Anda di halaman 1dari 6

El Descrédito del Sexo

(y la prepotencia del género)

9 de marzo del 2012

V y M son iguales es sexosofía, pero no en sico, fisio, temperamental. Estudiamos M y V como


grupos. Existen por darwinismo o evolución, transmiten pool genetico de la especie de acuerdo
con sus capacidades y estructura. El evolucionismo es ciencia.

Método científico parte de los hechos; y construye teoría que explique todo.
Creacionismo parte de la revelación. Adan de barro, Eva de hueso. Diferentes materias de origen,
diferentes características de personalidad. Este razonamiento no es científico.

Medicina es ciencia. Etudio de individuos de sexo ambiguo o con cualidades de ambos géneros
con método científico.

cuántos sexos hay. La respuesta religiosa coincide con la científica. Hablar de tres o más, el tercer
sexo, los cinco sexos, el sexo construido, Hablar de que no hay dos individuos iguales a otro, lo
que hacen es intransferible a otros. Cinco sexos, varones, hermafros, mujeres, hembrermachos,
mujeres. Conf en Pekín

Ponencia presentada con diapositivas el 15 de junio del 2013 en el 2do. Congreso Argentino de Sexología y Educación Sexual de FESEA
en Rosario, Santa Fe, Argentina.

Por Rafael Freda, 43628261, 1563064386, rafaelfreda@gmail.com, Sociedad de integración Gay


Lésbica Argentina.

La palabra sexo indica nuestras características relativas a la reproducción, con tal


complejidad de fenómenos conexos, que el análisis se facilita al dividirlos en sexo, género y
sexualidad1; en bien de los grupos sexualmente minoritarios, se amplían a sexo, género, identidad
sexual (paulatinamente reemplazado por orientación sexual2) e identidad genérica 3; ahora se está
incorporando fluidez sexual.4 Esta evolución de la terminología refleja una acumulación creciente
1
Rebecca Jordan-Young & Raffaella I. Rumiati afirman: “En ciencia y en cultura popular, el sexo, el género y la sexualidad
frecuentemente convergen en el compuesto simple “sexo”: un paquete de oferta, en el que tanto el origen como el propósito último
son la reproducción.” En Hardwired for Sexism? Approaches to Sex/Gender in Neuroscience. Neuroethics, online 24 de setiembre
2011.
2
Lisa Diamond en Sexual Fluidity (2008, Harvard University Press) dice que la mayor parte de la gente presume que en la orientación
sexual “la predisposición sexual de un individuo hacia el mismo sexo o el otro sexo es un rasgo estable de desarrollo temprano que tiene
un efecto consistente en las atracciones, fantasías y sentimientos románticos de una persona a lo largo de su vida.” En seguida apunta
un efecto del androcentrismo: “Aunque este modelo de orientación sexual describe a los hombres con suficiente precisión, no siempre
se aplica tan bien a las mujeres.”
3
Milton Diamond, en “Sex and Gender are Different: Sexual Identity and Gender Identity are Different”, Clinical Child Psychology and
Psychiatry (2002) Vol. 7: 320–334, intenta “realzar con términos diferentes la claridad en la comprensión y la comunicación. En
particular, se coloca énfasis en los términos sexo, género, identidad sexual e identidad genérica. El valor de hacerlo así se ve
particularmente cuando se hace referencia a varios grupos minoritarios como los transexuales, los intersexuales u otros”.
4
Lisa Diamond, ibidem, “la fluidez sexual significa flexibilidad dependiente de la situación en la capacidad de respuesta sexual de las
mujeres. Esta flexibilidad hace posible que algunas mujeres experimenten deseos por mujeres o por varones bajo ciertas circunstancias,
de conocimientos y teorizaciones sobre el sexo, cuyo sinónimo por seiscientos años o más fue
género.5 La divisoria se dio a mediados de la década de 1950, cuando John Money introdujo la
frase roles de género para dar cuenta de los casos que atendía en su consulta de la Universidad
Johns Hopkins y que a pesar de presentarse como hombres o mujeres tenían genitales
discordantes con su apariencia.6

