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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Departamento de Historia

GUÍA IN“FORMAL” (¿IR–“REVERENTE”?)


DE NORMAS BÁSICAS DE CITACIÓN
Borrador sujeto a correcciones y modificaciones
(3ª versión, febrero de 2005)
(agradezco sugerencias para mejorarlo, hacerlo más claro y
en lo posible divertido)

MARTA HERRERA ÁNGEL

Al corregir trabajos y parciales se notan problemas en la citación de los textos, que


se repiten con frecuencia. Por este motivo elaboré una guía con algunas
indicaciones básicas sobre formas de citación aceptadas, tomando como base los
problemas más comunes (en síntesis querid@s chiqüit@s: estoy “hasta las orejas”
de repetir lo mismo en cada parcial y trabajo, mi mano está próxima a entrar en
huelga y cuando hablo sobre la citación tengo la terrible sensación de que se me
está “rayando el disco”). Debo anotar (porque ya oí algún gruñido al respecto) que
las formas de citación presentan variaciones dependiendo, por ejemplo, de la
revista en la que se publiquen. Algunas piden que se utilice la citación en texto:
autor, fecha, página, mientras que otras trabajan con una citación al pie de página
más completa. Proporciono elementos relativos a esta última forma de citación,
debido a que se ajusta mejor a las temáticas que manejo (y que me agrada que
compartamos). También se presentan otras variaciones menores de acuerdo con
los criterios de cada revista o editor de libros, así como cambios en las normas a
través del tiempo (alguna “vaca sagrada” dijo que todo cambiaba menos el cambio
y parece ser que el muchacho tenía razón). Un principio básico, en todo caso, es el
de mantener la misma forma de citación a lo largo del texto, sea un artículo, una
tesis o un libro.

Tanto en las notas de pie de página, como en la bibliografía final, los títulos de
libros y de revistas se escriben en cursivas (la letra cursiva es la que están viendo);
los títulos de los artículos (publicados en revistas o en libros) se escriben en letra
normal, entre comillas:

Libros:

GUHL, Ernesto, Colombia: Bosquejo de su Geografía Tropical, 2 vols., Bogotá,


Instituto Colombiano de Cultura, 1976.

JULIÁN, Antonio, La Perla de América. Provincia de Santa Marta (1787), Bogotá,


Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, 1951.

CUERVO, Antonio B. (comp.), Colección de Documentos Inéditos sobre la


Geografía y la Historia de Colombia, 4 vols., Bogotá, Imprenta de Vapor Zalamea
Hermanos y Casa Editorial de J. J. Pérez, 1891-1894.
2

Artículos (el primero publicado en una revista y los otros dos en libros):

FLÓREZ, Antonio y RÍOS, Katherine, “Las Lagunas de la Alta Montaña”, en


Cuadernos de Geografía, vol. VII, Nos. 1–2, Bogotá, Departamento de Geografía de
la Universidad Nacional de Colombia, 1998, pp. 25–49.

AGNEW, John, "Place and politics in post-war Italy: a cultural geography of local
identity in the provinces of Lucca and Pistoia", en ANDERSON, Kay y GALE, Fay
(eds.), Inventing Places. Studies in Cultural Geography, Melbourne, Longman and
Cheshire, 1992, pp. 52-71.

DANIELS, Stephen y COSGROVE, Denis, "Spectacle and Text. Landscape


metaphors in cultural geography", en DUNCAN, James y LEY, David (eds.),
Place/Culture/Representation (1993), 1ª reimpresión, New York, Routledge, 1994,
pp. 57-77.

En los ejemplos anteriores nótese: los datos, el formato y el orden en que se


colocan.

LIBROS: APELLIDO(S), Nombre(s), título (en cursivas), número de la edición (si se


está utilizando una edición posterior a la primera edición, en caso contrario no se
coloca nada), ciudad en la que se editó, editor y fecha de la edición.

En el caso de la obra de Antonio Julián obsérvese que a continuación del título se


colocó una fecha entre paréntesis y que no va en cursivas: la fecha indica el año en
que la obra se escribió y/o publicó por primera vez y no va en cursivas porque no
forma parte del título de la obra. Obsérvese también que esta misma anotación se
hace en el caso del libro en el que se publicó el artículo de Stephen Daniels y Denis
Cosgrove, indicando la fecha de la primera edición y, a continuación, el número de
la edición o reimpresión que uno está utilizando. En este último caso y en el del
artículo de John Agnew, después del título del artículo se colocó: en APELLIDO(S),
Nombre(s) y a continuación (eds.). Esta última abreviatura sirve para indicar el
nombre de los editores del libro en que se publicó el artículo.

