UNOS A OTROS?
40 Días de Comunidad – Parte 1
Rick Warren
Oct. 2-3, 2004
“También nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada
miembro está unido a todos los demás.” Ro. 12:5b (NVI)
“…cuando se reúnan, cada uno puede tener un himno, una enseñanza, una revelación, un
mensaje en lenguas, o una interpretación. Todo esto debe hacerse para la edificación de la
iglesia… Si alguien que está sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la
palabra.| Así todos pueden profetizar por turno, para que todos reciban instrucción y aliento.”
1 Co. 14:26, 30-31(NVI)
“Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los
ligamentos, según la actividad propia de cada miembro” Ef. 4:16 (NVI)
“Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.”
Ec. 4:9 (NVI)
“Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe
fácilmente!” Ec. 4:12 (NVI)
“Si caen, el uno levanta al otro y ¡Ay del que cae y no tiene quién lo levante!”
Ec. 4:10 (NVI)
“Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.”
Ro. 12:15 (NVI)
“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio
propio.” 2 Ti.. 1:7 (NVI)
“…Sabré que siguen firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del
Evangelio.” Fil. 1:27b (NVI)
Nuestro primer mensaje de hoy es algo radical. Tú podrías incluso decir contra-cultural. Es
exactamente lo opuesto a lo que te han enseñado toda la vida. Pero Dios dice, “Si ustedes
hacen lo que yo les digo, nunca tendrán que lidiar con la soledad. Serán capaces de
sobrellevar la fatiga, el temor, la derrota y la frustración. Sus vidas serán mucho más fáciles si
simplemente hacen lo que yo he planificado para ustedes”. El antídoto para todas esas cosas
es el concepto de Comunidad.
Nota que la Biblia dice en Romanos, capítulo 12. Leámoslo en voz alta, “También nosotros,
siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los
demás”. Mira a la persona que está a tu lado y dile: “Me necesitas”. “¡Adelante!” “Me necesitas”.
Ahora dile: “Te necesito” “¡Adelante!” “Te necesito”.
De hecho, nos necesitamos unos a otros. Simplemente no nos damos cuenta de cuánto nos
necesitamos porque nos han enseñado a ser independientes. La idea de la campaña 40 Días
con Propósito era enseñarte que Dios te puso en esta Tierra por 5 razones. Hablamos de esos
5 propósitos por los cuales ustedes están aquí. Esa es una gran idea.
Vamos a analizar las relaciones. Vamos a examinar por qué las relaciones van mal. Vamos a
hablar sobre cómo transformar una mala relación en una buena. Vamos a considerar lo que
realmente significa amar y ser amados. Vamos a discutir lo que realmente significa tener
intimidad con alguien, lo que es una camaradería de alma a alma. Finalmente, exploraremos
cuál es el propósito de Dios para la Iglesia en todo este asunto.
Primero, vamos a hablar de por qué nos necesitamos unos a otros. Hay 5 razones por las
cuales tú necesitas una familia de la Iglesia, y más que eso, 5 razones por las cuales necesitas
un grupo pequeño. Necesitas amigos con quienes relacionarte a un nivel más profundo que
simplemente el de “conocidos”.
Yo necesito que otros caminen conmigo. En otras palabras, necesito gente que me ayude a
crecer espiritualmente. La Biblia dice en Colosenses 2:6 y 2:7, “Por tanto, de la manera que
recibisteis a Cristo Jesús el Señor”, lean conmigo, “así andad en Él.”
Frecuentemente, la Biblia se refiere a la vida espiritual como “su andar”. La llama también “el
caminar en Cristo”, o “el camino espiritual”. ¿Por qué? La Biblia usa el término “caminar”
porque la vida no es un evento pasivo –es una jornada. La idea de ser cristiano, es que
siempre estemos creciendo. Tú siempre estás en movimiento y tu vida también. Debe haber un
destino –un objetivo que cumplir. La Biblia dice que mientras tú caminas a través de la vida,
Dios quiere que hagas ciertas cosas.
Permítanme aclarar algo: esto no tiene nada que ver con ser soltero o casado.
