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Enfermería en salud mental, definición

Es la especialidad de la enfermería que se responsabiliza de la atención de


personas con algún de trastorno o enfermedad mental, como son la psicosis,
depresión, demencia, esquizofrenia o trastorno bipolar.

Enfermería en salud mental apoyan y asisten a personas con alteraciones mentales.


Este profesional no solo aplicará los tratamientos pertinentes, sino que asumirá un
papel educativo y de fomento de salud mental, a nivel comunitario e individual.

Motivan a sus pacientes a aceptar y convivir con su enfermedad, e identifican


cuando se encuentran en situación de riesgo, donde podrían causarse daño a sí
mismos o a otras personas.

El trabajo con estos pacientes suele ser complejo, pero un éxito logrado, por
pequeño que sea, es muy confortante, lo que se debe asumir como una labor
asistencial, y social a la vez.

Este
enfermero forma parte de todo un equipo multidisciplinario donde se encuentran
trabajadores sociales, psiquiatras, psicólogos y terapeutas ocupacionales;
orientados a asistir, educar y rehabilitar a los enfermos mentales.

Enfermería en salud mental trabajan con una amplia gama de casos psiquiátricos.
Por cuanto abarca personas con demencia, con problemas de conducta alimentaria,
pacientes con trastorno de la personalidad, depresión, ansiedad, abuso
y dependencia del alcohol y las drogas, con trastornos psicóticos, neuróticos, etc.

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Por ello, estos enfermeros especialista en salud mental han de estar preparados
para atender a un paciente con esquizofrenia, pero de igual forma a un anciano con
alzheimer, a un niño que sufre acoso escolar a una adolescente con anorexia.

En este sentido, su trabajo puede desarrollarse en unidades hospitalarias, centros


de atención primaria, pequeñas clínicas, residencias psiquiátricas, desde el hogar, e
incluso en colegios donde se realizan labores de prevención y educación para la
salud.

Por supuesto, para atender estas patologías, el enfermero especialista debe estar calificado
para valorar y diagnosticar a los pacientes; administrar y controlar tratamientos; instruir al
paciente en una técnica de autoadministración; ser un soporte terapéutico para el enfermo
y sus familiares; abordar y dominar todo tipo de crisis; tomar parte en el desarrollo personal
del paciente así como orientarle en su rehabilitación.

Principios de enfermería en salud


mental
Son normas generales que rigen la conducta de la enfermera(o) hacia el paciente,
para alcanzar un resultado inmejorable con respecto a la salud mental del individuo.
Estos principios básicos son:

 Aceptación de los pacientes tal como son


 Contacto con la realidad
 Colaboración personal del profesional de Enfermería
 Estabilidad y seguridad del paciente
 Modificación de la conducta del paciente a través de la experiencia emocional
 Autocomprensión como instrumento terapéutico
 Aprobación por parte del paciente

Historia de la enfermería en salud


mental y psiquiátrica
En la prehistoria, las medidas que se aplicaban para tratar a personas con
problemas mentales, eran ritos tribales.

En el transcurso de las eras griegas y romanas a los enfermos se les atendía en


templos donde los tratamientos eran extremos: desde cuidados humanitarios hasta
azotamientos, purgas y sangraduras.

Para la Edad Media se pensaba que los enfermos mentales eran seres poseídos
por los demonios y que debían exorcizarse a través de flagelos, y dejarlos sin
alimentación.

Cuando la Iglesia desistió de atender a los insanos durante el siglo XVI se les
internó en hospicios (combinación entre cárcel y asilo).

 En el siglo XVIII el asilo Bicetre, ubicado en las afueras de París, introdujo un


nuevo régimen terapéutico llamado “terapia moral”.
 Esta terapia moral exigía que los ayudantes brindaran a los pacientes un
tratamiento amable y mantuvieran su participación en el programa terapéutico.
 Los seguidores de la terapia moral estaban convencidos que la enfermedad
mental se correspondía con una educación insuficiente y con obscenidades, y
que un ámbito terapéutico podía superar esas debilidades.
 El trato cruel a los enfermos se sustituyó por mantenerlos ocupados con
labores, música u otras actividades o diversiones.
La puesta en práctica de la terapia moral y su dependencia en los colaboradores
establecieron los inicios de la asistencia que brindan actualmente las enfermeras a
pacientes psiquiátricos.

