Capítulo 9
La verificación de importaciones
Un informe del Congreso precisó que la actividad fundamental de Recadi fue servir como
administrador de dólares preferenciales preconvenidos en los presupuestos de divisas
correspondientes.
"De tal modo que durante el gobierno de Jaime Lusinchi se instalaron en el país -dice el
texto que se comenta- las empresas verificadoras, las que emitieron dos tipos de
certificados: limpios y sucios, y se convirtieron en grandes fuentes, en consecuencia, de
evasión de impuestos" .
Argumentaron también las fuentes investigativas del Parlamento que "las empresas fueron
contratadas para determinar las alteraciones, sin embargo, con los 30.000 millones de
dólares que manejaron, -a los que se les debía aplicar impuesto de 1% -300 millones de
dólares-, se pudo haber creado un equipo multidisciplinario de alto nivel técnico, de
eficiencia, que permitiera un mejor control y seguimiento de las divisas preferenciales para
importación y evitar así esta nueva forma de salida de poderosas sumas por concepto de
verificaciones que, a la larga, se convirtieron en avales de operaciones ilícitas" .
En consecuencia - se estimó-, "el Estado debe asegurar, clausurar y sellar los expedientes
que tienen las verificadoras en sus archivos" .
Se insistió en comentar que "el manejo que se daba entre las verificadoras y algunos
importadores originó: certificados no limpios y sobrefacturación. Por ello se podrían pedir
los documentos de exportación en los países de origen (de las mercancías), para
determinar las operaciones fraudulentas" .
Se agregó que "el gran negocio fue la compra de dólares baratos preferenciales para
colocarlos en el exterior. Al margen de quienes resulten culpables o implicados en la
investigación de Recadi y sus operaciones, se debe declarar el caso Recadi como un
problema de Estado. Se requiere la urgente aprobación de una Ley contra el Crimen
Tecnificado o delitos económicos" .
Otro aspecto digno de destacar en cuanto a las actividades de las compañías verificadoras
en Venezuela es que, si bien las mismas manejaron un mercado anual de unos 8.000
millones de dólares en importaciones que tenían que ser certificadas, la revisión de sus
estadísticas mostró un bajísimo nivel de emisión de certificados con salvedad, es decir, con
observaciones que generaban la pérdida para el importador de su derecho al pago de los
dólares preferenciales de determinada importación por parte del Banco Central de
Venezuela y el pago de honorarios adelantado proporcionalmente a cualquiera de las
empresas.
En materia de estadísticas revisadas por nosotros mismos, la empresa Caleb Brett -por
mencionar sólo una- habiendo iniciado operaciones el 25 de mayo de 1986, con miles de
conformidades de importación y manejando casi el 50% del mercado de certificación de
mercancías, para el 14 de abril de 1987, apenas un año después -de acuerdo con sus recibos
correlativos -sólo había emitido 12 certificados con salvedad. Así, cada una de estas
empresas registró en sus archivos un número ínfimo de los denominados "non negotiable
report of findings" .
Todas las operaciones de la empresa verificadora Caleb Brett, por manejar 46.691
conformidades de importación expedidas por Recadi con un valor FOB de 5.980 millones
de dólares, posteriormente recibidas para generar certificados de origen con salvedad y sin
salvedad, supuestamente, fueron ilegales y fraudulentas contra el Estado Venezolano y sus
correspondientes 4.917 clientes importadores.
Leído el documento genérico, dirigido a las tres seleccionadas, el señor Livio Pernetz,
presidente de la empresa Caleb Brett Venezuela C.A., originalmente denominada
Inspecciones Caribe, en sociedad con la empresa norteamericana Esperanza USA INC.,
firmó la resolución de Recadi en representación de Caleb Brett. En consecuencia, la
notificación no la firmó Michael E. DeArmond, presidente de Caleb Brett Intertek, quien
fue la persona que inició conversaciones con el gobierno de Jaime Lusinchi, por intermedio
del Ministerio de Hacienda. Como tampoco lo hizo, en ese momento, René Villa, presidente
en Venezuela de Caleb Brett International LTD, puesto que éste comenzó a ejercer las
operaciones posteriores derivadas del manejo de las conformidades de importación, cuando
tomó la presidencia de la denominación Caleb Brett International LTD, a partir de marzo de
1987.
Pero lo importante de este caso fue que la denominación Caleb Brett International LTD y la
Caleb Brett Intertek, cuyas presidencias las ejercieron, como dijimos, René Villa y Michael
E. DeArmond, respectivamente, no aparecieron en ningún registro mercantil de Venezuela.
La única denominación que figuró fue la Caleb Brett Venezuela C.A., que presidió Livio
Pernetz, a quien no reconoció René Villa sino como empleado de la Caleb Brett
International LTD. Así quedó recogido en la entrevista que Fabricio Ojeda realizó a René
Villa y que se publicó el 7 de abril de 1989. Pero se dio una circunstancia extraña: las
oficinas de Villa y Pernetz eran contiguas y su trato indicaba una relación de socios y no de
jefe a empleado.
Quiero aclarar -explicó Villa-, que en principio la empresa que salió descrita en El
Nacional (Caleb Brett Venezuela C.A.) no es ni está relacionada con la compañía que él
(Livio Pernetz) dirige en Venezuela. Se trata de una firma local, que después cambió de
nombre y todo eso, pero que nada tiene que ver con el proyecto aprobado por el gobierno
con esta verificadora.
Esto fue lo que permitió concluir, sin lugar a dudas, que las operaciones de la empresa
Caleb Brett International LTD tenían un origen fraudulento, por cuanto la firma comercial
Caleb Brett Intertek que solicitó la designación como empresa verificadora, era distinta a la
Caleb Brett Venezuela C.A. (la de Livio) que da conformidad a la asignación aprobada por
el gobierno, pero quien dio la cara en la ejecución de las operaciones de verificación fue la
de Villa, Caleb Brett International LTD.
La situación nos llevó a afirmar que había una participación fraudulenta en la función
verificadora de todas las denominaciones Caleb Brett y, al mismo tiempo, se planteó una
situación de negligencia administrativa por parte de Francisco Maldonado Cisneros, al
no "verificar" a la empresa solicitante contra la empresa receptora y la ejecutora, en su
oportunidad. La rúbrica de Livio Pernetz figuró en la comunicación entregada por
Maldonado a Caleb Brett, y se constató con la firma de Pernetz en varios documentos
acuñados por él en diversos registros mercantiles de Venezuela.
Aclarado este punto idiomático y de acuerdo con el documento suscrito por Maldonado
Cisneros, la clasificación establecida por Recadi dio un primer nivel de calificación a
Bureau Veritas y Caleb Brett; en un segundo nivel a la Société Générale Surveillance y a las
otras cuatro antes mencionadas una tercera categoría en importancia. "Las demás empresas
-escribió Maldonado- señalan o una simple especialización, una dimensión reducida o
simples representaciones" , por lo que quedaron prácticamente descartadas las firmas
Sivenca, Investigaciones y Desarrollos C.A., Inversiones Técnicas Financieras C.A., y
Comitec.
Añadió que "cada una de esas empresas hizo una amplia exposición y entregó material de
la presentación a los funcionarios presentes: Oscar Páez Bohórquez (Director de
Operaciones) y Marbella Rotundo (Directora de Autorización de Divisas). Como producto
de las entrevistas realizadas, surgieron las siguientes coincidencias entre los aspirantes: en
lo referente al enfoque democrático y transparente del proceso de múltiples empresas,
estuvieron de acuerdo que la modalidad era novedosa en el mundo; consideraron que no
debían ser muchas las firmas participantes (mínimo 2 y un máximo de 5), y que no sólo
debería certificarse precios, calidad y cantidad, sino también los aspectos legales de la
operación" .
Igualmente, señalaron los candidatos, que el nuevo mecanismo traería una reducción de las
importaciones, debido a los controles pre-embarques, "a la vez que un aspecto disuasivo;
recomiendan que se exija el certificado de origen para las importaciones del sector público
(con la excepción de armamento) y las exportaciones del sector privado para evitar
subfacturación y aprovechamiento indebido de los incentivos fiscales oficiales; coinciden
en que al inicio habrá manifiestas quejas de los despachadores en el extranjero como de
los importadores, pero que es indispensable la intensidad con la que el gobierno respalde
la medida" .
Las tarifas a aplicar por las empresas a los importadores para realizar las operaciones de
verificación variaron entre 0,9 y 1,2% sobre el valor FOB de la mercancía inspeccionada e
independientemente del resultado sin salvedad o con salvedad.
Finalizó esta parte de la comunicación de Maldonado a Azpúrua diciéndole que "se opina
que por seriedad y tradición de las empresas en primero y segundo nivel, se debe comenzar
el programa con estas tres empresas. Por el planteamiento de la Société Générale
Surveillance, ésta no está dentro de los parámetros fijados" .
En tanto que Sivenca, filial de Commodity Control Services, tenía sólo experiencia en el
manejo de productos energéticos y ofreció servicios adicionales en las ramas agrícolas,
alimentos, petróleo y consumo, con plataforma en Estados Unidos.
La única empresa totalmente venezolana que ofreció servicios fue Indesca, conformada con
participaciones de la Petroquímica de Venezuela S.A., Estireno del Zulia y Polímeros del
Lago, filial de Pequiven. Se desarrollaba básicamente con experiencia en la supervisión de
importaciones de equipos tecnológicos sofisticados. Esta empresa salió en el tapete un poco
más tarde, como veremos adelante.
El lunes 11 de abril de 1989, El Nacional abrió edición anunciando que, por las denuncias
hechas hasta la fecha, el Tribunal XXXVII Penal, del Juez La Riva, citaría a declarar a los
directivos y ejecutivos de las empresas verificadoras que operaron en el sistema de
supervisión de importaciones. En la lista de los requeridos para declarar estaban: René Villa
y Livio Pernetz, de Caleb Brett; Richard Gautier de la Société Générale Surveillance, y
Dominique Le Denmat, de Bureau Veritas. La solicitud estaba apoyada en un petitorio
introducido por los Fiscales Ana María Padilla, José Gregorio Rodríguez (a quién después
le dictaron auto de detención por chantaje) y Alberto Barroso.
Mientras tanto, en La Agenda Secreta del 17 de abril se denunció que dos diputados y un
militar habían actuado en las conversaciones y negociaciones que realizaron Francisco
Maldonado Cisneros, director de Recadi, y otros funcionarios de la Oficina de Régimen de
Cambios Diferenciales en Ecuador, donde quedaba la sede principal para Latinoamérica de
la empresa Société Générale Surveillance.
De acuerdo con Francisco Maldonado Cisneros, "esta comisión se integró, además, con la
Dirección de Operaciones (Oscar Páez Bohórquez), la consultoría Jurídica (Zhaidee Rivas
Randert) y el propio director de Recadi" .
Sobre este viaje, Maldonado Cisneros nos dijo que "el Ministro de Hacienda (Manuel
Azpúrua) me comentó que le había solicitado al Presidente del Congreso (Reinaldo
Leandro Mora) que designara a los diputados que creyere conveniente para asistir y,
efectivamente, fueron escogidos Alejandro Rodríguez Cirimelle y Leomagno Flores. El día
del viaje, el diputado Rodríguez Cirimelle se excusó de ir por cuestiones de trabajo, pero el
diputado Leomagno Flores si asistió con nosotros" .
Oscar Páez Bohórquez, director de Operaciones de Recadi, nos diría el día que se reunió
con Carlos Tablante, para ser interpelado, que tampoco asistió a Ecuador porque consideró,
luego, que eran demasiados los funcionarios de jerarquía los que abandonaban la oficina.
Fue en la oportunidad en que entregó a Tablante el famoso cuaderno con las llamadas
importantes, donde figuraban las hechas desde Miraflores por el diputado de AD, Luis
Guevara.
Con esta información en la calle, fue consultada la opinión el 18 de abril, del presidente de
la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, Armando Sánchez Bueno, de Acción
Democrática. Su respuesta no pudo ser más elocuente:
- Creo que se debe a una confusión, por cuanto mal podría yo haber designado una
comisión de diputados, ya que ésta es una función privativa de la Cámara de Diputados o
del Presidente de la misma. En todo caso, ni Flores ni Cirimelle pertenecieron a la
Comisión de Finanzas de Diputados.
El jueves 27 de abril, el Juez Luis Guillermo La Riva, Instructor Especial del caso Recadi,
dictó los primeros autos de detención basados en las investigaciones a la Oficina del
Régimen de Cambios Diferenciales: la medida recayó contra Richard Ames François
Gautier, presidente en Venezuela de Société Générale Surveillance; Livio Pernetz,
presidente de Caleb Brett Venezuela C.A., y André Marcel Dominique Le Denmat,
presidente de Bureau Veritas. Ese mismo día salieron autos para los chinos de las 19
empresas fantasmas denunciadas por Tablante: Ho Fuk Shum y Ho Fuk Wing. Fueron las
primeras cinco medidas judiciales del caso Recadi.
Carlos Tablante y yo nos enteramos el viernes 28 de abril, al día siguiente, cuando nos
dispusimos a abordar un avión de Viasa que nos trajo de vuelta a Caracas, luego de él haber
interpelado en Miami a Maldonado y nosotros hacer una larga entrevista al ex-director de
Recadi. Entre la interpelación y la entrevista -también escuchamos las preguntas del
diputado y las respuestas de Maldonado- se invirtieron doce horas de conversación.
Al pie de la misma página de La Agenda Secreta de Recadi se informó, desde Punto Fijo,
que Livio Pernetz había sido capturado por la Guardia Nacional en el aeropuerto de Las
Piedras, cuando trataba de fugarse del país, rumbo a Curazao, en el bimotor BE-90, y fue
puesto a la orden de la Disip para ser trasladado a Caracas. En realidad había salido desde
La Carlota, pero una avería no programada obligó al piloto del avión donde viajaba Pernetz
Janovitz a aterrizar en Punto Fijo. Ya Richard Gautier y Dominique Le Denmat se habían
marchado del país.
