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CLAVES DE POSTURA Y MOVIMIENTO AL PIANO

Buena postura vs mala postura

La postura es una parte muy importante del aprendizaje del piano a la que
no siempre se da la debida importancia.

Tocar con una mala postura puede frenar nuestro progreso interfiriendo en
el buen desarrollo de diversidad de aspectos de la técnica y del hacer
musical.

Al adoptar una buena postura favorecemos el uso correcto del cuerpo. Esto
ayuda a establecer buenos hábitos de movimiento y buena coordinación,
promueve una atención más abierta, mejora los reflejos, contribuye a
prevenir lesiones, etc.

Cada cuerpo con sus proporciones y características particulares puede


adaptarse perfectamente al piano manteniendo su naturalidad en todo
momento. De hecho esta es la clave para tocar con comodidad, precisión y
disfrutar al máximo en el aprendizaje del piano.

Si tras leer este documento necesitas hacer algunos cambios ten presente que en un
principio puedes sentir la nueva postura como algo extraño o ajeno a ti. Esto sucede
porque la postura anterior crea una impronta de familiaridad en el cuerpo.
Acostumbrarse a la nueva postura llevará algo de tiempo pero vale la pena
perseverar porque como hemos visto los beneficios son muchos.

Contradicciones en la enseñanza tradicional

Si has trabajado con más de un profesor de piano tal vez hayas tenido la
experiencia de recibir recomendaciones contradictorias acerca del modo de
sentarse, altura de la banqueta, posición de las manos y dedos... entre otras
cosas.

Esto puede confundir mucho y provocar inseguridad en el estudiante. No hay


consenso. Podríamos apelar al dicho de que “cada maestrillo tiene su librillo”
si no fuera porque no es una cuestión de gusto personal. Las contradicciones
se deben al desconocimiento de los factores anatómicos y biomecánicos que
intervienen al tocar el piano.

Los profesores suelen trasmitir a sus alumnos los modelos que ellos mismos
han recibido fundamentando sus principios en la tradición, en el linaje de
cada profesor. Pero muchas veces esta tradición descansa en ideas erróneas
sobre cómo el cuerpo funciona que no se sostienen ante una mirada más
científica. Y la prueba está en la tasa tan alta de lesiones que afectan a los
pianistas que supera el 60%.

Muchos pianistas adoptan malas posturas y aun así tocan de manera


magistral. Pero esto no es razón para imitarlos. La mayoría han aprendido la
correcta coordinación para tocar desde niños y puede que sus manierismos
no les afecten significativamente, aunque esto no garantiza que estén libres
de padecer lesiones. Hay un buen número de pianistas famosos lesionados
como Schnabel, Fleischer, Graffman, Rachmaninoff, Clara and Robert
Schumann, Paderewski, Scriabin, Gould, Landowska, Friedman y Goode.

Entonces, ¿existe la postura correcta?

Prefiero no usar el término “postura correcta” porque implica una idea


estática del cuerpo. Tocar el piano requiere un movimiento constante. La
postura va variando conforme tocamos para adaptarse a los requerimientos
de la música y del instrumento. Pero sí existen unas pautas posturales que
cuando se cumplen permiten que el cuerpo funcione de forma más eficiente.

También es importante conocer las posibilidades de movimiento y


limitaciones de cada una de las partes involucradas al tocar. Por ejemplo, los
dedos se mueven con mayor libertad hacia abajo (flexión) y son más lentos
en movimientos laterales (aducción-abducción). Por eso las distancias
laterales no se deben realizar con los dedos sino con el antebrazo. Cada
parte hace la función que realiza mejor.

Así que todo lo que necesitamos para abordar creativamente cada problema
técnico es conocer estas dos cosas: las pautas posturales y el funcionamiento
esperado de cada parte del cuerpo.

Teniendo esto presente estaremos creando las condiciones que nos


permitan tocar con la mayor libertad.
La forma de sentarse

No debemos subestimar la importancia de sentarnos de manera equilibrada.


