Es todo tipo de acción realizada por el hombre independientemente de sus características o circunstancias;
significa toda la actividad humana que se puede o se debe reconocer como trabajo entre las múltiples
actividades de las que el hombre es capaz y a las que está predispuesto por la naturaleza misma en virtud de
su humanidad.
La necesidad de trabajar quizás tuvo su origen, hace milenios, en el instinto básico del hombre de sobrevivir
y perpetuarse como especie. En aquel mundo solo y hostil, el hombre debió utilizar todas sus potencialidades
para proveerse de alimentos, elaborar su ropa y vivienda, fabricar sus utensilios, herramientas y armas, para
proteger a sus hijos.
Desde el punto de vista individual, el trabajo es todo lo que el hombre hace para su satisfacción, alegría y
bienestar; toda la gama de actividades que satisfacen sus necesidades primarias, así como alcanzar la riqueza
material y espiritual para el mismo, los suyos y su país.
La persona cuando realiza un trabajo puede tener diferentes finalidades. Si el trabajo se realiza para obtener
ganancias económicas que nos garanticen la subsistencia, lo llamamos “trabajo productivo” o “remunerado”.
Cuando una actividad que es común a todos, que no cesa y de la cual depende nuestro bienestar y seguridad;
ella es “el mantenimiento y conservación” o “trabajo cotidiano”. Es imposible concebir la vida sin este trabajo;
desde arreglar la cama cuando nos levantamos hasta cambiar un caucho del carro o acondicionar la mesa de
trabajo.
El “trabajo social” es la ayuda que le prestamos a otro semejante sin otra intención que la ayuda misma; lo
que significa otra forma de efectuar acciones en la sociedad que debe cada vez tomar importancia y ser parte
del trabajo diario de cada miembro de la sociedad.
En la física, la palabra trabajo, se emplea en un sentido diferente; es la magnitud medida por el producto de
una fuerza aplicada a un cuerpo y el desplazamiento que realiza en la misma dirección de la fuerza, es
conocida como trabajo mecánico.
Existe otros significados con respecto al trabajo, uno de ellos está relacionado con la dificultad, impedimento
o esfuerzo de alguien; por ejemplo, le llevo mucho trabajo conseguir ese empleo. Asimismo trabajo se refiere
a la situación poco favorable que causa sufrimiento, estrechez o miseria; por ejemplo, María ha pasado gran
trabajo en su niñez.
La palabra profesión en su origen etimológica, del latín prfessionis” alude a la acción y al resultado de profesar,
entendido como manifestar una creencia religiosa, un sentimiento, o ejercer una actividad. En
la tradición judeo-cristiana la palabra profesión estuvo vinculada a lo religioso.
Cuando modernamente se habla de profesión, muchas veces se usa el término para referirse a
la ocupación legal de la persona que es retribuida en términos monetarios y que contribuye a solventar sus
necesidades; como sinónimo de oficio, como cuando decimos que la de bombero o la de policía son
profesiones de riesgo. Sin embargo, también suelen distinguirse las profesiones de los oficios, en un sentido
más estricto. En 1933 Carr Saunders y Willson exigían para llamar profesión a una actividad, que requiera de
una determinada formación, esté reglamentada y se adhiera a una ética para el bien común de la sociedad.
Actualmente llamamos profesión en general a aquellas que para su ejercicio requieran estudios especializados
a nivel universitario. Quien recibe el título por egresar de alguna facultad, recibe el nombre de profesional,
como ocurre por ejemplo, con los médicos, abogados, farmacéuticos o ingenieros. En general se encuentran
agrupados en colegios o asociaciones profesionales por actividad, que establecen pautas comunes y un
código de ética. Los oficios son más prácticos, como el que ejercen los mecánicos, albañiles o carpinteros.
Cuando se habla de profesionalizar una actividad se la organiza y se la regla, a efectos de jerarquizarla. Quien
se destaca en el ejercicio de una actividad también es calificado como profesional, por ejemplo “Juan es un
profesional del baile, o del fútbol, o del dibujo o de la música…”
Ya en los primeros pasos de la humanidad se tiene constancia de las profesiones más comunes: agricultor,
albañil, maestro, ganadero... A medida que la civilización se fue desarrollando surgieron profesiones distintas.
En la Edad Media aparecieron las primeras organizaciones que agrupaban a las distintas profesiones (los
gremios) y cada una de ellas tenía sus reglas y características. En el periodo de adiestramiento inicial, el
profesional era un aprendiz e iba adquiriendo los conocimientos básicos. Posteriormente pasaba a ser oficial
y, finalmente, alcanzaba la categoría de maestro, solamente si podía demostrar un nivel elevado de
experiencia y destreza. Esta estructura no ha cambiado en la actualidad, ya que con otros términos y
planteamientos seguimos utilizándola.
Los sindicatos y las agrupaciones profesionales son los organismos que velan por los intereses de las
actividades profesionales. Estas entidades trabajan para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores
(salario, derechos, horarios...).
Cada profesión requiere de un periodo de formación previa, unos estudios a través de los cuales las personas
aprenden las técnicas y procesos que con posterioridad pondrán en práctica en su profesión.
Uno de los problemas relacionados con la profesión es el fenómeno del desempleo o paro. Cuando un
profesional no tiene la posibilidad de trabajar está inactivo y, lógicamente, busca un empleo. En este proceso
de búsqueda necesita formarse en nuevas habilidades o prepararse para otra profesión.
En la etapa educativa las personas estudian para que en un futuro puedan ejercer una profesión. Este periodo
es clave, ya que es el momento donde se adquiere la vocación profesional, es decir, la inclinación por un tipo
de conocimientos que, a su vez, están relacionados
con una actividad laboral.
La globalización y las redes sociales han creado un nuevo marco de relaciones humanas. En este contexto
están apareciendo profesiones distintas, ligadas a la logística, el medio ambiente, la tecnología, etc. Los
expertos en relaciones laborales creen que el futuro es incierto, ya que la mano de obra será cada vez menos
necesaria como consecuencia de la mecanización. Algunos analistas consideran que el concepto de profesión
habitual ya no responde a las coordenadas actuales.