INTRODUCCION
En el mantenimiento industrial, la implantación de una estrategia de mantenimiento preventivo para aumentar la vida
de los componentes de toda industria, es imprescindible para mejorar la disponibilidad de equipos para mayor
productividad.
Conoceremos que el tiempo necesario para la resolución de una avería se consume en su diagnóstico, en identificar el
problema y proponer una solución, todo esto a cargo del departamento de mantenimiento industrial.
Los mecanismos de daño en los materiales se deben principalmente a la deformación plástica, formación y propagación
de grietas, corrosión y/o desgaste.
En el mantenimiento industrial es vital la planificación, el uso de normas de calidad, así como la implementación de
un sistema informático, esto generara un producto de mejor calidad, cantidad y con costos más bajos.
En la situación actual es imprescindible, tanto en las grandes como en las medianas empresas, la implantación de una
estrategia de mantenimiento predictivo para aumentar la vida de sus componentes, mejorando así la disponibilidad de
sus equipos y su confiabilidad, lo que repercute en la productividad de la planta.
El llamado mantenimiento predictivo o mantenimiento basado en la condición de los equipos; se basa en realizar
mediciones periódicas de algunas variables físicas relevantes de cada equipo mediante los sensores adecuados y, con
los datos obtenidos, se puede evaluar el estado de confiabilidad del equipo.
Su objetivo es ofrecer información suficiente, precisa y oportuna para la toma de decisiones. Predecir significa “ver con
anticipación”. Con el conocimiento de la condición de cada equipo podemos hacer “el mantenimiento adecuado en el
momento adecuado” anticipándonos a los problemas. Por eso se dice que es un mantenimiento informado.
En una organización las estrategias de mantenimiento correctivo, preventivo y predictivo no son excluyentes, si no que
cuando una empresa se plantea qué estrategia de mantenimiento seguir, normalmente la respuesta es una combinación
de los tres tipos de mantenimiento anteriores.
En este marco, es necesario exponer algunas de las más importantes técnicas aplicables en el mantenimiento industrial,
imprescindibles para avanzar por el camino anticipativo y de mejora continua.
2) Usar la fiabilidad conocida de partes para calcular la fiabilidad del conjunto. Se usa para hacer evaluaciones de
fiabilidad antes de conocer los resultados reales.
Si no es así, la probabilidad es un número carente de significado para los sistemas y productos destinados a funcionar a
lo largo del tiempo.
El propósito de alineación de los ejes es impedir vibraciones excesivas y el fallo prematuro de piezas de la máquina.
La desalineación es sin duda una de las causas principales de problemas en maquinaria.
Estudios han demostrado que un 50 % de problemas en maquinaria son causa de desalineación y que un 90 % de las
máquinas corren fuera de las tolerancias de alineación permitidos. Una máquina desalineada puede costar desde un 20
% a un 30 % de tiempo de paro no programado, partes de repuesto, inventarios y consumo de energía.
La alineación de ejes es el proceso de ajuste de la posición relativa de dos máquinas acopladas (por ejemplo, un motor
y una bomba) de manera que las líneas centrales de sus ejes formen una línea recta cuando la máquina está en marcha
a temperatura de funcionamiento normal.
Los posibles desalineamiento (desviaciones de la condición de alineamiento ideal) que se pueden presentar son:
• Radial o Paralelo (ejes desplazados paralelamente - Offset).
• Angular (ejes angulados entre sí).
• Combinación de los anteriores (Offset + Angular).
Toda operación de alineamiento que se efectúe de forma racional debe seguir, al menos, los 4 pasos siguientes:
• Medición de las magnitudes y dirección de las desviaciones (debidas a los desplazamientos paralelos y angulares de
los ejes en los planos vertical y horizontal).
• Cálculo de los desplazamientos de corrección.
• Efectuar dicho desplazamiento.
• Comprobar la alineación.
Para corregir los diferentes tipos de desalineación existen diferentes métodos entre los que se pueden destacar, de
menor a mayor precisión, los siguientes:
- Regla y nivel.
- Reloj comparador.
- Sistema de rayo láser.
