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SOLUCIÓN DE CONFLICTOS Y CONTROVERSIAS EN EL PLANO INTERNACIONAL Y

LA IMPORTANCIA DE LA RESPONSABILIDAD ESTATAL

Nombre:
Mitziurys Castrejón

C.I.P:
8-922-1251

Asignatura:
Derecho Internacional Publico

Profesor:
Tomás Cipriano Nieves Olazábal

Año:
2019
SOLUCIÓN DE CONFLICTOS Y CONTROVERSIAS EN EL PLANO
INTERNACIONAL

La Sociedad Internacional en la que vivimos se caracteriza principalmente por su


heterogeneidad y diversidad. Además, vivimos en una sociedad interdependiente, y
que está en continuo cambio. Como consecuencia, se producen conflictos sociales
que la sociedad internacional tiene que asimilar.

La noción de conflicto expresa lo que se han denominado relaciones sociales


negativas. Esto es, aquellas relaciones en las que las partes se hayan en oposición
respecto a ciertos bienes o intereses. Se puede decir, que surge un conflicto cuando
surge una oposición de pretensiones, suficientemente exteriorizada que es susceptible
de poner en peligro la paz social.

En el caso de los conflictos internacionales el antagonismo de intereses se produce,


mayoritariamente, entre dos o más Estados. El rasgo que le hace distintivo es el
carácter colectivo, ya que enfrentará a varias comunidades humanas.

Pero debido a que nos encontramos en una sociedad en continuo cambio, nos vamos
a encontrar que el Derecho no se va a adecuar a los continuos cambios implícitos a la
sociedad internacional.

Normalmente, las situaciones de hecho van por delante de las situaciones de derecho.
De este modo, el Derecho se limita a señalar límites cuya trasgresión se considera
jurídicamente inaceptable. Así el Derecho internacional establece dos normas de
obligado cumplimiento:

 los Estados tienen el deber de arreglo pacífico de las controversias


internacionales y,

 los Estados se abstendrán en el arreglo de sus controversias de la amenaza o el


uso de la fuerza.

La Carta de Naciones Unidas enuncia entre los propósitos de la Organización


mantener la paz y seguridad internacionales (art. 1, párrafo 1), y con tal fin :

 tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y


para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz, y
 lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y el
Derecho Internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones
internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.

Así establece:
Los miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por
medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y seguridad
internacionales, ni la justicia, (art. 2, párrafos 3_ y 4_).
Los miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán
de recurrir a la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible
con los Propósitos de Naciones Unidas, (art. 2, p. 4_).

La Carta de Naciones Unidas, no sólo formula la obligación del arreglo pacífico de las
controversias internacionales, sino que dedica todo un capítulo (Cap. VI, Art. 33 a 38)
al arreglo pacífico de las controversias internacionales.

La regulación de los procedimientos de arreglo pacífico de las controversias es muy


anterior a la Carta de la ONU. Ya se hacía referencia a este tema en las Convenciones
de la Haya de 1899 y 1907 para el arreglo pacífico de los conflictos internacionales;
Pacto de la Sociedad de Naciones; Protocolo de Ginebra de 1924, para la solución
pacífica de las controversias, que no llegó a entrar en vigor; y el Acta General para el
arreglo pacífico de las diferencias internacionales de 1928. Pero como obligación
general esta no va a cristalizar en el Derecho Internacional, hasta la Carta de la ONU.

Tres son los principios que inspiran la obligación de los Estados de arreglar
pacíficamente las controversias internacionales:

 La obligación de comportamiento, que supone que un Estado no puede negarse


a arreglar pacíficamente una controversia, ya que si lo hace estaría cometiendo
un acto ilícito internacional.

 Los Estados deben comportarse de buena fe y con espíritu de cooperación.


Deberán encontrar un arreglo pronto y justo, y si no lo alcanzan por el medio
inicialmente elegido, deberán tratar de arreglar la controversia por otros medios
pacíficos que las partes hayan acordado.

 El arreglo pacífico de las controversias internacionales, se basa en la igualdad


soberana de los Estados, y se hará conforme a la libre elección de medios. Esto
supone que pueden recurrir a la negociación, a los buenos oficios, la mediación,
la investigación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, o a
Organizaciones Internacionales Regionales o Universales, sin que ninguno
prevalezca sobre el otro. Pueden elegir cualquiera de los mecanismos existentes
para la solución pacífica de las controversias.

