La postura es una parte muy importante del aprendizaje del piano a la que
no siempre se da la debida importancia.
Tocar con una mala postura puede frenar nuestro progreso interfiriendo en
el buen desarrollo de diversidad de aspectos de la técnica y del hacer
musical.
Al adoptar una buena postura favorecemos el uso correcto del cuerpo. Esto
ayuda a establecer buenos hábitos de movimiento y buena coordinación,
promueve una atención más abierta, mejora los reflejos, contribuye a
prevenir lesiones, etc.
Si tras leer este documento necesitas hacer algunos cambios ten presente que en un
principio puedes sentir la nueva postura como algo extraño o ajeno a ti. Esto sucede
porque la postura anterior crea una impronta de familiaridad en el cuerpo.
Acostumbrarse a la nueva postura llevará algo de tiempo pero vale la pena
perseverar porque como hemos visto los beneficios son muchos.
Si has trabajado con más de un profesor de piano tal vez hayas tenido la
experiencia de recibir recomendaciones contradictorias acerca del modo de
sentarse, altura de la banqueta, posición de las manos y dedos... entre otras
cosas.
Los profesores suelen trasmitir a sus alumnos los modelos que ellos mismos
han recibido fundamentando sus principios en la tradición, en el linaje de
cada profesor. Pero muchas veces esta tradición descansa en ideas erróneas
sobre cómo el cuerpo funciona que no se sostienen ante una mirada más
científica. Y la prueba está en la tasa tan alta de lesiones que afectan a los
pianistas que supera el 60%.
Así que todo lo que necesitamos para abordar creativamente cada problema
técnico es conocer estas dos cosas: las pautas posturales y el funcionamiento
esperado de cada parte del cuerpo.
Cuando las dos manos tocan en los extremos del teclado el torso se inclina
ligeramente hacia adelante.
Cuando las dos manos tocan en el registro central el torso se inclina
ligeramente hacia atrás para dejar más espacio a los codos. Siempre
permitiendo que los brazos estén en la posición más óptima para tocar.
La altura de la banqueta debe permitir que la punta del codo quede al mismo
nivel que las teclas blancas.
Añadir altura
No todas las banquetas son lo bastante altas para la mayoría de las personas,
ni siquiera las ajustables. Entonces, para que se cumplan las condiciones que
hemos visto en el apartado anterior tendremos que añadir altura.
Escalón elevador.
Extensor de pedal.
Algunos pianos son más altos que otros, las banquetas también, así que es
conveniente revisar el ajuste de altura siempre si queremos tocar en las
mejores condiciones.
Incluso si tocamos cada día en el mismo piano no demos por hecho la altura
de la banqueta. Dependiendo de nuestra tonicidad muscular, de nuestro
estado de ánimo, de si estamos más o menos cansados, la banqueta puede
requerir pequeños ajustes de una vez para otra.
El pedal
Además debemos ser conscientes de que la estructura del pie no tiene forma
de L sino de T invertida. Con lo que debemos permitir el movimiento libre de
la articulación donde ésta se sitúa. Cualquier representación inexacta del
movimiento producirá tensión y mala coordinación.
El movimiento de subir y bajar el pedal implica además que toda la pierna
responde permitiendo ligeros ajustes no solo en la articulación del tobillo,
sino también en la rodilla y cadera. Para permitir estos ajustes recordamos la
importancia de estar sentados correctamente sobre los isquiones dando a la
pierna gran movilidad.
Posición de la mano
Significa que no hay actividad en los dedos para mantener la posición. Están
en un punto neutral desde el cual el movimiento se produce con mayor
facilidad.
La forma natural de la mano varía de una persona a otra, pero por suerte
todos llevamos encima un modelo de referencia perfecto de cómo es nuestra
mano en su forma natural.
Cuando la apertura es grande los dedos se abren solo hasta cierto punto de
comodidad y dejamos que sean las teclas las que al descender terminen de
abrir los dedos para alcanzar el acorde.