Con respecto a Livio Pernetz Janovitz, éste envió una comunicación a la Dirección de El
Nacional, el viernes 9 de abril. Nunca lo tratamos, pero sí tuvimos que responderle
públicamente porque en esta misiva afirmó a Franklin Whaite: "si bien son ciertos los
señalamientos... Specialist Services International de Venezuela (S.S.I.), es una empresa
nacional, distinta y diferenciada de la empresa verificadora Caleb Brett International LTD,
empresa esta última constituida y existente de acuerdo a las leyes del Reino Unido, con
capital accionario y directiva distinta a los de mi representada" .
A pesar de lo dicho por Pernetz, respondimos desde La Agenda Secreta que "la última
denominación registrada por Livio Pernetz, es decir la Specialist Services International de
Venezuela (S.S.I.), es la misma que figura, junto con la de Caleb Brett, en las tarjetas
personales de presentación de René Villa, presidente ejecutivo de Caleb Brett International
LTD en Venezuela... La sigla SSI -en todo caso- se correspondía con una filial de la
Inchape Inspection and Testing Services (IITS), que tenía sede en Londres y no en Estados
Unidos, como informó Livio Pernetz en el Registro Mercantil" .
De lo anterior nos dimos cuenta cuando analizamos las tarjetas de presentación de Villa y
Pernetz, las cuales todavía conservamos en archivo.
Así, Octavio Lepage, José Rodríguez Iturbe, Rafael Caldera, Freddy Muñoz, Douglas
Dáger, Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Eduardo Fernández, Godofredo González,
Gustavo Tarre Briceño, Carlos Canache Mata, Carlos Tablante, Rhona Ottolina, Vladimir
Gessen, Andrés Velásquez, Alonso Ojeda, Gonzalo Barrios y Humberto Celli; pudieron
leer: "para el momento en que la Société Générale Surveillance fue seleccionada por el
gobierno nacional para verificar, junto a otras dos empresas las importaciones con divisas
preferenciales, ya la SGS Venezuela S.A., había cumplido 18 años operando en el país. De
tal modo que no se trata, como podría llegar a pensarse, de una compañía oportunista que
sólo se interesó por la realidad económica venezolana en unos momentos específicos" .
- Los parlamentarios -dijo-, no nos peleamos por ir a un viaje. Mi interés fue como profesor
de Derecho Internacional de la Universidad Católica Andrés Bello.
En mayo 30, desde La Agenda Secreta se dio cuenta de que las empresas verificadoras
Société Générale Surveillance, Caleb Brett y Bureau Veritas, tenían antecedentes por
corrupción en otros países.
- No es casualidad -escribieron desde este gremio- encontrar que en todos los países donde
se conocen las experiencias de verificación de precios para efectos de importación, tipo
Bolivia, Paraguay, Nigeria o Ecuador, etc., aparece como denominador común en todos
ellos las mismas empresas inspectoras o verificadoras de precios.
En este informe se apuntó que, "al revisar los casos de escándalos y de corrupción en todos
estos países, se observa como la Société Générale Surveillance y Bureau Veritas, aparecen
consistentemente en los expedientes. De hecho, de las tres empresas mencionadas se sabe
en forma abierta que la empresa suiza Société Générale Surveillance es la esencia misma
de este mecanismo de entrabamiento y corrupción" .
Se agregó que "no debemos dejar de mencionar que no existe ninguna duda de que el triste
y empobrecedor proceso del cual Venezuela se viene percatando durante los últimos meses,
está directamente e íntimamente relacionado con el caso de Ecuador. No cabe duda que es
la empresa Société Générale Surveillance la que lo establece allí y es esta empresa, en
combinación con el gobierno del Presidente León Febres Cordero, y el Ministro
venezolano de Hacienda, Manuel Azpúrua Arreaza, quienes lo implantan en Venezuela, con
apoyo de la banca suiza. Es absolutamente cierto que, al igual que en Ecuador, al inicio se
estuvieron ejerciendo presiones para que solamente se le otorgara la exclusividad a la
Société Générale Surveillance, pero debido a las características propios del caso
venezolano, se decidió dar entrada a las empresas Caleb Brett y Bureau Veritas, con el fin
de hacerlo más transparente ante la opinión pública" .
- De los análisis... se concluye que no existe basamento jurídico suficiente para el cobro de
la comisión a importadores y exportadores (1 y 2%) por los servicios prestados por la
Société Générale Surveillance. Este costo debe ser absorbido por el Instituto Emisor... Los
avisos de conformidad y no conformidad deben convertirse en elementos de juicio para que
el Banco Central de Ecuador ejerza sus atribuciones. Una reforma del sistema parece
imperiosa, para que la intervención de la Société Générale Surveillance no contraríe el
esquema jurídico ecuatoriano.
La anterior historia resumida viene a colación, en tanto que un año después de comenzar
actividades de supervisión de importaciones y exportaciones ecuatorianas -en medio de una
gran pelea entre empresarios y funcionarios públicos- el gerente general de la Société
Général Surveillance en Quito, Enmanuel Bonnet, aprovechó la presencia en Ecuador de
Francisco Maldonado Cisneros, del diputado Leomagno Flores y del Teniente Coronel
Orlando Hernández Villegas, para enseñar las virtudes y procedimientos impuestos en este
otro país.
Siempre nos resultó importante tratar de determinar si los venezolanos que estuvieron en
Ecuador, en enero de 1986, conocieron los cuestionamientos lanzados por el empresariado
ecuatoriano en contra de las actuaciones de la Société Générale Surveillance: Enrique Orcés
Jijón, Director de Aduanas: "actuaciones de SGS planteaban vicios reglamentarios" ;
Alfredo Gallegos Banderas (posteriormente denominado presidente de la Cámara de
Comercio de Quito): "pagos de comisiones a la SGS son ilegales" ; Emilio Parodi: "el
contrato con SGS es oneroso y atentatorio de la dignidad nacional" ; Rodolfo Kronfle,
presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil: "La SGS ocasiona un perjuicio
irreparable a las empresas" .
Es justo decir que el Ministro de Finanzas, Francisco Swett, advirtió al sector privado que el
contrato suscrito entre del Banco Central de Ecuador y la Société Générale
Surveillance "nació de la absoluta necesidad de lograr que el monto de las exportaciones e
importaciones sea fidedignamente reportado y no se presenten problemas distorsionadores
y de mala utilización de la reserva monetaria internacional" .
La polémica está recogida en los diarios El Comercio, Hoy y El Universal, en sus ediciones
comprendidas entre marzo y abril de 1985.
En la misma edición del 2 de julio, se denunció que la Société Générale Surveillance tenía
antecedentes por soborno en Nigeria. La prensa de este país y de Inglaterra, como el Daily
Times, The Punch, National Concord, New Nigerian y Lloyd´s List, informaron, entre
febrero y diciembre de 1982, sobre el soborno a casi todos los miembros de la Comisión de
Finanzas. Un señor llamado Dassonville, segundo vicepresidente de la Société Générale
Surveillance a nivel mundial entregó, por equivocación, un sobre en 1981 con 120.000
dólares a Ernest Allison, sub-jefe de la embajada nigeriana en Berna, el cual estaba
originalmente destinado a comprar al Presidente de la Comisión de Finanzas, Ralph Obioha
y otros integrantes del comité parlamentario de diputados.
Según el relato escrito por el periodista nigeriano Raymond Okiti del National Concord, el
23 de febrero de 1982, la situación fue más o menos de la siguiente manera:
Esta otra historia viene a colación porque, si bien no fue rigurosamente confirmada la
información, el mismo señor Dassonville estuvo en Caracas a mediados del mes de marzo
de 1986, quién sabe con qué intención. De esto informaron varios empleados de Recadi,
que siempre pidieron no ser nombrados públicamente. La presencia de este personaje fue
escasamente quince días antes de que el gobierno de Jaime Lusinchi decidiera incorporar a
las empresas verificadoras de importaciones.
Es necesario precisar que la intención inicial fue la de establecer unos supuestos controles
para evitar sobrefacturaciones, (objetivo que por supuesto nunca se logró, por el contrario
se estimuló con la pésima administración de los presupuestos de divisas), las importaciones
del sector público no tuvieron ningún tipo de control porque el sistema, expresó, no fue
concebido para calibrar gastos, mucho menos precios, calidades y cantidades de las
importaciones del sector oficial.
El expediente bajó a las manos de la Juez Luisa Doris Castellanos, del XXXIII Penal, quien
luego de La Riva se encargó de seguir las investigaciones sobre las empresas verificadoras.
Ello significó que el único preso importante por este caso, Livio Pernetz Janovitz, recuperó
la libertad luego de varios meses bajo sombra. Seguramente se marchó del país también.
Recomendaron una nueva indagación judicial para establecer las responsabilidades penales.
Este informe sectorial, a su vez, fue absorbido por el Informe presentado por el Presidente
de la Comisión Especial, Douglas Dáger, a la consideración de todo el comité investigador
parlamentario.
- La actividad de las empresas verificadoras -se lee en este otro documento-, fue costeada ,
es cierto, por los propios importadores, pero con dólares preferenciales, constituyendo este
mecanismo el establecimiento de una curiosa relación según la cual el vigilante devino en
asalariado del vigilado, con los resultados fácilmente imaginables... Está evidenciado que
las verificadoras permitieron la sobrefacturación. El entendimiento y la comunidad de
intereses entre las verificadoras y algunos importadores, dieron lugar a certificados no
limpios y sobrefacturación.
Este caso, prácticamente cerrado, demostró que la verdad de la prensa siempre estuvo por
delante de la verdad procesal o judicial, de manera que rápidamente se olvidó que alguna
vez cuatro empresas verificadoras internacionales operaron en Venezuela.
Nico el molinero
Ocurrió que nos "pusimos" en varios de los informes en los que el Juez La Riva estuvo
centrando las indagaciones sobre el uso de dólares preferenciales para las importaciones de
trigo.
Había uno levantado por la Comisión de Economía del Senado de la República, presidida
por Angel Reinaldo Ortega, de Acción Democrática, y otros dos elaborados por la
Dirección de Inteligencia y Resguardo Nacional de las Fuerzas Armadas de Cooperación.
La investigación del Senado duró prácticamente un año, puesto que en marzo de 1987 se
produjo un voluminoso informe analítico, recopilatorio de todas las actuaciones, y se
concluyó, entre otras cosas, en las siguientes: se transgredió el ordenamiento legal y
jurídico de la República "relativos a la economía, las relaciones económicas y la apropiada
supervisión y control por parte del Estado" , en cuanto a las importaciones de trigo.
- En buena parte, la documentación oficial -dice el informe del Senado- que emiten los
órganos competentes con motivo de otorgar Delegaciones de Importación, Conformidades
de Importación y Autorizaciones para Retiro de Divisas, y en la información que suministra
el importador, aparece una descripción insuficiente del producto objeto del trámite o
adquisición, indicándose en muchos casos sólo el tipo de trigo sin su grado nutricional, o
señalándose solamente la palabra Trigo.
En la página que divulgamos ese 15 de mayo, titulada: "Juez de Recadi dictará medidas
contra directivos de molineras" , escribimos que el magistrado "tomará varias decisiones
judiciales contra directivos y funcionarios de las empresas Monaca, Gramoven, Mocama,
Molvenca, Mimesa, Sahiv, Molinarca, Halaca, Monguaca e Hidalgo, todas afiliadas a la
Asociación de Molinos de Trigo; y a las firmas independientes Molorca, Pastificio
Universal, La Lucha y Gofio Canario."
El Juez La Riva venía recopilando informaciones fundamentales, en tanto que había
encontrado indicios suficientes para cuestionar judicialmente las importaciones de trigo
provenientes de Estados Unidos, Canadá, Argentina, y la Comunidad Económica Europea.
Fue el viernes 26 de mayo cuando el Instructor La Riva dictó nueve autos de detención en
contra de Nicomedes Zuloaga, Salvador Armada, Néstor Mario Rangonelly -así quedó
registrado el nombre del futuro Ministro de Economía Rapanelli en el libro del Tribunal-, y
Oleg Williamsom de la empresa Gramoven; Giácomo Calabresse Vesce, de Molinos
Guacara; Ricardo Ponce de León, presidente de Monaca; Vicente Vegas Soko y Michael
Stewart Denger, de Pillsbury; y Héctor Aníbal Hidalgo, presidente de Molinos Hidalgo.
La noticia confirmó la primicia de El Nacional de una semana atrás, pero constató que
algunos de los señalados ya habían abandonado el país, para variar. La decisión del Juez se
basó en contrabando y malversación de fondos públicos, según la Ley de Salvaguarda.
Por su parte, el mismo día La Riva respondió: "Lo que pasa es que a lo mejor el doctor
Zuloaga lo que quiere es que yo me inhiba, y no lo voy a hacer, porque no hay razón,
causal moral ni procesal para que me inhiba. Yo dicté una decisión de acuerdo a lo que
pienso. El procesado puede ejercer los recursos que le consagran la Constitución y las
leyes" .
Este día acompañó las declaraciones iniciales de Zuloaga, el conocido empresario Alfredo
Paúl Delfino.
- Los verdaderos culpables y que no están presos son Jaime Lusinchi y Blanca Ibáñez -
exclamó sin pepitas en la lengua-. Estamos contemplando un terror judicial, legislativo y
una farsa que ya llega a extremos intolerables.
Mientras que los autores del informe de la Universidad Central convocaron a un foro que se
efectuó el 19 de mayo en la Sala A del Ateneo de Caracas, para "responder la intensa
campaña de las empresas comprometidas en el caso" . Insistieron en que si los controles de
Recadi y el BCV hubieran funcionado, como lo establecía la legislación cambiaria, se
pudieran ahorrar unos 100 ó 150 millones de dólares en favor de las reservas
internacionales.
La Agenda pudo obtener y luego publicar, el 1 de junio, uno de los documentos levantados
por el Servicio de Inteligencia y Resguardo Nacional de la G.N.
En el mismo, el Comando de Operaciones de las Fuerzas Armadas de Cooperación, dio a
conocer los resultados de una inspección que realizaron sus miembros por las ciudades
norteamericanas de Minneapolis, Nueva Orleans y Washington, en julio de 1987. Suscrito
por el General de Brigada (GN) Elías Ricardo Tarbay Assad, el coronel (GN) Orlando
Hernández Villegas (el mismo que viajó a Ecuador), el teniente (GN) Alfredo Vásquez
Tarbay, y el doctor Erwin Thomas; el papel de 13 folios concluyó que en el proceso de
importación y comercialización de trigo con dólares preferenciales "Venezuela compró
dicho producto en las peores condiciones del mercado" , coincidiendo plenamente con el
informe de la UCV. Por otra parte, que si en el momento de la inspección se hubiera
resuelto aplicar un sistema de trueque en el que estaba interesado el Departamento de
Agricultura de Estados Unidos, las importaciones pendientes podrían generar ahorros por
unos 50 millones de dólares, cosa que no ocurrió.