Regla y nivel
Es un sistema de alineamiento rápido, utilizado en los casos en los que los requisitos de montaje no son exigentes, dado
que es poco preciso.
El proceso de alineamiento es como sigue:
• Los ejes, con los platos calados, se aproximan hasta la medida que se especifique.
• Con una regla de acero y un nivel, se sitúan en las generatrices laterales que podemos denominar Este y Oeste ( 3 y 9)
y se irá corrigiendo hasta que los consideremos alineados.
• Se comprueba el paralelismo de los platos (coopling) midiendo en cuatro puntos a 90°.
• Si en el plano Norte-Sur no tenemos el nivel a cero, quiere decir que el mecanismo está “CAÍDO” o “LEVANTADO”, por
lo que habrá que colocar forros donde se necesite para que los dos platos queden paralelos.
Reloj comparador
Se trata de un instrumento medidor que transmite el desplazamiento lineal del palpador a una aguja indicadora, a través
de un sistema piñón-corredera.
El reloj comparador consiste en una caja metálica atravesada por una varilla o palpador desplazable axialmente en
algunos milímetros (10 mm. para comparadores centesimales y 1 mm. Para comparadores en milesimales).
En su desplazamiento la varilla hace girar, por medio de varios engranajes, una aguja que señalará sobre una esfera
dividida en 100 partes el espacio recorrido por el palpador, de tal forma que una vuelta completa de la aguja representa 1
mm. de desplazamiento del palpador y, por consiguiente, una división de la esfera corresponde a 0.01 mm. de
desplazamiento del mismo. Una segunda aguja más pequeña indica milímetros enteros.
Movimientos del palpador hacia el comparador serán positivos, girando la aguja en el sentido del reloj. Movimientos hacia
el exterior serán negativos, desplazándose la aguja en sentido antihorario.
El modo de usarlo para medir la desalineación radial (paralela) es haciéndolo solidario a uno de los ejes (Eje A) mediante
un adaptador (base magnética), descansando el palpador en el diámetro exterior del otro eje (Eje B). Montado de esta
forma se gira 360º el eje A, tomando lecturas cada 90º. Dichas lecturas nos darán la posición relativa del eje B respecto
de la proyección del eje A en la sección de lectura. Para medir la desalineación axial (angular) se procede de igual
manera pero descansando el palpador en la cara frontal del plato.
Los principales métodos de alineación en los que se emplea el reloj comparador para medir la desalineación son:
1. - Alineación mediante reloj radial y galgas (método Brown-Boveri).
2 - . Alineación mediante relojes radiales alternados (Método Indicador Inverso).
3 - . Alineación mediante cara y borde (Método Radial-Axial)
3 - . Alineación mediante cara y borde (Método Radial-Axial)
Sistema de rayo láser
Los métodos de alineación con el uso de láser suponen una mejora destacable de los métodos tradicionales. Un
alineador de ejes láser realiza una alineación más rápida y precisa que los métodos tradicionales. Los alineadores de
contacto utilizan transductores “comunicadores electrónicos de posición”, semejantes al reloj comparador. Estos
elementos se utilizan cada día más y cada casa comercial tiene su modelo con sus debidas instrucciones de utilización.
El equipo a utilizar, por ejemplo, puede ser el OPTALIGN, de Prüftechnik AG. Consta de una unidad Láser/Detector, que
montada en el eje de la máquina estacionaria, emite un rayo láser, que es dirigido al prisma montado en el eje de la
máquina que debe ser movida; donde es reflejado hacia el detector. Un computador recibe la información del detector y
suministra todos los datos necesarios para un alineado preciso.
El láser es de semiconductores Ga-Al-As, y emite luz en la zona del rojo visible (longitud de onda 670 nm). Su potencia
es del orden de pocos mW.
Introducción
Los métodos usados para fijar la política de mantenimiento son insuficientes, por sí mismos, para asegurar la mejora
continua en mantenimiento. Será la experiencia quién nos mostrará desviaciones respecto a los resultados previstos. Por
tal motivo se impone establecer una estrategia que, además de corregir las citadas desviaciones, asegure que todos los
involucrados en el proceso de mantenimiento se impliquen en la mejora continua del mismo.