Tocar el piano no es una actividad exclusiva de dedos y brazos. Nuestro
cuerpo es una unidad completa e indivisible. Si nos sentamos a una altura y
distancia incorrectas, si estamos encorvados o sacando pecho, si los hombros
están levantados o hundidos, cualquier desequilibrio del conjunto no solo
afecta a la espalda y respiración, sino que también altera el funcionamiento
de los dedos, muñecas, brazo, cuello, etc. impidiéndonos la correcta
coordinación y facilidad de movimiento de todo el conjunto.

Cómo sentarse en la banqueta

Elegiremos una banqueta de superficie firme que no se hunda. Desechamos


los taburetes por no ofrecer suficiente estabilidad. Como norma general la
banqueta se sitúa centrada con respecto al piano aunque puede haber
excepciones dependiendo de la obra a tocar y de los registros del piano
utilizados.

Nos sentamos sobre nuestros isquiones para estar erguidos de forma


natural. Los isquiones son los huesos con forma de U situados en la base de
la pelvis. Dan solidez y equilibrio a la postura de sentado.

Debido a su forma si nos sentamos demasiado atrás rodaremos


inevitablemente en el asiento como en un balancín y esto hará que la
espalda se encorve. Si aprendemos a sentarnos justamente en la punta de
los isquiones podemos mantener la espalda recta sin forzar la postura.
La pelvis rueda hacia atrás encorvando Sentado con buen apoyo de la pelvis.
la espalda.

Nos situamos en la parte delantera de la banqueta quedando al menos la


mitad del muslo fuera. El torso se orienta ligeramente hacia delante lo que
equilibra los brazos en el teclado facilitando la ejecución. Tendremos así
diferentes puntos de apoyo: la banqueta, los pies, y el teclado; con lo que
podremos movernos con libertad en un amplio contorno.

Esta forma de sentarnos proporciona seguridad. La sensación debe ser la de


estar bien sustentados en la banqueta, sentir el suelo firme bajo los pies y los
dedos descansando ligeramente sobre las teclas.
El movimiento del torso

La ejecución del piano demanda el movimiento de todo el torso que debe


estar disponible.

El movimiento del torso se realiza desde la articulación de las caderas (donde


se une el hueso del muslo con la pelvis). Por eso permitir la libertad de esta
articulación es tan importante. Si estamos encorvados la articulación queda
atrapada en el asiento. Sentados sobre los isquiones conseguimos no solo
estabilidad sino también movilidad. La articulación de la cadera queda libre,
tanto para el movimiento del torso como de las piernas.

Un buen apoyo de los isquiones deja la articulación de la cadera libre.

El movimiento del torso se realiza como si fuéramos de una pieza desde la


pelvis hasta la cabeza. Al movernos a derecha o izquierda nos desplazamos
también en una pieza de un isquion al otro sin hundir los costados del
cuerpo. Tener una imagen mental de un muñeco tentetieso quizás nos
puede ayudar a organizar correctamente el movimiento.
Si la mano derecha sube al registro agudo el torso la acompaña. Lo mismo
sucede si la mano izquierda se mueve hacia el registro grave.

Desplazándose hacia el registro agudo.

Cuando las dos manos tocan en los extremos del teclado el torso se inclina
ligeramente hacia adelante.
Cuando las dos manos tocan en el registro central el torso se inclina
ligeramente hacia atrás para dejar más espacio a los codos. Siempre
permitiendo que los brazos estén en la posición más óptima para tocar.

Posición de los brazos

Lo ideal es que al colocar las manos en el piano el antebrazo se encuentre


paralelo al suelo, la muñeca en posición neutra, como una prolongación del
antebrazo, y la mano conservando su forma natural.

Buena posición del brazo.


Los codos no se mantienen hacia afuera ni se dejan colapsar hacia adentro.
Los brazos y hombros se sienten ligeros, no se sienten sostenidos en su
posición ni tampoco derrumbados. El punto de equilibrio del conjunto es
aquel en el que el movimiento es posible en cualquier dirección con facilidad.
La relajación al tocar es una consecuencia de este equilibrio. No debemos
sumar relajación a nuestra posición haciendo que alguna parte se sienta
pesada o desplomada, ya que esto limita el movimiento y la fluidez.

La relajación en el piano es el resultado de un buen alineamiento y


coordinación lo que permite que el movimiento suceda con la libertad y
esfuerzo justo.

