Sacramentos de Iniciación Cristiana David De la Cruz Tapia, SDB

Prof. Fernando Berríos 19 de agosto de 2019

Informe de lectura

Título: El bautismo de Jesús y la vida cristina

Autor: Juan el Bautista Libanio, SJ

a. Breve Abstract o reseña del texto.

El texto de Libanio sobre el Bautismo de Jesús y la vida cristiana, hace un recorrido sobre
el significado del bautismo, que en primer lugar es una inmersión en el agua dando origen a una
simbología simple de purificación, muerte y vida. Jesús en el bautismo y después de él, en primer
lugar, Jesús hace vive una experiencia que hizo a Dios Padre en el Espíritu Santo, por ende, hay
un cambio de imagen de Dios como juez severo y enojado a una experiencia de paternidad, por
consiguiente, toda la vida de Jesús estará en el Espíritu comprendiendo cual es la misión del Padre
encomendad en su ser. Jesús se convierte en el modelo de vida cristiana, pues la vida cristiana
participa en la doble dimensión del bautismo: muerte al pecado y nueva vida en la gracia; “si
estamos muertos con Cristo creemos que también viviremos con él” (Rm 6,3). El bautismo implica
para la vida cristiana una dimensión común, pues somos un cuerpo en Cristo (Cf. Rm 12, 4-5)
además implica un camino de conversión hasta llegar a la escatología de nuestra vida.

b. ¿Qué elementos destaco del texto, y por qué? Mínimo dos y máximo tres.

1. El primer elemento a destacar es el cambio de comprensión de la imagen de Dios de la

predicación de Juan el Bautista a la predicación Jesús, pue Él invierte la experiencia sobre la
imagen de Dios que llega a decir Abba. Este elemento es de suma relevancia pues, antes de la
predicación de Jesús, a Yahvé se lo tenia como un gran juez, alejado de la realidad de su
creación. Pues Jesús a partir del bautismo empieza a predicar con su vida, acciones y palabras
que Dios es un Padre de infinita misericordia, que está a la espera de la conversión de los
corazones de sus hijos. Además, Jesús, nos muestra al Padre y nos enseña que Él es el camino
la verdad y la vida.
2. La vida cristina al participar del bautismo de Jesús asume una doble dimensión en primer lugar
es la muerte al pecado y la nueva vida a la gracia. El bautismo se convierte en el sacramento
de iniciación a una nueva forma de vivir, pues se asume nuevas exigencias y la principal es la
 fe en Jesucristo, por ende, es una conversión pero en primer lugar no de tipo moral, sino mas
bien de encuentro, de sentido; al conocer a Jesús, su vida, evangelio, nos enamoramos de su
proyecto/misión de vida y queremos también nosotros vivir un proyecto de vida al estilo de
Jesús, solo cuando se decide seguir a Él, llega en un segundo momento la conversión moral.

c. ¿Qué pregunta o cuestión abierta me ha dejado la lectura? Máximo dos.

1. Surge una pregunta ¿Qué imagen de Dios tengo? La imagen presentada por Juan Bautista o la
imagen de Dios presentada por Jesús. Dependiendo de esa respuesta se despliega la práctica
pastoral. Pues en muchos de los casos anunciamos a un Dios Padre severo y juez, más que
Padre misericordioso que esta esperando la conversión de sus hijos para retornen a casa.
En relación a Dios, Jesús lo experimento como un padre en el bautismo y lo llamo Abba a lo
largo de la vida y en relación a Jesús él es también hermano y amigo. Nuestro bautismo es el
inicio para de nuestra experiencia de hijos de Dios por adopción y el camino para sentirlo como
Padre misericordioso el resto de nuestras vidas hasta llegar a la parusía de cada uno.
2. El bautismo es el primer sacramento de iniciación a la vida cristiana esto implica dos
dimensiones, la visible y la invisible; la primera es asumir el seguimiento a Jesucristo y por
ende hay un camino de conversión/configuración con Él, esta conversión es visible en las
actitudes de vida dentro de la comunidad y de la propia vida. Y la segunda dimensión, la
invisible, se trata de mi yo interno puesto frente Dios, pues se puede caer en un dualismo de la
vida, tener acciones de un bautizado seguir de Jesucristo, pero en la interioridad del corazón
en realidad no se ha encontrado con Jesucristo. Por eso, surge la pregunta ¿Cuál es la mejor
manera de evangelizar para que no haya una separación de los dos mundos (interno y externo
del ser)? una respuesta es evangelizar no desde la dimensión moral (comportamientos) sino
desde el encuentro con Jesús.