Desde este punto de vista, el análisis de averías se podría definir como el conjunto de actividades de investigación que,
aplicadas sistemáticamente, trata de identificar las causas de las averías y establecer un plan que permita su eliminación.
Se trata, por tanto, de no conformarse con devolver a los equipos a su estado de buen funcionamiento tras la avería, sino
de identificar la causa raíz para evitar, si es posible, su repetición. Si ello no es posible se tratará de disminuir la
frecuencia de la citada avería o la detección precoz de la misma de manera que las consecuencias sean tolerables o
simplemente podamos mantenerla controlada. El fin último sería mejorar la fiabilidad, aumentar la disponibilidad y reducir
los costos. El análisis sistemático de las averías se ha mostrado como una de las metodologías más eficaces para
mejorar los resultados del mantenimiento.
Fallos y averías de los sistemas
El fallo de un sistema se define como la pérdida de aptitud para cumplir una determinada función.
Cuando un equipo o una instalación fallan, siempre generalmente lo hacen por uno de estos cuatro motivos:
1. Por un fallo en el material
2. Por un error humano del personal de operación
3. Por un error humano del personal de mantenimiento
4. Condiciones externas anómalas
En ocasiones, confluyen en una avería más de una de estas causas, lo que complica en cierto modo el estudio del fallo,
pues a veces es complicado determinar cuál fue la causa principal y cuales tuvieron una influencia menor en el desarrollo
de la avería.
La Avería es el estado del sistema tras la aparición del fallo.
El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua indica que el término avería es una palabra que procede del
árabe al-awarriyya que significa daño que padecen las mercaderías. Donde la palabra daño es considerada como
causar detrimento o echar a perder una cosa.
Se puede decir que una avería es la pérdida de la función de un elemento, componente, sistema o equipo. Esta pérdida
de la función puede ser total o parcial.
La pérdida total de funciones conlleva a que el elemento no puede realizar todas las funciones para las que se diseñó.
La avería parcial afecta solamente a algunas funciones consideradas como de importancia relativa. En este caso el
sistema donde se encuentra el elemento averiado, puede operar con deficiencias de diversa índole y no afecta a las
personas o produce daños materiales mayores.
Al definir una avería como pérdida de la función y si cada elemento o sistema puede tener varias clases de funciones,
necesariamente las averías se pueden categorizar.
En la teoría de Análisis del Valor se considera que todo elemento u objeto puede tener varios tipos de funciones:
• Principales o aquellas para las que el elemento fue diseñado, una bombilla su función principal es la de proporcionar
luz.
• Secundarias las que cumplen funciones de apoyo a las principales, un foco luminoso debe necesitar cierta resistencia
los golpes.
• Terciarias son aquellas que cumplen aspectos relacionados con la estética. El bombillo debe tener una superficie limpia.
Por lo tanto, pueden existir diferentes clases de averías por función afectada:
• Averías críticas o mayores. La que afecta las funciones del elemento consideradas como mayores.
• Avería parcial. La que afecta a algunas de la funciones pero no a todas
• Avería reducida. La que afecta al elemento sin que pierda su función principal y secundaria.
Esta clasificación es importante para desarrollar un modelo de análisis de averías.
Una estrategia para la solución de averías debe considerar que existen averías críticas que son las prioritarias eliminarlas
para conseguir un resultado significativo en la mejora del equipo. Esta forma de clasificación invita a que el Principio de
Pareto sea utilizado como un instrumento muy útil para los estudios de diagnóstico.
Otro tipo de clasificación de las averías se puede realizar por la forma como se pueden presentar estas a través del
tiempo. Este tipo de clasificación también se debe tener en cuenta para el diseño de una estrategia de eliminación, ya
que los métodos de solución pueden ser diferentes.
Los problemas de los equipos se clasifican en:
• Averías crónicas. Afecta el elemento en forma sistemática o permanece por largo tiempo. Puede ser crítica, parcial o
reducida.
• Averías esporádicas. Afecta el elemento en forma aleatoria y puede ser crítica o parcial.
