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RECADI, La Gran Estafa

Capítulo 9
La verificación de importaciones

Si bien fue en los días finales de febrero de 1989 cuando se


denunció que los contratos suscritos entre el Ministerio de Hacienda,
Recadi y las empresas verificadoras internacionales eran
clandestinos y atentaban contra la soberanía nacional -según los
directivos de la Asociación de Agentes Aduanales (ASONAGA)-;
estas compañías fueron también señaladas desde La Agenda Secreta
de Recadi, a partir del miércoles 5 de abril, sobre la base de
informes preliminares y confidenciales del Congreso de la
República.

De acuerdo con los términos expresados en esos escritos, algunas de


estas empresas verificadoras permitieron la sobrefacturación. Se
escribió que "con la participación de las empresas verificadoras se legalizó la
sobrefacturación fraudulenta contra el Estado Venezolano" .

En efecto, las firmas internacionales Caleb Brett (norteamericana), Bureau Veritas


(francesa) y la Société Générale Surveillance (suiza) y, posteriormente, la Chinesse
National Import and Export Commodities Inspection Corporation (de la República Popular
China), se encargaron de emitir certificados de verificación (report of findings) de todas las
importaciones privadas desde el 25 de mayo de 1986, de acuerdo con el Decreto
Presidencial No. 1.702 del 17 de abril del mismo año, publicado en la Gaceta Ofician No.
33.458.

La entrada de estas compañías, en principio, fue una consecuencia natural de la eliminación


del pago al contado de las importaciones con dólares preferenciales, por lo que surgió como
necesidad aparente, realizar una labor certificadora de preembarque, a los fines de constatar
precios, calidades y cantidades de todas las mercancías extranacionales, cuyas
especificaciones debían quedar plasmadas en los referidos reportes, para luego ser
supervisadas en todas las aduanas de Venezuela, garantizándose así el buen uso de las
divisas otorgadas.

Un informe del Congreso precisó que la actividad fundamental de Recadi fue servir como
administrador de dólares preferenciales preconvenidos en los presupuestos de divisas
correspondientes.

"De tal modo que durante el gobierno de Jaime Lusinchi se instalaron en el país -dice el
texto que se comenta- las empresas verificadoras, las que emitieron dos tipos de
certificados: limpios y sucios, y se convirtieron en grandes fuentes, en consecuencia, de
evasión de impuestos" .

Argumentaron también las fuentes investigativas del Parlamento que "las empresas fueron
contratadas para determinar las alteraciones, sin embargo, con los 30.000 millones de
dólares que manejaron, -a los que se les debía aplicar impuesto de 1% -300 millones de
dólares-, se pudo haber creado un equipo multidisciplinario de alto nivel técnico, de
eficiencia, que permitiera un mejor control y seguimiento de las divisas preferenciales para
importación y evitar así esta nueva forma de salida de poderosas sumas por concepto de
verificaciones que, a la larga, se convirtieron en avales de operaciones ilícitas" .

En consecuencia - se estimó-, "el Estado debe asegurar, clausurar y sellar los expedientes
que tienen las verificadoras en sus archivos" .
Se insistió en comentar que "el manejo que se daba entre las verificadoras y algunos
importadores originó: certificados no limpios y sobrefacturación. Por ello se podrían pedir
los documentos de exportación en los países de origen (de las mercancías), para
determinar las operaciones fraudulentas" .

Se agregó que "el gran negocio fue la compra de dólares baratos preferenciales para
colocarlos en el exterior. Al margen de quienes resulten culpables o implicados en la
investigación de Recadi y sus operaciones, se debe declarar el caso Recadi como un
problema de Estado. Se requiere la urgente aprobación de una Ley contra el Crimen
Tecnificado o delitos económicos" .

Otro aspecto digno de destacar en cuanto a las actividades de las compañías verificadoras
en Venezuela es que, si bien las mismas manejaron un mercado anual de unos 8.000
millones de dólares en importaciones que tenían que ser certificadas, la revisión de sus
estadísticas mostró un bajísimo nivel de emisión de certificados con salvedad, es decir, con
observaciones que generaban la pérdida para el importador de su derecho al pago de los
dólares preferenciales de determinada importación por parte del Banco Central de
Venezuela y el pago de honorarios adelantado proporcionalmente a cualquiera de las
empresas.

La respuesta que se dio en el Congreso fue la siguiente: o las empresas verdaderamente


tienen una gran capacidad mundial y eficiencia operativa, o "realmente no verificaron
absolutamente nada" .

En materia de estadísticas revisadas por nosotros mismos, la empresa Caleb Brett -por
mencionar sólo una- habiendo iniciado operaciones el 25 de mayo de 1986, con miles de
conformidades de importación y manejando casi el 50% del mercado de certificación de
mercancías, para el 14 de abril de 1987, apenas un año después -de acuerdo con sus recibos
correlativos -sólo había emitido 12 certificados con salvedad. Así, cada una de estas
empresas registró en sus archivos un número ínfimo de los denominados "non negotiable
report of findings" .

A mediados de 1986, en la víspera de la decisión oficial, la Asociación Nacional de Agentes


Aduanales denunció que "la Ley Orgánica de Aduanas, en su artículo 45, atribuye
directamente a los funcionarios de las aduanas del país la potestad de: verificar
documentos, identificación, examen, peso, determinación de tarifas y restricciones,
valoración, peso, medida y contaje de las mercancías a ser importadas. De allí se infiere
que estas compañías transnacionales, sin duda, están usurpando funciones que son
ejercicio irrenunciable de nuestra soberanía nacional" .

Todas las operaciones de la empresa verificadora Caleb Brett, por manejar 46.691
conformidades de importación expedidas por Recadi con un valor FOB de 5.980 millones
de dólares, posteriormente recibidas para generar certificados de origen con salvedad y sin
salvedad, supuestamente, fueron ilegales y fraudulentas contra el Estado Venezolano y sus
correspondientes 4.917 clientes importadores.

El 29 de abril de 1986, Michael E. DeArmond, presidente de un consorcio de dos empresas


denominado Caleb Brett Intertek (The Inspection and Quality Control Specialist), ambas
filiales de otro emporio corporativo denominado Inchape Inspection and Testing Services
(IITS), con sede en Crechurch Lane, Londres, escribió al ex-director de Recadi, Francisco
Maldonado Cisneros, una carta donde explicó que "sometemos a su consideración... los
recaudos que acreditan a nuestra empresa como una de las pocas compañías a nivel
mundial con amplia experiencia, trayectoria y reputación para realizar todas las labores
pertinentes a la emisión de certificados de comprobación de los valores reales de las
importaciones FOB que se realizan bajo el régimen de cambio preferencial, al igual que la
inspección de la calidad y cantidad de los bienes importados antes de su embarque" .
Agregó DeArmond en su misiva a Maldonado que "nuestra compañía reúne hoy en día una
experiencia comprobada del Grupo Caleb Brett International LTD y de Intertek Services
Corporation que, sumado a las 184 oficinas y laboratorios en 36 países y corresponsales
en muchos otros, le permite mantener un personal directo o indirecto de más de 14.000
inspectores, ingenieros, químicos, maestros técnicos, con un promedio de 27 años de
experiencia en inspecciones y certificación de materias primas y bienes de consumo,
sirviendo a las empresas más importantes del mundo que se listan en la revista Fortune
500" .

El 14 de mayo de 1986 Francisco Maldonado Cisneros le comunicó al Ministro de


Hacienda, Manuel Azpúrua, en memorandum 049-86 la calificación de empresas que
podían emitir certificados de origen a los efectos del cumplimiento del artículo 9 del
Decreto 1.072 del 17 de abril del mismo año. Allí, el ex-director de Recadi planteó que se
citaran a las diversas empresas especializadas, en número de 7 y "se recomienda, para
comenzar, el sistema a Bureau Veritas, Caleb Brett y Société Générale Surveillance" . De
modo que se descartaron, por catalogarse en el tercer nivel, a Comitec (Inspectorate
International), Inversiones Técnicas Financieras C.A. (Survey Associates Inc. Intefica),
Investigaciones y Desarrollo (Indesca), y a Supervisiones e Inspecciones Venezuela C.A.
(Control International).

Posteriormente, el 21 de mayo de 1986, el ministro Azpúrua retornó una misiva a


Maldonado Cisneros, donde le anunció que "el Gabinete Sectorial de Asuntos de Política
Económica y Financiera, en su reunión No. 38 del 15 de presente mes, acordó aprobar la
recomendación de esa Oficina (Recadi) en su punto número 4, relacionada con la
clasificación de empresas que pueden emitir certificados de origen para efectos del
cumplimiento del artículo 9 del Decreto 1.072... en el sentido de iniciar el programa con
tres empresas, las cuales en base a los criterios descritos son: Bureau Veritas, Caleb Brett
y Sociéte Générale Surveillance" .

Aprobada la anterior determinación por el gobierno de Jaime Lusinchi, Francisco


Maldonado Cisneros dirigió comunicaciones, el 26 de mayo, a las empresas favorecidas por
la decisión del 15 de mayo. En el caso de la Caleb Brett, que en los documentos oficiales no
apareció como Intertek, ni como International LTD, ni como Venezuela C.A., el ex-director
de Recadi expuso: "después de un amplio análisis realizado tomando en cuenta los
elementos suministrados por varias empresas y luego de efectuadas diferentes reuniones
con las mismas, esta oficina elaboró un informe en el que planteó las pautas para ser
presentadas a consideración del Gabinete Económico" .

Leído el documento genérico, dirigido a las tres seleccionadas, el señor Livio Pernetz,
presidente de la empresa Caleb Brett Venezuela C.A., originalmente denominada
Inspecciones Caribe, en sociedad con la empresa norteamericana Esperanza USA INC.,
firmó la resolución de Recadi en representación de Caleb Brett. En consecuencia, la
notificación no la firmó Michael E. DeArmond, presidente de Caleb Brett Intertek, quien
fue la persona que inició conversaciones con el gobierno de Jaime Lusinchi, por intermedio
del Ministerio de Hacienda. Como tampoco lo hizo, en ese momento, René Villa, presidente
en Venezuela de Caleb Brett International LTD, puesto que éste comenzó a ejercer las
operaciones posteriores derivadas del manejo de las conformidades de importación, cuando
tomó la presidencia de la denominación Caleb Brett International LTD, a partir de marzo de
1987.

Pero lo importante de este caso fue que la denominación Caleb Brett International LTD y la
Caleb Brett Intertek, cuyas presidencias las ejercieron, como dijimos, René Villa y Michael
E. DeArmond, respectivamente, no aparecieron en ningún registro mercantil de Venezuela.
La única denominación que figuró fue la Caleb Brett Venezuela C.A., que presidió Livio
Pernetz, a quien no reconoció René Villa sino como empleado de la Caleb Brett
International LTD. Así quedó recogido en la entrevista que Fabricio Ojeda realizó a René
Villa y que se publicó el 7 de abril de 1989. Pero se dio una circunstancia extraña: las
oficinas de Villa y Pernetz eran contiguas y su trato indicaba una relación de socios y no de
jefe a empleado.

Quiero aclarar -explicó Villa-, que en principio la empresa que salió descrita en El
Nacional (Caleb Brett Venezuela C.A.) no es ni está relacionada con la compañía que él
(Livio Pernetz) dirige en Venezuela. Se trata de una firma local, que después cambió de
nombre y todo eso, pero que nada tiene que ver con el proyecto aprobado por el gobierno
con esta verificadora.

Entre nosotros surgió la siguiente interrogante: ¿Cómo un simple empleado de la Caleb


Brett International LTD (Livio Pernetz) que tenía su oficina ubicada al lado de la René
Villa, en el piso 7 de la Torre Extebandes (Avenida Tamanaco, El Rosal) y que figura en el
registro mercantil como presidente de Caleb Brett Venezuela C.A., asociado con la empresa
norteamericana Esperanza USA INC., que se rige bajo las leyes del Estado de Delaware y
con oficina principal en Dallas, Texas, (¿fantasma?) y sin ninguna vinculación con Londres,
firmó ante Francisco Maldonado Cisneros la recepción oficial de la delegación que se le
entregó a la Caleb Brett Intertek que presidía para ese entonces Michael DeARmond, quien
solicitó la asignación para su empresa Caleb Brett?

Esto fue lo que permitió concluir, sin lugar a dudas, que las operaciones de la empresa
Caleb Brett International LTD tenían un origen fraudulento, por cuanto la firma comercial
Caleb Brett Intertek que solicitó la designación como empresa verificadora, era distinta a la
Caleb Brett Venezuela C.A. (la de Livio) que da conformidad a la asignación aprobada por
el gobierno, pero quien dio la cara en la ejecución de las operaciones de verificación fue la
de Villa, Caleb Brett International LTD.

La situación nos llevó a afirmar que había una participación fraudulenta en la función
verificadora de todas las denominaciones Caleb Brett y, al mismo tiempo, se planteó una
situación de negligencia administrativa por parte de Francisco Maldonado Cisneros, al
no "verificar" a la empresa solicitante contra la empresa receptora y la ejecutora, en su
oportunidad. La rúbrica de Livio Pernetz figuró en la comunicación entregada por
Maldonado a Caleb Brett, y se constató con la firma de Pernetz en varios documentos
acuñados por él en diversos registros mercantiles de Venezuela.

En una comunicación (HRC-DG-049) enviada por Maldonado Cisneros al ministro


Azpúrua, informó al superior inmediato respecto de "algunas consideraciones sobre las
diferentes entrevistas realizadas" con las siete posibles empresas verificadoras que están en
capacidad de emitir certificados de origen.

En efecto, en esta misiva del 14 de mayo de 1986, Maldonado Cisneros comunicó a


Azpúrua que la empresa Société Générale Surveillance planteó al gobierno que le otorgaran
el monopolio exclusivo del negocio de la verificación y de emisión de certificados de origen
de las importaciones venezolanas: "se debe trabajar con un sistema exclusivo con una sola
empresa y que el Estado firme un convenio expreso. La elección debe ser bajo un proceso
de licitación pública (era la posición confidencial de la Sociéte Générale Surveillance). Por
cierto que quien nos aclaró la forma correcta de escribir Surveillance fue Manuel
Caballero. Hasta ese momento se le venía mencionando como Sourveillance, porque en
todos los documentos figuraba así, mal escrita por los funcionarios venezolanos. Caballero
aleró en torno a que no existía ninguna palabra en el idioma francés que comenzara por
sour..."

Aclarado este punto idiomático y de acuerdo con el documento suscrito por Maldonado
Cisneros, la clasificación establecida por Recadi dio un primer nivel de calificación a
Bureau Veritas y Caleb Brett; en un segundo nivel a la Société Générale Surveillance y a las
otras cuatro antes mencionadas una tercera categoría en importancia. "Las demás empresas
-escribió Maldonado- señalan o una simple especialización, una dimensión reducida o
simples representaciones" , por lo que quedaron prácticamente descartadas las firmas
Sivenca, Investigaciones y Desarrollos C.A., Inversiones Técnicas Financieras C.A., y
Comitec.

Añadió que "cada una de esas empresas hizo una amplia exposición y entregó material de
la presentación a los funcionarios presentes: Oscar Páez Bohórquez (Director de
Operaciones) y Marbella Rotundo (Directora de Autorización de Divisas). Como producto
de las entrevistas realizadas, surgieron las siguientes coincidencias entre los aspirantes: en
lo referente al enfoque democrático y transparente del proceso de múltiples empresas,
estuvieron de acuerdo que la modalidad era novedosa en el mundo; consideraron que no
debían ser muchas las firmas participantes (mínimo 2 y un máximo de 5), y que no sólo
debería certificarse precios, calidad y cantidad, sino también los aspectos legales de la
operación" .

Igualmente, señalaron los candidatos, que el nuevo mecanismo traería una reducción de las
importaciones, debido a los controles pre-embarques, "a la vez que un aspecto disuasivo;
recomiendan que se exija el certificado de origen para las importaciones del sector público
(con la excepción de armamento) y las exportaciones del sector privado para evitar
subfacturación y aprovechamiento indebido de los incentivos fiscales oficiales; coinciden
en que al inicio habrá manifiestas quejas de los despachadores en el extranjero como de
los importadores, pero que es indispensable la intensidad con la que el gobierno respalde
la medida" .

Las tarifas a aplicar por las empresas a los importadores para realizar las operaciones de
verificación variaron entre 0,9 y 1,2% sobre el valor FOB de la mercancía inspeccionada e
independientemente del resultado sin salvedad o con salvedad.

Finalizó esta parte de la comunicación de Maldonado a Azpúrua diciéndole que "se opina
que por seriedad y tradición de las empresas en primero y segundo nivel, se debe comenzar
el programa con estas tres empresas. Por el planteamiento de la Société Générale
Surveillance, ésta no está dentro de los parámetros fijados" .

A las empresas escogidas se les dictó un manual de operaciones constitutivo de 17


condiciones que iban desde que el "Estado no va a controlar los servicios, sino que
determinará aceptación dentro de las pautas fijadas de los certificados de origen... hasta
que los mismos no son negociables" .

En el mismo documento enviado por Maldonado Cisneros a Manuel Azpúrua el 14 de


mayo, donde se recomendó a los favorecidos, también se dio cuenta del proceso de
descalificación de las solicitantes Conitec, Sivenca, Inversiones Técnicas Financiera e
Investigaciones y Desarrollo, Indesca.

La firma Conitec, filial de Inspectorate International Services, presentó una oferta


vendiendo una estructura de 42 oficinas, 1.300 empleados y relaciones similares con 47
gobiernos del mundo. De origen suizo.

En tanto que Sivenca, filial de Commodity Control Services, tenía sólo experiencia en el
manejo de productos energéticos y ofreció servicios adicionales en las ramas agrícolas,
alimentos, petróleo y consumo, con plataforma en Estados Unidos.

Inversiones Técnicas Financieras C.A., ofertó a nombre de la transnacional Survey


Associates INC., de Miami, Florida, y estaba especializada en peritajes y ajustes a la
propiedad en general y mercancías para determinar estados y valores.

La única empresa totalmente venezolana que ofreció servicios fue Indesca, conformada con
participaciones de la Petroquímica de Venezuela S.A., Estireno del Zulia y Polímeros del
Lago, filial de Pequiven. Se desarrollaba básicamente con experiencia en la supervisión de
importaciones de equipos tecnológicos sofisticados. Esta empresa salió en el tapete un poco
más tarde, como veremos adelante.
El lunes 11 de abril de 1989, El Nacional abrió edición anunciando que, por las denuncias
hechas hasta la fecha, el Tribunal XXXVII Penal, del Juez La Riva, citaría a declarar a los
directivos y ejecutivos de las empresas verificadoras que operaron en el sistema de
supervisión de importaciones. En la lista de los requeridos para declarar estaban: René Villa
y Livio Pernetz, de Caleb Brett; Richard Gautier de la Société Générale Surveillance, y
Dominique Le Denmat, de Bureau Veritas. La solicitud estaba apoyada en un petitorio
introducido por los Fiscales Ana María Padilla, José Gregorio Rodríguez (a quién después
le dictaron auto de detención por chantaje) y Alberto Barroso.

Mientras tanto, en La Agenda Secreta del 17 de abril se denunció que dos diputados y un
militar habían actuado en las conversaciones y negociaciones que realizaron Francisco
Maldonado Cisneros, director de Recadi, y otros funcionarios de la Oficina de Régimen de
Cambios Diferenciales en Ecuador, donde quedaba la sede principal para Latinoamérica de
la empresa Société Générale Surveillance.

Se trató de los parlamentarios, en la época, Leomagno Flores, de Acción Democrática,


Alejandro Rodríguez Cirimelle, del Partido Socialcristiano Copei y del Teniente Coronel de
la Guardia Nacional, Orlando Hernández, adscrito al Servicio de Inteligencia y Resguardo
Nacional de las Fuerzas Armadas de Cooperación.

De acuerdo con Francisco Maldonado Cisneros, "esta comisión se integró, además, con la
Dirección de Operaciones (Oscar Páez Bohórquez), la consultoría Jurídica (Zhaidee Rivas
Randert) y el propio director de Recadi" .

Aunque Maldonado, en nuestra primera conversación en Miami, no lo nombró, el Teniente


Coronel de las FAC, Hernández Villegas se incorporó al grupo que viajó a Quito en febrero
de 1986. Ese último dato se obtuvo de una copia certificada firmada por Wilfredo Maduro
Pernía, director encargado de la Oficina de los Servicios Administrativos del Ministerio de
la Secretaría de la Presidencia (el titular era Carmelo Lauría), quien autorizó el pago de una
orden de viáticos por el equivalente a 22.500 bolívares (4.500 bolívares para cada viajero al
tipo de cambio oficial de 7,50 bolívares por dólar) a los fines de "una misión ordenada por
el despacho con motivo de evaluar el funcionamiento de la Société Générale Surveillance
en la República de Ecuador..."

Esta solicitud de viáticos fue, a su vez, convenida en el Consejo de Ministros realizado el 29


de enero de 1986, según comunicación posterior del 30 del mismo mes de la Dirección
General del Ministerio de la Secretaría de la Presidencia.

Sobre este viaje, Maldonado Cisneros nos dijo que "el Ministro de Hacienda (Manuel
Azpúrua) me comentó que le había solicitado al Presidente del Congreso (Reinaldo
Leandro Mora) que designara a los diputados que creyere conveniente para asistir y,
efectivamente, fueron escogidos Alejandro Rodríguez Cirimelle y Leomagno Flores. El día
del viaje, el diputado Rodríguez Cirimelle se excusó de ir por cuestiones de trabajo, pero el
diputado Leomagno Flores si asistió con nosotros" .

Oscar Páez Bohórquez, director de Operaciones de Recadi, nos diría el día que se reunió
con Carlos Tablante, para ser interpelado, que tampoco asistió a Ecuador porque consideró,
luego, que eran demasiados los funcionarios de jerarquía los que abandonaban la oficina.
Fue en la oportunidad en que entregó a Tablante el famoso cuaderno con las llamadas
importantes, donde figuraban las hechas desde Miraflores por el diputado de AD, Luis
Guevara.

El ex-director de Recadi explicó en Miami que el movimiento a Ecuador generó una


apretada agenda: se revisaron todos los aspectos legales, las opiniones de la empresa
privada, la actuación de la empresa verificadora Société Générale Surveillance, y se
pidieron las opiniones a nivel del sector oficial ecuatoriano, especialmente de las aduanas.
De regreso a Venezuela -dijo Maldonado Cisneros- acordamos que la Oficina del Régimen
de Cambios Diferenciales iba a preparar un informe exhaustivo con las conclusiones de
todas las reuniones y que se pasaría al Ministerio de Hacienda (Azpúrua). Ese informe se
elaboró y se le envió una copia a los diputados. Posteriormente no hubo reuniones, sino la
redacción del informe que se le envió a los diputados para que ellos hicieran sus
observaciones. No se recibieron mayores objeciones y, en base al mismo, Recadi preparó
una serie de pautas y pasos a seguir... A todas esas reuniones asistió el diputado Leomagno
Flores, interviniendo en muchas oportunidades, para hacer planteamientos" .

Con esta información en la calle, fue consultada la opinión el 18 de abril, del presidente de
la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, Armando Sánchez Bueno, de Acción
Democrática. Su respuesta no pudo ser más elocuente:

- Creo que se debe a una confusión, por cuanto mal podría yo haber designado una
comisión de diputados, ya que ésta es una función privativa de la Cámara de Diputados o
del Presidente de la misma. En todo caso, ni Flores ni Cirimelle pertenecieron a la
Comisión de Finanzas de Diputados.

En tanto que Leonardo Ferrer, presidente de la Cámara de Diputados para el momento de la


realización del viaje, aclaró:

- Ni la Cámara ni su presidente designamos ese tipo de comisión a solicitud de Recadi. A


pesar del sinnúmero de comisiones especiales que designa anualmente la Cámara de
diputados, en cada caso existe el respectivo expediente y, por tanto, es fácilmente
verificable la escogencia.