Ahora bien, algunos de ustedes dirán, “¿Qué hay de malo con caminar solo? Me gusta caminar
solo, prefiero eso. Sigo mi propio camino cuando camino solo”. Ese es parte del problema. Al
caminar solos, ustedes no están aprendiendo cooperación, no están aprendiendo a
relacionarse y a amar. Dios dice, “Quiero que caminen en la vida relacionándose de cerca con
otras personas”. Él dice esto por tres razones:
1) Es más seguro.
Es más seguro cuando caminamos con otros a través de la vida. Hay seguridad cuando hay
cantidad. Es mucho menos riesgoso. ¿Alguna vez has tenido que caminar solo, de noche, y a
través de un lugar oscuro? Da miedo, ¿verdad? Es más seguro si estás con otros.
¿Alguna vez has visto a los gansos volar en formación “V”? Vuelan así porque pueden llegar
más lejos de esa forma. Esto crea un efecto aerodinámico. No se cansan tanto al volar juntos.
Y cuando nosotros volamos, caminamos y corremos a través de la vida juntos, estamos mucho
menos cansados. Es más seguro y nos brinda apoyo.
3) Es más inteligente.
Tú aprenderás mucho más cuando camines por la vida cerca de otras personas. Estoy
hablando de gente en verdadera comunión contigo. No de amigos casuales. La Biblia concluye
en Proverbios: “sólo los necios confían que lo que piensan por sí mismos es correcto”. En otras
palabras, si soy el único que piensa de cierta forma, ¿adivinen qué? ¡Estoy equivocado!
La Biblia dice en muchos pasajes que hay seguridad. Así que el estar en comunidad con otros
creyentes es inteligente, es seguro y nos brinda apoyo.
Ahora, fíjate en Génesis 2:18. Lee conmigo. “No es bueno que el hombre esté solo.” Esa es la
primera cosa que dijo Dios luego de haber creado a Adán. El mundo estaba en perfectas
condiciones todavía, pero Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. Dios odia la
soledad. ¡Dios odia la soledad! Ustedes pueden estar seguros de ello.
Debido a que Dios odia la soledad, Él creó dos grupos para que te desarrolles. Te dio una
familia física y una familia espiritual. Tu familia física es aquella con la que tú creces. La familia
espiritual es aquella con la que tú vives tu vida. Tu familia física no dura. ¿Has notado eso? Los
miembros de la familia mueren, se mudan o se alejan de alguna forma. Pero tu familia espiritual
dura para toda la eternidad. Por eso tú necesitas una familia espiritual y esa es la Iglesia. La
red de seguridad de Dios es tu familia. Hebreos 10 dice lo siguiente, “No dejemos de
congregarnos… sino animémonos unos a otros”. (Palabra de Dios). Congregarse es un hábito.
Un hábito es algo que hacemos todo el tiempo. Yo necesito gente que me anime en mí caminar
diario de manera permanente. ¿Cómo hacemos esto? El autor de Hebreos nos lo dice,
“congregarnos”.
(Recientemente, estuve en Manhattan. Mientras estaba ahí, una multitud de cerca de 100.000
personas me rodeaba. Había mucha gente, pero me sentía solo. No conocía a nadie. Tú
puedes estar solo en medio de una multitud).
[Intervención musical]
Por los próximos 40 días, tú escucharás hablar de la comunidad de Dios. “Lo que el mundo
necesita ahora es amor”, pero la mayoría de nosotros no sabemos en qué consiste el amor. No
sabemos cómo relacionarnos con otros. No sabemos cómo construir una gran relación,
saludable, fuerte y duradera. Eso es lo que vamos a aprender juntos.
Nota que la Biblia dice en 1 Corintios 14:26, 30-31 “Cuando se reúnan, cada uno puede tener
un himno, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lenguas, o una interpretación. Todo
esto debe hacerse para la edificación de la iglesia… Si alguien que está sentado recibe una
revelación, el que esté hablando ceda la palabra.| Así todos pueden profetizar por turno, para
que todos reciban instrucción y aliento.”(NVI)
[Quiero preguntarles lo siguiente: ¿Les parece que eso es lo que hacemos en la Iglesia? No, no
hacemos eso. Yo no digo, “¿alguien tiene un poema?” “¿Qué pasó en tu trabajo esta semana?”
