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Geografía Física de Barranquilla (*)

(1997)

(*)- Geografía Física de Barranquilla. En: Historia General de Barranquilla. Sucesos. Vol
1. Publicaciones de la Academia de Historia de Barranquilla. Primera edición, Febrero de
1997. Barranquilla. Editorial Mejoras, 1997. (P. 13-22)
Geografía Física de Barranquilla
(1997)

El paralelo de los 11 grados latitud norte cruza el área urbana del municipio, de modo que
aproximadamente la tercera parte de dicha extensión queda al norte del paralelo. La
longitud del área urbana es de 74 grados con 48 minutos al oeste del meridiano de
Greenwich. La ciudad propiamente dicha está edificada sobre un plano ligeramente
inclinado cuyas alturas extremas, según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, son cuatro
metros al oriente y 98 metros al occidente, sobre el nivel del mar. Otras fuentes señalan
alturas accidentales en las lomas, hasta de 120 metros fuera de la ciudad.

Colocada en la orilla izquierda del río Magdalena a sólo 10 kilómetros escasos del mar y en
la parte central del litoral Caribe de la Colombia continental, en cuanto a su localización
geográfica, o sea su situación relativa tanto en su proyecto interior en el territorio
colombiano como en su definitiva accesibilidad histórica y geográfica. Si el asunto se
aprecia pensando en el juego de los centros de poder político y económico, Barranquilla
ostenta una indudable localización ventajosa, contra la que no obstante, la naturaleza física
de la desembocadura del río ha sido un poderoso factor limitante.

Morfoestructura geológica

Según las coordenadas geográficas antes mencionadas, el municipio de Barranquilla ocupa


el extremo más septentrional del departamento del Atlántico, es decir el ápice del delta del
río Magdalena, o sea la desembocadura por la banda izquierda u occidental. El
comportamiento del río desde el período Plioceno (Terciario Superior), según un análisis de
la morfoestructura de la región, ha sido controlado por el levantamiento de los bloques
basales que limitaban las fallas. Por lo tanto la orientación final de cada valle aluvial está
determinada por las fallas mayores “no por las locales”. 1 I De modo que la tectónica de la
costa Caribe de Colombia, desde el Plioceno, ha obligado al río Magdalena a cambiar
varias veces de desembocadura. De acuerdo con el planteamiento de Llinás, ahora citado,
1
LLINAS, Rubén. et al. Maetamorfphism. Plutonism and coostal geomorphology of the northem side of the
Santa Marta massif. Memorias del Simposio: Tenth Caribbean Geological Conference. Cartagena de Indias,
1983.
desde el período Pliocénico hasta el presente ha habido seis posiciones de la boca del río, a
saber: 1. Cesar-Ranchería, 2. Fundación-Ariguaní, 3. Luruaco-tocachagua-Totumo, 4. Canal
del Dique, 5. Río Viejo y 6. Magdalena actual. De varios estudios geológicos del
departamento del Atlántico, se saca en conclusión que todos los materiales en él existentes
son de origen sedimentario y fueron depositados en el Terciario y Cuaternario. En el
municipio de Barranquilla, concretamente, todos los materiales son el Terciario Superior
(Mioceno y Plioceno) en las lomas o colinas occidentales y del Cuaternario (Pleistoceno y
Holoceno) en las partes más planas, como la suela del río.

Según el más reciente estudio del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, los materiales
cuaternarios atlanticenses son de origen: aluvial, lacustre, fluviolacustre, marino y eólico.
Ocupan en general orillas, diques terrazas, valles, estrechos, pequeños abanicos aluviales,
cubetas, rebordes de ciénagas, pantanos, playones y lomas.2

Los sedimentos de origen lacustre son de granulometrías finas y fueron depositadas en


masas de agua mas o menos tranquilas y permanentes. Durante los períodos geológicos en
que el Mar Caribe penetró en el continente, o sea durante sus transgresiones, el mar tuvo
acceso a ciertas masas o cuerpos de agua dulce, lo que explica la salinidad o la alcalinidad
de que sufren los suelos formados en esos sectores.

Los sedimentos de origen marino o fluvio-marino son de texturas arenosas o arcillosas,


tienen variable espesor, son salinos e incluyen moluscos fósiles. En la zona litoral tales
sedimentos se manifiestan como barras, playones, terrazas y cubetas. Los sedimentos
sólidos, o sea los creados por el viento, han dado lugar a formaciones de dunas, tanto
antiguas como recientes. De las primeras hay ejemplos en el municipio de Malambo y de
las últimas en Barranquilla y Puerto Colombia.