El jueves 27 de abril, el Juez Luis Guillermo La Riva, Instructor Especial del caso Recadi,
dictó los primeros autos de detención basados en las investigaciones a la Oficina del
Régimen de Cambios Diferenciales: la medida recayó contra Richard Ames François
Gautier, presidente en Venezuela de Société Générale Surveillance; Livio Pernetz,
presidente de Caleb Brett Venezuela C.A., y André Marcel Dominique Le Denmat,
presidente de Bureau Veritas. Ese mismo día salieron autos para los chinos de las 19
empresas fantasmas denunciadas por Tablante: Ho Fuk Shum y Ho Fuk Wing. Fueron las
primeras cinco medidas judiciales del caso Recadi.

Carlos Tablante y yo nos enteramos el viernes 28 de abril, al día siguiente, cuando nos
dispusimos a abordar un avión de Viasa que nos trajo de vuelta a Caracas, luego de él haber
interpelado en Miami a Maldonado y nosotros hacer una larga entrevista al ex-director de
Recadi. Entre la interpelación y la entrevista -también escuchamos las preguntas del
diputado y las respuestas de Maldonado- se invirtieron doce horas de conversación.

Al pie de la misma página de La Agenda Secreta de Recadi se informó, desde Punto Fijo,
que Livio Pernetz había sido capturado por la Guardia Nacional en el aeropuerto de Las
Piedras, cuando trataba de fugarse del país, rumbo a Curazao, en el bimotor BE-90, y fue
puesto a la orden de la Disip para ser trasladado a Caracas. En realidad había salido desde
La Carlota, pero una avería no programada obligó al piloto del avión donde viajaba Pernetz
Janovitz a aterrizar en Punto Fijo. Ya Richard Gautier y Dominique Le Denmat se habían
marchado del país.

Cuando Carlos Tablante vio las informaciones de El Nacional exclamó:

- ¡Qué vaina tan buena! Los de las verificadoras son presos


tuyos y los chinos son míos.

Al presidente de Bureau Veritas, Dominique Le Denmat lo


conocimos en la sede de la empresa ubicada en la Torre Las Mercedes de Chuao, por
intermedio de la señora Evelyn Branger, su asistente. Sostuvimos un encuentro privado
después del 15 de abril en el que nos dio información confidencial sobre las otras dos
verificadoras: Société Générale Surveillance y Caleb Brett. De esta forma pudimos
ponernos en las estadísticas de la competencia. La firma Bureau Veritas nos dio la
impresión de ser la más decente de las tres verificadoras fundamentales. Sin embargo,
levantó sospechas el robo y posterior incendio que ocurrieron en sus instalaciones el día 29
de abril al mediodía. El Juez La Riva ordenó custodiar las sedes de las empresas con
efectivos de la Guardia Nacional y PTJ.

Con respecto a Livio Pernetz Janovitz, éste envió una comunicación a la Dirección de El
Nacional, el viernes 9 de abril. Nunca lo tratamos, pero sí tuvimos que responderle
públicamente porque en esta misiva afirmó a Franklin Whaite: "si bien son ciertos los
señalamientos... Specialist Services International de Venezuela (S.S.I.), es una empresa
nacional, distinta y diferenciada de la empresa verificadora Caleb Brett International LTD,
empresa esta última constituida y existente de acuerdo a las leyes del Reino Unido, con
capital accionario y directiva distinta a los de mi representada" .

A pesar de lo dicho por Pernetz, respondimos desde La Agenda Secreta que "la última
denominación registrada por Livio Pernetz, es decir la Specialist Services International de
Venezuela (S.S.I.), es la misma que figura, junto con la de Caleb Brett, en las tarjetas
personales de presentación de René Villa, presidente ejecutivo de Caleb Brett International
LTD en Venezuela... La sigla SSI -en todo caso- se correspondía con una filial de la
Inchape Inspection and Testing Services (IITS), que tenía sede en Londres y no en Estados
Unidos, como informó Livio Pernetz en el Registro Mercantil" .

De lo anterior nos dimos cuenta cuando analizamos las tarjetas de presentación de Villa y
Pernetz, las cuales todavía conservamos en archivo.

Ya fuera del país, Richard Gautier, presidente en Venezuela de Société Générale


Surveillance, por intermedio del colega Enrique Castejón, profesor de la Escuela de
Periodismo de la UCV, nos hizo llegar copia de una comunicación enviada el día anterior a
los autos de detención dictados por La Riva, la cual dirigió a un espectro importante de
dirigentes políticos de todos los partidos.

Así, Octavio Lepage, José Rodríguez Iturbe, Rafael Caldera, Freddy Muñoz, Douglas
Dáger, Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Eduardo Fernández, Godofredo González,
Gustavo Tarre Briceño, Carlos Canache Mata, Carlos Tablante, Rhona Ottolina, Vladimir
Gessen, Andrés Velásquez, Alonso Ojeda, Gonzalo Barrios y Humberto Celli; pudieron
leer: "para el momento en que la Société Générale Surveillance fue seleccionada por el
gobierno nacional para verificar, junto a otras dos empresas las importaciones con divisas
preferenciales, ya la SGS Venezuela S.A., había cumplido 18 años operando en el país. De
tal modo que no se trata, como podría llegar a pensarse, de una compañía oportunista que
sólo se interesó por la realidad económica venezolana en unos momentos específicos" .

Desde Miami, el 4 de mayo siguiente, Francisco Maldonado Cisneros, especificó, al


analizar la incorporación de las empresas verificadoras en el proceso de supervisión de las
importaciones venezolanas, que había planteado en un informe al Gabinete Económico que
el pago de 1% por parte de los importadores a la compañías de inspección tenía que ser al
tipo de cambio del dólar libre.

No obstante, el gabinete sectorial resolvió lo contrario, es decir que el pago de los


honorarios fuese al tipo de cambio preferencia de 14,50 bolívares, argumentando que el
costo al dólar libre provocaría ciertos efectos inflacionarios en los productos de consumo
importados. Sin embargo, los analistas de Recadi consideraron que "las unidades
económicas" , en tanto que estaban en plena operación productiva y de importaciones,
podían absorber perfectamente un costo bajo al tipo de cambio en el mercado libre de
divisas.

- La recomendación -explicó Maldonado- está en el informe correspondiente y fue


cambiada al dólar preferencial. Pero el hecho de que no se haya aceptado es muy
importante. Hay que estar muy claro en que Recadi, como oficina, realizó un sistema y
propuso una serie de condiciones. Pero tampoco hay que despreciar el poder de decisión de
un gabinete económico y después de un Consejo de Ministros que emite un Decreto
Presidencial.

El 10 de mayo fueron interpelados, por separado, los parlamentarios Alejandro Rodríguez


Cirimelle y Leomagno Flores. El primero confirmó que no había viajado al famoso
itinerario de Ecuador, y que había criticado el sistema de verificación en una rueda de
prensa. Flores, quien sí se trasladó a Quito, informó que lo hizo como profesor universitario
y no como parlamentario.

- Los parlamentarios -dijo-, no nos peleamos por ir a un viaje. Mi interés fue como profesor
de Derecho Internacional de la Universidad Católica Andrés Bello.

El martes 24 de mayo el Juez La Riva dictó otra medida de detención en contra de la


ciudadana Nina Giovanna Caiazza, también funcionaria de la Sociéte Générale
Surveillance, quien fue detenida el mismo día temprano por la mañana.

Carlos J. Ruíz Poleo, representante en Venezuela de la cuarta verificadora incorporada al


sistema, Chinesse Import and Export Comodities Inspection Corporation -que en el pasado
no había ofrecido servicios- consignó a El Nacional abundante información donde se dio
cuenta de que a pesar de existir un convenio de cooperación bilateral entre Venezuela y
China Popular, la Directora de Recadi, Edgalia Bastardo de Leandro, había marginado la
incorporación de la misma al proceso. Sólo lo lograron, al cabo de dos años y medio,
después de elevar una protesta al Ministerio de Relaciones Exteriores.

En mayo 30, desde La Agenda Secreta se dio cuenta de que las empresas verificadoras
Société Générale Surveillance, Caleb Brett y Bureau Veritas, tenían antecedentes por
corrupción en otros países.

Concretamente, la Asociación de Exportadores e Importadores del Sur-Este del Estado de


Florida, en documentos exclusivos obtenidos por El Nacional en Miami, expresó que "nos
sentimos complacidos y aliviados porque han terminado los continuos abusos y presiones
del sistema de obtención de divisas preferenciales en Venezuela" .

- No es casualidad -escribieron desde este gremio- encontrar que en todos los países donde
se conocen las experiencias de verificación de precios para efectos de importación, tipo
Bolivia, Paraguay, Nigeria o Ecuador, etc., aparece como denominador común en todos
ellos las mismas empresas inspectoras o verificadoras de precios.

En este informe se apuntó que, "al revisar los casos de escándalos y de corrupción en todos
estos países, se observa como la Société Générale Surveillance y Bureau Veritas, aparecen
consistentemente en los expedientes. De hecho, de las tres empresas mencionadas se sabe
en forma abierta que la empresa suiza Société Générale Surveillance es la esencia misma
de este mecanismo de entrabamiento y corrupción" .

- La empresa Société Générale Surveillance- afirmaron estos empresarios-, propiedad de


diferentes grupos bancarios suizos, ha sido la creadora y principal promotora de estos
mecanismos, a través de los Bancos Centrales y otras dependencias oficiales de los
diferentes países afectados, actuando en muchos casos, como en Ecuador, el más reciente y
sonado de todos los casos anteriores al escándalo venezolano, en forma de monopolio.

Se agregó que "no debemos dejar de mencionar que no existe ninguna duda de que el triste
y empobrecedor proceso del cual Venezuela se viene percatando durante los últimos meses,
está directamente e íntimamente relacionado con el caso de Ecuador. No cabe duda que es
la empresa Société Générale Surveillance la que lo establece allí y es esta empresa, en
combinación con el gobierno del Presidente León Febres Cordero, y el Ministro
venezolano de Hacienda, Manuel Azpúrua Arreaza, quienes lo implantan en Venezuela, con
apoyo de la banca suiza. Es absolutamente cierto que, al igual que en Ecuador, al inicio se
estuvieron ejerciendo presiones para que solamente se le otorgara la exclusividad a la
Société Générale Surveillance, pero debido a las características propios del caso
venezolano, se decidió dar entrada a las empresas Caleb Brett y Bureau Veritas, con el fin
de hacerlo más transparente ante la opinión pública" .

Basados en el contenido de las regulaciones implantadas el 23 de octubre de 1984 por la


Junta Monetaria (el Recadi del país suramericano), el 12 de marzo de 1985, Armando
Tomaselli y Fabián Corral, director ejecutivo y del departamento jurídico de la Cámara de
Comercio de Quito, respectivamente, oficiaron un documento económico-jurídico de 25
páginas al presidente del Banco Central de Ecuador, Raúl Clemente Huerta, donde
expresaron ciertas inquietudes, "a fin de que rectifiquen los errores cometidos" , luego de la
decisión tomada que permitió a la empresa verificadora Société Générale Surveillance
actuar en la emisión de los certificados pre y post-embarque de todas las importaciones y
exportaciones desde y hacia esa nación.

- De los análisis... se concluye que no existe basamento jurídico suficiente para el cobro de
la comisión a importadores y exportadores (1 y 2%) por los servicios prestados por la
Société Générale Surveillance. Este costo debe ser absorbido por el Instituto Emisor... Los
avisos de conformidad y no conformidad deben convertirse en elementos de juicio para que
el Banco Central de Ecuador ejerza sus atribuciones. Una reforma del sistema parece
imperiosa, para que la intervención de la Société Générale Surveillance no contraríe el
esquema jurídico ecuatoriano.

La anterior historia resumida viene a colación, en tanto que un año después de comenzar
actividades de supervisión de importaciones y exportaciones ecuatorianas -en medio de una
gran pelea entre empresarios y funcionarios públicos- el gerente general de la Société
Général Surveillance en Quito, Enmanuel Bonnet, aprovechó la presencia en Ecuador de
Francisco Maldonado Cisneros, del diputado Leomagno Flores y del Teniente Coronel
Orlando Hernández Villegas, para enseñar las virtudes y procedimientos impuestos en este
otro país.

Siempre nos resultó importante tratar de determinar si los venezolanos que estuvieron en
Ecuador, en enero de 1986, conocieron los cuestionamientos lanzados por el empresariado
ecuatoriano en contra de las actuaciones de la Société Générale Surveillance: Enrique Orcés
Jijón, Director de Aduanas: "actuaciones de SGS planteaban vicios reglamentarios" ;
Alfredo Gallegos Banderas (posteriormente denominado presidente de la Cámara de
Comercio de Quito): "pagos de comisiones a la SGS son ilegales" ; Emilio Parodi: "el
contrato con SGS es oneroso y atentatorio de la dignidad nacional" ; Rodolfo Kronfle,
presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil: "La SGS ocasiona un perjuicio
irreparable a las empresas" .

Es justo decir que el Ministro de Finanzas, Francisco Swett, advirtió al sector privado que el
contrato suscrito entre del Banco Central de Ecuador y la Société Générale
Surveillance "nació de la absoluta necesidad de lograr que el monto de las exportaciones e
importaciones sea fidedignamente reportado y no se presenten problemas distorsionadores
y de mala utilización de la reserva monetaria internacional" .

La polémica está recogida en los diarios El Comercio, Hoy y El Universal, en sus ediciones
comprendidas entre marzo y abril de 1985.

El 2 de julio de 1989 se informó en La Agenda Secreta que, a su vez el 26 de junio de 1986,


Remigio Juan Apolloni, presidente de la empresa Supervisiones e Inspecciones Venezuela
C.A., la única empresa nacional que fue descalificada como verificadora potencial por
Recadi, con sede en Puerto Cabello, alertó al Presidente de la República de entonces, Jaime
Lusinchi, en torno "al conflicto de intereses" que representaría para el Estado Venezolano la
participación de las empresas verificadoras Caleb Brett, Bureau Veritas y Société Générale
Surveillance.
Efectivamente, denunció ante el Primer Magistrado nacional a la firma SGS, la misma que
presionó el monopolio en Ecuador, cuestionada por los exportadores de Florida, Nueva
York, Baltimore, Nueva Orleans y Texas y, por añadidura, acusada por soborno en Nigeria.

- Señor Presidente -escribió Apolloni-, respetuosamente solicitamos atienda nuestro


llamado. Como venezolanos, exigimos que el Estado nos proteja y evite el monopolio y
ventajismo que atenta contra la libertad de comercio según reza en nuestra Constitución y
les prohiba tanto a estas empresas transnacionales como a sus filiales, que operen en el país
por presentarse el mencionado conflicto de intereses. (El gobierno no estaría en condiciones
reales de comprobar o verificar la imparcialidad y solvencia de estas empresas, actuando en
los dos puntos, cargue y descargue). Esto ocasiona que la empresa certificadora en un
momento dado pueda tener la libertad de tapar sus errores.

En la misma edición del 2 de julio, se denunció que la Société Générale Surveillance tenía
antecedentes por soborno en Nigeria. La prensa de este país y de Inglaterra, como el Daily
Times, The Punch, National Concord, New Nigerian y Lloyd´s List, informaron, entre
febrero y diciembre de 1982, sobre el soborno a casi todos los miembros de la Comisión de
Finanzas. Un señor llamado Dassonville, segundo vicepresidente de la Société Générale
Surveillance a nivel mundial entregó, por equivocación, un sobre en 1981 con 120.000
dólares a Ernest Allison, sub-jefe de la embajada nigeriana en Berna, el cual estaba
originalmente destinado a comprar al Presidente de la Comisión de Finanzas, Ralph Obioha
y otros integrantes del comité parlamentario de diputados.

Según el relato escrito por el periodista nigeriano Raymond Okiti del National Concord, el
23 de febrero de 1982, la situación fue más o menos de la siguiente manera:

- Un funcionario de la embajada nigeriana en Suiza, Frederick Allison, confirmó ayer que le


entregaron por error 120.000 dólares en el aeropuerto de Ginebra, destinados a la comisión
de Finanzas de la Cámara de Diputados. Dijo que él acompañó a los diputados integrantes
de la comisión después que ellos inspeccionaron las instalaciones de la SGS en Ginebra...
Allison dijo que preguntó a Dassonville qué contenía el sobre y que el funcionario de la
SGS le respondió que eran dólares estadounidenses. Dijo que fue a un baño, en donde abrió
el sobre y tomó nota de su contenido. Conté, conté, conté, ¡coño! Son 120 mil dólares, gritó
agitado.

Esta otra historia viene a colación porque, si bien no fue rigurosamente confirmada la
información, el mismo señor Dassonville estuvo en Caracas a mediados del mes de marzo
de 1986, quién sabe con qué intención. De esto informaron varios empleados de Recadi,
que siempre pidieron no ser nombrados públicamente. La presencia de este personaje fue
escasamente quince días antes de que el gobierno de Jaime Lusinchi decidiera incorporar a
las empresas verificadoras de importaciones.

Es necesario precisar que la intención inicial fue la de establecer unos supuestos controles
para evitar sobrefacturaciones, (objetivo que por supuesto nunca se logró, por el contrario
se estimuló con la pésima administración de los presupuestos de divisas), las importaciones
del sector público no tuvieron ningún tipo de control porque el sistema, expresó, no fue
concebido para calibrar gastos, mucho menos precios, calidades y cantidades de las
importaciones del sector oficial.

Solamente Petróleos de Venezuela venía trabajando en el despacho de barriles petroleros


con la firma Bureau Veritas, pero a raíz de las investigaciones y del escándalo sacaron a
esta certificadora del registro de proveedores "hasta nuevo aviso" .

El 17 de agosto de 1989, el presidente del Tribunal Superior de Salvaguarda, ordenó


investigar las actuaciones de la Cónsul venezolana en París, Ana Cristina Anzola, porque
esta funcionaria otorgó un poder al exilado presidente de la Bureau Veritas, Dominique Le
Dem Matt, con un auto de detención en Venezuela, al abogado defensor Jorge Sosa Chacín,
contra lo que estipula el artículo 92 de la Ley de Salvaguarda. El punto de la discordia fue
que como Le Dem Matt no se puso nunca a derecho, le correspondía al Tribunal de
Salvaguarda designarle un defensor público.

Más tarde, el viernes 2 de septiembre, el Tribunal Superior de Salvaguarda ordenó revocar


los autos de detención que el Juez Instructor La Riva había dictado cinco meses atrás por
aprovechamiento de fondos públicos. La magistrado encargada de hacer el anuncio fue
Carmen Alaide Mazzarri Mendoza: -la revocatoria de los autos de detención se hace-
informó a los periodistas de la fuente- porque el delito no aparece plenamente probado en el
expediente. Pero por eso mismo, también se ordenó proseguir las averiguaciones.

El expediente bajó a las manos de la Juez Luisa Doris Castellanos, del XXXIII Penal, quien
luego de La Riva se encargó de seguir las investigaciones sobre las empresas verificadoras.
Ello significó que el único preso importante por este caso, Livio Pernetz Janovitz, recuperó
la libertad luego de varios meses bajo sombra. Seguramente se marchó del país también.

Pero fue casi un mes y medio después, el 22 de septiembre, cuando la Subcomisión


Especial del Congreso que investigó también las empresas certificadoras emitió su condena
política. Señalaron Carlos Tablante, Nelson Chitty La Roche y Liliana Hernández, sus
integrantes, que el ex-ministro de Hacienda, Manuel Azpúrua Arreaza, y el ex-director de
Recadi, Francisco Maldonado Cisneros, "cometieron presunta comisión de delito en el
proceso que incorporó a las empresas en la certificación de importaciones hacia
Venezuela" .

Recomendaron una nueva indagación judicial para establecer las responsabilidades penales.
Este informe sectorial, a su vez, fue absorbido por el Informe presentado por el Presidente
de la Comisión Especial, Douglas Dáger, a la consideración de todo el comité investigador
parlamentario.

- La actividad de las empresas verificadoras -se lee en este otro documento-, fue costeada ,
es cierto, por los propios importadores, pero con dólares preferenciales, constituyendo este
mecanismo el establecimiento de una curiosa relación según la cual el vigilante devino en
asalariado del vigilado, con los resultados fácilmente imaginables... Está evidenciado que
las verificadoras permitieron la sobrefacturación. El entendimiento y la comunidad de
intereses entre las verificadoras y algunos importadores, dieron lugar a certificados no
limpios y sobrefacturación.

Este caso, prácticamente cerrado, demostró que la verdad de la prensa siempre estuvo por
delante de la verdad procesal o judicial, de manera que rápidamente se olvidó que alguna
vez cuatro empresas verificadoras internacionales operaron en Venezuela.

Nico el molinero

Con diez días de anticipación, el 15 de mayo de 1989, El


Nacional anunció que el Juez Instructor del Caso, Luis Guillermo La
Riva López, tomaría medidas judiciales que se desprenderían del
expediente del sector Alimentos, específicamente del área de molinos de
trigo.

Efectivamente, aún cuando había cesado la primera etapa de La Agenda


Secreta de Recadi -que se prolongó desde el 31 de marzo hasta el
domingo 14 de mayo, cuando se presentó un primer resumen con todo lo
denunciado y los resultados hasta ese momento ocurridos a nivel de
justicia-, el periódico alertó a sus lectores que el cierre temporal de la campaña de ningún
modo significó que no se siguiera investigando e informando en torno al escándalo.

Por el contrario, la segunda fase diaria y sistemática de la Agenda se extendió desde el


martes 23 de mayo hasta el 5 de julio siguiente. La razón que privó para que el equipo se
tomara una semana de relativo descanso fue el cansancio y la necesaria revisión de otros
documentos y expedientes en nuestro poder. A pesar del alerta público, fuimos criticados.
Por ejemplo, el martes 16 de mayo, Miguel Angel Capriles, en un editorial de El Mundo,
acusó que a El Nacional se le había "enfriado el guarapo" . Mucha gente pensó igual que
él.

Lo cierto es que para la semana intermedia transcurrida entre el lunes 15 y el martes 23 de


mayo, se dejaron algunos trabajos escritos. Uno de ellos fue la página D-1 del 15 de mayo,
anunciado los autos de detención contra los molineros. En ese momento ni nos pasó por la
cabeza que una de las decisiones judiciales habría de recaer sobre el conocido empresario
Nicomedes Zuloaga. Mucho menos sobre un futuro Ministro de Economía del nuevo
gobierno argentino de Carlos Menem: Néstor Mario Rapanelli.

Ocurrió que nos "pusimos" en varios de los informes en los que el Juez La Riva estuvo
centrando las indagaciones sobre el uso de dólares preferenciales para las importaciones de
trigo.

Había uno levantado por la Comisión de Economía del Senado de la República, presidida
por Angel Reinaldo Ortega, de Acción Democrática, y otros dos elaborados por la
Dirección de Inteligencia y Resguardo Nacional de las Fuerzas Armadas de Cooperación.

Un cuarto informe, verdaderamente importante, sirvió de base a todos los anteriores y


marcó la investigación que desde el 21 de marzo de 1986 adelantó el Senado de la
República: un estudio elaborado por profesores y alumnos del Post-grado de Economía
Agrícola de la Facultad de Economía de la Universidad Central de Venezuela. El 21 de
marzo de 1986 el Decano de esta Facultad, Manuel Rodríguez Mena, junto con los
profesores del curso: Alfredo Van Kesteren, Armando Martel y Bernardo González,
solicitaron a la Comisión Parlamentaria "investigar todo lo relacionado con la importación,
transformación, industria y comercialización del trigo y sus productos derivados en los
últimos años" .

Basaron su petitorio en dos aspectos centrales: un crecimiento progresivo y constante del


consumo de trigo, en detrimento de otros cereales nacionales; y las importaciones de trigo
que venían ocurriendo (con dólares preferenciales) a precios extremadamente altos y muy
superiores a los de referencia que regulan y privan en el mercado internacional. En realidad,
había otras conclusiones pero nos pareció que estos fueron los alegatos más notorios.

La investigación del Senado duró prácticamente un año, puesto que en marzo de 1987 se
produjo un voluminoso informe analítico, recopilatorio de todas las actuaciones, y se
concluyó, entre otras cosas, en las siguientes: se transgredió el ordenamiento legal y
jurídico de la República "relativos a la economía, las relaciones económicas y la apropiada
supervisión y control por parte del Estado" , en cuanto a las importaciones de trigo.

- En buena parte, la documentación oficial -dice el informe del Senado- que emiten los
órganos competentes con motivo de otorgar Delegaciones de Importación, Conformidades
de Importación y Autorizaciones para Retiro de Divisas, y en la información que suministra
el importador, aparece una descripción insuficiente del producto objeto del trámite o
adquisición, indicándose en muchos casos sólo el tipo de trigo sin su grado nutricional, o
señalándose solamente la palabra Trigo.

