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Cómo tratar la Disbiosis Intestinal

En este artículo te explicamos qué son la disbiosis intestinal y la


permeabilidad intestinal y te damos pautas para tratarlos desde el punto
de vista de la alimentación.

La flora intestinal fisiológica (microbiota), previene la colonización de


otras bacterias patógenas, levaduras y cándidas, liberando factores con
actividad antibacteriana (bacteriocinas, colicinas) y productos de
desecho metabólicos que junto con la falta de oxígeno (condiciones
anaeróbicas y de acidez) impiden el establecimiento de otras especies.

Este equilibrio es frágil, sobre todo ante tratamientos con antibióticos y el


estrés, que reducen la población de bacterias beneficiosas y favorece el
aumento de las potencialmente patógenas (disbiosis intestinal) que
puede desembocar en fenómenos de permeabilidad intestinal.

La microbiota también produce vitaminas B y K y proporciona una


estimulación antigénica que asegura el desarrollo normal del sistema
inmunitario. Se estima que el 80% de nuestras defensas dependen del
equilibrio de la microbiota.

Por qué se altera la microbiota


El crecimiento excesivo de la flora normal puede producirse cuando varía
el equilibrio entre especies, varía el medio ambiente (pH), el sistema
inmune se hace ineficaz, un alto grado de estrés crónico (aumenta el
cortisol circulante), dietas hiperproteicas o muy abundantes en azúcares
fermentables, tabaco, alcohol, tóxicos ambientales, detergentes,
disolventes, pesticidas, o por la toma crónica de ciertos medicamentos.
El abuso de los antibióticos en las últimas décadas, también ha
favorecido la aparición de resistencias bacterianas y de síndromes como
el síndrome de intestino irritable, sobrecrecimiento bacteriano o SIBO, la
disbiosis intestinal y la permeabilidad intestinal.

Las dietas hiperproteicas, bajas en fibra o ricas en azúcares simples,


favorecen la disbiosis porque se altera el equilibrio de las bacterias
intestinales, esto se conoce como toxemia intestinal, pues se acumulan
metabolitos tóxicos. Se cree que de 100 g de proteína -consumo diario
habitual en nuestro entorno – unos 12 g pueden escapar a la digestión y
llegar intactos al colon. Estas proteínas son fermentadas por la flora del
colon dando lugar a amoníaco, aminas, fenoles, sulfuro…

Se ha demostrado que la ingestión de un exceso de proteína animal se


asocia a un aumento de la actividad de ciertas enzimas bacterianas
como la beta-glucuronidasa, azoreductasa y nitroreductasa, que
favorecen la acumulación de estas sustancias potencialmente tóxicas en
el intestino. Parece que el D-glucarato cálcico, contenido en naranjas,
pomelos y crucíferas (col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas, nabos…),
reduce la actividad de la beta-glucuronidasa, por lo que tiene actividad
anticancerígena.

El amoníaco modifica la morfología y el metabolismo de las células de la


mucosa intestinal y aumenta el riesgo de cáncer de colon. El exceso de
aminas biógenas está relacionado con la histaminosis alimentaria que
favorece patologías como sobrepeso, migrañas, fibromialgia, etc.

Qué es la disbiosis intestinal


La disbiosis intestinal es un desequilibrio cualitativo y cuantitativo de la
microflora intestinal, su actividad metabólica y su distribución a lo largo
del intestino. Los cambios en la concentración de las distintas bacterias
intestinales favorecen la aparición y el empeoramiento de
muchas patologías crónicas y degenerativas como el estreñimiento o la
diarrea crónica (colitis), la hinchazón abdominal y enfermedades de
base inflamatoria como la fibromialgia, artritis, migrañas, etc.

Según Le Chatellier et al (Nature 2013), la disbiosis intestinal se


caracteriza por:

Reducción de las bacterias productoras de ácidos grasos de cadena


corta -butirato- (SCFA) como Faecalibacterium, Roseburia,
Lachnospiraceae, Eubacterium, Subdoligranulum.
Aumento de la degradación de mucus por bacterias que desplazan
a Akkermansia.
Reducción de la producción de metano e hidrógeno y aumento de la
producción de hydrogen sulphide que es tóxico para el epitelio.
Incremento de proteobacterias con endotoxinas LPS
(lipopolisacáridos) que favorecen procesos inflamatorios.
Sobrecrecimiento bacteriano cercano al epitelio y aumento del
estrés oxidativo.

En ocasiones esta pérdida de equilibrio entre especies favorece el


aumento de bacterias en el intestino delgado. Este síndrome se conoce
como sobrecrecimiento bacteriano o SIBO por sus siglas en
inglés. El SIBO produce alteraciones en la mucosa intestinal y en las
microvellosidades de los enterocitos, lo que reduce la absorción de
nutrientes.

