T, Sommer S.. Evidence for a signal axis by which intestinal
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3. Nelson DL, Cox MM. Lehninger principios de bioquímica. 6ta ed. Ed. Omega S.A.
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4. McKee T, McKee JR, Bioquímica las bases moleculares de la vida. 5ta ed. Ed Mc Graw
Hill Education, México DF, 2014.
5. Medline Plus. Phosphorus in Diet. Last updated February 2, 2015. Disponible en:
https://medlineplus.gov/ency/article/002424.htm.
6. Gutierrez L. niños indigo. Un desafio a la paternidad del nuevo milenio. Argentina.
Editorial: LEA S.A. 2012. Pp 172-173.

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