La altura y distancia de la banqueta

La altura de la banqueta debe permitir que la punta del codo quede al mismo
nivel que las teclas blancas.

Codo y teclado están al mismo nivel.

La distancia es también importante. Si la banqueta está demasiado lejos la


postura se desequilibra, si está demasiado cerca impide el movimiento libre
de los brazos por el teclado.

Para encontrar la distancia apropiada podemos tomar las siguientes


referencias. Si ponemos las manos en el teclado separadas a la anchura de
los hombros, los codos deben quedar ligeramente por delante del eje del
tronco. Esta es la distancia óptima a la que podemos sentarnos para tocar.

Referencia para la distancia de la banqueta.

Añadir altura

No todas las banquetas son lo bastante altas para la mayoría de las personas,
ni siquiera las ajustables. Entonces, para que se cumplan las condiciones que
hemos visto en el apartado anterior tendremos que añadir altura.

Como precisamos de una superficie firme en la que sustentarnos debemos


evitar cojines y materiales blandos. Una colchoneta de yoga cortada en
trozos puede ser una solución muy económica. También lo es usar muestras
de alfombras, piezas de puzles de gomaespuma o libros.

Colchonetas de yoga cortadas para añadir altura.


También hay que añadir altura al suelo cuando sea necesario como en el
caso de niños pequeños. Escalones elevadores, o guías de teléfonos pueden
servirnos. Si se requiere el uso del pedal lo aconsejable es usar un extensor
de pedal.

Escalón elevador.

Extensor de pedal.

Algunos pianos son más altos que otros, las banquetas también, así que es
conveniente revisar el ajuste de altura siempre si queremos tocar en las
mejores condiciones.

Incluso si tocamos cada día en el mismo piano no demos por hecho la altura
de la banqueta. Dependiendo de nuestra tonicidad muscular, de nuestro
estado de ánimo, de si estamos más o menos cansados, la banqueta puede
requerir pequeños ajustes de una vez para otra.

El pedal

Al apoyar el pie en el suelo su estructura descansa sobre un arco formado


entre el talón y el metatarso es decir, la parte carnosa del pie contigua a los
dedos.
Arco del pie.

Al emplear el pedal usamos esta misma estructura. El talón se apoya en el


suelo y el metatarso en el pedal (no tocamos el pedal con la punta del pie). El
movimiento parte de la articulación del tobillo que queda por debajo de los
maléolos (huesos que sobresalen a ambos lados), no a la altura de estos.

Apoyo y articulación del pie al poner el pedal.

Además debemos ser conscientes de que la estructura del pie no tiene forma
de L sino de T invertida. Con lo que debemos permitir el movimiento libre de
la articulación donde ésta se sitúa. Cualquier representación inexacta del
movimiento producirá tensión y mala coordinación.
El movimiento de subir y bajar el pedal implica además que toda la pierna
responde permitiendo ligeros ajustes no solo en la articulación del tobillo,
sino también en la rodilla y cadera. Para permitir estos ajustes recordamos la
importancia de estar sentados correctamente sobre los isquiones dando a la
pierna gran movilidad.

Posición de la mano

Hemos visto de pasada que al colocar las manos en el piano el antebrazo


permanece paralelo al suelo, la muñeca en posición neutra, como una
prolongación del antebrazo, y la mano manteniendo su forma natural.

Vamos a profundizar en esto, ¿qué significa mantener la mano en su forma


natural?

Significa que no hay actividad en los dedos para mantener la posición. Están
en un punto neutral desde el cual el movimiento se produce con mayor
facilidad.

La forma natural de la mano varía de una persona a otra, pero por suerte
todos llevamos encima un modelo de referencia perfecto de cómo es nuestra
mano en su forma natural.

Si dejamos descansar los brazos a los lados del cuerpo y miramos en un


espejo podremos ver este ejemplo de la mano en perfecto alineamiento y
equilibrio funcional. Los dedos no están curvados de forma activa aunque
todos los nudillos están presentes, la mano está alineada con el antebrazo y
la muñeca en posición neutra. Entonces solo tenemos que llevarla de una
pieza al teclado sin perder sus proporciones.

La forma natural de la mano varia con cada persona.


La mano conserva la forma natural con la muñeca en posición
neutra y los dedos descansando suavemente sobre las teclas.

