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El texto informativo

Claudio Gómez

La desaparición de los formatos duros. Nuevos instrumentos periodísticos y visuales.


Texto y contexto. Síntesis y precisión. Los recursos literarios como herramienta
enriquecedora del texto informativo tradicional. La búsqueda de la calidad informativa
en equilibrio con la belleza.

Origen del género informativo

- Contrariamente a lo que podría suponerse, el género informativo no es el


pionero de los géneros periodísticos. Las primeras formas de periodismo escrito
son opinativas.

- Y con “opinativas” nos referimos al género “donde se incluyen los mensajes que
transmiten ideas. Su basamento son los hechos, pero su finalidad es la opinión,
el cuestionamiento, el juicio del periodista”1.

- En los argumentos de la creación de La Gaceta de Buenos Ayres –fundada el 7


de junio de 1810, por Mariano Moreno- podemos encontrar algunos detalles que,
inconvenientemente analizados, nos pueden llevar al equívoco.

- Moreno escribe que su semanario pretende dar “(…) Una exacta noticia de los
procedimientos de la Junta”. Aquí podríamos pensar, a partir de la expresión
noticia, en una forma de comunicación institucional. Y entender que la función
de la Gaceta será llevar noticia de los actos de gobierno de la Junta. La noticia
ha sido la materia fundamental del género informativo (…)”.

- Sin embargo, más adelante, Moreno advierte que “(…) La utilidad de los
discursos de hombres ilustrados y que sostengan y dirijan el patriotismo y
fidelidad, que tan heroicamente se ha desplegado, nunca es mayor que cuando el
choque de las opiniones pudiera envolver en tinieblas aquellos principios, que
los grandes talentos pueden únicamente reducir a su primitiva claridad (…)”.
Aquí vemos la verdadera sustancia del medio: “las opiniones”. Dar cuenta de
una acto de gobierno no era, entonces, informar, sino dar a conocer las ideas que
le dieron origen a la acción. Siempre desde la pluma de los hombres de
gobierno.

- “Tiempos de rara felicidad, aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea
y es lícito decirlo, decía Moreno.

- No vamos a entrar en lecciones de Historia, ni siquiera de Historia del


Periodismo. Sí es importante saber que el género informativo nace con los
cambios del siglo XX y casi como una subalternidad del género opinativo.

- No serán ni La Prensa, ni La Nación, ni el Cronista Comercial (también fundado


a fines de siglo XIX) quienes den paso al periodismo informativo. Acaso haya
que rastrear sus comienzos en un periódico socialista: La Vanguardia.

1
Susana González Reyna (1997:6)
- El ritmo social del fin de siglo XIX y comienzos del XX, todos los cambios que
se produjeron aceleradamente en el país y en el mundo, contribuyeron a la
construcción de un periodismo que iba a venir a dar cuenta menos de posturas
ideológicas que de sucesos concretos. El material periodístico ya no es la
opinión, sino los hechos. Es que ya no son las decisiones las que guían el futuro
del país y sus habitantes, sino las circunstancias. Y para conocer las
circunstancias hay que estar informado.

- El segundo hecho insoslayable es la Segunda Guerra Mundial. La fórmula de las


5w se cobra plena vigencia en esa época y toma su particular forma con ese
episodio, a través del trabajo de los corresponsales de guerra. Varias cuestiones
confluyen aquí. Primero la necesidad de enviar información sucinta y rápida,
dado que las comunicaciones eran precarias y muchas veces se interrumpían;
segundo, la necesidad de escribir lo importante al principio para evitar que si la
comunicación se interrumpía, lo importante estuviera al principio. Luego, la
necesidad de no adjetivar. La cantidad de muertes que ocasionaba la guerra
obligaba a los cronistas a evitar la mención de méritos o deméritos. Había que
ser, entonces, preciso y cauto.

- Esa fórmula, aplicada a las nuevas formas políticas, sociales, económicas y


culturales, funcionó rápidamente. Y perduró hasta finales del siglo XX. La
irrupción del Nuevo Periodismo no modificó la tendencia a la información. En la
década del 80, la información ocupaba hasta el 75 por ciento de las páginas de
los diarios (Ver Resurgimiento de la Revista Política en la década del ’80.
Guillermo Fernández y otros).