“¿Puedo orar por ti?” No hacemos eso aquí porque este grupo es demasiado grande. Esto no
es una comunidad, esto es una multitud].
Lo que acabamos de leer en Corintios 1 sólo puede suceder en un lugar: un grupo pequeño.
Los templos son para la adoración, y el reunirse en las casas para la comunión. Tú necesitas
de las dos para ser un creyente balanceado. Necesitas de ambos para ser espiritualmente
saludable. Pablo dice que esto sólo puede suceder en un grupo pequeño.
¿Cuál es el objetivo? Al caminar por la vida, tú necesitas un grupo de creyentes que camine
junto a ti. Ese es el objetivo, como lo dice Efesios 4:16, “Por su acción todo el cuerpo crece y se
edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de
cada miembro” (NVI)
Eso es lo que Dios quiere. Quiere que todos crezcamos y quiere que todos nosotros estemos
llenos de amor.
¿Cómo lo hacemos? Nosotros promovemos situaciones donde cada uno puede ayudar a otros
de manera personal. De eso se trata 40 Días de Comunidad. Durante 40 Días de Comunidad,
quisiera que todos ustedes formen parte de un grupo pequeño, eso es el 100% de nuestra
Iglesia.
No te pido que lo hagas por el resto de tu vida. Solo te lo pido por los próximos 40 días. Una
vez a la semana –seis reuniones en total. Solamente reúnete en un grupo pequeño durante 6
ocasiones. Una vez que lo hagas, obtendrás grandes beneficios:
2) Vas a leer.
Cada integrante del grupo tendrá en sus manos un libro llamado “Juntos es Mejor: ¿Para qué
estamos aquí en la Tierra? Este libro contiene 40 lecturas diarias enfocadas en cómo construir
mejores relaciones. La única forma de obtenerlo es asistiendo a un grupo pequeño, ya que no
está en venta en las librerías. Hemos hecho esto intencionalmente, porque aprender sobre la
comunidad no tiene sentido a menos que seas parte de una. Tienes que vivir la experiencia. Tú
leerás sobre esto cada día.
(también vas a recibir uno de estos pequeños llaveros y cada semana te entregarán una
pequeña tarjeta plástica para colocar en el llavero. Cada tarjeta contiene un versículo para
memorizar que reforzará lo que estás aprendiendo sobre la comunidad esa semana. Hay gente
que quiere tenerte en su casa, por lo tanto, si todavía no estás en un grupo pequeño, en un
momento te diremos cómo puede ser parte de uno)
De todos los miembros del grupo pequeño, los anfitriones son los que más crecen. ¿Por qué?
Porque Dios dice que “cuando damos”, Él nos da mas a nosotros. Y aquellos que bendicen a
otros son realmente más bendecidos. El hecho es que cualquiera de ustedes puede ser
anfitrión –todos aquí. (Todo lo que necesitas hacer es inscribirte y nosotros nos pondremos en
contacto contigo).
La Biblia dice en 1 Pedro 4:9, “Practiquen la hospitalidad” (NVI) lea conmigo, “sin quejarse.”
Abrimos nuestras casas a otros sin quejarnos –sin quejarnos. Una pregunta: ¿Cuál es tu
queja? ¿Qué excusa has estado usando para no abrir las puertas de tu casa? Unos dirán
“bueno… es demasiado sucia”. Bien, yo le ayudo a limpiar; solo invítame y yo te ayudaré a
poner todo en orden. Otros dirán “no es lo suficientemente grande”. ¿Es lo suficientemente
grande como para recibir a tres, tal vez cuatro personas? Eso es todo lo que necesitas para un
grupo pequeño. Simplemente invita a unos amigos. Habrá quienes digan “no sé si quiero
hacerlo… no me gustan mis vecinos”. ¡No los invites! No te pido que invites a gente que no te
guste. Encuentra gente que te agrade, gente con la que trabajes, estudies, gente que sea tu
amiga, parientes o vecinos –esa es la idea. Algunos podrán decir “nadie va a querer venir” ¿Es
eso cierto? ¿Te has dado cuenta que en el corazón de cada ser humano hay un deseo de
pertenencia? En el fondo, todos desean relacionarse. Nadie quiere estar solo. Por eso es que
el confinamiento aislado es la peor forma de castigo. Fuimos hechos para pertenecer.