En la página que divulgamos ese 15 de mayo, titulada: "Juez de Recadi dictará medidas
contra directivos de molineras" , escribimos que el magistrado "tomará varias decisiones
judiciales contra directivos y funcionarios de las empresas Monaca, Gramoven, Mocama,
Molvenca, Mimesa, Sahiv, Molinarca, Halaca, Monguaca e Hidalgo, todas afiliadas a la
Asociación de Molinos de Trigo; y a las firmas independientes Molorca, Pastificio
Universal, La Lucha y Gofio Canario."
El Juez La Riva venía recopilando informaciones fundamentales, en tanto que había
encontrado indicios suficientes para cuestionar judicialmente las importaciones de trigo
provenientes de Estados Unidos, Canadá, Argentina, y la Comunidad Económica Europea.

El viernes 19 de mayo fueron citados a declarar al tribunal los representantes de Gramoven,


Molinos Guacara y Monaca. Pero el domingo 21 de mayo, los directivos de Asotrigo
montaron una rueda de prensa dominical en la que trataron de rebatir el informe de la UCV.
Este día insistieron en que la investigación del Senado había terminado, no obstante que el
Juez La Riva mandó prohibir la salida del país a los empresarios del ramo.

Fue el viernes 26 de mayo cuando el Instructor La Riva dictó nueve autos de detención en
contra de Nicomedes Zuloaga, Salvador Armada, Néstor Mario Rangonelly -así quedó
registrado el nombre del futuro Ministro de Economía Rapanelli en el libro del Tribunal-, y
Oleg Williamsom de la empresa Gramoven; Giácomo Calabresse Vesce, de Molinos
Guacara; Ricardo Ponce de León, presidente de Monaca; Vicente Vegas Soko y Michael
Stewart Denger, de Pillsbury; y Héctor Aníbal Hidalgo, presidente de Molinos Hidalgo.

La noticia confirmó la primicia de El Nacional de una semana atrás, pero constató que
algunos de los señalados ya habían abandonado el país, para variar. La decisión del Juez se
basó en contrabando y malversación de fondos públicos, según la Ley de Salvaguarda.

- La reactivación del caso Gramoven y mi auto de detención obedecen a motivos políticos -


declaró Nicomedes Zuloaga en sus últimas horas de libertad-. En Venezuela estamos
sometidos a la teoría de algunos adecos corruptos que dicen que la supervivencia de los
ladrones adecos es indispensable para la supervivencia del partido y de allí la maniobra de
tirar cortinas de humo. El Juez forma parte del mismo partido, que lo llevó a la Presidencia
del Colegio de Abogados.

Por su parte, el mismo día La Riva respondió: "Lo que pasa es que a lo mejor el doctor
Zuloaga lo que quiere es que yo me inhiba, y no lo voy a hacer, porque no hay razón,
causal moral ni procesal para que me inhiba. Yo dicté una decisión de acuerdo a lo que
pienso. El procesado puede ejercer los recursos que le consagran la Constitución y las
leyes" .

Este día acompañó las declaraciones iniciales de Zuloaga, el conocido empresario Alfredo
Paúl Delfino.

- Los verdaderos culpables y que no están presos son Jaime Lusinchi y Blanca Ibáñez -
exclamó sin pepitas en la lengua-. Estamos contemplando un terror judicial, legislativo y
una farsa que ya llega a extremos intolerables.

Por la noche, el gremio de molineros agrupado en Asotrigo se reunió de emergencia y en


secreto, con el fin de evaluar la situación y diseñar la estrategia a seguir.

Mientras que los autores del informe de la Universidad Central convocaron a un foro que se
efectuó el 19 de mayo en la Sala A del Ateneo de Caracas, para "responder la intensa
campaña de las empresas comprometidas en el caso" . Insistieron en que si los controles de
Recadi y el BCV hubieran funcionado, como lo establecía la legislación cambiaria, se
pudieran ahorrar unos 100 ó 150 millones de dólares en favor de las reservas
internacionales.

Nicomedes Zuloaga, ex-embajador de Venezuela en Argentina cuando el gobierno de


Lusinchi, se entregó el viernes 26 de mayo sobre las cinco de la tarde, e inmediatamente fue
trasladado al Retén de El Junquito, donde permaneció 132 días en cautiverio.

La Agenda pudo obtener y luego publicar, el 1 de junio, uno de los documentos levantados
por el Servicio de Inteligencia y Resguardo Nacional de la G.N.
En el mismo, el Comando de Operaciones de las Fuerzas Armadas de Cooperación, dio a
conocer los resultados de una inspección que realizaron sus miembros por las ciudades
norteamericanas de Minneapolis, Nueva Orleans y Washington, en julio de 1987. Suscrito
por el General de Brigada (GN) Elías Ricardo Tarbay Assad, el coronel (GN) Orlando
Hernández Villegas (el mismo que viajó a Ecuador), el teniente (GN) Alfredo Vásquez
Tarbay, y el doctor Erwin Thomas; el papel de 13 folios concluyó que en el proceso de
importación y comercialización de trigo con dólares preferenciales "Venezuela compró
dicho producto en las peores condiciones del mercado" , coincidiendo plenamente con el
informe de la UCV. Por otra parte, que si en el momento de la inspección se hubiera
resuelto aplicar un sistema de trueque en el que estaba interesado el Departamento de
Agricultura de Estados Unidos, las importaciones pendientes podrían generar ahorros por
unos 50 millones de dólares, cosa que no ocurrió.

El 2 de junio el diputado Oswaldo Alvarez paz, de Copei, denunció al juez Luis Guillermo
La Riva, autor de la detención judicial de Zuloaga, desempolvando expedientes del año
1967, cuando el magistrado, siendo militar, habría instigado un magnicidio contra el
Presidente de la República de entonces, Rafael Caldera. Solicitó públicamente que La Riva
fuera sustituido e investigado por el Consejo de la Judicatura.

- El Juez -afirmó Alvarez Paz- no está capacitado ni jurídica ni éticamente para conducir el
proceso.

El candidato a ocupar la gobernación del Estado Zulia, también presentó la copia de una
carta dirigida por los integrantes de la Fundación La Riva, integrada por hermanos y por el
propio Juez de la causa, donde acosaban como abogado, al ex-ministro de Hacienda,
Manuel Azpúrua, representante legal de la empresa Vencemos, y referida a un litigio entre
terrófagos, donde la citada sucesión pidió 12 millones de bolívares para indemnización de
algunas tierras sujetas a expropiación.

Un asunto particular entre una sucesión familiar y una empresa privada, nos pareció, estaba
siendo utilizado para provocarle presiones al Juez, centro de atención del Caso Recadi. Pero
las denuncias contra La Riva, casualmente, provenían de la misma persona, el diputado
Oswaldo Alvarez Paz, que el 15 de abril declaró:

- Los brazos y tentáculos de los diferentes sectores partidistas y las posiciones clave que
ocupan en los niveles de decisión, hacen considerar la posibilidad de que las investigaciones
que se adelantan sobre Recadi, no concluyan de forma optimista.

En ese momento fueron dos las versiones que se tejieron en torno al comportamiento del
futuro gobernador electo del Zulia: una, que la campaña por lograr la primera posición
regional estaba siendo financiada por poderosos grupos económicos muy ligados a las
actividades de Nicomedes Zuloaga. La otra, que el diputado Alvarez Paz hacía juego junto
con Rafael Caldera, en favor de orientar la acción judicial sobre los funcionarios de la
administración y no contra empresarios importadores y mucho menos importantes como
Zuloaga. Recuérdese que para el momento, el Juez La Riva también había prohibido la
salida del país a importantes funcionarios de empresas automotrices y laboratorios médicos.
Se temió que La Riva siguiera cargando la mano al sector privado.

La detención de Nicomedes Zuloaga colocó, sin duda, el caso Recadi en otra perspectiva.
Allí comenzó la caída del Juez más odiado y conocido de Venezuela en las últimas décadas
de la historia judicial.

El viernes 3 de junio, por una parte, fue trasladado en medio de una gran trifulca organizada
por sus familiares al Tribunal de La Riva el empresario Zuloaga, para ser impuesto del auto
de detención. Gritos, insultos, empujones, golpes y el discurso acalorado de Cachi
Pocaterra, esposa de Zuloaga, marcaron la jornada.

Pero por la otra, el Juez La Riva acusó el golpe:


- El doctor Alvarez Paz es un embustero y un farsante. Yo voy a demostrar que es
embustero. Lo voy a retar, para que él escoja el sitio, los documentos, la hora... Manuel
Azpúrua me llamó indignado, que estaba dispuesto a declarar...

Como Alfredo Paúl Delfino había dicho que todos los jueces eran unos ladrones, La Riva lo
mandó a arrestar por 36 horas. Entonces tenía presos a dos Amos del Valle.

El 4 de junio, Nicomedes Zuloaga planteó en un foro con Alfredo Peña que había "que
sacar las ratas de Acción Democrática" .

El diputado Oswaldo Alvarez Paz volvió a la carga el domingo 4 de junio: "Me gradué en
la Universidad del Zulia de Abogado y no sé dónde se graduó el Juez La Riva. Tuve los
mejores profesores y maestros, ejercí junto a jueces de verdad y no con payasos. La Riva
no se respeta a sí mismo" .

El compañero de armas de La Riva, Mayor Rafael Angel Terán Barroeta, explicó el 5 de


junio que "Oswaldo Alvarez Paz, basándose sólo en una hoja del expediente de La Riva,
pretende desprestigiar la persona de este notable legislador, desconociendo de la manera
más clara el resto de su historial" .

El cuadro descrito también provocó que el Juez La Riva se desmoralizara y no ocultara este
sentimiento, ni siquiera, ante los representantes de la prensa. El 6 de junio expresó:

- Como juez no debería decirlo, pero creo que la investigación de Recadi no va a llegar a
ninguna parte, y ninguna investigación donde se pretenda encubrir a algunos privilegiados
puede llegar a ningún sitio si continúan las presiones.

El 7 de junio la actividad rutinaria del XXXVII Penal se interrumpió. Una manifestación de


estudiantes de leyes de la Universidad Católica Andrés Bello llegó a las puertas del juzgado
de La Riva. El líder del grupo, Gustavo Cedillo Vaz, experto en derecho militar, denunció
que Oswaldo Alvarez Paz había violado el reglamento sobre documentos militares.

Siempre aprovechando, como parte de su ofensiva particular, cualquier entrevista solicitada


por un medio de comunicación, Nicomedes Zuloaga declaró el 9 de junio que "la carta de
Meneses era un documento importantísimo" .

El mismo día de la anterior declaración, en La Agenda Secreta publicamos el segundo


informe preparado por la Oficina de Inteligencia y Resguardo Nacional de la Guardia
Nacional. Se señaló que el escrito concluyó en que había un sobreprecio por casi 5 millones
de dólares en las importaciones de trigo realizadas por la empresa Gramoven, de la que fue
presidente Néstor Mario Rapanelli. En ese documento de 15 folios estaba recogido el
testimonio de quien después fue un frustrado ministro de Economía argentino, cuadro
importante de la transnacional Bunge and Born Corporation, inversionista de Gramoven.

Este expediente fue abierto por órdenes expresas del Comandante de la Guardia Nacional
de entonces, General Luis Ramón Contreras Laguado, y estuvo escrito por el Teniente
Coronel Orlando Hernández Villegas (el mismo del viaje a Ecuador), el Subteniente Eddie
Ramírez Moyeda, el Subteniente Pedro Javier Dávila Rodríguez, el funcionario Ernesto
Bracho, por el Teniente Alfredo Vásquez Turbay y por el General Elías Tarbay Assad. Es
decir, casi los mismos que realizaron la inspección por varias ciudades de Estados Unidos.

El 15 de julio, el Juez La Riva envió los recaudos del caso de los molineros al Tribunal
Superior de Salvaguarda, presidido por Ortiz Bucarán. La finalidad, conocer la apelación de
los señalados, muchos de los cuales se defendían en ausencia.

Luis Piñerúa Ordaz volvió a figurar en esta historia el 17 de junio, cuando declaró: "sería
muy grave que una vez remitidos al Superior los expedientes en manos del Juez La Riva,
bien sea para continuar su investigación o para conocer decisiones apeladas, se cayera en
el congelamiento o la inanición que contraste con el dinamismo que le ha dado al caso el
Tribunal de Primera Instancia. Las actuaciones del superior no sólo deberán, en
consecuencia, ser cristalinas, sino oportunas, para que la opinión pública no se sienta
defraudada."

Como el asunto estaba tomando un giro que podía tocar intereses fundamentales,
especialmente críticas gremiales al sector empresarial, el Presidente de Fedecámaras, Eddo
Polesel le cargó la mano al Juez La Riva y a los parlamentarios de la Comisión Especial del
Congreso.

- Observamos que en las investigaciones -dijo el 30 de junio- que se realizan, como en las
opiniones e informaciones que a diario se producen, se presentan situaciones que están
afectando la seriedad y pueden comprometer la objetividad de los resultados... Tales
investigaciones deben realizarse sin desviaciones de los órganos institucionales que deben
practicarlas, ni distorsiones en la aplicación de los mecanismos legales.

Paralelamente, el presidente de la sub-comisión alimentos de la Comisión Especial del


Congreso, Diputado Alexis Ortiz (independiente-Copei), refirió el 13 de junio que varias
empresas del ramo estaban sujetas a investigación, más que esto no significaba una
acusación a priori. Se trató de Alimentos Souto, Balanceados Super Integrados C.A., Le
Biscuit, Margarita C.A., Heinz, Kraft, Turagua, Protinal, La Caridad, Balanceados Vivas,
Adda´s y Kellog´s. El 4 de julio Nicomedes Zuloaga asistió a entregar un voluminoso
expediente en el Tribunal Superior de Salvaguarda. Dijo que confiaba con que le revocarían
el auto de detención.

El martes 18 de julio fue nombrado Ministro de Economía por el nuevo Presidente


Argentino, Carlos Menem, un cuadro importante de la transnacional Bunge and Born:
Néstor Mario Rapanelli, quien había ocupado por delegación de la directiva las labores de
presidente de Gramoven, durante 1 año y 8 meses.

Al día siguiente, el Juez La Riva ratificó que el auto de detención contra el ministro
argentino estaba plenamente vigente.

Pero el Presidente de Argentina, Carlos Menem, al dar una rueda de prensa en el Palacio
Rosado, sede del gobierno, el mismo 19 de julio, asumió la defensa de Rapanelli, y dijo
que "el ministro tiene en su poder documentación de la fiscalía nacional de investigaciones
de ese país y está totalmente sobreseído" . Cosa totalmente incierta.

Mientras tanto, Luis Guillermo La Riva pidió al Consejo de la Judicatura que investigara las
declaraciones suministradas en Buenos Aires por el diputado Peronista, Eduardo Varela
Cid, quien afirmó que el Juez XXXIII Penal "estaba ligado al narcotráfico" .

El Canciller argentino, Domingo Cavallo, el 11 de agosto, descartó cualquier maniobra de


extradición para Rapanelli y exaltó que en Venezuela los poderes estaban plenamente
divididos, por lo que el Presidente Carlos Andrés Pérez no podía interferir en la
administración de justicia.

Volviendo a Caracas, el 21 de agosto, el Magistrado Enrique Sánchez Falcón, miembro del


Tribunal Superior de Salvaguarda y ponente en el caso de Nicomedes Zuloaga planteó
inhibirse de emitir criterio, "porque me siento injuriado por las expresiones de sus
defensores" .

- He sido injuriado, he sido difamado. Se me ha dicho que estoy en connivencia con algunas
otras personas para dictar una decisión que no es la que ellos esperan. He tenido entrevistas
bastante fuertes con los abogados de Zuloaga, las cuales no se corresponden con lo que
debe ser una relación jurídica...

En la misma rueda de prensa, donde además estaban los otros dos integrantes del máximo
Tribunal de Salvaguarda, Silvestre Ortiz Bucarán y Carmen Alaide Mazzarri, se informó
que habían confirmado los autos de detención a los ciudadanos chinos Ho Fuk Wing y Ho
Fuk Shuk y con la misma se le dictó autos de detención a los funcionarios de la aduana
Marítima del Puerto de La Guaira: José Ignacio Alvarez, Félix Sánchez Sánchez, Mireya
del Valle Martínez de Guarino, y Lilian Josefina Escobar Ceballos, por el delito de
expedición indebida de documentos, en el mismo expediente de las empresas fantasmas de
los chinos.

Pero, por otra parte, se revocaron los autos de detención a los empleados del Banco Italo:
Lola Consuelo Ardila Vezga, Ana Gioconda Gil Balza, Pablo Antonio Mata Cedeño y
Angelo Tiso Meola, junto al de Nina Giovanna Calazza, empleada de la verificadora
Société Générale Surveillance, en tanto que los delitos de peculado culposo y falso
testimonio no estaban plenamente comprobados en el expediente instruido por el Juez La
Riva. Todos estos personajes estaban presos desde el mes de mayo de 1989.

El mismo día se conoció que le fueron dictados autos de detención, confirmando al


XXXVII Penal, a Francisco Elías Moya, José Ruiz López y a José Nicomedes Molina
Utrera, también por expedición indebida de documentos y aprovechamiento de fondos
públicos en importación de vacas.

Ya para el 5 de octubre de 1989, el Juez La Riva, reducido su ámbito de competencias


solamente al Sector Alimentos, ordenó investigar a los importadores de maíz y sorgo, donde
figuraba nuevamente la empresa Gramoven.

Pero el mismo día el Tribunal Superior de Salvaguarda revocó el auto de detención al


empresario Nicomedes Zuloaga quien tras 132 días detenido en el retén de El Junquito,
volvió a recobrar su libertad. Sus primeras palabras fueron: "demandaré a La Riva" .

- Yo pienso todavía que los culpables deben ser castigados. Por ahora queda demostrado
como se han manipulado los expedientes y es reivindicado el nombre de Nicomedes
Zuloaga.

Pero en el otro lado de la ciudad, el Juez La Riva, nuevamente desanimado, ripostó:

- El caso Recadi está como el mamón macho que florea, pero no carga. Estoy decepcionado
porque aquí no se puede ser Juez. Las presiones son demasiadas y persistentes. Pienso que
los miembros del Tribunal Superior tendrán que tomarse un calmante para poder dormir
tranquilos. Yo, por mi parte, tengo mi conciencia tranquila, aunque me duela admitir que el
caso Recadi penalmente está muerto.

Al día siguiente, el 6 de octubre, los integrantes del Superior oficiaron al XXXVII Penal y
le notificaron que le revocaban su competencia para seguir conociendo del expediente del
Sector Alimentos. Fue pasado, el mismo, al Tribunal XXVI, a cargo del magistrado Braulio
Sánchez. No se sabe si fue por la calentera que agarró, pero lo cierto es que Luis Guillermo
La Riva fue operado de una afección intestinal ligada con una amibiásis, al día siguiente de
producirse la liberación de Nicomedes Zuloaga. Pero la ofensiva de los abogados del Amo
del Valle no se detuvo con motivo de hacerse efectiva la libreta de excarcelación. Uno de
éstos, Ramón Rangel Mantilla (sobrino del ex-ministro de Agricultura y Cría de Lusinchi,
Wenceslao Mantilla) anunció por prensa que iba a denunciar al senador de su mismo
partido Acción Democrática, Angel Reinaldo Ortega, ante el Tribunal de Etica de AD.
Ortega, como ya dijimos, coordinó la investigación contra los molineros desde la Comisión
de Economía del Senado.

En el interín, el Presidente Carlos Andrés Pérez viajó a Buenos Aires a reunirse con su
colega Carlos Menem. Desde allá las agencias internacionales recogieron las palabras
dichas por el Primer Magistrado Nacional a los periodistas locales, en el sentido de que el
Ministro de Economía, Néstor Mario Rapanelli, había sido absuelto también. El Tribunal
Superior de Salvaguarda se vio obligado a reafirmar en Caracas que esta causa todavía
estaba sin concluir. CAP, a su regreso aclaró que él no había dicho que Rapanelli había sido
exhonerado de responsabilidad.
El 16 de diciembre todas las agencias internacionales dieron cuenta de que el Ministro de
Economía de Argentina, Néstor Mario Rapanelli, fue excluido del gabinete y sustituido por
Antonio Ermán González.

La versión de la agencia AP presentó el tema así: "El gobierno argentino, en un esfuerzo


por restaurar la confianza en su deteriorado programa económico, anunció una
reestructura del gabinete, que incluye el alejamiento del cuestionado ministro de
Economía, Néstor Mario Rapanelli. La suerte de Rapanelli quedó sellada como secuela de
una delicada crisis que provocó la abrupta caída del austral con relación al dólar, en un
54 por ciento en tan sólo cinco días" .

Previamente en Caracas, el presidente de la Comisión Especial del Congreso que investigó


el Caso Recadi, hizo público el informe preliminar y en éste, se señaló lo siguiente con
respecto al Sector Alimentos:

- Suponemos una estrecha relación entre el importador y el proveedor extranjero, que en


todo caso propiciaba la sobrefacturación, con el concurso o la negligencia de los
funcionarios encargados de aprobar las sumas solicitadas, al no verificar los precios
unitarios a través de consultas en las bolsas de cereales ubicadas en Buenos Aires, Chicago,
Minneapolis, Kansas City, etc. Esta falta de verificación de los precios internacionales de
los insumos del Sector Alimentos, propició que se otorgaran grandes sumas de divisas sin
verdaderos controles, auspiciándose así las transferencias de ganancias al exterior, en
detrimento del Estado venezolano.

En el interrogatorio al que fue sometido Néstor Mario Rapanelli en Caracas por los agentes
de Inteligencia y Resguardo Nacional de las Fuerzas Armadas, a partir de las cuatro de la
tarde del 2 de septiembre de 1987, recogido en uno de los dos documentos en los que el
Juez La Riva basó la decisión contra los molineros, se lee lo siguiente:

- En respuesta a la pregunta de cómo explica que en el embarque del vapor Atlantic Hero,
que de acuerdo al boletín de Analysis del Thionville Laboratories Corporation, presentó una
proteína de 14,1 por ciento y Gramoven, en la orden de compra solicitó un trigo con
mínimo de 14 por ciento y en el formulario de Molienda Experimental realizado en los
laboratorios de la empresa Gramoven se aprecia una proteína de 13,2 por ciento:
(Rapanelli), manifestó que ignora situaciones tan particulares como las referidas a ese
barco... (Rapanelli) no tuvo explicación para explicar la disparidad de los datos.

Más recientemente, a propósito de los autos de detención a los ex-funcionarios del gobierno
de Jaime Lusinchi, el juez Braulio Sánchez, XXVI Penal, reveló como nuevo Instructor
Especial del expediente del Sector alimentos, que había abierto nuevas averiguaciones
contra las empresas: Agropecuaria Los Cueros, La Laguna, Inversiones Gussi y
Agropecuaria Gussi (22-2-1990).

Las ensambladoras de dólares

Desde mayo de 1989 el Juez Instructor del caso, Luis Guillermo La


Riva López, comenzó a investigar a todas las ensambladoras de
automóviles, sector que consumió el más alto nivel de divisas
preferenciales. Aproximadamente unos 6.000 millones de dólares,
según el Diputado Leonardo Montiel Ortega. Aunque el Presidente de la Cámara
Automotriz de Venezuela, Germán Pérez Díaz, aseguró que la cifra estaba en el orden de
los 3.716 millones de dólares, consumidos por los afiliados: Toyota, Fiat, Ford, General
Motors, Renault, Mack, Jeep y Cif-Diasa.

El grueso del expediente sectorial en manos de La Riva estuvo sustentado en el hecho de


que el comportamiento operativo de las ensambladoras en los últimos años, supuestamente
no correspondía, en principio, con el sacrificio fiscal -entiéndase aprobación de divisas
preferenciales- que el Estado Venezolano hizo por la industria importadora de partes y
repuestos.

Pero, ¿en qué se basaron las diversas denuncias que reposaban en el XXXVII Penal? El
Magistrado Luis Guillermo La Riva tenía en sus manos tres tipos de documentos.

