Anda di halaman 1dari 12

ANÁLISIS JURÍDICO

PROCESAL CIVIL

EL DOBLE GRADO DE
JURISDICCIÓN*
Luiz Guilherme
Marinoni**

El inciso 6 del artículo 139 de la Constitución recono-


ce el llamado derecho a la pluralidad de instancia, el
cual, concordado con el artículo X del Título Prelimi-
nar del Código Procesal Civil, nos lleva a la innegable
conclusión de que nuestro sistema procesal consagra el
principio del doble grado de jurisdicción. Sin embar-
go, ¿cuáles son las verdaderas razones para pensar que
la existencia de un doble grado es beneficiosa para el
proceso? Esta y otras interrogantes son respondidas
en el presente artículo, del cual rescatamos una de sus
conclusiones: así como el demandado tiene derecho a
una tutela jurisdiccional efectiva, también el actor se
REFERENCIAS LEGALES: encuentra en igual situación; y si ello es así, entonces
• Constitución Federal brasileña: arts. 5
tiene derecho a una prestación jurisdiccional oportuna,
inc. LV, 102 inc. III y 105 inc. III. a través de una duración razonable del proceso.

I. CONSIDERACIONES INICIALES constitucionalmente, ni puede ser considerado


El doble grado de jurisdicción, comprendido un principio fundamental de justicia1.
como el derecho a la revisión de la decisión
proferida por el juez que tuvo, por primera El doble grado es importante dentro de ciertos lími-
vez, contacto con la causa, no es garantizado tes, no debiendo ser extendido, irreflexivamente,

* Traducción de Renzo I. Cavani Brain, autorizada por el autor.


** Profesor titular de Derecho Procesal Civil de la Universidad Federal de Paraná (UFPR). Posdoctorado en la Università degli Studi
di Milano. Visiting Scholar en la Columbia University Law of School.
1 Ver, en sentido crítico, sobre el doble grado de jurisdicción, CAPPELLETTI, Mauro. “Dictamen iconoclástico sobre la reforma de
proceso civil italiano”. En: Proceso, ideologías, sociedad. EJEA, Buenos Aires 1974, p. 273 y ss.; CAPPELLETTI, Mauro. “Doppio

TOMO 104 / OCTUBRE 2009 295


REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

a todas las demandas civiles. Algunas causas no choque con el derecho a la efectividad de la
justifican doble revisión y, para que estas puedan tutela jurisdiccional; iii) desprestigio del juez
ser tuteladas de forma adecuada, se vuelve im- de primer grado; y, iv) inutilización de los be-
prescindible la desmitificación del doble grado y neficios sobrevenidos de la oralidad5.
la demostración de que la Constitución Federal no
obliga al legislador infraconstitucional a afirmar- El argumento, en el sentido de que el “ser hu-
lo frente a todas las situaciones sustanciales. mano” es, por naturaleza, inconformista con la
primera decisión contraria que le es impuesta, y
En verdad, el derecho a la duración razona- que por eso debe tener derecho al recurso, no se
ble del proceso y el derecho a la efectividad reviste de seriedad. En verdad, y como es ob-
de la tutela jurisdiccional difícilmente podrán vio, nadie queda satisfecho al ser contrariado;
ser realizados en un sistema que exige, para la pero esto no puede perjudicar a la parte que tie-
definición de todo y cualquier litigio, un juicio ne razón y derecho a una respuesta jurisdiccio-
repetitivo sobre el derecho ya declarado. nal tempestiva. Ahora, ningún litigante quiere
una decisión desfavorable, sea ella la primera,
II. DOBLE GRADO DE JURISDIC- la segunda o la tercera tomada en el mismo pro-
CIÓN: VENTAJAS Y DESVENTA- ceso. Como la decisión judicial constituye una
JAS afirmación del poder estatal, esta simplemente
Para que quede clara la razón del entendimien- se impone al jurisdiccionado, que no tiene otra
to que el doble grado no es fundamental para alternativa que no sea acatarla. Nada importa,
la adecuada distribución de justicia, es impor- a efectos de la actuación del poder, si la parte
tante analizar lo que se apunta como “ventajas está contenta o satisfecha con la decisión. De
y desventajas” del principio. otro lado, es preciso recordar que el hombre de
En relación con las ventajas, se acostumbra la sociedad de masa, para la manutención de su
hablar: i) del inconformismo natural de la par- propio equilibrio psicológico, necesita de res-
te vencida2; ii) de la posibilidad de cometer puestas tempestivas y no de decisiones tardías
equívocos por el juez de primer grado; iii) de e inefectivas. Además de esto, el Judicial debe
la mayor experiencia e instrucción de los jue- respeto al derecho fundamental a la duración
ces de segundo grado; iv) de la influencia psi- razonable del proceso y, por ello, ciertamente
cológica positiva que es ejercida sobre el juez no puede ignorarlo apenas para contentar al li-
que sabe que su decisión será revisada por el tigante rebelde.
órgano superior3; y, v) de la necesidad de con- La certeza de la falibilidad humana acostum-
trol de la actividad judicial4. bra sustentar la obviedad de que el juez de
Como desventajas, son apuntadas las siguien- primer grado puede errar y la conclusión que
tes: i) atraso en la prestación jurisdiccional; ii) es conveniente, por tal razón, dar a la parte el

grado de giurisdizione: Parere iconoclastico n. 2, o razionalizzazione dell´iconoclastia?”. En: Giurisprudenzia italiana, 1978, p. 1
y ss.; PIZZORUSSO, Alessandro. “Doppio grado di giurisdizione e principi costituzionali”. En: Rivista di Diritto Processuale, 1978,
p. 33 y ss.; Edoardo RICCI, “Il doppio grado di giurisdizione nel proceso civile”. En: Rivista di Diritto Processuale, 1978, p. 59 y ss.
En el derecho brasileño, consultar Oreste Nestor de Souza, LASPRO. “Duplo grau de jurisdição no direito processual civil”. En:
Revista dos Tribunais, São Paulo 1995.
2 Recordando los argumentos usados por la doctrina para defender el doble grado, anota CARREIRA ALVIM: “Está psicológica-
mente demostrado que, muy raramente, alguien se conforma con un único juzgamiento que le sea contrario. Sirva de confirma-
ción de este aserto la observación de Carnelutti: ‘El demandado es siempre vencido, pero nunca convencido’” (José Eduardo,
CARREIRA ALVIM. Elementos de teoria geral do processo. Forense, Río de Janeiro 993, p. 114).
3 Ver: Ada Pellegrini, GRINOVER. Antonio Carlos de Araújo, CINTRA y Cândido Rangel, DINAMARCO. Teoria geral do processo.
São Paulo: Malheiros, 1995, p. 78 y ss.
4 Ver Oreste Nestor de Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil. Cit., p. 98 y ss.
5 Ibídem, p. 114 y ss.