Es muy probable que para la mayoría de personas la posición natural no


implique colocar un dedo por tecla. Esto puede sorprender a muchos, pero
es lo natural y esperado. Muchos métodos de iniciación al piano fomentan
esta posición forzada, pero lo cierto es que colocar la mano en posición de
cinco teclas nos aleja de experimentar la libertad y facilidad que proporciona
el tocar manteniendo la mano en su forma natural.

En la posición natural los dedos no se sitúan necesariamente uno por tecla.


Esta forma natural de la mano es un punto de referencia. Lógicamente la
apariencia cambia con los requerimientos de la música. Por ejemplo, si
tocamos intervalos grandes y acordes la mano estará más abierta.

Cuando la apertura es grande los dedos se abren solo hasta cierto punto de
comodidad y dejamos que sean las teclas las que al descender terminen de
abrir los dedos para alcanzar el acorde.

Algunos métodos aconsejan pensar en una bola, pelota, naranja, manzana,


etc. para formar una posición más redonda y abovedada. Esto obliga a usar
movimientos impropios y tensos resultantes de curvar los dedos. No se trata
de que la mano tenga una apariencia, sino de lograr las condiciones
necesarias que dan lugar al movimiento más natural y libre.

Imaginar bolas para formar la mano es una mala sugerencia.


Mantener la mano con forma redondeada Mantener la mano con la forma natural no
imaginando una bola tensa la muñeca y curva requiere ninguna pose.
los dedos.

La muñeca

La muñeca no debe estar levantada ni hundida sino que debe mantenerse en


posición neutra, alineando el dorso de la mano con el antebrazo.

En una técnica bien coordinada los dedos, la mano y el antebrazo se mueven


siempre como una unidad. Esto no quiere decir que la muñeca este rígida.
Puede permanecer flexible y al mismo tiempo estabilizar la unión de la mano
con el antebrazo para que se sientan como una unidad.

La muñeca no es una única articulación. Es una estructura de 8 huesos


colocados en dos filas articuladas. Así que en realidad se trata de tres
articulaciones concatenadas. Aunque la más móvil y evidente es la que
conecta con el antebrazo, las otras dos también deben estar libres. Las
personas que imaginan la muñeca como una sola articulación (como una
bisagra) suelen tener dificultad para relajarlas. Además esto hace que no se
tenga claro el espacio que ocupa hacia el interior de la mano que es de unos
dos centímetros. Para poder relajar las muñecas es bueno visualizar que son
largas y flexibles.
Es útil imaginar la muñeca como una Visualizar el espacio real que la
estructura de tres articulaciones. muñeca ocupa en la mano.

La muñeca no puede rotar independientemente, toda rotación es siempre de


antebrazo. Lo que sí puede hacer son movimientos arriba-abajo (extensión y
flexión) y hacia los lados (hacia el pulgar y hacia el quinto dedo).

Que sea capaz de estos movimientos no quiere decir que sea aconsejable
para el piano. La parte más fina de la muñeca es como un cuello de botella
por el que pasan unos cuantos tendones y el nervio mediano. Si desviamos la
muñeca de la posición neutra comienzan a producirse fricciones en ese
cuello de botella. Por eso el movimiento de las muñecas debe suceder
siempre en el rango medio, lo más cerca posible de su posición neutra.

Túnel carpiano.
Con frecuencia la muñeca se desvía de la posición neutra debido a una mala
altura de la banqueta. Estos son algunos ejemplos de posiciones a evitar:

Muñeca demasiado baja compensando la falta de apoyo La banqueta está demasiado baja y la muñeca
de la mano debido a una altura excesiva de la banqueta. también. El peso no se transmite a los dedos.

Muñeca demasiado alta para compensar la falta de apoyo de


la mano debido a una banqueta demasiado baja.

Vamos a hacer una mención a uno de los defectos técnicos más comunes de
los pianistas: la desviación hacia el quinto dedo. Esta es una posición que
debemos evitar ya que fomenta el movimiento descoordinado y es causa
muy frecuente de problemas y lesiones. Aprender a movernos sin emplear
este mal hábito es de suma importancia para cualquier pianista.
Torcer la muñeca hacia el quinto dedo es una de
las causas más frecuentes de lesión en pianistas.