Dorothea Lynde Dix, profesora estadounidense que acudió como voluntaria para
cuidar a individuos de cárceles y casas de beneficencia, se aterrorizó por las
condiciones que tenían estos alojamientos, en su país natal y en Canadá.
Fue defensora de los enfermos mentales, persuadió a las legislaturas estatales de
que se necesitaban hospitales apropiados, no cárceles, para las personas que
padecían enfermedades mentales.

De los hechos trascendentes en la enfermería en salud mental durante los siglos


XVIII al XX podemos señalar:

 Durante la década de 1870 se consideraba a los asilos instituciones con una


decadente imagen pública.
 En la búsqueda de mejores condiciones se incorporaron terapias eficientes con
base científica, y la atención de enfermeras graduadas en vez de ayudantes o

colaboradores.
 Sin embargo, en vista de que los asilos no podían contratar suficientes
enfermeras para mejorar la atención al enfermo, se constituyeron escuelas de
enfermería en los propios asilos. La primera estas escuelas de se fundó en
1882, en el asilo McLean en Massachusetts.
 El tratamiento para el siglo XX aún se circunscribía a regímenes dietéticos,
aislamiento, baños de agua fría, inmovilizaciones, y en ocasiones,
administración temprana de medicamentos sedantes y tratamiento de choque.
 La enfermería psiquiátricatuvo un salto muy significativo cuando se publicó
“interpersonal relations in nursing” o “relaciones interpersonales en
enfermería” de Hildegard Peplau en 1952, donde se describe la importancia de
la relación entre paciente y enfermera, como modalidad de tratamiento.
 Peplau es considerada“La Madre de la Enfermería Moderna en Psiquiatría”
 Los especialistas graduados en enfermería clínica en atención psiquiátrica,
tomaron con rapidez puestos de liderazgo en enfermería organizada, y
motivaron el reconocimiento de su trabajo como dispensadoras autónomas de
atención de la salud mental, específicamente en psicoterapia.
 En 1953 la Nation Leage for Nursing (Liga Nacional de Enfermería), requirió
que se incorporara la práctica en todos los programas de estudio básico, y que
estas áreas fueran impartidos por docentes que fueran enfermeras.
 A finales de 1950 se revolucionó la atención a personas con enfermedad
mental, cuando se propagó por primera vez el uso del
medicamento clorpromazina (sedante, antipsicótico, antiemético y
tranquilizante).

A inicios del siglo XX es


cuando comienza a desarrollarse plenamente la enfermería mental. En 1903 se
inaugura en España el Instituto de Reformas Sociales, que se ocupará de
diagnosticar los principales problemas de salud mental y mortalidad infantil.

En 1923 se crea la Escuela Nacional de Puericultura (1923) y la Escuela Nacional


de Sanidad (1924), ambas instituciones españolas, buscan una solución a la
dificultad del cuidado de los enfermos mentales.

Pero no es sino hasta 1926 cuando se crea una Escuela de Psiquiatría, como una
respuesta apropiada a la atención este tipo de enfermos. Esta Escuela se ocupó de
realizar numerosas investigaciones en torno al enfermo mental, su tratamiento y
curación.

Para 1931 surge el Consejo Superior Psiquiátrico, dependiente de la Dirección


General de Sanidad. Este equipo investigaba con frecuencia los problemas
mentales de la sociedad, y propició que se creara la sección de psiquiatría y
enfermedades mentales.

La enfermería de salud mental tuvo un gran avance en 1932. Se promulgó la ley de


ordenación y regulación del personal sanitario en instituciones psiquiátricos. Ya en
1963 se dio un vuelco a la manera de suministrar atención a la salud mental al
hacer énfasis en la prevención y la terapia descentralizada.