1) Los referidos a una presunta sobrefacturación global en el sector por el orden los 125
millones de dólares.

2) Los que advertían sobre una supuesta posibilidad de que las empresas ensambladoras no
hubieran cumplido exactamente con el programa de unidades de exportación sustentado en
la importación de CKD (armazones) con dólares preferenciales.

3) Los que referían en torno a una posible falta de correspondencia entre la política
automotriz, con el esfuerzo fiscal del Estado y la escasez de repuestos, la ausencia de
unidades producidas suficientes para cubrir el mercado y el aumento desbordado de los
precios de los automóviles.

El otro aspecto que quería clarificar el Juez La Riva fue el concerniente a un conjunto de
datos que apuntaban a los funcionarios que, desde el Banco Central de Venezuela,
manejaban directamente la entrega de divisas a las empresas ensambladoras. Algunos de
éstos renunciaron y otros fueron despedidos del Instituto Emisor con prestaciones dobles,
casualmente. Pero el conjunto dependió de la Gerencia de Administración Cambiaria, al
frente de la cual estuvo Carlos Hernández Delfino, funcionario denunciado por el diputado
de Ora, Jorge León Díaz.

El caso sectorial comenzó a tomar calor cuando el Juez, el 26 de abril prohibió salir del país
a Joseph W. O´Neill, presidente de Ford; John Werner, presidente anterior de Argenis
Gamboa de la General Motors; Carlos Siso Paván, presidente de Tocars; y Bernardo Brum,
gerente general de Fiat.

Un día después Cavenez publicó un remitido en todos los periódicos de circulación nacional
donde se afirmó que "las empresas ensambladoras afiliadas a esta Cámara, operan en
Venezuela desde hace más de dos décadas, con cuantiosas inversiones y sus transacciones
de importación han estado siempre bajo la más rigurosa supervisión de los organismos
gubernamentales, desde mucho antes de que fuese decretado el Régimen de Cambios
Diferenciales (Recadi). En ningún caso se trata de negocios establecidos con el objeto de
beneficiarse, indebidamente, de los mecanismos cambiarios... Queremos manifestar nuestra
preocupación por el manejo precipitado e indiscriminado que pudiera darse a esta
situación, lo cual perjudicaría la imagen de seriedad de las empresas integrantes de esta
Cámara y de las personas que las dirigen" .

- Los dólares preferenciales que se dieron a la industria -declaró el 22 de mayo Germán


Pérez Díaz en el Tribunal XXXVII Penal- fueron para favorecer a los consumidores. Los
precios y su estructura están bien claras, las tiene el Ministerio de Fomento.

El sábado 3 de junio se corrió la bola de que La Riva iba a dictar autos de detención a
directivos y ejecutivos importantes de todas las empresas automotrices. Ello no ocurrió.

El Diputado Leonardo Montiel Ortega se apareció muy temprano en la mañana del martes 6
de junio en la Policía Técnica Judicial, donde el Juez estuvo varios meses despachando por
la huelga de los trabajadores tribunalicios, consignando un documento donde rebatió las
cifras de Cavenez.

- El congreso también es culpable de no haber tomado en cuenta mis denuncias del 7 de


mayo de 1986, cuando reclamamos y denunciamos que Recadi era un foco de corrupción y
todavía se podía corregir. Escribí a Lusinchi poniéndole una ley contra los ilícitos
cambiarios. Las ensambladoras, que recibieron más de 6.000 millones de dólares
preferenciales no le pagaron un centavo de impuesto sobre la renta al Estado.
Una vez más, el 12 de junio, La Riva renovó la prohibición de salida del país a los jefes de
las compañías automotrices, pero específicamente a los presidentes de Ford, General
Motors y Tocars, Cornelio Koreman, Argenis Gamboa (ex-presidente de Sidor y de la
Corporación Venezolana de Guayana en el anterior gobierno de Carlos Andrés Pérez) y
Alfredo Behrens Dala Costa.

El Diputado Carlos Tablante denunció a la empresa Tocars por haber sido favorecida con la
entrega de dólares preferenciales, en detrimento de las demás ensambladoras.

El caso involucró a Héctor Meneses, ex-ministro de Fomento; Eduardo Rafael Behrens


Linares (director de operaciones de Recadi); Ana Teresa Herrera Balduz, directora de
Recadi, por tráfico de influencia.

Alfredo Behrens Reverón, director de la empresa Tocars-Toyota luego de aclarar que nada
tenía que ver familiarmente con el legendario Eduardo Rafael Behrens Linares (de quien
nunca se supo si había sido Director de Operaciones o Director General de Recadi, o ambas
cosas a la vez), precisó el 14 de junio que Tocars estaba obligada "a actuar de manera
transparente frente al país" , porque era la única cien por ciento venezolana.

Guillermo Zuloaga, primo-hermano de Nicomedes Zuloaga y vicepresidente de ARS


Publicidad a quien habíamos conocido en el pasado reciente, agencia que llevaba la cuenta
promocional de Toyota, propició un encuentro entre Alfredo (Boro) Behrens Reverón y este
redactor en su oficina. Allí escuchamos una larga presentación del ejecutivo de Tocars en la
cual rebatió, desde su punto de vista, la denuncia interpuesta por Tablante en su contra.

Se argumentó que la acción no tenía fundamento, porque la conformidad de importación


número 1724-055411 del 25 de noviembre de 1984, autorizada por Héctor Meneses y cuyo
monto ascendió a 8 millones de dólares preferenciales, sí fue descontada del presupuesto de
divisas correspondiente a 1987. El punto de discordia fue ése: había sido o no descontado el
adelanto que se convino con las ensambladoras en general.

Tablante, por su parte, señaló varias veces que no había ningún papel oficial en Hacienda o
Recadi que dijera que el descuento por anticipo se hubiera efectuado.

El Presidente de General Motors, Argenis Gamboa, acudió a declarar ante La Riva el 21 de


junio. Antes lo hizo por haber sido presidente de Jeep de Venezuela.

El jueves 3 de julio, el Juez La Riva dictó auto de detención a los directivos de Ford:
Cornelio Koreman, José Bisogno, Emmanuel Cassigena y Alfredo Guadarrama, ya había
abandonado el país. Estaban en Aruba y Curazao.

Desde la ensambladora, ubicada en Valencia, el 5 de julio se emitió un comunicado, donde


se expresó que "la Ford no puede hacer comentarios sobre el contenido de la decisión
judicial del Juez Luis Guillermo La Riva, contra directivos de la empresa... En todo caso
las cuentas de la Ford están completamente claras. Naturalmente que los resultados exigen
una explicación judicial, la cual hasta el momento desconocemos. Ford Asumirá la defensa
responsable y sin duda alguna, la situación será aclarada por cuanto nada tiene que temer
y ocultar" .

Como después el Juez la Riva cayó en desgracia por el caso de Nicomedes Zuloaga, a partir
del 17 de julio el Juez XXVIII, Efraín Medina, se encargó de todos los expedientes
industriales, menos laboratorios y medicinas. Nunca se supo que tomara alguna decisión
que profundizara esa del Juez La Riva.

En el informe preliminar entregado por el diputado Douglas Dáger al Congreso, al abordar


el sector automotor se señala lo que a continuación revelamos:

- Durante el desarrollo de las actividades de revisión y análisis se pudo determinar la


existencia de facturas por concepto de adquisición de material de Ensamble Importador
(MEI) procedente de Canadá, Estados Unidos, Brasil, que incluyen gastos denominados:
logística de importación, fletes internos o cargos por manejo, conceptos éstos extraños a los
previamente solicitados y convenidos en las órdenes de compra emitidas por la empresa y
que sirvieron de base a Recadi para expedir las correspondientes conformidades de
importación. Asimismo, constituyeron el elemento para establecer el parámetro limitativo
entre el valor FOB, el número de unidades objeto de importación y las demás condiciones
establecidas para cada caso en particular. Consecuencialmente, los precios unitarios
resultaron alterados e incrementados en la misma medida en que las divisas otorgadas
fueron utilizadas para atender gastos que se encontraban incluidos en el valor FOB de la
mercancía... todo lo cual configuraría un sobreprecio, resultante de importar realmente una
cantidad menor de material CKD en contraposición a los volúmenes que indicaban en la
cotización o factura pro-forma.

Las vacas del exterminio

En enero de 1985, el Presidente de Los Estados Unidos, Ronald Reagan, aprobó al


Departamento de Agricultura (USDA) el Termination Program (Programa de Exterminio)
de 1 millón de vacas holstein. La finalidad no fue otra que eliminar, mediante una
programación precisa, un severo problema de sobreproducción lechera.

El interés del gobierno norteamericano era tan urgente que, incluso, instituyó un subsidio
especial de compensación para que los ganaderos de los 56 Estados de la Unión salieran
rápidamente del número de cabezas de ganado antes señalado: 1 millón de la especie
holstein.

El destino fundamental del programa de exterminio era México. De tal manera que de todas
partes de los Estados Unidos se enviarían lotes de animales al Estado de Florida,
específicamente a Miami, desde donde saldrían a su destino por vía aérea y marítima.

En Florida, el profesor Dave E. Bruch, asistente del Area Veterinaria del Departamento de
Agricultura de este Estado se encargó de los procedimientos de importación interna y de
exportación global. Así las cosas, Bruch diseñó un formato denominado "Certificado de
Declaración" , cuyo texto fue el siguiente: "las vacas lecheras anotadas en esta lista de
certificado son parte del Programa de Terminación de Leche del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos de Norteamérica. El objetivo del programa es reducir el
número total del ganado lechero en los Estados Unidos, para contrapesar la
superproducción de Leche" .

El referido procedimiento comenzó de inmediato y los ganaderos norteamericanos -frente al


atractivo del incentivo establecido- no vacilaron en salir, primero, del ganado holstein más
viejo y deteriorado. Así como el destino fundamental del programa era México, Venezuela
no estaba contemplada en el mismo.

De acuerdo con la documentación suministrada por el Diputado del MAS, Orlando


Fernández, a propósito de un viaje a Miami, "muchas de estas vacas holstein fueron
compradas en subastas y rodeos en el Estado de Florida, para ser embarcadas hacia
México, pero fueron, a su vez, desviadas a Venezuela vía Panamá."

Los precios de venta oscilaron, en promedio, entre 30, 40, 50 y 60 centavos de dólares por
cada libra de peso del animal.

El Diputado Fernández entregó a este redactor una copia del acta firmada por él, por
Gerardo T. Thielen, Cónsul de Segunda Autorizado por el Cónsul General de Venezuela en
Miami; y por Anelo Segundo Espinoza (el mismo que hizo la investigación inicial de las
empresas de la Corporación Venezolana de Guayana), Segundo Vicecónsul y Delegado
Especial del Cuerpo Técnico de Policía Judicial; donde se recoge un resumen de las
conversaciones sostenidas por este equipo investigador con el profesor Dave E. Bruch,
coordinador del programa de exterminio.
La plática con el profesor Bruch se realizó, fundamentalmente, el 19 de mayo de 1989. El
acta señaló que el grupo se trasladó "a varias partes de la ciudad a indagar sobre la
exportación de ganado hacia Venezuela" .

Más adelante, el documento reseña que "la primera visita se efectuó al señor Julio Suárez,
de la compañía "Suárez Shipping Services Inc." ... En dicha entrevista, el señor Suárez
manifestó que tenía poca información, pues solamente se limitaba a recibir bienes a ser
importados, por lo tanto no podía hablar de precios ni de otros particulares" .

El aparte continúa destacando que "nos refirió al doctor Dave E. Bruch, quien es el
asistente al jefe del Departamento de Agricultura... Con el doctor Bruch indagamos sobre
los Certificados de Exportación de Ganado a Venezuela que reposan en dicho despacho. El
doctor Bruch nos hizo entrega de algunas copias de certificados de inspección de
animales..."

La información señaló que "Bruch nos indicó que el gobierno tomó una determinación hace
cuatro o cinco años, de establecer un programa de eliminación de 1 millón de cabezas de
ganado lechero para nivelar la sobreproducción existente para ese momento. En
confirmación de esto, el doctor Bruch nos entregó una copia de la planilla hecha por él
mismo en 1986, en nombre del Departamento de Agricultura. En cuanto a los precios,
indicó que ese departamento no tiene ese tipo de control, pero nos entregó fotocopias de
direcciones y teléfonos de algunas oficinas que nos podrían orientar al respecto" .

El grupo, en consecuencia, sostuvo reuniones con los siguientes organismos: The American
Shorthorn Association ("en dicha asociación informaron que su ganado solamente se
vendía en subastas" ); The Holstein-Friesan Association of America ("donde nos
informaron que los precios de su ganado dependen de antecedentes, certificación y
producción de los padres del animal" ). Se conversó con el director de servicios
internacionales de dicha asociación, quien señaló que Venezuela no estaba incluida entre
los países a los cuales se podía exportar el ganado del programa. Dejó abierta la posibilidad
de que se hubiera podido exportar a Venezuela ganado destinado al sacrificio con un precio
entre 50 y 70 centavos de dólar la libra.

Igualmente, el equipo sostuvo un encuentro con el Departamento de Flora y Cultivos de los


Estados Unidos, desde donde se comprometió el envío posterior de una lista de precios de
referencia de ganado holstein de los años 1986, 1987 y 1988, "el cual se remitiría a la
Comisión del Congreso, una vez que lo reciba el Consulado General de Venezuela en
Miami" .

Por último, el acta en cuestión reveló que "se recomienda solicitar al Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos, a través de la Embajada de Venezuela en Washington,
los precios de referencia de venta de ganado que este organismo subsidió para sacrificio
dentro del referido programa, pues dichos datos se encontrarían diseminados en cada
oficina que aprobó solicitudes de inclusión que presentaron los ganaderos" .

El profesor Dave E. Bruch entregó al Diputado Orlando Fernández y a los funcionarios


consulares venezolanos, la siguiente lista de Certificados de Inspección de Animales para la
Exportación, en la cual destaca que de un total de 5.747 vacas holstein importadas desde
Venezuela con dólares preferenciales autorizados por Recadi, Carlos Rumbos, ex-
presidente de la quebrada e intervenida Sociedad financiera de los Andrés, Finandes, y
exgobernador durante el gobierno de Lusinchi del Estado Cojedes; y Alejandro Trías,
presidente cuestionado de la Asociación de Ganaderos del Estado Anzoátegui y financista y
protegido político de Luis Alfaro Ucero, secretario nacional de organización de AD,
controlaron la importación de 3.001 cabezas de este tipo de ganado.

1) Nº 76809, exportado por International Supplies Limited Inc. Y consignado a Inversiones


Guanarito, ubicada en Guanarito (490 vacas holstein del Estado de Florida).
2) Nº 76805, exportador por Agro System Inc. Y consignado a la Asociación Regional de
Ganaderos del Estado Anzoátegui (Argea, presidida por Alejandro Trías, quien tenía
prohibición de salida del país dictada por el Juez la Riva). En este caso se trató de 481 vacas
holstein del Estado de Florida.

3) Nº 82002, exportado por North West Cal Farm y consignado a Carlos Rumbos, para la
empresa Inversiones Agropecuarios en Valera (1.182 vacas holstein).

4) Nº 76819, exportado por International Supplies Unlimited y consignado a Pablo Sánchez


González, en El Tigre, (559 vacas holstein).

5) Nº 76803, exportado por Agrotech International y consignado a Inversiones Lucerito en


el Estado Barinas (409 vacas holstein del Estado de Florida).

6) Nº 98221, exportado por North West Cal Farm y consignado a Carlos Rumbos, a la
misma Inversiones Agropecuarias C.A. de Valera (1.338 vacas holstein del Estado de
Iowa).

7) Nº 76813, exportado por Agro Systems of America y consignado a Pedro Pérez en


Tucacas, Estado Carabobo (?) (385 vacas holstein).

8) Nº 76810, exportado por Frezo International Trading Corp/Brown Swiss Enterprises Inc.
Y consignado a Agropecuaria Mi Futuro en Barinitas (51 vacas holstein).

9) Nº 76761, exportado por Agro Systems of America, y consignado a Germán Urdaneta


Rincón en San Cristóbal (100 vacas holstein).

10) Nº 76765, exportado por International Suppliers Unlimited Inc. Y consignado a


Agropecuaria Tibisay (300 vacas holstein).

El 3 de abril, desde La Agenda de Recadi, se hizo la primera denuncia con respecto a la


importación de vaquillas con divisas preferenciales. En esta nota titulada "Tengo mi vaca
lechera" , firmada por nuestro compañero Fabricio Ojeda, se empezó a informar el mal
estado de salud en el que se encontraban los animales holstein destinados al programa de
exterminio y que vinieron a dar a Venezuela.

El viernes 29 de abril se corroboró que al país habían ingresado unas 150.000 vacas y
vaquillas holstein y friesan de raza lechera que, a un costo unitario promedio, de 1.750
dólares cada una, arrojaban la importante cifra de unos 265 millones de dólares
preferenciales.

Una primera clave importante en este caso fue la inspección ordenada por los Diputados
Orlando Fernández (MAS) y Edgar Mora (COPEI) en la empresa Aseguradora Nacional
Agrícola, adscrita al Ministerio de Agricultura y Cría, por intermedio del Instituto de
Crédito Agropecuario (ICAP) y del Fondo de Crédito Agropecuario (FCA).

Aparte del ganado proveniente de Estados Unidos, también Venezuela se inundó de


becerros enfermos traídos de Canadá y Nueva Zelandia, donde los gobiernos de estos dos
últimos países también iniciaron programas de limpieza de rebaños que contaminaron los
nuestros con enfermedades neumónicas y digestivas.

Ya para el 30 de abril el Juez Instructor la Riva había dictado auto de detención al ganadero
Antonio José Grimaldi. Algunos colegas de éste, Juan Semidey, Julio Girón, Eddy Perroni,
Omar Rivas, Oswaldo Correa, julio Vhalis y Mireya Ferrer, todos hacendados de
Tumeremo, denunciaron que más del 50 por ciento de los animales comprados a Grimaldi
habían fallecido por inadaptación e infertilidad, con problemas, además, para cobrar los
consiguientes seguros sobre ventas efectuadas por encima de los 17.000 bolívares por
animal.
El jueves 4 de mayo reaccionó Alejandro Trías Rojas desde Barcelona, en Anzoátegui.

- Orlando Fernández se hubiera podido evitar toda esa molestia si en alguna oportunidad se
le hubiera ocurrido visitarme o haberme invitado a que lo viera personalmente, en Caracas,
o con una simple llamada telefónica. Yo estoy dispuesto a ir a cualquier tribunal y al
Congreso, si así lo creen conveniente, pues nada tengo que ocultarle al país. Pero lo que
siempre me pregunto es por qué se empeña tanto conmigo y no dice nada de Luben Petkoff
(legendario jefe guerrillero del pasado) y de las novillas importadas de Cuba. Eso también
es interesantísimo saberlo...

Así como los recientes brotes epidémicos de dengue, estalla una cadena de denuncias por
venta con sobreprecio de vacas holstein, friesan y sahiwall, por parte de ganaderos de Zulia,
Táchira, Barinas, Bolívar, Anzoátegui, Monagas, Falcón, Mérida, Guárico y Apure.

El diputado Edgard Mora de Copei denunció, por intermedio de La Agenda Secreta de


Recadi, el 13 de mayo de 1989, a la firma importadora de ganado B. Venca S.A., de Nicolás
Bauman. Concretamente, que "existen pruebas suficientes para inferir la existencia de un
gran fraude, amparado por funcionarios del Ministerio de Agricultura y Cría" .

- El primer cargamento de vaquillas importadas por la empresa llegó al puerto de Maracaibo


el 1 de agosto de 1986, procedente de Nueva Zelandia. Fueron vendidas por la firma
Agricultur Exports LTD y embarcadas en el puerto de Cambridge. 1.200 animales mueren
en la travesía y el resto, otros 1.200, llegan enfermo sy fueron llevados a pastar a una finca
ubicada en las afueras de Bailadores y Pregonero, en la frontera entre los Estados Mérida y
Táchira.

Según Mora, "B. Venca S.A., pese a la situación, continúa los contactos con los ganaderos
en procura de los registros de capacidad de sustentación de las fincas, documento primario
par lograr las conformidades de importación con dólares preferenciales de Recadi" .

Otro embarque llegó los días 20 y 21 de abril de 1987, procedente de Nueva Zelandia, y así
fueron llegando hasta completar seis embarques, que en total sumaron unas 10.000 cabezas
de ganado.

El mismo Diputado denunció el 23 de junio a otra empresa de Bauman, llamada Sematec, y,


posteriormente a la firma Agro-Trasandina, integrada por Pedro Mora y Guillermo Nieves
(este fue el ganadero asesinado en el oriente del país, cuyo caso estaba en manos de la PTJ).

- Nicolás Bauman -señaló el diputado Edgard Mora- fue en Occidente, lo que representó
Alejandro Trías Rojas en el Oriente del país.

Mientras esto ocurría en el campo de las denuncias, también se pudo constatar por una
declaración del médico veterinario Pedro Casanova Ostos, ex-director de Sanidad Animal
del MAC que hubo malversación de semen de toros americanos, producto de alto valor
energético, el cual se trajo a Venezuela en recipientes que lo que contenían era "nitrógeno
líquido" .

Entre 1986 y 1988, la Comisión de Importaciones aprobó erogaciones del orden de los 16
millones de dólares, para la importación de 1.601.162 pajuelas de semen. Pero ingresaron al
país 3.202 termos por un valor de 46,5 millones de dólares preferenciales, es decir tres
veces más del cupo oficial asignado.

El 3 de julio, Carlos Tablante, asesorado por el abogado Alberto Quintero, acudió una vez
más al Tribunal Superior de Salvaguarda, y denunció a Sinbrand José Cárdenas Rubio, ex-
director General Sectorial de Desarrollo Ganadero del MAC; Alfonso Rivas Encinozo, ex-
director de Política y Mercadeo; y a Jesús Alberto Román Pernía, ex-director General de
Desarrollo Agrícola; por haber autorizado un total de 5 millones 26 mil 148 dólares
preferenciales a las empresas fantasmas Distribuidora Nueva Zelandia y Maquinarias
Europa, para la importación de ganado y maquinaria agrícola en general.
El 18 de agosto, el ex-ministro de Agricultura y Cría, Wenceslao Mantilla (tío del abogado
Nicomedes Zuloaga, Ramón Rangel Mantilla, quien denunció al senador Angel Reinaldo
Ortega, el que adelantó la primera investigación a los molineros) fue citado al Superior de
Salvaguarda para declarar en el caso de la importación de vaquillas. A la salida del
interrogatorio dijo a los periodistas:

- Yo Traje la información de cómo era el mecanismo de la importación, que estaba


destinada a disminuir la dependencia del exterior y la importación de leche en polvo,
aumentar la producción de leche nacional y mejorar la cría nacional por la vía de la
importación de vientres puros y mestizos.. Creo realmente que se han llegado a unos
excesos que me parecen poco cónsonos con lo que el país quiere y con lo que el país
necesita, porque están presentándonos como si todo el país fuera de bandoleros. En los
cardúmenes de bagres, se dan sardinas -remató emulando un refrán de Luis Herrera
Campíns.

Pero el 13 de octubre se conoció que el Juez XL Penal, Francisco Caracciolo Lamus,


consideró que en la importación de vaquillas no había delito alguno, por lo que el
expediente abierto a propósito de la detención de Antonio (Tony) Canavés, entre otros
elementos, ocurrida el 11 de abril en Maiquetía, una vez deportado por las autoridades de
Estados Unidos, quedó sepultado para la historia.

Como empresario y al margen de la famosa fiesta de los caimancitos, Canavés también


recibió 14,5 millones de dólares preferenciales para la importación de novillas desde las
empresas: Agroindustrial Timotes, Agropecuaria Hato La soledad, Agropecuaria Hato
Santiago, Agropecuaria Los Araguaneyes, Almacenadora Intefica, Consorcio de
Inversiones Canebai, Intefica Agroindustrial, Magutrading. Trajo 1.250 animales, según lo
consignó en un escrito el Consejal del MAS en Monagas, Mauro Marcano.

El 14 de julio de 1989, el Juez VI Penal, Jorge Rosell, revocó el auto de detención que
pesaba sobre Canavés por comercio ilícito de drogas, pero le dejó prohibición de salida del
país por el caso Recadi.