La muñeca
Que sea capaz de estos movimientos no quiere decir que sea aconsejable
para el piano. La parte más fina de la muñeca es como un cuello de botella
por el que pasan unos cuantos tendones y el nervio mediano. Si desviamos la
muñeca de la posición neutra comienzan a producirse fricciones en ese
cuello de botella. Por eso el movimiento de las muñecas debe suceder
siempre en el rango medio, lo más cerca posible de su posición neutra.
Túnel carpiano.
Con frecuencia la muñeca se desvía de la posición neutra debido a una mala
altura de la banqueta. Estos son algunos ejemplos de posiciones a evitar:
Muñeca demasiado baja compensando la falta de apoyo La banqueta está demasiado baja y la muñeca
de la mano debido a una altura excesiva de la banqueta. también. El peso no se transmite a los dedos.
Vamos a hacer una mención a uno de los defectos técnicos más comunes de
los pianistas: la desviación hacia el quinto dedo. Esta es una posición que
debemos evitar ya que fomenta el movimiento descoordinado y es causa
muy frecuente de problemas y lesiones. Aprender a movernos sin emplear
este mal hábito es de suma importancia para cualquier pianista.
Torcer la muñeca hacia el quinto dedo es una de
las causas más frecuentes de lesión en pianistas.
Como hemos visto también se debe evitar curvar los dedos al tocar. Si la
primera falange mira hacia adentro de la mano el dedo esta curvado en
exceso lo cual es perjudicial. De hecho, este es otro de los problemas
técnicos más frecuentes de los pianistas y que puede dar lugar a problemas y
lesiones. Curvar los dedos crea contracciones en músculos opuestos
(extensores y flexores) lo que no es nada recomendable.
Tocar manteniendo los dedos curvados provoca contracción estática del brazo.
El pulgar
El pulgar puede quedar fuera del área de las teclas blancas pero nunca colgando hacia abajo sino
manteniendo la forma natural de la mano.
Si el pulgar toca los demás dedos descansan sobre el área de las teclas negras.
Así que al tocar el pulgar el brazo entero se desplaza, entra y sale, para
mantener en todo momento la mano en posición natural.
La flexión del pulgar no se realiza en la misma dirección que los demás dedos.
El antebrazo
La rotación debe ser muy libre desde el codo hasta la punta de los dedos,
manteniendo el conjunto de los dedos, mano y antebrazo en una unidad.
La razón es que el quinto dedo está alineado con el cúbito. Los huesos cúbito
y radio se cruzan y descruzan entre sí para hacer posible la rotación del
antebrazo. En realidad es el radio el que se mueve en todo momento,
manteniéndose el cúbito estable.
Rotación del antebrazo. En rosa el cúbito que se mantiene fijo como eje y en azul el radio que
se cruza para realizar la rotación.
Por eso realizar la rotación imaginando como eje el dedo segundo o tercero
da como resultado un movimiento mucho más complejo y tenso que
situándola sobre el quinto dedo donde el movimiento es más libre.
Mark, T. (2004). “What Every Pianist Needs To Know About The Body”. (A
manual for players of keyboard instruments: piano, organ, digital keyboard,
harpsichord, clavichord). Chicago, GIA Publications.
Marina Alcolea
Durante nueve años sufrí una lesión muy limitante a causa del piano y tuve
que invertir mucho tiempo y esfuerzo hasta encontrar una solución que
finalmente me permitió recuperarme completamente y volver a tocar:
estudiar el Enfoque Taubman.
Ahora disfruto del piano como nunca sin las limitaciones que tenía antes de
mi lesión y mi aprendizaje es constante. Mis alumnos también se benefician
de todos los conocimientos adquiridos.
Tocar el piano puede ser fácil. El reto es encontrar la manera de hacerlo fácil
en todo momento.
El enfoque que enseño no es solo para los músicos con problemas y lesiones.
Es para todos aquellos interesados en adquirir una técnica más libre, más
natural y con más posibilidades expresivas.