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Historia de la química

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Ilustración de un laboratorio químico del siglo XVIII.

La historia de la química abarca un periodo de tiempo muy amplio, que va desde la prehistoria
hasta el presente, y está ligada al desarrollo cultural de la humanidad y su conocimiento de la
naturaleza. Las civilizaciones antiguas ya usaban tecnologías que demostraban su conocimiento
de las transformaciones de la materia, y algunas servirían de base a los primeros estudios de la
química. Entre ellas se cuentan la extracción de los metales de sus menas, la elaboración de
aleaciones como el bronce, la fabricación de cerámica, esmaltes y vidrio, las fermentaciones de
la cerveza y del vino, la extracción de sustancias de las plantas para usarlas como medicinas o
perfumes y la transformación de las grasas en jabón.

Ni la filosofía ni la alquimia, la protociencia química, fueron capaces de explicar verazmente la


naturaleza de la materia y sus transformaciones. Sin embargo, a base de realizar experimentos y
registrar sus resultados los alquimistas establecieron los cimientos para la química moderna. El
punto de inflexión hacia la química moderna se produjo en 1661 con la obra de Robert Boyle,
The Sceptical Chymist: or Chymico-Physical Doubts & Paradoxes (El químico escéptico: o las
dudas y paradojas quimio-físicas), donde se separa claramente la química de la alquimia,
abogando por la introducción del método científico en los experimentos químicos. Se considera
que la química alcanzó el rango de ciencia de pleno derecho con las investigaciones de Antoine
Lavoisier, en las que basó su ley de conservación de la materia, entre otros descubrimientos que
asentaron los pilares fundamentales de la química. A partir del siglo XVIII la química adquiere
definitivamente las características de una ciencia experimental moderna. Se desarrollaron
métodos de medición más precisos que permitieron un mejor conocimiento de los fenómenos y
se desterraron creencias no demostradas.

La historia de la química se entrelaza con la historia de la física, como en la teoría atómica y en


particular con la termodinámica, desde sus inicios con el propio Lavoisier, y especialmente a
través de la obra de Willard Gibbs.1

Época del descubrimiento de los elementos químicos

H He

Li Be B C N O F Ne
Na Mg Al Si P S Cl Ar

K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu
Zn Ga Ge As Se Br Kr

Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag
Cd In Sn Sb Te I Xe

Cs Ba La Ce Pr Nd Pm Sm Eu Gd Tb Dy
Ho Er Tm Yb Lu Hf Ta W Re Os Ir
Pt Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn

Fr Ra Ac Th Pa U Np Pu Am Cm Bk Cf
Es Fm Md No Lr Rf Db Sg Bh Hs Mt
Ds Rg Cn Nh Fl Mc Lv Ts Og

Clave de colores:

Antes del 1500 (13 elementos): Antigüedad y Edad Media.

1500-1800 (+21 elementos): casi todos en el Siglo de las Luces.

1800-1849 (+24 elementos): revolución científica y revolución industrial.

1850-1899 (+26 elementos): gracias a la espectroscopia.

1900-1949 (+13 elementos): gracias a la teoría cuántica antigua y la mecánica cuántica.

1950-2000 (+17 elementos): elementos "postnucleares" (del nº at. 98 en adelante) por


técnicas de bombardeo.

2001-presente (+4 elementos): por fusión nuclear.