296
PROCESAL CIVIL

derecho de recurrir. Ahora, ¿será que solo es de mejor calidad, incluso porque la experien-
humano el juez de primer grado? ¿O acaso el cia, en el caso, se confunde con la antigüedad
argumento es completamente inocuo frente a en la función, y ser más antiguo –la realidad
las evidencias de que el juez de segundo grado de la vida lo está demostrando en varios secto-
también puede errar y que nadie puede afirmar res– no es sinónimo de ser más capaz.
que sus decisiones son mejores que las del de
Respecto de la influencia psicológica del do-
primer grado? En verdad, es correcto decir que
ble grado sobre el juez de primer grado9, lo
la decisión de primer grado, cuando está sus-
cierto es que el juez responsable no debe estar
tentada en pruebas, es mejor que la decisión
muy preocupado con el hecho de que su deci-
de segundo grado, en función del contacto
sión sea revisada por un órgano jurisdiccional
directo del juez con la prueba, propiciado por
superior. El juez consciente de su responsabilidad
la oralidad.
ejerce sus funciones con celo y capacidad, inde-
Se afirma, también, que los tribunales de segun- pendientemente de la existencia de una segunda
do grado, formados por jueces más experimen- instancia. En contrapartida, al juez irresponsable
tados, ofrecen mayor seguridad a las partes6. Es le es muy cómodo el doble grado, pues si es la
necesario advertir, sin embargo, que se entiende decisión de segunda instancia la que prevalece e
que el doble grado es respetado cuando hay re- interfiere en la vida de las personas, no hay razón
visión de la decisión por parte de un colegia- para tener mucho cuidado al momento de la deci-
do compuesto por jueces de primer grado. Es sión de primer grado10.
lo que ocurre con los juzgados especiales7, en
cuyo sistema el recurso es dirigido a un cole- En cuanto a lo que se dice respecto de la ne-
giado formado por jueces de primer grado8. En cesidad de control de la actividad del juez, es
este caso, como es evidente, no hay cómo ha- preciso percibir que el doble grado no es un
blar de mayor experiencia de los jueces. medio de control de la actividad del juez de
primer grado, sino un mecanismo, utilizado
Además de ello, la única certeza que se pue- por los litigantes, para la revisión de las deci-
de tener en relación con los jueces de segundo siones. Como hace mucho afirmó Chiovenda,
grado es que ellos tienen, en regla, más tiempo “no es posible que la pluralidad de instancias se
de ejercicio de la magistratura que los jueces funde, en el Derecho moderno, en la subordi-
de primer grado y, en este sentido, mayor ex- nación del juez inferior al superior, por no de-
periencia. No obstante, mayor experiencia no pender los jueces, de otros, sino tan solo de la
significa necesariamente mejor formación o ley”11. El recurso no es más una “reclamación
instrucción. El criterio de la experiencia, sin contra el juez inferior”, “sino el medio para
duda, no es capaz de garantizar un juzgamiento pasar de uno a otro examen de la causa”12.

6 “En la organización de los cuadros judiciales, los magistrados que trabajan en el juicio del recurso tienen mayor experiencia y
se encuentran en mejores condiciones para un examen bien reflexivo y sereno de la cuestión decidida en primer grado” (José
Frederico, MARQUES. Instituições de direito processual civil. Río de Janeiro: Forense, 1963, v. 4, pp. 4-5).
7 Ver Oreste Nestor de Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil, cit., p. 100.
8 De acuerdo con el art. 41 de la Ley 9.099/95, “de la sentencia, exceptuada la homologatoria de conciliación o laudo arbitral, cabrá
recurso para el propio Juzgado”. “El recurso será juzgado por una grupo compuesta por tres jueces togados, en ejercicio del
primer grado de jurisdicción, reunidos en la sede del Juzgado” (§1º del referido art. 41).
9 “Cumple destacar, además de eso, que el sistema de recursos posee acción catalítica y preventiva, por cuanto obliga al juez de primer
grado de jurisdicción el mayor cuidado y exacción en su tarea juzgadora. El temor de la censura –dice Francisco Morato– ‘y el celo de no
ver mostrada la propia ignorancia o negligencia, despiertan el deseo de acertar y fuerzan los jueces inferiores la mayor circunspección
y estudio, volviendo más segura la justicia, manteniendo más uniforme las interpretaciones y preparando las bases para la constitución
de la jurisprudencia” (José Frederico, MARQUES. Instituições de direito processual civil. Cit., v. 4, p. 5).
10 Cf. Oreste Nestor de Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil. Cit., pp. 101-102.
11 Giuseppe CHIOVENDA. Instituições de direito processual civil. V. 2, Saraiva, São Paulo: 1965, p. 98.
12 Ibídem, p. 99.

TOMO 104 / OCTUBRE 2009 297


REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

Recuérdese que los tribunales, a través de sus que no la tiene. Es por esto que se dice que la
competencias, tienen otras formas para inhibir demora puede apartar el proceso de la noción
conductas reprobadas. Además de esto, si el de “debido proceso legal”. Recuérdese la lec-
juez de primer grado puede ser arbitrario, lo ción de Ovídio Baptista da Silva: “¿El ‘debido
mismo puede acontecer con el juez de segun- proceso legal’ es un privilegio procesal reco-
do grado. Además, para que exista un verdade- nocido apenas a los demandados? O, al con-
ro control, es preciso que este venga de fuera trario, ¿también los autores tendrán derecho
del “poder” que está siendo controlado. En a un proceso igualmente ‘debido’, capaz de
este sentido, es saludable un control externo, asegurarles la real y efectiva realización prác-
ejercido por jueces y representantes de otros tica –no apenas teórica– de sus pretensiones?
sectores, que fiscalicen la actuación de los ma- Un proceso defectuoso, interminable en su
gistrados, y no, como es obvio, el contenido de exasperante morosidad, ¿debe ser reconocido
las decisiones de los juzgadores”13. como un ‘debido proceso legal’, al actor que
solamente después de varios años logra una
Corresponde analizar ahora las desventajas
sentencia favorable, mientras que se asegura
del doble grado. El doble grado, al mismo
al demandado, a pesar de estar sin derecho ve-
tiempo que garantiza una doble revisión, ga-
rosímil, que demanda en el procedimiento or-
rantiza al demandado que no tiene razón no
dinario el ´debido proceso legal´ con plenitud
solo a la posibilidad de mantener en su esfera
de defensa?”15.
jurídico-patrimonial el bien reivindicado por
el actor, sino igualmente la posibilidad de pro- Además, como dice Cappelletti en su célebre
rrogar el proceso para intentar sacar del autor parecer iconoclástico sobre la reforma del pro-
alguna ventaja patrimonial. El doble grado, en ceso civil italiano, la demora del proceso lleva
resumen, es un buen pretexto para el deman- al fenómeno de la fuga de la justicia estatal16.
dado sin razón de retardar la resolución del li- Se percibe que el arbitraje, con su nítido conte-
tigio. Cappelletti tiene la misma opinión: “El nido neoliberal, permite que determinada cla-
hecho es que, cada vez que se añade un nuevo se se libre de la morosidad de la justicia estatal
grado de jurisdicción, no solamente se le hace a cambio de una “justicia privada alternativa”,
un buen servicio a la parte que no tiene razón, que sería más efectiva y oportuna. Entre tanto,
sino que se le hace también obviamente un al ciudadano común no le resta otra alternativa
mal servicio a la parte que la tiene. El exceso que no sea conformarse con el prejuicio que
de garantías se vuelve contra el sistema”14. la justicia estatal le impone17. La demora de
No hay duda de que, cuando mayor es la dura- la justicia ha llevado a buena parte de la po-
ción del proceso, más se presta a perjudicar al blación a desinteresarse de sus derechos y a
actor que tiene razón y a premiar al demandado resignarse a una macroscópica denegación de