Esta explicación de Money fue escrita en 1996 y sugiere que tenía en consideración el
aspecto aparencial (y por ende dialógico) del género, pero en la década del setenta las estudiosas
feministas7 especializaron los términos y la atención dirigida a la apariencia fue poca. Sexo lo
dedicaron a designar el conjunto de rasgos anatómicos que caracterizaban y diferenciaban a
hombres y mujeres y género al conjunto de caracteres culturales que también cumplían esa
función.8 En la escisión de saberes relativos al sexo descrita por Money en 1991, sexosofía y
sexología son campos adversarios, 9 porque la falta de acuerdo y el irracionalismo han apartado a la
una de la otra; 10 el feminismo, como ideología de reforma sexual, se transformó en una sexosofía
antagónica de la sexología 11 y la colisión será inevitable, a no ser que el feminismo y sus aliados (la
teoría de género, la teoría queer y el socioconstructivismo) corrijan sus excesos.

Este cisma se inició en la década de los roles de género. Alfred Jost había demostrado el
papel preponderante del fenotipo mujer en la especie humana 12, mientras paralelamente se

sin tener en cuenta su orientación sexual general”.


5
Haig, David. “La palabra género ha sido usada como sinónimo de sexo al menos desde el siglo XIV”, De Sexo y Género, en nature
genetics, volume 25, agosto 2000
6
En 1996 John Money narró en el Prefacio de Man and woman, boy and girl. Gender identity from conception to maturity (Money &
Ehrhardt), cuyo original había sido publicado en 1971, que había acuñado el término género "para hacer posible escribir sobre gente
que venía a mi oficina como hombre o como mujer, pero de los cuales no se podía decir que su rol sexual en el sentido genital específico
fuera de hombre o de mujer, en la medida en que tenían una historia de defectos de nacimiento en los órganos sexuales.” Aclaraba
después: “La mayoría de las personas que contribuyeron a este nuevo significado de género eran hermafroditas o intersexuales.” Citado
por David Haig en El Inexorable Ascenso del Género y la Declinación del Sexo: el Cambio Social en los Títulos Académicos, 1945–2001,
Archives of Sexual Behavior, Vol. 33, No. 2, Abril 2004, pp. 87–96.
7
David Haig, ibídem, 2004. “Los orígenes del uso de género entre las eruditas feministas ha sido datado de forma variada en los últimos
años de la década de 1960 (Nicholson, 1994) o a mediados de la década del 1970 (Unger & Crawford, 1993). El análisis de Myown
sugiere que su amplia adopción en los círculos feministas se demoró hasta los últimos años de la década de 1970 o los primeros de la de
1980.”
8
Milton Diamond, ibidem. “El término sexo está relacionado con la estructura anatómica, el término género está relacionado con una
condición social y sicológica impuesta o adoptada”. Y agrega: “tanto los progenitores como muchos profesionales asumen que conocer
el sexo hace inferir el género, pero éste no siempre es el caso”.
9
John Money afirma memorablemente: “Quienes hoy practican la medicina y la pedagogía sexuales y se miran en el espejo de la
historia sexológica, ven que son reencarnaciones de sus antecesores del siglo XIX, cuyo personaje profesional estaba escindido. En un
lado de la escisión está el investigador sexual; del otro lado, el reformador de la ley sexual. Al investigador le pertenece la sexología,
cuyos conceptos derivan de los principios de la ciencia; al reformador le corresponde la sexosofía, cuyos conceptos derivan de una
filosofía de la sexualidad.” SIECUS REPORT, Vol 19, No. 3 February / March 1991, SEXOLOGÍA Y / O SEXOSOFÍA. La Escisión entre
Investigadores y Reformadores Sexuales En la Historia y la Práctica.
10
En 1999 Money escribe tristemente “Es en la Ley donde existe el adversario. No en la medicina, ni en la ciencia, ni en el humanismo.
La Sexología, siendo la ciencia del sexo, no es un adversario, pero como todas las ciencias obedece las leyes del consenso y de los
acuerdos. Cuando fracasa esto, la sexología pierde su identidad científica, toma una identidad ideológica y doctrinal, y se transforma en
una sexosofía.” John Money, Anuario de Sexología 1999 Nº 5, 23-30.
11
Risman y Davis, 2012, De los Roles Sexuales a la Estructura de Género, reconocen escribir “desde un punto de vista feminista,
enmarcando la cuestión con particular interés en el poder y la desigualdad”, no en la búsqueda de la verdad consensuada.
12
Profesor Alfred Jost: El Constructor de la Diferenciación Sexual Moderna, Nathalie Josso, 2008- “Alfred Jost resolvió la controversia
que rodeaba al mecanismo de la diferenciación somática del sexo al probar que las características de varón deben ser impuestas al feto
por las hormonas testiculares testosterona y HIM, respectivamente responsables de la virilización de los ductos wolffianos, el seno
urogenital y los genitales externos, y de la regresión de los ductos mullerianos. En ausencia o inactividad de estas hormonas, el feto se
vuelve fenotípicamente mujer.”
establecía la relación entre hormonas, sexo y conducta 13. Solamente quienes más confiaban en la
ciencia y la evolución traspolaban estos resultados sin dificultad de animales a humanos; incluso
las autoras más dotadas mostraban en su estilo su disgusto con tales teorías. 14 Ahora se realizan
estudios éticamente permisibles que demuestran la continuidad biológica entre los sistemas
nerviosos de mamíferos, primates y humanos15. La teoría de la Organización-Activación Hormonal
ha seguido acumulando evidencia en su favor 16, aunque las feministas recalcitrantes siguen
arguyendo en contra.17