Índice

1 Antecedentes

1.1 Metalurgia

1.1.1 Metalurgia del bronce

1.1.2 Metalurgia del hierro

1.2 La cerámica y el vidrio


1.3 Transformaciones orgánicas de la Antigüedad

2 Teorías filosóficas de la Antigüedad Clásica

2.1 Primeros atomistas

3 Alquimia

3.1 La piedra filosofal y el esoterismo

3.2 Elementos y metales de la alquimia

3.3 Alquimia en el mundo islámico

3.4 Problemas de la alquimia

4 Siglos XVII y XVIII: inicios de la química

4.1 Robert Boyle

4.2 Teoría del flogisto

4.3 Descubrimientos del siglo XVIII

4.4 Antoine Lavoisier

4.5 Volta y su pila

5 Siglo XIX: resurgimiento de la teoría atómica

5.1 John Dalton

5.2 Jöns Jacob Berzelius

5.3 Davy y la electrólisis

5.4 Gay-Lussac y las leyes de los gases

5.5 Amedeo Avogadro

5.6 Inicios de la síntesis orgánica y su industria

5.7 Congreso de Karlsruhe y sus antecedentes

5.8 Espectroscopía y tubos de descarga

5.9 Kekulé y la estructura orgánica

5.10 Mendeléyev y la tabla periódica


5.11 Josiah Willard Gibbs

5.12 Van't Hoff y Arrhenius

5.13 Descubrimientos de finales del siglo XIX

5.14 Marie y Pierre Curie

6 Siglo XX: se revela la estructura del átomo

6.1 Ernest Rutherford y su modelo atómico

6.2 Modelo atómico de Bohr

6.3 Isótopos, protones, neutrones y modelo de Sommerfeld

6.4 Gilbert N. Lewis

6.5 Mecánica cuántica

6.6 Química cuántica

6.7 Bioquímica y biología molecular

6.8 Finales del siglo XX

7 Véase también

7.1 Historias y cronologías

7.2 Químicos eminentes

8 Notas

9 Referencias

10 Enlaces externos

Antecedentes

El fuego fue la primera reacción química controlada por los humanos, aunque su naturaleza
permaneció siendo un enigma durante milenios.

La primera reacción química de importancia que controlaron los humanos fue el fuego. Hay
restos datados hace alrededor de 500 000 años que atestiguan el dominio del fuego,2 al menos
desde los tiempos del Homo erectus. Este logro se considera una de las tecnologías más
importantes de la historia. No solo proporcionaba calor y luz para alumbrarse, servía de
protección contra los animales salvajes y después para despejar los bosques para cazar o cultivar,
y además sería la base para el control de otras reacciones químicas, como las derivadas de la
cocción de los alimentos (que facilitaron su digestión y disminuían la cantidad de
microorganismos patógenos en ellos) y más tarde de tecnologías más complejas como la
cerámica, la fabricación de ladrillos, la metalurgia, el vidrio o la destilación de perfumes,
medicinas y otras sustancias contenidas en las plantas. Aunque el fuego fuera la primera
reacción química usada de manera controlada, las culturas antiguas desconocían su etiología.
Durante milenios se consideró una fuerza misteriosa y mística capaz de transformar unas
sustancias en otras produciendo luz y calor. Al igual que se desconocían las causas del resto de
transformaciones químicas, como las relacionadas con la metalurgia, aunque se dominaran sus
técnicas.

Las primeras civilizaciones, como los egipcios y los babilónicos, concentraron un conocimiento
práctico en lo que concierne a las artes relacionadas con la metalurgia, cerámica y tintes, sin
embargo, no desarrollaron teorías complejas sobre sus observaciones.3

Metalurgia

Artículo principal: Metalurgia

El primer metal empleado por los humanos fue el oro, que puede encontrarse en forma nativa,
por lo que no necesitaba transformaciones químicas para su uso. Se han encontrado pequeñas
cantidades de oro en algunas cuevas de España usadas en el Paleolítico superior
aproximadamente hace 40 000 años.4 La plata y el cobre también se pueden encontrar en forma
nativa en pequeñas cantidades (además del estaño y el hierro meteórico que aparecen en
cantidades exiguas) permitiendo un uso limitado de objetos metalísticos en las culturas
antiguas.5 Las técnicas de esta metalurgia inicial se limitaban a fundir los metales con la ayuda
del fuego para purificarlos y dar forma a los adornos o herramientas mediante moldes o
cincelado. Pero los metales nativos son escasos, y hasta que se aprendió a extraer los metales a
partir de sus minerales no se pudo generalizar el uso de los objetos metálicos, lo que sí implicó el
control de reacciones químicas.

Metalurgia del bronce

Artículos principales: Fundición y Edad del Bronce.

Mapa de la difusión de la metalúrgica del Bronce Antiguo. Cuanto más oscuro el marrón más
antigua es la producción de bronce en la región.

Algunos metales pueden obtenerse de sus menas simplemente calentando los minerales en una
pira, principalmente el estaño y el plomo, y a mayores temperaturas, en un horno, el cobre; en
un proceso de reducción conocido como fundición. Las primeras pruebas de extracción
metalúrgica proceden del yacimiento de Çatalhöyük en Anatolia (Turquía), alrededor 6400 a. C.,6
y los yacimientos arqueológicos de Majdanpek, Yarmovac y Plocnik, los tres en Serbia, datados
en los milenios V y VI a. C. También son notables las fundiciones de cobre encontradas en el
yacimiento de Belovode,7 con objetos como un hacha de cobre del 5500 a. C. perteneciente a la
cultura de Vinča.8 Se han encontrado más vestigios de los primeros usos de los metales, datados
en el III milenio a. C., en otros lugares como Palmela (Portugal), Los Millares (España) y
Stonehenge (Reino Unido).