Clases de Controversias Internacionales:

La doctrina ha distinguido tradicionalmente dos clases de controversias


internacionales:

 las jurídicas: son aquellas que pueden ser resueltas mediante la aplicación del
derecho vigente.

Son aquellas controversias en las que las partes discuten un derecho recíproco,
y por tanto sólo serían susceptibles de un arreglo judicial. De este tipo serían
aquellas que versen sobre:

o la interpretación de un tratado,

o cualquier cuestión de derecho internacional,

o hechos que constituyan la violación de un derecho internacional,

o reparaciones por el quebrantamiento de una obligación internacional.

 las políticas: son aquellas cuya solución requiere una modificación del Derecho
en vigor. Si las partes no cumplieran obligaciones en vigor, y tratasen de
modificar el Derecho, se trata de un controversia política, ya que un Tribunal no
puede legislar, sino aplicar el derecho vigente.

No es posible hacer una distinción radical, ya que toda controversia presenta un matiz
político y una dimensión jurídica. La inmensa mayoría de las diferencias entre los
Estados tiene carácter mixto. No es posible que debido a la existencia de una
diferencia política, el Tribunal se niegue a resolver las cuestiones jurídicas que oponen
a las partes. Sin embargo, existe una simetría entre la naturaleza de la controversia y
el procedimiento de arreglo más adecuado para resolverla.

El Consejo de Seguridad deberá tomar en consideración que las controversias de


orden jurídico, por regla general deberán ser sometidas por las partes a la Corte
Internacional de Justicia, y las partes deben valerse de los procedimientos de arreglo
adecuados a las circunstancias y a la naturaleza de la controversia.
La desconfianza existente en las relaciones internacionales, hacen muy difícil
determinar con precisión y objetivamente en qué casos una controversia tiene carácter
jurídico , y es por tanto susceptible de ser resuelta mediante la aplicación del Derecho,
y en casos por el contrario, el carácter político del conflicto no permite, o dificulta, la
intervención de un tribunal arbitral o de la Corte Internacional de Justicia. La actitud de
las partes no puede ser ignorada. Los conflictos políticos no admiten más que
soluciones políticas, que no incumben a órganos jurisdiccionales sino a órganos
políticos y en última instancia a los Estados; y es la voluntad de los Estados, y no la
naturaleza de una controversia internacional, la que decide finalmente de su carácter
justiciable o no justiciable.

No hay que olvidar el principio de libre elección de los medios de arreglo, que se basa
en la independencia e igualdad soberana de los Estados. Esto significa la libertad de
las partes de recurrir a un procedimiento no jurisdiccional, incluso cuando se trate de
una controversia jurídica. Ahora bien, los únicos procedimientos que por su
imparcialidad favorecen realmente la igualdad soberana y la independencia de los
Estados son precisamente los medios jurisdiccionales (arbitraje y el arreglo judicial).

Los Estados pequeños o débiles encuentran mayores garantías en el arbitraje y en el


arreglo judicial, ya que son órganos independientes los que van a resolver la
controversia mediante la aplicación del erecho. Sin embargo es paradójico, que se
suelan rechazar este tipo de medios jurisdiccionales.

Procedimientos del arreglo pacífico de las controversias:

Pueden ser clasificados en función de los siguientes criterios:

1. Pueden ser procedimientos de autosolución, cuando se confía el arreglo


exclusivamente a las partes en controversia (negociación); y los procedimientos
de heterosolución, que suponen la intervención de un tercero (buenos oficios,
mediación, investigación, arbitraje, arreglo judicial, recurso a Organizaciones
Internacionales, universales o regionales). En función de la naturaleza del
tercero que interviene, cabe distinguir entre:

a. arreglo de controversias en un marco institucional (Corte Internacional de


Justicia, Organización Internacional, universal o regional);

b. y arreglo pacífico de controversias mediante procedimientos no


institucionalizados (arbitraje, buenos oficios, mediación, comisión de
investigación, comisión de conciliación).
2. Procedimientos en que la solución se intente mediante la aplicación del Derecho,
es decir procedimientos jurisdiccionales (Arbitraje, Arreglo Judicial), y
procedimientos en los que la solución de la controversia se busca al margen de
la aplicación del Derecho, a través de procedimientos no jurisdiccionales o
políticos (buenos oficios, mediación, investigación, conciliación)

a. Las soluciones alcanzadas a través de procedimientos jurisdiccionales son


obligatorias para los Estados partes en la controversia, mientras que las
soluciones obtenidas a través de medios políticos o no jurisdiccionales no
obligan en principio, a los Estados partes de la controversia.