Sin embargo, después de la Guerra Civil Española la enfermería psiquiátrica sufrió


un retroceso, pues no fue sino hasta 1987, cuando se crea el título de «Enfermería
de Salud Mental», pero la respectiva carrera comienza a impartirse a partir de 1998
en universidades españolas.
Rol del enfermer0(a) en salud mental y
psiquiátrica
El papel Enfermería en salud mental ha ido evolucionando a través del tiempo; y es
de suma importancia en la evolución del paciente psiquiátrico. La enfermera de
atención primaria, en estos casos, ocasiona un gran impacto positivo y brinda
atención integral tanto al individuo, como a la familia y su entorno.

En la actualidad el número de individuos que padece alguna patología mental se


está incrementando en todo el mundo, de igual forma se propaga una atención en
salud mental cada día más cultivada.

Los especialistas de
Enfermería en salud mental tienen un importante papel en el fomento de la salud de
los pacientes, y en el rescate del control de sus vidas.

Estos profesionales propician en el paciente el empoderamiento de sus vidas


concebido como independencia, autoconfianza, y el cuidado de sí mismo.

Empoderamiento

En el campo de la salud mental, el empoderamiento del paciente ha sido


considerado por la OMS como el basamento principal del orientación que se le da a
la promoción de la salud y, por ello, se debe establecer métodos que respeten la
voz del paciente.

El empoderamiento se describe como el procedimiento gradual de la autoestima, lo


que es preciso para que las personas posean la energía requerida en el desarrollo
de su salud personal.

Los pacientes con trastorno mental que han tomado parte en actividades de
promoción a la salud centrada en el paciente, han vivido experiencias positivas en
salud en relación con el empoderamiento.
De acuerdo a profesionales de salud mental, los procedimientos de
empoderamiento en servicios y atención en salud mental están supeditados a
prioridades de la financiación, y a la promoción y la distribución de
responsabilidades a nivel organizativo.

Emancipación

Una persona es emancipada cuando disfruta de independencia, libertad y


autonomía en sus decisiones. La obtención de la emancipación es producto de un
procedimiento de motivaciones, adquisición de nuevos conocimientos,
autorreflexión, objetivos y valores, a los fines de liberarse de concepciones
perjudiciales.

La emancipación del paciente reside en que tiene libertad frente al control que
ejercen enfermeros, doctores, y otras autoridades. Para un paciente con una
enfermedad mental, conocer y entender mejor la enfermedad, y la realidad en la
que se encuentra puede favorecer su emancipación y a una mejoría en la
administración de la patología.

Autoconfianza

Es la creencia de las personas en sus capacidades para efectuar la actividad que se


plantee o aplicar su influencia en diferentes acontecimientos. Estipula cómo una
persona piensa, se motiva, se siente, y se comporta.

Individuos con autoestima alta se trazan tareas más rigurosas como un desafío y no
como una amenaza a la que se debe impedir, y se sobreponen más rápidamente de
errores cometidos o de fracasos.
Se ha comprobado que el estímulo de la autoconfianza en personas con alguna
enfermedad mental disminuye el estrés y la debilidad para presentar una depresión.
Es frecuente que las personas con trastornos mentales experimenten angustia y se
sientan poco capaces de influir en sus vidas.

Por ello, el papel de los profesionales de enfermería en el enfoque de promoción de


la salud, es determinante para optimizar la autoconfianza de sus pacientes.

Autogestión

Es una clave para facilitar a las personas con alguna enfermedad mental, de larga
duración, ser capaces de encargarse de sí mismos y ser independientes en el
ámbito de la atención y del tratamiento que suele ser totalmente controlado por los
médicos.

La autogestión, desde el punto de vista médico, se refiere a la capacidad de una


persona con una enfermedad, para encargarse de sus síntomas, el tratamiento
respectivo, los efectos físicos, psicosociales, y los cambios de vida inherentes a una
patología de larga duración.

Una autogestión eficiente se asocia a la capacidad de una persona de hacerse un


seguimiento y dar respuesta cognitiva, y emocional y de comportamiento para
conservarse en una calidad de vida placentera.

A través de sus experiencias, un individuo es capaz de aplicar cambios en su vida, y


reconstruye su propia identidad estudiando sus propias limitaciones. En salud
mental la autogestión supone trasladar el enfoque de tratamiento clásico, hacia uno
más focalizado en la persona, que le facilite reconstruir sus vidas para convivir con
su enfermedad permanente.