La capacidad de fabricar objetos de metal y la extensión de su uso revolucionó las sociedades


antiguas.

Al principio los metales se usaban por separado o mezclados tal como se encontraban. Al
mezclarse el cobre con estaño o arsénico intencionadamente se consiguieron metales de
mejores cualidades, las aleaciones denominadas bronces. Con este avance tecnológico surgió la
Edad del Bronce. La tecnología relacionada con el bronce fue desarrollada en el Oriente Próximo
a finales del IV milenio a. C.,9 fechándose en Asia Menor antes del 3000 a. C.; en la antigua
Grecia se comenzó a utilizar a mediados del III milenio a. C.; en Asia Central el bronce se conocía
alrededor del 2000 a. C. (en Afganistán, Turkmenistán e Irán), y poco después llegaría a China,
desarrollándose durante la dinastía Shang. La Edad del Bronce no solo fue el periodo de mayor
desarrollo de la metalurgia (en términos de expansión y diversidad) sino que influyó en muchos
otros campos al extender el uso de objetos metálicos. La disponibilidad de herramientas y armas
fabricadas con un metal más duro y resistente permitió el desarrollo de la agricultura y los
grandes ejércitos, y se fomentaron las rutas comerciales para el intercambio tanto de los
minerales escasos como de productos terminados. A partir de la Edad del Bronce los pueblos
que consiguieron armas de aleaciones y metales más duros se impusieron a sus vecinos.

Metalurgia del hierro

Artículo principal: Edad del Hierro e Historia de la siderurgia

La extracción del hierro de sus menas es mucho más difícil que la del cobre y el estaño, ya que
requiere un proceso de fundición más complejo, que necesita carbón (una fuente de CO) como
agente reductor y mayores temperaturas, pero a cambio se consigue un metal más duro y tenaz
que el bronce, y mucho más abundante. A diferencia de la producción del bronce que se
extendió por el Viejo Mundo a partir de un foco ubicado en el Oriente Próximo las técnicas de
fundición del hierro podrían haberse desarrollaron multipolarmente en distintas partes del
mundo. Existen restos arqueológicos con herramientas fabricadas con hierro sin níquel (prueba
de que no es de origen meteórico)1011 en Anatolia alrededor del 1800 a. C.,1213 pero también
se han encontrado herramientas del periodo comprendido entre el 1800 a. C. y 1200 a. C. en el
valle del Ganges en la India,14 y en yacimientos en África datados alrededor de 1200 a. C.151617
Las tecnologías siderúrgicas se extendieron desde el Mediterráneo hacia el norte a partir del
1200 a. C., llegando al norte de Europa alrededor del 600 a. C., más o menos en las mismas
fechas en las que llegaron a China.18

La mayoría de los métodos de extracción y purificación de metales usados en la Antigüedad se


describen en la obra de Plinio el Viejo, Naturalis Historia. Además de describir las técnicas
intenta explicar los métodos y hace observaciones muy precisas sobre muchos minerales.

Además de sus usos cotidianos, los objetos de cerámica y vidrio formaron parte del material de
laboratorio desde la antigüedad. Alambique de destilación del siglo XIII.

La cerámica y el vidrio

Artículos principales: Cerámica y Vidrio.

Además de la metalurgia el uso del fuego proporcionó a los humanos otras dos importantes
tecnologías derivadas de transformaciones físico-químicas, la cerámica y el vidrio, cuyo
desarrollo ha acompañado al hombre desde la prehistoria hasta el laboratorio moderno. Los
orígenes de la cerámica datan del Neolítico cuando el hombre descubrió que los recipientes
hechos de arcilla, cambiaban sus características mecánicas e incrementaban su resistencia frente
al agua si eran calentados en el fuego. Para controlar mejor el proceso se desarrollaron
diferentes tipos de hornos, y cada cultura desarrolló sus propias técnicas y formas.