El 2 de junio el diputado Oswaldo Alvarez paz, de Copei, denunció al juez Luis Guillermo
La Riva, autor de la detención judicial de Zuloaga, desempolvando expedientes del año
1967, cuando el magistrado, siendo militar, habría instigado un magnicidio contra el
Presidente de la República de entonces, Rafael Caldera. Solicitó públicamente que La Riva
fuera sustituido e investigado por el Consejo de la Judicatura.
- El Juez -afirmó Alvarez Paz- no está capacitado ni jurídica ni éticamente para conducir el
proceso.
El candidato a ocupar la gobernación del Estado Zulia, también presentó la copia de una
carta dirigida por los integrantes de la Fundación La Riva, integrada por hermanos y por el
propio Juez de la causa, donde acosaban como abogado, al ex-ministro de Hacienda,
Manuel Azpúrua, representante legal de la empresa Vencemos, y referida a un litigio entre
terrófagos, donde la citada sucesión pidió 12 millones de bolívares para indemnización de
algunas tierras sujetas a expropiación.
Un asunto particular entre una sucesión familiar y una empresa privada, nos pareció, estaba
siendo utilizado para provocarle presiones al Juez, centro de atención del Caso Recadi. Pero
las denuncias contra La Riva, casualmente, provenían de la misma persona, el diputado
Oswaldo Alvarez Paz, que el 15 de abril declaró:
- Los brazos y tentáculos de los diferentes sectores partidistas y las posiciones clave que
ocupan en los niveles de decisión, hacen considerar la posibilidad de que las investigaciones
que se adelantan sobre Recadi, no concluyan de forma optimista.
En ese momento fueron dos las versiones que se tejieron en torno al comportamiento del
futuro gobernador electo del Zulia: una, que la campaña por lograr la primera posición
regional estaba siendo financiada por poderosos grupos económicos muy ligados a las
actividades de Nicomedes Zuloaga. La otra, que el diputado Alvarez Paz hacía juego junto
con Rafael Caldera, en favor de orientar la acción judicial sobre los funcionarios de la
administración y no contra empresarios importadores y mucho menos importantes como
Zuloaga. Recuérdese que para el momento, el Juez La Riva también había prohibido la
salida del país a importantes funcionarios de empresas automotrices y laboratorios médicos.
Se temió que La Riva siguiera cargando la mano al sector privado.
La detención de Nicomedes Zuloaga colocó, sin duda, el caso Recadi en otra perspectiva.
Allí comenzó la caída del Juez más odiado y conocido de Venezuela en las últimas décadas
de la historia judicial.
El viernes 3 de junio, por una parte, fue trasladado en medio de una gran trifulca organizada
por sus familiares al Tribunal de La Riva el empresario Zuloaga, para ser impuesto del auto
de detención. Gritos, insultos, empujones, golpes y el discurso acalorado de Cachi
Pocaterra, esposa de Zuloaga, marcaron la jornada.
Como Alfredo Paúl Delfino había dicho que todos los jueces eran unos ladrones, La Riva lo
mandó a arrestar por 36 horas. Entonces tenía presos a dos Amos del Valle.
El 4 de junio, Nicomedes Zuloaga planteó en un foro con Alfredo Peña que había "que
sacar las ratas de Acción Democrática" .
El diputado Oswaldo Alvarez Paz volvió a la carga el domingo 4 de junio: "Me gradué en
la Universidad del Zulia de Abogado y no sé dónde se graduó el Juez La Riva. Tuve los
mejores profesores y maestros, ejercí junto a jueces de verdad y no con payasos. La Riva
no se respeta a sí mismo" .
El cuadro descrito también provocó que el Juez La Riva se desmoralizara y no ocultara este
sentimiento, ni siquiera, ante los representantes de la prensa. El 6 de junio expresó:
- Como juez no debería decirlo, pero creo que la investigación de Recadi no va a llegar a
ninguna parte, y ninguna investigación donde se pretenda encubrir a algunos privilegiados
puede llegar a ningún sitio si continúan las presiones.
Este expediente fue abierto por órdenes expresas del Comandante de la Guardia Nacional
de entonces, General Luis Ramón Contreras Laguado, y estuvo escrito por el Teniente
Coronel Orlando Hernández Villegas (el mismo del viaje a Ecuador), el Subteniente Eddie
Ramírez Moyeda, el Subteniente Pedro Javier Dávila Rodríguez, el funcionario Ernesto
Bracho, por el Teniente Alfredo Vásquez Turbay y por el General Elías Tarbay Assad. Es
decir, casi los mismos que realizaron la inspección por varias ciudades de Estados Unidos.
El 15 de julio, el Juez La Riva envió los recaudos del caso de los molineros al Tribunal
Superior de Salvaguarda, presidido por Ortiz Bucarán. La finalidad, conocer la apelación de
los señalados, muchos de los cuales se defendían en ausencia.
Luis Piñerúa Ordaz volvió a figurar en esta historia el 17 de junio, cuando declaró: "sería
muy grave que una vez remitidos al Superior los expedientes en manos del Juez La Riva,
bien sea para continuar su investigación o para conocer decisiones apeladas, se cayera en
el congelamiento o la inanición que contraste con el dinamismo que le ha dado al caso el
Tribunal de Primera Instancia. Las actuaciones del superior no sólo deberán, en
consecuencia, ser cristalinas, sino oportunas, para que la opinión pública no se sienta
defraudada."
Como el asunto estaba tomando un giro que podía tocar intereses fundamentales,
especialmente críticas gremiales al sector empresarial, el Presidente de Fedecámaras, Eddo
Polesel le cargó la mano al Juez La Riva y a los parlamentarios de la Comisión Especial del
Congreso.
- Observamos que en las investigaciones -dijo el 30 de junio- que se realizan, como en las
opiniones e informaciones que a diario se producen, se presentan situaciones que están
afectando la seriedad y pueden comprometer la objetividad de los resultados... Tales
investigaciones deben realizarse sin desviaciones de los órganos institucionales que deben
practicarlas, ni distorsiones en la aplicación de los mecanismos legales.
Al día siguiente, el Juez La Riva ratificó que el auto de detención contra el ministro
argentino estaba plenamente vigente.
Pero el Presidente de Argentina, Carlos Menem, al dar una rueda de prensa en el Palacio
Rosado, sede del gobierno, el mismo 19 de julio, asumió la defensa de Rapanelli, y dijo
que "el ministro tiene en su poder documentación de la fiscalía nacional de investigaciones
de ese país y está totalmente sobreseído" . Cosa totalmente incierta.
Mientras tanto, Luis Guillermo La Riva pidió al Consejo de la Judicatura que investigara las
declaraciones suministradas en Buenos Aires por el diputado Peronista, Eduardo Varela
Cid, quien afirmó que el Juez XXXIII Penal "estaba ligado al narcotráfico" .
- He sido injuriado, he sido difamado. Se me ha dicho que estoy en connivencia con algunas
otras personas para dictar una decisión que no es la que ellos esperan. He tenido entrevistas
bastante fuertes con los abogados de Zuloaga, las cuales no se corresponden con lo que
debe ser una relación jurídica...
En la misma rueda de prensa, donde además estaban los otros dos integrantes del máximo
Tribunal de Salvaguarda, Silvestre Ortiz Bucarán y Carmen Alaide Mazzarri, se informó
que habían confirmado los autos de detención a los ciudadanos chinos Ho Fuk Wing y Ho
Fuk Shuk y con la misma se le dictó autos de detención a los funcionarios de la aduana
Marítima del Puerto de La Guaira: José Ignacio Alvarez, Félix Sánchez Sánchez, Mireya
del Valle Martínez de Guarino, y Lilian Josefina Escobar Ceballos, por el delito de
expedición indebida de documentos, en el mismo expediente de las empresas fantasmas de
los chinos.
Pero, por otra parte, se revocaron los autos de detención a los empleados del Banco Italo:
Lola Consuelo Ardila Vezga, Ana Gioconda Gil Balza, Pablo Antonio Mata Cedeño y
Angelo Tiso Meola, junto al de Nina Giovanna Calazza, empleada de la verificadora
Société Générale Surveillance, en tanto que los delitos de peculado culposo y falso
testimonio no estaban plenamente comprobados en el expediente instruido por el Juez La
Riva. Todos estos personajes estaban presos desde el mes de mayo de 1989.
- Yo pienso todavía que los culpables deben ser castigados. Por ahora queda demostrado
como se han manipulado los expedientes y es reivindicado el nombre de Nicomedes
Zuloaga.
- El caso Recadi está como el mamón macho que florea, pero no carga. Estoy decepcionado
porque aquí no se puede ser Juez. Las presiones son demasiadas y persistentes. Pienso que
los miembros del Tribunal Superior tendrán que tomarse un calmante para poder dormir
tranquilos. Yo, por mi parte, tengo mi conciencia tranquila, aunque me duela admitir que el
caso Recadi penalmente está muerto.
Al día siguiente, el 6 de octubre, los integrantes del Superior oficiaron al XXXVII Penal y
le notificaron que le revocaban su competencia para seguir conociendo del expediente del
Sector Alimentos. Fue pasado, el mismo, al Tribunal XXVI, a cargo del magistrado Braulio
Sánchez. No se sabe si fue por la calentera que agarró, pero lo cierto es que Luis Guillermo
La Riva fue operado de una afección intestinal ligada con una amibiásis, al día siguiente de
producirse la liberación de Nicomedes Zuloaga. Pero la ofensiva de los abogados del Amo
del Valle no se detuvo con motivo de hacerse efectiva la libreta de excarcelación. Uno de
éstos, Ramón Rangel Mantilla (sobrino del ex-ministro de Agricultura y Cría de Lusinchi,
Wenceslao Mantilla) anunció por prensa que iba a denunciar al senador de su mismo
partido Acción Democrática, Angel Reinaldo Ortega, ante el Tribunal de Etica de AD.
Ortega, como ya dijimos, coordinó la investigación contra los molineros desde la Comisión
de Economía del Senado.
En el interín, el Presidente Carlos Andrés Pérez viajó a Buenos Aires a reunirse con su
colega Carlos Menem. Desde allá las agencias internacionales recogieron las palabras
dichas por el Primer Magistrado Nacional a los periodistas locales, en el sentido de que el
Ministro de Economía, Néstor Mario Rapanelli, había sido absuelto también. El Tribunal
Superior de Salvaguarda se vio obligado a reafirmar en Caracas que esta causa todavía
estaba sin concluir. CAP, a su regreso aclaró que él no había dicho que Rapanelli había sido
exhonerado de responsabilidad.
El 16 de diciembre todas las agencias internacionales dieron cuenta de que el Ministro de
Economía de Argentina, Néstor Mario Rapanelli, fue excluido del gabinete y sustituido por
Antonio Ermán González.
En el interrogatorio al que fue sometido Néstor Mario Rapanelli en Caracas por los agentes
de Inteligencia y Resguardo Nacional de las Fuerzas Armadas, a partir de las cuatro de la
tarde del 2 de septiembre de 1987, recogido en uno de los dos documentos en los que el
Juez La Riva basó la decisión contra los molineros, se lee lo siguiente:
- En respuesta a la pregunta de cómo explica que en el embarque del vapor Atlantic Hero,
que de acuerdo al boletín de Analysis del Thionville Laboratories Corporation, presentó una
proteína de 14,1 por ciento y Gramoven, en la orden de compra solicitó un trigo con
mínimo de 14 por ciento y en el formulario de Molienda Experimental realizado en los
laboratorios de la empresa Gramoven se aprecia una proteína de 13,2 por ciento:
(Rapanelli), manifestó que ignora situaciones tan particulares como las referidas a ese
barco... (Rapanelli) no tuvo explicación para explicar la disparidad de los datos.
Más recientemente, a propósito de los autos de detención a los ex-funcionarios del gobierno
de Jaime Lusinchi, el juez Braulio Sánchez, XXVI Penal, reveló como nuevo Instructor
Especial del expediente del Sector alimentos, que había abierto nuevas averiguaciones
contra las empresas: Agropecuaria Los Cueros, La Laguna, Inversiones Gussi y
Agropecuaria Gussi (22-2-1990).
Pero, ¿en qué se basaron las diversas denuncias que reposaban en el XXXVII Penal? El
Magistrado Luis Guillermo La Riva tenía en sus manos tres tipos de documentos.
1) Los referidos a una presunta sobrefacturación global en el sector por el orden los 125
millones de dólares.
2) Los que advertían sobre una supuesta posibilidad de que las empresas ensambladoras no
hubieran cumplido exactamente con el programa de unidades de exportación sustentado en
la importación de CKD (armazones) con dólares preferenciales.
3) Los que referían en torno a una posible falta de correspondencia entre la política
automotriz, con el esfuerzo fiscal del Estado y la escasez de repuestos, la ausencia de
unidades producidas suficientes para cubrir el mercado y el aumento desbordado de los
precios de los automóviles.
El otro aspecto que quería clarificar el Juez La Riva fue el concerniente a un conjunto de
datos que apuntaban a los funcionarios que, desde el Banco Central de Venezuela,
manejaban directamente la entrega de divisas a las empresas ensambladoras. Algunos de
éstos renunciaron y otros fueron despedidos del Instituto Emisor con prestaciones dobles,
casualmente. Pero el conjunto dependió de la Gerencia de Administración Cambiaria, al
frente de la cual estuvo Carlos Hernández Delfino, funcionario denunciado por el diputado
de Ora, Jorge León Díaz.
El caso sectorial comenzó a tomar calor cuando el Juez, el 26 de abril prohibió salir del país
a Joseph W. O´Neill, presidente de Ford; John Werner, presidente anterior de Argenis
Gamboa de la General Motors; Carlos Siso Paván, presidente de Tocars; y Bernardo Brum,
gerente general de Fiat.