Diagnósticos de enfermería en salud mental


Proceso de enfermería

Diagnóstico de Enfermería

 Identificación de Resultados
 Planificación (Formulación de Un Plan de Asistencia de Enfermería)
 Ejecución de Acciones o Intervenciones de Enfermería
 Valoración de La Respuesta del Paciente a las Intervenciones
Diagnósticos de enfermería en Salud Mental

 Confusión aguda
 Duelo anticipado
 Ansiedad
 Déficit de limpieza e higiene personal
 Conflicto de decisiones
 Actividad de diversión deficiente
 Déficit de conocimientos
 Trastornos del crecimiento y desarrollo
 Alteración de la imagen corporal
 Alteración del patrón de sueño
 Déficit de vestido y aseo personal
 Duelo disfuncional
 Miedo
 Déficit de autocuidado alimentario
 Desesperanza
 Nutrición desequilibrada: inferior a las necesidades corporales
 Adaptación alterada
 Memoria alterada
 Capacidad parental alterada
 Interacción social alterada
 Comunicación verbal alterada
 Afrontamiento ineficaz
 Mantenimiento de la salud ineficaz
 Patrones de sexualidad ineficaces
 Riesgo de violencia dirigido contra sí mismo

 Aislamiento social
 Angustia espiritual
 Déficit de autocuidado en la eliminación
Ejemplo de Diagnóstico

 Un varón de 52 años fue diagnosticado de insuficiencia cardíaca aguda y


acidosis metabólica. Su síntoma más importante era la sensación de ahogo. La
historia clínica reveló dos infartos de miocardio, estreñimiento crónico y cifosis.
Luego de haber completado la valoración psicosocial, se analizan los datos,
incluyendo observaciones sobre los síntomas clínicos de ansiedad y una
verificación de la anamnesis.
Identificación de Resultados

Validación de datos y cotejo con lista de características definitorias de los


diagnósticos supuestos. Diagnósticos de enfermería relativos a las necesidades
psicosociales del paciente.

 Ansiedad moderada, asociada con estado físico y la hospitalización, lo cual se


manifiesta por voz trémula, aumento de expresión verbal con lenguaje
apresurado, temblor de las manos mientras habla y sudoración.
 Manejo ineficaz sobre la separación de su familia y su hogar, al cambio de su
estado físico y a la restricción de la movilidad.
 Alteración de sueño asociado a la ansiedad, luego de la enfermedad física.
 Funciones sexuales ineficaces asociadas con el miedo y a la ansiedad respecto
del funcionamiento sexual, luego de la enfermedad física.
Planificación

Es individual, identifica las prioridades asistenciales y las intervenciones efectivas


propuestas.

Establecimiento de prioridades:

 Considerar la urgencia
 Gravedad del problema
 La necesidad
 Impacto en el paciente
Redacción del Plan de Asistencia

 Personalizar el Plan de Asistencia de acuerdo al diagnóstico de enfermería, con


un lenguaje accesible y natural, que sea comprensible para que fluya y se
trasmita la información adecuadamente
 La exposición de las intervenciones de enfermería debe ser específicas con
prioridad a la asistencia de enfermería
 Detallar los resultados correspondientes a cada diagnóstico, tomando en
cuenta los objetivos a corto y largo plazo
 Determinar el funcionario responsable de cada intervención
Ejecución del Plan de Enfermería en Salud Mental

 Intervenciones de asesoramiento para apoyar al paciente a cambiar, mejorar o


recobrar sus habilidades de afrontamiento
 Mantenimiento de un ambiente o medio terapéutico
 Intervenciones estructuradas para suscitar el cuidado propio y el bienestar
físico y mental
 Educación para la salud
 Intervenciones para promocionar la salud mental o evitar la enfermedad mental
Valoración

Se basa en el estado del paciente, su desarrollo hacia la consecución de objetivos y


la reevaluación constante del Plan Asistencial.