Procedimientos no jurisdiccionales de arreglo:

La esencia de los procedimientos no jurisdiccionales reside en la aceptación por las


partes del resultado del arreglo de la controversia, ya se trate de una solución
convenida directamente por ellas en el curso de la negociación o determinada por un
tercero. Tanto las partes como el tercero no establecen una solución basada
exclusivamente en el Derecho, sino en el conjunto de circunstancias, jurídicas y de
hecho, presentes en la controversia. Los procedimientos no jurisdiccionales son los
siguientes:

 la negociación,

 los buenos oficios,

 la mediación,

 la investigación,

 la conciliación.

La Negociación:

Es un procedimiento no jurisdiccional de auto-solución, en el que el arreglo pacífico se


confía exclusivamente a las partes sin intervención de terceros. La negociación
diplomática es un excelente medio para el arreglo pacífico de las controversias y de
prevención del nacimiento de conflictos potenciales. El recurso a la negociación es
una exigencia de los hechos, ya que es difícilmente concebible que los Estados partes
no intercambien puntos de vista y manifiesten sus pretensiones, aunque sólo sea para
determinar en que discrepan. En la práctica suelen tener carácter previo al recurso a
cualquier otro procedimiento de arreglo.
La negociación es un medio flexible aplicable a cualquier tipo de controversia, que
permite exponer directamente y con entera reserva puntos de vista y las propuestas
de una parte y otra; y a través del compromiso, alcanzar con prontitud un resultado por
el cauce del acuerdo internacional. Como consecuencia, todo Estado se ve obligado a
aceptar el inicio de las negociaciones que otro Estado le propone para el arreglo de
una controversia existente entre los dos. Esto no quita que una de las partes
manifieste que no existe tal controversia, o que posea el alcance que la otra le
atribuye.

Para que la negociación se desarrolle de buen modo es necesario que se cumplan


unos principios:

 En la negociación opera el principio de igualdad soberana de los Estados. De


este modo una parte no puede utilizar la amenaza ni la coerción sobre la otra
parte, ni puede imponer sus propuestas para que la otra parte las acepte.

 cada una de las partes debe abstenerse, en el curso de la negociación, de


realizar cualquier acción unilateral que agrave la controversia o le haga obtener
posiciones de ventaja. Esto es consecuencia del principio de buena fe al que se
refiere la Carta de Naciones Unidas.

 la buena fe obliga a negociar con vistas a llegar a un acuerdo. Como mínimo


deben tener la intención de llegar a un acuerdo.

Los Buenos Oficios y la Mediación:

Este tipo de procedimiento se caracteriza por la intervención de uno o varios Estados,


con la finalidad de facilitar el diálogo entre las partes y encontrar fórmulas de
entendimiento que sean aceptables para una y otra. Intervención que puede iniciarse
a petición de ambas partes o por iniciativa de una potencia amiga que es aceptada por
aquellas.

En el caso de los buenos oficios, el tercer Estado trata de establecer o restablecer el


contacto entre las partes (bien mediante reuniones conjuntas o visitas a una y a otra) y
transmitir las propuestas de una a la otra, sin tomar parte en las negociaciones. Es por
tanto un cauce de comunicación entre las partes, aunque ejerce su influencia para que
se eliminen los puntos de divergencia entre ellas y puedan negociar un arreglo.

La función del tercer Estado en la mediación va mucho más lejos, pues se haya
facultado para proponer a las partes una base de acuerdo, sin carácter obligatorio
para estas. Es decir teniendo en cuenta las posiciones de las partes, presenta una
propuesta para el arreglo de la controversia sobre la que aquellas tendrán que
pronunciarse; y a partir de dicha propuesta, tratará de lograr el acuerdo entre estas.
Aunque a nivel teórico la distinción entre buenos oficios y mediación es clara, en la
práctica es difícil separa uno y otro medio de arreglo pacífico. Es frecuente que el
tercer Estado ejerza las dos funciones al mismo tiempo, reuniendo a las partes a
negociar, interviniendo en las conversaciones y proponiendo soluciones de arreglo.
Para evitar que el tercer Estado aproveche la ocasión para tutelar sus propios
intereses, los buenos oficios y la mediación no son llevados a cabo sólo por los
Estados sino también por personalidades distinguidas o representantes de
instituciones internacionales. Esta línea de cambio fue abierta por el Tratado de
Buenos Oficios y Mediación, hecho en Buenos Aires en 1936 y continuada por el
Tratado Americano de arreglo pacífico de o Pacto de Bogotá de 1948.