En la década del setenta se difundió, sobre todo en ciencias sociales, la epistemología del
socioconstruccionismo, y motivó una formulación básica: el sexo es una realidad biológicamente
determinada y el género otra realidad socialmente construida 18. La epistemóloga Noretta Koertge
quitó peso al socioconstruccionismo19 y el historiador John Boswell, asombrado por la tensión
bélica existente, se pronunció por un esencialismo interactuante con lo sociocultural 20. Pero el
género le restaba cada vez más terreno al sexo en la academia norteamericana, cuyo sistema de
registro tiene tres índices: uno de títulos de ciencias sociales, otro de ciencias (exactas y naturales)
y un tercero de artes y humanidades,21 formando una descripción del saber humano a la que sólo

13
Risman y Davis, 2012, recuerdan que “En 1965, Young et al. sugirieron que las hormonas sexuales durante la gestación creaban la
diferenciación cerebral, y eran así agentes causales indirectos de las diferencias sexuales (Young et al., 1965; véase también Phoenix et
al., 1959). Young et al. escribieron ‘La realización de la naturaleza de la conducta latente traída a expresión por las hormonas gonadales
depende en gran medida del carácter del soma o sustrato sobre el que actúan las hormonas. Se presume que el sustrato es neural’
(1965: 179). Ésta era una aseveración bastante provocativa cuando se formuló, porque clasificaba al cerebro como involucrado en
funciones reproductivas. El cerebro comenzó a verse como responsable de la diferenciación sexual, así como de la orientación sexual y
de las conductas generizadas (Phoenix et al., 1959).
14
Rebecca Jordan-Young en su libro de 2010 Brain Storm: The Flaws in the Science of Sex Differences escribe que la teoría de
organización-activación tuvo “humildes orígenes en las conductas de apareamiento de los chanchitos de Guinea para transformarse
rápidamente en la grandiosa teoría de la conducta sexual de los mamíferos”. Este tono sarcástico domina todo el libro.
15
En los últimos tres años las técnicas de imágenes PET (tomografía por emisión de positrones) y MRI (imágenes de resonancia
magnética) dieron sólida base objetiva a los efectos de la testosterona fetal (TF). Dicen Lombardo et al: “Estos resultados tienden un
puente sobre una brecha entre especies humanas y no humanas que había perdurado mucho tiempo, al mostrar que la TF actúa como
mecanismo organizador del desarrollo de dimorfismo sexual regional en el cerebro humano”. Fetal Testosterone Influences Sexually
Dimorphic Gray Matter in the Human BrainThe Journal of Neuroscience, January 11, 2012 • 32(2):674–680
16
Jeffrey D. Blaustein & Margaret M. McCarthy Phoenix, Goy, Gerall, and Young, Endocrinology, 1959: 50 Years Young and Going
Strong. Endocrinology, Junio 2009, 150(6):2501
17
HannahLeBlanc afirma que :”La Teoría de Organización del Cerebro, quizás la idea más aceptada y familiar de género y sexualidad,
sostiene que el cerebro, como los genitales, primero es “organizado” por hormonas gonadales (comúnmente llamadas “sexuales”)
durante el desarrollo fetal y después es “activado” por el posterior resurgimiento de estas hormonas durante la pubertad, lo que
conduce a cerebros y cuerpos sexualmente dimórficos. El detallado análisis de Jordan-Young revela que los estudios que afirman dar