A lo largo de nuestra investigación sobre la importación de ganado quedó claramente


establecido que "la centrífuga de las cuatro patas" operó cuando muy pocos venezolanos,
algunos están mencionados aquí otros seguramente que no, negociaron con todas las
Asociaciones de Ganaderos del país y sus afiliados la capacidad de sustentación de muchas
fincas, para lo cual cancelaron bolívares a los incautos, pero solicitaron dólares
preferenciales para importar animales enfermos y a más bajo costo. Esto les permitió
reciclar la inversión en bolívares, incumplir con los ganaderos en muchos casos, y convertir
a Venezuela en un verdadero cementerio de vacas holstein, friesan y sahiwall, muchas de
las cuales, enfermas, nos la comimos o nos tomamos su leche. Cantidad de ganaderos
perdieron sus reales porque, cuando llegaron los animales a los Puertos de Venezuela los
mejorcitos fueron rematados en la propia Aduana, como por ejemplo en la de Guanta.

El informe del Diputado Douglas Dáger, en torno a este punto concluye lo siguiente: "Faltó
control por parte del Ministerio de Agricultura y Cría en la no verificación de los precios
reales de las novillas y permitió la importación indiscriminada de semovientes, sin
selección adecuada respecto a la procedencia y raza de los animales, que se
correspondiera con las verdaderas necesidades de los climas tropicales como el nuestro.
Fue así como nuestro país se convirtió en el más grande cementerio de ganado holstein del
Mundo" .

Hay otros dos aspectos dignos de destacar. El primero, que la denominada política
del "Milagro Agrícola" , basada en las importaciones indiscriminadas para el sector
agropecuario, ciertamente tuvo como resultado la superproducción agrícola que creó un
problema contrario al interés de la política, pero en cuanto a los efectos en el campo de la
leche, en el período de su ejecución, fue cuando más leche en polvo se importó, puesto que
el cometido de mejorar el rebaño nacional nunca fue posible por la mortandad animal
descrita.

El otro punto fue que Recadi aceptó que se rompiera la tramitación unipersonal de los
ganaderos al solicitar sus conformidades de Importación. De modo que en el lapso de
mayor desbordamiento en la entrega de las divisas preferenciales (1986 a 1988) fue cuando
unos pocos negociaron la capacidad de sustentación de muchos que creyeron que iban a
descansar de las tramitaciones burocráticas, pero también fueron engañados. Cuando
comenzamos a sacar el tema de las vacas, fue impresionante el cúmulo de llamadas que
recibimos en El Nacional de parte de muchos ganaderos que se sentían estafados.

Atrás quedaron los autos de detención del Juez XXXVIIU Penal, Luis Guillermo la Riva, en
contra del veterinario Francisco Elías Moya; del ingeniero agrónomo William José Ruiz
López; y del militar retirado José Nicomedes Molina Utrera. El mismo juez se inhibió en el
expediente de Alejandro Trías, porque era su amigo personal del Oriente del país, y el caso
pasó a manos del Juez XXI Penal, Cristóbal Ramírez Colmenares, mezclándose con la
denominada Conexión Francesa Ugape, cuyos detalles los veremos debajo del próximo
intertítulo.

La conexión francesa

El primer indicio que sacó a colación al denominado Consorcio Capricornio, constituido


por los franceses Gerard Debasee y Cristian Lachaise Mury, se publicó en La Agenda
Secreta del 21 de abril de 1989: "Se constituyeron con 750.000 y recibieron más de 47
millones de dólares preferenciales para la importación de maquinaria agrícola, en
sociedad con cinco inversoras y otras diez empresas agropecuarias, desconocidas hasta ese
momento."

Se trató del caso especial del diputado del MAS, Orlando Fernández, miembro de la
subcomisión del Sector Agropecuario de la comisión Especial del Congreso.

Este primer indicador apuntó a otro desfalco millonario, relacionado con la retención en
Paraguaná, en dos galpones ubicados en la carretera Coro-Punto Fijo, de 374 tractores
marca Zetor procedentes de Checoslovaquia y la Unión Soviética, pero embarcados hacia
Venezuela desde Francia.

Fueron recibidos en la Aduana de Guanta, en el Estado Anzoátegui. Muchas de estas


máquinas cruzaron el mar a bordo de los buques Melody y Encadede, de bandera belga. Por
primera vez se mencionó al célebre fundo La Alegría.

Otro diputado, Salvador Militello de Copei, denunció que junto con la entrada ilegal de
tractores vino un contrabando millonario de cauchos, toda vez que los Zetor originales
fueron modificados estructuralmente para incorporales dos juegos de cauchos en el tren
trasero. Ya la cantidad de tractores estaba perfectamente identificada; 598 unidades
importadas por la Asociación de Ganaderos del Estado Anzoátegui, presidida por Alejandro
Trías Rojas. De manera que los encontrados en Falcón fueron parte de un lote mayor.

El otro aspecto a resaltar es que en la valoración y liquidación de derechos aduanales


operada en la aduana de Guanta, se concertó un arreglo entre funcionarios e importadores,
tras la finalidad de liberar los tractores y no cancelar una multa grande por la anormalidad
detectada por el interventor Juan Méndez.

Trías Rojas, a quien a lo largo de la investigación se le colocó como financista y amigo de


Luis Alfaro Ucero, Secretario Nacional de Organización de Acción Democrática, interpuso
ante el General Jesús Vargas Chirinos, Director de Aduanas de Hacienda, una solicitud de
gracia, donde alegó: "no existió intención dolosa por parte de Argea en la importación de
tractores agrícolas sobre ruedas" .
- La decisión de la Dirección de Aduanas - resaltó Salvador Militello en nuestras oficinas -
fue la de anular la multa impuesta por los interventores, mediante la escueta comunicación
enviada por Vargas Chirinos, el 5 de Agosto de 1988... "no se aprecia de autos la
concurrencia de circunstancias que demuestre intención dolosa por parte de la
contraventora (ARGEA), institución privada sin fines de lucro y cuyo objetivo principal es
propiciar el desarrollo socioeconómico de los pequeños y medianos productores del
campo, interés tutelado por el Estado..." Demás está decir que el interventor Juan Méndez
fue destituido del cargo, a raíz de su actuación en este caso.

Fabricio Ojeda dio un parte en La Agenda el 26 de abril, donde se informó que "en la
solicitud hecha por Alejandro Trías Rojas ante el Ministerio de Fomento el 25 de julio de
1987, (dirigido por Héctor Meneses) se expuso que la idea era colaborar con el desarrollo
de las regiones mencionadas (Anzoátegui, Monagas y Guárico) y enfrentar los
compromisos del Plan Trienal de la Cuenca del Unare, en el que el gobierno tiene grandes
esperanzas" .

- Los tractores se vendieron -escribió Fabricio-, como es lógico, a precios superiores a los
costos de importación. Pero lo curioso es que no se mantuvieron precios unitarios para
todos los clientes, sino que se fueron incrementando en algunos casos. Por ejemplo, el
tractor Zetor modelo 101-11 cuyo precio de importación fue 200 mil 448 bolívares, fue
vendido al productor Agustín Salcedo Hernández, a bolívares 264.631; es decir, con una
diferencia de 54.183 bolívares que representa 25 por ciento de incremento sobre el costo de
importación.

El equipo de La Agenda tuvo en sus manos cada una de las facturas de los usuarios de los
600 tractores importados, y en más del 50 por ciento ocurrieron diferencias en los precios
de venta con relación a los costos de importación.

El 27 de abril, otro periodista del equipo, Régulo Párraga, encontró suficientes elementos
que vinculaban a la Asociación dirigida por Trías Rojas con las empresas del Consorcio
Capricornio, Equipagro y Promotora San Antonio. Al parecer, la relación entre los
franceses ya mencionados y los venezolanos Adalberto Prinz, Fernando y María Elena
Almeida con Trías era por la vía del financiamiento a las actividades de Acción
Democrática y Luis Alfaro Ucero en los Estados Orientales del país.

Los 300 tractores llegados a Guanta, pero encontrados en Falcón, fueron confiscados en el
Fundo La Alegría propiedad del consorcio Capricornio. Sobre un terrero en litigio.

La red de operaciones denunciada por Fernández involucró no solamente a Argea, sino a las
asociaciones regionales de ganaderos Aproeme, Asoproha, Apragui, Aporata, Ugape,
Sogatru, y Ugani. Mientras que la centrífuga provocada por la fusión de la Promotora San
Antonio y el Consorcio Capricornio, apoyada en la Infraestructura de Argea, permitió
constituir las empresas: Desarrollo Capricornio, Panagro, APK, Interamericana Agrícola de
Venezuela, Invercosta, Plaza, Tauro, Palma Dorada, El Parque, Inveragri, Rancho Grande,
Totalagro, Globalca, Maquipeca, Praga, Almacentro, Agrorepuestos, Servicampo, Los
Alamos, El Hierro, Santa Elena, San Andrés, El Mirador, El Guachipano, Los Robles, Los
Cedros, El Apamate, Río de Oro, El Charal, El Limón, Equipagro, Agriforest, y Fundo la
Alegría.

El caso se complicó cuando el diputado Fernández, desde el Congreso, denunció el 24 de


mayo que la Dirección de Control de Empresas e Inversiones Extranjeras del Ministerio de
Energía y Minas, dirigida por Ulises Ramírez, "concedió dólares preferenciales también
para bienes de capital, adquisición de tecnología y transferencias de capital, sin que
existiera por parte de esta oficina los estudios previos necesarios para el otorgamiento de
las divisas" .

Mencionó a la empresa Inverminca, (Inversiones Mineras C.A.), constituida por los


abogados Adalberto Prinz Kurucar y María Elena Almeida el 15 de septiembre de 1988,
con un capital de 10 millones de bolívares. Pero el 22 de diciembre de 1988 comunicaron al
MEM que el francés Christian Lachaise Mury tendría la custodia de los equipos de
Inverminca.

Así las cosas, el 3 de enero de 1989, Inverminca solicitó autorización de crédito externo con
el First Chicago Financial Corporation de Miami, por 45 millones de dólares preferenciales,
para financiar un programa minero en Falcón, destinado a la producción de 4.000 metros
cúbicos, por día, de piedra picada.

Pero la empresa Inverminca trajo, ciertamente, una Trituradora, una excavadora frontal, una
niveladora de presión autopropulsada, una excavadora zancuda y una planta secadora que
jamás fueron utilizadas. E inundaron al país de tractores Zetor alterados y presentados en
forma de oruga algunos y con contrabando de cauchos otros.

El representante en Venezuela del Banco Firts Chicago Financial Corporation de Miami y


luego sustituido por el Noridib Arab Finance Corporation, era Fernando Almeida, hermano
de María Elena Almeida, socia del Adalberto Prinz y los franceses.

Orlando Fernández, antes de viajar a Miami, se reunió con el Presidente de la República,


Carlos Andrés Pérez, y de regreso consignó una copia certificada de una investigación
emprendida en Miami, por el Cónsul General de Venezuela, Benjamín Ortega Romero; y el
Cónsul de Segunda, Gerardo Thielen Graterol, donde se atestiguó que el First Chicago
Financial Corporation era un banco fantasma. "Nos trasladamos a la supuesta dirección de
la empresa, 6960 N.W. 46th Street, Miami, Florida, 33166, y pudimos constatar que la
misma estaba desocupada... En la fachada de dicha dirección existen anuncios de la
compañía International Freight Systems Inc." .

El otro supuesto representante del banco fantasma en Venezuela, Rudolf Werner, a la par de
Inverminca, había solicitado ante la misma Dirección de energía y Minas, 5 financiamiento
adicionales para las empresas Minera Las Cumbres, Inlain C.A., Naviera Táchira, Forjas
Orinoco y Astilleros del Sur, por 156 millones de dólares preferenciales.

Un empleado de Energía y Minas, William Roquet Hernández quedó directamente


involucrado en el asunto, porque había recibido varios cheques en su cuenta de la Industrial
Entidad de Ahorro y Préstamo, sucursal Parque Central, por hacer favores de
reconocimiento al banco fantasma.

Aparte de Inverminca, también quedó señalada la firma Quifoven, de los hermanos Pedro y
Dario Kovar, por la misma vía.

El 30 de abril, Orlando Fernández solicitó al Juez Cristóbal Ramírez Colmenares, decidir


medidas judiciales en contra de los socios de la llamada conexión francesa. Entre otros
elementos, planteó que eran responsables por "uso indebido de dólares preferenciales,
contrabando y fraude contra la República" .

Mientras tanto el Ministro de Energía y Minas, Celestino Armas, ordenó a Ulises Ramírez,
detener todas las operaciones de apoyo financiero a Inverminca y los créditos basados en el
First Chicago Financial Corporation de Miami.

El 8 de junio, el mismo día que conseguimos por segunda vez la carta dejada por Héctor
Meneses, Ramírez Colmenares ordenó un tercer allanamiento a las instalaciones del
Consorcio Capricornio, ubicado en el Edificio Onix de El Rosal. Onix era otra empresa de
la retícula francesa. Fuimos invitados por Orlando Fernández, pero rechazamos el traslado
porque lo de Meneses era demasiado importante como para saturarnos de trabajo. El
allanamiento, no obstante, fue reportado en la Agenda del día siguiente, 9 de junio.

El diputado del MAS, a lo largo del proceso de denuncias contra la conexión francesa, fue
objeto de amenazas de muerte, intimidaciones, intentos de soborno en dólares y bolívares.
- Esa misma mañana - el 8 de junio- una voz de mujer me dijo por el teléfono (de su
habitación habitual en el hotel El Conde - que me estaban preparando una trampa. Por ello
anuncio públicamente que he tomado medidas personales y familiares, a partir de este
momento, más que nunca, no recibiré ni una simple galleta de nadie.

El lunes siguiente, 12 de junio, Orlando Fernández en el programa de televisión de


Napoleón Bravo (el Hit Parade de la Corrupción) denunció formalmente que su vida y la de
Agustín Beroes estaban corriendo serio peligro. El punto impactó brutalmente a nuestra
familia.

No teníamos claridad de la relación existente entre la peligrosidad atribuida a las relaciones


de cierto poder político con los integrantes del Consorcio, y un informe que, incluso
llegamos por nuestra cuenta a leer en detalle.

Un comisario amigo, por la vía de un conocido común, nos citó en un bufete de abogados
ubicado en el centro de Caracas. Pudimos leer un denominado "ejercicio policial de
posibilidades" . En ciertas instancias se pensó, en un momento dado, que estaban dadas las
condiciones para que el caso Recadi fuera reventado al caos por la vía de un atentado.

En la lista de posibilidades en primer orden estaban: Orlando Fernández, el Juez Luis


Guillermo La Riva; y el diputado Carlos Tablante. En un segundo orden: el recién
nombrado Fiscal General de la Nación, Ramón Escovar Salom y, de último, subrayado en
rojo, nuestro nombre.

La realidad, la atmósfera que rodeaba las denuncias contra Capricornio se tornó muy pesada
y el caso Recadi ya tenía 96 días de cobertura diaria en La Agenda Secreta de Recadi. En
los mismos días se filtró la información de que dos individuos portando armas largas habían
sido atrapados por la Disip en el aeropuerto de Maiquetía. Pudimos verificar ésto, al menos
que había ocurrido el hecho, pero no detallar el porqué esta gente estaba armada y a quien
respondía. Un tercer elemento fue detectado encima del techo de la oficina de Tablante en
el Capitolio Federal. Esto lo pudimos corroborar directamente con el jefe de la Guardia
Nacional del Palacio Legislativo. Este"Espía" fue consignado en la Disip, Y allí se lo tragó
la tierra. Nunca pudimos saber los nombres de ninguno de los tres Hombres

Con el cuadro planteado así, hicimos una presentación a las autoridades de la redacción del
periódico y, una vez más, concluimos que no era necesario ser vigilados ni custodiados por
personal policial desconocido de la C.A. Editora El Nacional.

Tomamos medidas personales y familiares, y se hizo más rígido el mecanismo de mezclar


rutas y estar siempre acompañados por gente del periódico.

Tiempo después supimos que el ejercicio policial se hizo por razones distintas a la situación
planteada por el grupo Capricornio. Sólo habían coincidido ambas situaciones en el tiempo.
Es la verdad.

El 10 de Junio, el abogado Humberto Mendoza D´Paola nos llamó por teléfono y dio cuenta
de que abogados relacionados con la gente de Capricornio Habían hecho circular copias de
una cinta magnetofónica donde se escuchaba la voz de Orlando Fernández. Supuestamente,
el Diputado del MAS pedía dinero a la empresa Onix, para abandonar las denuncias. La
cinta en cuestión estuvo varios días dando vueltas por ahí. Fue rechazada por varios Jueces,
quienes no aceptaron darle curso por lo burdo del montaje hecho con fragmentos del
programa radial de Orlando Fernández en Barquisimeto.

Entre el 15 y el 26 de junio, se concentraron nuevas evidencias contra la conexión francesa


por el seguimiento persistente hecho por los Diputados Orlando Fernández y Salvador
Militello. Se introdujeron ante el Juez Ramírez Colmenares unos nueve escritos jurídicos,
los cuales salieron todos de manera exclusiva en El Nacional.
El 25 de junio Adalberto Prinz y María Elena Almeida fueron detenidos por la Policía
Técnica Judicial, cuando intentaban abordar un avión en Maiquetía con destino a Canadá y
luego a París. El seguimiento que provocó la detención de la pareja estuvo a cargo de un
comisario apodado "El Chino" , a quien vimos alguna vez en la oficina de Orlando
Fernández.

Pero fue el 26 de junio cuando el Juez Cristóbal Ramírez Colmenares dictó diez autos de
detención por este expediente a las siguientes personas: los franceses Gerard Marc Dabasse,
y Christian Lachaise Mury; empresarios de la Onix; por aprovechamiento de fondos
públicos y actos falsos; como cómplices, a los venezolanos, Adalberto Prinz, María Elena
Almeida, Fernando Almeida, Edgard Rodríguez, gerente general del Consorcio
Capricornio; Simón Pinto, presidente de Apamol; Carlos López; Ciro Núñez, presidente de
Fegafalcón; y al francés Claude Gordard, representante legal en Venezuela del Noridid
Arab Finance Corporation.

Se dejó investigación abierta a Alejandro Trías Rojas, presidente de Argea; Anselmo Reyes,
Regino Burgos, presidente de Ugape; Francisco Hernández, Tomás Domínguez y Sadi
Raimondi, ex-directivos de Capricornio-Equipagro.

El mismo día Orlando Fernández, con su característico estilo agresivo y puntual


precisó: "no hay sanción completa y justa, si Alejandro Trías Rojas permanece libre. Debe
ir a la cárcel, porque cobró comisiones a los franceses al participar en la operación
fraudulenta que trajo al país 600 tractores Zetor" .

Previamente, el día antes de intentar marcharse del país, Adalberto Prinz y los hermanos
Fernando y María Elena Almeida publicaron un remitido en todos los periódicos, donde
expresaron:

- Orlando Fernández nos ha hecho víctimas de imputaciones falsas y delictivas... Ya nos


condenó y, nos sometió al desprecio público. Pedimos al Congreso que abra una
investigación para aclarar los intereses y las intenciones del Diputado Orlando Fernández y
que la Comisión de medios inicie otra al programa del Diputado en una radio en
Barquisimeto, donde injuria y calumnia a diversos sectores de la colectividad.

El primero de julio, Adalberto Prinz recusó al Juez Ramírez Colmenares, por intermedio de
su abogado Eliécer Peña, y el expediente pasó al X Penal, a cargo del magistrado Saúl Ron
Brash. En todo el país comenzó la incautación de maquinaria agrícola, tractores y vacas de
todas las empresas mencionadas.

Cinco meses y medio después, el martes 14 de noviembre de 1989, el Tribunal Superior de


Salvaguarda, por apelación, revocó todos los autos de detención que pasaban sobre la gente
de Capricornio (los franceses lograron salir del país con destino a Aruba antes de que
Ramírez Colmenares sentenciara, se supo después). La ponencia la elaboró Enrique
Sánchez Falcón, fue apoyada por Alaide Mazzarri Mendoza y contó con el voto salvado del
presidente Silvestre Ortiz Bucarán. Se argumento la revocatoria en que no estaban
suficientemente demostrados los delitos que originaron las detenciones de Fernando
Almeida, María Elena Almeida y Adalberto Prinz Kurucar.

Enterado de lo anterior, su principal denunciante, Orlando Fernández, en gesto solitario, se


encadenó y esposó en las puertas del Superior de Salvaguarda el 15 de noviembre.

- Estas esposas son las que se colocan a los delincuentes, entonces yo me las coloco, en
vista de que no las tienen en sus manos los que salieron en libertad. Como aquí los valores
se han invertido, me las coloco yo... Se trata de demostrar que nuestro combate a la
corrupción es en serio y esta es una protesta en nombre de tanta gente desmoralizada por
esta decisión.
Como moraleja, entre otras, sólo quedó que Venezuela, también, se convirtió en un gran
garaje de tractores Zetor y de otras maquinarias como cosechadores, las cuales en poco
tiempo quedaron inservibles por falta de repuestos y por no existir técnicos capacitados para
reparar las orugas.

El 9 de marzo de 1987, el Ministro de Agricultura, Felipe Gómez Alvarez, quien concibió la


política del fracasado "Milagro Agrícola" , escribió a su colega de Hacienda, Manuel
Azpúrua Arreaza, especificándole como se pensaba hacer en reparto trimestral de 150
millones de dólares preferenciales para la importación de tractores y cosechadoras en 1987.
Ya en 1986 se habían importado 3.500 tractores y 400 cosechadoras, autorizadas por
Francisco Maldonado Cisneros, director de Recadi, según comunicación del 15 de enero de
1986, y firmada por José Azócar Aguilera, Viceministro del MAC a quien el Superior de
Salvaguarda dictó auto de detención por malversar fondos públicos desde la Comisión de
Importaciones.

En la misiva enviada por Gómez Alvarez se planteó la importación balanceada de tractores


entre 50 y 150 HP de las marcas Ford, John Deere, Case International, Massey Fergusson,
Landini, Fiat, Same, Zetor y Styer. Pero el país se inundó de la marca Zetor.

En el aparte correspondiente al sector agropecuario el informe preliminar de la Comisión


del Congreso, llega a lo siguiente:"la ausencia por parte del Estado de una planificación
ordenada, técnica y veraz, que ha debido ser diseñada en el Ministerio de Agricultura y
Cría, ocasionó una considerable malversación de divisas y convirtió este subsidio (el dólar
preferencial) en una fuente de negociados de diversa índole. Hay suficiente irregularidades
denunciadas en su oportunidad por algunos parlamentarios en los Tribunales de la
República..."

Caos en el puerto libre de Margarita

Desde que se creó el Régimen de Cambios Diferenciales hasta 1986, el Puerto Libre de la
Isla de Margarita, así como la Zona Franca de Paraguaná, aparte de asignárseles un cupo en
divisas para su uso al tipo de cambio libre, no contaron con dólares preferenciales al tipo de
cambio controlado, especialmente al tipo de 14,50 bolívares por dólar.

Fue a propósito de la devaluación de finales de 1986, que en los años 1987 y 1988 el Puerto
Libre no solamente recibió de nuevo su cuota de dólares, sino, además, al tipo de cambio de
14,50. Cantidades de productos suntuarios que habían sido desplazados al mercado libre de
divisas, fueron rescatados a la tasa oficial, bajo el argumento de evitar escaladas
inflacionarias por los efectos de la devaluación decidida por el gobierno de Jaime Lusinchi.

De tal modo que en 1987, se incluyó al Puerto Libre de Margarita en el Presupuesto


Nacional de Divisas al tipo de cambio de 14,50 con una cantidad de 176 millones 627 mil
232 dólares, de los cuales fueron ejecutados en este ejercicio 171 millones 496 mil 291
dólares, de acuerdo con las cifras de la propia Recadi.

Mientras que en 1988, el cupo asignado a Margarita fue por 150 millones 486 mil 126
dólares, de los cuales se ejecutaron
122 millones 231 mil 549 dólares
preferenciales.