Al deteriorarse las uniones celulares, se generan procesos de


permeabilidad intestinal y respuestas anómalas del sistema inmunitario
intestinal (GALT) y del tejido linfoide asociado a mucosas (MALT). La
disbiosis intestinal puede tener síntomas digestivos y extradigestivos
como sequedad de mucosas e hiperreactiviad bronquial.

Cuestionario para saber si tienes disbiosis intestinal

Los síntomas más comunes de la disbiosis intestinal son gases,


hinchazón abdominal, estreñimiento o diarrea, una menor actividad del
sistema inmune y altibajos emocionales, pues el 80% de las defensas y
de la serotonina se producen a nivel intestinal, gracias a la microbiota.

Responde a las siguientes preguntas en función de cómo te has sentido


los últimos meses, suma los puntos y comprueba el resultado en función
de tu puntuación.

1.-Has tomado antibióticos en los últimos meses? SI (3) NO (0)

2.-Tomas fruta a diario? SI (0) NO (3) A VECES (2)

3.-Consumes verduras a diario? SI (0) NO (3) A VECES (2)

4.-Tomas todas las semanas platos precocinados o comida rápida? SI


(3) NO (0) A VECES (2)

5.-Tomas refrescos? SI (3) NO (0) A VECES (2)

6.-Eres celíaco? SI (3) NO (0)

7.-Tienes intolerancias alimentarias? SI (3) NO (0)

8.-Sueles notar molestias digestivas después de comer (dolor, náuseas,


digestión lenta)? SI (3) NO (0) A VECES (2)

9.-Sueles ser estreñido? SI (3) NO (0) A VECES (2)

10.-Padeces hinchazón abdominal? SI (3) NO (0) A VECES (2)

11.-Tienes gases o flatulencia? SI (3) NO (0) A VECES (2)


12.-Tomas más de dos tazas o copas de café, té o alcohol al día? SI (3)
NO (0) A VECES (2)

13.-Fumas? SI (3) NO (0) A VECES (2)

14.-Has pasado recientemente por períodos de estrés? SI (3) NO (0)

15.-Padeces con frecuencia cistitis o infecciones urinarias? SI (3) NO


(0) A VECES (2)

Puntuación total?

Interpretación

Puntuación <12: no existe disbiosis intestinal. Tu microbiota está activa.

12-20 puntos: es necesario que resiembres tu microbiota y que revises


tus hábitos alimentarios.

>20 puntos: tu microbiota está alterada, es muy probable que sufras


disbiosis intestinal, consulta a tu nutricionista para hacer una dieta
terapéutica y asociar algún suplemento nutricional que te ayude a
recuperar la integridad de tu sistema intestinal.

Dieta para la disbiosis intestinal

En primer lugar es necesario reducir el perímetro abdominal, porque la


grasa que recubre las vísceras es muy activa, sobre todo en las mujeres.
Sus células (adipocitos) liberan hormonas proinflamatorias.

Reduce al máximo tu exposición a las toxinas ANACQ (alcohol, nicotina,


azúcar, cafeína y químicos ambientales). Si sigues una alimentación
ecológica favoreces la desintoxicación y alcanzarás sus beneficios antes.
Es mejor evitar los alimentos procesados, pues siempre contienen más
aditivos.

El exceso de azúcar, azúcares ocultos y de hidratos de carbono


refinados favorece la formación de productos avanzados de glicación
(PAG o AGE en inglés, advanced glycation end products), que son
responsables del envejecimiento prematuro y de la activación de la
inflamación, vía el NFkB.

Además, los niveles altos de azúcar en sangre activan la insulina, que a


su vez activa las enzimas conversoras de omega-6 en ácido
araquidónico y en hormonas inflamatorias.

Evita el consumo de grasas saturadas y trans, porque son uno de los


principales factores de riesgo cardiovascular junto con el perímetro
abdominal.

La dieta para disbiosis intestinal debe ser ligeramente hipocalórica. Cada


una de tus 5 comidas debe incluir hidratos de carbono, proteína magra y
grasas insaturadas como el aceite de oliva virgen extra, frutos secos y
aguacate. Sigue las proporciones de la siguiente infografía.
Qué es la Permeabilidad intestinal
La disbiosis intestinal y las agresiones externas al epitelio intestinal
favorecen la separación de los enterocitos y la aparición de «huecos» o
canales, a través delos cuales pueden atravesar bacterias
(lipopolisacáridos), péptidos y proteínas no digeridas y llegar al torrente
sanguíneo.