En Egipto se descubrió que recubriendo la superficie con mezclas de determinados minerales


(sobre todo mezclas basadas en el feldespato y la galena) la cerámica se cubría con una capa
muy dura, menos porosa y brillante, el esmalte, cuyo color se podía cambiar añadiendo
pequeñas cantidades de otros minerales o variando las condiciones de aireación del horno. Estas
tecnologías se difundieron rápidamente. En China se perfeccionaron las tecnologías de
fabricación de las cerámicas hasta dar con la porcelana en el siglo VII. Durante siglos China
mantuvo el monopolio en la fabricación de la porcelana, y en Europa se desconocía como
fabricarla hasta el siglo XVIII gracias a Johann Friedrich Böttger.
Relacionado con el desarrollo de la cerámica, aparece el desarrollo del vidrio a partir del cuarzo y
carbonato de sodio o carbonato de potasio. Su desarrollo igualmente empezó en el Antiguo
Egipto y fue perfeccionado por los romanos. Su producción masiva a finales del siglo XVIII instó
al gobierno francés a premiar mediante concurso un nuevo método para la obtención del
carbonato sódico ya que la fuente habitual (las cenizas de madera) no proporcionaba cantidades
suficientes como para cubrir la creciente demanda. El ganador fue Nicolas Leblanc aunque su
proceso cayó en desuso en favor del proceso de Solvay, desarrollado medio siglo más tarde, que
impulsó enormemente el desarrollo de la industria química.

Transformaciones orgánicas de la Antigüedad

Las sociedades antiguas usaban un reducido número de transformaciones químicas naturales


como las fermentaciones del vino, la cerveza o la leche. También conocían la transformación del
alcohol en vinagre, que usaban como conservante y condimento. Las pieles se curtían y
blanqueaban sumergiéndolas en orina añeja (cuya urea se transforma en amoniaco cuando se
almacena largo tiempo) o soluciones de palomina (que contiene ácido úrico); y también se usaba
su capacidad blanqueante con las manchas persistentes de los tejidos.19 Además tenían
conocimiento del proceso de saponificación; los primeros registros de fabricación de jabones
datan de Babilonia alrededor del 2800 a. C.20

Teorías filosóficas de la Antigüedad Clásica

Esquema con los cuatro elementos griegos clásicos:

Alchemy fire symbol.svg fuego • Alchemy earth symbol.svg tierra • Alchemy air symbol.svg aire •
Alchemy water symbol.svg agua

en relación con sus propiedades y los demás elementos.

Los filósofos intentaron racionalizar por qué las diferentes sustancias tenían diferentes
propiedades (color, dureza, olor...), estaban en diferentes estados (fluidos o sólidos) y
reaccionaban de diferente manera ante los cambios del medio, por ejemplo frente al agua, el
fuego o al ponerse en contacto con otras sustancias. Estas observaciones les impulsaron a
postular las primeras teorías sobre la química y la naturaleza de la materia. Estas teorías
filosóficas relativas a la química pueden encontrarse en todas las civilizaciones antiguas. Un
aspecto común de todas ellas era el intento de encontrar un número reducido de elementos
primarios que se combinarían entre sí para formar todas las demás sustancias de la naturaleza.
Solían tratarse de sustancias conocidas como el agua, la tierra, la madera o el aire/viento, y
formas de energía como el fuego o la luz, además de conceptos abstractos como el éter o el
cielo. Varias civilizaciones diferentes coincidieron en muchos de estos conceptos, incluso entre
culturas sin contacto, por ejemplo los filósofos griegos, indios, chinos y mayas consideraban que
el agua, la tierra y el fuego eran elementos primarios, aunque cada una de estas culturas incluía
uno o dos elementos diferentes más en su propio listado.

En la Grecia Clásica alrededor del 420 a. C. Empédocles afirmó que toda la materia estaba
formada por cuatro sustancias elementales: tierra, fuego, aire y agua. En sintonía con esta
creencia la escuela hipocrática sostenía que el cuerpo humano estaba formado por cuatro
humores. Posteriormente Aristóteles añadió a los cuatro elementos clásicos el éter, la
quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el aire y el agua eran sustancias terrenales y
corruptibles, y que como no se percibían cambios en las regiones celestiales, las estrellas y
planetas no debían estar formados por ellos sino por una sustancia celestial e inmutable.21 En
sus obras Física y Metafísica Aristóteles desarrolla sus conceptos duales de «sustancia y
accidente», «esencia y forma», «acto y potencia» para explicar los cambios de la naturaleza,
incluidas las transformaciones de la materia. Sus ideas sobre la composición y transformaciones
de la materia, y el resto del funcionamiento de la naturaleza, se convirtieron el las
predominantes tanto en Occidente como en Oriente Medio, influyendo en sus culturas durante
dos milenios.