Hemos provisto algunas tarjetas de invitación para que tú las entregues a las personas que
quieras que se unan a este estudio. Quiero que se las des a alguno esta semana y que lleves a
estas personas al grupo pequeño contigo.
Esta es la primera razón por la que nos necesitamos unos a otros: Yo necesito que otros
CAMINEN conmigo a través de la vida
Antes de que tú nacieras, Dios ya había decidido los talentos que ibas a tener, tus habilidades
naturales, tus dones y tu entorno. Había decidido en qué país ibas a nacer. Había decidido todo
esto porque Él quiere que tú hagas ciertas cosas específicas durante tu vida, sus “buenas
obras”. Eso se conoce como Ministerio. En cada ocasión que tú usas los talentos que Dios te
ha dado para ayudar a otras personas, estás desarrollando tu Ministerio o Servicio. Esto
significa ayudar a los demás. Pero Dios no quiere que lo hagas solo, porque de esa manera
fracasarás. Él dice que tú necesitas de otros que trabajen a tu lado.
Aquí en la Tierra, tú te sientes cansado todo el tiempo, tal vez, porque no estás en comunidad.
No tienes a otros que te ayuden.
Dios nos dice por qué necesitamos a otros para que trabajen junto a nosotros. Fíjate en el
siguiente versículo, Eclesiastés 4, “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su
esfuerzo” (NVI) Tú sabes que eso es cierto. Siempre obtendrás más al trabajar con otras
personas.
No existe una persona que sea buena en todo. Nos necesitamos unos a otros. Y la clave es
que tú necesitas gente en tu vida que sea fuerte en las cosas en las que tú eres débil.
[Fue así como hicimos esto como un equipo. Cuando llegué a casa no estaba cansado. A la
mañana siguiente me levanté a las 6 en punto y vine directo a trabajar. ¿Por qué? Porque tenía
un equipo. No llevaba toda la carga sobre mis hombros]
En Westpoint (una academia militar de los Estados Unidos), alimentan a 4.000 personas en 15
minutos, tres veces al día. Imagínate lo que es alimentar a 4.000 personas en 15 minutos.
¿Cómo lo hacen? Le dan a todo el mundo una tarea. Todos tienen una ubicación y hacen todo
juntos.
Ahora bien, yo no puedo hacer mucho por mi cuenta, y tú tampoco puedes ser de gran impacto
en el mundo por tu cuenta. Pero si consigues juntar suficientes copos de nieve, ellos pueden
hacer algo. Y en esta Iglesia tenemos (menciona el número de asistentes de tu Iglesia) copos
de nieve. Eso detendrá algo, y mejor aún, empezará algo.
Dios está diciendo, “Quiero usarte”. Como ves, existe este mito sobre la Madre Teresa de
Calcuta, de que ella era una persona solitaria que fue a salvar al mundo por su cuenta. Eso no
fue lo que Madre Teresa hizo. Ella tenía un ejército de otras hermanas detrás de ella. Tenía un
ejército de gente ayudando en las calles de Calcuta. La idea es que juntos, cada uno de
nosotros puede marcar la diferencia, simplemente debemos hacer una pequeña parte. No es
algo enorme, es sólo una pequeña parte.