13 “La actividad jurisdiccional puede ser fiscalizada por los otros poderes, aunque siempre garantizándose al juzgador la indispen-
sable independencia. En ese punto tal vez resida la gran dificultad del sistema de control externo del Judicial –descubrir en qué
momento la fiscalización no se transforma en interferencia–. “Sin embargo, varios países, tales como Italia y Francia, por inter-
medio, respectivamente, del Consiglio Superiore della Magistratura y del Conseil Supérieur de la Magistrature, ya adoptaron el
control externo, sin que con eso haya sido alcanzada la independencia de los magistrados y la propia organización democrática”
(Oreste Nestor de Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil, Cit., pp. 110-111).
14 CAPPELLETTI, Mauro . “Dictamen iconoclástico sobre la reforma del proceso civil italiano”. Cit., p. 279.
15 Ovídio Baptista da, SILVA. “A ‘plenitude de defesa’ no processo civil”, En: Sálvio de Figuereido, TEXEIRA. As garantias do cida-
dão na justiça. Saraiva, São Paulo 1993, p. 154.
16 CAPPELLETTI, Mauro. “Dictamen iconoclástico sobre la reforma del proceso civil italiano”, cit., p. 278.
17 “Para ellos, el Estado ya ha cesado de cumplir su función primaria, la de componer las lites entre los propios ciudadanos. Y todo
esto en una ‘República democrática y fundada en el trabajo’, como lo proclama el artículo 1 de la Constitución; en un Estado, en
suma, ¡que quiere ser moderno y avanzado!” (CAPPELLETTI, Mauro. “Dictamen iconoclástico sobre la reforma del proceso civil
italiano”, cit., p. 278).

298
PROCESAL CIVIL

justicia18. Ahora, esto da origen El doble grado, en efecto, pro-


a la llamada “litigiosidad con- duce la desvalorización del
Cuando mayor es
tenida” y sus peligrosas conse- la duración del proceso,
juez de primera instancia. Si las
cuencias para la estabilidad del más se presta a perjudi- sentencias no tienen ejecución
poder. Se supone que los respon- car al actor que tiene ra- inmediata, e inclusive aquellas
sables por la distribución de la zón y a premiar al deman- concenientes a la materia de he-
justicia desprecian o desconocen dado que no la tiene. Es cho y que son marcadas por la
estos factores cuando defienden, por esto que se dice que oralidad deben ser sometidas al
románticamente, el doble grado la demora puede apartar tribunal, el juez de primer gra-
de jurisdicción. el proceso de la noción de do puede ser confundido con un
La mejor doctrina italiana susten- debido proceso legal. (…) instructor. Dos juicios repetiti-
ta, hace mucho, que el doble grado ¿Acaso el ‘debido proceso vos sobre la materia de hecho
refleja, históricamente, una idea legal’ es un privilegio pro- constituye señal de afrenta a
jerárquico-autoritaria de la juris- cesal reconocido apenas la oralidad y, principalmente,
dicción y del Estado , además de
19 a los demandados? de desconfianza en el juez de
generar una profunda desvalori- primer grado. La parte, cuan-
zación de los juicios de primer do se encuentra con el juez en
grado. Como dice Cappelletti, el la instrucción, y después espera
primer defecto esencial del doble grado, que no ansiosamente la sentencia, imagina que ella
está presente (o estaba) en los países socialis- tendrá algún efecto en su vida. Entretanto, con
tas, ni –especialmente en lo que concernien- el doble grado, la decisión del juez no interfie-
te al proceso civil– en los anglosajones, es la re en nada en la vida de las personas23.
profunda desvalorización del juicio de primer
grado, con la consecuente glorificación, si El doble grado tiene una nítida relación con la
así se puede decir, de los juicios de segundo idea de que el juez de primer grado no mere-
grado”20. ce confianza y, por lo tanto, tiene poder para
decidir solo las demandas. Recuérdese, en la
Con la necesidad del segundo grado, la causa, lección de Chiovenda, “no se conocía, en los
en primer grado, no está ganada ni perdida21; primeros tiempos, la pluralidad de instancias;
la sentencia del juez, por no tener, en regla, entonces, administraba directamente la justicia
ejecución inmediata, sirve para poco más que el pueblo o el rey. Cuando, en lugar del pue-
nada. Como dice Mauro Cappelletti, el primer blo, pasaron a sentenciar determinados jueces,
grado es solamente una larga fase de espera, la tendencia de quien perdía a lamentarse del
una extenuante y penosa antesala para llegar a fracaso, exacerbado, además, por la efectiva
la fase de apelación; es este último el único jui- posibilidad de error y por la mala fe, asumió,
cio verdadero, al menos para la parte que tiene conforme el lugar, la forma de un ataque per-
condiciones económicas para alcanzarlo22. sonal a los jueces o procuró estorbar, por otros

18 Ídem.
19 Ver PIZZORUSSO, Alessandro. “Doppio grado di giurisdizione e principi costituzionali”. Cit., p. 33 y ss.; CAPPELLETTI, Mauro.
“Doppio grado di giurisdizione: Parere iconoclastico n. 2…”. Cit., p. 81 y ss.
20 CAPPELLETTI, Mauro . “Dictamen iconoclástico sobre la reforma del proceso civil italiano”. Cit., p. 278.
21 Ídem.
22 Ídem.
23 “Otra desventaja del doble grado de jurisdicción es el desprestigio que trae a la primera instancia, en la medida en que la posibi-
lidad de cualquier decisión –principalmente las sentencias –sea impugnada ante un órgano de segunda instancia, que prorroga
una decisión sustitutiva, hace que los resultados obtenidos en primera instancia no tengan ningún valor. En verdad, el juzgador
de primera instancia actúa solamente para instruir el proceso, prescindiendo la producción de pruebas, opinando respecto de
la materia de derecho, esas cuestiones que serán definitivamente analizadas y juzgadas en segundo grado” (Oreste Nestor de
Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil. Cit., p. 115).