Demócrito fue el filósofo atomista griego más renombrado.

Primeros atomistas

Las teorías iniciales sobre el atomismo se remontan a la Antigua Grecia y la Antigua India.22 El
atomismo griego se inició con los filósofos Leucipo de Mileto y su discípulo Demócrito alrededor
del 380 a. C., que propusieron que la materia estaba compuesta por diminutas partículas
indivisibles e indestructibles, denominadas por ello átomos (del griego ἄτομος «sin partes»,
«que no se dividen»). Afirmaciones similares fueron realizadas por el filósofo indio Kanada en
sus textos de la escuela Vaisesika en un periodo cercano.22 También los jainistas de la época
tenían creencias atomistas.22

Alrededor del 300 a. C. Epicuro postuló un universo formado por átomos indestructibles en el
cual el hombre debía alcanzar el equilibrio. El filósofo Lucrecio trató de explicar la filosofía
epicúrea al público romano en su obra del 50 a. C.,23 De rerum natura (Sobre la naturaleza de
las cosas).24 En esta obra Lucrecio presenta los principios del atomismo, las teorías sobre la
naturaleza de la mente y el alma, y explicaciones para los sentidos y el pensamiento, el
desarrollo del mundo y los fenómenos naturales.

Al contrario del concepto moderno de atomicismo, esta teoría primitiva estaba enfocada más en
la naturaleza filosófica de la naturaleza, con un interés menor por las observaciones empíricas y
sin interés por los experimentos químicos.25

Tanto los atomistas griegos y romanos como los de la India carecían de datos empíricos que
respaldaran sus creencias. Sin estas pruebas, a sus adversarios les resultó fácil negar sus tesis. En
Occidente el atomismo nunca consiguió formar parte de la opinión mayoritaria de la época.
Aristóteles se opuso a la existencia de los átomos en el 330 a. C. y su autoridad en el
pensamiento occidental hizo que las ideas atomistas quedaran postergadas durante siglos, hasta
bien entrada la Edad Moderna.

Alquimia

Artículo principal: Alquimia

El alquimista descubriendo el fósforo (1771) de Joseph Wright.

Emblema alquímico con los cuatro elementos clásicos además de los tria prima de Paracelso y
los astros conocidos.

La alquimia (del árabe ‫[ الخيمياء‬al-khīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica y una


disciplina filosófica que combinaba elementos de la química, la metalurgia, la física y la medicina
con la astrología, la semiología, el misticismo y el espiritualismo. La alquimia fue practicada en
Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la Antigua Grecia, el imperio romano, los califatos
islámicos medievales y en la India, China y Europa hasta el siglo XVIII, por una compleja
diversidad de escuelas y sistemas filosóficos que abarcaron al menos 2500 años.

La piedra filosofal y el esoterismo

La alquimia se define como la búsqueda hermética de la piedra filosofal (una sustancia


legendaria capaz de transmutar los metales en oro o de otorgar la inmortalidad y la
omnisciencia), cuyo estudio estaba impregnado de misticismo simbólico y era muy diferente de
la ciencia moderna. Los alquimistas trabajaban para hacer transformaciones a nivel esotérico
(espiritual) y exotérico (práctico).26 Estos aspectos exotéricos protocientíficos de la alquimia
fueron los que contribuyeron a la evolución de la química en el Egipto greco-romano, la Edad de
Oro del islam y después en Europa. La alquimia y la química comparten su interés por la
composición y las propiedades de la materia, y con anterioridad al siglo XVIII no había distinción
entre ambas disciplinas.27

En el mundo helénico, la alquimia en principio proliferó en combinación con la magia y el


ocultismo como una forma de estudio de las sustancias naturales para transmutarlas en oro y
descubrir el elixir de la eterna juventud.28 La alquimia fue descubierta y practicada ampliamente
en el mundo árabe después de la conquista de los musulmanes, y desde ahí, fue difuminándose
hacia todo el mundo medieval y la Europa Renacentista a través de las traducciones latinas.29

Una de las principales aportaciones de la alquímica fue el desarrollo del instrumental de


laboratorio. Imagen de la obra De distillatione (1608).