Hay que mantener el correcto alineamiento siempre, aunque no estemos


alineados con el instrumento.

Mano correctamente alineada tocando en el teclado de forma oblicua.

La altura de la muñeca varía dependiendo de la situación, lo mismo que


sucede con la posición de la mano. Pero no se articula por si misma sino que
se mueve en unidad con el antebrazo. Por ejemplo, la muñeca junto con el
antebrazo se sitúan más altos al tocar intervalos grandes que al tocar notas
individuales lo que ayuda a abrir la mano y a dar mayor soporte al conjunto.

La muñeca y el antebrazo se sitúan algo más altos para


tocar acordes que para tocar notas individuales.

Algunos métodos recomiendan alinear el pulgar con el antebrazo de manera


que los nudillos principales están más altos que el antebrazo. Suele estar
asociado a la idea de la bóveda o de tener una bola en el interior de la mano.
No es una posición adecuada para tocar el piano ya que la ligera extensión
de la muñeca produce también una ligera compresión e inmovilización
(promueve el usar la muñeca como una articulación-bisagra). Los dedos
deben curvarse para tocar y el pulgar no tiene espacio para moverse
correctamente desde su articulación. Demasiadas desventajas para
recomendarla desde el punto de vista biomecánico.

Muñeca con 15° de extensión. El antebrazo está alineado con el


pulgar y los nudillos más altos que la muñeca (no recomendable).
Los dedos

Los dedos no se estiran ni se encogen lo más mínimo para sostener la


posición. Cuando la mano se mantiene en posición natural los dedos
conservan una curva natural desde el nudillo principal hacia la punta del
dedo. Todos los nudillos de las falanges están también presentes. Los dedos
descansan ligeramente sobre el teclado.

Dedos estirados. Dedos encogidos.

Dedos manteniendo su forma natural.

Esta es la disposición que permite más libertad de movimiento. A partir de


esta posición los dedos se mueven de una pieza desde la articulación del
nudillo principal (metacarpo-falángica).

Es importante mantener el movimiento siempre dentro del rango medio de


la articulación, ya que en los extremos el movimiento es menos eficiente.
Los dedos se mueven en una pieza desde los nudillos y dentro del rango
medio de movimiento de la articulación. (El rango extremo se indica en rosa).

Si los nudillos están hundidos no es posible articular los dedos


correctamente. Entonces el movimiento se produce también desde las
falanges (efecto de mover los dedos como pistones). Las falanges poseen
mayor fuerza pero no la misma rapidez que los dedos.

Evitar que los nudillos se hundan para una correcta articulación.

También las falanges pueden hundirse si aún no se ha aprendido a mantener


los dedos en una unidad con la mano y el brazo. No es una cuestión de
ejercitación sino de alineamiento. Una vez experimentado el correcto
alineamiento todos los dedos se sienten igual de sólidos.
Falange hundida por un mal alineamiento.

Hay movimientos que debemos evitar como la articulación excesiva.


Articular los dedos desde muy arriba los vuelve más lentos y desiguales. Más
lentos porque llegan hasta el rango extremo de la articulación y los
movimientos son más eficientes en el rango medio. Más desiguales porque
cada dedo tiene unas limitaciones diferentes para la extensión individual
(movimiento hacia arriba), lo cual no sucede con la flexión. Además esta
articulación excesiva provoca un aislamiento de la mano y el antebrazo con
lo que los dedos pierden la capacidad de coordinación y el soporte del
conjunto.

Excesiva articulación individual.

Otra limitación es que los dedos no se pueden flexionar y mantener abiertos


al mismo tiempo. Si formamos una V con los dedos y luego los flexionamos
veremos que no es posible mantenerla. Por eso debemos evitar mover los
dedos lateralmente, o flexionarlos cuando la mano está abierta y se separan
unos de otros (como al tocar arpegios en una posición fija). Por razones
anatómicas los dedos no realizan este tipo de movimientos con facilidad y
rapidez. No hay ejercicios, por mucho que se practique, que cambien esto.

Evitar movimientos laterales y aperturas fijas de los dedos.