La razón por la cual estás tan exhausto es porque no tienes a nadie que te ayude. Por favor,
escribe lo siguiente en tu bosquejo:
Durante ‘40 Días de Comunidad,’ vamos a realizar un gran proyecto como iglesia [DESCRIBE
EL PROYECTO DE TU IGLESIA PARA LOS 40 DÍAS – Alimentar a cada persona necesitada
del Condado de Orange –aproximadamente 35.000 personas. Dar de comer a cada uno tres
comidas diarias por 40 días]. Esto suena como un proyecto grande y abrumador, pero si cada
miembro de nuestra iglesia se une a un grupo y cada grupo da dos horas a la semana a este
proyecto, no será tan difícil. Lo único que se necesita es que todos trabajen juntos en
comunidad.
Gálatas 6:10 dice, “Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos y
en especial a los de la familia de la fe”. Esa es la Iglesia. Dios utiliza a la gente común.
Necesito que la gente camine conmigo y necesito que trabajen conmigo. Tercero:
Filipenses 2:4 dice, “Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por
los intereses de los demás”. Es natural para nosotros pensar que “todo se trata de mí, de mis
necesidades, mis intereses, mis heridas”. Entonces, ¿quién se ocupa de los demás? Recuerde
que la Biblia dice lo siguiente: “Vele por los intereses de los demás”.
En las comunidades, unos cuidan de otros. Cuando tú sales fuera de casa por un tiempo largo,
seguramente le pides a tu vecino que cuide de tu hogar y de tus cosas.
Todos tenemos puntos ciegos. Hay cosas en nuestras vidas que no podemos ver, pero que
otras personas sí pueden. [ES POSIBLE QUE TU QUIERAS CONTAR UNA HISTORIA
SIMILAR PARA ILUSTRAR UN PUNTO CIEGO. – Cuando decidí dejarme crecer la barba, mi
esposa Kay me dijo: “Querido, si vas a tener esa barba, debes cortarte el cabello”. Así que me
dio una peinilla. El único problema es que no podía ver la parte de atrás de mi cabeza y mi
cabello permanecía parado en la parte de atrás. Al día siguiente, cuando salía hacia la Iglesia –
y no estoy inventando-, ella me dijo “¡Detente!”. Pensé en qué había hecho mal y Kay tuvo que
mojar mi cabello y aplanarlo. ¿Saben por qué? Porque no podía verlo]
Si la luz trasera de tu auto no funciona, tú no lo vas a saber. Alguien tiene que decírtelo. En
ocasiones, si tienes suerte, alguien te dirá que el cierre de tu pantalón está abajo. Si alguna vez
mi cierre está abierto, me lo dirán ¿verdad? No permitan que termine el sermón de esa manera.
Simplemente acérquense y díganme que lo suba. Si tienes restos de comida entre tus dientes,
tus amigos no dejarán que andes así.
Por lo tanto, necesitamos que la gente cuide de nosotros, que nos ame; gente que no tenga
miedo de apartarnos a un lado y decir: “Tienes algo colgando de tu nariz, deshazte de ello”.
Esa es la razón por la cual nos necesitamos unos a otros. ¿Han entendido? ¡Perfecto!
La Biblia dice en Hebreos 13, “Sigan amándose unos a otros fraternalmente”. Los cristianos
deben cuidar de los cristianos. La gente de la Iglesia debe cuidar de otras personas en la
Iglesia. La Biblia dice, “sigan amándose unos a otros”. Subraya la palabra “sigan”. Eso significa
ser perseverantes. No sólo hacerlo una vez, sino seguir haciéndolo.
En la guerra, todos tienen que hacer de centinela en algún momento. Cuando todos los demás
duermen, tú debes quedarte despierto para evitar cualquier problema.
Fíjate, lo que realmente quiere Satanás es herir a Dios. Pero el no puede lastimar a Dios. Dios
no puede ser lastimado. Entonces, ¿qué hace Satanás? Él lastima a los hijos de Dios. Si tú no
pudieras lastimarme, ¿qué harías? Irías tras mi esposa o mis hijos. Dado que Satanás no
puede herir a Dios, él trata de lastimar a los hijos de Dios.
El reporte continúa de la siguiente manera: “No entendimos cuán grave fue esta amenaza”. La
mayoría de los cristianos tampoco. “No hicimos los ajustes debidos a nuestras políticas, a
En lo que se refiere a las batallas espirituales, cuando tú estás peleando con el demonio, no
basta con protegerte, necesitas atacarlo. Nuestro problema, la mayor parte del tiempo, es que
no sabemos identificarlo. Somos vencidos porque el demonio no usa un traje rojo y una cola.
