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Primera edición en inglés. 1971
Primera edición en español, 1977
Tercera r eimpresión, 1993
Título briginal:
Many Msxiws
él 1941, 1946, 1952, 1966, by Lesley Byrd Simpson
ISBN 968-1~1545-X
Impreso en México
XXVI . EL NEODESPOTISMO ILUSTRADO: POLITICA
322
EL NEODESPOTISMO ILUSTRADO: POUTICA 323
cualquier gobierno que olvide esa verdad fundamental desaparecerá
sin dejar huella 1 •
Para dar al régimen una ancha base popular, Obregón y sus
sucesores alentaron la formación de confederaciones agrarias, liga-
das al gobierno por el poderoso motivo de disponer gratuitamente
de la tierra de las haciendas expropiadas. «En efecto, observa
Tannenbaum, son criaturas del estado, mantenidas y costeadas por
él. .. • Lo mismo pudo decir del mejor organizado y más activo
movimiento obrerista urbano: «Lo que se ha dicho de las organiza-
ciones campesinas puede decirse con más verdad del movimiento
obrero ... Sus sindicatos, en el fondo, son también criaturas e ins-
trumentos del régimen; son fuertes con la fuerza del gobierno, que
insufla el aliento vital en ellas. No hay en México un movimiento
obrero independiente de importancia ... El gobierno ha protegido,
costeado y alimentado al movimiento obrero para servirse de él
como báculo, o para emplearlo contra sus enemigos nacionales o
extranjeros ... A este respectQ, los sindicatos y los ejidos tienen una
sola función; la de ofrecer al presidente un apoyo aparente y, hasta
cierto punto real, entre el pueblo.•
El precio exigido por el movimiento obrero fue la rendición del
gobierno en todo conflicto que afectase los intereses de los obreros.
La expropiación de los yacimientos petrolíferos y la de los ferroca-
rriles se debió a la presión de los obreros sobre Cárdenas. El go-
bierno renunció a su función de árbitro en los conflictos laborales.
Toda legislación obrerista, como observó Daniel Cosío Villegas en
su melancólico libro La Crisis de México (1947), tuvo un sólo fin:
favorecer al obrero. Con contadas excepciones, los jueces deciden
en su favor; y así, protegido por el estado y los tribunales, el
obrero ha perdido todo su sentido de responsabilidad y perspecti-
va, y considera al público como fuente de botín, mientras el pa-
trón ha llegado a creer que los tribunales no son más que instru-
mentos de venganza o coacción, de los que no cabe esperar jus-
ticia. De modo que, concluye Cosío, el patrón se vio obligado a
protegerse mediante cohechos y sobornos (la «mordida•).
El vasto edificio de la revolución estaba cimentado sobre los
comunes intereses de estos grupos, que cristalizaron en un mono-
J En estos últimos alios, el PRI ha hecho un esfuerzo ~rsistente y eficaz por
imbuir en la mente del pueblo la imagen de un gobierno enteramente civil. En
efecto, desde 1946, todos los presidentes han sido civiles, y, salvo por lo que toca a
la Secretaría de Defensa, los generales no se meten en polít ica. El ej~rcito de los
caudillos de los días borrascosos de la revolución y la guerra civil ha mucho que
desapareció. y ahora existe un nuevo y orgulloso ejército pwfesional. No obstante,
el ejército sigue siendo la suprema fuerza policíaca de la nación, freno eficaz conua
los desórdenes y pronunciamientos de antai'lo, y garant1a de la estabilidad del
sistema actual.
324 MUCHOS NEXICOS
2 Desde que esto fue escrito (1 949), la creciente prosperidad del país y una
política más conciliado!a han quitado mucha am argura al confl icto. cEI PRI. escribe
328 MUCHOS NEXICOS
• ••
Desde los días de Obregón, la educación popular ha sido una de
las metas de la revolución a la que se ha concedido mayor publi-
cidad. La constitución de 1917 establece que la enseftanza primaria
debe ser obligatoria y laica. El apoyo del gobierno federal a la
enseñanza ha sido generoso: 3~ ~ 680 000 pesos en 195 1, la mayor
pane gastados en la construcción de escuelas, miles de las cuales
cubrieron el paisaje de uno a otro extremo del país, en notable
contraste con los tiempos de don Porftrio.
Sin embargo, pronto se descubrió que los edificios no enseñan.
En 1945, el secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, había
informado a la sorprendida nación que la mitad de la población
en edad escolar o mayor no sabía leer ni escribir, y esto después de
veinte años de esfuerzos. Sin contar los habituales obstáculos,
como la subnutrición (Torres Bodet estimaba que unos ciento
treinta y cinco mil de los ciento noventa y tres mil niños que
asistían a las escuelas del distrito federal no se alimentaban sufi-
cientemente), la indiferencia y el antagonismo religioso, un sólo
hecho tremendo basta para explicar en buena pane el fracaso: la
enseñanza no pagaba a los maestros para vivir.
; En 196~. el Congreso N oneamuicano promulgó una ley que abolía d progra·
ma del bracerismo , alegando que los braceros quitaban pu estos a los desempleados
de los Estados Unidos. La ley tuvo poco efecto. La inmigración de braceros y
cespaldas mojadas• alca.oz6 dimensiones asombrosas. Eo 196) se estimó que, sólo en
el estado de California, vivían millón y medio de clatinos• . .la mayoría mexicanos .
Desde BrowDSYille, Texas, hasta San Fraocuco, California, se aprecia una recon·
quista sorda del territorio perdido en 1884 .
338 MUCHOS MEXICOS
b Pero ¡ay del pobre optimista! Casi nunca acicna en sus predicciones. En este
caso, lo demuestra el gravlsimo conflicto estudianlil de 1968, poco antes de los
Juegos Ollmpicos, que motivó una sangrienta represión que conmovió al pa1s. Y
ahora, en este al\ o de 1973, una pandilla de rufianes ocupó el edificio de la rector'! a,
alegando corno motivo el que la Universidad no autorizara el ingreso en ella de un
grupo de estudiantes que no hablan aprobado el reglamentario examen de ingreso