Un día después Cavenez publicó un remitido en todos los periódicos de circulación nacional
donde se afirmó que "las empresas ensambladoras afiliadas a esta Cámara, operan en
Venezuela desde hace más de dos décadas, con cuantiosas inversiones y sus transacciones
de importación han estado siempre bajo la más rigurosa supervisión de los organismos
gubernamentales, desde mucho antes de que fuese decretado el Régimen de Cambios
Diferenciales (Recadi). En ningún caso se trata de negocios establecidos con el objeto de
beneficiarse, indebidamente, de los mecanismos cambiarios... Queremos manifestar nuestra
preocupación por el manejo precipitado e indiscriminado que pudiera darse a esta
situación, lo cual perjudicaría la imagen de seriedad de las empresas integrantes de esta
Cámara y de las personas que las dirigen" .
El sábado 3 de junio se corrió la bola de que La Riva iba a dictar autos de detención a
directivos y ejecutivos importantes de todas las empresas automotrices. Ello no ocurrió.
El Diputado Leonardo Montiel Ortega se apareció muy temprano en la mañana del martes 6
de junio en la Policía Técnica Judicial, donde el Juez estuvo varios meses despachando por
la huelga de los trabajadores tribunalicios, consignando un documento donde rebatió las
cifras de Cavenez.
El Diputado Carlos Tablante denunció a la empresa Tocars por haber sido favorecida con la
entrega de dólares preferenciales, en detrimento de las demás ensambladoras.
Alfredo Behrens Reverón, director de la empresa Tocars-Toyota luego de aclarar que nada
tenía que ver familiarmente con el legendario Eduardo Rafael Behrens Linares (de quien
nunca se supo si había sido Director de Operaciones o Director General de Recadi, o ambas
cosas a la vez), precisó el 14 de junio que Tocars estaba obligada "a actuar de manera
transparente frente al país" , porque era la única cien por ciento venezolana.
Tablante, por su parte, señaló varias veces que no había ningún papel oficial en Hacienda o
Recadi que dijera que el descuento por anticipo se hubiera efectuado.
El jueves 3 de julio, el Juez La Riva dictó auto de detención a los directivos de Ford:
Cornelio Koreman, José Bisogno, Emmanuel Cassigena y Alfredo Guadarrama, ya había
abandonado el país. Estaban en Aruba y Curazao.
Como después el Juez la Riva cayó en desgracia por el caso de Nicomedes Zuloaga, a partir
del 17 de julio el Juez XXVIII, Efraín Medina, se encargó de todos los expedientes
industriales, menos laboratorios y medicinas. Nunca se supo que tomara alguna decisión
que profundizara esa del Juez La Riva.
El interés del gobierno norteamericano era tan urgente que, incluso, instituyó un subsidio
especial de compensación para que los ganaderos de los 56 Estados de la Unión salieran
rápidamente del número de cabezas de ganado antes señalado: 1 millón de la especie
holstein.
El destino fundamental del programa de exterminio era México. De tal manera que de todas
partes de los Estados Unidos se enviarían lotes de animales al Estado de Florida,
específicamente a Miami, desde donde saldrían a su destino por vía aérea y marítima.
En Florida, el profesor Dave E. Bruch, asistente del Area Veterinaria del Departamento de
Agricultura de este Estado se encargó de los procedimientos de importación interna y de
exportación global. Así las cosas, Bruch diseñó un formato denominado "Certificado de
Declaración" , cuyo texto fue el siguiente: "las vacas lecheras anotadas en esta lista de
certificado son parte del Programa de Terminación de Leche del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos de Norteamérica. El objetivo del programa es reducir el
número total del ganado lechero en los Estados Unidos, para contrapesar la
superproducción de Leche" .
Los precios de venta oscilaron, en promedio, entre 30, 40, 50 y 60 centavos de dólares por
cada libra de peso del animal.
El Diputado Fernández entregó a este redactor una copia del acta firmada por él, por
Gerardo T. Thielen, Cónsul de Segunda Autorizado por el Cónsul General de Venezuela en
Miami; y por Anelo Segundo Espinoza (el mismo que hizo la investigación inicial de las
empresas de la Corporación Venezolana de Guayana), Segundo Vicecónsul y Delegado
Especial del Cuerpo Técnico de Policía Judicial; donde se recoge un resumen de las
conversaciones sostenidas por este equipo investigador con el profesor Dave E. Bruch,
coordinador del programa de exterminio.
La plática con el profesor Bruch se realizó, fundamentalmente, el 19 de mayo de 1989. El
acta señaló que el grupo se trasladó "a varias partes de la ciudad a indagar sobre la
exportación de ganado hacia Venezuela" .
Más adelante, el documento reseña que "la primera visita se efectuó al señor Julio Suárez,
de la compañía "Suárez Shipping Services Inc." ... En dicha entrevista, el señor Suárez
manifestó que tenía poca información, pues solamente se limitaba a recibir bienes a ser
importados, por lo tanto no podía hablar de precios ni de otros particulares" .
El aparte continúa destacando que "nos refirió al doctor Dave E. Bruch, quien es el
asistente al jefe del Departamento de Agricultura... Con el doctor Bruch indagamos sobre
los Certificados de Exportación de Ganado a Venezuela que reposan en dicho despacho. El
doctor Bruch nos hizo entrega de algunas copias de certificados de inspección de
animales..."
La información señaló que "Bruch nos indicó que el gobierno tomó una determinación hace
cuatro o cinco años, de establecer un programa de eliminación de 1 millón de cabezas de
ganado lechero para nivelar la sobreproducción existente para ese momento. En
confirmación de esto, el doctor Bruch nos entregó una copia de la planilla hecha por él
mismo en 1986, en nombre del Departamento de Agricultura. En cuanto a los precios,
indicó que ese departamento no tiene ese tipo de control, pero nos entregó fotocopias de
direcciones y teléfonos de algunas oficinas que nos podrían orientar al respecto" .
El grupo, en consecuencia, sostuvo reuniones con los siguientes organismos: The American
Shorthorn Association ("en dicha asociación informaron que su ganado solamente se
vendía en subastas" ); The Holstein-Friesan Association of America ("donde nos
informaron que los precios de su ganado dependen de antecedentes, certificación y
producción de los padres del animal" ). Se conversó con el director de servicios
internacionales de dicha asociación, quien señaló que Venezuela no estaba incluida entre
los países a los cuales se podía exportar el ganado del programa. Dejó abierta la posibilidad
de que se hubiera podido exportar a Venezuela ganado destinado al sacrificio con un precio
entre 50 y 70 centavos de dólar la libra.
Por último, el acta en cuestión reveló que "se recomienda solicitar al Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos, a través de la Embajada de Venezuela en Washington,
los precios de referencia de venta de ganado que este organismo subsidió para sacrificio
dentro del referido programa, pues dichos datos se encontrarían diseminados en cada
oficina que aprobó solicitudes de inclusión que presentaron los ganaderos" .
3) Nº 82002, exportado por North West Cal Farm y consignado a Carlos Rumbos, para la
empresa Inversiones Agropecuarios en Valera (1.182 vacas holstein).
6) Nº 98221, exportado por North West Cal Farm y consignado a Carlos Rumbos, a la
misma Inversiones Agropecuarias C.A. de Valera (1.338 vacas holstein del Estado de
Iowa).
8) Nº 76810, exportado por Frezo International Trading Corp/Brown Swiss Enterprises Inc.
Y consignado a Agropecuaria Mi Futuro en Barinitas (51 vacas holstein).
El viernes 29 de abril se corroboró que al país habían ingresado unas 150.000 vacas y
vaquillas holstein y friesan de raza lechera que, a un costo unitario promedio, de 1.750
dólares cada una, arrojaban la importante cifra de unos 265 millones de dólares
preferenciales.
Una primera clave importante en este caso fue la inspección ordenada por los Diputados
Orlando Fernández (MAS) y Edgar Mora (COPEI) en la empresa Aseguradora Nacional
Agrícola, adscrita al Ministerio de Agricultura y Cría, por intermedio del Instituto de
Crédito Agropecuario (ICAP) y del Fondo de Crédito Agropecuario (FCA).
Ya para el 30 de abril el Juez Instructor la Riva había dictado auto de detención al ganadero
Antonio José Grimaldi. Algunos colegas de éste, Juan Semidey, Julio Girón, Eddy Perroni,
Omar Rivas, Oswaldo Correa, julio Vhalis y Mireya Ferrer, todos hacendados de
Tumeremo, denunciaron que más del 50 por ciento de los animales comprados a Grimaldi
habían fallecido por inadaptación e infertilidad, con problemas, además, para cobrar los
consiguientes seguros sobre ventas efectuadas por encima de los 17.000 bolívares por
animal.
El jueves 4 de mayo reaccionó Alejandro Trías Rojas desde Barcelona, en Anzoátegui.
- Orlando Fernández se hubiera podido evitar toda esa molestia si en alguna oportunidad se
le hubiera ocurrido visitarme o haberme invitado a que lo viera personalmente, en Caracas,
o con una simple llamada telefónica. Yo estoy dispuesto a ir a cualquier tribunal y al
Congreso, si así lo creen conveniente, pues nada tengo que ocultarle al país. Pero lo que
siempre me pregunto es por qué se empeña tanto conmigo y no dice nada de Luben Petkoff
(legendario jefe guerrillero del pasado) y de las novillas importadas de Cuba. Eso también
es interesantísimo saberlo...
Así como los recientes brotes epidémicos de dengue, estalla una cadena de denuncias por
venta con sobreprecio de vacas holstein, friesan y sahiwall, por parte de ganaderos de Zulia,
Táchira, Barinas, Bolívar, Anzoátegui, Monagas, Falcón, Mérida, Guárico y Apure.
Según Mora, "B. Venca S.A., pese a la situación, continúa los contactos con los ganaderos
en procura de los registros de capacidad de sustentación de las fincas, documento primario
par lograr las conformidades de importación con dólares preferenciales de Recadi" .
Otro embarque llegó los días 20 y 21 de abril de 1987, procedente de Nueva Zelandia, y así
fueron llegando hasta completar seis embarques, que en total sumaron unas 10.000 cabezas
de ganado.
- Nicolás Bauman -señaló el diputado Edgard Mora- fue en Occidente, lo que representó
Alejandro Trías Rojas en el Oriente del país.
Mientras esto ocurría en el campo de las denuncias, también se pudo constatar por una
declaración del médico veterinario Pedro Casanova Ostos, ex-director de Sanidad Animal
del MAC que hubo malversación de semen de toros americanos, producto de alto valor
energético, el cual se trajo a Venezuela en recipientes que lo que contenían era "nitrógeno
líquido" .
Entre 1986 y 1988, la Comisión de Importaciones aprobó erogaciones del orden de los 16
millones de dólares, para la importación de 1.601.162 pajuelas de semen. Pero ingresaron al
país 3.202 termos por un valor de 46,5 millones de dólares preferenciales, es decir tres
veces más del cupo oficial asignado.
El 3 de julio, Carlos Tablante, asesorado por el abogado Alberto Quintero, acudió una vez
más al Tribunal Superior de Salvaguarda, y denunció a Sinbrand José Cárdenas Rubio, ex-
director General Sectorial de Desarrollo Ganadero del MAC; Alfonso Rivas Encinozo, ex-
director de Política y Mercadeo; y a Jesús Alberto Román Pernía, ex-director General de
Desarrollo Agrícola; por haber autorizado un total de 5 millones 26 mil 148 dólares
preferenciales a las empresas fantasmas Distribuidora Nueva Zelandia y Maquinarias
Europa, para la importación de ganado y maquinaria agrícola en general.
El 18 de agosto, el ex-ministro de Agricultura y Cría, Wenceslao Mantilla (tío del abogado
Nicomedes Zuloaga, Ramón Rangel Mantilla, quien denunció al senador Angel Reinaldo
Ortega, el que adelantó la primera investigación a los molineros) fue citado al Superior de
Salvaguarda para declarar en el caso de la importación de vaquillas. A la salida del
interrogatorio dijo a los periodistas:
El 14 de julio de 1989, el Juez VI Penal, Jorge Rosell, revocó el auto de detención que
pesaba sobre Canavés por comercio ilícito de drogas, pero le dejó prohibición de salida del
país por el caso Recadi.
El informe del Diputado Douglas Dáger, en torno a este punto concluye lo siguiente: "Faltó
control por parte del Ministerio de Agricultura y Cría en la no verificación de los precios
reales de las novillas y permitió la importación indiscriminada de semovientes, sin
selección adecuada respecto a la procedencia y raza de los animales, que se
correspondiera con las verdaderas necesidades de los climas tropicales como el nuestro.
Fue así como nuestro país se convirtió en el más grande cementerio de ganado holstein del
Mundo" .
Hay otros dos aspectos dignos de destacar. El primero, que la denominada política
del "Milagro Agrícola" , basada en las importaciones indiscriminadas para el sector
agropecuario, ciertamente tuvo como resultado la superproducción agrícola que creó un
problema contrario al interés de la política, pero en cuanto a los efectos en el campo de la
leche, en el período de su ejecución, fue cuando más leche en polvo se importó, puesto que
el cometido de mejorar el rebaño nacional nunca fue posible por la mortandad animal
descrita.
El otro punto fue que Recadi aceptó que se rompiera la tramitación unipersonal de los
ganaderos al solicitar sus conformidades de Importación. De modo que en el lapso de
mayor desbordamiento en la entrega de las divisas preferenciales (1986 a 1988) fue cuando
unos pocos negociaron la capacidad de sustentación de muchos que creyeron que iban a
descansar de las tramitaciones burocráticas, pero también fueron engañados. Cuando
comenzamos a sacar el tema de las vacas, fue impresionante el cúmulo de llamadas que
recibimos en El Nacional de parte de muchos ganaderos que se sentían estafados.
Atrás quedaron los autos de detención del Juez XXXVIIU Penal, Luis Guillermo la Riva, en
contra del veterinario Francisco Elías Moya; del ingeniero agrónomo William José Ruiz
López; y del militar retirado José Nicomedes Molina Utrera. El mismo juez se inhibió en el
expediente de Alejandro Trías, porque era su amigo personal del Oriente del país, y el caso
pasó a manos del Juez XXI Penal, Cristóbal Ramírez Colmenares, mezclándose con la
denominada Conexión Francesa Ugape, cuyos detalles los veremos debajo del próximo
intertítulo.