• Avería transitoria. Afecta durante un tiempo limitado al elemento y adquiere nuevamente su actitud para realizar la
función requerida, sin haber sido objeto de ninguna acción de mantenimiento.
Cuando existen defectos en la pieza, la distribución de c.i. en la superficie de la pieza resulta alterada en las zonas
defectuosas, originándose un cambio en la impedancia de la bobina, que se traduce en un cambio de la indicación de la
aguja en la escala del defectómetro.
6. Inspección radiográfica
Técnica usada para la detección de defectos internos del material como grietas, burbujas o impurezas interiores.
Especialmente indicadas en el control de calidad de uniones soldadas.
Como es bien conocido consiste en intercalar el elemento a radiografiar entre una fuente radioactiva y una pantalla
fotosensible a dicha radiación.
Existen toda una serie de técnicas complementarias y ayudas para reforzar, apantallar, filtrar y obtener un nivel de
sensibilidad adecuado de las imágenes obtenidas.
Para determinar la sensibilidad del ensayo se emplean los penetrámetros, que son escalas de espesor para obtener
definición de imagen diferencial.
Los parámetros a cuidar en el ensayo radiológico son:
• Las características de la fuente empleada.
• La absorción de la pieza a inspeccionar, su espesor etc.
• Las películas radiográficas empleadas.
• Los factores geométricos (fuente-objeto).
• Los aspectos de calidad radiográfica, densidad, mínimo defecto.
• El cálculo del tiempo de exposición.
• La técnica empleada.
• La interpretación radiográfica.
7. Ultrasonidos
Los ultrasonidos son ondas a frecuencia más alta que el umbral superior de audibilidad humana, en torno a los 20 kHz.
Es el método más común para detectar gritas y otras discontinuidades (fisuras por fatiga, corrosión o defectos de
fabricación del material) en materiales gruesos, donde la inspección por rayos X se muestra insuficiente al ser
absorbidos, en parte, por el material.
El ultrasonido se genera y detecta mediante fenómenos de piezoelectricidad y magnetostricción. Son ondas elásticas de
la misma naturaleza que el sonido con frecuencias que alcanzan los 109 Hz. Su propagación en los materiales sigue casi
las leyes de la óptica geométrica.
Midiendo el tiempo que transcurre entre la emisión de la señal y la recepción de su eco se puede determinar la distancia
del defecto, ya que la velocidad de propagación del ultrasonido en el material es conocida.
Tiene la ventaja adicional de que además de indicar la existencia de grietas en el material, permite estimar su tamaño lo
que facilita llevar un seguimiento del estado y evolución del defecto.
También se está utilizando esta técnica para identificar fugas localizadas en procesos tales como sistemas de vapor, aire
o gas por detección de los componentes ultrasónicos presentes en el flujo altamente turbulentos que se generan en
fugas (válvulas de corte, válvulas de seguridad, purgadores de vapor, etc.).
Esta tecnología se basa en que casi todas las fricciones mecánicas, arcos eléctricos y fugas de presión o vacío producen
ultrasonido en frecuencias cercanas a los 40.000 Hertz, y de unas características que lo hacen muy interesante para su
aplicación en mantenimiento predictivo: las ondas sonoras son de corta longitud atenuándose rápidamente sin producir
rebotes. Por esta razón, el ruido ambiental por más intenso que sea, no interfiere en la detección del ultrasonido.
Además, la alta direccionalidad del ultrasonido en 40 Khz. permite con rapidez y precisión la ubicación del fallo.
La aplicación del análisis por ultrasonido se hace indispensable especialmente en la detección de fallas existentes en
equipos rotativos que giran a velocidades inferiores a las 300 rpm, donde la técnica de medición de vibraciones es un
procedimiento poco eficiente.
Entre las características más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un medidor de ultrasonidos
están las siguientes:
- Capacidad para variar la frecuencia de captación. No todos los equipos pueden variar la frecuencia
- Que tenga los accesorios necesarios para poder realizar las medidas que se necesitan (direccionadores, diversos tipos
de captadores, auriculares, etc.)
- Que la pantalla del equipo sea clara e indique en dB la intensidad del sonido captado
- Que el software que acompaña al equipo permita investigar el fallo y realizar informes.