apoyo a la Teoría de Organización Cerebral a menudo son íntegramente contradictorios”. Born This Way? Why We Should Be Skeptical
of the Science of Sexuality, THE TRIPLE HELIX Michaelmas 2012, University of Cambridge
18
“desde la década de 1960, cuando las estudiosas feministas introdujeron una distinción entre sexo biológicamente determinado y
género socialmente construido”, David Haig, David, De Sexo y Género, en Nature Genetics, vol. 25, agosto 2000.
19
El libro es una colección de artículos, incluyendo uno de la propia Noretta Koertge, bajo el título de Una Casa Construida sobre
la Arena. A House Built on Sand: Exposing Postmodernist Myths About Science [2000]
20
De JOHN BOSWELL: (1991) REVOLUCIONES, UNIVERSALES Y CATEGORIAS SEXUALES, en Martin Bauml Duberman, Martha Vincus and
Ceorge Chauncey, eds. Hidden From History, New York: NAL, 1989, 17-36)
21
Haig, 2004 “La Red de Ciencia ISI [International Science Index] está formada por la amalgama de tres bases de datos: El Índice de Citas
de Ciencia, Expandido [the Science Citation Index— Expanded (SCI)], que contiene títulos desde 1945 al presente; el Índice de Citas de
Ciencias Sociales [Social Sciences Citation Index (SSCI)] que contiene títulos desde 1956 hasta el presente, y el Índice de Citas de Artes y
Humanidades [Arts & Humanities Citation Index (AHCI)], que contiene títulos desde 1975 al presente. Los contenidos de las tres bases
de datos tienen una considerable superposición. Por esto, un artículo puede estar catalogado en más de una base de datos. La base de
datos combinada contiene más de 30 millones de títulos para los años 1945 a 2001.” En esos títulos buscó las palabras sexo y género.
le falta un índice de religión para cubrir la experiencia humana total. 22 David Haig, profesor del
Departamento de Biología Organísmica de la Universidad de Harvard, estudió la frecuencia con que
aparecían de 1985 al 2004 sexo y género en los títulos de cada índice.

El concepto de género suscitó gran entusiasmo, y la producción de conocimiento relativa a


él aumentó notablemente; en el índice de ciencias sociales el interés por género explota en 1980.
En el índice de artes y humanidades se produjo un despegue. El interés por sexo disminuye
levemente. En el índice de ciencia aumenta frecuencia la palabra género 23; al indagar el fenómeno,
Haig descubre que medicina, biología y zoología usaban género como sinónimo de sexo24 ;
solamente aquí el género se consideraba inmutable: Haig concluye que usarlo es un descuido, una
moda o una señal de agrado hacia el feminismo, ya que en todas las demás disciplinas indicaba
algo maleable y cambiante de acuerdo con la época y el lugar de la definición. Hasta que en 1978
aparece el libro Género, de Kessler y McKenna,25 que invadió territorio antes reservado al sexo:
para las autoras, el género y el sexo son ambos variables y no inmutables 26. La prueba son las
personas trans. La obra fomentó la creencia de que todo se debe a la crianza, 27 y extendió la
confianza en el aprendizaje a todos los campos del saber humano. La teoría de género, el
feminismo y los estudios de la mujer avanzaron hacia la igualdad de trato y oportunidades
apoyándose en la maleabilidad del género y el sexo.