No trae un tridente y no viene por detrás de nosotros y nos hace ¡Buuuhh! ¿Cómo el demonio
trabaja en tu vida? Lo hace a través de…
El demonio conoce todos los problemas, circunstancias y relaciones que estropean tu vida. Su
método de operación es indirecto. Está siempre tratando de hacer que cometamos errores.
Tristemente, la mayoría del tiempo somos vencidos. ¿Por qué? Somos vencidos porque
tratamos de pelear por nosotros mismos. Nunca vas a vencer al demonio por tu cuenta. Nunca.
Necesitas de otras personas en tu vida para que cuiden de ti.
La Biblia dice en Eclesiastés 4, “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La
cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!”(NVI). Esa es la razón por la cual tú necesitas un
grupo pequeño.
[TU PUEDES CONTAR UNA HISTORIA SIMILAR DE TU PROPIA VIDA Y DE CÓMO DIOS
USÓ A LA COMUNIDAD ESPECIAL PARA PROTEGERTE DE SER DAÑADO. No hace
mucho, estaba caminando en el patio de una prisión de máxima seguridad del tamaño de dos
campos de fútbol con un par de miles de criminales convictos, y lo hice sin ningún guardia, sin
ninguna arma, sin ninguna protección, y aún así no sentía miedo al caminar. Ustedes dirán
“¡qué valiente!”. No, simplemente tenía 30 reclusos cristianos a mi lado. Tenían unos brazos del
tamaño de mis muslos, con tatuajes que decían ´Mamá´ y ´Jesús´. Había gente delante de mí y
a cada uno de mis lados y otros detrás de mí escoltándome hasta el lugar donde iba a dar la
charla. Si alguien quería llegar hasta mí, tenía que pasar por encima de todos ellos primero.]
Pregunta: Espiritualmente ¿quién está cuidando tus espaldas ahora? ¿Quién te cuida? ¿Hay
alguien en tu vida tan cercano como para ayudarte y asegurarse de que tú no caigas en las
típicas trampas que nos causan tanto problema? ¿Tienes alguien así a tu lado? Si no tienes un
amigo de esta clase, debes conseguirte un tercer ojo en tu espalda para evitar al demonio.
Aquí tienes otra pregunta: ¿La espalda de quién estás tú cuidando ahora? No puedes esperar
que alguien te cuide si tú no estás cuidando a alguien también. Si a ti te importa alguno lo
suficiente, te diría: “¿Sabes qué? Voy a estar contigo en las buenas y en las malas”.
¿Has nadado alguna vez en el océano? Todos sabemos que nunca hay que nadar solos en el
mar. Nunca. Tú vas con un amigo porque no sabes si vas a encontrar una corriente peligrosa.
Tú no vas por la vida solo.
Necesito que otros caminen conmigo por la vida, necesito que otros trabajen conmigo, y
necesito que otros cuiden de mí. Cuarto:
Necesito gente que este ahí cuando las inevitables crisis de la vida lleguen. Cuando recibo
malas noticias y necesito consuelo, necesito de ciertas personas en mi vida.
[Ahora, como tu pastor, estoy profundamente seguro de esto, ya que lo veo diariamente en la
iglesia.]
Hay ciertas cosas en la vida que las personas no deberían pasar solas. Nunca nadie debería
sentarse solo en un hospital a esperar el resultado de una operación de vida o muerte. Ninguna
mujer debería esperar sola una prueba de laboratorio por un problema en su embarazo. Nadie
debería esperar noticias del campo de batalla en soledad. Ninguna persona debería sentarse
sola en casa a esperar que el forense dictamine la causa de muerte de un ser querido al que le
dio un ataque cardiaco en el hogar. Ellos no deberían esperar solos. Nadie debería pararse
solo frente a un ataúd. Ningún hombre o mujer debería pasar a solas la primera noche en la
que su cónyuge muera. Tampoco deberían hacerlo si su esposo o esposa les han dejado.