El aceite lubricante juega un papel determinante en el buen funcionamiento de cualquier máquina. Al disminuir o
desaparecer la lubricación se produce una disminución de la película de lubricante interpuesto entre los elementos
mecánicos dotados de movimiento relativo entre sí, lo que provoca un desgaste, aumento de las fuerzas de rozamiento,
aumento de temperatura, provocando dilataciones e incluso fusión de materiales y bloqueos de piezas móviles. Por tanto
el propio nivel
de lubricante puede ser un parámetro de control funcional. Pero incluso manteniendo un nivel correcto el aceite en
servicio está sujeto a una degradación de sus propiedades lubricantes y a contaminación, tanto externa (polvo, agua,
etc.) como interna (partículas de desgaste, formación de lodos, gomas y lacas). El control de estado mediante análisis
físico-químicos de muestras de aceite en servicio y el análisis de partículas de desgaste contenidas en el aceite
(ferrografía) pueden alertar
de fallos incipientes en los órganos lubricados.
El análisis de aceite consiste en una serie de pruebas de laboratorio que se usan para evaluar la condición de los
lubricantes usados o los residuos presentes. Al estudiar los resultados del análisis de residuos, se puede elaborar un
diagnóstico sobre la condición de desgaste del equipo y sus componentes. Lo anterior, permite a los encargados del
mantenimiento planificar las detenciones y reparaciones con tiempo de anticipación, reduciendo los costos y tiempos de
detención involucrados.
9. Análisis de vibraciones
Todas las máquinas en uso presentan un cierto nivel de vibraciones como consecuencia de holguras, pequeños
desequilibrios, rozamientos, etc. El nivel vibratorio se incrementa si, además, existe algún defecto como desalineación,
desequilibrio mecánico, holguras inadecuadas, cojinetes defectuosos.
La vibración mecánica es el parámetro más utilizado universalmente para monitorear la condición de la máquina, debido
a que a través de ellas se pueden detectar la mayoría de los problemas que ellas presentan. La base del diagnóstico de
la condición mecánica de una maquina mediante el análisis de sus vibraciones se basa en que las fallas que en ella se
originan, generan fuerzas dinámicas que alteran su comportamiento vibratorio. La vibración medida en diferentes puntos
de la máquina se analiza utilizando diferentes indicadores vibratorios buscando el conjunto de ellos que mejor
caractericen la falla. Entre los indicadores vibratorios que incluyen los programas de monitoreo continuo se encuentran
entre otros: el espectro, la medición de fase de componentes vibratorias, los promedios sincrónicos y modulaciones.
En la práctica, se requiere del uso de diferentes indicadores y técnicas de análisis, debido a que problemas diferentes
pueden presentar síntomas similares. Para ilustrar la situación, suponga que el sistema de vigilancia de la máquina
detecta un cambio en la amplitud de la componente vibratoria a 1xrpm. Este síntoma puede tener su origen en
numerosos problemas: Desbalanceamiento, desalineamiento, solturas mecánicas, eje agrietado, pulsaciones de presión,
resonancia, etc. Para
poder discernir cuál es el problema específico, es necesario utilizar en forma integrada un conjunto de técnicas de
diagnóstico.
Para aplicarla de forma efectiva, es necesario conocer determinados datos de la máquina como son el tipo de cojinetes,
de correas, número de alabes, etc., y elegir los puntos adecuados de medida. También es necesario seleccionar el
analizador más adecuado a los equipos existentes en la planta.
10. Medida de la presión
Dependiendo del tipo de máquina puede ser interesante para confirmar o descartar ciertos defectos, utilizada
conjuntamente con otras técnicas predictivas.
Se suele utilizar la presión del proceso para aportar información útil ante defectos como la cavitación, condensación de
vapores o existencia de golpes de ariete. En otros casos es la presión de lubricación para detectar deficiencias
funcionales en los cojinetes o problemas en los cierres por una presión insuficiente o poco estable.
11. Medida de temperatura
El control de la temperatura del proceso no suele utilizarse desde el punto de vista predictivo. Sin embargo se utiliza muy
eficazmente el control de la temperatura en diferentes elementos de máquinas cuya variación siempre está asociada a un
comportamiento anómalo.