Hoy día la religión ya declaró la guerra al movimiento de mujeres y a la teoría de género 28,
y la sexología no puede conciliarse con la idea de que el sexo es socialmente construido o
dependiente de la experiencia de vida. Dick Swaab 29 prueba que tanto orientación sexual (OS)
como identidad de género (IG) se fijan antes del nacimiento. La ley argentina de identidad de
género no pide prueba médica porque la convicción íntima de pertenecer a determinado sexo no

22
2006, Grim, International Religion Indexes: Government Regulation, Government Favoritism, and Social Regulation of Religion. ,
Interdisciplinary Journal of Research on Religion, Vol. 2 (2006), Article 1
23
“el uso incrementado de género en los títulos del IC no refleja un viraje igualmente espectacular en interés científico de entender los
determinantes biológicos del sexo a entender los determinantes culturales del género” David Haig, David, De Sexo y Género, en Nature
Genetics, vol. 25, agosto 2000.
24
David Haig, “es el resultado de intentos bienintencionados de enviar señales de simpatía con los ideas y metas del feminismo.”
25
Gender, an ethnometodological approach, Suzanne Kesller and Wendy McKenna, University of Chicago Press, 1978.
26
2000 Sexo y Género: ¿Lo Mismo o Diferentes? Milton Diamond Feminism & Psychology Volume 10 (1): 46-54, 2000. “Kessler y
McKenna señalaron que las transexuales buscan reconstruir su sexo para coincidir con su género sicológico. ¿No implica esto que
es su género lo que es primario y su sexo lo secundario? Simultáneamente, el análisis del pensamiento de las transexuales es
usado como contraste para reforzar la argumentación de Kessler & McKenna, que aseveran que el estudio del género se
beneficia del análisis comprensivo y detallado del pensamiento de los individuos a medida que van tomado decisiones
significativas relacionadas con el género. Esto es parte del abordaje etnometodológico que ellas abrazan.”
27
Milton Diamond, ibídem: “También reforzó la muy difundida creencia nurturista de que todo o al menos la mayoría de las diferencias
genéricas eran inducidas culturalmente y ampliamente maleables”.
28
En la: “CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL
MUNDO (2004) ” el cardenal Ratzinger afirma: “la diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente
cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria. El obscurecerse de la diferencia o dualidad de los sexos
produce enormes consecuencias de diverso orden. Esta antropología, que pretendía favorecer perspectivas igualitarias para la mujer,
liberándola de todo determinismo biológico, ha inspirado de hecho ideologías que promueven, por ejemplo, el cuestionamiento de la
familia a causa de su índole natural bi-parental, esto es, compuesta de padre y madre, la equiparación de la homosexualidad a la
heterosexualidad y un modelo nuevo de sexualidad polimorfa.”
29
La IG está inscrita en el hipotálamo, según afirma Dick Swaab en Somos Nuestros Cerebros, que afirma que la IG y la OS quedan
fijadas antes del nacimiento
es discutible. La convicción es previa a la cultura y tiene sustrato biológico, quizás un mapa cerebral
intrauterino.30 Si el cuerpo discrepa, es porque se diferenció sexualmente en la primera mitad del
embarazo, y el cerebro al final. 31 En el siglo XIX, bajo el entonces ineludible paradigma
espíritu/cuerpo, Kertbeny caracterizó a la trans como “mujer encerrada en cuerpo de varón”, 32
pero a fines del siglo XX y principios del siglo XXI ya no se puede recurrir a ese paradigma.