No se supone que debamos enfrentar las crisis solos. El hecho es que algunas de estas cosas
van a suceder en sus vidas. ¡Van a suceder!, una de ellas es el perder a los seres queridos. Y
sólo los necios irían por la vida sin prepararse para lo que saben, será inevitable. Tú necesitas
una red de apoyo, porque lo qué no sabes es cuándo va a llegar la crisis, cuando va a
suceder... Necesitas el apoyo de un grupo, esas tres o cuatro personas cercanas a ti. No se
necesitan muchas, no necesitas cientos de personas, pero sí cinco o seis que estarán ahí si tú
las necesitas. Y ahora es el momento para prepararse.
Dios tiene un nombre para este grupo de creyentes que están comprometidos contigo, su red
de seguridad. La Biblia se refiere a ello en 1 Pedro, “En fin, vivan en armonía los unos con los
otros, compartan penas y alegrías…” (NVI) Está claro que cuando te internas en un hospital no
quieres que toda la iglesia te visite, basta con unos dos o tres que te digan, “estamos orando
por ti, y vamos a estar aquí.”
[PODRÍAS CONTAR UNA HISTORIA SIMILAR SOBRE ALGUIEN QUE SE SINTIO OLVIDADO
POR DIOS PORQUE NO TENÍA A NADIE QUIEN LE AYUDE. Yo no puedo olvidar a un
hombre que vino a Saddleback por siete años. Solía sentarse en las bancas. Venía y se iba;
solo asistía y luego se iba. Nunca se involucró en nada, nunca se unió a un grupo pequeño,
nunca conoció a nadie más. Yo era la única persona a la que conocía. Un día le dio un ataque
cardiaco y lo internaron en el hospital. Mientras estaba ahí le dio una infección y tuvo que
quedarse dos semanas en el hospital. En ese momento yo estaba en una gira predicando y ni
siquiera supe que estaba en hospital. Nadie le visitó. Cuando regresé, vino a la iglesia y me
dijo: “voy a dejar la iglesia”, le pregunté “¿por qué?” Y me respondió “porque nadie me visitó
cuando estuve en el hospital”. Yo le dije que lo sentía, pero el se fue de todas formas, y yo
pensé: “Es su culpa, no puede culpar a nadie más que a sí mismo”. El tampoco nunca visitó a
nadie en el hospital, nunca se ocupó de otras personas, nunca se tomó el tiempo para conocer
Incluso yo no puedo estar sin mi propio grupo pequeño. Cuando las crisis lleguen, (y seguro
que llegarán), vas a necesitar gente que te acompañe y te consuele.
Este es el plan de Dios, de 1 Corintios 12, “Si uno de los miembros sufre, los demás compartan
su sufrimiento….” (NVI) Recientemente leí de un hombre que había muerto en su cama y
nadie lo descubrió por dos años; y yo pensé, “Cuán trágico fue que este hombre no tuviera
alguien que le acompañe”. Nadie debería morir solo.
La Biblia dice, “Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran”. Cuando la gente
celebra, celebren con ella. Así mismo, consuélense cuando están pasando un momento difícil.
En ocasiones, la gente no sabe qué hacer con las lágrimas en un grupo pequeño. Están
sentados y de repente alguien comienza a llorar por una razón u otra. Esta es la clave: Las
lágrimas son siempre una señal de que hay que parar y orar. Detente y ora por esa persona. -
“Paremos este instante y oremos por María. Acaba de recibir malas noticias de su hermana.
Oremos por ella en este momento”- Entonces, te detienes y oras –“Paremos y oremos por
Roberto. Le han despedido después de 22 años de trabajo”- Eso es impactante. Las lágrimas
significan que es momento de orar.
Tú no tienes que arreglar los problemas de la gente. Cuando la gente está atravesando crisis,
no desean consejos, solo quieren que alguien esté con ellos. Así que siéntate en silencio junto
a ellos. No tienes que decir nada profundo. De hecho, usualmente cuando comenzamos a
hablar, nos metemos en problemas. Simplemente estemos junto a ellos. No necesitan mucho
consejo, solo compañía.