La alquimia aportó a la química la invención y desarrollo de gran parte del instrumental de


laboratorio. Los primeros alquimistas occidentales, que vivieron en los primeros siglos de
nuestra era, ya inventaron algunos equipamientos y procesos usados posteriormente por la
química. El baño maría, o baño de agua para calentar controladamente, lleva el nombre de
María la Judía considerada una de las fundadoras de la alquimia. En sus obras también aparecen
las primeras descripciones del tribikos (un tipo de alambique de tres brazos) y del kerotakis (un
dispositivo para recoger vapores).30 Cleopatra la Alquimista describió los métodos de fundición
y destilación de la época, algunos le atribuyen la invención del primer alambique.31 Cuando la
disciplina se desarrolló en el mundo islámico, la infraestructura experimental que estableció
Jabir ibn Hayyan influiría en los procedimientos de los demás alquimistas islámicos, y
posteriormente en Europa cuando se tradujeron al latín sus textos.

En su búsqueda de la piedra filosofal los alquimistas descubrieron y aprendieron a purificar


muchas sustancias químicas como el alcohol, el amoníaco, la sosa cáustica, el vitriolo, el ácido
muriático (clorhídrico), el ácido nítrico, el ácido cítrico, el ácido acético, el ácido fórmico, el
arsénico, el antimonio, el bismuto y el fósforo, entre otras.

Elementos y metales de la alquimia


El sistema de elementos que usó la alquimia medieval fue desarrollado principalmente por el
alquimista persa Jābir ibn Hayyān y se enraizaba en la tradición de los elementos griegos de la
antigüedad clásica.32 Su sistema constaba de los cuatro elementos de Empédocles y Aristóteles:
aire, tierra, fuego y agua a los que se añadían dos elementos filosóficos: el azufre, caracterizado
por el principio de combustibilidad, «la piedra que arde»; y el mercurio que representaba las
propiedades metálicas. Estos últimos eran considerados por los primeros alquimistas como
expresiones idealizadas de los componentes irreductibles del universo,33 y fueron la principal
contribución de la alquimia filosófica.

En la Edad Media en Occidente existía tradicionalmente una relación entre la alquimia y la


astrología de estilo greco-babilónico. En esa época se conocían siete metales (que salvo el
mercurio no se consideraban elementos) y también se conocían siete astros en torno a la Tierra
(puesto que imperaba el geocentrismo), por lo que se relacionaba cada metal y sus propiedades
con un astro.aLa identificación entre ambos llegaba hasta el punto de que el símbolo del planeta
también se usaba para representar al metal. Las asociaciones eran las siguientes:

Sol Sun symbol.svg — oro;

Luna Crescent.svg — plata;

Mercurio Mercury symbol.svg — mercurio;

Venus Venus symbol.svg — cobre;

Marte Mars symbol.svg — hierro;

Júpiter Jupiter symbol.svg — estaño;

Saturno Saturn symbol.svg — plomo.b

En los últimos siglos de la edad media, en torno a 1250, Alberto Magno consiguió aislar el
arsénico, aunque sus compuestos eran ya conocidos desde la antigüedad. Posteriormente el
alquimista suizo Paracelso influido por la alquimia musulmana amplió también a siete los
elementos en su lista alternativa, añadiendo a los cuatro tradicionales tres elementos alquímicos
adicionales, denominados tría prima, tres principios metálicos para representar las propiedades
de la materia: el azufre para la combustibilidad, el mercurio para la volatilidad y la estabilidad, y
la sal para la solidez. Razonaba que los cuatro elementos de la teoría elemental aristotélica se
manifestaban en los cuerpos como tres principios. Paracelso los consideraba principios
fundamentales y los explicaba recurriendo al ejemplo de la madera ardiendo en el fuego. El
mercurio que era el principio de la cohesión debía irse para que la madera se descompusiera, y
como era volátil se desvanecía con el humo. El calor que se desprendía con las llamas provenía
del azufre (la combustibilidad) y las cenizas que quedaban era la sal que implicaba la solidez.34

Jābir ibn Hayyān (Geber), alquimista persa que puso los cimientos de la química con sus
experimentos.

