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Berti, E., Ser y Tiempo en Aristóteles,


Buenos Aires, Biblos, 2010, 116 pp.

Ser y Tiempo en Aristóteles es la ver-


sión escrita que reúne en el corto número

© Ediciones Universidad de Salamanca Azafea. Rev. filos. 17, 2015, pp. 221-247
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de 116 páginas el contenido completo de que M. Heidegger lanza a la metafísica
un par de conferencias que en los días 10 sobre la base de que esta representa una
y 11 de octubre de 2008 el profesor E. comprensión de lo real que presupone
Berti impartió en la Universidad Católi- sin interrogar una muy determinada re-
ca de Santa Fe. La obra conserva el estilo lación entre ser y tiempo.
oral original, de modo que comprende la Así pues, el hilo fundamental que
transcripción de un par de conferencias presta unidad al contenido de la obra es
al final de cada cual aparecen también la concepción aristotélica del tiempo es-
transcritas las preguntas que los oyentes parcida en los diversos escritos del esta-
debieron de hacer respecto al conteni- girita, si bien dicha temática se encuentra
do. Hay que decir que esto le da un rico atravesada por una crítica en cierto tono
toque dialógico a la obra en tanto que negativo (pp. 24-26, 43, 67) a la interpre-
las preguntas formuladas por los oyen- tación que acerca del mismo asunto hace
tes reciben respuesta y, en este sentido, M. Heidegger. Y de ahí el título que le
suponen diversas perspectivas a partir pone Berti a su escrito, un título que,
de las cuales el lector puede abordar el por una parte, nos remite directamente
contenido del texto. al asunto del tiempo en el pensamiento
En general, el pensamiento de E. Ber- aristotélico, pero que, por otro lado, nos
ti siempre ha oscilado entre la metafísica indica que dicha interpretación va a ser
clásica, vale decir, de inspiración aristoté- confrontada críticamente con aquella que
lica, y la filosofía contemporánea, si bien respecto al mismo asunto lleva a cabo M.
en los últimos tiempos su investigación Heidegger en una de sus obras fundamen-
ha estado particularmente determinada tales, a saber, Ser y Tiempo (& 78-83). In-
por el estudio del pensamiento aristoté- dependientemente de estar o no de acuer-
lico y su presencia en el debate filosófico do con las interpretaciones heideggeria-
contemporáneo. En términos generales, nas sobre el pensamiento aristotélico, hay
este es el horizonte adecuado en el que que reconocer que la obra de Heidegger
se enmarca el presente escrito, y ello se representa uno de los momentos más ricos
hace evidente en las primeras páginas de la presencia de Aristóteles en las últi-
en las que el autor realiza un breve re- mas décadas. Es el filósofo alemán uno
sumen de la presencia del pensamiento de los pensadores más destacados en este
de Aristóteles, sobre todo de su filosofía retorno y actualización que la filosofía
práctica, en los diversos autores, ámbi- contemporánea ha hecho de la filosofía
tos y problemas propios del pensamien- aristotélica, hasta tal punto que se podría
to contemporáneo, resumen, por cierto, decir que con Heidegger se inaugura una
muy útil para todo aquel interesado en corriente interpretativa del pensamiento
la filosofía del estagirita (pp. 11-21). No aristotélico dentro de la cual incluso ca-
obstante, intentaremos aclarar cómo en bría situar el presente escrito. ¿Podría
particular nuestro escrito pretende con- Enrico Berti rastrear eso que él llama el
frontar una de las críticas más elocuentes tiempo humano presente en la filosofía
que en los últimos tiempos se han lleva- práctica de Aristóteles si no es a partir
do a cabo sobre el pensamiento metafísi- de un encuentro previo con el tema de
co occidental, a saber, el cuestionamiento la temporalidad originaria propia del