Una anotación muy importante es la que precisa que se trata de una transcripción
de documentos relativos a un tema, como se observa en el caso de Antonio B.
CUERVO. Al colocar a continuación del APELLIDO(S), Nombre(s), la abreviación
de compilador entre paréntesis (Comp.), se está indicando que se trata de una
compilación documental y no de un libro sobre el tema.

ARTÍCULOS PUBLICADOS EN REVISTAS: APELLIDO(S), Nombre(s), título del


artículo (entre comillas), nombre de la revista en la que se publicó (en cursivas),
número y/o volumen de la revista en la que aparece el artículo, ciudad en la que se
editó, editor, fecha y páginas en las que aparece el artículo.

ARTICULOS PUBLICADOS EN LIBROS (OBRAS COLECTIVAS): APELLIDO(S),


Nombre(s), título del artículo (entre comillas), en APELLIDO(S), Nombre(s) del
editor o de los editores del libro en que se publicó, seguidos por la abreviación de
3

compiladores (Eds.) entre paréntesis, título del libro en el que se publicó (en
cursivas), ciudad en la que se editó, nombre de la editorial, fecha y páginas en las
que aparece el artículo.

EN LA NOTA DE PIE DE PÁGINA, cuando la obra se cita por primera vez, se


colocan todos los datos y, por último el tomo (si hay más de uno) y la página o
páginas que se citan en forma específica; la segunda vez que se cita la obra se
coloca sólo el nombre del autor y parte del título del libro o del artículo, seguidos
del tomo (si es del caso) y las páginas específicas que se citan, así:

Libros:

GUHL, Ernesto, Colombia: Bosquejo de su Geografía, T. I, p. 50.

JULIÁN, Antonio, La Perla, pp. 27–30.

CUERVO, Antonio B. (comp.), Colección, T. I, p. 40.

Artículos:

FLÓREZ, Antonio y RÍOS, Katherine, “Las Lagunas”, p. 28.

AGNEW, John, "Place and politics”, pp. 53–54.

DANIELS, Stephen y COSGROVE, Denis, "Spectacle and Text”, p. 60.

ALGUNAS PREGUNTAS

¿SIEMPRE SE COLOCAN PRIMERO LOS APELLIDOS Y LUEGO LOS NOMBRES


DEL AUTOR? Sobre este punto se presentan muchas variaciones en las
publicaciones. En algunas revistas, en las notas de pie de página se coloca primero
el nombre y luego el apellido, pero en la bibliografía al primer autor (si hay más de
uno) se le coloca primero el apellido y luego el nombre, en buena medida porque la
bibliografía se presenta en orden alfabético, por apellido. En otros libros y/o
revistas los apellidos de los autores aparecen tanto en las notas de pie de página
como en la bibliografía en mayúscula y precediendo al nombre, con el fin de
precisar cuáles son los nombres y cuáles los apellidos, lo que en algunos casos no
resulta claro. Por ejemplo, aunque puede pensarse que María Ángeles Eugenio
Martínez tiene tres nombres y su apellido es Martínez, en realidad sólo tiene dos
nombres (María Ángeles) y sus apellidos son (Eugenio Martínez). Tanto la opción
de escribir en las notas de pie de página María Ángeles Eugenio Martínez y en la
bibliografía Eugenio Martínez, María Ángeles, como la de escribir EUGENIO
MARTÍNEZ, María Ángeles en las notas de pie de página y en la bibliografía, son
válidas, siempre y cuando se aplique la misma norma con todos los autores en
todos los casos (notas de pie de página y bibliografía).
4

La opción de escribir en las notas de pie de página APELLIDO(S), Nombre(s), tiene


la ventaja de facilitar la elaboración de la bibliografía final. Para el efecto se puede
colocar el cursor en las notas de pié de página, con control e marcarlas todas,
copiarlas en una hoja aparte y, sobre esta base, elaborar la bibliografía final. Esta
última se presenta con el formato de sangría francesa (en el computador les
sugiero crear un nuevo formato con el nombre de bibliografía y aplicarlo a la
misma así: en formato, estilo, párrafo, nuevo (llamarlo bibliografía), en párrafo, en
especial aparece la sangría francesa y de una vez se pueden colocar los 6 puntos
de espacio entre una y otra referencia y agregar a la plantilla; un mecanismo
similar se puede utilizar para preparar un formato de citas textuales largas) como
se observa a continuación:

BIBLIOGRAFÍA

AGNEW, John, "Place and politics in post-war Italy: a cultural geography of local
identity in the provinces of Lucca and Pistoia", ANDERSON, Kay y GALE, Fay,
Inventing Places. Studies in Cultural Geography, Melbourne, Longman and
Cheshire, 1992, pp. 52-71.