En 1988 las feministas catalanas sacaron el libro Rosa y Azul, que sostenía que la escuela
transformaba a chicos y chicas en mujeres sumisas y varones agresivos: su tesis era que la escuela
dotaba de género a los chicos.33 Es una variante de la tabula rasa de Locke, aplicada a lo sexual;
pero en el siglo XXI, estas descripciones monolíticas de lo masculino y lo femenino se suplantan
con el concepto de mosaico34, y la “etnometodología” de Kessler y McKenna se volvió
“etnociencia”35, y del elogio merecido por criticar estereotipos de género pasó a recibir reproches
por negar a la biología burdamente 36 o de un modo irónico, como lo hace Fausto-Sterling en Los
Cinco Sexos (varón, mujer, hermafrodita, seudohermafrodita varón y seudohermafrodita mujer),
que en su momento traduje al español. 37

En 2002 Alexander y Hines experimentaron con monos cercopitecos. Los dejaron elegir
juguetes de una pila, y registraron con cuáles jugaron y cuánto tiempo con cada uno. Las hembras
usaron los juguetes femeninos más tiempo que los masculinos; con los machos fue al revés. Los
monitos jugaron con camioncitos como bebés humanos, y las monitas con muñecas a las que olían
la zona anogenital como hacen las madres cercopitecas 38. Estas conductas no fueron culturales sino
instintivas. Como consecuencia la concepción del género culturalmente determinado se

30
Dick Swaab dice en The atypical brain development of transsexuals, de abril 2009: “El año pasado Ramachandran, sicólogo y
neurólogo de los Estados Unidos, presentó una interesante hipótesis con sus resultados preliminaries sobre traansexualidad. Su idea es
que en los transexuales varón a mujer la representación del pene falta en la corteza cerebral, y que en los transexuales mujer a varón la
región de los senos no ha sido mapeada en la corteza cerebral durante el desarrollo”.
31
Swaab Somos Nuestro Cerebro, 2010. “La diferenciación sexual de nuestros genitales se lleva a cabo en los primeros meses del
embarazo y la diferenciación sexual del cerebro en la segunda mitad. Dado que estos dos procesos se dan en períodos de tiempo
diversos, la teoría es que en la transexualidad estos procesos son independientes y se ven afectados diferentemente.”
32
1997 Kennedy, First Theorist In his published writings on homosexuality, Ulrichs posited the existence of a “third sex” whose nature is
inborn.The essential point in his theory of homosexuality is the doctrine that the male homosexual has a male psyche, which he
summed up in the Latin phrase: anima muliebris virili corpora inclusa (a female psyche confined in a male body)
33
Rosa y azul: la transmisión de los géneros en la escuela mixta M. Subirats y C. Brullet, Rosa y azul.
34
Hines, Brain Gender, 2004. Joel en ¿De varón o de mujer? Los cerebros son intersexuales Integrative Neuroscience, septiembre 2011,
para remarcar la complejidad de la tipificación cerebral, cae en confusión: “Los cerebros humanos por tanto son un mosaico heterogéneo
y dinámico de características cerebrales de “varón” y de “mujer” que no pueden identificarse como tipo en un continuo simple entre un
“cerebro de tipo varón” y un “cerebro de tipo mujer”. Así, los cerebros no están sexuados por tipo, sino intersexuados por tipo.”
35
En su reseña de La Casa Construida sobre la arena escrita para Amazon.com, Stephen A. Haines de Ottawa, Canada, titulada
Contraataque de los sitiados [Counterstrike from the besieged], Julio 21, 2003. Stephen A. Haines - "Los ataques feministas contra la
ciencia pivotean sobre el rol dominante que los hombres han jugado en la ciencia en el pasado. En lugar de simplemente abogar para
que más mujeres entren en los campos de investigación, las ideólogas feministas toman por asalto el programa científico íntegro.
Koertge y los otros demuestran aquí que la enseñanza de la ciencia y la matemática está siendo politizada. La “etnociencia", un derivado
de la ideología feminista que se propone suplantar los métodos de la ciencia empírica, está en ascenso aquí y en todas partes”
36
Luchando con el Constructor Social: “En un episodio absurdo, las jóvenes alumnas de Estudios de la Mujer insistían en que el dolor
del parto era una "construcción" de la sociedad patriarcal, que no sería problema en la Amazonia.” Koertge, Annals of the New York
Academy of Sciences, Volumen 775, 17 diciembre 2006, issue 1 Pagocytes, pp 266-273, 06/1996
37
Los cinco sexos: Por qué no son suficientes macho y hembra. Anne Fausto-Sterling The Sciences, 1993, Revista Espejo n° 20, 2003
38
Evolution and Human Behavior 23 (2002) 467–479 Sex differences in response to children’s toys in nonhuman primates
(Cercopithecus aethiops sabaeus) Gerianne M. Alexander, Melissa Hines.
desmoronó: al menos en el nivel individual los roles de género tienen sustrato biológico. Desde
entonces las biólogas feministas no han atinado a otra cosa que a desacreditar los estudios
biocomportamentales con una clara dosis de fanatismo. 39 Llaman neurosexismo a la neurociencia40
y afirman que los estudios en animales son errados 41 o imposibles de extrapolar a humanos, 42 y los
nuevos resultados las desmienten. 43 Fine compara la investigación en diferencias sexuales con el
racismo sin mencionar las investigaciones serias.44

