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EVIDENCIA 4: ARTÍCULO “CANALES Y REDES DE DISTRIBUCIÓN”

Estado de la red de distribución en las empresas colombianas


Colombia a pesar de su atraso en materia de infraestructura ofrece a las empresas
del país oportunidades logísticas que permiten mejorar su competitividad. Sin la
logística empresarial sería imposible sortear las adversidades que una compañía
tiene para abastecerse, producir y distribuir sus productos y/o servicios dentro del
territorio nacional o fuera de él. La optimización de estos procesos es posible y
necesaria para reducir estos costos o bien optimizar los recursos (económicos,
naturales, y capital humano) para entregar un producto o servicio de calidad al
cliente. Hoy en día la Organización LOGYCA cuenta con 5 unidades de negocio:
Investigación, Información y Analítica, Consultoría, Formación y Estándares, con las
cuales se genera conocimiento, capacitación, asesoría y soluciones en logística a
las empresas presentes en el país para sortear esas dificultades de crecer desde y
hacia Colombia.

Canales que conforman la red de distribución en Colombia y el nivel de


eficiencia y eficacia para la satisfacción del cliente
En Colombia, el comercio minorista es altamente competitivo. El comercio al por
menor se realiza a través de dos canales de distribución que se categorizan como
el tradicional y el formal o moderno. El primero se refiere al conjunto de las llamadas
tiendas de barrio o de esquina y representa actualmente el 50% de las ventas del
sector, en términos generales el negocio del comercio minorista se caracteriza por
la presencia de un gran número de puntos de Venta.
Dentro de la cadena se puede diferenciar tres circuitos de valor alternativos: le
circuito indirecto largo es aquel en el que participan todos los intermediarios. Este
canal de distribución del producto implica que cada intermediario adiciona al precio
inicial su margen de distribución, este tipo de cadena es común en bienes de
consumo frecuente, como los de la canasta familiar. El circuito indirecto corto
(proveedor – distribuidor – fabricante – minorista - Consumidor) hace intervenir
menos agentes económicos, lo que permite reducir el precio final. Esta cadena es
propia de bienes de consumo duradero. Finalmente, en el circuito directo (proveedor
- fabricante - consumidor) el bien final pasa directamente del productor al usuario
reduciendo el número de márgenes de distribución.
El comercio interno en Colombia es un sector muy heterogéneo, en el que se viene
produciendo un cambio en las estructuras tradicionales, con la incorporación de una
tecnología comercial nueva y de formas comerciales adaptadas a la evolución del
mercado.
En Colombia, se puede clasificar los canales de distribución de la siguiente manera:
 Supermercados: establecimientos con un área de más de 100 metros
cuadrados, gran surtido y variedad de bienes de alimentos, aseo, droguería,
papelería, etc.
 Tradicional: tiendas con formato de mostrador, surtido variado y atención
personalizada como los graneros, almacenes de víveres, etc.
 Droguerías: tiendas con formato de mostrador y venta de productos
medicinales y aseo personal.
 Tiendas de consumo local: locales con consumo de más del 50% de los
bienes dentro del establecimiento, incluye restaurantes, bares y cafeterías,
estas últimas las más numerosas.
 Kioscos y cajoneros: ventas ambulantes de productos de confitería y
miscelánea.
 Papelerías: tiendas especializadas en venta de libros, revista y papel.
En estos canales se ha producido una profunda evolución, con tres tendencias: la
masiva incorporación de tiendas tradicionales y de consumo local; la ampliación de
tamaño y la construcción de nuevos supermercados; y la creciente participación en
volumen de ventas por parte de los supermercados.