TOMO 104 / OCTUBRE 2009 299


REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

medios, la ejecución de la sentencia. Con la Si la sentencia del juez es confirmada, y si so-


institución, sin embargo, de la jerarquía propia lamente a partir de ahí es posible la ejecución,
de los regímenes monárquicos, se creyó na- se demuestra que lo que vale es la decisión del
tural que la sentencia del funcionario depen- tribunal, desvalorizándose la tarea del juzga-
diente sufriese impugnación frente al superior, dor de primer grado. De la misma forma, si el
hasta al rey, a quien todos respondían. De ahí tribunal, en virtud del recurso, modifica la de-
una serie, frecuentemente numerosa, de ins- cisión, se prueba que el juicio de primer grado
tancias: conflictos, cuestiones, inconvenientes comete fallas y errores, desprestigiándose, una
al infinito. Al mismo tiempo, entretanto, el vez más, al juez de primera instancia.
apelo al rey constituyó un poderoso instru-
mento de formación del derecho (en Roma, en El ciudadano que ve un juez reconociendo, y
Alemania, en Francia, en Inglaterra, así como otro denegando su derecho, tiende a desacredi-
la apelación al Papa en la Iglesia)”24. tar al sistema. Además de esto, la litigiosidad
entre las partes, que difícilmente es eliminada
Es evidente que el doble grado tiene relación
a través de la decisión jurisdiccional –aun sea
con la confianza que el sistema deposita en el
definitiva–, es acentuada cuando dos órganos
juez. En el sistema del common law, el juez
del Poder Judicial divergen sobre la situación
“de primer grado” goza del mismo prestigio de
concreta que fue llevada al juicio28.
los jueces de las “Cortes superiores”, inclusive
porque el trial-judge, al menos a nivel federal,
Más grave es la circunstancia de que el doble
es considerado un magistrado que nada debe
grado inutiliza las ventajas del procedimiento
a los demás en términos de conocimiento y
oral. Ahora, es sabido que la oralidad, en razón
experiencia25. Lo que se quiere decir, en otras
de la inmediatez, permite una mejor aprehensión
palabras, es que el sistema del common law
de los hechos, contribuyendo para una mayor
confía más en el juez, dándole, en consecuen-
cualidad de la prestación jurisdiccional. Chio-
cia, mayor poder26. Sin embargo, si bien en el
venda, refiriéndose a la inmediación, afirma que
sistema del civil law el método de selección y
este anhelo “que el juez, a quien cabe proferir la
la estructura del Poder Judicial son diferentes
sentencia, haya asistido al desenvolvimiento de
de los del common law, eso no puede implicar
las pruebas, de las cuales ha de extraer su con-
por sí mismo la transformación del juez de pri-
vencimiento, o sea, que haya establecido contac-
mer grado en un mero instructor.
to directo con las partes, con las testimoniales,
En realidad, si el juez que preside la instruc- con los peritos y con los objetos del proceso, de
ción tiene contacto directo con las partes y pro- modo que pueda apreciar las declaraciones de ta-
fiere una decisión que, para producir efectos, les personas y las condiciones del lugar, y otras,
necesariamente tiene que pasar por el tamiz basado en la impresión inmediata que de ellas
de un colegiado, aquel no es propiamente un tuvo, y no en informaciones de otros. El princi-
juzgador, sino más precisamente un instructor. pio no se halla apenas estrictamente conjugado
Su decisión puede ser vista, cuando máximo, al de la oralidad, tanto que solo en el proceso es
como un proyecto de la única y verdadera de- pasible de plena y eficaz aplicación, sino que, en
cisión, que es la del tribunal27. verdad, constituye la esencia del proceso oral”29.

24 CHIOVENDA, Giuseppe. Instituições. V. 2, cit., p. 98.


25 VIGORITI, Vincenzo. Garanzie costituzionali del processo civile, Giuffrè, Milán 1970, p. 156.
26 Ver CHAYES, Abram. The role of the judge in public law litigation, v. 89, Harvard Law Review, p. 1281 y ss.
27 Ver CAPPELLETTI, Mauro. “Doppio grado di giurisdizione: Parere iconoclastico n. 2…”, cit., p. 1 y ss.; LASPRO, Oreste Nestor
de Souza. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil. Cit., p. 115.
28 Em ese sentido, Oreste Nestor de Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil. Cit., p. 116.
29 CHIOVENDA, Giuseppe. Instituições. V. 3. Cit., p. 53.