Posibles resultados
1. El paciente se manifiesta de la forma prevista a las intervenciones de
enfermería
2. Se efectúan los objetivos a corto plazo, no así los a largo plazo
3. El paciente es incapaz de conseguir resultado alguno
4. Se determinan nuevas dificultades o necesidades que obligan a la enfermera a
revisar el Plan de Asistencia.
Intervención de enfermería en salud mental
Para la atención de los pacientes en enfermería en salud mental en los centros de
salud conforman dos grupos: Un primer equipo de enfermeras que conformarán el
grupo de intervención, y un segundo grupo llamado decontrol.

Intervenciones generales

 Formación y sensibilización
 Intervenciones en los dispositivos
 Recursos materiales necesarios
 Conexión con otras redes y recursos
 Intervenciones sanitarias sobre la salud física
Intervenciones más comunes de enfermería en salud mental

 Sugerir al médico una concentración sanguínea de los fármacos antipsicóticos.


 Tomar signos vitales
 Decir al paciente que debe tomar la medicación o tendrá que sujetarle.
 Forme una relación profesional de enfermera-paciente asentada en la
confianza.
 Explique al paciente que usted es el profesional de enfermería y que está allí
para ayudarle.
 Solicite médico la prescripción de un sedante.
 Tranquilice al paciente.
 Comunicar al paciente que el tratamiento antipsicótico le va a ayudar a
organizar sus pensamientos. Le gustaría que lo tomara.
 Explique con cuidado la composición química del fármaco y sus posibles
efectos secundarios. Incluya el mecanismo de acción, la farmacocinética y
efectos deseados.
 Actúe de manera amable y colaboradora, desechando una actitud amenazante.
 Agradézcale la colaboración al paciente cuando tome la medicación.

Cuidados de enfermería en salud


mental
¿Cómo debe desempeñarse un profesional de enfermería en salud mental?

Debe ser una persona que emplee todos sus conocimientos como especialista de la
mente y de las emociones, para apoyar y acompañar terapéuticamente a los
pacientes a desarrollar sus capacidades, a reconocerse a sí mismos, a solucionar
sus propias crisis en las etapas de desarrollo y a instruirles sobre mecanismos y
estrategias de adaptación, para vigilar su salud y afrontar el estrés; además, debe
actualizarse permanentemente en su área.

La labor del enfermero(a)


en salud mental, depende del escenario donde se desempeñe.

Puede trabajar desde la promoción de la salud en una comunidad de riesgo,


conformando grupos interdisciplinarios en clínicas de la especialidad, a nivel público
o privado; en atención primaria, tratamiento o rehabilitación, con encargados de
unidad de intervención en crisis o cuidados intensivos mentales, etc.

Aunque es de amplio espectro la atención que puede brindar la enfermería en esta


área, es importante resaltar que estos profesionales en salud mental no brindan
psicoterapia, sin embargo, propician y están autorizados por la ley para ejecutar
procedimientos terapéuticos de acompañamiento, como la “relación interpersonal de
ayuda” (RIA), lo cual es un tipo de terapia breve.

También estos enfermeros manipulan muy bien la intervención en crisis de 1er y


2do orden, para lo cual cuentan con una extensa formación en técnicas de
comunicación terapéutica, además de un componente en terapia familiar y grupal,
asimismo, manejan modelos interdisciplinarios de intervención, como la entrevista
motivacional.

En este aspecto es recomendable los aportes de la medicina familiar y comunitaria.

Ciertamente, la enfermería en salud mental no posee funciones del profesional en


psicología o psiquiatría, sin embargo, los que se dedican a esas ramas afines tienen
un bien común: la importancia de la persona y su salud mental.

En esta rama de la enfermería se guía y escucha al paciente; su labor va más


enfocada a la orientación y no a la medicación, lo que entra en contraste con
psicólogos y psiquiatras, reconociendo la encomiable labor de todos.

Enfermería y salud mental, evolución


del concepto
Antiguamente, las enfermedades mentales expresaban un origen sobrenatural,
curados solo por procesos religiosos. En el siglo IV a.C., los griegos y romanos
modificaron esa concepción: Hipócrates le confiere un origen material a la
enfermedad mental, cuando estructura una 1ª clasificación de las enfermedades en
general.