La conexión francesa
Se trató del caso especial del diputado del MAS, Orlando Fernández, miembro de la
subcomisión del Sector Agropecuario de la comisión Especial del Congreso.
Este primer indicador apuntó a otro desfalco millonario, relacionado con la retención en
Paraguaná, en dos galpones ubicados en la carretera Coro-Punto Fijo, de 374 tractores
marca Zetor procedentes de Checoslovaquia y la Unión Soviética, pero embarcados hacia
Venezuela desde Francia.
Otro diputado, Salvador Militello de Copei, denunció que junto con la entrada ilegal de
tractores vino un contrabando millonario de cauchos, toda vez que los Zetor originales
fueron modificados estructuralmente para incorporales dos juegos de cauchos en el tren
trasero. Ya la cantidad de tractores estaba perfectamente identificada; 598 unidades
importadas por la Asociación de Ganaderos del Estado Anzoátegui, presidida por Alejandro
Trías Rojas. De manera que los encontrados en Falcón fueron parte de un lote mayor.
Fabricio Ojeda dio un parte en La Agenda el 26 de abril, donde se informó que "en la
solicitud hecha por Alejandro Trías Rojas ante el Ministerio de Fomento el 25 de julio de
1987, (dirigido por Héctor Meneses) se expuso que la idea era colaborar con el desarrollo
de las regiones mencionadas (Anzoátegui, Monagas y Guárico) y enfrentar los
compromisos del Plan Trienal de la Cuenca del Unare, en el que el gobierno tiene grandes
esperanzas" .
- Los tractores se vendieron -escribió Fabricio-, como es lógico, a precios superiores a los
costos de importación. Pero lo curioso es que no se mantuvieron precios unitarios para
todos los clientes, sino que se fueron incrementando en algunos casos. Por ejemplo, el
tractor Zetor modelo 101-11 cuyo precio de importación fue 200 mil 448 bolívares, fue
vendido al productor Agustín Salcedo Hernández, a bolívares 264.631; es decir, con una
diferencia de 54.183 bolívares que representa 25 por ciento de incremento sobre el costo de
importación.
El equipo de La Agenda tuvo en sus manos cada una de las facturas de los usuarios de los
600 tractores importados, y en más del 50 por ciento ocurrieron diferencias en los precios
de venta con relación a los costos de importación.
El 27 de abril, otro periodista del equipo, Régulo Párraga, encontró suficientes elementos
que vinculaban a la Asociación dirigida por Trías Rojas con las empresas del Consorcio
Capricornio, Equipagro y Promotora San Antonio. Al parecer, la relación entre los
franceses ya mencionados y los venezolanos Adalberto Prinz, Fernando y María Elena
Almeida con Trías era por la vía del financiamiento a las actividades de Acción
Democrática y Luis Alfaro Ucero en los Estados Orientales del país.
Los 300 tractores llegados a Guanta, pero encontrados en Falcón, fueron confiscados en el
Fundo La Alegría propiedad del consorcio Capricornio. Sobre un terrero en litigio.
La red de operaciones denunciada por Fernández involucró no solamente a Argea, sino a las
asociaciones regionales de ganaderos Aproeme, Asoproha, Apragui, Aporata, Ugape,
Sogatru, y Ugani. Mientras que la centrífuga provocada por la fusión de la Promotora San
Antonio y el Consorcio Capricornio, apoyada en la Infraestructura de Argea, permitió
constituir las empresas: Desarrollo Capricornio, Panagro, APK, Interamericana Agrícola de
Venezuela, Invercosta, Plaza, Tauro, Palma Dorada, El Parque, Inveragri, Rancho Grande,
Totalagro, Globalca, Maquipeca, Praga, Almacentro, Agrorepuestos, Servicampo, Los
Alamos, El Hierro, Santa Elena, San Andrés, El Mirador, El Guachipano, Los Robles, Los
Cedros, El Apamate, Río de Oro, El Charal, El Limón, Equipagro, Agriforest, y Fundo la
Alegría.
Así las cosas, el 3 de enero de 1989, Inverminca solicitó autorización de crédito externo con
el First Chicago Financial Corporation de Miami, por 45 millones de dólares preferenciales,
para financiar un programa minero en Falcón, destinado a la producción de 4.000 metros
cúbicos, por día, de piedra picada.
Pero la empresa Inverminca trajo, ciertamente, una Trituradora, una excavadora frontal, una
niveladora de presión autopropulsada, una excavadora zancuda y una planta secadora que
jamás fueron utilizadas. E inundaron al país de tractores Zetor alterados y presentados en
forma de oruga algunos y con contrabando de cauchos otros.
El otro supuesto representante del banco fantasma en Venezuela, Rudolf Werner, a la par de
Inverminca, había solicitado ante la misma Dirección de energía y Minas, 5 financiamiento
adicionales para las empresas Minera Las Cumbres, Inlain C.A., Naviera Táchira, Forjas
Orinoco y Astilleros del Sur, por 156 millones de dólares preferenciales.
Aparte de Inverminca, también quedó señalada la firma Quifoven, de los hermanos Pedro y
Dario Kovar, por la misma vía.
Mientras tanto el Ministro de Energía y Minas, Celestino Armas, ordenó a Ulises Ramírez,
detener todas las operaciones de apoyo financiero a Inverminca y los créditos basados en el
First Chicago Financial Corporation de Miami.
El 8 de junio, el mismo día que conseguimos por segunda vez la carta dejada por Héctor
Meneses, Ramírez Colmenares ordenó un tercer allanamiento a las instalaciones del
Consorcio Capricornio, ubicado en el Edificio Onix de El Rosal. Onix era otra empresa de
la retícula francesa. Fuimos invitados por Orlando Fernández, pero rechazamos el traslado
porque lo de Meneses era demasiado importante como para saturarnos de trabajo. El
allanamiento, no obstante, fue reportado en la Agenda del día siguiente, 9 de junio.
El diputado del MAS, a lo largo del proceso de denuncias contra la conexión francesa, fue
objeto de amenazas de muerte, intimidaciones, intentos de soborno en dólares y bolívares.
- Esa misma mañana - el 8 de junio- una voz de mujer me dijo por el teléfono (de su
habitación habitual en el hotel El Conde - que me estaban preparando una trampa. Por ello
anuncio públicamente que he tomado medidas personales y familiares, a partir de este
momento, más que nunca, no recibiré ni una simple galleta de nadie.
Un comisario amigo, por la vía de un conocido común, nos citó en un bufete de abogados
ubicado en el centro de Caracas. Pudimos leer un denominado "ejercicio policial de
posibilidades" . En ciertas instancias se pensó, en un momento dado, que estaban dadas las
condiciones para que el caso Recadi fuera reventado al caos por la vía de un atentado.
La realidad, la atmósfera que rodeaba las denuncias contra Capricornio se tornó muy pesada
y el caso Recadi ya tenía 96 días de cobertura diaria en La Agenda Secreta de Recadi. En
los mismos días se filtró la información de que dos individuos portando armas largas habían
sido atrapados por la Disip en el aeropuerto de Maiquetía. Pudimos verificar ésto, al menos
que había ocurrido el hecho, pero no detallar el porqué esta gente estaba armada y a quien
respondía. Un tercer elemento fue detectado encima del techo de la oficina de Tablante en
el Capitolio Federal. Esto lo pudimos corroborar directamente con el jefe de la Guardia
Nacional del Palacio Legislativo. Este"Espía" fue consignado en la Disip, Y allí se lo tragó
la tierra. Nunca pudimos saber los nombres de ninguno de los tres Hombres
Con el cuadro planteado así, hicimos una presentación a las autoridades de la redacción del
periódico y, una vez más, concluimos que no era necesario ser vigilados ni custodiados por
personal policial desconocido de la C.A. Editora El Nacional.
Tiempo después supimos que el ejercicio policial se hizo por razones distintas a la situación
planteada por el grupo Capricornio. Sólo habían coincidido ambas situaciones en el tiempo.
Es la verdad.
El 10 de Junio, el abogado Humberto Mendoza D´Paola nos llamó por teléfono y dio cuenta
de que abogados relacionados con la gente de Capricornio Habían hecho circular copias de
una cinta magnetofónica donde se escuchaba la voz de Orlando Fernández. Supuestamente,
el Diputado del MAS pedía dinero a la empresa Onix, para abandonar las denuncias. La
cinta en cuestión estuvo varios días dando vueltas por ahí. Fue rechazada por varios Jueces,
quienes no aceptaron darle curso por lo burdo del montaje hecho con fragmentos del
programa radial de Orlando Fernández en Barquisimeto.
Pero fue el 26 de junio cuando el Juez Cristóbal Ramírez Colmenares dictó diez autos de
detención por este expediente a las siguientes personas: los franceses Gerard Marc Dabasse,
y Christian Lachaise Mury; empresarios de la Onix; por aprovechamiento de fondos
públicos y actos falsos; como cómplices, a los venezolanos, Adalberto Prinz, María Elena
Almeida, Fernando Almeida, Edgard Rodríguez, gerente general del Consorcio
Capricornio; Simón Pinto, presidente de Apamol; Carlos López; Ciro Núñez, presidente de
Fegafalcón; y al francés Claude Gordard, representante legal en Venezuela del Noridid
Arab Finance Corporation.
Se dejó investigación abierta a Alejandro Trías Rojas, presidente de Argea; Anselmo Reyes,
Regino Burgos, presidente de Ugape; Francisco Hernández, Tomás Domínguez y Sadi
Raimondi, ex-directivos de Capricornio-Equipagro.
Previamente, el día antes de intentar marcharse del país, Adalberto Prinz y los hermanos
Fernando y María Elena Almeida publicaron un remitido en todos los periódicos, donde
expresaron:
El primero de julio, Adalberto Prinz recusó al Juez Ramírez Colmenares, por intermedio de
su abogado Eliécer Peña, y el expediente pasó al X Penal, a cargo del magistrado Saúl Ron
Brash. En todo el país comenzó la incautación de maquinaria agrícola, tractores y vacas de
todas las empresas mencionadas.
- Estas esposas son las que se colocan a los delincuentes, entonces yo me las coloco, en
vista de que no las tienen en sus manos los que salieron en libertad. Como aquí los valores
se han invertido, me las coloco yo... Se trata de demostrar que nuestro combate a la
corrupción es en serio y esta es una protesta en nombre de tanta gente desmoralizada por
esta decisión.
Como moraleja, entre otras, sólo quedó que Venezuela, también, se convirtió en un gran
garaje de tractores Zetor y de otras maquinarias como cosechadores, las cuales en poco
tiempo quedaron inservibles por falta de repuestos y por no existir técnicos capacitados para
reparar las orugas.
Desde que se creó el Régimen de Cambios Diferenciales hasta 1986, el Puerto Libre de la
Isla de Margarita, así como la Zona Franca de Paraguaná, aparte de asignárseles un cupo en
divisas para su uso al tipo de cambio libre, no contaron con dólares preferenciales al tipo de
cambio controlado, especialmente al tipo de 14,50 bolívares por dólar.
Fue a propósito de la devaluación de finales de 1986, que en los años 1987 y 1988 el Puerto
Libre no solamente recibió de nuevo su cuota de dólares, sino, además, al tipo de cambio de
14,50. Cantidades de productos suntuarios que habían sido desplazados al mercado libre de
divisas, fueron rescatados a la tasa oficial, bajo el argumento de evitar escaladas
inflacionarias por los efectos de la devaluación decidida por el gobierno de Jaime Lusinchi.
Mientras que en 1988, el cupo asignado a Margarita fue por 150 millones 486 mil 126
dólares, de los cuales se ejecutaron
122 millones 231 mil 549 dólares
preferenciales.
La denuncia de Morel Rodríguez cayó como un plomo, a tal punto que el Ministro de
Hacienda, Héctor Hurtado, decidió oficiar por instrucciones del Presidente Lusinchi, al
Fiscal General de la República de entonces, el inolvidable, Héctor Serpa Arcas, el 11 de
abril de 1988, solicitando una exhaustiva investigación al respecto.
El documento en cuestión añadió que por estos grupos empresariales "aboga una persona
(Morel Rodríguez), que según informaciones adicionales goza de participación en las
empresas" .
Los supuestos protegidos eran: Husseie Yassine, Said Rahal, Hassan Saleh, Afif Hassan
Rmaili y Saki Nicolás Rahal. Este grupo de cinco árabes controlaba las solicitudes de
importación de las empresas: Importadoras El Mago, El Sha, El Faraón, La Playa, Pepe El
Grande, Mi Lindo Sueño, El Gran Mayor, El Gran Poder, Las Pirámides, Doña Juana, El
Petróleo, El Pitigüei, Tienda Beatriz, Creaciones Porlamar, Importadora Par, Miss Ganga,
Sabana Import, Adriana, La Chinita, El General, El Gobernador, Sultan Hassan, La
Fundación, Import Curichaqui, El Terremoto, El Profeta, Importadora Sekmar, Michel, La
Raya, Time Store, Importadora Británica y Zorba.
Lo que estaba planteado era una reacción que denominamos en La Agenda Secreta de
Recadi como la "guerra de los cupos" , entre diversos grupos y centrífugas empresariales,
protegidas políticamente por funcionarios importantes, para tratar de obtener el máximo de
las divisas previstas para el Puerto Libre.
Es decir, que los 176 millones, luego reducidos a 160 millones de dólares preferenciales, se
repartieron entre 3.571 y no entre 3.711 licencias establecidas. De esta manera quedaron
distribuidos los 160 millones, de la siguiente forma: -83 millones 670 mil 383 dólares para
las empresas que importaron el 95 por ciento del cupo otorgado en 1987; - 66 millones 815
mil 990 dólares para las empresas que importaron menos del 95 por ciento del cupo
otorgado en 1987;
- Quedó a disposición de nuevas licencias un total de 9 millones 513 mil 625 dólares por
asignar.
Al comparar todas y cada una de las licencias favorecidas en las dos versiones aprobadas
por la Dirección de Aduanas con la lista hecha pública el martes 2 de mayo de 1988, y
tomando en cuenta siempre como agravante que una versión computarizada difiere de la
otra por los correctivos que fueron aprobados y que no se instrumentaron, en todos los miles
de casos se constatan las diferencias entre el cupo consumido en 1986 y 1987 contra el cupo
otorgado y consumido en 1988, con francas violaciones a la legislación establecida.