300
PROCESAL CIVIL

Por tanto, no es posible suponer, respecto a la las causas decididas en última instancia, la
materia de hecho, que la decisión del tribunal Constitución no garantiza el derecho al recur-
pueda ser más adecuada que la decisión del so contra toda y cualquier decisión, sino ape-
juez de primer grado. Lo que se puede admitir, nas el derecho al recurso especial –siempre
en realidad, es justamente lo contrario, o sea, que cumplidos sus presupuestos– contra las
¡que la decisión del juez es siempre mejor que decisiones de única o última instancia de los
la decisión del tribunal! Recuérdese que el tri- Tribunales Regionales Federales, Estaduales
bunal, al apreciar la materia de hecho, se vale y del Distrito Federal31.
de la documentación de los actos procesales,
Nótese, también, que el artículo 102, III, de
mientras que el juez tiene contacto directo con
la Constitución Federal, afirma que compete
las pruebas30. La pregunta que resta, de esta
al Supremo Tribunal Federal juzgar, median-
forma, es la siguiente: ¿Cómo es que importa
te recurso extraordinario, “las causas decidi-
la oralidad y, en consecuencia, la calidad de la
das en única o última instancia” (artículo 102,
prestación jurisdiccional, si lo que vale es el
III, de la Constitución Federal), sin aludir al
doble grado?
origen de estas decisiones que, de esta forma,
Ante todo esto, es correcto concluir que el do- pueden ser prorrogadas por el juez de primer
ble grado no es sinónimo de mayor calidad de grado. O sea, el recurso extraordinario no exi-
la prestación jurisdiccional y, cuando es vis- ge que la decisión haya sido proferida por el
to como garantía de una de las partes, sustrae tribunal. Ahora, si fuese intención del legisla-
muchas cosas de la otra. dor constitucional –al prever los recursos a los
tribunales superiores– garantizar el derecho al
recurso de apelación a los tribunales ordina-
III. EL DOBLE GRADO NO ES GA-
RANTÍA CONSTITUCIONAL rios, no habría sido prevista la posibilidad de
interposición de recurso extraordinario contra
Buena parte de la doctrina brasileña admite
la decisión de primer grado de jurisdicción. En
que el doble grado no es garantizado consti-
verdad, al garantizarse el recurso extraordina-
tucionalmente de forma expresa, pero afirma
rio contra la decisión de primer grado, se dejó
que la Constitución Federal, al prever los re-
de constitucionalizar el doble grado, o mejor,
cursos a los tribunales superiores, garantiza el
el derecho a la revisión de lo juzgado.
derecho al recurso de apelación.
Recuérdese que es posible la interposición de
La Constitución, al tratar el recurso especial, recurso extraordinario, alegándose ofensa a
afirma que compete al Superior Tribunal de la Constitución, contra la decisión del grupo
Justicia juzgar, a través de este recurso, las juzgador de los juzgados especiales. Pero no
causas decididas “en única o última instancia, hay garantía al doble análisis de la causa o a
por los Tribunales Regionales Federales o por la revisión del juzgado, lo que significa que
los tribunales de los Estados, del Distrito Fede- la Ley de los Juzgados Especiales podría ha-
ral y Territorios” (artículo 105, III, de la Cons- ber dejado de prever un recurso a un “grupo
titución Federal). A partir de la premisa de que juzgador”.
es garantizado el recurso especial en relación
con las causas deducidas en última instancia, Es cierto que alguien podría invocar el artículo
se concluye que no es posible negar el dere- 5, LV, de la Constitución Federal, que afirma
cho de recurrir a tales tribunales. Entretanto, que “a los litigantes, en el proceso judicial y
al afirmar el derecho al recurso especial ante administrativo, y a los acusados en general les

30 Ver Oreste Nestor de Souza, LASPRO. Duplo grau de jurisdição no direito processual civil. Cit., pp. 118-134.
31 Ibídem, p. 159.

TOMO 104 / OCTUBRE 2009 301


REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

son asegurados el contradictorio y la amplia suprimido cuando sea inherente a la am-


defensa, con los medios y recursos a este in- plia defensa o al contradictorio; y no que la
herentes”. Cuando la Constitución afirma que previsión del recurso es indispensable para
están asegurados el contradictorio y la amplia que sea asegurada la amplia defensa o el
defensa, con los recursos a este inherentes, contradictorio.
aquella no está diciendo que toda y cualquier
Esto quiere decir que el legislador infracons-
demanda está sujeta a un doble juicio. Los re-
titucional puede dejar de prever la doble revi-
cursos no siempre son inherentes a la amplia
sión de lo juzgado, desde que las particulari-
defensa o al contradictorio. En los casos en
dades de una situación dada permitan ver que
que no es razonable la previsión de un juicio
ella no es imprescindible para la participación
repetitivo sobre el mérito, como en las causas
adecuada de las partes y, además de esto, que
denominadas de “menor complejidad” –que
su dispensa es justificada por los derechos
sufren los efectos benéficos de la oralidad–,
fundamentales a la tutela jurisdiccional efec-
y en otras no definidas así pero que también
tiva y la duración razonable del proceso. Es
puedan justificar racionalmente una única de-
claro que esto apenas es posible en frente de
cisión, no hay inconstitucionalidad en la dis-
situaciones particulares, esto es, mediante le-
pensa del doble juicio.
yes reguladoras de procedimiento especiales
El artículo 5, LV, de la Constitución Fede- o a través de reglas que consideren hipótesis
ral, quiere decir que el recurso no puede ser específicas32. De cualquier forma, al legislador

32 En el sentido de que el doble grado de jurisdicción no constituye garantía constitucional, anótese el siguiente precedente del
Supremo Tribunal Federal (STF): [SUMARIO]: “I. Doble grado de jurisdicción en el Derecho brasileño, a la luz de la Constitución
y de la Convención Americana de Derechos Humanos. 1. Para corresponder a la eficacia instrumental que le acostumbra ser
atribuida, el doble grado de jurisdicción ha de ser concebido, a la moda clásica, con sus dos caracteres específicos: la posibilidad
de un reexamen integral de la sentencia de primer grado y que ese reexamen sea confiado a órgano diverso del que la profirió y
de jerarquía superior en el orden judicial. 2. Con ese sentido propio –sin concesiones que lo desnaturalicen– no es posible, bajo
las sucesivas Constituciones de la República, erigir el doble grado en principio constitucional, tantas son las previsiones, en la
propia Ley Fundamental, del juzgamiento de única instancia ordinaria, ya en el área civil, ya, particularmente, en el área penal. 3.
La situación no se alteró con la incorporación al Derecho brasileño de la Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto
de San José), en la cual, efectivamente, el artículo 8, 2, h, consagró, como garantía, al menos en la esfera procesal penal, el
doble grado de jurisdicción, en su acepción más propia: el derecho de “toda persona acusada de delito”, durante el proceso, “de
recurrir la sentencia a juez o tribunal superior”. 4. La prevalencia de la Constitución, en el Derecho brasileño, sobre cualquiera de
las convenciones internacionales, incluidas las de protección a los Derechos Humanos, que impide, en este caso, la pretendida
aplicación de la norma del Pacto de San José [MOTIVACIÓN]: II. La Constitución de Brasil y las convenciones internacionales de
protección a los Derechos Humanos: Prevalencia de la Constitución que aparta la aplicabilidad de las cláusulas convencionales
antinómicas. 1. Cuando la cuestión –en el estadio todavía primitivo de centralización y efectividad del orden jurídico internacio-
nal– ha de ser resuelta bajo la perspectiva del juez nacional –que, siendo órgano del Estado, deriva de la Constitución su propia
autoridad jurisdiccional– no puede esta buscar sino en esa misma Constitución, el criterio de la solución de eventuales antinomias
entre normas internas y normas internacionales; lo que es suficiente para afirmar la supremacía de la Constitución sobre las últi-
mas, aun cuando esta eventualmente atribuya a los tratados la prevalencia en el conflicto: inclusive en esa hipótesis, la primacía
derivará de la Constitución y no de una apriorística fuerza intrínseca de la convención internacional. 2. Así como no lo afirma con
relación a las leyes, la Constitución no precisó afirmarse sobrepuesta a los tratados: la jerarquía está ínsita en preceptos inequí-
vocos suyos, como los que someten la aprobación y la promulgación de las convenciones al proceso legislativo dictado por la
Constitución y menos exigente que el de las enmiendas a ella, y aquel que, en consecuencia, explícitamente admite el control de
la constitucionalidad de los tratados (Cfr. artículo 102, III, b). 3. Alinearse al consenso en torno de la estatura infraconstitucional,
en el orden positivo brasileño, de los tratados a ella incorporados, no implica asumir compromiso inmediato con el entendimiento
–mayoritario en reciente decisión del STF (ADINMC 1.480)– que, igualmente en relación a las convenciones internacionales de
protección de derechos fundamentales, preserva la jurisprudencia que a todos equipara jerárquicamente a las leyes ordinarias.
4. En relación al ordenamiento patrio, de cualquier manera, para la eficacia pretendida a la cláusula del Pacto de San José sobre
la garantía del doble grado de jurisdicción, no bastaría siquiera concederle el poder de adicionar la Constitución, acrecentándole
la limitación oponible a la ley como es la tendencia del relator: más que eso, sería necesario prestar a la norma convencional
fuerza abrogante de la Constitución misma, cuándo no dinamitadora de su sistema, lo que no se puede admitir. III. Competencia
originaria de los Tribunales y doble grado de jurisdicción. 1. Toda vez que la Constitución prescribió para determinada causa la
competencia originaria de un Tribunal, una de dos: o también previó recurso ordinario de su decisión (Cfr. arts. 102, II, a; 105, II,
a y b; 121, § 4, III, IV y V) o, no habiéndolo establecido, lo prohibió. 2. En tales hipótesis, el recurso ordinario contra decisiones
del Tribunal que ella mismo no creó, no admite que lo instituya el derecho infraconstitucional, sea ley ordinaria sea convención
internacional: es que, excepto los casos de la Justicia del Trabajo –que no están en causa– y de la Justicia Militar –en la cual
el STM no se superpone a otros Tribunales–, así como las del Supremo Tribunal, con relación a todos los demás Tribunales y
Juzgados del País, también las competencias recursales de los otros Tribunales Superiores –el STJ y el TSE– están numeradas