Presupuesto de Divisas. Puerto Libre de


Margarita
(Millones de dólares)
Año Presupuestado Ejecutado Saldo
87 176 171 5
88 150 122 28
87/88 326 293 33
El jueves 7 de abril de 1988, Morel Rodríguez ex y luego de nuevo gobernador del Estado
Nueva Esparta, denunció por El Nacional que "dos altos, pero muy altos funcionarios del
Ministerio de Hacienda, (Jorge García duque, el viceministro, y Jesús Vargas Chirinos,
director de Aduanas) han recibido comisiones multimillonarias (aproximadamente unos
150 millones de bolívares), manipulando la asignación de cuotas de importación a favor de
terceros" en el Puerto Libre de Margarita.

La denuncia de Morel Rodríguez cayó como un plomo, a tal punto que el Ministro de
Hacienda, Héctor Hurtado, decidió oficiar por instrucciones del Presidente Lusinchi, al
Fiscal General de la República de entonces, el inolvidable, Héctor Serpa Arcas, el 11 de
abril de 1988, solicitando una exhaustiva investigación al respecto.

De acuerdo con un informe confidencial mandado a elaborar por el viceministro de


Hacienda, Jorge García Duque, a mediados de 1988, Rodríguez utilizó sus influencias como
Gobernador o Secretaria General de AD en Nueva Esparta, para presionar la asignación de
divisas a sus recomendados que eran ciertos grupos empresariales registrados en el Puerto
Libre "los cuales comercialmente y por su constitución jurídica son independientes...
pertenecen a una misma persona natural o por lo menos ésta mantiene una supremacía
accionaria en cada una de las empresas del grupo" .

El documento en cuestión añadió que por estos grupos empresariales "aboga una persona
(Morel Rodríguez), que según informaciones adicionales goza de participación en las
empresas" .

Los supuestos protegidos eran: Husseie Yassine, Said Rahal, Hassan Saleh, Afif Hassan
Rmaili y Saki Nicolás Rahal. Este grupo de cinco árabes controlaba las solicitudes de
importación de las empresas: Importadoras El Mago, El Sha, El Faraón, La Playa, Pepe El
Grande, Mi Lindo Sueño, El Gran Mayor, El Gran Poder, Las Pirámides, Doña Juana, El
Petróleo, El Pitigüei, Tienda Beatriz, Creaciones Porlamar, Importadora Par, Miss Ganga,
Sabana Import, Adriana, La Chinita, El General, El Gobernador, Sultan Hassan, La
Fundación, Import Curichaqui, El Terremoto, El Profeta, Importadora Sekmar, Michel, La
Raya, Time Store, Importadora Británica y Zorba.

Estas 32 empresas representaron en su conjunto, casi 1 tercio de los cupos en el presupuesto


otorgado a Margarita en 1988. ("Las cantidades solicitadas en 1988 fueron infladas -dice el
informe- con relación a años anteriores, cosa que no podía otorgarse de acuerdo a lo
solicitado... El perjuicio es evidente y esa es una de las razones para que el solicitante
quedara insatisfecho. De ahí -sugiere el documento- que se hayan decidido denunciar (
desde el Puerto Libre) presuntos actos de corrupción en el otorgamiento de divisas)".

Lo que estaba planteado era una reacción que denominamos en La Agenda Secreta de
Recadi como la "guerra de los cupos" , entre diversos grupos y centrífugas empresariales,
protegidas políticamente por funcionarios importantes, para tratar de obtener el máximo de
las divisas previstas para el Puerto Libre.

La conformación del presupuesto de divisas para los importadores de Margarita en 1988,


hizo presuponer que el sistema de distribución de asignaciones legalmente atribuido a la
Dirección de Aduanas, estuvo sometido a las más diversas presiones políticas y
económicas.

El presupuesto de divisas anunciado por el Ministerio de Hacienda el martes 24 de mayo de


1988, a través de avisos en toda la prensa nacional, no se correspondió con el que fue
originalmente corregido por el Despacho, de acuerdo con algunas reformas elevadas a la
consideración por instancias técnicas del sector oficial que discreparon con el reparto.

Esto significó que, inicialmente la Dirección de Aduanas de Hacienda presentó un proyecto


a la consideración de los superiores (Viceministro y Ministro), quienes señalaron un
conjunto de observaciones en cuanto a los montos a otorgar y a la necesidad de recortar
asignaciones, pero la versión anunciada a la prensa no recogió la totalidad de las
correcciones.

Por ejemplo, la versión presentada al despacho de Hacienda, en orden alfabético, recogía un


listado de licencias de importación desde la denominación 002 hasta la 3.711, y fue sobre
ésta que se hicieron recortes. No obstante, al anunciarla públicamente a los importadores
del Puerto Libre, ciertamente, partió de la licencia 002, pero llegó sólo hasta la
denominación 3.571 y fue presentada de manera aleatoria y no alfabética, descartándose en
el camino cerca de 200 licencias históricas.

Es decir, que los 176 millones, luego reducidos a 160 millones de dólares preferenciales, se
repartieron entre 3.571 y no entre 3.711 licencias establecidas. De esta manera quedaron
distribuidos los 160 millones, de la siguiente forma: -83 millones 670 mil 383 dólares para
las empresas que importaron el 95 por ciento del cupo otorgado en 1987; - 66 millones 815
mil 990 dólares para las empresas que importaron menos del 95 por ciento del cupo
otorgado en 1987;

- Quedó a disposición de nuevas licencias un total de 9 millones 513 mil 625 dólares por
asignar.

Al comparar todas y cada una de las licencias favorecidas en las dos versiones aprobadas
por la Dirección de Aduanas con la lista hecha pública el martes 2 de mayo de 1988, y
tomando en cuenta siempre como agravante que una versión computarizada difiere de la
otra por los correctivos que fueron aprobados y que no se instrumentaron, en todos los miles
de casos se constatan las diferencias entre el cupo consumido en 1986 y 1987 contra el cupo
otorgado y consumido en 1988, con francas violaciones a la legislación establecida.

Una averiguación iniciada a fines de 1987 por importantes funcionarios técnicos del
Ministerio de Hacienda, constató que no era conveniente otorgar de nuevo, el 1988, dólares
preferenciales al tipo de cambio de 14,50 bolívares, puesto que el sistema de precios del
Puerto Libre estaba todo referido al valor del tipo de cambio libre.

Uno de los argumentos de peso para plantear, como se hizo, que se mantuvieran las
operaciones al cambio libre, fue que la gran mayoría de las licencias del Puerto Libre no
llegaron a consumir nunca los cupos establecidos en 1987, por una parte, y por la otra, que
habían introducido para 1988 aspiraciones por encima de los 300 millones de dólares, sin
que la base de costos y operación reflejara precios distintos a la denominada dolarización
excesiva basada en el tipo de cambio libre.

A pesar de que algunos funcionarios medios llegaron a encontrar suficientes razones para
no otorgar más dólares preferenciales al Puerto Libre de Margarita, otros resolvieron que si
se hiciera, no obstante la precaria situación de déficit en la balanza de pagos y la
imposibilidad de conseguir nuevas transferencias netas en divisas desde el exterior.

El martes 4 de abril, desde La Agenda Secreta de Recadi se reportó que la Cámara de


Importadores de Margarita, presidida por Luciano Marín cobraba por la asignación de los
cupos.

El Ministro de Hacienda, Héctor Hurtado, y el Viceministro García Duque hicieron el


seguimiento a varios recibos expedidos desde los talonarios de la aludida Cámara. Una
factura, la correlativa 4.144, correspondiente a la empresa Pinky Movil, por ejemplo, pagó a
la Cámara de Importadores de Margarita, "por concepto de asignación de cupo" , el 29 de
marzo de 1988.

Resultó para nosotros desconcertante que el Ministerio de Hacienda investigara algunas


actividades de la Cámara y que al mismo tiempo la misma hiciera el papel de denunciante
de actividades de corrupción.
En un memorandum fechado el 25 de febrero de 1988, Luciano Marín y Ramón Barra
Gómez, director ejecutivo de la Cámara de Importadores de Margarita, dirigido a Jorge
García Duque expusieron: "ante las llamadas e informaciones recibidas a cerca de gestores
que se dicen con buenos contactos para aumentos en las asignaciones de los cupos de
1988, hemos procurado el respaldo que soporte la respectiva denuncia, sin ningún
resultado" .

- Ante la insistencia de estos comentarios - escribieron - que tanto preocupa a la institución,


en directorio de fecha 24 de los corrientes, se acordó plantear el caso a las autoridades de
Hacienda y al Gobernador del Estado (Morel Rodríguez), a los efectos de buscar fórmulas
que permitan clarificar los que pudiere existir alrededor de tan enojoso asunto" .

Posteriormente, desde la misma Margarita, estos dos directivos declararon a Régulo Párraga
lo siguiente:

- El llamado cobro de comisiones no es tal, sino que se trata de una contribución no


obligatorio que hacen los afiliados por las diligencias que realiza la Cámara, para velar por
la distribución equitativa de los cupos, al tiempo que sirve para sufragar gastos propios de la
institución.

El ex-gobernador Morel Rodríguez, luego reelecto el pasado 3 de diciembre para ocupar el


mismo cargo por minoritaria elección directa, reaccionó contra La Agenda Secreta de
Recadi luego que desde ésta se publicó un memorandum dirigido por él a la doctora Mariela
Rey de Quinteto, Viceministro encargada del Ministerio de Hacienda en la época de Manuel
Azpúrua, donde escribió: "Es grato dirigirme a Usted, en ocasión de recomendarle el
otorgamiento de un cupo en dólares para la Importadora Elfa, C.A. licencia de importación
Nº 3.509. Le agradezco sus buenos oficios en la solución favorable de este planteamiento" .
Vino el oficio con membrete, firma y sello del Gobernador de Nueva Esparta.

A propósito de esta comunicación, el Viceministro de Hacienda, Jorge García Duque


mandó a investigar las actividades y relaciones de Morel Rodríguez, - su enemigo histórico
-.

- Si mi denuncia la hubieran oído a tiempo el gobierno y la justicia, hubiéramos evitado la


sangría que tuvo el país mediante los cupos de divisas y hubiéramos sentado un gran
precedente, porque el señor Jorge García Duque estuviera preso hoy en día, junto con su
compinche (Jesús Vargas Chirinos). Pero las autoridades fueron alcahuetas -señaló
indignado Morel Rodríguez desde Porlamar-. Ante mis denuncias... hoy García Duque y su
compinche quieren aparecer ante la opinión pública como unos angelitos que nunca
rompieron un plato.

Morel Rodríguez pagó un remitido en la prensa nacional donde puntualizó que en efecto era
un gestor, pero "del desarrollo económico y social en Nueva Esparta" .

- No permitiré que el caso Recadi se convierta en una venganza contra Margarita -explicó-.
Quienes se enriquecieron corruptamente con los dólares preferenciales para el Puerto Libre
ni son margariteños ni viven en Margarita y tampoco tiene sus corruptas fortunas en la Isla.

El caso particular de lo acontecido con la entrega de dólares preferenciales a los


Importadores del Puerto Libre, se diluyó en una investigación mayor practicada por el
Diputado Nelson Chitty La Roche de Copei, en todas las aduanas del país.

Ya en La Agenda del 7 de abril, nuestro compañero Régulo Párraga enviado especialmente


una semana a la Isla, había reportado lo siguiente: "las aduanas alimentaron al monstruo" .

- Con gran sorpresa fue recibida en la Isla de margarita -escribió Párraga- la reciente
designación de Arevalo Marín Gómez (Hermano de Luciano Marín) como administrador de
la Aduana de La Guaira. Hasta hace algunos días él se desempeñó como tal en la Aduana de
El Guamache (desde donde en el pasado reciente le habían lanzado acusaciones a Ana
Teresa Herrera Balduz, cosa que escribimos en los capítulos pasados) " .

Pudimos constatar que el traslado de Marín Gómez fue posible gracias a los buenos oficios
de Alfaro Ucero, Secretario Nacional de Organización de Acción Democrática. Marín
Gómez trabajó en El Guamache directamente con Santos Zapata, jefe de interventores y
supervisor inmediato de Juan Méndez (el mismo que evaluó irregularidades en la entrada de
tractores por Guanta).

- Pretenden descalificarme como interventor -dijo Méndez a Fabricio Ojeda el 4 de mayo de


1989, cuando visitó nuestra oficina bautizada como DDS.

Debido a la intensa actividad que estaba cumpliendo el Diputado Chitty la Roche, la


Dirección de Inspección y Fiscalización del Ministerio de Hacienda, comenzó a investigar
las aduanas de Margarita, Puerto Cabello, Puerto Ayacucho, Maracaibo y Barquisimeto.
Otro tanto comenzó a hacer la comisión de Contraloría de la Cámara de Diputados del
Congreso Nacional.

La misma Dirección de Inspección y Fiscalización de Hacienda, por órdenes de la Ministro


Eglée Iturbe de Blanco removió a todos los jefes de las aduanas de Margarita, La Guaira y
Maracaibo sobre la marcha.

El 30 de mayo de 1989, el General Rafael Salazar Pasarelli, Jefe del Servicio de


Inteligencia y Resguardo Nacional de las Fuerzas Armadas de Cooperación, entregó a los
diputados Carlos Tablante y Liliana Hernández de Acción Democrática, un voluminoso
resumen donde se recogían 52 expedientes valorados en 20.000 millones de bolívares, en
casos originados en la importación con dólares preferenciales que degeneraron en
contrabando de extracción por las aduanas entre 1986, 1987 y 1988.

Las investigaciones de Resguardo Nacional de la GN involucraban a las empresas: Federal


Mogul, Dental Cygramca, Química Universal, Química Toptex, Noehmy C.A., Quifoven,
Lampoluz, Importadora Delfin, Beech Acceptance Corp., Productora Econogas, Industrial
Carichana, Automercados Tía, Industrias Montecatini, Kevic Nuclegan, Maderas
Paraguana, Textil Paraguana, Transporte Transilaca, Aeronaúticas Profesional y
Tecnoconsult.

Además, Consorcio Sucre-Miranda, Diablitos Venezolanos, Industrias Zicasa, Fábrica de


Ascensores, Comercial Pantamar, Codemiven, Fermiconi, Gerad Dabasse (el mismo de
Invermica y Capricornio) Futhormave, Avencasa, Stephamar, Interpromar, Golfomar,
Empresa Comercial Rubén Darío Perozo, Le Gourmet, Comercial Leven, Pereira y
Asociados, Exportadora e Importadora San Rafael, Corporación Yatastay, Comercial
Singapur, Importaciones Alcalá Barboza, Inverminca (asociada a Capricornio) y
Agropecuaria Onix (asociada de Argea).

Todos estos casos estuvieron para la fecha en manos de juzgados Nacional de Hacienda, de
Aduanas y Jueces penales de Salvaguarda.

El sábado 1 de julio de 1989, el Presidente Carlos Andrés Pérez, desde Cumaná, declaró
que estaba de acuerdo en que se tomarán medidas en las aduanas, dentro del marco de la
nueva política comercial y arancelaria, "para evitar que las mismas se conviertan en nuevo
Recadi" .

El Diputado Nelson Chitty La Roche denunció por quinta vez, el jueves 15 de febrero de
1990, que la entonces Ministro de Hacienda Eglée Iturbe de Blanco, estaba obstruyendo la
investigación en las aduanas, la cual todavía no ha terminado.

- La ex-ministro Eglée Iturbe y la Directora de Aduanas, Eva Morales (liquidadora de


Recadi) estaban protegiendo a funcionarios aduaneros incursos en delitos de corrupción.
Concretamente, identificó Chitty a los funcionarios Carlos Orense ex-administrador de la
Aduana Aérea de Maiquetía; Santos Benjamín Zapata (el socio de Arevalo Marín),
funcionario que ocupó posición en El Guamache; Adatiles Silva, de El Guamache y con
expediente en Salvaguarda de Nueva Esparta; y Jesús Vargas Chirinos, ex-director de
Aduanas de Hacienda. "es el enlace -dijo Chitty- entre las Aduanas y la Guardia Nacional y
su impunidad ya resulta irritante" .

Sobre el tema de la corrupción general en las aduanas y la específica asociada al caso


Recadi, el informe preliminar elaborado por el Presidente de la Comisión Especial Douglas
Dáger -quien se nutrió de la investigación todavía no concluida por Chitty- dijo lo
siguiente: "Las aduanas y su trámite para nacionalizar las mercancías, constituyen la etapa
final, la corona, del proceso que se inició con la expedición de las conformidades de
importación y la correspondiente autorización de retiro de divisas desde el Banco Central
de Venezuela" .

- Es una voz no contradicha que las aduanas son y fueron - se escribió -, sobre todo en esos
años de vigencia de las Oficinas del Régimen de Cambios Diferenciales, un centro de
corrupción... Paralelamente, es conveniente mencionar la actuación en estos años del
Director General de Aduanas, Jesús Vargas Chirinos, quien mostró debilidad en la
consideración de los recursos que por vía jerárquica debía conocer, además de obviar
sospechosamente los lógicos procedimientos de revisión de conocimientos aduaneros
cuando el supuesto infractor lo recomienda. Las tareas de control e investigación, no
siempre contaron con la colaboración de la Dirección de Aduanas ni con la del Director de
Inspección ni de la Ministro de Hacienda Eglée Iturbe de Blanco.

RECADI, La Gran Estafa


Capítulo 5
El vacío de la justicia

Cuando El Nacional, desde La Agenda Secreta, comenzó a denunciar personas, empresas y


situaciones ligadas al proceso de otorgamiento de dólares preferenciales en los últimos seis
años, el país todavía vivía las secuelas de ese lapso absurdo y paralizante que desencadenó
la transmisión de mando de un gobierno saliente, el de Jaime Lusinchi, a otro entrante, el de
Carlos Andrés Pérez

A pesar de ser ambos gobernantes militantes del mismo partido, Acción Democrática, en
realidad lo que se sentía en todos los despachos oficiales era que la transición estaba
ocurriendo entre un gobierno saliente de Copei y el entrante de Carlos Andrés Pérez.

Uno de los síntomas más importantes que arrojó aquél cuadro fue la presencia, no para
pocos inadvertida, de un profundo y gran vacío de justicia que puso en entredicho la
garantía de un verdadero Estado Derecho.

Los períodos formales para que desempeñaran sus funciones el Fiscal General, el Contralor,
los Magistrados del Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público, de la Corte
Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura, estaban todos vencidos y sus titulares
tenían que ser ratificados o sustituidos. Pero lo cierto del caso es que nadie hacía nada o
muy poco con las denuncias que se estaban formulando.

No sin razón desde El Nacional se trató de presionar el esquema reinante, y por ello
invitamos al cambio de la situación. Escribimos el 11 de abril de 1989, justo a la semana de
haber comenzado La Agenda Secreta lo siguiente: " Corresponde al Tribunal Superior de
Salvaguarda del Patrimonio Público y a los Tribunales de Primera Instancia en lo Penal en
esta materia, en su condición de instructores directos de estos procesos contra la
administración pública, incluidas las denuncias de El Nacional, ordenar las
correspondientes averiguaciones para que, en definitiva, se determinen los delitos
cometidos y la responsabilidad penal de los funcionarios públicos, particulares y terceros,
en esas conductas antijurídicas y antinacionales" .

En realidad, el caso estaba en la calle porque lo planteó el periódico. Luego se fueron


incorporando las iniciativas primero individuales y luego institucionales de algunos
diputados como Carlos Tablante, Douglas Dáger y Orlando Fernández, más el resto de los
parlamentarios que formaron, posteriormente, la Comisión Especial de la Cámara Baja. Es
bueno decir ahora que no todos estos representantes del pueblo trabajaron con la misma
intensidad y constancia. La Comisión Recadi del Congreso fue expresión del trabajo de
unos pocos políticos, apoyados en gente de gran capacidad técnica.

A la iniciativa de El Nacional, tres semanas después, se plegaron El Diario de Caracas, con


el Expediente Recadi, y Ultimas Noticias, con el Escándalo Recadi.

XXXVII penal, a la orden

El miércoles 5 de abril de 1989, a petición de los Fiscales del Ministerio Público Ramón
Iglesias y Ana María Padilla, el Juez XXXVII Penal y de Salvaguarda, Luis Guillermo La
Riva López, primo del Diputado por Copei Emilio López, abrió la investigación referida al
caso Recadi.

Basaron su argumentación los referidos Fiscales en un conjunto de recortes de prensa donde


se estaban señalando " graves irregularidades cometidas en la Oficina del Régimen de
Cambios Diferenciales con el otorgamiento de dólares preferenciales" .

- No hemos señalado casos específicos para no limitar al Tribunal. Aparte de las


publicaciones de prensa, hemos aportado información recibida por la Fiscalía y más
adelante presentaremos una lista de empresas fantasmas, para que sean investigadas en los
registros y ver quiénes son sus directivos. Todo lo investigaremos, -declaró el Fiscal Ramón
Iglesias.

Agregó este funcionario que " lo publicado por la prensa revista tal gravedad, que requiere
una investigación lo más pronto posible" .

Por su parte, el Juez La Riva dictó inmediatamente el auto de proceder para iniciar la
instrucción de un sumario, en coordinación con los fiscales. " Vamos a citar a todas las
personas que vayan apareciendo en el curso de la averiguación" .

Dos días después, La Riva recibió un expediente elaborado inicialmente por los Fiscales,
referido a dos empresas que pidieron 225.000 dólares preferenciales a 7,50 bolívares para
importar tractores.

El 17 de abril, La Riva tomó su primera decisión: prohibió la salida del país a unos 30 ex-
directivos y empleados de Recadi, y ya tenía iniciados 14 expedientes diferentes, por
sectores.

Humberto Celli, Secretario General de AD, declaró el 22 de abril que Acción Democrática
apoyaba plenamente las actuaciones del Juez La Riva López, en torno a la medida dictada.

- Consideramos que hay fundamentos -dijo Celli- para que las investigaciones se realicen
hasta sus últimas consecuencias y el partido prestará toda su colaboración y esfuerzo para
que esa investigación se efectúe, porque debe ponerse cese a los actos de corrupción y
porque tenemos la seguridad de que la crisis que vive el país no solamente es producto de la
deuda externa y la baja de los precios del petróleo, sino también en gran parte es por los
hechos de corrupción administrativa.
La primera inspección judicial en Recadi, realizada por el juez de la causa, tuvo lugar el
martes 25 de abril. Acompañado por el presidente de la Comisión Especial del Congreso,
Douglas Dáger, La Rivas dijo: " Este acto tiene como única y exclusiva motivación la de
preservar los documentos y registros en general que, de una u otra forma, puedan servir en
el proceso de investigación que se sigue en torno a la Oficina del Régimen de Cambios
Diferenciales" .

Como ya había comenzado una polémica en torno a si el Tribunal XXXVII Penal y de


Salvaguarda estaba capacitado para dictar autos de detención a funcionarios públicos de
nivel, aparte de los particulares, el juez aprovechó esta oportunidad para opinar que, " en
efecto, no es competencia de este tribunal, pero el mismo sí está capacitado para presentar
los recaudos ante el Superior de Salvaguarda, que sí tiene competencia en la materia" .

Con motivo de la larga huelga emprendida por los empleados de los tribunales, la cual
estalló en mayo y se prolongó hasta junio de 1989, el juez La Riva tuvo que constituir el
suyo en la sede de la Policía Técnica Judicial.

A propósito de la situación, Carlos Tablante, Primer Vicepresidente de la Cámara de


Diputados y denunciante individual de situaciones referidas al caso Recadi, reclamó el 21
de mayo que " el Tribunal Especial está virtualmente paralizado, mientras que pareciera
que el Ejecutivo y el Consejo de la Judicatura tienen poco interés en que se restablezca la
normalidad en la administración de justicia, por el paro de los gremios tribunalicios. Es
necesario que se le dé una solución rápida a estas justas aspiraciones, para que se pueda
garantizar una administración sana y efectiva de justicia, como lo reclama el país en el
caso Recadi" .

El jueves 25 de mayo, en acto ritual, el Juez La Riva impuso autos de detención a los únicos
seis detenidos por el caso Recadi: Livio Pernetz, representante de la empresa verificadora
Caleb Brett; Nina Giovanna Calazza Pocaterra, empleada de la Société Généralé
Surveillance; y los empleados del Banco Italo Venezolano: Lola Consuelo Ardila, Ana
Gioconda Gil Balza, Pablo Antonio Mata Cedeño y Angelo Tiso Meola.