CUERVO, Antonio B. (comp.), Colección de Documentos Inéditos sobre la


Geografía y la Historia de Colombia, 4 vols., Bogotá, Imprenta de Vapor
Zalamea Hermanos y Casa Editorial de J. J. Pérez, 1891-1894.

DANIELS, Stephen y COSGROVE, Denis, "Spectacle and Text. Landscape


metaphors in cultural geography", en DUNCAN, James y LEY, David (eds.),
Place/Culture/Representation (1993), 1ª reimpresión, New York, Routledge,
1994, pp. 57-77.

FLÓREZ, Antonio y RÍOS, Katherine, “Las Lagunas de la Alta Montaña”, en


Cuadernos de Geografía, vol. VII, Nos. 1–2, Bogotá, Departamento de
Geografía de la Universidad Nacional de Colombia, 1998, pp. 25–49.

GUHL, Ernesto, Colombia: Bosquejo de su Geografía Tropical, 2 vols., Bogotá,


Instituto Colombiano de Cultura, 1976.

JULIÁN, Antonio, La Perla de América. Provincia de Santa Marta (1787), Bogotá,


Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, 1951.

¿CUÁL ES EL FORMATO DE LAS CITAS TEXTUALES?

Si una cita textual ocupa menos de 3 líneas en el texto, simplemente se coloca


entre comillas, así:
5

En el Río Magdalena, por ejemplo, “Continuamente andan canoas vendiendo


huevos, pollos, gallinas, tasajo, tocino, azúcar, alfandoque, raspadura, etc.”. 1 Era
una vía de transporte que formaba parte de la vida cotidiana de la población.

Si la cita textual ocupa más de 3 líneas en el texto, se coloca con sangría a lado y
lado y en espacio sencillo, aunque el texto se esté escribiendo a espacio doble, así:

Según Santa Gertrudis, todo era monte cerrado, donde no se había visto jamás un
soplo de viento. Mompox:
“Propiamente es un infierno chico. Por las noches no se podía parar
en la cama: quitaba el colchón, menos; me quitaba la túnica,
tampoco; me ponía desnudo sobre los ladrillos, y no podía parar. De
estos calores nos salió a todos un sarpullido como sarna en todo el
cuerpo, con una comezón que nos traía locos.”2

La percepción del clima tampoco era homogénea. Mientras que el fraile y sus
compañeros, que eran chapetones, es decir recién llegados a América, sudaban por
el calor, una “señora arrebosada con un reboso de bretaña, nos saludó y me dijo:
Padre, válgame Dios, y que frío hace.”3 Lo que para los recién llegados era un
“ardiente clima q[u]e sofoca y desalienta aun a los irracionales”,4

Algunos autores indican que no es necesario colocar entre comillas las citas largas
que van en formato de cita larga, ya que el formato está indicando que se trata de
una cita textual y, por tanto, las comillas constituyen una redundancia.
RECOMIENDO, sin embargo, colocar siempre comillas ya que, como se
experimenta con frecuencia, los computadores (¡son una maravilla!, pero...)
cambian los formatos –nosotros no entendemos por qué, pero según ellos nosotros
les dimos instrucciones al respecto–, con lo que el indicativo de cita textual se
puede perder sin que nos demos cuenta. Por eso, entre dos males, “el menos pior”:
la redundancia.

También es frecuente que se recomiende escribir las citas textuales en cursivas


¿cuestión de gustos? Pues en cierta medida sí. Por mi parte y junto con otros
lectores considero que las citas textuales son “pesadas” de leer –moraleja: no es
prudente abusar de ellas–. Entonces, si a la “difícil digestión” de las citas textuales
se les suma la letra cursiva –que también resulta más difícil de leer–, pues se corre
el riesgo de que el apurado lector tienda a “pasarlas por alto”. Por ello recomiendo
tres cosas: primero, no abusar de ellas; segundo, colocarlas en letra normalita, con
sus comillitas, sangría a lado y lado y en espacio sencillo, si ocupan más de tres
1
SANTA GERTRUDIS, Juan de, Maravillas de la Naturaleza (ca. 1775), 4 vols., Bogotá, Banco
Popular, 1970, T. I, p. 78. Véase también A.G.N. (Bogotá), Poblaciones Varias, 5, f. 373r. y BLANCO
BARROS, José Agustín, Sabanalarga: sus Orígenes y Fundación Definitiva, Bogotá, Instituto
Colombiano de Cultura, 1977, p. 72.
2
SANTA GERTRUDIS, Juan de, Maravillas, T. I, p. 74.
3
Ibid.
4
A.G.N. (Bogotá), Colonia, Curas y Obispos, 13, f. 988v.
6

renglones, o dentro del texto, con sus respectivas comillas, si son unas citas
“decentes”, de menos de tres líneas de extensión y tercero, no considerar que
“hablan por sí mismas”. En general, el que las coloca las “lee” o las interpreta
dentro del contexto del escrito del que las tomó y de la información recopilada en
el curso de la investigación que lo llevó a consultar ese libro. El lector no cuenta
con ese contexto y por eso es necesario proporcionarle una explicación sobre el
sentido de la cita dentro del texto de uno.

