REFERÊNCIAS:
Se trata de una expansión que no sólo tiene que ver con los clásicos contenidos
vivenciales, modulados por la complejidad de nuestro tiempo, sino que es también
estétiva, estilística, plasmada en formas múltiples e innovadoras: la autoficción, por
ejemplo, que a diferencia de la autobiografia clásica propone un juego de quívocos a su
lector o perceptor, donde se desdibujan los límites entre personajes y acontecimiento
reales o ficticios; el docudrama, que también juega con la indistinción de las fronteras;
la confesión mediática, que oscila entre la revelación íntima y la puesta en escena del
espectáculo; las múltiples variantes del reality show; la vida online de las redes sociales
( ARFUCH, p.22, 2013)
Entre la lejana memoria histórica de hechos y personajes que tal vez desconocemos,
cuya traza en el espacio no despierta nuestra atención, y la memoria biográfica, familiar,
que inviste afectivamente lugares y momentos, hay otras memorias, de pasados
recientes, que inisten dolorosamente en la conciencia colectiva. Memorias ligadas a
acontecimientos traumáticos, cuyos anclajes físicos, materales, tambíen, salen al paso
ante el transeúnte no tan desprevenido: estelas, inscripciones, plas baldosas, museos,
monumentos, memoriales. Marcas urbanas que señalan padecimientos y destinos
trágicos, heridas de guerra, desapariciones, xenofobia, persecución.( ARFUCH, p.32,
2013)
La frontera entre biografía y autobiografía no es entonces tant nítida, y en verdad, como
observa Holroyd, hay mucho de autobiográfico en el modo de abordar esa vida del otro,
así como también un límite ético: no confundirse con él. Es por esa sutil imbricación
que resulta interesante ver, desde ese otro lado, desde la narración de la experiencia- y
las vicisitudes- de quien se propone trazar en un relato los rasgos distintivos de una vida
– la del biografiado-, cómo se va dibujando, en el transfondo, casi insesiblemente, la
figura del biógrafo. Quizá sea ése uno de los aportes más originales del libro- que
también incluye algunos capítulos de su autobiografía-, la articulación feliz que logra
entre escritura literaria, guía para la investigación y reflexión teórica. ( ARFUCH, p.49,
2013)
Si ese responder es, por definición, ético- acorde a un régimen de verdad, al sistema de
valoración que rige cada género discursivo-, en el caso de la transmisión de la memoria
se transforma en un imperativo, en un deber en función de la justicia, sobre todo
respecto de crímines, persecuciones y acontecimientos traumáticos que dejan memorias
imposibles de acallar, cuya temporalidad siempre es el presente. Justicia en tanto ideal
de verdad, más allá del poder judicial- aunque pueda convocarlo-, deuda hacia los
predecesores o las víctimas, orientación hacia un futuro que se vislumbra como
pontencialmente superador( ARFUCH, 67, 2013)