Así se utiliza la temperatura del lubricante, de la cual depende su viscosidad y, por tanto, su poder lubricante. Un
aumento excesivo de temperatura hace descender la viscosidad de modo que puede llegar a romperse la película de
lubricante. En ese caso se produce un contacto directo entre las superficies en movimiento con el consiguiente aumento
del rozamiento y del calor generado por fricción, pudiendo provocar dilataciones y fusiones muy importantes.
En los rodamientos y cojinetes de deslizamiento se produce un aumento importante de temperatura de las pistas cuando
aparece algún deterioro. Asimismo se eleva la temperatura cuando existe exceso o falta de lubricante. También aumenta
la temperatura ante la presencia de sobrecargas. Por todo ello se utiliza frecuentemente la medida de temperatura en
rodamientos y cojinetes, junto con
otras técnicas, para la detección temprana de defectos y su diagnóstico.
La temperatura en bobinados de grandes motores se mide para predecir la presencia de fallos como sobrecargas,
defectos de aislamiento y problemas en el sistema de refrigeración.
Por último también puede aportar información valiosa la temperatura del sistema de refrigeración. En efecto, cualquier
máquina está dotada de un sistema de refrigeración más o menos complejo para evacuar el calor generado durante su
funcionamiento. La elevación excesiva de la temperatura del refrigerante denota la presencia de una anomalía en la
máquina (roces, holguras inadecuadas, mala
combustión, etc.) o en el propio sistema de refrigeración.
12. Termografía
Junto con el análisis de vibraciones detallado en el punto 9, las técnicas termográficas son las estrellas del
mantenimiento predictivo. Las inspecciones termográficas se basan en que todo equipo y/o elemento emite energía
desde su superficie. Esta energía se emite en forma de ondas electromagnéticas que viajan a la velocidad de la luz a
través del aire o por cualquier otro medio de conducción. La termografía infrarroja es la técnica de producir una imagen
visible a partir de radiación infrarroja invisible para el ojo humano, emitida por objetos de acuerdo a su temperatura
superficial.
La termografía es una técnica que utiliza la fotografía de rayos infrarrojos para detectar zonas calientes en dispositivos
electromecánicos. Mediante la termografía se crean imágenes térmicas cartográficas que pueden ayudar a localizar
fuentes de calor anómalas.
Así se usa para el control de líneas eléctricas (detección de puntos calientes por efecto Joule), de cuadros eléctricos,
motores, máquinas y equipos de proceso en los que se detectan zonas calientes anómalas bien por defectos del propio
material o por defecto de aislamiento o calorifugación.
Para ello es preciso hacer un seguimiento que nos permita comparar periódicamente la imagen térmica actual con la
normal de referencia.
La termografía permite detectar, sin contacto físico con el elemento bajo análisis, cualquier falla que se manifieste en un
cambio de la temperatura, midiendo los niveles de radiación dentro del espectro infrarrojo.
En general, un fallo electromecánico antes de producirse se manifiesta generando e intercambiando calor. Este calor se
traduce habitualmente en una elevación de temperatura que puede ser súbita, pero, por lo general y dependiendo del
objeto, la temperatura comienza a manifestar pequeñas variaciones.
Si es posible detectar, comparar y determinar dicha variación, entonces se pueden detectar fallos que comienzan a
gestarse y que pueden producir en el futuro cercano o a mediano plazo una parada de planta y/o un siniestro afectando
personas e instalaciones. Esto permite la reducción de los tiempos de parada al minimizar la probabilidad de paradas
imprevistas, no programadas, gracias a su aporte en cuanto a la planificación de las reparaciones y del mantenimiento.
Como primera aproximación, pueden tomarse como referencia las siguientes variaciones sobre la temperatura ambiente,
a fin de determinar un programa de reparación:
Hasta 20ºC. Indica problemas, pero la reparación no es urgente. Se puede efectuar en paradas programadas.
20ºC a 40ºC. Indica que la reparación requerida es urgente dentro de los 30 días.