Una averiguación iniciada a fines de 1987 por importantes funcionarios técnicos del
Ministerio de Hacienda, constató que no era conveniente otorgar de nuevo, el 1988, dólares
preferenciales al tipo de cambio de 14,50 bolívares, puesto que el sistema de precios del
Puerto Libre estaba todo referido al valor del tipo de cambio libre.
Uno de los argumentos de peso para plantear, como se hizo, que se mantuvieran las
operaciones al cambio libre, fue que la gran mayoría de las licencias del Puerto Libre no
llegaron a consumir nunca los cupos establecidos en 1987, por una parte, y por la otra, que
habían introducido para 1988 aspiraciones por encima de los 300 millones de dólares, sin
que la base de costos y operación reflejara precios distintos a la denominada dolarización
excesiva basada en el tipo de cambio libre.
A pesar de que algunos funcionarios medios llegaron a encontrar suficientes razones para
no otorgar más dólares preferenciales al Puerto Libre de Margarita, otros resolvieron que si
se hiciera, no obstante la precaria situación de déficit en la balanza de pagos y la
imposibilidad de conseguir nuevas transferencias netas en divisas desde el exterior.
Posteriormente, desde la misma Margarita, estos dos directivos declararon a Régulo Párraga
lo siguiente:
Morel Rodríguez pagó un remitido en la prensa nacional donde puntualizó que en efecto era
un gestor, pero "del desarrollo económico y social en Nueva Esparta" .
- No permitiré que el caso Recadi se convierta en una venganza contra Margarita -explicó-.
Quienes se enriquecieron corruptamente con los dólares preferenciales para el Puerto Libre
ni son margariteños ni viven en Margarita y tampoco tiene sus corruptas fortunas en la Isla.
- Con gran sorpresa fue recibida en la Isla de margarita -escribió Párraga- la reciente
designación de Arevalo Marín Gómez (Hermano de Luciano Marín) como administrador de
la Aduana de La Guaira. Hasta hace algunos días él se desempeñó como tal en la Aduana de
El Guamache (desde donde en el pasado reciente le habían lanzado acusaciones a Ana
Teresa Herrera Balduz, cosa que escribimos en los capítulos pasados) " .
Pudimos constatar que el traslado de Marín Gómez fue posible gracias a los buenos oficios
de Alfaro Ucero, Secretario Nacional de Organización de Acción Democrática. Marín
Gómez trabajó en El Guamache directamente con Santos Zapata, jefe de interventores y
supervisor inmediato de Juan Méndez (el mismo que evaluó irregularidades en la entrada de
tractores por Guanta).
Todos estos casos estuvieron para la fecha en manos de juzgados Nacional de Hacienda, de
Aduanas y Jueces penales de Salvaguarda.
El sábado 1 de julio de 1989, el Presidente Carlos Andrés Pérez, desde Cumaná, declaró
que estaba de acuerdo en que se tomarán medidas en las aduanas, dentro del marco de la
nueva política comercial y arancelaria, "para evitar que las mismas se conviertan en nuevo
Recadi" .
El Diputado Nelson Chitty La Roche denunció por quinta vez, el jueves 15 de febrero de
1990, que la entonces Ministro de Hacienda Eglée Iturbe de Blanco, estaba obstruyendo la
investigación en las aduanas, la cual todavía no ha terminado.
- Es una voz no contradicha que las aduanas son y fueron - se escribió -, sobre todo en esos
años de vigencia de las Oficinas del Régimen de Cambios Diferenciales, un centro de
corrupción... Paralelamente, es conveniente mencionar la actuación en estos años del
Director General de Aduanas, Jesús Vargas Chirinos, quien mostró debilidad en la
consideración de los recursos que por vía jerárquica debía conocer, además de obviar
sospechosamente los lógicos procedimientos de revisión de conocimientos aduaneros
cuando el supuesto infractor lo recomienda. Las tareas de control e investigación, no
siempre contaron con la colaboración de la Dirección de Aduanas ni con la del Director de
Inspección ni de la Ministro de Hacienda Eglée Iturbe de Blanco.
A pesar de ser ambos gobernantes militantes del mismo partido, Acción Democrática, en
realidad lo que se sentía en todos los despachos oficiales era que la transición estaba
ocurriendo entre un gobierno saliente de Copei y el entrante de Carlos Andrés Pérez.
Uno de los síntomas más importantes que arrojó aquél cuadro fue la presencia, no para
pocos inadvertida, de un profundo y gran vacío de justicia que puso en entredicho la
garantía de un verdadero Estado Derecho.
Los períodos formales para que desempeñaran sus funciones el Fiscal General, el Contralor,
los Magistrados del Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público, de la Corte
Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura, estaban todos vencidos y sus titulares
tenían que ser ratificados o sustituidos. Pero lo cierto del caso es que nadie hacía nada o
muy poco con las denuncias que se estaban formulando.
No sin razón desde El Nacional se trató de presionar el esquema reinante, y por ello
invitamos al cambio de la situación. Escribimos el 11 de abril de 1989, justo a la semana de
haber comenzado La Agenda Secreta lo siguiente: " Corresponde al Tribunal Superior de
Salvaguarda del Patrimonio Público y a los Tribunales de Primera Instancia en lo Penal en
esta materia, en su condición de instructores directos de estos procesos contra la
administración pública, incluidas las denuncias de El Nacional, ordenar las
correspondientes averiguaciones para que, en definitiva, se determinen los delitos
cometidos y la responsabilidad penal de los funcionarios públicos, particulares y terceros,
en esas conductas antijurídicas y antinacionales" .
El miércoles 5 de abril de 1989, a petición de los Fiscales del Ministerio Público Ramón
Iglesias y Ana María Padilla, el Juez XXXVII Penal y de Salvaguarda, Luis Guillermo La
Riva López, primo del Diputado por Copei Emilio López, abrió la investigación referida al
caso Recadi.
Agregó este funcionario que " lo publicado por la prensa revista tal gravedad, que requiere
una investigación lo más pronto posible" .
Por su parte, el Juez La Riva dictó inmediatamente el auto de proceder para iniciar la
instrucción de un sumario, en coordinación con los fiscales. " Vamos a citar a todas las
personas que vayan apareciendo en el curso de la averiguación" .
Dos días después, La Riva recibió un expediente elaborado inicialmente por los Fiscales,
referido a dos empresas que pidieron 225.000 dólares preferenciales a 7,50 bolívares para
importar tractores.
El 17 de abril, La Riva tomó su primera decisión: prohibió la salida del país a unos 30 ex-
directivos y empleados de Recadi, y ya tenía iniciados 14 expedientes diferentes, por
sectores.
Humberto Celli, Secretario General de AD, declaró el 22 de abril que Acción Democrática
apoyaba plenamente las actuaciones del Juez La Riva López, en torno a la medida dictada.
- Consideramos que hay fundamentos -dijo Celli- para que las investigaciones se realicen
hasta sus últimas consecuencias y el partido prestará toda su colaboración y esfuerzo para
que esa investigación se efectúe, porque debe ponerse cese a los actos de corrupción y
porque tenemos la seguridad de que la crisis que vive el país no solamente es producto de la
deuda externa y la baja de los precios del petróleo, sino también en gran parte es por los
hechos de corrupción administrativa.
La primera inspección judicial en Recadi, realizada por el juez de la causa, tuvo lugar el
martes 25 de abril. Acompañado por el presidente de la Comisión Especial del Congreso,
Douglas Dáger, La Rivas dijo: " Este acto tiene como única y exclusiva motivación la de
preservar los documentos y registros en general que, de una u otra forma, puedan servir en
el proceso de investigación que se sigue en torno a la Oficina del Régimen de Cambios
Diferenciales" .
Con motivo de la larga huelga emprendida por los empleados de los tribunales, la cual
estalló en mayo y se prolongó hasta junio de 1989, el juez La Riva tuvo que constituir el
suyo en la sede de la Policía Técnica Judicial.
El jueves 25 de mayo, en acto ritual, el Juez La Riva impuso autos de detención a los únicos
seis detenidos por el caso Recadi: Livio Pernetz, representante de la empresa verificadora
Caleb Brett; Nina Giovanna Calazza Pocaterra, empleada de la Société Généralé
Surveillance; y los empleados del Banco Italo Venezolano: Lola Consuelo Ardila, Ana
Gioconda Gil Balza, Pablo Antonio Mata Cedeño y Angelo Tiso Meola.
A continuación ofrecemos una relación de las actuaciones más importantes del Juez La
Riva, en materia de decisiones judiciales:
- Detención judicial de los directivos de las empresas verificadoras: Livio Pernetz (Caleb
Brett); Richard Gautier (Sociéte Généralé Surveillance); y André Marcel Le Dem Matt
Dominique (Bureau Veritas).
- Autos de detención a los chinos denunciados por Tablante, Ho Fuk Shum y Ho Fuk Wing.
- Todos los funcionarios de Recadi y Ministros son citados al tribunal para declarar.
- Ordena allanar y custodiar las sedes de las empresas verificadoras como consecuencia del
asalto misterioso a la Bureau Veritas.
- Autos de detención contra los molineros Nicomedes Zuloaga, Néstor Mario Rapanelli,
Oleg Williamson de la empresa Gramoven; Giácomo Calabresse, de Molinos Guacara;
Ricardo Ponce de León, de Molinos Monaca; Vicente Vegas y Michael Stewart Denger, de
Pillsbury; y a Héctor Aníbal Hidalgo de Molinos Hidalgo.
- Envía al Superior recaudos de los ex-ministros Hurtado, Meneses y Aspúrua y de los ex-
directores de Recadi, Edgalia Bastardo de Leandro, Francisco Maldonado Cisneros y Jorge
García Duque.
- La Riva manda a recabar en Miraflores las cartas firmadas por Blanca Ibánez y el diputado
Luis Guevara.
- Autos de detención contra Julio César Mendoza y Luis Donna, abogados de la empresa
Cristalandes, y para Francisco José Madrid y Joubel Renato de la empresa Química Mara.
- Por apelación, envía al Superior de Salvaguarda el expediente de los molineros con autos
de detención.
- Auto de detención contra el Fiscal del Ministerio Público José Gregorio Rodríguez, por
chantaje y extorsión.
- El Juez Cristóbal Ramírez Colmenares, dicta autos -por inhibición de La Riva en el caso
Trías-Capricornio-tractores- a los franceses Gerard Dabasse, Christian Lachaise Mury y
Claude Gordard, Adalberto Prinz, Fernando y María Elena Almeida, Edgar Rodríguez,
Simón Pinto, Carlos López, Ciro Núñez; y deja averiguación abierta a Alejandro Trías,
Regino Burgos, Francisco Hernández, Tomás Domínguez, Humberto Salazar y Saidi
Raimondi. Todos relacionados con la denominada "Conexión Francesa" , denunciada por el
diputado Orlando Fernández.
- El Superior de Salvaguarda prohibió salir del país a los funcionarios Héctor Hurtado,
Héctor Meneses, Manuel Azpúrua Arreaza, Edgalia Bastardo de Leandro, Jorge García
Duque y Jóvito Martínez, de la administración Lusinchi.
- Autos de detención contra Andrés García, Pedro González Hernández, Tulio Alvarez
Rojas y Jesús Armando Ramírez, de la empresa Omega.
- Prohibición de salida del país para Fenuy Anuy Makarem Urdaneta, Samir Makarem
Urdaneta, Cecilia Sánchez Contreras, Nelson Salvatierra, Vitol Medina, Sauky Kasy, Omar
Mantilla y Carlos Sánchez.
Lo anterior significó que el Juez Instructor, Luis Guillermo La Riva, dictó cerca de 90
decisiones individuales en un lapso de 120 días. Esta situación contrasta con lo que ocurrió
después. Como se sabe, se nombraron nueve jueces especiales adicionales, todos con
facultades penales y de salvaguarda, a fines de julio. Sin embargo diez jueces, incluyendo a
La Riva, en cinco meses no tomaron ninguna decisión importante, al menos que sepamos
en El Nacional (julio a diciembre de 1989).
El contraste apreciado deja mucho que pensar. Algunos abogados consultados al respecto,
entre ellos Braulio Jatar, asesor de Douglas Dáger, presidente de la Comisión de Contraloría
del Congreso y presidente de la Comisión parlamentaria que investigó el caso, nos
confiaron que una de las principales virtudes del Juez La Riva fue precisamente que tomó
decisiones, buenas o malas, pero actuó con celeridad, para evitar presiones sobre su
Tribunal. Otro problema era que esas decisiones fueran confirmadas o revocadas por el
Superior de Salvaguarda.
Estos escándalos quedan impunes por las presiones que se ejercen contra el Juez -diría La
Riva en esos días a nuestro colega Roberto Giusti, en una célebre entrevista que éste hizo al
magistrado y cuya publicación ocurrió el 9 de julio-. Puede que me equivoque de buena fe,
pero yo prefiero ser Juez, llegar hasta las últimas consecuencias... Yo voy a seguir cortando
cabezas... Me encanta el poder...
La Policía Técnica Judicial, desde el comienzo de la actuación del Juez La Riva, lo apoyó a
materializar sus decisiones. Ligado a Recadi creemos que hubo un solo caso el cual merece
ser destacado, que contó con la atención exclusiva y directa de la PTJ: el del asesinato, el 11
de mayo de 1989, del ganadero Guillermo Nieves, en la carretera Soledad-El Tigre, en el
Estado Anzoátegui. Los diputado de la Organización Renovadora Auténtica (ORA), Jorge
León Díaz y Gabriel Niño (a ellos los conocimos en la sede de Recadi, cuando ayudaban a
Roseliano Ojeda en la comisión técnica que asistió al Congreso) habían entregado en la
central policial una serie de recaudos, a propósito del crimen.
Supuestamente, Nieves era gestor de muchos ganaderos de los Estados Táchira, Falcón,
Zulia y Bolívar, para la obtención de dólares preferenciales, en representación de las
empresas Bvenca y Agropecuaria Transandina, firmas, a su vez, investigadas por los
diputados Edgar Mora (Copei) y Orlando Fernández (MAS).
Este último nos confió alguna vez que Nieves fue su informante y por eso, entre otras cosas,
lo habían matado, tirándole una gandola en sentido contrario en la mencionada carretera
Soledad-El Tigre.