302
PROCESAL CIVIL

infraconstitucional le es conce- IV. LA RELEVANCIA DE


LA MITIGACIÓN DEL
dida la oportunidad de verificar No es posible supo- DOBLE GRADO DE JU-
cuándo es racionalmente jus- ner, respecto a la materia RISDICCIÓN PARA LA
tificable la dispensa del doble EFECTIVIDAD DE LOS
de hecho, que la decisión DERECHOS FUNDA-
juicio. del tribunal pueda ser más MENTALES A LA TU-
adecuada que la decisión TELA JURISDICCIO-
Recuérdese que en Italia se NAL EFECTIVA Y A
del juez de primer grado. LA DURACIÓN RAZO-
llegó a afirmar que el artículo
En realidad, es justamente NABLE DEL PROCESO
24 de la Constitución de la Re- lo contrario, o sea, ¡que la
pública –que según la doctrina decisión del juez es siem-
Es importante recordar que la
constituye una verdadera ga- pre mejor que la decisión demora del proceso aparta al ju-
rantía de efectividad del dere- del tribunal! Recuérdese risdiccionado del Poder Judicial,
cho de acceso a la justicia33–, que el tribunal, al apreciar pudiendo hacer surgir, inclusive,
exactamente por reconocer un la materia de hecho, se lo que Cappelletti denominó como
derecho de la parte de replicar vale de la documentación fuga de la justicia estatal36. Para
contra los actos de su adver- de los actos procesales, que el ciudadano pueda tener sus
sario, garantiza también un mientras que el juez tiene derechos adecuadamente tutelados
derecho de impugnar los actos contacto directo con las y para que el Poder Judicial pueda
del juez y, así, un derecho al pruebas. atraer la población, evitando la “li-
recurso34. Sin embargo, como tigiosidad contenida”, es necesario
demostró Vincenzo Vigoriti, el que los procedimientos sean es-
uso de la apelación o de los re- tructurados de modo que permitan
cursos, la previsión de un doble grado para una tutela jurisdiccional efectiva.
sanar este o aquel vicio, no es cuestión de Seguridad y rapidez siempre fueron las aspira-
legitimidad constitucional, y sí un problema ciones de aquellos que sueñan con una tutela
de política legislativa procesal, de opciones jurisdiccional adecuada. No hay duda de que
que deberán tomar en cuenta, en cada caso el problema de la relación entre la aspiración
concreto, las exigencias de justicia, de “cer- a la certeza –a exigir la ponderación y la me-
teza” e interés público, y de las partes a una diación de la decisión en el esfuerzo de evi-
rápida resolución de los litigios35. tar la injusticia– y la exigencia de rapidez en

taxativamente en la Constitución, y solo la enmienda constitucional podría ampliar. 3. A falta de órganos jurisdiccional ad quem
en el sistema constitucional, indispensables para viabilizar la aplicación del principio del doble grado de jurisdicción a los proce-
sos de competencia originaria de los Tribunales, se sigue la incompatibilidad con la Constitución de la aplicación en el caso de
la norma internacional de otorgamiento de la garantía invocada” (STF, RHC 79785, Relator: Min. Sepúlveda Pertence, Tribunal
Pleno, juzgado en 29/03/2000, DJ 22-11-2002) Ver, también, STF, AI 601832 AgR, Relator: Min. Barbosa, Joaquim. 2ª. T, juzgado
en 17/03/2009, DJe-064, Divulg. 02-04-2009 Public .03-04-2009); STF, HC 88420, Relator: Min. Lewandowski, Ricardo. 1ª. T.,
juzgado en 17/04/2007, DJe-032 Divulg. 06-06-2007 Public. 08-06-2007, DJ 08-06-2007).
33 Ver, entre otros, COMOGLIO, Luigi Paolo. Commentario della Costituzione, Bolonia-Roma: Zanichelli-Foro italiano, 1981; TOM-
MASEO, Ferruccio. Appunti di diritto processuale civile, Torino: Giappichelli, 1995, p. 169 e SS; DI MAJO, Adolfo. La tutela civile
dei diritti, Milán: Giuffrè, 1993, p. 1 y ss.; ANDOLINA, Ítalo y VIGNERA, Giuseppe. Il modello costituzionale del processo civile
italiano, Turín: Giappichelli, 1990, p. 61 e SS; PROTO PISANI, Andrea. Brevi note in tema di tutela specifica e tutela risarcitoria,
Foro italiano, 1983, p. 128 y ss.; PROTO PISANI, Andrea. “L´effettività dei mezzi di tutela giurisdizionale com particolare riferi-
mento all´attuazione della sentenza di condanna”. En: Rivista di diritto processuale, 1975, p. 636 y ss.; PROTO PISANI, Andrea.
“Nuovi diritti e tecniche di tutela”, En: Scritti in onore di Elio Fazzalari, v. 2, Milán: Giuffrè, 1993, p. 51 y ss.
34 VIGORITI, Vincenzo. Garanzie costituzionali del proceso civile, cit., p. 158.
35 Ibídem, p. 159.
36 CAPPELLETTI, Mauro . “Dictamen iconoclástico sobre la reforma del proceso civil italiano”. Cit., p. 278.