40ºC y más. Indica una condición de emergencia. La reparación, se debe realizar de inmediato.
13. Control de espesores en equipos estáticos
Una de las pruebas más relevantes en lo que se refiere al mantenimiento sistemático de tubos, tanques y de una gran
gama de piezas es “La medición de espesores” la cual garantiza la seguridad de las instalaciones a través del tiempo, y
consiste en medir el espesor de pared de las partes más críticas de los equipos, puesto que con el tiempo se van
desgastando de acuerdo con sus ciclos de trabajo y las condiciones climáticas donde estén operando las cuales generan
grados de corrosión elevados y por lo tanto, desgaste de los mismos.
Los procedimientos usuales involucran una fuente o emisor y un receptor, en general todos los métodos se basan en la
absorción de energía del elemento bajo estudio. Así, éstos pueden clasificarse en: de transmisión y de retrodispersión.
En el primero, el material a medir se encuentra entre el emisor y el receptor. El valor a estudiar es la absorción que se
experimenta, proporcional al espesor, al material y a su densidad.
Los métodos de retrodispersión se basan en la fracción de la radiación emitida que se desvía de su trayectoria original
con ángulos superiores a 90º luego de haber interactuado con el medio a medir.
Aunque existen otras técnicas, los Medidores Ultrasónicos de Espesores son muy utilizados para medir un amplio rango
de substratos y aplicaciones por pérdida de espesor debido al desgaste, y la erosión o corrosión. Los medidores están
diseñados para medir el espesor de substratos metálicos (hierro fundido, acero y aluminio) y cualquier otro conductor de
ondas ultrasónicas considerando que ha tenido un paralelo relativo en superficies inferiores y superiores.
El sistema de medición como tal, utiliza el principio ultrasónico no destructivo del pulso-eco para medir el espesor de
pared. Es ideal para control de calidad y para medir los efectos de corrosión, erosión y desgaste.
Está provisto de una sonda -Probe- (transductor) la cual transmite un pulso ultrasónico dentro de la pieza. Este pulso
viaja a través del material hasta el otro lado. Cuando se encuentra en una interface tal como aire u otro material, el pulso
se refleja de vuelta a la sonda.
Para determinar el espesor, el instrumento mide el tiempo que le toma al pulso hacer este viaje de ida y vuelta y lo divide
por dos. El resultado se multiplica por la velocidad del sonido en el material del cilindro.
La velocidad del sonido se expresa en términos de pulgadas por microsegundo o metros por segundo. Es diferente para
todos los materiales. Por ejemplo el sonido viaja a través del acero más rápido (0,233 pulgadas por microsegundo) de lo
que viaja a través del plástico (0,086 pulgadas por microsegundo)
La medición se lleva a cabo en una forma muy sencilla, 1. Simplemente se aplica a la superficie que se va a medir
material acople, para así eliminar brechas de aire entre la cara de contacto y la superficie. 2. Se coloca la sonda sobre la
superficie del equipo en el punto exacto de medición donde colocó el material acople, y se presiona la sonda
moderadamente. Cuando la sonda percibe el eco del ultrasonido, se puede leer el espesor en pantalla y tomar hasta seis
mediciones por segundo.
Cuando la sonda se retira de la superficie del equipo en pantalla queda la última medición.
Las compañías que utilizan métodos de inspección no destructivos en la medición de espesores minimizan las
preocupaciones de seguridad, aseguran el cumplimiento de normas o códigos, y reducen la frecuencia de reparaciones
mayores. (Y los costos subsecuentes).
14. Impulsos de choque
Dentro de las tareas de mantenimiento predictivo suele tener un elevado peso el control de estado de los rodamientos
por ser éstos elementos muy frecuentes en las máquinas y fundamentales para su buen funcionamiento, al tiempo que
están sujetos a condiciones de trabajo muy duras y se les exige una alta fiabilidad.
Entre las técnicas aplicadas para el control de estado de rodamientos destaca la medida de los impulsos de choque.