En Roma se dispensaba un trato humanitario como hidroterapia, catarsis; siguiendo


la misma orientación que los griegos. Algo parecido sucedía en la cultura Árabe, en
la que destacó por sus estudios.

En el transcurso de la Edad Media y el Renacimiento hubo un retroceso,


volviéndoles a asignar el carácter sobrenatural, sobresaliendo el carácter
demonológico (de los demonios), que duró hasta el XVI o XVII. Para este momento
se retoman las explicaciones naturales de la enfermedad.
Ya en el siglo XIX comienza el desarrollo de fármacos, vacunas, avances en
técnicas quirúrgicas y tecnología médica. En el transcurso de las décadas de 1920
– 1960 se desarrolló la Sociología Médica y hay un marcado interés por la salud
Física.

Luego se plantea la posibilidad de que la Psicología intervenga en los servicios


médicos. En los años de 1970 – 73 se experimenta un sensible crecimiento del
interés profesional por investigar en el campo de la salud.

En 1973, L. Birck planteó el término Medicina Conductual o Comportamental para


remitirse al uso del Biofeedback como forma de terapia centrada en el aprendizaje
de dificultades biomédicas (dolores de cabeza tensionales, epilepsia, migrañas,
enfermedad de Reynaud).

Es una técnica para controlar las funciones fisiológicas del organismo humano, a
través de la utilización de un sistema de realimentación que notifica a la persona
sobre la situación de la función que se desea controlar, de manera voluntaria.

El objetivo de este tipo de terapia era intervenir en trastornos físicos, desde un


enfoque conductual. En 1974 se crean los dos primeros Centros de Medicina
Comportamental.

Luego en 1977, se celebra en la Universidad de Yale la Conferencia de Yale sobre


Medicina Conductual que macaría un antes y un después en la concepción de las
dificultades biomédicas o enfermedades, y que aun en nuestros días es
incuestionable: el rol que tiene lo psicológico o comportamental en el desarrollo,
prevención y sanación de enfermedades. O de otro modo, la relación cercana que
existe entre el organismo, su conducta y el ámbito en el que se desenvuelve.

Para ese entonces Engel plantea el modelo biopsicosocial, alternativo al biomédico,


y ya para 1978 surge profesional, institucional y formalmente la Psicología de la
Salud.
Se fundan por estos tiempos las dos primeras sociedades científicas de Medicina
Comportamental, en Washington y Chicago. Y en 1979 sale a la luz el primer libro
sobre la Psicología de la Salud (Healt Psichology) y se publican los dos primeros
libros sobre Medicina Comportamental.

Para 1980 -1982, Metarazzo plantea una subespecialidad (Salud Comportamental).

Se divulga la revista “Healt Psichology”, (exclusiva de la Psicología de la Salud)


1983 – 1985. Conferencia Nacional sobre la educación y entrenamiento de los
psicólogos de la salud.

Weiner define la Medicina


Psicosomática (1994) y Bishop (1995) citó tres elementos importantes que apoyaron
el interés por un acercamiento teórico y dinámico más comprensivo que el
tradicional; modelo médico de enfermedad.

Ya para el Siglo XXI se define la distinción fundamental entre la Medicina


Comportamental y Psicología de la Salud. Últimamente, se han desarrollado
técnicas de terapia familiar, que evitan significativamente la necesidad del reingreso
de los pacientes con enfermedades mentales prolongadas.

La familia hoy día está involucrada muy estrechamente, en el tratamiento.


Igualmente, los pacientes con enfermedades mentales que precisan ser
hospitalizados tienen menos riesgos, que en el pasado, de padecer aislamiento y
autocontrol, y a menudo se les incorpora precozmente en programas de
hospitalización parcial, y de tratamientos en centros diurnos, de esta manera los
pacientes se hospedan en su domicilio o en casas compartidas.
Control mental

Es una técnica o conjunto de técnicas orientadas a la transformación de los


procesos mentales de los individuos. Puede emplearse sobre la propia persona o en
personas ajenas, con fines diversos: desde la superación del propio ser y sus
destrezas mentales, mediante el dominio de la mente, pasando por la curación de
complejos o dificultades mentales, hasta el uso perverso, tal como la manejo de
otras mentes.