Por lo general, los materiales del Terciario (Mioceno y Plioceno) están en las colinas
occidentales, y se presentan con formas pendientes variadas. En su detallado estudio sobre
lo que él llamó “la llanada de Juan Mina” el sabio naturalista Armando Dugand escribe:

Las formaciones geológicas principales que caracterizan el norte del


departamento en general son sedimentos marinos del Terciario Superior y del
Pleistoceno (marino y lacustre) hasta el Holoceno o Reciente (marino, fluvial y
eólico). Sobre las lomas aflora un complejo litológico mio-pliocénico superior con
abundantes horizontes de areniscas de color blancuzco, anteado o gris claro
(“piedra de cantera” o “de grano” del vulgo atlanticense), casi siempre de grano
grueso o mediano y a veces conglomeráticas y cementadas en general con
carbonatos de calcio. Estas rocas alternan unas veces con calizas duras o porosas,

2
IGAC. Los suelos del departamento del Atlántico. 198l. Hojas de trabajo. Inédito.
blancas o de color gris claro (piedra de cal como las llama el vulgo), que suelen
contener conchas fósiles enteras o sus impronta; otras veces con margas porosas de
color superficial amarillento claro variado con manchas blancas de carbonato
cálcico y más o menos conchíferas; o también margas blancuzcas, porosas y calizas
margosas que sirven para la fabricación de cemento. Son frecuentes las margas
calcáreas muy blancas (“caliche” del vulgo) y blandas casi siempre friables, cuyo
origen para algunos geólogos es mio-pliocénico y para otros es pleistocénico. En la
parte alta de Barranquilla, a más de 60 metros sobre el nivel del mar, se encuentran
algunos arrecifes coralarios, solevantados, cubiertos en ciertos lugares por arenas
compactadas pero friables de origen aluvial pliocénico o pleistocénico que alternan
con arenas sueltas eólicas recientes y con la marca calcárea blanca ya descrita.3

En el mapa geológico tanto en el municipio de Barranquilla como los vecinos, se han


destacado algunos de los materiales sedimentarios atrás explicados.

Aguas superficiales y aguas subterráneas

Las aguas en el municipio de Barranquilla, pueden clasificarse así: marítimas, fluviales,


lacustres, lagunares y subterráneas.

Las marítimas, de oriente a occidente, van desde la desembocadura del río Magdalena hasta
límites con el municipio de Puerto Colombia. Sus fondos están constituidos por la
plataforma continental, la cual en esa región presenta un “cañón submarino” que a partir de
Bocas de Ceniza se ahonda cada vez más hacia el noroeste.

Los materiales todos arrojados por el río Magdalena se depositaron en la plataforma, pero
parte de ellos son acarreados por las corrientes marinas epilitorales, sea hacia el oriente o
hacia suroeste. Al oriente han formado la restinga llamada Isla de Salamanca. En dirección
al suroeste, impulsados por las corrientes marinas y por los vientos alisios, esos materiales
son responsables de la continua variación de la línea litoral y de sus detalles desde las
propias Bocas de Ceniza hacia Cartagena misma. Esto se comprueba al examinar la
cartografía del sector elaborada desde el siglo XVIII. Han aparecido islas, lenguas de tierra,
playas, etc., que luego han sido borradas por las olas y las corrientes, como se dijo,
impulsadas por el viento.

3
DUGAND, Armando. Observaciones botánicas y geobotánicas en la costa colombiana del Caribe. En:
Revista de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Volumen XIII. No. 52. Bogotá: 1970. p.
416-420.
Fluviales. Las aguas corrientes permanentes en el municipio de Barranquilla son las del río
Magdalena, que éste va a verter al mar Caribe. Acarrea pesada carga de materiales sólidos o
en disolución, que en buena proporción se depositan en el lecho fluvial. Al aumentar de
volumen, llegan a surgir como islas continuamente variables en extensión y altura
susceptibles de convertirse en “Barras” que obstaculizan la navegación tanto marítima
como fluvial. La causa de esta tendencia negativa del río radica, además, en la incapacidad
del mar Caribe para remover lo vertido por el Magdalena, ya que la marea es de muy escasa
potencia, pues su diferencia entre pleamar y bajamar apenas si supera los 25 cm. Esto y lo
atrás explicado al tratar del mar, se suman para entender por qué la morfología de la
desembocadura del Magdalena está en permanente cambio.

Otras aguas corrientes permanentes son los “caños” anexos al río, y mediante los cuales
este tiende a estabilizar su curso en la llanura; en esta parte de gradiente casi imperceptible.
En Barranquilla caños y ciénagas han venido evolucionando. Actualmente existen Caño
Arriba, Los Tramposos, La Ahuyama y el de Las Compañías.