Al mirar el ejemplo de las citas textuales que se incluyó anteriormente, se observan


en las notas de pie de página referencias como la siguiente: A.G.N. (Bogotá), Curas
y Obispos, 13, f. 988v. Esta cita remite a un documento del Archivo General de la
Nación (la sigla es A.G.N.), de Bogotá (Cra. 6 con calle 6, lugar que espero hayan
disfrutado, continúen disfrutando o disfruten en un futuro próximo), de la sección
Colonia, del fondo documental Curas y Obispos, tomo 13, folio 988, la parte versa
del folio (en los folios y en las hojas escritas a lado y lado, la parte recta es la que
queda al frente y usualmente uno lee primero y la versa la que uno lee al dar vuelta
a la hoja ¿suena enmarañado? pero no, esas son “calumnias de la oposición
irreflexiva”).

Nótese que el nombre del fondo documental se escribe en cursivas y que es


necesario colocar el número del tomo (o, para desastre de los ojos, el del rollo
cuando está microfilmado).

Habrán notado igualmente en el caso de la referencia a Juan de Santa Gertrudis,


Maravillas de la Naturaleza, el (ca. 1775); ca. significa circa, en castellano cerca,
para indicar que la obra se escribió alrededor de o aproximadamente en 1775. La
idea que se quiere expresar en este caso es que no se conoce exactamente la
fecha, pero se tiene un estimativo que se le proporciona al lector.

También habrán notado la utilización del ibid (abreviatura del ibidem) que significa
lo mismo, es decir, que se está haciendo referencia a la misma obra que se cita en
el anterior pie de página; en el caso de que sea la misma obra, pero otra página, se
coloca ibid y la página que se cite. Como les he comentado (y espero no tener que
repetir demasiado en un futuro, por aquello del “disco rayado”), la facilidad con
que el computador permite introducir citas hace POCO RECOMENDABLE utilizar
el ibid, salvo en versiones finales ( PERO FINALES “DE VERDAD VERDAD” Y GUARDANDO
UNA VERSIÓN SIN LOS IBID). Lo anterior, porque si uno tiene el escrito con los
respectivos ibid y se le ocurre introducir otra cita, que como suele suceder con
frecuencia le queda colocada entre la obra citada y el ibid y, como también suele
suceder con frecuencia uno no se da cuenta, el ibid le queda haciendo referencia a
otra obra. De esta forma, se generan inconsistencias bastante complicadas, como
por ejemplo, citar un texto de archivo y, a continuación, en la nota siguiente,
colocar ibid, p. 25 (para @l que no “se lo pilló” el ibid evidencia problema porque
en el caso de documentos de archivo se cita por folios (f.) y no por página (p.). Por
desgracia este caso y otros “más delicados” aún los detecta con cierta facilidad el
lector –y para mayor desgracia no piensa que a uno le pasó lo que le pasó, sino que
pasan ideas “muy negras” por su cabeza–, pero para el autor pasan con frecuencia
7

desapercibidos. Y si por una afortunada casualidad el autor se da cuenta del error


antes de entregar el texto, corregirlo es “un camello de siete gibas”.

Aprovecho la oportunidad para comentar lo relativo al op. cit (opus cit, un latinajo
que significa sencillamente obra citada). Se coloca cuando uno ya ha hecho la cita
completa de una obra, como por ejemplo, la obra de Guhl. La segunda vez se
coloca: GUHL, Ernesto, op. cit, T. II, p. 40. NO LES RECOMIENDO USARLO
porque suele suceder que al avanzar el trabajo se consulten otras obras del mismo
autor y en ese caso es necesario cambiar los op. cit de ese autor, si uno se da
cuenta en el momento oportuno. Si no sucede eso, la corrección toma “montones”
de tiempo o, en el peor de los casos, uno termina por “meter la patica” y generar la
indignación del lector que termina por darse cuenta de que “hay gato encerrado”.

Bien, sigo corrigiendo trabajos a ver que más me “pesco”.

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