Se usa en salud mental para el estudio de las reacciones en el sentimiento,


pensamiento y comportamiento del ser humano. Las técnicas, cuya eficiencia está
científicamente comprobada, se aplican para el desarrollo de la mente en todas sus
fases. Si lo realiza la propia persona sobre su mente, se emplea para el
autodominio de los pensamientos y por consiguiente, de las emociones.

Enfermería en salud mental y comunitaria


Es un desplazamiento en el enfoque de la atención psiquiátrica y de salud mental
del individuo, hacia la interacción entre ésta y su medio. Contempla las actividades
efectuadas en las comunidades asociadas a la salud mental.

Prevención Primaria, Secundaria y Terciaria

La prevención primaria de los trastornos mentales se procura hacer mediante


planes de educación de los padres y de los niños, programas de motivación infantil,
así como agrupaciones de juego para la socialización temprana.
La prevención secundaria se desarrolla desde los servicios de intervención de crisis,
que comprenden las líneas telefónicas permanentes, y aquellos donde no es
preciso cita para ser atendido.

La prevención terciaria se encuentra disponible para todos los grupos


socioeconómicos en forma de soporte familiar, servicios domiciliarios, hospedaje
residencial y hogares de transición.

Fundamentos Filosóficos

Se parte de la base filosófica, en salud mental comunitaria, que los servicios que se
ofrecen para atender esa patología deben estar y permanecer al alcance de todo el
que lo necesiten, independientemente de sus características personales.

Se ha reformado la oferta de los servicios a los pacientes para excluir los cuidados
con régimen de ingreso a largo plazo, e investigar nuevas vías de tratamiento. Los
enfermeros y otros trabajadores de la salud mental se han aplicado cada vez más
en la evaluación y el tratamiento de la patología social.

Historias e Influencias

La promoción de la salud mental comunitaria ha revolucionado la psiquiatría. Los


adelantos en psicofarmacología han jugado un rol de suma importancia, con
frecuencia no consignado, en el tratamiento de salud mental asentado en la
comunidad.

Para el año 1963, la responsabilidad de los cuidadores y el tratamiento aplicado a


personas con enfermedad mental era responsabilidad de los gobiernos locales y
estatales; la ley de centros de salud mental comunitarios del año 63 fue la base de
la legislación en materia de salud mental.

Proceso de Enfermería en la Salud Mental Comunitaria

En este campo, Enfermería en salud mental comunitaria tiene la ocasión de laborar


con la persona, en una interacción entre el hombre y su medio ambiente. A lo largo
de la historia contemporánea la enfermera ha desarrollado un rol principal en la
atención de servicios de salud mental comunitaria, concertando los conocimientos
de salud pública con los de enfermería psiquiátrica.

Valoración y Diagnóstico Enfermero

La evaluación que hace el personal de Enfermería en salud mental al paciente con


alguna patología psiquiátrica, la cual la realiza en la comunidad, toma en cuenta
varios elementos, entre los cuales contemplan condiciones económicas que
favorecen directamente el incremento de la tasa de enfermedad mental.
El estatus sociocultural con frecuencia afecta la situación económica del paciente,
por ello el personal de enfermería debe estar consciente de las carencias del
entorno del enfermo y actuar de forma lógica en relación a éste.

Planificación

El equipo de tratamiento evalúa escrupulosamente las necesidades del paciente, y


los recursos de los cuales dispone la comunidad. La planificación tiene en cuenta
los objetivos que el paciente, la familia y los allegados quieren obtener.

Intervención

Una referencia de utilidad para la planificación de la intervención de salud mental


comunitaria es el modelo de promoción y prevención primaria, secundaria y
terciaria.

Enfermería en salud mental evalúa el nivel de estrés de los enfermos y las


conductas de afrontamiento, y motiva a nuevos patrones de conducta adaptativa, y
nuevas destrezas de afrontamiento. La enfermera de salud mental comunitaria
favorece al paciente en la determinación de sus necesidades, dificultades, recursos,
potenciales, etc.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a valores?