Aguas corrientes temporarias en el municipio de Barranquilla son las de los arroyos. El área
no urbanizada de este municipio está ocupada por una formación de colinas o lomeríos,
prolongación de los de Galapa y Tubará, de estas alturas descienden arroyos tanto al oriente
como hacia el occidente. Entre los primeros están el León, el Eneal y el Santo Domingo,
que desaguan en el Arroyo Grande de Galapa, que corre de sur a norte para ir a verter cerca
del corregimiento Eduardo Santos (La Playa).

De los lomeríos terciarios hacia el norte y el oriente, cruzando por entre el área de la
ciudad, descienden, entre otros, el arroyo del Country, el arroyo de Rebolo y el arroyo El
Lindero, este último así llamado por haber sido “en lo antiguo” el límite con el municipio
de Soledad. Hoy Barranquilla se ha extendido hacia el sur de este arroyo. Los citados
arroyos son causantes de graves daños y víctimas humanas durante los grandes aguaceros, a
causa de que la ciudad carece de alcantarillado pluvial. .

Las aguas lacustres barranquilleras son las de las ciénagas mediante las cuales, junto con
los caños, el río trata de lograr su propio perfil de equilibrio en una llanura de desnivel tan
escaso. De hecho uno de los rastros hidrográficos de la Barranquilla inicial en el siglo XVII
fueron ciénagas y caños.

Aguas “lagunares” propiamente dichas son las salobres, es decir, aquellas en que se han
mezclado o se mezclan las fluviales con las marítimas. Tales son las de la “ciénaga” de
Mallorquín o la de “San Nicolás” o las de las ya extinguidas de La Playa y los Manatíes. En
este sentido las “lagunas” son las albuferas, hoy profundamente modificadas por el hecho
de que el tajamar occidental impide la penetración de las aguas dulces magdalénicas hasta
el oeste de la desembocadura del río.
Subterráneas. Según un pequeño mapa preparado por el hidrólogo Alcides Huguett, la
porción septentrional del territorio municipal de Barranquilla, a partir de una latitud algo
mayor de los 11 grados de latitud norte, corresponde a una región “con posibilidades de
buenas infiltraciones de agua pluvial”. La parte meridional del mismo territorio aparece
como “de poca infiltración, de suelo pobre y con posibilidades de inundación por lluvia”.4

El autor citado expresa que “en cuanto a una infiltración las regiones más favorables son
aquellas en las que afloran arenas del Cuaternario o calizas arrecifales y areniscas del
Terciario, como es el caso del área norteña del municipio de Barranquilla, pero, al mismo
tiempo, el citado autor afirma que la propia unidad hidrológica a la que pertenece el
territorio barranquillero, compuesta por calizas y margas coralinas, desarrolla acuíferos
pobres constituidos por sedimentos y rocas de origen continental contienen agua poco
dulce, de tipo bicarbonatado cálcica, y aquellos de origen marino contienen agua salobre
de tipo clorurado sódica o sulfatada cuando existe pero en su litología”.

Como el del resto del departamento del Atlántico, el clima del municipio de Barranquilla es
de tipo tropical seco. Más científicamente, Armando Dugand, desde su punto de vista de
naturalista lo denomina “xeromegaterno tropical”, es decir correspondiente a una
vegetación propia de la sequedad y bajo altas temperaturas. En el sistema de W. Koeppen se
le llama “clima de sabana tropical de xerofitas”.

La temperatura media anual en la ciudad es del orden general de los 20°C, para lo que él
llama “llanada de Juan Mina”. Dugand elaboró los siguientes registros de temperatura
(1970):
Período Media diaria
Enero-Marzo (verano) 27.2 C
Mayo-Noviembre 29.5 C
Año completo 28.6 C
Oscilación media diaria 7.3 C
Oscilación media anual 2.3 C
Temperatura máxima observada. 27.0º (29 de Noviembre de 1963)

Para todo el departamento, según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, las temperaturas
mínimas medias en el año están alrededor de 24°C y las máximas medias alcanzan los
34°C.

Precipitaciones
4
HUGETT, Alcides. Resumen de Hidrogeología de los departamentos del Atlántico y Bolívar al norte del
Canal del Dique. En: MINISTERIO DE MINAS Y ENERGÍA. Boletín Geológico. Volumen 29, No. 1.
Bogotá: 1988. p. 122.
Como en general ocurre en el intertrópico, el régimen de precipitación en Barranquilla está
ligado al movimiento aparente anual del sol, de modo que se definen y suceden dos
períodos bien marcados: uno seco, comprende de diciembre a abril, es decir, a la estación
de invierno verdadero del hemisferio Norte, y otro lluvioso que abarca de abril a principios
de diciembre. En julio (a veces en agosto) tiende a disminuir la lluvia, constituyéndose en
ciertos años una “seca” comúnmente llamada “veranillo”.