Como hemos visto también se debe evitar curvar los dedos al tocar. Si la
primera falange mira hacia adentro de la mano el dedo esta curvado en
exceso lo cual es perjudicial. De hecho, este es otro de los problemas
técnicos más frecuentes de los pianistas y que puede dar lugar a problemas y
lesiones. Curvar los dedos crea contracciones en músculos opuestos
(extensores y flexores) lo que no es nada recomendable.

Tocar manteniendo los dedos curvados provoca contracción estática del brazo.
El pulgar

Cuando la mano se coloca en el piano en su forma natural el pulgar debe


quedar fuera del teclado (si esto no sucede posiblemente estamos curvando
los dedos). Pero no debe colgar hacia abajo sino mantener la forma de la
mano. Cuando el pulgar toca se debe permitir que los demás dedos reposen
sobre el área de las teclas negras.

Querer mantener el pulgar sobre las teclas blancas como los


demás dedos provoca curvatura excesiva de los dedos.

El pulgar puede quedar fuera del área de las teclas blancas pero nunca colgando hacia abajo sino
manteniendo la forma natural de la mano.

Si el pulgar toca los demás dedos descansan sobre el área de las teclas negras.
Así que al tocar el pulgar el brazo entero se desplaza, entra y sale, para
mantener en todo momento la mano en posición natural.

El movimiento del pulgar se realiza desde la articulación de la muñeca no


desde las falanges.

El pulgar se mueve de una pieza desde su articulación con la muñeca.

La función principal del pulgar en la mano es el agarre de pinza ya que es


capaz de oponerse a los demás dedos. Para ello utiliza los movimientos de
flexión-oposición.

La flexión del pulgar no se realiza en la misma dirección que los demás dedos.

Sin embargo para tocar el piano el pulgar no se utiliza en flexión-oposición


sino en la misma dirección que los demás dedos (ya que el piano se toca
hacia abajo). Así que, mientras los otros dedos flexionan para tocar, el pulgar
debe hacer un movimiento de abducción que es más lento.
Para que el pulgar se iguale en rapidez al resto de los dedos se articula con el
apoyo de la rotación del antebrazo.

El antebrazo

El antebrazo es un elemento indispensable en la técnica del piano. La


actividad que lleva a cabo es bastante difícil de apreciar a simple vista en
muchos casos e invisible en otros. Por esta razón ha sido injustamente
excluido de muchos métodos y escuelas pedagógicas (más allá de octavas
partidas y bajos Alberti). Sin embargo puedo asegurar que implementar los
movimientos rotatorios del antebrazo en la técnica cambia la forma de tocar
para siempre abriendo un nuevo mundo de posibilidades.

El antebrazo proporciona soporte y equilibrio detrás de cada dedo que toca


por lo que su papel es muy activo. También interviene en la expresividad y el
tono. Su uso en coordinación con los dedos proporciona seguridad y facilidad
de movimiento. Veamos por qué.

El movimiento que caracteriza al antebrazo es la rotación. Los movimientos


de rotación son muy rápidos, igualando en rapidez a los dedos. Pero además
se suma a esta rapidez el soporte y fuerza del antebrazo. Por tanto la
combinación de estos dos elementos (dedos y antebrazo) aporta de manera
natural todos los matices necesarios para tocar el piano con la mayor
eficiencia.

La rotación debe ser muy libre desde el codo hasta la punta de los dedos,
manteniendo el conjunto de los dedos, mano y antebrazo en una unidad.

El eje de la rotación no pasa por el segundo o tercer dedo, como se suele


imaginar de manera inexacta. El eje de la rotación se sitúa sobre el quinto
dedo.

La razón es que el quinto dedo está alineado con el cúbito. Los huesos cúbito
y radio se cruzan y descruzan entre sí para hacer posible la rotación del
antebrazo. En realidad es el radio el que se mueve en todo momento,
manteniéndose el cúbito estable.
Rotación del antebrazo. En rosa el cúbito que se mantiene fijo como eje y en azul el radio que
se cruza para realizar la rotación.

Por eso realizar la rotación imaginando como eje el dedo segundo o tercero
da como resultado un movimiento mucho más complejo y tenso que
situándola sobre el quinto dedo donde el movimiento es más libre.