Los valores están presentes en toda actividad humana; sin embargo, el


pensamiento científico hace esfuerzos por situarse como planteamiento de
conocimientos objetivos basados en hechos y reglas libres de valores.

Vemos que los valores, en muchas ocasiones se contraponen a los hechos, por
cuanto se trata de significados que una persona concede al objeto, como
consecuencia de un proceso valorativo o de evaluación subjetivo. Incluso, el mismo
conocimiento biomédico asume esta hipótesis de supresión de los valores, y busca
precisar la patología como una disfunción, o una desviación del funcionamiento
normal de una determinada estructura u órgano.
Sin embargo, la
enfermedad mental se presenta como una manifestación de la totalidad del sujeto,
de su comportamiento como persona. Por ello el profesional en Enfermería en salud
mental requiere –incluso para diagnosticar- apoyarse no sólo en los hechos
observables (la conducta), sino en la interpretación que hace el paciente de su
entorno, en sus evaluaciones, en cómo le ha afectado la patología su
funcionamiento social.

Para los trastornos mentales graves, por afectar el cerebro, que no puede elegir y
que es el responsable de la globalidad de la persona, habitualmente comportan
situaciones donde la autonomía está reducida.

Se trata de falta de competencia para tomar decisiones.

Esto implica un riesgo para los mismos derechos del paciente, ya que en dichos
casos, por lo general, son los médicos (y en parte, los familiares) los que disponen
en su nombre.

Por estas implicaciones, en salud mental; la moral, la honestidad, la honradez, o


sea la ética, no es sólo un aspecto asociado a las grandes decisiones sobre la vida
y la muerte, sobre complejos conflictos de valores que perturban al ser humano,
sino, y por encima de todo, un asunto de la cotidianidad.

Se debe partir de una ética de la responsabilidad, atendiendo atendemos los


principios, tomando en cuenta la realidad. No se trata de practicar una ética
abstracta, sino que, a través del debate buscar la ponderación de las consecuencias
reales de las decisiones.

Los valores se pueden abordar desde tres ópticas: los derechos de los pacientes, la
hospitalidad, y la importancia de los profesionales y la institución. Si se pretende
que estos ejes no se conciban como simples valores de aceptación, sino que
efectivamente apoyen a regular nuestras decisiones y conductas, se debe tomar de
manera dialéctica las contradicciones y conflictos entre ellos.

El eje de los derechos es determinante. En los trastornos graves, el riesgo de


pérdida de autonomía es muy alto, por ello el respeto a la libertad en cada momento
es crucial, de acuerdo a la capacidad del paciente. La intervención del paciente en
primera persona, es igualmente un objetivo primordial.

El segundo eje es la Hospitalidad. Significa reconocer la particularidad del paciente,


protegerla de manera integral, siempre con una actitud abierta a escuchar. Admitir
igualmente, las necesidades de las familias.

Las necesidades apremiantes de los pacientes más comprometidos implican


obligatoriamente, un patrón de atención multidisciplinario, dentro del cual las
respuestas a las exigencias psicológicas, de enfermería, médicas, sociales,
ocupacionales, y espirituales; estén razonablemente disponibles en los servicios.

Aunque siempre se debe proteger y guiar, la restricción de la cartera de servicios


puede entrar en conflicto con ciertas necesidades sociales (por ejemplo, vivienda)
de muchos de los pacientes.

La tercera óptica es la de los profesionales y la organización. Comprende la salud


de los profesionales, sus condiciones de laborales y su participación activa en la
organización. Ello va a redundar en la calidad del buen profesional. Se debe
estimular a los profesionales, que aportan más valor añadido al servicio, y formular
pactos de eficiencia, cruzando la eficiencia que Enfermería en salud mental
persigue con los recursos disponibles. Fomentar una cultura de identidad, orientada
a la creación.
En el marco de la experiencia del individuo y su interacción con el medio, podemos
entender la presencia de los valores, de una manera práctica. Por su parte, los
valores institucionales están subyacentes en muchas de las actuaciones cotidianas,
pero no sobra para nada expresarlos, analizarlos y hacerlos presentes en
escenarios dedicados al conocimiento y a los profesionales.

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