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Dasein tematizado por Heidegger? Hay En esta continua referencia a la filosofía
que precisar aún más y decir que la ínti- de Aristóteles, el pensamiento de Heide-
ma voluntad de nuestro autor en este es- gger atraviesa dos etapas que determinan
crito, además de criticar la interpretación el modo en que se acerca a la filosofía
heideggeriana del tiempo en Aristóteles, del Estagirita. En este sentido se distin-
es hacer otro tanto de lo mismo con la gue una primera fase en la que Heide-
metodología del filósofo alemán quien, gger interpreta y asimila críticamente
en función de sus intereses, sólo mienta algunas determinaciones fundamentales
el nombre de Aristóteles para mostrar de la filosofía aristotélica, y un segundo
supuestas carencias de su pensamien- momento en el que su confrontación con
to, pero no hace lo mismo, sin embar- Aristóteles toma cierto distanciamiento,
go, cuando pareciendo no querer dejar en tanto que la filosofía aristotélica pasa a
huella de ello se apropia y se vale de de- formar parte de ese pensamiento metafí-
terminaciones fundamentales y propias sico que precisamente Heidegger quiere
del pensamiento del filósofo griego (p. superar. Por otro lado, la confrontación
107). Esta es precisamente la doble críti- de Heidegger con Aristóteles, puede ser
ca que E. Berti le dirige a M. Heidegger verificada también de dos modos; una
a propósito de la noción del tiempo en verificación superficial que comprende
Aristóteles que, según éste último, sólo las lecturas directas que Heidegger lle-
se reduce a una concepción vulgar del vaba a cabo sobre los textos del estagi-
tiempo, pero sin llegar a recalar en la ori- rita, y una verificación más impercepti-
ginaria temporalidad en la que en última ble y profunda que se materializa en las
instancia aquélla se funda. E. Berti, por recuperaciones, actualizaciones y apro-
contraposición, va a mostrar que eso que piaciones positivas que Heidegger lleva
Heidegger llama la temporalidad origi- a cabo sobre algunas determinaciones
naria como determinación ontológica fundamentales del pensamiento aristo-
del Dasein ya se encuentra y, por tanto, télico y de las que, sin dejar huella clara
es patrimonio de la filosofía práctica de de ello, se vale para afrontar sus propios
Aristóteles, de donde, sin decirlo de un problemas (pp. 11-15). En este sentido,
modo explícito pero consciente de ello, por ejemplo, podemos verificar superfi-
Heidegger la toma. En este sentido se cialmente cómo Heidegger se confronta
puede decir que E. Berti retoma la tarea con el texto de la Física de Aristóteles
que ya emprendiera su íntimo amigo y para terminar concluyendo que en los
discípulo F. Volpi en su obra titulada capítulos dedicados a la cuestión del
Heidegger y Aristóteles. tiempo (IV, 10-14) sólo se encuentra una
A lo largo de todo su camino en el concepción vulgar del mismo, mientras
pensar, Heidegger continuamente tomará que con un poco más de atención tam-
la filosofía de Aristóteles como referente bién podemos advertir cómo en el fondo
principal. De hecho, se dice que Heidegger Heidegger retoma la filosofía práctica
es el filósofo del ser, y a este respecto no de Aristóteles a la hora de determi-
hay que olvidar que el problema ontológi- nar ontológicamente la temporalidad
co del ser alcanza su más profunda deter- propia de la existencia humana y que
minación en el pensamiento aristotélico. él llama temporalidad originaria. Y es

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precisamente esto, además de la crítica en su Heidegger y Aristóteles y que bá-
al proceder metodológico antes mencio- sicamente consiste en mostrar la presen-
nada, lo que E. Berti le quiere criticar a cia de Aristóteles dentro de la filosofía
Heidegger, a saber, que en Aristóteles heideggeriana, el presente libro com-
no sólo encontramos una referencia uni- plementa esa tarea mostrando, mediante
lateral al problema del tiempo, concre- una completa exégesis de la noción del
tamente aquella que se encuentra en su tiempo inserta en los escritos aristoté-
Física, tal y como parece que quiere dar a licos, cómo esta es rapazmente captada
entender Heidegger, sino que Aristóte- y apropiada por M. Heidegger en Ser y
les, nos dice Berti, también se enfrenta al Tiempo, a pesar de que éste último pa-
problema de la temporalidad desde otras rezca querer borrar toda huella de dicha
muchas perspectivas. De hecho, una te- apropiación. Se ofrece así en castellano la
sis importante que mantiene nuestro au- oportunidad de encontrar de la mano de
tor es que en Aristóteles ya se encuentra un gran especialista en la obra de Aris-
precisamente eso que Heidegger no ve tóteles una exégesis en torno a la noción
(o no quiere reconocer que ha visto) en aristotélica del tiempo. Y todo ello lleva-
él, a saber, un abordaje del fenómeno del do a cabo de un modo que siempre tra-
tiempo a partir de la dimensión especí- ta de ser fiel a los textos aristotélicos y
ficamente práctica del hombre. En cual- que intenta deslindarse en la medida de
quier caso, es en este contexto en el que lo posible de toda lectura históricamente
E. Berti desarrolla una exposición clara consolidada (pp. 57, 58, 64). La conclu-
y profunda de la postura aristotélica res- sión de la obra viene a mostrar la riqueza
pecto al asunto de la temporalidad, que de perspectivas con la que Aristóteles en-
va desde el tiempo cósmico (pp. 23-43) frentó el problema del tiempo, ponién-
propio de la naturaleza y expuesto en dose así de manifiesto que este último
la Física, hasta el tiempo propio del ser fue más allá, a pesar de lo que Heidegger
humano en tanto que ser eminentemen- interesadamente dice al respecto, de un
te práctico (pp. 63-111) expuesto en la simple considerar la temporalidad en tér-
Ética, Retórica y en la Poética. En este minos naturalistas. Entre tanto, ello ser-
recorrido, nuestro autor también visita virá para hacer ver al lector que de nuevo
la Metafísica, donde podemos hallar la la filosofía de Aristóteles en general, y su
noción del tiempo en tanto que tiempo filosofía práctica en particular sigue viva
del ser y la importancia que tiene den- en la contemporaneidad por medio de la
tro del problema ontológico general (pp.
lectura actualizada que, entre otros, uno
43-65). También (pp. 67-73) obras me-
de los principales filósofos de las últimas
nos transitadas, como De la memoria y
décadas ha llevado a cabo sobre ella. Es
La reminiscencia, y todo ello en una con-
esta una “rehabilitación” o “renacimien-
frontación directamente crítica, como
to” del pensamiento aristotélico que nos
decimos, con la postura que al respecto
recuerda al que ya tuvo lugar en el seno
mantiene M. Heidegger, particularmen-
mismo de la filosofía helenística.
te en su obra Ser y Tiempo.
Por tanto, puede decirse que, en re- Miguel Ángel Barroso Delgado
lación a la tarea emprendida por F. Volpi Universidad de Salamanca

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