TOMO 104 / OCTUBRE 2009 303


REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

la conclusión del propio proceso siempre fue jurisdiccional43 –ese sí es un derecho garanti-
uno de los principales motivos recurrentes en la zado por las Constituciones modernas–, dere-
historia del proceso37. El doble grado solamente cho que, para ser efectivo, exige una respuesta
entró en esta “historia” más como una garan- jurisdiccional en un plazo razonable, exigen-
tía de la rectitud de la decisión jurisdiccional38. cia difícil de ser atendida en un sistema en que
No obstante, al mismo tiempo que permite una se exige un doble análisis del mérito44.
“opinión” más sobre la causa, el doble grado
Es importante esclarecer que ningún ordena-
dilata el tiempo del proceso, o el tiempo nece-
miento, ni en Italia ni en cualquier otro país
sario para la tutela jurisdiccional del derecho.
–ni tampoco en Francia, donde la idea del
Se reafirma que el doble grado, en el caso de double degré de jurisdiction parece estar par-
la materia de hecho, constituye un atentado ticularmente arraigada–, considera el doble
contra la oralidad, que propicia el juzgamiento grado de jurisdicción como una garantía cons-
de mayor calidad y, por tanto, una tutela juris- titucional45. Al contrario, en casi todos los paí-
diccional adecuada39. El juez, cuando entra en ses existen mitigaciones del doble grado, jus-
contacto con las partes y con la producción de tamente para atender al principio fundamental
la prueba, puede formarse una convicción más de acceso a la justicia46.
próxima del ideal respecto de los hechos que
Aunque el doble grado pueda ser considerado
dan contenido al litigio40. En el recurso, el tri-
importante para una mayor seguridad sobre la
bunal aprecia la materia de hecho a partir de la
justicia de la decisión, la verdad es que no es
documentación de los actos procesales y, así,
vital para el buen funcionamiento de la justicia
se pierde el beneficio generado por la inmedia-
civil. En los casos de materia únicamente de
tez del contacto entre el juez y la prueba.
hecho, o por lo menos en algunas hipótesis de
El doble grado no puede ser considerado como materia exclusivamente de hecho, el doble gra-
principio fundamental de justicia41, ya que no do debe ser dispensado en nombre del derecho
garantiza la calidad y la efectividad de la pres- de acceso a la justicia o, más precisamente, en
tación jurisdiccional42. Mucho más importan- nombre de una mayor calidad y tempestividad
te que el doble grado es el derecho a la tutela de la prestación jurisdiccional47.

37 Cfr. CARPI, Frederico. La provvisoria esecutorietà della sentenza. Cit., p. 11.


38 “Constituye tal principio –como lo destacó Afonso Fraga– una garantía de recta administración de justicia” (José Frederico,
MARQUES. Instituições de direito processual civil. V. 4. Cit., p. 4).
39 El procedimiento oral, más allá de guardar relación con el problema de la demora del proceso y de estar ligado a la propia calidad
de la prestación jurisdiccional, es lo que mejor garantiza la participación de las partes y del juez en el proceso (Luiz Guilherme,
MARINONI. Novas linhas do processo civil, 2.ª ed., p. 64).
40 Ver CAPPELLETTI, Mauro. La oralidad e las pruebas en el proceso civil, Buenos Aires: EJEA, 1972.
41 “Naturalmente existe todavía quien, de buena o de mala fe, piensa en la apelación y en el ‘doble grado de jurisdicción’ como en
una importante garantía procesal, tal vez una garantía de libertad, incluso algo absoluto e insuprimible. Es indudable que esta
concepción no resiste una crítica seria y desprejuiciada” (CAPPELLETTI, Mauro. Dictamen iconocástico sobre la reforma del
proceso civil italiano. Cit., p. 279).
42 Ver RICCI, Edoardo. Il doppio grado di giurisdizione nel proceso civile. Cit., pp. 59 y ss.
43 Ver MARINONI, Luiz Guilherme. “O direito à adequada tutela jurisdicional”. En: Revista dos Tribunais. V. São Paulo, p. 663.
44 “Si tratta, in particolare, della garanzia costituzionale –questa si effettivamente e sicuramente proclamata dalla nostra Costituzio-
ne (art. 24 e 113) come pure dalla Convenzione europea dei diritti dell´uomo (art. 6) e da altre costituzioni moderne– di accesibilità
della giustizia, garanzia Che include, tra l´altro, l´esigenza di uma durata non eccesiva dei procedimenti, esigenza mal soddisfa-
cibile in un sistema di cui esistano due giudizi ripetitivi sul mérito” (CAPPELLETTI, Mauro. “Doppio grado di giurisdizione: Parere
iconoclastico n. 2…”, cit., pp. 1-2).
45 Cfr. CAPPELLETTI, Mauro. Dictamen iconoclastico sobre la reforma del proceso civil italiano. Cit., p. 279.
46 Ver CAPPELLETTI, Mauro. Dimensioni della giustizia nelle società contemporanee, Bolonia: Il Mulino, 1994.
47 En los países del common law, el appeal solamente cabe en hipótesis de error directo, consonante a la idea de limitar los poderes
del juez en el review (Ver Frederico CARPI, La provvisoria esecutorietà della sentenza. Cit., p. 15; Abram, CHAYES. The role of
the judge in public law litigation. Cit., p. 1281 y ss.).