Si se desnaturaliza la capa de mucina y se forman criptas en la mucosa


intestinal, el intestino se inflama y se irrita, pudiendo aparecer hinchazón
abdominal, cólicos, intolerancias alimentarias, diarrea, estreñimiento y
distensión abdominal. Esta es la antesala de todas las patologías
autoinmunes y degenerativas.

La inflamación intestinal, favorece un intestino permeable, ya que se


produce una atracción de macrófagos, linfocitos T y B, e incrementa la
producción de anticuerpos, inmunoglobulinas, interleukinas
proinflamatorias y factor de necrosis tumoral (TNF). El TNF marca células
y tejidos que interpreta como dañinos (marcaje celular) para que luego
sean atacados por los macrófagos, apareciendo las patologías
sistémicas.
Esto provoca una sobrecarga hepática. Como el hígado no es capaz de
hidroxilar los tóxicos para poder eliminarlos por el riñón, estas toxinas
se depositan en la piel, en el tejido graso y en el sistema nervioso. Por
eso muchas patologías autoinmunes comienzan a nivel intestinal
con colon irritable, enfermedad inflamatoria intestinal o a nivel de piel y
mucosas (dermatitis, vitíligo, psoriasis, celulitis, rinitis y sinusitis
crónicas).

A medio plazo pueden aparecen enfermedades neurológicas como


depresión, insomnio, ansiedad, TDAH, autismo, Parkinson, demencia
senil, Alzheimer, etc. o de estructuras conjuntivas y del sistema
locomotor como artritis reumatoide o fibromialgia. Se cree que la
sensibilidad química múltiple también es un síndrome autoinmune que
comienza en un intestino permeable.

Un buen marcador de la inflamación inducida por la microbiota


(endotoxemia metabólica) son los niveles bajos de la bacteria A.
muciniphila. Cuando no se puede alimentar de la fibra alimentaria,
«digiere» los polímeros de hidratos de carbono de la barrera mucosa,
favoreciendo la permeabilidad intestinal y la inflamación. La
suplementación con omega-3 y polifenoles aumentan la producción de
esta bacteria.

Si quieres saber si tienes permeabilidad intestinal, ponte en contacto con


nosotros y te enviaremos un kit para la detección de
betalactoglobulina en sangre. El resultado se considera positivo si
supera los 5 ng/ml.

Dieta para el intestino permeable

Además de todos los consejos que comentamos en la dieta para


disbiosis intestinal, la alimentación recomendada en la permeabilidad
intestinal debe aportar abundantes antioxidantes para activar los genes
que favorecen la resolución de la inflamación. En concreto,
los polifenoles de los frutos rojos, activan el factor de transcripción de
genes PPAR que inhibe la activación del NFkB y reducen la formación de
PGA o AGE (productos de glicosilación avanzada).

Son necesarias altas dosis (500-1500 mg/día) de antioxidantes para


activar los factores de transcripción genéticos (NRF, PPAR y SIRT), por lo
que suele ser necesaria la suplementación. Funciona muy bien el Maqui.

Incluye en tu dieta fibra fermentable (verduras sin almidón) y almidón


resistente (arroz frío, fécula de patata, yuca, plátano macho en tus
ensaladas, sopas, caldos o green smoothies), que por su efecto
prebiótico, aumenta la diversidad de la microbiota y la integridad de la
pared intestinal.

El almidón resistente es el alimento de tus bacterias


intestinales, aumenta la producción de butirato, acetato y propionato,
que ayudan a regenerar la pared intestinal. El butirato protege también
del cáncer de colon.

Para regenerar los enterocitos (las células intestinales) y restaurar la


función de absorción de los nutrientes contenidos en los alimentos en el
intestino delgado consume más alimentos ricos en vitamina C y en beta-
caroteno (vegetales de color amarillo intenso, anaranjado o rojizo) que se
transforma en vitamina A. La glutamina es de gran ayuda. La dosis sería
5 g tres veces al día. Favorece la formación de los glucosaminoglicanos y
la regeneración del moco.

Es conveniente beber un agua alcalina y sin cloro. Aprovecha el fin de


semana para dar paseos en ambientes puros, como la playa, el monte, el
río, etc. y evita entornos con mucha contaminación electromagnética. No
duermas con el móvil en la mesilla y apaga la wifi por la noche.

Intenta utilizar jabones y detergentes biodegradables en casa.

Evita el consumo de medicamentos si no es estrictamente necesario y


suplementa tu alimentación con 10 días de probióticos cada mes.
Consulta aquí una lista de alimentos ricos en prebióticos y probióticos.

Qué te han parecido este artículo sobre alimentación recomendada en la


disbiosis intestinal? Déjanos un comentario. Estamos deseando hablar
contigo.

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