Otra versión que circuló respecto al crimen del ganadero Nieves fue que no murió por el
impacto y, en consecuencia, a quienes atentaron contra él no les quedó más remedio que
acribillarlo dentro de su Ford Sierra Blanco, placas XFS-043.
Representantes de pueblo
El jueves once sostuvimos una reunión de trabajo con Dáger. Primera vez que hablábamos
con el presidente de la Comisión de Contraloría. Obtuve de él unas declaraciones que luego
fueron publicadas el 13 de abril. De este encuentro vale la pena recordar las críticas
formuladas por nosotros a la forma en que fue llevada la interpelación de Edgalia Bastardo
(" muy pobre, tanto por las preguntas como por las respuestas" ). Dáger respondió que se
trataba de la primera y que sobre la marcha los parlamentatios se irían poniendo en el tema.
El otro punto importante expresado por nosotros al presidente de esta subcomisión, fue ver
qué pensaba Dáger del hecho de que uno o dos primos de él habían sido gestores en Recadi.
Nos dijo que su compromiso en la investigación pasaba por meter presa " a su madre, si era
necesario" . En realidad al diputado no le gustó mucho que le planteáramos el tema.
A mediados de abril la Cámara Baja en pleno sustituyó aquélla subcomisión por una
superespecial con plenos poderes, la cual tuvo la siguiente conformación:
1. Sector Agropecuario: integrada por Orlando Fernández (MAS), Edgar Mora (COPEI)
y Hernán Yépez Lucena (AD), para investigar importaciones de vaquillas, tractores y
maquinaria agrícola, cosechadoras, ordeñadoras, alimentos y componentes para
semovientes, inseminación artificial, semillas y sistemas de riego
2. Sector Alimentos: integrada por Ibrahím Sánchez, quien fue sustituido en el camino
por Alexis Ortiz (COPEI), Luis Emilio Rondón (AD) y Luis Hómez (MAS), para
investigar importaciones de granos, cereales, aceites, mantecas, insumos para
alimentos, componentes para la industria de alimentos y cereales para la industria
cervecera
3. Sector Industrial: Jesús Eduardo Troconis (AD), Gastón Guisandes (OPINA) y
Emilio López (COPEI), para investigar insumos industriales, empresas textiles,
metalmecánicas y la industria gráfica
4. Sector Comercial: compuesta por Gastón Guisandes (OPINA), Gonzalo Pérez
Hernández (MIN) y Henry Ramos Allup (AD), para indagar todas las importaciones
para ser comercializadas en el país
5. Sector Automotriz: integrada por Pedro Tábata Guzmán (AD), Emilio López
(COPEI) y Andrés Velázquez (Causa R), para investigar partes y repuesto, CKD,
repuestos para motores, motores eléctricos, motobombas y motores para lancha
6. Sector Aduanas: integrada por Nelson Chitty La Roche (COPEI), Orlando Fernández
Medina (MAS) y Carlos Tablante (MAS), para investigar todo el movimiento
aduanal en función de las importaciones con dólares preferenciales y casos
específicos ligados a los otros sectores
7. Sector Industria Farmacéutica y Medicinas: Vladimir Gessen (Nueva Generación),
Américo Araujo (AD) y Casto Gil Rivera (MEP), para investigar fundamentalmente
insumos e importaciones efectuadas por los laboratorios
8. Sector Público: Gonzalo Pérez Hernández (MIN), Cristóbal Hernández (AD) y
Gastón Guisandes (OPINA), para indagar todas las importaciones efectuadas por el
sector público
9. Sector Verificadores: Carlos Tablante (MAS), Liliana Hernández (AD) y Nelson
Chitty La Roche (COPEI).
10. Sector Financiero: Henry Ramos Allup (AD), Jesús Eduardo Troconis (AD) y
Gonzalo Pérez Hernández (MIN), para investigar la participación de la banca en el
proceso
Las únicas tres subcomisiones sectoriales que funcionaron plenamente y cuyos avances
rutinariamente fueron conocidos y divulgados por la prensa, y sus integrantes
complementaron la investigación con denuncias simultáneas ante los órganos de justicia
fueron: la del Sector Agropecuario, por esfuerzo constante de Orlando Fernández y Edgar
Mora; la del Sector Verificadoras, por la acción de Carlos Tablante y Nelson Chitty La
Roche; y la del Sector Aduanas, integrada por Nelson Chitty y Orlando Fernández.
Otras dos subcomisiones marcharon un poco por el interés de sus presidentes, que no por el
resto de los integrantes: Sector Público (Gonzalo Pérez Hernández) y Alimentos (Alexis
Ortiz).
Del resto de los subcomités sectoriales y de los diputados nunca se supo qué hicieron, con
quién se reunieron, a quién interpelaron o si, finalmente, produjeron algún informe sectorial
que pasara a nutrir el de Douglas Dáger.
Al menos, cuando fueron abordados sus integrantes por la prensa, éstos no sabían qué decir
o informar.
Otro aspecto importante a destacar es que, por ejemplo, el Juez Luis Guillermo La Riva
había dictado autos de detención en los sectores alimentos, automotriz, financiero,
industrial, comercial, y las correspondientes comisiones sectoriales nunca estuvieron a la
par de la investigación judicial.
Aparte del trabajo sectorial, entre abril y junio de 1989 la Comisión Especial citó a Manuel
Azpúrua, ex-ministro de Hacienda; Héctor Hurtado, ex-ministro de Hacienda; Eglée Iturbe
ex-viceministro y luego Ministro de Hacienda, hoy en el directorio de PDVSA; Jorge
García Duque, ex-viceministro de Hacienda; Edgalia Bastardo de Leandro, ex-directora de
Recadi; Ana Teresa Herrera Valduz, ex-directora de Inspección y Fiscalización y de
Recadi; Jesús Vargas Chirinos ex-director de Aduanas, para ser interpelados. Algunos
comités sectoriales realizaron también interpelaciones, como las efectuadas por las
subcomisiones de Aduanas y Verificadoras.
La Comisión Especial estuvo respaldada por un comité técnico que presidió el Diputado
Roseliano Ojeda e integraron: Humberto Redondo, Humberto Mendoza D`Paola, Manuel
Rivero Sanabria, Angel Augusto Franco, Juan Lugo Méndez, Juan Pedro Uzcátegui,
Tatiana Uzcátegui, Marcos Guánchez, Gilberto López Zacarías, Jorge Herrera, Víctor
Rivera, Marisol Arcia, Alberto Quintero y otros. Allí concurrieron abogados, policías,
detectives, médicos, expertos financieros, economistas, analistas de sistema, consultores,
auditores, interventores de aduanas, repartidos en los diversos sectores y comisiones.
Este último grupo fue el que fundamentalmente actuó en los propios archivos e
instalaciones de Recadi en la Torre Provincial.
Con el apoyo de unos pocos empleados de sistemas y secretarias que deseaban colaborar
con la investigación, y con algunos terminales y computadoras readaptados para la nueva
finalidad, es decir con el recurso de una aplicación denominada Contra-Recadi, se procedió
a cruzar los archivos existentes.
El resultado de ese cruce, a su vez, se intercambió con la información en poder del Banco
Central, Instituto de Comercio Exterior y los Ministerios de Hacienda y Fomento. El
entrelazamiento debía arrojar, como resultado general, cuando menos, tres niveles de
información básica: empresas en situación regular, empresas en situación irregular y
empresas fantasmas.
La información sobre cada empresa usuaria de dólares preferenciales fue clasificada en una
proforma que recibió los siguientes datos: 1) sector económico; 2) número de Registro de
Información Fiscal (RIF); 3) número de expediente abierto; 4) nombre de la empresa
importadora; 5) presupuesto en dólares correspondiente a 1988; 6) dólares otorgados en
1985, 1986, 1987, 1988 y 1989; 7) total de dólares otorgados; 8) solicitud de dólares
preferenciales; 9) referencias; 10) dólares aprobados en cada año desde 1983 hasta 1989;
11) bancos por los cuales se tramitaron cada año las conformidades de importación; 12)
fechas válidas para las tramitaciones; 13) artículos importados.
La última casilla de la proforma era la más importante; 14) tipo de irregularidad cometida u
observada.
Una vez que los asesores completaran la proforma de cada una de las 26.000 firmas
importadoras, en la misma medida se enviaría la información correspondiente a todas y
cada una de las subcomisiones sectoriales del Congreso, para que éstas revisaran el
expediente y, de ser necesario, se enviara al Juez Instructor Especial, Luis Guillermo La
Riva, para que decidiera judicialmente.
A pesar de este esfuerzo bien planteado, la fluidez del sistema previsto no coronó en el
éxito, por varias razones. En primer lugar, el virus de la informática contaminó muchas
archivos del Banco Central de Venezuela -tal vez a propósito-; luego, los propios archivos
de Recadi no estaban organizados de la mejor manera. Pero dejemos que sea la palabra del
diputado Roseliano Ojeda la que describa la situación:
- Sólo la utilización de la informática -declaró a El Nacional- para el cruce de los datos que
se encuentran dispersos en los diferentes archivos relacionados con Recadi, permitirá
establecer, en forma precisa, dónde están las irregularidades, cómo se cometieron y quién
las perpetró. De acuerdo a un estudio preliminar, los diferentes archivos relacionados con el
otorgamiento de divisas preferenciales se encuentran aislados entre sí. La oficina llevaba
sus archivos sin clasificación alguna y sólo ordenados según el ingreso de documentos, mes
a mes. En mi opinión, estos archivos fueron concebidos, precisamente, para amparar la
corrupción, de acuerdo con el grado de desorden y la falta de método que muestran" (13 de
mayo de 1989).
En el fondo lo que estuvo planteado fue una lucha de poder por el control de los
valiosísimos archivos de la otrora alcabala de la extorsión y del favoritismo palaciego.
Al Juez Instructor La Riva no le gustó que el archivo fuera revisado por parlamentarios o
sus asesores; o a éstos no les gustó que las autoridades judiciales estuvieran chequeando
papeles sin su visto bueno; y la Ministro de Hacienda, Eglée Iturbe de Blanco, tampoco vió
con buenos ojos que magistrado o congresantes entraran y salieran de las bóvedas de papel
a cada instante.
El " peloteo" por el control del archivo fue ley a lo largo del proceso, al menos durante todo
el año 1989.
-La reunión de la Comisión Especial sirvió para reactivar la discusión sobre las
irregularidades cometidas en Recadi, caso que había languidecido en los últimos meses -
expresó Dáger en la sesión-. Hemos acordado realizar un cronograma de trabajo para ir
desglosando parte por parte el papel de trabajo, para irle incorporando las observaciones de
cada uno de los parlamentarios y partidos representados en la Comisión, junto con el cuerpo
de asesores que ha venido trabajando en la investigación.
Ese día ocurrió un incidente pequeño, pero que no dejó de ser de interés. "La reunión, que
se prolongó por unas tres horas, se inició con un debate sobre la reciente destitución hecha
por Dáger de dos de los asesores técnicos. Estos, cuya identidad no fue revelada por
ninguno de los parlamentarios, habían sido acusados por el coordinador del equipo
técnico, Roseliano Ojeda, de matraqueo, desde la subcomisión del Sector Alimentos,
presidida por el Diputado Alexis Ortiz; pues, supuestamente, alteraron datos para ocultar
irregularidades al menos cometidas por la empresa Alimentos Souto" , divulgó el
periódico.
Ortiz se defendió diciendo que Ojeda no había presentado pruebas que sostuvieran la
afirmación y que actuaba por franca rivalidad profesional. El informe del sector alimentos,
que nutrió el general coordinado por Dáger, determinó que no había pasado nada con las
empresas de alimentos. Sin embargo, los miembros de este subcomité, Luis Emilio Rondón
(AD) y Luis Hómez (MAS), sacaron en cara a Alexis Ortiz que no respaldaban el escrito.
Dentro del contrapunteo, Ortiz dijo que había adelantado su investigación con otros
diputados porque ni Rondón ni Hómez asistían a las reuniones de trabajo.
La anterior es una muestra de cómo cumplieron con el mandato encomendado por la
Cámara de Diputados en pleno, los integrantes de las sub-comisiones por sectores en el caso
Recadi.
El proyecto de informe elaborado por Douglas Dáger, sin embargo, dejó entrever las
siguientes responsabilidades administrativas, civiles y penales, no obstante que fue tildado
de " copeyanizado" por AD:
1. Jaime Lusinchi: por aprobar presupuestos nacionales de divisas con vicios legales,
por permitir que desde el gobierno se estimulara la especulación con dólares
preferenciales y la acumulación de hechos fraudulentos.
2. Hernán Anzola y Mauricio García Araujo: como presidentes del Banco Central de
Venezuela permitieron el sobregiro de los presupuestos de divisas por 2.612 millones
de dólares en el caso de las importaciones públicas, y por 11.194 millones 130 mil
dólares en el caso de las importaciones privadas.
3. Francisco Maldonado Cisneros, Héctor Meneses, Ana Teresa Herrera Balduz y
Edgalia Bastardo de Leandro: como directores de Recadi incurrieron en excesos de
los presupuestos nacionales de divisas por 680 millones de dólares y por 11.668
millones 900 mil dólares, en importaciones públicas y privadas, respectivamente.
4. Manuel Azpúrua y Héctor Hurtado: por ser los responsables de la administración y
los administradores de Recadi, y directores del Banco Central de Venezuela. Durante
sus gestiones dieron órdenes para sobregirar los presupuestos de divisas y firmaron
actas de la Comisión de Importaciones sin el quorum reglamentario.
5. Héctor Hurtado, Héctor Meneses, Eglée Iturbe de Blanco, Jorge García duque,
Francisco García palacios, Modesto Freites, Ana Teresa Herrera Balduz, Eduardo
Mayobre, Jóvito Martínez, Edgalia Bastardo de Leandro y José Azócar Aguilera;
como integrantes de la Comisión de Importaciones, aprobaron sobregiros
presupuestarios.
A fines del mes de noviembre de 1989, el Tribunal Superior de Salvaguarda dictó autos de
detención a más de la mitad de los arriba mencionados por el delito de malversación
específica de fondos públicos.