Alquimia en el mundo islámico

En el mundo islámico se continuó la tradición clásica al traducirse al árabe las obras de los
antiguos griegos y egipcios y fueron la cultura más próspera en todos los ámbitos científicos de
la época.35 El desarrollo del método científico moderno fue lento y progresivo, y el principio del
método científico en química comenzó entre los alquimistas musulmanes medievales, iniciado
por el persa del siglo IX, Jābir ibn Hayyān (conocido como "Geber" en Europa), que se considera
uno de los padres de la química.36373839 Él introdujo un enfoque sistemático y experimental a
la investigación científica en el laboratorio, a diferencia de los antiguos griegos y egipcios cuyas
obras se basaban en elucubraciones principalmente alegóricas y a veces ininteligibles.40c
También inventó el alambique tal como lo conocemos y de él procede su nombre actual (al-
anbiq), descubrió y analizó muchas sustancias químicas, estableció la distinción entre ácidos y
álcalis, y fabricó cientos de medicinas.41 Además redefinió la teoría de los elementos clásicos,
identificando también como elementos al mercurio y al azufre.42

Otros renombrados eruditos musulmanes de la época como Abū al-Rayhān al-Bīrūnī,43


Avicena44 y al-Kindi criticaron y rechazaron las teorías de la alquimia, particularmente la
transmutación de los metales; y al-Tusi enunció una versión de la conservación de la masa, al
afirmar que un cuerpo material podía cambiar pero no desaparecer.45 Al-Razi fue el primero en
rechazar a la teoría aristotélica de los cuatro elementos clásicos y marcó el camino de la química
usando el laboratorio en el sentido moderno, además de diseñar y describir más de veinte
instrumentos, algunos de los cuales siguen usándose actualmente como el crisol o la retorta de
destilación.

La alquimia del mundo islámico influyó posteriormente en Europa al ser traducidos al latín sus
textos, sobre todo a partir del siglo XII, junto a los clásicos grecolatinos que habían desaparecido
de Occidente. Por ejemplo Paracelso (1493-1541), reformó la teoría de los cuatro elementos
siguiendo sus enseñanzas, y con solo un vago conocimiento de la química y la medicina oriental
fundó un híbrido entre alquimia y ciencia al que denominó iatroquímica.
El laboratorio del alquimista, de Giovanni Stradano (1570).

Problemas de la alquimia

Desde el punto de vista moderno, la alquimia presentaba varios problemas. En primer lugar su
objetivo no era la ampliación del conocimiento de un modo racionalista como actualmente
entendemos una ciencia, sino que su fin era encontrar materias míticas como la piedra filosofal,
y los descubrimientos experimentales se producían de forma colateral. Además carecía de un
sistema para nombrar los nuevos compuestos que se descubrían, y su lenguaje era esotérico y
vago hasta el punto que sus términos significaban cosas diferentes para distintas personas. De
hecho según The Fontana History of Chemistry (Brock, 1992):

El experimento del alquimista se incendia de Hendrick Heerschop (1626-1627).

El lenguaje de la alquimia pronto desarrolló un vocabulario técnico arcano y reservado diseñado


para ocultar información a los no iniciados. En gran medida este lenguaje es incomprensible para
nosotros hoy, aunque aparentemente los lectores del cuento del criado del canónigo de Geoffrey
Chaucer y la audiencia de El alquimista de Ben Jonson eran capaces de interpretar lo suficiente
como para reírse de ello.46

El cuento «El criado del canónigo» de los Cuentos de Canterbury (de finales del siglo XIV) expone
el lado más fraudulento de la alquimia, la pretensión de fabricar oro a partir de materias más
baratas. También Dante Alighieri, un siglo antes, muestra su rechazo a este fraude al meter a
todos los alquimistas en el infierno de su Divina Comedia.

La alquimia tampoco disponía de un método científico lógico y consensuado para hacer los
experimentos reproducibles. De hecho muchos alquimistas incluían entre las anotaciones de sus
métodos información irrelevante como los niveles de la marea o las fases de la Luna. La
naturaleza esotérica y el vocabulario codificado de la alquimia al parecer servían sobre todo para
ocultar que en realidad no tenían demasiadas certezas. Ya en el siglo XIV se evidenciaban las
grietas en la fachada de la alquimia, y mucha gente se mostraba escéptica. Para haber avanzado
habría necesitado un método normalizado que permitiera a otros reproducir los experimentos, y
haberlos registrado de un modo claro que permitiera exponer lo que se sabía y lo que se
desconocía.
En 1317, el papa Juan XXII de Aviñón ordenó la expulsión de todos los alquimistas de Francia por
falsificar moneda. En 1403 se aprobó una ley en Inglaterra donde se penaba con la muerte la
«multiplicación de metales». A pesar de to

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