304
PROCESAL CIVIL

Si el juzgado especial y el pro- en otros términos, es que si el


cedimiento sumario tienen por juez va formando el juicio sobre
El doble grado no pue-
finalidad fundamental la celeri- el mérito a medida que el proce-
de ser considerado como
dad de la justicia, y son marca- principio fundamental de
dimiento camina, es equivocado
dos por el principio de la orali- justicia, ya que no garantiza suponer que alguien que juzgará
dad, es incomprensible la razón la calidad y la efectividad de con base en los escritos de las
por la cual también preservan el la prestación jurisdiccional. declaraciones de las partes y de
doble grado en lo tocante a la Mucho más importante es los testigos estará en mejores
materia de hecho. Nadie puede el derecho a la tutela juris- condiciones para decidir.
sustentar, en lo concerniente a diccional, el cual exige una
Alguien puede decir, según una
la materia de hecho, que la deci- respuesta en un plazo razo-
línea totalmente equívoca, que
sión del órgano colegiado es más nable, exigencia difícil de ser
atendida en un sistema en
la eliminación del doble grado
adecuada que la decisión del ór-
que se exige un doble análi- de jurisdicción en el Juzgado
gano monocrático. La doctrina,
sis del mérito. Especial Civil y en el procedi-
cuando trata del juzgado y del
miento sumario discrimina las
procedimiento sumario, exalta la
“pequeñas causas” o los menos
celeridad y la oralidad, pero no
afortunados, que deben ser, en
percibe que hay una clamorosa
regla, los envueltos en las causas
contradicción entre esta posición
de pequeño valor. Se trata de un enorme equí-
y la del culto al doble grado.
voco, una vez que son los pobres los que más
Tal contradicción se vuelve más evidente ante sufren con la demora en la prestación jurisdic-
el artículo 36 de la Ley de los juzgados espe- cional. Privilegiar la efectividad, por lo tanto,
ciales estaduales, que dispone que “la prueba es beneficiar a los más humildes, ya que son
oral no será reducida a escrito, debiendo la estos los que no pueden esperar, sin un grave
sentencia referir, en lo esencial, los informes daño, un proceso lento48.
traídos en las testimonios”. Inclusive se diga Por otro lado, el doble grado también debe
que, en vista del artículo 13, parágrafo 3°, que ser apartado en vista de determinadas y parti-
los “actos considerados esenciales serán regis- culares situaciones de derecho sustancial que
trados resumidamente, en notas manuscritas, así lo recomienden. Recuérdese, por ejemplo,
dactilografiadas, taquigrafiadas o estenogra- el caso de la acción de desalojo fundada en
fiadas”, lo cierto es que el juez que preside la falta de pago. El locador va a juicio y de-
instrucción extraerá, de la declaración de las muestra que el locatario no paga alquiler hace
partes y de los testigos, aquello que reputa más cuatro meses. En el momento de la sentencia,
relevante. Además, si la instrucción hace sur- el locador ya no paga alquiler hace doce me-
gir una realidad procesal que se forma a partir ses. Proferida la sentencia, el locador, para
de las declaraciones de las partes y de los testi- ejecutarla provisoriamente, está obligado a
gos, es evidente que la voluntad del juez inter- depositar en juicio, como caución, el valor
fiere en el resultado de la instrucción, una vez de –cuando mínimo– doce meses de alquiler.
que el magistrado siempre tiene que realizar Poca cosa puede parecer más absurda; pero
un determinado “juicio” previo (que es de él es la realidad puesta por la ley del inquilina-
y no de otro juez) para formular una pregunta to, que ciertamente fue influencia por el mito
a la parte o al testigo. Lo que se quiere decir, del doble grado.

48 Ver CAPPELLETTI, Mauro. “El proceso como fenómeno social de masa”, En: Proceso, ideologías, sociedad. Cit., pp. 133-134.

TOMO 104 / OCTUBRE 2009 305


REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

El procesalista tiene que convencerse que debe importantes derechos constitucionales, la eje-
trabajar con base en criterios de probabilidad, cución inmediata de la sentencia como regla50.
o mejor, con base en aquello que comúnmente Si no fuera así, la sentencia del juez de primer
ocurre. ¿Será que el 90% de los locadores deben grado continuará valiendo poca cosa, ya que
ser perjudicados para que 10% de los locatarios podrá, cuando máximo, influenciar el espíritu
no lo sean? Recuérdese, asimismo, por oportuno, del juzgador de segundo grado –y en ese sen-
que las leyes de protección al locatario –fundadas tido también revestirá la forma de un proyecto
en un discutible y romántico principio de pro- de la verdadera y única decisión–, pero jamás
tección del “más débil”– están acabando con la resolver concretamente los conflictos, tarea
propiedad familiar, parcelada, de inmuebles ur- que el ciudadano imagina que todo juez debe
banos, y transfiriendo la propiedad urbana para cumplir.
los grandes conglomerados financieros49.
Cuando se percibe en fin que la demora bene-
Para que el Estado pueda desobligarse de su ficia al demandado que no tiene razón y genera
deber de prestar la tutela jurisdiccional, ga- el descrédito del Poder Judicial, se vuelve im-
rantizando el derecho del ciudadano a una prescindible, inclusive para la propia estabili-
tutela jurisdiccional efectiva y tempestiva, es dad del poder, cuestionar la sacralización del
imprescindible que, en determinados casos, en doble grado. Además, cuando se abandona una
nombre de la oralidad y de la celeridad, sea “garantía” que –pesadas sus ventajas y desven-
eliminado el doble grado. En los demás, esto tajas– es innecesaria, son eliminados sacrifi-
es, en aquellos en que el doble grado debe cios económicos y psicológicos y reafirmados
prevalecer, es necesario instituir, en razón de los derechos y las garantías constitucionales.

49 Cfr. José Reinaldo de Lima, LOPES. “A função política do Poder Judiciário”. En: Direito e justiça: a função social do Judiciário,
Ática, São Paulo: 1989, p. 139.
50 De esta forma, más allá de privilegiarse el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y tempestiva, se privilegia la función del juez
de primer grado, rescatándose su importancia dentro de la comunidad y del Estado. Recuérdese que la doctrina italiana con-
temporánea, tras la alteración del artículo 282 del Código de Proceso Civil (hace casi dos décadas), que transformó la ejecución
inmediata de la sentencia en regla, reconoce que uno de los principales objetivo del legislador fue rescatar la importancia del
juez de primer grado. Según Bruno Lasagno, la opción a favor de la ejecución provisoria de la sentencia de primer grado ex lege
constituyó, sin ninguna duda, una de las más relevantes intervenciones innovadoras del legislador de la reforma ocurrida en el
Código italiano (Bruno LASAGNO, “Esecuzione provvisoria”. En: Le riforme del proceso civile, Zanichelli, Bolonia 1992, p. 337).
Ver: PROTO PISANI, Andrea. La nuova disciplina del processo civile, Nápoles: Jovene, 1991, p. 193.

306

Anda mungkin juga menyukai