La primera reacción del Tribunal Superior de Salvaguarda sobre el caso Recadi dejó
atónitos a todos los venezolanos que leyeron El Nacional del 12 de abril de 1989. Su
presidente -ya casi para salir-, Guillermo Urbina Cabello se expresó en los siguiente
términos:
- En estos casos, cuando están implicados sobre todo altos funcionarios públicos, es muy
difícil, por no decir imposible, comprobarles la comisión de un acto de corrupción, porque
son personas generalmente universitarias, ilustradas y con cierta cultura que además, para
cometer estos delitos, se asesoran por abogados, auditores, contabilistas, economistas... son
los llamados ladrones de cuello blanco.
A José Vicente Rangel no le quedó otro remedio que declarar al día siguiente que " era
lamentable la actitud del Tribunal Superior de Salvaguarda" , y advirtió que " la trama de
intereses era muy poderosa" .
También sorprendido con lo declarado por Urbina Cabello, un abogado amigo (cuyo
nombre preferimos reservarnos ahora), nos pidió una cita para entregarnos una fotocopia de
la ponencia elaborada por el Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Gonzalo
Rodríguez Corro, a fines de 1988 -a título de decisión-, donde sugirió que los jueces
titulares del Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público -Guillermo Urbina
Cabello, Luis Marcel Urosa Savino y Angel Betancourt Ríos-, podían ser destituidos de las
funciones atinentes a los cargos que desempeñaban y, a la vez, firmemente, ser objeto del
correspondiente procedimiento disciplinario.
Rodríguez Corro sostuvo la tesis, publicada el 21 de mayo de 1989 y nunca decidida por
cierto en aquella oportunidad por sus colegas de la Corte Suprema de que " ...dicho órgano
judicial no obstante su alto rango y el riguroso sistema de designación a que está sujeto, se
ha tornado en un pésimo ejemplo para la administración de justicia, en nuestro país,
siendo proverbial su ineficiencia, su indisciplina, aspectos que de ningún modo pueden ser
desvinculados de la responsabilidad que pudiera corresponder a todos y cada uno de los
jueves que lo integran. Ello ha dado lugar a gravísimos retardos procesales, con peligro de
prescripción de muchas causas, tal como lo ha observado la Fiscalía General de la
República" .
Remató Rodríguez Corro su ponencia de 38 páginas alertando lo siguiente: " ... el Consejo
Judicial tiene que agilizar los trámites para que los jueces deshonestos no continúen
deshonrando a la Judicatura" .
Fue el sábado 13 de mayo de 1989 cuando reaccionó el saliente Presidente del Tribunal,
Urbina Cabello, frente a la ponencia del magistrado Rodríguez Corro: " Existe una
campaña de descrédito que pretende descalificar injustificadamente al Tribunal Superior
de Salvaguarda... Rodríguez Corro -dijo- actúa motivado por el afán de resentimiento y
notoriedad" .
La renovación del Superior de Salvaguarda fue acogida con beneplácito por muchos
venezolanos deseosos de que impartiera verdadera justicia en este y otro casos igualmente
importantes. Ortiz Bucarán venía recomendado con las mejores cartas: miembro destacado
de la Junta Patriótica que conspiró contra la dictadura de Pérez Jiménez en los años
cincuenta y miembro calificado de la Comisión Contra el Enriquecimiento Ilícito, en los
años sesenta.
- Tenemos cinco años- dijo - y les garantizo que haremos kilómetros de justicia... Vamos a
trazar una línea divisoria. No queremos juicios sobre lo hecho hasta hoy. Estamos claros
que el Tribunal Superior de Salvaguarda, como parte del país no escapa a la crisis de
Venezuela. La administración de justicia es cuestionada y está en una situación difícil...
Tenemos un concepto muy sencillo de lo que es justicia: sancionar a los culpables y
absolver a los inocentes. Lo vamos a aplicar. No habrá fuerza ni influencia que nos haga
torcer. No condenaremos inocentes, pero tampoco absolveremos culpables. Cumpliremos.
Al serle tocado el caso Recadi, el nuevo Magistrado respondió: " Hemos venido a trabajar.
Fuimos electos por unanimidad y el Tribunal Superior de Salvaguarda es el ojo del
huracán. No realizar una investigación contra el caso Recadi puede constituir un atentado
contra la estabilidad democrática" .
El 3 de julio de 1989 se descubrió que los miembros del Tribunal saliente de Salvaguarda,
Guillermo Urbina Cabello y Luis Marcel Urosa Savino, con el voto salvado de Angel
Betancourt Ríos, resolvieron cerrar la averiguación penal contra la empresa Interamericana
de Aviación y su presidente, Julio Mendoza Silva, " por considerar -los primeros dos- y
esta fue la primera decisión en el caso Recadi en contra o a favor de algún particular- que
hasta el presente no se ha ocasionado ningún daño al patrimonio público en el
otorgamiento de dólares preferenciales, dado que el Fisco Nacional puede ejecutar la
fianza otorgada. Por tanto, este otro hecho denunciado no reviste tampoco ningún ilícito
penal" , decía la ponencia.
Por su parte, Betancourt Ríos, al razonar su voto salvado, expresó que " mediante actos
fraudulentos se aprovecharon y distrajeron en provecho de otro (Inversiones JRM) el
dinero, valores o bienes recibidos de un organismo público (Recadi) por su representada
por alguna forma de contratación con lesión del patrimonio" .
En realidad, todo el país se dio cuenta de cómo los jueces superiores salientes trataron, sin
éxito y aceleradamente, de hacer en la última semana de su ejercicio, lo que no habían
podido en cinco años: " administrar justicia" . Mucho tiempo después también se supo que
igual ocurrió con el cierre de la averiguación a la Corporación Venezolana de Guayana y
algunas de sus empresas subsidiarias (especialmente las del Sector Aluminio), cuando,
nuevamente con el voto salvado de uno de los magistrados (Marcel Urosa Savino), se cerró
el expediente originado en el Congreso y la Contraloría General de la República por el
famosísimo " Informe Espinoza" . Escándalo, este otro, que marcó el inicio periodístico de
1988.
Los nuevos jueces superiores, Ortiz Bucarán, Carmen Alaide Mazzarri Mendoza y Enrique
Sánchez Falcón, causaron buena impresión pública, cuando a las cuarenta y ocho horas de
ejercer funciones dictaron prohibición de salida del país a todos los funcionarios de la
Comisión de Importaciones y los comenzaron a citar a declarar en la instancia de alzada.
Luego que el Juez instructor del caso, Luis Guillermo La Riva, dictó auto de detención a
Nicomedes Zuloaga en el expediente de los molineros y que, a su vez, le fue desempolvado
su pasado conspirador por el Diputado Oswaldo Alvarez Paz, los jueces superiores de
Salvaguarda, el 17 de julio, decidieron nombrar otros nueve jueces instructores más para
investigar el escándalo.
Estos nombramientos se hicieron luego que las autoridades del Superior se reunieron con la
asamblea de jueces penales del Distrito Federal y Estado Miranda, instancia de donde antes
había sido seleccionado Luis Guillermo La Riva López.
De manera que la resolución del Superior de Salvaguarda dijo que " en virtud de que los
jueces superiores penales se declararon incompetentes para designar nuevos instructores
especiales, el Tribunal Superior de Salvaguarda, conforme a los artículos 86 y 108 de la
Ley que lo rige y el 25-A del Código de Enjuiciamiento Criminal, designa nueve jueces
como instructores especiales, a la vez que ratifica al Juez La Riva, que queda encargado de
investigar el área de alimentos".
Los primeros actos del Tribunal Superior de Salvaguarda -prohibiciones de salida del país a
funcionarios y nombramiento de más jueces- se cayeron por su propio peso y, una vez más,
la desconfianza, el desconcierto y la indiferencia se apoderaron del público. La nueva
magistratura colegiada, compuesta por Ortiz Bucarán, Mazzarri Mendoza y Sánchez
Falcón, absolvió al ex-ministro de Transporte y Comunicaciones del gobierno de Luis
Herrera Campíns, Vinicio Carrera Arismendi, el 18 de agosto de 1989, de los cargos de
peculado que en su momento le hizo el fiscal Enrique Iglesias. Este advirtió que apelaría de
inmediato.
Pero antes, la Juez Penal Clara Rosa Peñaranda, por su parte dejó en libertad el viernes 28
de julio el ex-gobernador de Caracas, Rodolfo José Cárdenas, quien también ejerció el
cargo durante la administración de Luis Herrera Campíns.
En todos los mentideros políticos se comentó que estaba en marcha un arreglo convenido
entre Acción Democrática y Copei, para absolver a señalados blancos y verdes por
corrupción administrativa en el Tribunal Superior de Salvaguarda.
La lentitud contralora
El jueves 5 de abril de 1989, el Contralor General de la República, José Ramón Medina, nos
concedió una entrevista exclusiva, además de fondo, sobre el caso Recadi. Se trató de la
primera información sólida donde este funcionario tomó partido en la investigación, desde
el punto de vista de las responsabilidades administrativas que pudieran acarrear luego,
procesos civiles y penales.
Medina expuso que, en principio, " los hechos que se dicen ocurrieron en Recadi
originarán responsabilidades administrativas como también civiles y penales. De acuerdo
con esto, a la Contraloría le corresponderá señalar las primeras, dentro de lo que es su
esfera de acción, pero a la Fiscalía General de la República y a los Tribunales de
Salvaguarda les tocará pronunciarse sobre las segundas" .
La declaración principista de José Ramón Medina no buscó otro objetivo que deslindar las
responsabilidades, previniendo -sabiamente- que en un futuro no muy lejano el caso pudiera
abortar y que quedara, entonces, bien parado el nombre de la Contraloría General de la
República, a cuyo frente fue reelecto después que Carlos Andrés Pérez tomó por segunda
vez la jefatura del Estado y del Gobierno.
- Es necesario que quede claro- enfatizó Medina- y sin lugar a dudas, que el organismo
contralor cumplirá esas investigaciones sin aceptar ni tolerar ningún tipo de presiones
políticas, ni de ninguna otra índole. No seremos permeables al incontenible y vicioso
enfrentamiento de posiciones individuales y de grupos. Tampoco estamos dispuestos a
permitir que se creen en la opinión pública falsas expectativas sobre los resultados de las
actuaciones de la Contraloría, resultados que no podrán alcanzarse, simplemente, porque
están fuera de competencia. Rechazo que pueda pensarse que estamos eludiendo el
problema o evadiendo el deber que nos corresponde. Por el contrario, estamos conscientes
de la complejidad del asunto, y asimismo, estamos dispuestos a asumir nuestras
responsabilidades y llevar adelante las investigaciones a que hubiere lugar, con la
objetividad e imparcialidad que debe caracterizar todas las actuaciones de los órganos
contralores, pero sólo podemos hacerlo conforme a lo que la ley nos ordena.
El Contralor General fue inquirido a este respecto, pues los venezolanos también conocen la
exagerada lentitud con la que trabajan los entes encargados de determinar las diversas
responsabilidades administrativas, políticas, penales y civiles que se pueden derivar de un
escándalo, en un momento dado.
Pero también hay que admitir que un ingrediente determinante para que las investigaciones
no marchen a la velocidad que reclama la sociedad, es la asfixia financiera que sobre los
organismos aplican los partidos políticos a la hora de aprobar el presupuesto ordinario de la
Nación o un crédito adicional en el Congreso para una finalidad investigativa compleja.
Una fiscalía displicente
Este fue el estreno del Fiscal Héctor Serpa Arcas en La Agenda Secreta de Recadi, en su
edición del 6 de abril de 1989.
El párrafo siguiente decía: " A los fines de la determinación de las acciones legales que
procedan por parte del organismo a su cargo, por cuanto del contenido del referido
expediente se deriva que particulares y presumiblemente funcionarios públicos, han
incurrido en la comisión de hechos que pudieran haber afectado el patrimonio de la
Nación" .
Entre otras, a esta comunicación oficial el Fiscal Serpa Arcas no habría hecho ningún caso.
En otras palabras, la Contraloría nunca recibió pronunciamiento o resultados de parte del
Ministerio Público, a este respecto.
-La incorporación de Emilia Estée y Néstor Contreras es para fortalecer y profundizar las
investigaciones. Ordené a los fiscales que participan en el caso que se abstengan de dar
declaraciones públicas sobre materias que están en proceso sumarial. En este asunto, como
en cualquier otro, el Fiscal General de la República debe contribuir a que los jueces actúen
sin presiones.
Pero la fuerza inicial que le imprimió la nueva administración de la Fiscalía, con Ramón
Escovar Salom al frente y Antonio José Herrera en la dirección general, se vio derrumbada
por el auto de detención dictado por el Juez XXXVI Penal, Frank Vecchionacce, al Fiscal
LXIII del Ministerio Público, José Gregorio Rodríguez, el 22 de junio, por complicidad en
tráfico de influencias, en perjuicio de la empresa Balgrés.
Este caso, a su vez, estaba ligado a una denuncia particular formulada por el presidente de
la Comisión Especial del Congreso, Douglas Dáger, contra los ciudadanos José Antonio
Zapata y Rosa Yajaira Santaniello Rosales, por pedir dinero a empresarios, bajo la promesa
de eliminar las pruebas en su contra. A estos dos también el Juez Vecchionacce les dictó
auto de detención el mismo día que al Fiscal Rodríguez.
Como para amortiguar el desprestigio al que sometió a la Fiscalía José Gregorio Rodríguez,
Antonio José Herrera, director general de Ministerio Público, en rueda de prensa efectuada
el miércoles 28 de junio, anunció la incorporación de 32 nuevos fiscales a la investigación
Recadi. Así, sumaban 40 los representantes del Ministerio Público y la cantidad permitió
adaptar a la Fiscalía al esquema sectorial manejado desde el Congreso y a la incorporación
hecha por Salvaguarda de nueve jueces instructores especiales para completar diez,
agrupados también por áreas investigativas.
Sintetizó en tres las razones para tomar la medida: 1) en los actuales momentos existen 62
causas vinculadas al caso Recadi, que cursan ante el Tribunal XXXVII Penal y de
Salvaguarda (el del Juez La Riva); 2) dada la estrategia procesal de La Riva, se prevé un
incremento sustancial de expedientes; y 3) de todas las dificultades y limitaciones señaladas
por el Juez de la causa para la instrucción de los numerosos y voluminosos expedientes, hay
una a cuya solución puede contribuir efectivamente el Ministerio Público.
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