Los datos más detallados del régimen de precipitación los elaboró el autor Dugand ya
citado. Para Barranquilla halló un promedio anual de 880 mm., y para Puerto Colombia
sólo 560, muy cercano este último dato a 555 mm., que el Instituto Geográfico Agustín
Codazzi computó para el período 1934-1946. La distribución minuciosa de las temporadas
seca y lluviosa las precisó Dugand así:
%

Temporada seca Diciembre 1


(“Verano”) Enero a Abril incl. 1 o menos

Lluvias de “primavera” Mayo 11


O de “primera” Junio 12.5
“Veranillo” Julio 5

Temporada lluviosa Agosto 14.5


(“invierno”) Septiembre 19.5
Octubre 25
Noviembre 10.5
_______________
100 %

Pudo precisar también que “casi la mitad (44.5%) de la lluvia del año precipítase en dos
meses consecutivos (septiembre-octubre), correspondiente a octubre no menos de la cuarta
parte (25%) del total anual”.5

Anota así mismo que el período de máxima pluviosidad (de agosto a noviembre inclusive)
comprende las 7/10 partes de la precipitación del año. El verano o “seca” no pasa del 20% y
que esa temporada, en ocasiones, ha durado seis meses, como ocurrió de 1960 a 1961,
siendo 163 días del promedio de la temporada árida de 1956 a 1965.

La temporada seca (diciembre-abril) en Barranquilla y el Atlántico no es exclusiva en esa


época de esta parte de Colombia. Dice James F. Lahey que:
5
DUGAND, 1970. Op.Cit. p. 420.
“A lo largo de los bordes costaneros de América del Sur y Colombia y las Indias
Occidentales Neerlandesas, se halla una zona que tiene lluvias notablemente menos
frecuentes y un total de precipitación mucho menor que el área circunvecina. Se
trata de una región en la cual vientos superficiales soplan del mar Caribe costa
adentro, acompañados de vegetación árida y semiárida. Es una extensión con
vientos de mar y tierra de solo 10° a 12° del Ecuador y poseedora de un clima con
precipitación limitada y errática. A tal latitud y en localización marítima semejante,
lo que hay es precipitación abundante”.6

Por tal razón el geógrafo Glenn Trewartha (Introduction to Climate y The Climate of the
World) consideran esta zona de los alisios como de “anomalía climática”.

En la explicación de los orígenes de esta aridez, que no llega en el caso de Barranquilla al


extremo de los semidesérticos, los especialistas mencionados más el maestro meteorólogo
Herbert Riehl, consideran que pueden jugar tres factores: a) Una sugerencia o afloramiento
de agua de más baja temperatura inmediatamente frente al litoral del mar Caribe, b) ciertos
movimientos atmosféricos, cuya compleja dinámica no es posible detallar en este escrito, y
c) la disposición de la topografía o formas superficiales del terreno y su papel en la manera
como el viento afecta las laderas de barlovento y sotavento en el paisaje que aquí se trata.

Frente a la surgencia de aguas oceánicas frías frente al borde continental suramericano,


Germán Bula Meyer anota que esa agua procede de una profundidad de entre 100 Y 200 m.
y trae temperaturas de 210 y 240 y tiene una salinidad de 36.5 y 387.2 por mil. 7 Los
estudiosos de este punto del tema enseñan que el agua relativamente fría produce en la
atmósfera un efecto estabilizante, que produce la sequía.

En lo que se refiere a los movimientos atmosféricos, se debe dejar dicho que el aire
subtropical procedente de la atmósfera de las islas Azores (área anticiclónica) de alta
presión, se expande y tiende a descender (movimiento de subsidencia), y hace contacto con
la masa de aire marítimo tropical correspondiente a los alisios del noroeste. Ese contacto se
llama “estrato o nivel de inversión” porque en el lapso de temperatura se invierte, o sea que
dentro de la porción subsidente o descendente del sistema, la temperatura del aire en vez de
disminuir aumenta con la altura. Con su calentamiento adiabático produce subida del punto
de saturación con lo cual el aire se torna absorbente de agua, es decir, desecante. Absorbe el
agua del suelo y de las plantas, las cuales para sobrevivir desarrollan mecanismos de
defensa contra la sequedad del ambiente. Tales son las xerófitas y los seromorfas.
6
LAHEY, James. On the origen of the dry climate in northem South America und the southem Caribbean.
1958.
7
BULA MEYER, Germán. Oceanografía. En: Caribe Colombia. Fondo Financiera Energética Nacional.
Bogotá: 1990.
En el norte del departamento del Atlántico, a medida que la precipitación media anual en el
litoral del Caribe, se hace muy inferior a los 700 mm. son menos adecuadas las condiciones
para la agricultura, pero, a medida que tal precipitación traspasa los 840 mm. de promedio
anual, se penetra hacia condiciones climáticas propias de la “sabana tropical alternadamente
húmeda y seca” en que la agricultura es menos azarosa.