Proporcionan una medida indirecta de la velocidad de choque entre los elementos rodantes y las pistas de rodadura, es
decir, la diferencia de velocidad entre ambos es el momento del impacto. Esos impactos generan, en el material, ondas
de presión de carácter ultrasónico llamadas “impulsos de choque”. Se propagan a través del material y pueden ser
captadas mediante un transductor piezoeléctrico, en contacto directo con el soporte del rodamiento. El transductor
convierte las ondas
mecánicas en señales eléctricas que son enviadas al instrumento de medida. Para mejorar su sensibilidad y, como
quiera que el tren de ondas sufre una amortiguación en su propagación a través del material, el transductor se sintoniza
eléctricamente a su frecuencia de resonancia.
Los impulsos de choque, aunque presentes en cualquier rodamiento, van aumentando su amplitud en la medida en que
van apareciendo defectos en los rodamientos, aunque estos defectos sean muy incipientes.
Por ello es utilizada la medida de la amplitud como control de estado de los rodamientos en los que, tras la realización de
numerosas mediciones, se ha llegado a establecer los valores “normales” de un rodamiento en buen estado y los que
suponen el inicio de un deterioro aunque todavía el rodamiento no presente indicios de mal funcionamiento por otras
vías.
15. Análisis de gases
El analizador de gases es el instrumento que se utiliza para determinar la composición de los gases de escape en
calderas y en motores térmicos de combustión interna.
Consta básicamente de un elemento sensor que puede llevar integrada la medición de varios gases o uno sólo, y un
módulo de análisis de resultado, donde el instrumento interpreta y muestra los resultados de la medición. El equipo es
capaz de medir la concentración en los gases de escape de un número determinado de compuestos gaseosos. Los que
se miden habitualmente son los que se detallan en la tabla siguiente:
LISTA DE PARAMETROS A CONTROLAR
CH4
O2
N2
CO
NO, NO2, NO3
CO2
SO2, SO3
H20
TEMPERATURA DE GASES DE ESCAPE
OPACIDAD DE LOS HUMOS
PARTÍCULAS SÓLIDAS
La concentración de esas sustancias en los gases de escape se mide con dos finalidades, igualmente importantes:
- Asegurar el cumplimiento de los condicionantes ambientales del motor, en base a los permisos y normativas legales
que deba cumplir la planta
- Asegurar el buen funcionamiento de caldera, el motor o la turbina
El primero de esos objetivos parece claro. La planta en la que está instalado el equipo de combustión debe cumplir una
serie de normas, y para asegurarlo, las propias normas establecen la periodicidad con la que deben medirse
determinados gases.
En cuanto al segundo, la composición de los gases revelará la calidad del combustible, el estado del motor y el correcto
ajuste de determinados parámetros, como la regulación de la mezcla de admisión, la relación de compresión y la eficacia
de la combustión. La tabla, que se expone a continuación, detalla los problemas que se pueden diagnosticar si se
detectan concentraciones anormales de los gases analizados.
Es recomendable que el plan de mantenimiento de un equipo de combustión o de un motor térmico contemple análisis
periódicos de los gases de escape, siendo aconsejable que se realicen con una frecuencia inferior a tres meses.
16. Otras técnicas
Debido a que existen máquinas con características de diseño y funcionamiento muy diferentes, se ha hecho necesario
investigar en nuevas técnicas de análisis que permitan su diagnóstico confiable. Entre las máquinas rotatorias que no son
susceptibles de diagnosticar confiablemente con las técnicas de análisis “tradicionales”, están las máquinas de velocidad
y carga variable, las máquinas de baja velocidad (menos de 600rpm) y las máquinas de muy alta velocidad. Por ejemplo
para las máquinas de velocidad variable se ha incluido en algunos equipos comerciales una función llamada “Análisis de
Orders” o “Order Tracking”, para el análisis espectral, sin embargo, se ha visto que tienen limitación cuando la velocidad
varia rápidamente. Otro ejemplo son las máquinas de baja velocidad las cuales comúnmente generan vibraciones de
niveles muy bajos que no son posibles de
analizar debido al nivel de ruido inherente en la cadena de medición y por tanto es necesario desarrollar tanto,
instrumentos y sensores con menor ruido inherente como también técnicas de procesamiento para el tratamiento de
ruido de las señales periódicas.