Más allá de esta guía

Tras establecer correctamente los principios de postura y alineamiento en el


piano, la técnica consiste básicamente en saber movernos manteniendo
siempre esta relación de nuestro cuerpo intacta.

Esto se consigue con el uso combinado de la rotación, los movimientos de


entrada y salida del brazo, los movimientos laterales de andar por el teclado,
y los arcos que se dibujan al tocar y que ayudan a combinar y minimizar
todos los demás movimientos. En todo ello el antebrazo juega un papel
fundamental.
Este aprendizaje es complejo y se adquiere a base de experimentar las
distintas combinaciones de todos estos movimientos en el repertorio de
piano bajo la guía de un profesor especializado. Es por tanto un
conocimiento que esta guía no puede abarcar.

Algunos principios de postura y movimiento coordinado para recordar

La altura del asiento debe propiciar que el codo y el teclado estén al


mismo nivel.

Los dedos se mueven desde el nudillo principal manteniendo su


forma natural, no se encogen ni se estiran para amoldarse al teclado.

Se evitan los movimientos más allá del rango medio de las


articulaciones.

La mano y el brazo se mantienen correctamente alineados (la


desviación de la muñeca hacia el quinto dedo es una de las más
frecuentes causas de lesión).

Los dedos, mano y brazo funcionan siempre como una unidad,


ninguna parte se mueve aislada del resto. Gracias a esto:

- Todo esfuerzo muscular es compartido

- Cada parte realiza la función que le es más afín.

El movimiento correcto se siente fácil y fluido, mientras que el


movimiento incorrecto se siente difícil e incómodo.
Bibliografía:

Dybvig, T. (2007). “Habits Common to Pianists with Dystonia and Other


Involuntary Movements”. [Poster]. Accedido desde:
http://www.wellbalancedpianist.com/DystoniaPoster-Dybvig.pdf

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Proper Seating at the Piano. [Página Web Online]. Accedido desde:
http://www.wellbalancedpianist.com/bpseatingguide.htm

Ferreira, M. (2001). “Aspectos posicionales y enfermedades profesionales de


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Mark, T. (2004). “What Every Pianist Needs To Know About The Body”. (A
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Milanovic, T. (2012). “Learning and teaching healthy piano technique:


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Accedido desde: https://www120.secure.griffith.edu.au/rch/file/ee07feda-
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Milanovic, T. (2015) "Behind Ten Equally Strong Fingers". Proceedings of the


12th Australasian Piano Pedagogy Conference. Accedido desde:
http://www.appca.com.au/pdf/papers2015/part2/2015-APPC-Milanovic---
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Moran, M. (2008). “Basic Alignment and Rotation”. Book 1: Teacher Edition.


In: GOLANDSKY, E. (ed.). Beginning piano lessons in the Taubman Approach.
New York: Golandsky Institute.

Taubman D. (1988). “A teacher’s perspective on musicians’ injuries”, in


Roehmann F. L., Wilson F.R., (editors) “The Biology of Music Making”,: MMB
Music, pp. 144-153, (St. Louis, 1988).
Sobre la autora

Marina Alcolea

No me gustan las biografías en tercera persona.

Soy profesora de piano y administradora del blog


pianoacoeur.com

Durante nueve años sufrí una lesión muy limitante a causa del piano y tuve
que invertir mucho tiempo y esfuerzo hasta encontrar una solución que
finalmente me permitió recuperarme completamente y volver a tocar:
estudiar el Enfoque Taubman.

Este enfoque sintetiza de manera simple y clara los principios del


movimiento coordinado que subyacen a la técnica de piano, respetando los
principios biomecánicos y anatómicos del cuerpo. Ha ayudado a pianistas
de todo el mundo a tocar con mayor libertad.

Ahora disfruto del piano como nunca sin las limitaciones que tenía antes de
mi lesión y mi aprendizaje es constante. Mis alumnos también se benefician
de todos los conocimientos adquiridos.

Tocar el piano puede ser fácil. El reto es encontrar la manera de hacerlo fácil
en todo momento.

El enfoque que enseño no es solo para los músicos con problemas y lesiones.
Es para todos aquellos interesados en adquirir una técnica más libre, más
natural y con más posibilidades expresivas.

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