El comienzo del planteamiento de H. Riehl respecto a la posibilidad de una explicación


topográfica del origen de la aridez del borde del norte de América del Sur se formula así:
“... es obvio que la topografía se sugiere a sí misma como un factor primario...” Si el viento
sopla en dirección “normal” a los ejes de las serranías, determina un área de barlovento con
mayor pluviosidad y humedad que a sotavento. Así por ejemplo el mismo alisio que aridece
a la península de la Guajira, engendra precipitación mayor de 2.500 mm. anuales del lado
de barlovento en las laderas medias de la Sierra Nevada de Santa Marta. Esta proyecta su
“sombra seca” a sotavento, es decir, en la antigua “tierra chimila” y más allá del río
Magdalena hacia el occidente, o sea en el oriente del departamento del Atlántico. La parte
occidental del municipio de Barranquilla correspondiente a los lomeríos derivados del área
serrana galapera y tabreña recibe promedios ligeramente superiores. Pero el municipio de
Puerto Colombia, en donde el alisio sopla paralelamente al litoral y a los ejes de las
pequeñas serranías, recibe mucho menos de 600 mm. al año en promedio, 555 es el dato
exacto.

Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, en el Departamento del Atlántico se


encuentran las siguientes formaciones vegetales: bosque muy seco tropical (bms- T),
bosque seco premontano (bs-pm) y bosque seco tropical (bs- T). El primero se presenta en
una faja de variada anchura a lo largo del litoral y en un sector oriental del departamento.
De ese sector se ha tratado al mencionar la “sombra seca” que a sotavento, hacia el
occidente, proyecta la Sierra Nevada de Santa Marta.

En la carretera de la Cordialidad yendo hacia Barranquilla, desde Galapa y a unos 4 km. de


esta última población, empiezan a escasear y aún desaparecen los árboles mayores no
viéndose desde entonces en el paisaje sino arbolitos, arbustos y plantas menores. Dice la
misma fuente, y ello responde a la realidad, que muchos de los árboles de esta formación
pierden el follaje durante la estación seca y reverdecen al llegar las lluvias. Abundan las
cactáceas asociadas a árboles y arbustos espinosos. Hasta hace algunos años la formación
“bosque muy seco tropical” incluía también los manglares de las áreas salobres de la
desembocadura del río Magdalena. Ellos en su mayoría han desaparecido.

El bosque muy seco tropical incluye especies como: tuna de penca (Puntia eliator), cardón
(Acanthocereus), trupillo o cují (Propis sp), dividivi (Libidivis coreria), aromo rastrero
(Acacia tortuosa), aromo real (Acacia macrocahtha), algodón de seda (Calotropis procera),
uvito (Cardia alba), y aromo de olor (Acacia famesiana). Del bosque seco tropical (bs- T),
que según la misma fuente se extiende desde el sur del departamento hasta los municipios
de Juan de Acosta, Baranoa y Polonuevo, hay algunas especies vegetales que ya citamos al
reseñar el bosque muy seco tropical del municipio de Barranquilla. Entre ellas
mencionamos otra vez el trupillo y el uvito. Otras especies como el carreto (Aspiderma
dugandu), el macondo (Cabnillesia alatanifolia) y la ceiba (Ceiba pentandra), ya no existen
en el puro norte del departamento, pero aún a fines del siglo XVII sí aparecían
notoriamente en este paisaje, además de los guáimaros y los majaguos.

En la vega anegadiza del río Magdalena se dan las siguientes especies: Taruya (Sichomia
azurea K.), enea (Typha angustifolia), bijao (Heliconia spp), buchón de agua (Eichornia
crassipes), Palma de corozo (Bactris mayor), caracolí (Anacardium excelsum), roble
morado (Tabbuia pentaphylia), higuerón (ficus radula), olla de mono (Lecytihis minos).

Tales son en esquema las condiciones físicas del ambiente en que la actual Barranquilla y el
resto del área municipal hacen su vida, realizan su cotidiano trabajo.

FIN

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