LENGUAS PERUANAS
Las lenguas del Perú engloban un conjunto de lenguas tanto alóctonas como
autóctonas, originadas tanto fuera como dentro del territorio del actual Perú.
Legislación lingüística
Número de hablantes
Las únicas lenguas nativas andinas en actual uso son el quechua, el aymara,
el jaqaru y el kawki; mientras que la región amazónica alberga una mayor
variedad de lenguas, siendo las lenguas más habladas el asháninka y el
aguaruna.
El resto de lenguas indígenas de Perú cuentan con más de 105 mil hablantes
en conjunto y se hablan básicamente en el oriente y norte del país, en los
departamentos de Loreto, Madre de Dios y Ucayali.
Cada región del Perú tiene caracteristicas ligüísticas que la identifican con
culturas ancestrales y que configuran las variantes del español en el Perú.
Debe tener una breve introducción, de cinco o seis líneas, donde se resumen el
argumento esencial del artículo, el interés del problema abordado, su significo e
implicaciones. A ser posible, podría hacerse alusión a algún problema actual,
para atraer la atención de los lectores. El último párrafo de esa introducción debe
situar al lector ante el objetivo del artículo.
El artículo puede tener varias partes, con sus respectivos subtítulos, que también
han de ser expresivos y sugerir el contenido. No se debe cambiar de tema sin
advertirlo.
Debe seleccionarse alguna frase breve que centre el interés del lector y sea como
un resumen del artículo, que se maquetará en destacado.
Redactar con claridad y sencillez. Mejor frases cortas sujeto, verbo, predicado).
No repetir ideas. Utilizar todos los signos de puntuación.
Las ideas generales han de ir siempre antes de los detalles concretos. Lo más
novedoso debería destacarse al comienzo, para atraer al lector.
La diversidad lingüística
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JOSÉ BadaJOSÉ Bada
20/02/2011
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En esta tierra se cría el tomillo, "lo timó" y el "tremoncillo". Hay comarcas en las que se dan las
tres lenguas propias de Aragón, aunque obviamente a su modo, porque las lenguas existen
solo en vivo --como las plantas-- y por tanto en muchas hablas. Lo que no impide clasificar las
modalidades lingüísticas como los botánicos hacen con las plantas: por especies, o reunir bajo
el mismo nombre a las que tienen un aire de familia. De ahí que sean tres las lenguas en
Aragón, y las modalidades muchas más.
Pardo Sastrón, farmacéutico nacido en Torrecilla de Alcañiz, estudió la flora del Mezquín y
sólo en su pueblo catalogó más de mil especies. Algunos lo consideran precursor de la
etnobotánica, pues se interesó también por los usos y costumbres en relación con las plantas.
Ignoro si al herborizar anotaba siempre el nombre vernáculo de la planta que recogía, lo hizo
en ocasiones.
Comprendo que un botánico estudie sólo la flora, celebro que se interese por la cultura
popular y me sorprende gratamente si recoge las palabras. Puedo entender también al
anticuario que no distingue entre "tinaja","tenaja" y "tenalla": para el rastro no importa. Pero no
me pidan que comprenda a los etnógrafos que catalogan los aperos de un lugar y se olvidan
de los nombres.
Abiertos a la convivencia y a la conversación, a la palabra entre todos y con todos como seres
humanos, deberíamos ocuparnos más de lo que está a nuestro cuidado aquí para todo el
mundo: de ese fragmento de humanidad que depende de nosotros en el Mezquín, en Fraga,
en Hecho, en Chiprana o en un barrio de Zaragoza.
Unas 3.000 lenguas, casi la mitad de las existentes, están en peligro de extinción. Puede que
a muchos les preocupe más la supervivencia del quebrantahuesos que el porvenir del
aragonés, y la recuperación de los "bienes de Aragón" bastante más que el futuro del catalán
de la Franja. Lo que sería imperdonable en mi caso, dada la responsabilidad que he adquirido
en el Consejo Aragonés de las Lenguas. Creo sinceramente, por otra parte, que la merma en
la diversidad lingüística no es una amenaza menor que la drástica reducción de la diversidad
biológica. Ya es hora de ocuparnos de la ecología de la mente y, por tanto, de las lenguas
maternas o vernáculas como dicen otros.
Vernaculum se llama en latín a lo que se cría, se cultiva, se teje, se hace en casa o se obtiene
del común para usufructo, frente a todo lo que traen de fuera --lo "forano"-- a nuestro mundo y
adquirimos en el mercado para el consumo. Vernácula es la lengua en la que se nace y crece,
la del mundo de la vida.
En el mundo mundial el mercado sin fronteras allana las diferencias o las confunde, pero ese
mito de Babel tiene su réplica en Pentecostés que las discierne y las salva. Las fiestas
populares, cuando son auténticas, tienen más de ese espíritu que de aquel mosto o mejunje
de los mercados.
Se dice que hasta las plantas crecen más ufanas y mejor cuando se les habla, es una
hermosa creencia que no desmentiré. Ojalá seamos capaces de cuidar y mimar las lenguas
vernáculas tanto o más que las flores del jardín, y de ayudar desde la infancia a los niños para
que accedan desde su mundo y con su lengua, desatada, a todo el mundo y a cualquier otra.
Educar es enseñar a hablar, no es olvidar la propia lengua al ir a la escuela. Ni enterrarse en
ella, es brotar y crecer como las ramas al aire de la comunicación universal.