A continuación ofrecemos una relación de las actuaciones más importantes del Juez La
Riva, en materia de decisiones judiciales:

- Prohibición de salida del país a directivos y empleados de Recadi.

- Prohibición de salida del país a directivos y empleados de las empresas verificadoras.

- Detención judicial de los directivos de las empresas verificadoras: Livio Pernetz (Caleb
Brett); Richard Gautier (Sociéte Généralé Surveillance); y André Marcel Le Dem Matt
Dominique (Bureau Veritas).

- Retención judicial de 347 tractores en Punto Fijo.

- Prohibición de salida del país al ganadero Alejandro Trías.

- Auto de detención contra el veterinario Francisco Elías Moya y contra el ingeniero


agrónomo William José Ruiz López.

- Auto de detención contra el ganadero Antonio José Grimaldi.

- Inhibición en el caso de Alejandro Trías, por ser amigos.

- Detención en Maiquetía de Tony Canavés.

- Ordena investigar a los 20.000 beneficiarios de los dólares.

- Recauda la carta de Héctor Meneses.


- Prohibe salir del país a presidentes y directivos de ensambladoras.

- Autos de detención a los chinos denunciados por Tablante, Ho Fuk Shum y Ho Fuk Wing.

- Auto de detención a Tony Canavés.

- Todos los funcionarios de Recadi y Ministros son citados al tribunal para declarar.

- Ordena allanar y custodiar las sedes de las empresas verificadoras como consecuencia del
asalto misterioso a la Bureau Veritas.

- Autos de detención contra Nina Giovanna Calazza, de la verificadora S.G.S.; y a los


empleados del Banco Italo, Lola Consuelo Ardila Vezga, Ana Gioconda Gil Balza, Angelo
Tiso Meola y Pablo Antonio Mata.

- Captura en Valencia del chino Ho Fuk Wing.

- Autos de detención contra los molineros Nicomedes Zuloaga, Néstor Mario Rapanelli,
Oleg Williamson de la empresa Gramoven; Giácomo Calabresse, de Molinos Guacara;
Ricardo Ponce de León, de Molinos Monaca; Vicente Vegas y Michael Stewart Denger, de
Pillsbury; y a Héctor Aníbal Hidalgo de Molinos Hidalgo.

- Citación a Blanca Ibánez, Porfirio Valera y Alfredo Paúl Delfino.

- Envía al Superior recaudos de los ex-ministros Hurtado, Meneses y Aspúrua y de los ex-
directores de Recadi, Edgalia Bastardo de Leandro, Francisco Maldonado Cisneros y Jorge
García Duque.

- Arresto disciplinario a Alfredo Paúl Delfino.

- Niega habeas corpus en favor de la libertad de Delfino.

- La Riva manda a recabar en Miraflores las cartas firmadas por Blanca Ibánez y el diputado
Luis Guevara.

- Autos de detención contra Julio César Mendoza y Luis Donna, abogados de la empresa
Cristalandes, y para Francisco José Madrid y Joubel Renato de la empresa Química Mara.

- Ordena resguardar bienes de los molineros.

- Prohibe de nuevo salir del país a directivos de las ensambladoras.

- Por apelación, envía al Superior de Salvaguarda el expediente de los molineros con autos
de detención.

- Detienen en Maiquetía a Adalberto Prinz y María Elena Almeida, ejecutivos de


Capricornio.

- Autos de detención contra Jhon Arthur Dalhorsforda y Luigi Vicenzetti, de la empresa


Robiplast.

- Auto de detención contra el Fiscal del Ministerio Público José Gregorio Rodríguez, por
chantaje y extorsión.

- El Juez Cristóbal Ramírez Colmenares, dicta autos -por inhibición de La Riva en el caso
Trías-Capricornio-tractores- a los franceses Gerard Dabasse, Christian Lachaise Mury y
Claude Gordard, Adalberto Prinz, Fernando y María Elena Almeida, Edgar Rodríguez,
Simón Pinto, Carlos López, Ciro Núñez; y deja averiguación abierta a Alejandro Trías,
Regino Burgos, Francisco Hernández, Tomás Domínguez, Humberto Salazar y Saidi
Raimondi. Todos relacionados con la denominada "Conexión Francesa" , denunciada por el
diputado Orlando Fernández.

- Dicta autos de detención contra cuatro directivos de Ford.

- Prohibe salir del país a directivos de pastificios y laboratorios médicos.

- El Superior de Salvaguarda prohibió salir del país a los funcionarios Héctor Hurtado,
Héctor Meneses, Manuel Azpúrua Arreaza, Edgalia Bastardo de Leandro, Jorge García
Duque y Jóvito Martínez, de la administración Lusinchi.

- Autos de detención contra Andrés García, Pedro González Hernández, Tulio Alvarez
Rojas y Jesús Armando Ramírez, de la empresa Omega.

- Prohibición de salida del país para Fenuy Anuy Makarem Urdaneta, Samir Makarem
Urdaneta, Cecilia Sánchez Contreras, Nelson Salvatierra, Vitol Medina, Sauky Kasy, Omar
Mantilla y Carlos Sánchez.

Lo anterior significó que el Juez Instructor, Luis Guillermo La Riva, dictó cerca de 90
decisiones individuales en un lapso de 120 días. Esta situación contrasta con lo que ocurrió
después. Como se sabe, se nombraron nueve jueces especiales adicionales, todos con
facultades penales y de salvaguarda, a fines de julio. Sin embargo diez jueces, incluyendo a
La Riva, en cinco meses no tomaron ninguna decisión importante, al menos que sepamos
en El Nacional (julio a diciembre de 1989).

El contraste apreciado deja mucho que pensar. Algunos abogados consultados al respecto,
entre ellos Braulio Jatar, asesor de Douglas Dáger, presidente de la Comisión de Contraloría
del Congreso y presidente de la Comisión parlamentaria que investigó el caso, nos
confiaron que una de las principales virtudes del Juez La Riva fue precisamente que tomó
decisiones, buenas o malas, pero actuó con celeridad, para evitar presiones sobre su
Tribunal. Otro problema era que esas decisiones fueran confirmadas o revocadas por el
Superior de Salvaguarda.

Estos escándalos quedan impunes por las presiones que se ejercen contra el Juez -diría La
Riva en esos días a nuestro colega Roberto Giusti, en una célebre entrevista que éste hizo al
magistrado y cuya publicación ocurrió el 9 de julio-. Puede que me equivoque de buena fe,
pero yo prefiero ser Juez, llegar hasta las últimas consecuencias... Yo voy a seguir cortando
cabezas... Me encanta el poder...

La Policía Técnica Judicial, desde el comienzo de la actuación del Juez La Riva, lo apoyó a
materializar sus decisiones. Ligado a Recadi creemos que hubo un solo caso el cual merece
ser destacado, que contó con la atención exclusiva y directa de la PTJ: el del asesinato, el 11
de mayo de 1989, del ganadero Guillermo Nieves, en la carretera Soledad-El Tigre, en el
Estado Anzoátegui. Los diputado de la Organización Renovadora Auténtica (ORA), Jorge
León Díaz y Gabriel Niño (a ellos los conocimos en la sede de Recadi, cuando ayudaban a
Roseliano Ojeda en la comisión técnica que asistió al Congreso) habían entregado en la
central policial una serie de recaudos, a propósito del crimen.

Supuestamente, Nieves era gestor de muchos ganaderos de los Estados Táchira, Falcón,
Zulia y Bolívar, para la obtención de dólares preferenciales, en representación de las
empresas Bvenca y Agropecuaria Transandina, firmas, a su vez, investigadas por los
diputados Edgar Mora (Copei) y Orlando Fernández (MAS).

Este último nos confió alguna vez que Nieves fue su informante y por eso, entre otras cosas,
lo habían matado, tirándole una gandola en sentido contrario en la mencionada carretera
Soledad-El Tigre.
Otra versión que circuló respecto al crimen del ganadero Nieves fue que no murió por el
impacto y, en consecuencia, a quienes atentaron contra él no les quedó más remedio que
acribillarlo dentro de su Ford Sierra Blanco, placas XFS-043.

Representantes de pueblo

Fue a comienzos de abril de 1989 cuando la Comisión de Contraloría de la Cámara de


Diputados, presidida por Douglas Dáger, designó una sub-comisión que quedó facultada
para investigar Recadi. No hablaremos de ésta, porque su tiempo de actuación fue muy
breve. Solamente se instaló y tuvo la oportunidad de interpelar a Edgalia Bastardo de
Leandro, ex-directora de la Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales, el lunes 8 de
abril.

El jueves once sostuvimos una reunión de trabajo con Dáger. Primera vez que hablábamos
con el presidente de la Comisión de Contraloría. Obtuve de él unas declaraciones que luego
fueron publicadas el 13 de abril. De este encuentro vale la pena recordar las críticas
formuladas por nosotros a la forma en que fue llevada la interpelación de Edgalia Bastardo
(" muy pobre, tanto por las preguntas como por las respuestas" ). Dáger respondió que se
trataba de la primera y que sobre la marcha los parlamentatios se irían poniendo en el tema.

El otro punto importante expresado por nosotros al presidente de esta subcomisión, fue ver
qué pensaba Dáger del hecho de que uno o dos primos de él habían sido gestores en Recadi.
Nos dijo que su compromiso en la investigación pasaba por meter presa " a su madre, si era
necesario" . En realidad al diputado no le gustó mucho que le planteáramos el tema.

A mediados de abril la Cámara Baja en pleno sustituyó aquélla subcomisión por una
superespecial con plenos poderes, la cual tuvo la siguiente conformación:

1. Sector Agropecuario: integrada por Orlando Fernández (MAS), Edgar Mora (COPEI)
y Hernán Yépez Lucena (AD), para investigar importaciones de vaquillas, tractores y
maquinaria agrícola, cosechadoras, ordeñadoras, alimentos y componentes para
semovientes, inseminación artificial, semillas y sistemas de riego
2. Sector Alimentos: integrada por Ibrahím Sánchez, quien fue sustituido en el camino
por Alexis Ortiz (COPEI), Luis Emilio Rondón (AD) y Luis Hómez (MAS), para
investigar importaciones de granos, cereales, aceites, mantecas, insumos para
alimentos, componentes para la industria de alimentos y cereales para la industria
cervecera
3. Sector Industrial: Jesús Eduardo Troconis (AD), Gastón Guisandes (OPINA) y
Emilio López (COPEI), para investigar insumos industriales, empresas textiles,
metalmecánicas y la industria gráfica
4. Sector Comercial: compuesta por Gastón Guisandes (OPINA), Gonzalo Pérez
Hernández (MIN) y Henry Ramos Allup (AD), para indagar todas las importaciones
para ser comercializadas en el país
5. Sector Automotriz: integrada por Pedro Tábata Guzmán (AD), Emilio López
(COPEI) y Andrés Velázquez (Causa R), para investigar partes y repuesto, CKD,
repuestos para motores, motores eléctricos, motobombas y motores para lancha
6. Sector Aduanas: integrada por Nelson Chitty La Roche (COPEI), Orlando Fernández
Medina (MAS) y Carlos Tablante (MAS), para investigar todo el movimiento
aduanal en función de las importaciones con dólares preferenciales y casos
específicos ligados a los otros sectores
7. Sector Industria Farmacéutica y Medicinas: Vladimir Gessen (Nueva Generación),
Américo Araujo (AD) y Casto Gil Rivera (MEP), para investigar fundamentalmente
insumos e importaciones efectuadas por los laboratorios
8. Sector Público: Gonzalo Pérez Hernández (MIN), Cristóbal Hernández (AD) y
Gastón Guisandes (OPINA), para indagar todas las importaciones efectuadas por el
sector público
9. Sector Verificadores: Carlos Tablante (MAS), Liliana Hernández (AD) y Nelson
Chitty La Roche (COPEI).
10. Sector Financiero: Henry Ramos Allup (AD), Jesús Eduardo Troconis (AD) y
Gonzalo Pérez Hernández (MIN), para investigar la participación de la banca en el
proceso

Las únicas tres subcomisiones sectoriales que funcionaron plenamente y cuyos avances
rutinariamente fueron conocidos y divulgados por la prensa, y sus integrantes
complementaron la investigación con denuncias simultáneas ante los órganos de justicia
fueron: la del Sector Agropecuario, por esfuerzo constante de Orlando Fernández y Edgar
Mora; la del Sector Verificadoras, por la acción de Carlos Tablante y Nelson Chitty La
Roche; y la del Sector Aduanas, integrada por Nelson Chitty y Orlando Fernández.

Otras dos subcomisiones marcharon un poco por el interés de sus presidentes, que no por el
resto de los integrantes: Sector Público (Gonzalo Pérez Hernández) y Alimentos (Alexis
Ortiz).

Del resto de los subcomités sectoriales y de los diputados nunca se supo qué hicieron, con
quién se reunieron, a quién interpelaron o si, finalmente, produjeron algún informe sectorial
que pasara a nutrir el de Douglas Dáger.

Al menos, cuando fueron abordados sus integrantes por la prensa, éstos no sabían qué decir
o informar.

Otro aspecto importante a destacar es que, por ejemplo, el Juez Luis Guillermo La Riva
había dictado autos de detención en los sectores alimentos, automotriz, financiero,
industrial, comercial, y las correspondientes comisiones sectoriales nunca estuvieron a la
par de la investigación judicial.

No obstante, el viernes 8 de abril el Contralor General de la República, José Ramón


Medina, se reunió en su despacho con el Presidente y algunos miembros de la Comisión
Especial del Congreso junto con Fiscales del Ministerio Público que estaban conociendo
algunos expedientes. La idea del encuentro fue cohesionar el trabajo, para evitar dispersión
o duplicidad de esfuerzos.

Aparte del trabajo sectorial, entre abril y junio de 1989 la Comisión Especial citó a Manuel
Azpúrua, ex-ministro de Hacienda; Héctor Hurtado, ex-ministro de Hacienda; Eglée Iturbe
ex-viceministro y luego Ministro de Hacienda, hoy en el directorio de PDVSA; Jorge
García Duque, ex-viceministro de Hacienda; Edgalia Bastardo de Leandro, ex-directora de
Recadi; Ana Teresa Herrera Valduz, ex-directora de Inspección y Fiscalización y de
Recadi; Jesús Vargas Chirinos ex-director de Aduanas, para ser interpelados. Algunos
comités sectoriales realizaron también interpelaciones, como las efectuadas por las
subcomisiones de Aduanas y Verificadoras.

La Comisión Especial estuvo respaldada por un comité técnico que presidió el Diputado
Roseliano Ojeda e integraron: Humberto Redondo, Humberto Mendoza D`Paola, Manuel
Rivero Sanabria, Angel Augusto Franco, Juan Lugo Méndez, Juan Pedro Uzcátegui,
Tatiana Uzcátegui, Marcos Guánchez, Gilberto López Zacarías, Jorge Herrera, Víctor
Rivera, Marisol Arcia, Alberto Quintero y otros. Allí concurrieron abogados, policías,
detectives, médicos, expertos financieros, economistas, analistas de sistema, consultores,
auditores, interventores de aduanas, repartidos en los diversos sectores y comisiones.

Este último grupo fue el que fundamentalmente actuó en los propios archivos e
instalaciones de Recadi en la Torre Provincial.

Los diez asesores principales de la Comisión Especial, a su vez apoyados en equipos


secundarios, tenían bajo investigación, el 13 de julio de 1989, a 14.000 de las 26.000 firmas
privadas que importaron con dólares preferenciales todo tipo de mercancías en los últimos
seis años.
En principio, ello no suponía que todas estas 14.000 empresas hubieran cometido actos
reñidos con la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público y otras normas legales
fundamentales del país. Simplemente, diputados y asesores estaban tratando de hacer de una
manera más eficiente y rápida lo que en su oportunidad le tocó acometer a las propias
autoridades de Miraflores, Gabinete Económico, Hacienda, BCV y Recadi y no lo
adelantaron en forma apropiada: cruzar por computadora los distintos archivos que luego
estuvieron bajo custodia de la Guardia Nacional, para ver qué se obtenía y profundizar
donde fuera necesario.

Con el apoyo de unos pocos empleados de sistemas y secretarias que deseaban colaborar
con la investigación, y con algunos terminales y computadoras readaptados para la nueva
finalidad, es decir con el recurso de una aplicación denominada Contra-Recadi, se procedió
a cruzar los archivos existentes.

El resultado de ese cruce, a su vez, se intercambió con la información en poder del Banco
Central, Instituto de Comercio Exterior y los Ministerios de Hacienda y Fomento. El
entrelazamiento debía arrojar, como resultado general, cuando menos, tres niveles de
información básica: empresas en situación regular, empresas en situación irregular y
empresas fantasmas.

La información sobre cada empresa usuaria de dólares preferenciales fue clasificada en una
proforma que recibió los siguientes datos: 1) sector económico; 2) número de Registro de
Información Fiscal (RIF); 3) número de expediente abierto; 4) nombre de la empresa
importadora; 5) presupuesto en dólares correspondiente a 1988; 6) dólares otorgados en
1985, 1986, 1987, 1988 y 1989; 7) total de dólares otorgados; 8) solicitud de dólares
preferenciales; 9) referencias; 10) dólares aprobados en cada año desde 1983 hasta 1989;
11) bancos por los cuales se tramitaron cada año las conformidades de importación; 12)
fechas válidas para las tramitaciones; 13) artículos importados.

La última casilla de la proforma era la más importante; 14) tipo de irregularidad cometida u
observada.

El equipo de investigadores y asesores estableció una tabla o código de 6 irregularidades


tipo:

1)Posible sobrefacturación (discrepancias entre el precio ofertado y la valorización de las


mercancías); 2) Mal uso de divisas preferenciales (discrepancias en el precio de venta final
del producto); 3) Relación inconveniente entre proveedor e importador; 4) Relación
anormal entre el capital constitutivo de la empresa con el monto de dólares otorgados y sus
correspondientes fianzas en favor del Fisco; 5) Empresas con diferentes Registros de
Información Fiscal (RIF); y 6) No aparece en el Registro de Información y Propiedad
Industrial (RIPI).

Una vez que los asesores completaran la proforma de cada una de las 26.000 firmas
importadoras, en la misma medida se enviaría la información correspondiente a todas y
cada una de las subcomisiones sectoriales del Congreso, para que éstas revisaran el
expediente y, de ser necesario, se enviara al Juez Instructor Especial, Luis Guillermo La
Riva, para que decidiera judicialmente.

A pesar de este esfuerzo bien planteado, la fluidez del sistema previsto no coronó en el
éxito, por varias razones. En primer lugar, el virus de la informática contaminó muchas
archivos del Banco Central de Venezuela -tal vez a propósito-; luego, los propios archivos
de Recadi no estaban organizados de la mejor manera. Pero dejemos que sea la palabra del
diputado Roseliano Ojeda la que describa la situación:

- Sólo la utilización de la informática -declaró a El Nacional- para el cruce de los datos que
se encuentran dispersos en los diferentes archivos relacionados con Recadi, permitirá
establecer, en forma precisa, dónde están las irregularidades, cómo se cometieron y quién
las perpetró. De acuerdo a un estudio preliminar, los diferentes archivos relacionados con el
otorgamiento de divisas preferenciales se encuentran aislados entre sí. La oficina llevaba
sus archivos sin clasificación alguna y sólo ordenados según el ingreso de documentos, mes
a mes. En mi opinión, estos archivos fueron concebidos, precisamente, para amparar la
corrupción, de acuerdo con el grado de desorden y la falta de método que muestran" (13 de
mayo de 1989).

Noventa días más tarde, el mismo Ojeda refirió lo siguiente:

- Mas de sesenta ex-funcionarios de Recadi, están colocados ahora en cargos estratégicos,


medios y bajos del Ministerio de Hacienda, desde donde siguen mandando sobre los
archivos Recadi.

En el fondo lo que estuvo planteado fue una lucha de poder por el control de los
valiosísimos archivos de la otrora alcabala de la extorsión y del favoritismo palaciego.

Al Juez Instructor La Riva no le gustó que el archivo fuera revisado por parlamentarios o
sus asesores; o a éstos no les gustó que las autoridades judiciales estuvieran chequeando
papeles sin su visto bueno; y la Ministro de Hacienda, Eglée Iturbe de Blanco, tampoco vió
con buenos ojos que magistrado o congresantes entraran y salieran de las bóvedas de papel
a cada instante.

El " peloteo" por el control del archivo fue ley a lo largo del proceso, al menos durante todo
el año 1989.

Fue el miércoles 23 de noviembre, ocho meses después de iniciado el trabajo desde el


Parlamento, cuando el presidente de la Comisión Especial y de la de Contraloría del
Congreso, Douglas Dáger, sometió a la consideración de sus colegas un proyecto de
informe preliminar -el que referimos en sus partes más importantes en el capítulo
precedente- sobre el caso Recadi.

Ya El Nacional, como apuntamos, lo había divulgado casi en su totalidad.

-La reunión de la Comisión Especial sirvió para reactivar la discusión sobre las
irregularidades cometidas en Recadi, caso que había languidecido en los últimos meses -
expresó Dáger en la sesión-. Hemos acordado realizar un cronograma de trabajo para ir
desglosando parte por parte el papel de trabajo, para irle incorporando las observaciones de
cada uno de los parlamentarios y partidos representados en la Comisión, junto con el cuerpo
de asesores que ha venido trabajando en la investigación.

Ese día ocurrió un incidente pequeño, pero que no dejó de ser de interés. "La reunión, que
se prolongó por unas tres horas, se inició con un debate sobre la reciente destitución hecha
por Dáger de dos de los asesores técnicos. Estos, cuya identidad no fue revelada por
ninguno de los parlamentarios, habían sido acusados por el coordinador del equipo
técnico, Roseliano Ojeda, de matraqueo, desde la subcomisión del Sector Alimentos,
presidida por el Diputado Alexis Ortiz; pues, supuestamente, alteraron datos para ocultar
irregularidades al menos cometidas por la empresa Alimentos Souto" , divulgó el
periódico.

Ortiz se defendió diciendo que Ojeda no había presentado pruebas que sostuvieran la
afirmación y que actuaba por franca rivalidad profesional. El informe del sector alimentos,
que nutrió el general coordinado por Dáger, determinó que no había pasado nada con las
empresas de alimentos. Sin embargo, los miembros de este subcomité, Luis Emilio Rondón
(AD) y Luis Hómez (MAS), sacaron en cara a Alexis Ortiz que no respaldaban el escrito.
Dentro del contrapunteo, Ortiz dijo que había adelantado su investigación con otros
diputados porque ni Rondón ni Hómez asistían a las reuniones de trabajo.
La anterior es una muestra de cómo cumplieron con el mandato encomendado por la
Cámara de Diputados en pleno, los integrantes de las sub-comisiones por sectores en el caso
Recadi.

El proyecto de informe elaborado por Douglas Dáger, sin embargo, dejó entrever las
siguientes responsabilidades administrativas, civiles y penales, no obstante que fue tildado
de " copeyanizado" por AD:

1. Jaime Lusinchi: por aprobar presupuestos nacionales de divisas con vicios legales,
por permitir que desde el gobierno se estimulara la especulación con dólares
preferenciales y la acumulación de hechos fraudulentos.
2. Hernán Anzola y Mauricio García Araujo: como presidentes del Banco Central de
Venezuela permitieron el sobregiro de los presupuestos de divisas por 2.612 millones
de dólares en el caso de las importaciones públicas, y por 11.194 millones 130 mil
dólares en el caso de las importaciones privadas.
3. Francisco Maldonado Cisneros, Héctor Meneses, Ana Teresa Herrera Balduz y
Edgalia Bastardo de Leandro: como directores de Recadi incurrieron en excesos de
los presupuestos nacionales de divisas por 680 millones de dólares y por 11.668
millones 900 mil dólares, en importaciones públicas y privadas, respectivamente.
4. Manuel Azpúrua y Héctor Hurtado: por ser los responsables de la administración y
los administradores de Recadi, y directores del Banco Central de Venezuela. Durante
sus gestiones dieron órdenes para sobregirar los presupuestos de divisas y firmaron
actas de la Comisión de Importaciones sin el quorum reglamentario.
5. Héctor Hurtado, Héctor Meneses, Eglée Iturbe de Blanco, Jorge García duque,
Francisco García palacios, Modesto Freites, Ana Teresa Herrera Balduz, Eduardo
Mayobre, Jóvito Martínez, Edgalia Bastardo de Leandro y José Azócar Aguilera;
como integrantes de la Comisión de Importaciones, aprobaron sobregiros
presupuestarios.