El concepto feminista de género llevó a cometer errores graves. Desacreditar al sexo en


medicina como diferenciador de hombres y mujeres hace olvidar que los hombres homosexuales
son mucho más vulnerables que los heterosexuales al VIH, y que las lesbianas no transmiten VIH a
otras lesbianas45 . A pesar de que el socioconstructivismo se hizo fama de progresista 46, ayudó a
que ciertas feministas desviaran hacia quienes menos riesgo corren recursos necesitados por la
subpoblación más vulnerable, chantajeando a la ciencia, a la que agrede injustamente.

39
Halpern, How Neuromythologies Support Sex Role Stereotypes” VOL 330 SCIENCE, dice sobre Brain Storm The Flaws in the Science
of Sex Differences de Rebecca M. Jordan-Young: “Sus críticas están bien fundadas, pero también pasa por alto mucha investigación
relevante y de alta calidad realizada por científicos que cuidan mucho su trabajo y el alcance de sus aseveraciones”
40
Rebecca Jordan-Young & Raffaella I. Rumiati. Hardwired for Sexism? Approaches to Sex/Gender in Neuroscience. Neuroethics, online
24 de setiembre 2011
41
Rebecca M. Jordan-Young, 2010 Las fallas de la ciencia de las Diferencias entre sexos.
42
Halpern, en “How Neuromythologies Support Sex Role Stereotypes” VOL 330 SCIENCE. declara “Fine acuñó el término
“neurosexismo” para describir el uso de la neurociencia en apoyo de una agenda sexista”
43
Michael V. Lombardo et al.Fetal Testosterone Influences Sexually Dimorphic Gray Matter in the Human Brain Female, but were not
predicted by FT. The Journal of Neuroscience, January 11, 2012 • 32(2):674–680. “Estos resultados tienden un puente sobre una
brecha de larga data entre species humanas y no humanas al mostrar que la TF actúa como un mecanismo organizador para el
desarrollo del dimorfismo sexual regional del cerebro humano. The Journal of Neuroscience, January 11, 2012 • 32(2):674–680
44
Fine, The Clare Burton Memorial Lecture 2011 “Las hipótesis sobre diferencias entre cerebros „de varón‟ y „de mujer‟, y el “tipo de
cosas para que es bueno cada uno, están construidas sobre resultados espurios, metodologías chapuceras, presunciones sin pruebas y
conclusiones prematuras”
45
Quienes hacen frecuentemente sexo anal son muy vulnerables al VIH, y las mujeres ajenas a la penetración vaginal peneana no.
Consúltese cualquiera de los 29 números de la publicación anual Boletín del VIH en la Argentina, Ministerio de Salud de la Nación
46
Hacking, ibidem. “La frase [construcción social] se ha vuelto código. Si uno la usa favorablemente, significa que uno se considera
bastante extremo [radical]. Si uno desdeña la frase, se declara racional, razonable y respetable”.

Anda mungkin juga menyukai