Normatividad que regula los diferentes canales que conforman la red de


distribución
Su importancia radica en hacer posible la retirada inmediata de un producto
inseguro así como la de aquellos otros producidos, fabricados o envasados en
circunstancias prácticamente idénticas (lote) en aquellos casos en los que pueda
producirse algún tipo de daño. O bien, si ese daño ya se produjo, evitar que puedan
producirse nuevos daños a otros consumidores. Por tanto, es un concepto
íntimamente ligado al concepto de responsabilidad civil por daños causados por
productos defectuosos, regulado en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de
noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la
Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias. Esta
norma, a su vez, deroga la Ley 22/1994, de 6 de julio, de Responsabilidad Civil por
Daños causados por Productos Defectuosos que había sido aprobada como
resultado de la compleja transposición de la Directiva 85/374/CEE, de 25 de julio de
1985.
El artículo 137 del Real Decreto Legislativo 1/2007 define qué debe entenderse por
producto defectuoso. Y, así, dispone en su apartado primero que “se entenderá por
producto defectuoso aquél que no ofrezca la seguridad que cabría legítimamente
esperar, teniendo en cuenta todas las circunstancias y, especialmente, su
presentación, el uso razonablemente previsible del mismo y el momento de su
puesta en circulación”, mientras que su apartado segundo precisa que “en todo
caso, un producto es defectuoso si no ofrece la seguridad normalmente ofrecida por
los demás ejemplares de la misma serie”. En realidad, esta norma reproduce
literalmente el mismo concepto legal de producto defectuoso que ya ofrecía la Ley
22/1994.
Además, la Ley 1/2007 equipara, a efectos de responsabilidad, el concepto de
productor al del fabricante del bien o al importador de: un producto terminado, de
cualquier elemento integrado en el mismo, o bien, de una materia prima. Y prevé
para el supuesto de que el productor no pueda ser identificado, se considere como
tal al proveedor del producto, a menos que, en un plazo de tres meses indique al
dañado o perjudicado la identidad del productor o de quien le hubiera suministrado
o facilitado a él dicho producto (artículo 138).
Estamos ante un régimen general de responsabilidad solidaria, siendo el límite
cuantitativo por responsabilidad civil global del productor por muerte y lesiones
personales causadas por productos idénticos que presenten el mismo defecto de
63.106.270,96 euros, correspondiendo al perjudicadoprobar el defecto, el daño y la
relación de causalidad entre ambos.
Pero el concepto de trazabilidad también ha trascendido a sectores tan importantes
como elfarmacéutico. La Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de
los medicamentos y productos sanitarios, y que regula la trazabilidad en esta
industria, establece obligaciones por parte de los laboratorios farmacéuticos, los
almacenes mayoristas, y de los titulares de las oficinas de farmacia de comunicar a
los órganos competentes de las Comunidades Autónomas así como alMinisterio de
Sanidad y Consumo las unidades suministradas y devueltas con indicación del lote
al que pertenezcan. Todo con “con el fin de lograr un adecuado abastecimiento del
mercado y establecer garantías de seguridad para los ciudadanos” (artículo 87.1.).
También el artículo 32 del Real Decreto 1345/2007, de 11 de octubre, por el que se
regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensación de
los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, se refiere a las
garantías de autenticidad y trazabilidad del etiquetado: “ El embalaje exterior o, en
su defecto, el acondicionamiento primario incorporará los elementos que permitan
la autentificación del producto, así como la información necesaria para determinar
la trazabilidad del medicamento desde su fabricación hasta su dispensación al
ciudadano, incluyendo para ello la identificación que se establezca
reglamentariamente”.
En un Estudio sobre Trazabilidad y Tecnologías de Identificación en España de la
industria y la distribución farmacéutica, elaborado por IDtrack en colaboración con
FEFE e Integra2, reveló que 9 de cada 10 empresas del sector farmacéutico ha oído
hablar de la trazabilidad y el 86,2% afirma conocer la obligatoriedad de una
normativa reguladora. Los sistemas más conocidos son el de código de barras
(99%), radiofrecuencia (83%), PDF y láser (54% cada uno), siendo la tecnología
preferida el código de barras seguido de la tecnología RFID.
Actualmente, existe un proyecto piloto para determinar el sistema de identificación
automática más adecuado para la trazabilidad de los medicamentos
(Datamatrix/RFID) cuyo pliego de prescripciones técnicas ya ha sido aprobado en
la Plataforma de Contratación del Estado.
Sectores no menos trascendentales como el de la industria de los alimentos
(cárnicas, lácteas, etc.) precisa de la trazabilidad para garantizar la seguridad de
sus consumidores. Lo mismo puede decirse de otras industrias como la electrónica,
en la que un componente defectuoso puede originar un fallo eléctrico que derive en
un daño mayor para el consumidor. Localizar ese producto defectuoso y retirar del
mercado cuantos adolezcan del mismo defecto puede evitar males mayores.
Por tanto, la trazabilidad, hoy día, está más que justificada que nunca en aras de
lograr como dice la Ley 29/2006, el adecuado abastecimiento del mercado y de
establecer garantías de seguridad para los ciudadanos. Algo que se hace extensible
no sólo a los fármacos, si no, a cualquier producto en el que un defecto en su
fabricación pueda convertir un producto seguro en peligroso para el ciudadano.

Ventajas y desventajas de la red de distribución en Colombia


En Colombia existen las siguientes ventajas y desventajas en los procesos de la red
de distribución:
Ventajas
Aprovechamiento de la red de distribución
Costos de distribución baratos
Cadenas de distribución completas
Posibilidad del transporte urgente
Implementación de las tecnologías de la Información
Desventajas
Riesgos de coordinación
Difícil acceso para pequeñas empresas
Atraso por el estado de la infraestructura
Marco legal

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