A fines del mes de noviembre de 1989, el Tribunal Superior de Salvaguarda dictó autos de
detención a más de la mitad de los arriba mencionados por el delito de malversación
específica de fondos públicos.

Difícil probar la corrupción

La primera reacción del Tribunal Superior de Salvaguarda sobre el caso Recadi dejó
atónitos a todos los venezolanos que leyeron El Nacional del 12 de abril de 1989. Su
presidente -ya casi para salir-, Guillermo Urbina Cabello se expresó en los siguiente
términos:

- En estos casos, cuando están implicados sobre todo altos funcionarios públicos, es muy
difícil, por no decir imposible, comprobarles la comisión de un acto de corrupción, porque
son personas generalmente universitarias, ilustradas y con cierta cultura que además, para
cometer estos delitos, se asesoran por abogados, auditores, contabilistas, economistas... son
los llamados ladrones de cuello blanco.

A José Vicente Rangel no le quedó otro remedio que declarar al día siguiente que " era
lamentable la actitud del Tribunal Superior de Salvaguarda" , y advirtió que " la trama de
intereses era muy poderosa" .

También sorprendido con lo declarado por Urbina Cabello, un abogado amigo (cuyo
nombre preferimos reservarnos ahora), nos pidió una cita para entregarnos una fotocopia de
la ponencia elaborada por el Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Gonzalo
Rodríguez Corro, a fines de 1988 -a título de decisión-, donde sugirió que los jueces
titulares del Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público -Guillermo Urbina
Cabello, Luis Marcel Urosa Savino y Angel Betancourt Ríos-, podían ser destituidos de las
funciones atinentes a los cargos que desempeñaban y, a la vez, firmemente, ser objeto del
correspondiente procedimiento disciplinario.
Rodríguez Corro sostuvo la tesis, publicada el 21 de mayo de 1989 y nunca decidida por
cierto en aquella oportunidad por sus colegas de la Corte Suprema de que " ...dicho órgano
judicial no obstante su alto rango y el riguroso sistema de designación a que está sujeto, se
ha tornado en un pésimo ejemplo para la administración de justicia, en nuestro país,
siendo proverbial su ineficiencia, su indisciplina, aspectos que de ningún modo pueden ser
desvinculados de la responsabilidad que pudiera corresponder a todos y cada uno de los
jueves que lo integran. Ello ha dado lugar a gravísimos retardos procesales, con peligro de
prescripción de muchas causas, tal como lo ha observado la Fiscalía General de la
República" .

Remató Rodríguez Corro su ponencia de 38 páginas alertando lo siguiente: " ... el Consejo
Judicial tiene que agilizar los trámites para que los jueces deshonestos no continúen
deshonrando a la Judicatura" .

Fue el sábado 13 de mayo de 1989 cuando reaccionó el saliente Presidente del Tribunal,
Urbina Cabello, frente a la ponencia del magistrado Rodríguez Corro: " Existe una
campaña de descrédito que pretende descalificar injustificadamente al Tribunal Superior
de Salvaguarda... Rodríguez Corro -dijo- actúa motivado por el afán de resentimiento y
notoriedad" .

Un arreglo político -para variar- pactado entre Acción Democrática, el Partido


Socialcristiano Copei y el Movimiento al Socialismo (MAS), el martes 27 de junio, logró
sustituir a los criticados magistrados arriba citados. De manera que Silvestre Ortiz Bucarán
se convirtió en el nuevo presidente del Tribunal Superior de Salvaguarda, acompañado de
los Jueces Carmen Alaide Mazzarri Mendoza (prima de Humberto Mendoza D`Paola, a
quien referirnos ya en capítulo precedente) y Enrique Sánchez Falcón. El primero,
candidato de consenso de los tres partidos mayoritarios; la segunda, impuesta por AD, y el
tercero por Copei.

La renovación del Superior de Salvaguarda fue acogida con beneplácito por muchos
venezolanos deseosos de que impartiera verdadera justicia en este y otro casos igualmente
importantes. Ortiz Bucarán venía recomendado con las mejores cartas: miembro destacado
de la Junta Patriótica que conspiró contra la dictadura de Pérez Jiménez en los años
cincuenta y miembro calificado de la Comisión Contra el Enriquecimiento Ilícito, en los
años sesenta.

- Tenemos cinco años- dijo - y les garantizo que haremos kilómetros de justicia... Vamos a
trazar una línea divisoria. No queremos juicios sobre lo hecho hasta hoy. Estamos claros
que el Tribunal Superior de Salvaguarda, como parte del país no escapa a la crisis de
Venezuela. La administración de justicia es cuestionada y está en una situación difícil...
Tenemos un concepto muy sencillo de lo que es justicia: sancionar a los culpables y
absolver a los inocentes. Lo vamos a aplicar. No habrá fuerza ni influencia que nos haga
torcer. No condenaremos inocentes, pero tampoco absolveremos culpables. Cumpliremos.

Al serle tocado el caso Recadi, el nuevo Magistrado respondió: " Hemos venido a trabajar.
Fuimos electos por unanimidad y el Tribunal Superior de Salvaguarda es el ojo del
huracán. No realizar una investigación contra el caso Recadi puede constituir un atentado
contra la estabilidad democrática" .

El 3 de julio de 1989 se descubrió que los miembros del Tribunal saliente de Salvaguarda,
Guillermo Urbina Cabello y Luis Marcel Urosa Savino, con el voto salvado de Angel
Betancourt Ríos, resolvieron cerrar la averiguación penal contra la empresa Interamericana
de Aviación y su presidente, Julio Mendoza Silva, " por considerar -los primeros dos- y
esta fue la primera decisión en el caso Recadi en contra o a favor de algún particular- que
hasta el presente no se ha ocasionado ningún daño al patrimonio público en el
otorgamiento de dólares preferenciales, dado que el Fisco Nacional puede ejecutar la
fianza otorgada. Por tanto, este otro hecho denunciado no reviste tampoco ningún ilícito
penal" , decía la ponencia.
Por su parte, Betancourt Ríos, al razonar su voto salvado, expresó que " mediante actos
fraudulentos se aprovecharon y distrajeron en provecho de otro (Inversiones JRM) el
dinero, valores o bienes recibidos de un organismo público (Recadi) por su representada
por alguna forma de contratación con lesión del patrimonio" .

En realidad, todo el país se dio cuenta de cómo los jueces superiores salientes trataron, sin
éxito y aceleradamente, de hacer en la última semana de su ejercicio, lo que no habían
podido en cinco años: " administrar justicia" . Mucho tiempo después también se supo que
igual ocurrió con el cierre de la averiguación a la Corporación Venezolana de Guayana y
algunas de sus empresas subsidiarias (especialmente las del Sector Aluminio), cuando,
nuevamente con el voto salvado de uno de los magistrados (Marcel Urosa Savino), se cerró
el expediente originado en el Congreso y la Contraloría General de la República por el
famosísimo " Informe Espinoza" . Escándalo, este otro, que marcó el inicio periodístico de
1988.

Los nuevos jueces superiores, Ortiz Bucarán, Carmen Alaide Mazzarri Mendoza y Enrique
Sánchez Falcón, causaron buena impresión pública, cuando a las cuarenta y ocho horas de
ejercer funciones dictaron prohibición de salida del país a todos los funcionarios de la
Comisión de Importaciones y los comenzaron a citar a declarar en la instancia de alzada.

Luego que el Juez instructor del caso, Luis Guillermo La Riva, dictó auto de detención a
Nicomedes Zuloaga en el expediente de los molineros y que, a su vez, le fue desempolvado
su pasado conspirador por el Diputado Oswaldo Alvarez Paz, los jueces superiores de
Salvaguarda, el 17 de julio, decidieron nombrar otros nueve jueces instructores más para
investigar el escándalo.

Quedó la Riva (XXXVII Penal) en el expediente de alimentos, Francisco Caracciolo Lamus


(XL Penal) en el agropecuario, Efraín Medina (XXVIII Penal) en el industrial, Aura Brandt
de Grisanti (XVIII Penal) en el comercial, Esther Franco La Riva (XXIX Penal) en la
industria farmacéutica y medicinas, Diamora Ramírez de Simancas (XXXIV Penal) en el
Sector Público, Luisa Doris Castellanos (XXXIII Penal) en el Sector de las Empresas
Verificadoras y Olimpia Suárez de Algarra (VII Penal) -la misma que venía investigando a
Blanca Ibáñez, secretaria privada del ex-presidente Lusinchi, y el caso de los jeeps- en el
Sector Financiero.

Estos nombramientos se hicieron luego que las autoridades del Superior se reunieron con la
asamblea de jueces penales del Distrito Federal y Estado Miranda, instancia de donde antes
había sido seleccionado Luis Guillermo La Riva López.

Previamente, los abogados de Zuloaga, especialmente Jesús Ramón Quintero, habían


solicitado la nulidad del nombramiento de La Riva -que le dictó auto al Amo del Valle-
porque en la asamblea que lo eligió -los demás se declararon incompetentes ante la
complejidad del caso- no se actuó por mayoría sino con 12 votos a favor y 2 abstenciones,
de 24 posibles.

De manera que la resolución del Superior de Salvaguarda dijo que " en virtud de que los
jueces superiores penales se declararon incompetentes para designar nuevos instructores
especiales, el Tribunal Superior de Salvaguarda, conforme a los artículos 86 y 108 de la
Ley que lo rige y el 25-A del Código de Enjuiciamiento Criminal, designa nueve jueces
como instructores especiales, a la vez que ratifica al Juez La Riva, que queda encargado de
investigar el área de alimentos".

El expediente acumulado por La Riva, de donde se desprendieron las 90 decisiones ya


comentadas, se distribuyó de la misma manera en que estaban subdivididos los sectores en
la comisión parlamentaria que investigaba en paralelo el caso Recadi desde el Congreso.

La designación de nueve jueces adicionales y la división del expediente por sectores


específicos creó la sensación, en la opinión pública, de que el escándalo en contra o desde la
Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales pasaría a una nueva etapa de decisiones
signadas por la administración de justicia que esperaba impaciente el pueblo venezolano.
Más no fue así. Como veremos en el capítulo referido a los casos más importantes de La
Gran Estafa, muchos de los expedientes abiertos y decididos por La Riva, fueron cerrados
por sus colegas instructores designados por Salvaguarda.

Los primeros actos del Tribunal Superior de Salvaguarda -prohibiciones de salida del país a
funcionarios y nombramiento de más jueces- se cayeron por su propio peso y, una vez más,
la desconfianza, el desconcierto y la indiferencia se apoderaron del público. La nueva
magistratura colegiada, compuesta por Ortiz Bucarán, Mazzarri Mendoza y Sánchez
Falcón, absolvió al ex-ministro de Transporte y Comunicaciones del gobierno de Luis
Herrera Campíns, Vinicio Carrera Arismendi, el 18 de agosto de 1989, de los cargos de
peculado que en su momento le hizo el fiscal Enrique Iglesias. Este advirtió que apelaría de
inmediato.

Pero antes, la Juez Penal Clara Rosa Peñaranda, por su parte dejó en libertad el viernes 28
de julio el ex-gobernador de Caracas, Rodolfo José Cárdenas, quien también ejerció el
cargo durante la administración de Luis Herrera Campíns.

En todos los mentideros políticos se comentó que estaba en marcha un arreglo convenido
entre Acción Democrática y Copei, para absolver a señalados blancos y verdes por
corrupción administrativa en el Tribunal Superior de Salvaguarda.

La lentitud contralora

El jueves 5 de abril de 1989, el Contralor General de la República, José Ramón Medina, nos
concedió una entrevista exclusiva, además de fondo, sobre el caso Recadi. Se trató de la
primera información sólida donde este funcionario tomó partido en la investigación, desde
el punto de vista de las responsabilidades administrativas que pudieran acarrear luego,
procesos civiles y penales.

Por considerar que en el Régimen de Cambios Diferenciales administrado por Recadi


intervino una multiplicidad de órganos públicos y privados, dentro de un complejo sistema
de otorgamiento de un bien público -divisas controladas, explicó el Contralor-, la
Contraloría General de la República decidió cambiar el enfoque de sus averiguaciones que
venían desde 1986 y 1987 y, resolvió investigar al Banco Central de Venezuela y, si fuera
necesario, las actividades de las cuatro empresas verificadores y las operaciones del Puerto
Libre de la Isla de Margarita.

Medina expuso que, en principio, " los hechos que se dicen ocurrieron en Recadi
originarán responsabilidades administrativas como también civiles y penales. De acuerdo
con esto, a la Contraloría le corresponderá señalar las primeras, dentro de lo que es su
esfera de acción, pero a la Fiscalía General de la República y a los Tribunales de
Salvaguarda les tocará pronunciarse sobre las segundas" .

La declaración principista de José Ramón Medina no buscó otro objetivo que deslindar las
responsabilidades, previniendo -sabiamente- que en un futuro no muy lejano el caso pudiera
abortar y que quedara, entonces, bien parado el nombre de la Contraloría General de la
República, a cuyo frente fue reelecto después que Carlos Andrés Pérez tomó por segunda
vez la jefatura del Estado y del Gobierno.

- Es necesario que quede claro- enfatizó Medina- y sin lugar a dudas, que el organismo
contralor cumplirá esas investigaciones sin aceptar ni tolerar ningún tipo de presiones
políticas, ni de ninguna otra índole. No seremos permeables al incontenible y vicioso
enfrentamiento de posiciones individuales y de grupos. Tampoco estamos dispuestos a
permitir que se creen en la opinión pública falsas expectativas sobre los resultados de las
actuaciones de la Contraloría, resultados que no podrán alcanzarse, simplemente, porque
están fuera de competencia. Rechazo que pueda pensarse que estamos eludiendo el
problema o evadiendo el deber que nos corresponde. Por el contrario, estamos conscientes
de la complejidad del asunto, y asimismo, estamos dispuestos a asumir nuestras
responsabilidades y llevar adelante las investigaciones a que hubiere lugar, con la
objetividad e imparcialidad que debe caracterizar todas las actuaciones de los órganos
contralores, pero sólo podemos hacerlo conforme a lo que la ley nos ordena.

Ya la Contraloría General de la República había entregado en las páginas 95 y 96 del Tomo


I de su informe anual al Congreso, correspondiente a 1987, un compendio de
irregularidades detectadas en los procesos de liberación de fianzas por el uso de dólares
preferenciales. El despacho había resuelto incorporar dentro de la programación de
inspecciones fiscales de ese año, una actuación completa al respecto en la Dirección
General Sectorial de Autorización de Divisas para la Importación, nueva denominación de
Recadi.

La gama de vicios y anormalidades reflejada en el informe iba desde la carencia de


controles para saber qué fianzas debían ser liberadas, pasando por la falta de reintegros al
Banco Central de Venezuela de las divisas no utilizadas o la falta de un catálogo de precios
unitarios actualizados para evitar la sobrefacturación de importaciones, hasta la recepción
de documentos clave totalmente ilegibles.

De estas irregularidades preliminares detectadas por la Contraloría, se derivaban


consecuencias jurídicas que comprometían la responsabilidad penal de funcionarios
públicos, particulares y representantes o directivos de empresas. " Estas conductas
antijurídicas -escribimos el 6 de abril-, se encuentran perfectamente definidas en la Ley de
Salvaguarda, como acciones punibles, conocidas en la doctrina penal con las
denominaciones: 1) procuración ilegal de utilidad en actos de la administración pública; 2)
cohecho pasivo o conducta de cualquier funcionario público que por hacer u omitir algún
acto de sus funciones, reciba o se haga prometer dinero u otra utilidad; 3) concierto de
funcionarios con particulares interesados o intermediarios en contratos o servicios o
suministro de haberes o efectos del patrimonio público, en perjuicio de la Administración
Pública; 4) aprovechamiento de fondos públicos; 5) enriquecimiento con certificaciones
falsas; 6) tráfico de influencias; 7) expedición ilegal de certificaciones; 8) alteración de
documentos en perjuicio de la administración pública; y 9) negligencia en la defensa de
derechos o acciones de organismos públicos" .

El 11 de junio, dos meses después de su primera declaración impactante, el Contralor


Medina volvió a aparecer en El Nacional. En esta oportunidad dijo: " preferimos un trabajo
lento, pero de ninguna manera extemporáneo, y no un trabajo apresurado que pueda
quedar en el aire" .

El Contralor General fue inquirido a este respecto, pues los venezolanos también conocen la
exagerada lentitud con la que trabajan los entes encargados de determinar las diversas
responsabilidades administrativas, políticas, penales y civiles que se pueden derivar de un
escándalo, en un momento dado.

Muchas veces, esta lentitud no provoca un efecto distinto al de la prescripción de muchos


casos.

En el caso concreto de la Contraloría General de la República, -apartando el de Recadi-, por


ejemplo, la investigación que inició el despacho a propósito del célebre Informe de Anelo
Segundo Espinoza contra la Corporación Venezolana de Guayana y las empresas del
aluminio, en febrero de 1988, dos años después no ha podido pasar de su eternizante etapa
preliminar.

Pero también hay que admitir que un ingrediente determinante para que las investigaciones
no marchen a la velocidad que reclama la sociedad, es la asfixia financiera que sobre los
organismos aplican los partidos políticos a la hora de aprobar el presupuesto ordinario de la
Nación o un crédito adicional en el Congreso para una finalidad investigativa compleja.
Una fiscalía displicente

A los cuestionamientos que se le venían haciendo al Fiscal General de la


República, Héctor Serpa Arcas -incluido el inolvidable episodio de la
Lolapol-, se añadió uno relacionado con el escándalo Recadi: negligencia.

Esta constituye una flagrante violación del artículo 41 de la Ley de


Salvaguarda del Patrimonio Público, que establece multa entre 10.000 y
500.000 bolívares para los funcionarios públicos que, según el ordinal 8 del
mencionado artículo, " dejen prescribir o permitan que desmejoren acciones
o derechos de los organismos, por no hacerlos valer oportunamente o hacerlo
negligentemente" .

Este fue el estreno del Fiscal Héctor Serpa Arcas en La Agenda Secreta de Recadi, en su
edición del 6 de abril de 1989.

Resulta que el 23 de agosto de 1988, la Contraloría General de la República -aun cuando


lenta en sus procederes- envió una comunicación al Ministerio Público (específicamente al
Fiscal), remitiendo documentación importante sobre " presuntos hechos irregulares" que se
habrían cometido en Recadi a lo largo de 1987.

El texto enviado por Marieli Marrero Santana, Directora General de Control de


Administración Central de la Contraloría a Serpa Arcas, explicó que " de conformidad con
el artículo 86 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República, enviamos
expediente conformado por cuatro piezas de 877 folios, contentivo de informes de fecha 18
de agosto de 1988 y documentación sobre presuntos hechos irregulares, determinados por
esta Contraloría en el curso de una averiguación que se adelanta en relación con el
otorgamiento de divisas al tipo de cambio preferencial por parte de Recadi" .

El párrafo siguiente decía: " A los fines de la determinación de las acciones legales que
procedan por parte del organismo a su cargo, por cuanto del contenido del referido
expediente se deriva que particulares y presumiblemente funcionarios públicos, han
incurrido en la comisión de hechos que pudieran haber afectado el patrimonio de la
Nación" .

Entre otras, a esta comunicación oficial el Fiscal Serpa Arcas no habría hecho ningún caso.
En otras palabras, la Contraloría nunca recibió pronunciamiento o resultados de parte del
Ministerio Público, a este respecto.

Durante la administración de Héctor Serpa Arcas, digamos, la Fiscalía General de la


República no vivió su mejor momento. Al final del escándalo Recadi, se le denunció por
haberse autojubilado con privilegios y primas que superaban los 140.000 bolívares
mensuales, de por vida.

Pero volviendo al desarrollo de lo que fue la Oficina del Régimen de Cambios


Diferenciales, el viernes 5 de mayo de 1989 Luis Beltrán Prieto Figueroa sentenció de la
manera más categórica que " Recadi me ha tenido muy preocupado por ser señal de una
corrupción generalizada en las funciones públicas y eso tiene que preocupar, a su vez, a
todos los venezolanos, porque los empleados públicos son servidores públicos y si son
corruptos la administración no marcha...El Fiscal General -se refería a Serpa Arcas- no
hace nada contra la corrupción. Y si no hace nada para castigar a los culpables que
abusaron de sus cargos para desfalcar a la nación, es un hombre inútil que no cumple con
sus obligaciones..." .

Fue el 11 de junio cuando Ramón Escovar Salom abandonó la embajada de Venezuela en


Francia para sustituir a Serpa Arcas al frente de la Fiscalía General de la República. Este
cambio de mando siguió llenando lo que antes describimos como el " vacío de justicia" .
Una semana más tarde anunció al país que había resuelto incorporar a las investigaciones
iniciales sobre Recadi a dos fiscales adicionales a los seis ya existentes.

-La incorporación de Emilia Estée y Néstor Contreras es para fortalecer y profundizar las
investigaciones. Ordené a los fiscales que participan en el caso que se abstengan de dar
declaraciones públicas sobre materias que están en proceso sumarial. En este asunto, como
en cualquier otro, el Fiscal General de la República debe contribuir a que los jueces actúen
sin presiones.

Pero la fuerza inicial que le imprimió la nueva administración de la Fiscalía, con Ramón
Escovar Salom al frente y Antonio José Herrera en la dirección general, se vio derrumbada
por el auto de detención dictado por el Juez XXXVI Penal, Frank Vecchionacce, al Fiscal
LXIII del Ministerio Público, José Gregorio Rodríguez, el 22 de junio, por complicidad en
tráfico de influencias, en perjuicio de la empresa Balgrés.

Este caso, a su vez, estaba ligado a una denuncia particular formulada por el presidente de
la Comisión Especial del Congreso, Douglas Dáger, contra los ciudadanos José Antonio
Zapata y Rosa Yajaira Santaniello Rosales, por pedir dinero a empresarios, bajo la promesa
de eliminar las pruebas en su contra. A estos dos también el Juez Vecchionacce les dictó
auto de detención el mismo día que al Fiscal Rodríguez.

Como para amortiguar el desprestigio al que sometió a la Fiscalía José Gregorio Rodríguez,
Antonio José Herrera, director general de Ministerio Público, en rueda de prensa efectuada
el miércoles 28 de junio, anunció la incorporación de 32 nuevos fiscales a la investigación
Recadi. Así, sumaban 40 los representantes del Ministerio Público y la cantidad permitió
adaptar a la Fiscalía al esquema sectorial manejado desde el Congreso y a la incorporación
hecha por Salvaguarda de nueve jueces instructores especiales para completar diez,
agrupados también por áreas investigativas.

Para el momento del anuncio de Herrera, ya estaban acumulados 62 expedientes diferentes


y la capacidad de sustanciación de la Fiscalía había mermado considerablemente.

Sintetizó en tres las razones para tomar la medida: 1) en los actuales momentos existen 62
causas vinculadas al caso Recadi, que cursan ante el Tribunal XXXVII Penal y de
Salvaguarda (el del Juez La Riva); 2) dada la estrategia procesal de La Riva, se prevé un
incremento sustancial de expedientes; y 3) de todas las dificultades y limitaciones señaladas
por el Juez de la causa para la instrucción de los numerosos y voluminosos expedientes, hay
una a cuya solución puede contribuir efectivamente el Ministerio Público.

El Juez La Riva se reunió con el ejército de Fiscales designados el 3 de julio y comenzó a


repartir los expedientes y causas, a un promedio de dos por cabeza.

El 17 de noviembre el Fiscal Ramón Escovar Salom, desde San Cristóbal declaró lo


siguiente: "Recadi fue un caso de corrupción que traspasó las fronteras venezolanas y que
llegó a todos los rincones del mundo. Precisamente por las dimensiones, es que no puede
quedar en la nada, sino que deben adelantarse las gestiones y procedimientos para que los
que aparezcan como responsables puedan ser castigados con todo el peso de la Ley. En lo
que respecta a la Fiscalía, puedo asegurar que haremos todo lo que sea posible, todo lo
que esté a nuestro alcance y en nuestras manos, para tratar de contribuir al
esclarecimiento de ese bochornoso asunto" .

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