• 7 mujeres son asesinadas cada día en México

• 2 de cada 3 mujeres mexicanas han experimentado algún tipo de violencia.

• 41% de las mujeres mexicanas ha sido víctima de  violencia sexual  en alguna etapa de su
vida.

• 6 de cada 10 agresiones contra mujeres mexicanas en la vía pública son de índole sexual.

• 15% de las mujeres de 15 años y más que han pedido trabajo les fue requerido un certificado
de no embarazo o las despidieron por embarazarse.

Estas cifras son de Noviembre del 2018, en México. Estas cifras enmarcan el día de la mujer,
con estas cifras quiero adentrarme en la pregunta de porque el 8 de marzo no es un día para
celebrar a “las mujercitas”, porque no es “un día de fiesta”. Porque cuando solo felicitamos a las
mujeres por su belleza y su entrega o su abnegación en el rol de madre o esposa estamos
perpetuando un esquema, una visión que reduce quienes somos completas. Porque solo
mandar flores y felicitarnos “en nuestro día” se olvida de que este día es sobre una lucha, sobre
la igualdad y la desigualdad.

Existen diferentes versiones sobre el surgimiento de esta celebración. Se dice que se inicia con
la lucha de trabajadoras textiles estadounidenses en 1857, quienes salieron a las calles para
protestar por sus precarias condiciones de trabajo. Otra versión es la revuelta de un grupo de
obreras textiles de Nueva York que demandaban una jornada laboral de diez horas diarias, en
vez de dieciséis. Otros datos señalan que el 3 de mayo de 1908, al verificarse la Jornada de las
Mujeres en el Teatro Garrick de la ciudad de Chicago, las mujeres se movilizaron para obtener
su derecho al voto, y que éste es el hito que marca la celebración del Día Internacional de la
Mujer.
A la mujer mexicana se reconoce su derecho al voto el 17 de octubre de 1953 cuando apareció
en el Diario Oficial de la Federación un decreto en el que se anunciaba que las mujeres
tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. Este decreto fue el
producto de una larga lucha. Este decreto tiene apenas 65 años. Probablemente sus abuelas y
abuelos recuerdan este momento, probablemente ustedes y yo nacimos con la certeza de que
tenemos este derecho, producto de la lucha de todas estas mujeres que alzaron la voz.
Como quiera que haya dado inicio, este día, esta conmemoración, es para recordar que las
mujeres no han estado en condiciones de equidad en relación con los hombres; que no han
sido consideradas como parte del quehacer social, histórico y político, por lo que es necesario
fomentar y proteger sus derechos en igualdad de condiciones con los hombres.
Y yo se que podemos escuchar voces que no tienen datos reales, que vienen del prejuicio, que
son permeadas por la experiencia personal que vivimos a través del fenómeno de la burbuja
social que nos dirán que la equidad existe totalmente, que no es un problema la desigualdad,
que no debemos dejar que estas ideas “pasionales” cambien nuestros encuentros académicos.
Una burbuja donde pienso que mis ideas son las que son compartidas por todos, cuando
pienso que mis ideas son las correctas, donde solo me relaciono con aquello conocido, con
aquello que está en mi zona de confort, donde no tengo que cuestionarme ni incomodarme
pensando que la brecha económica en México entre hombres y mujeres es de más del 30%,
donde la representación en los espacios públicos y políticos sigue siendo menor al 20% en
muchos de nuestros estados, donde podemos contar con los dedos de una mano las
gobernadoras a nivel nacional.
El término “género”, como el voto de la mujer en México, es relativamente nuevo, surge en
1968, cuando el profesor e investigador norteamericano Robert Stoller utilizó por primera vez el
concepto de género en su libro “Sexo y Género” para oponerlo al sexo (significando este el
conjunto de diferencias anatómicas y biológicas entre hombres y mujeres), subrayando de esta
manera el carácter socialmente construido de las nociones de masculinidad y feminidad.
Nos damos cuenta gracias a este concepto que lo que determina la identidad y el
comportamiento masculino o femenino no es el sexo biológico, sino el hecho de haber vivido
desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidos a los hombres o las
mujeres.
Darnos cuenta de este hecho visibilizó por primera vez en todas las esferas, las condiciones de
discriminación, opresión, subordinación, segregación y maltrato a que eran sometidas miles de
mujeres en el planeta; además de poner en evidencia la necesidad y la exigencia moral y
económica de sumar a las mujeres a los procesos de desarrollo y democráticos de los países
(Lamas, 2007).
Esta es la importancia de la lucha de equidad de género, esta es la importancia de esta
palabra, es aquí donde me puedo empezar a preguntar:
Y entonces, ¿Qué hacemos en lugar de felicitarnos el 8 de marzo?, es relativamente fácil (y
difícil al mismo tiempo, salir de la zona de confort siempre es difícil) no volviendo superficial
esta celebración, evitemos los regalos; no es un cumpleaños, no es el día de la madre, no es
san valentin, es un día para recordar todo el trabajo que queda por hacer, es un día para
celebrar todo el trabajo que ya se ha hecho. Si lo que realmente nos interesa es el
«empoderamiento femenino», olvidémonos de actividades o eventos que, en vez de darles
poder, perpetúan los estereotipos.
No soltemos el término «feminazi» a cualquier mujer que alce la voz este día. No minimicemos
la causa. Informémonos, escuchemos sin juicios de valor.

El machismo se aprende; la igualdad, también. Vivimos en una sociedad contradictoria donde

se nos dice que todos somos iguales, pero no es cierto. La realidad es distinta. Nuestra
sociedad es profundamente desigual para las mujeres, como nos muestran todos los
indicadores de los que he hablado muy poco hoy: violencia de género, desempleo, brecha
salarial, etc. Esta profunda desigualdad tiene incidencia directa en la vida de las mujeres y
también en el desarrollo de nuestras sociedades. Y, la única manera de caminar hacia una
sociedad en la que mujeres y hombres vivan como desean vivir conforme a sus deseos,
sueños, proyectos y capacidades, es educando en igualdad. Esta es nuestra tarea como
facultad, como formadores, esta es su tarea como alumnos, como futuros profesionistas, este
es el mensaje del 8 de marzo también.

• 15% de las mujeres de 15 años y más que han pedido trabajo les fue requerido un certificado
de no embarazo o las despidieron por embarazarse.

• 6 de cada 10 agresiones contra mujeres mexicanas en la vía pública son de índole sexual.

• 41% de las mujeres mexicanas ha sido víctima de  violencia sexual  en alguna etapa de su
vida.

• 2 de cada 3 mujeres mexicanas han experimentado algún tipo de violencia.

• 7 mujeres son asesinadas cada día en México

GRACIAS.
Fuentes bibliográficas:

Igualdad, Equidad de Género y Feminismo, una mirada histórica a la conquista de los derechos
de las mujeres; JOSÉ MARÍA DUARTE CRUZ, JOSÉ BALTAZAR GARCÍA-HORTA; http://
www.scielo.org.co/pdf/recs/n18/n18a06.pdf

https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/11/26/16-cifras-que-debes-conocer-sobre-violencia-
contra-las-mujeres-en-mexico-y-el-mundo_a_23601529/

La historia del voto femenino en México; https://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?

s I d A r t = 3 8 4 & c Vo l = 2 5 & n A u t o r = T U % C 3 % 9 1 O N % 2 0 PA B L O S ,
% 2 0 E N R I Q U E TA & i d e n t i = 5 0 & i n f o c a d = Vo l u m e n % 2 0 N o .
25%20periodo%20%20a%C3%B1o%202002