- Será la tecnología la que cambiará la forma de hacer periodismo en los diarios,


pero el periodismo informativo sigue en plena vigencia en las Agencias de
Noticias y en los portales de Internet y, también en las redacciones de los
informativos radiales y noticieros de TV tradicionales.

- ¿Por qué la tecnología aplicada al periodismo modificó la presentación de las


noticias en los diarios? La respuesta está en la falta de materia prima de los
diarios: la noticia. Cuando hablamos de noticia –y existen un sinnúmero de
definiciones de este concepto- nos referimos a una manera de construcción de la
realidad, de construcción de la realidad social. Y esa forma exige una forma de
arribo al lector: lo que Eliseo Verón llama “contrato de lectura”.

- Ese contrato está sujeto a diversos componentes que codifican el entendimiento


entre el enunciador (periodista y medio) y el coenunciador (lector y público). La
irrupción de la tecnología aceleró los tiempos de producción y circulación de las
noticias. Sobre todo, los tiempos de circulación de la noticia, entendida como
primicia.

- La competencia por la primicia es desigual. Las radios, la televisión –con sus


canales de noticias de 24 horas- y aún los portales de noticias son más rápidos,
por supuesto, que los diarios.

- Entonces, los diarios ya no escriben para dar noticias, sino para contextualizarlas
y aún para dar respuestas a la incertidumbre social. Pero, vayamos más despacio.
Lo que debemos observar en primera instancia es que el periodista no puede
contar un acontecimiento que ya se conoce. Por eso, debemos contextualizarlo.
Por eso, el ingreso redaccional a una noticia ya no es el qué, sino el cómo.

- Esto nos lleva a un esquema: Cómo o Por qué sucedió –Qué sucedió -Que
sucederá.

- Estamos hablando siempre de diarios de circulación nacional y con una agenda


setting basada en hechos de carácter nacional. En los diarios locales, cuya
materia es el acontecimiento local, la idea de las cinco w en vigencia, ya que el
tema no ha sido tratado por otros medios más veloces.

Nuevos instrumentos periodísticos y visuales

Observamos que la imagen, en un diario ocupa un lugar privilegiado. La fuerza


de la imagen es tan real como accesoria. Una imagen sola, sin un texto que la
explique tiene mil significaciones. El texto la explica.

Es curioso que la Infografía, después de un tiempo de moda, no haya adquirido


en nuestro medio la relevancia que sí tiene en otros diarios del mundo. Salvo en
casos en los que se hace necesaria o útil para explicar, la Infografía no es un recurso
demasiado explotado por los diarios nacionales.

De manera que el texto es, todavía, irremplazable para los lectores de diarios y
revistas. Nadie compra un diario para ver fotos o para ver ilustraciones. En todo
caso, esos elementos colaboran en el entendimiento de una información, la
complementan, son accesorios.

Texto y contexto

Cuando hablamos de texto y de contexto, debemos tener en cuenta dos


cuestiones: el texto y contexto comunicativo, y el texto y contexto formal. El texto
se inserta en lo que se denomina la línea editorial del medio, por lo tanto su razón
nunca es casual. Tiene causas. No vamos a examinar ahora el proceso de
construcción de un texto desde el punto de vista Comunicacional, baste decir sobre
eso que sus intenciones, a veces ocultas, a veces expresas, son económicas y
políticas.

En la medida que entendemos a los medios de comunicación como “empresas


periodísticas”, podemos bien suponer que su objetivo será comercial y, por lo tanto,
económico: tener mayores ventas, para vender más espacios de publicidad y obtener
más ganancias. En situación de “actor social” como observa Borrat2, el periódico
lucha un lugar de influencia en una permanente pulseada simbólica con el gobierno;
se exprese a favor o en contra (si aceptamos esa simplificación).

2
Héctor Borrat entiende que “el periódico como actor es inseparable del análisis del sistema político del
que forma parte. La configuración histórica de los Estados occidentales ha hecho del periódico
independiente un actor político de existencia en todo sistema democrático (“e incluso en los de facto”,
opina César Díaz). El análisis destaca entonces las relaciones del periódico con el centro de decisiones de
ese sistema: el gobierno”.
En ese escenario (que es mucho más complejo y que también está afectado por
las condiciones intrínsecas al sujeto) se produce un texto. De tal forma, un texto
siempre está viciado; nunca es neutral. Aquí, la cuestión semántica es determinante.
Cada palabra tiene un valor.