¿Qué significa esto? Bien. Dios tiene un plan, un propósito y una misión para tu vida. Y tú
tienes un mensaje de vida que Dios quiere que comuniques al el mundo. Si tú no das ese
mensaje, nadie va saber de él.
Claro que transmitir el mensaje al mundo puede dar miedo y esa es otra razón por la que tú
necesitas gente en tu vida. Yo necesito gente que me ayude a cumplir la misión que Dios me
dio en la tierra. Cuando la gente viene a este lugar, entra y dice, ¡Miren cuánta gente! Algo
debe estar pasando aquí.”
¿Cuál es la manera de dar testimonio ante los que todavía no conocen del amor de Jesucristo?
La respuesta puede ser sorprendente: amando a otros creyentes. Eso es lo que Jesús hizo.
Lo que prueba al mundo que somos cristianos no son nuestros edificios, nuestra música, ni
nuestros sermones – es el amor de unos por otros. Durante los próximos 40 Días vamos a
iniciar una revolución de amor, y esta revolución va a alcanzar a la comunidad que nos rodea. 2
Timoteo 1:7 dice lo siguiente, “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder,
de amor y de dominio propio.” (NVI).
Escribe en tu bosquejo:
La Biblia dice, “…Sabré que siguen firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe
del Evangelio.”(NVI). Este versículo tiene los dos objetivos de la campaña 40 Días de
Comunidad:
Todos necesitamos de otros. Necesitamos que otros creyentes caminen con nosotros, que nos
cuiden, que nos acompañen y consuelen, y que den testimonio con nosotros.
[Dentro de tu programa hay una tarjeta verde. ¿Podrías sacarla? Esta tarjeta es diferente a la
mayoría de las otras tarjetas debido a que no quiero que la regresen, quiero que la coloquen en
un lugar donde puedan verla los próximos 40 días: en un espejo, en su auto, en su escritorio;
pégala en tu computador, el refrigerador, o donde a ti te parezca. La tarjeta dice “Mi
compromiso: voy a participar en un grupo pequeño durante 40 Días de Comunidad” -incluso
podrías iniciar uno tú- “Voy a leer un capítulo diario de Mejor Juntos. Haré mi mejor esfuerzo
para escuchar las siete prédicas y memorizaré el versículo de cada semana”. Puedes firmarlo.
Ahora quisiera pedirte que hagas en tu agenda la mayor cantidad de tiempo posible. Si lo
haces, te garantizo que dentro de 40 días vas a mirar atrás y vas a decir “Ese fue un momento
definitivo en mi vida”. Si lo haces te garantizo que va a ser así.]
Esta iglesia gira completamente alrededor de la comunidad. [He estado orando por ustedes, y
vamos a hacer historia. Estoy orando por una participación del 100%. ¡No quiero que te quedes
fuera!] Dios no te trajo a esta área y a esta iglesia en este tiempo, para que sólo veas lo que
sucede. El te trajo para que seas parte de esta campaña. El te trajo a esta iglesia con este
propósito. Inclinemos nuestras cabezas.
Querido Dios, perdóname por las veces que he sentido que no necesito a otras personas
en mi vida. Quiero ser parte de lo que tú estás haciendo en la tierra a través de tu familia,
la Iglesia. Quiero experimentar una verdadera comunidad. Estoy cansado de relaciones
superficiales. Quiero aprender a amar y ser amado de una manera profunda. Te abro mi
vida, Jesús. Quiero ser parte de tu Familia. Gracias por traerme aquí, a un lugar al cual
pertenecer y crecer en comunión, y para servir, compartir y adorar. Ya no quiero ser un
seguidor pasivo. Quiero ser parte de lo que vas a hacer. Por eso hoy, me comprometo a
ser parte de un grupo pequeño para aprender lo que es una verdadera comunidad.
Bendice nuestra Iglesia mientras vivimos los 40 Días de Comunidad. En tu nombre oro…
Amén.