El contexto formal está determinado por los elementos complementarios del


texto: ubicación en el diario, en la página, tipografía de los títulos, si hay fotos o
ilustraciones… Muchos elementos constituyen la jerarquía formal de un texto. El
texto habla del acontecimiento; sus elementos de la envergadura que pretende.

Síntesis y precisión

De todos los humildes talentos que requiere la práctica periodística, la síntesis


es, quizás, el que compromete mayores esfuerzos intuitivos. Ante la hoja en blanco,
el periodista se pregunta qué es lo que quiere contar. La mejor forma de hacerlo es,
en el periodismo informativo, el esquema Sujeto-acción.

Pero nos encontramos, otra vez, frente a la situación de contar un tema que ya se
conoce. Aquí pasamos al periodismo actual: el Periodismo Interpretativo. Se trata de
dar respuestas y no información.

Abundan actualmente títulos (el título es la síntesis más apretada de un texto, su


puerta de acceso) con acciones que dicen: Acuerdan, Proponen, Trasladan,
Suspenden, en fin, toda una serie de presentes mentirosos. La falsedad, en todo caso,
no es editorial, sino práctica. Un título en pasado habla de un acontecimiento que ya
ocurrió y nadie quiere leer el pasado, salvo que tenga un interés documental o
histórico. No quedan más alternativas que acudir al tiempo presente, aún narrar lo
que ya sucedió o lo que va a suceder.

Un texto periodístico siempre es síntesis. Ahora, un buen periodista debe saber


evaluar qué criterio utilizará para despojarse de las nimiedades ¿Pensará en la
importancia del tema o en el interés del tema? No es lo mismo resumir lo importante
que resumir lo interesante. Y también es distinto apuntar al impacto. Son tres
decisiones diferentes.

La precisión es un sinónimo de credibilidad en el Periodismo escrito. Ser preciso


implica estar perfectamente informado para informar; no alcanza con estar “bien
informado”, sino en ser exactos. Ha sucedido –con más frecuencia de lo que se cree-
que tras una profunda investigación, un periodista consignó mal un dato y estropeó,
con él, toda la nota. La clave es la precisión en la fuente. Una fuente dudosa es
mejor descartarla.

En este punto, aunque tal vez, no sea la referencia pertinente al tema, creo que
habría que referirse al Periodismo de Precisión. El Periodismo de Precisión es el uso
de las cifras para la expresión de una nota. Un claro ejemplo son los índices del
Indec que, precisamente, indican un número, pero denotan una situación económica.
Dicen que el número tiene dos virtudes: es fácil de entender y es una síntesis; pero
tiene un defecto, es manipulable.
Los recursos literarios como herramienta enriquecedora del texto informativo
tradicional

El periodismo escrito es una gimnasia. Conocidas las técnicas de redacción, sólo


queda ejercitarlas a través de dos formas: la lectura y la escritura. Hablamos aquí
sólo de aspectos formales de redacción, no de contenido. Cuando no se escribe o no
se lee, es muy difícil escribir bien.

La Historia del Periodismo es riquísima en ejemplos de grandes escritores


ligados al Periodismo y no sólo como columnistas, sino como cronistas y noteros.

En lo que es el género informativo, los recursos literarios a veces son útiles y a


veces contraproducentes. Un acierto será siempre el uso de la palabra exacta, el
concepto correcto.

La nota de color, por ejemplo, es un estilo de periodismo informativo que


permite ciertos adjetivos. No obstante, la categoría literaria de mayor belleza que,
sin dudas es la metáfora, es de muy dificultosa utilización y puede ser, en algunos
casos perturbadora.

Corolario

Como final quisiera decir que siento que los estilos periodísticos ya no existen
en su pura dimensión. La fusión que necesariamente propone el género
interpretativo entre información y la opinión nos obliga a repasar las categorías.
Creo que existen tres formas de géneros periodísticos básicos: el informativo, el
opinativo y el interpretativo. Y ellos mezclan sus formas hasta la calidad de
resolución del periodista. Ese es el límite.

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