Un ejemplo de mediación, cabe señalar la del Papa León XII en el asunto de las
Carolinas, entre España y Alemania, habiendo sido la primera quien se inclinó por este
tipo de arreglo; la de Francia entre España y EE.UU.. tras la guerra de 1898. España
también a actuado como mediadora. En lo que se refiere a la práctica más reciente,
tenemos que señalar dos casos en los que alcanzó éxito: la mediación de la Santa
Sede entre Chile y Argentina en el asunto del Canal del Beagle, convenida por las
partes en el asunto de Montevideo de 1979 y la de Argelia entre EE.UU. e Irán.

La Investigación:

Éste modo de arreglo de conflictos internacionales es denominado también


determinación de los hechos o encuesta. Es una creación original de la Conferencia
de Paz de La Haya, a partir de una iniciativa rusa. Y partiendo de los resultados de la
comisión de investigación creada en 1904 con ocasión del incidente del Dogger Bank,
en el que una escuadra rusa atacó a unos barcos de pesca británicos al confundirlos
con torpederos japoneses, la II Conferencia de Paz introdujo disposiciones más
elaboradas, que también encontramos en tratados más recientes como es el Pacto de
Bogotá de 1948 o el Convenio Europeo para el arreglo pacífico de las controversias de
1957.

Tal como se estableció en el Convenio de La Haya, el procedimiento de investigación


posee las siguientes características. Su finalidad es la de esclarecer una cuestión de
hecho, en disputa entre las partes, mediante un examen completo, objetivo e
imparcial. Se trata de un procedimiento facultativo, pues las comisiones de
investigación se constituyen por medio de un convenio especial y su informe,
tratándose de un procedimiento no jurisdiccional, no tiene carácter obligatorio. Aunque
es de señalar que los EE.UU., a través de una serie de Tratados bilaterales
denominados Bryan, concertados a partir de 1913, intentaron perfeccionar el sistema
estableciendo el carácter obligatorio del procedimiento. El Tratado americano de
soluciones pacíficas (Pacto de Bogotá) se refiere igualmente a la investigación pero
combinándola con la conciliación.
La Conciliación:

Es un procedimiento relativamente reciente en la solución de conflictos


internacionales. Aparece en la práctica internacional a partir de 1919, especialmente
después de que la Asamblea de la Sociedad de Naciones adoptara una resolución
recomendando a los Estados concluir tratados constituyendo comisiones de
conciliación. De este modo, en diversos tratados de arreglo de controversias
concluidos en el periodo ginebrino, la conciliación fue utilizada como un procedimiento
previo, en combinación con el arbitraje o con el arreglo judicial, en función de la
distinción entre litigios políticos o litigios jurídicos.

Mientras que el arbitraje y el arreglo judicial se consideraban como los procedimientos


más adecuados para las controversias jurídicas, la conciliación parecía ser el
procedimiento más idóneo para las controversias políticas.

La conciliación es un procedimiento dirigido a promover la solución de controversias


internacionales mediante el examen de la controversia por parte de una comisión
compuesta por individuos, la cual busca conducir a las partes a un entendimiento
proponiendo términos de acuerdo no vinculantes.

El recurso a la conciliación es facultativo, pero las partes pueden convenir en un


tratado o cláusula de un tratado en vigor entre ellas que tenga un carácter obligatorio.
Por lo que respecta a la composición de la comisión, la fórmula más comúnmente
adoptada es que esté compuesta por cinco miembros, de los cuales cada Estado parte
designa uno entre sus propios nacionales, siendo elegidos los tres restantes de común
acuerdo entre nacionales de terceros Estados. De todos modos, la práctica nos
muestra muchas otras fórmulas. En cuanto a las funciones de la comisión podemos
señalar dos: dilucidar las cuestiones en litigio, recabando a este fin la información
adecuada y conciliar a las partes, para que estas lleguen a un arreglo. El informe que
la comisión debe presentar al finalizar su trabajo es concebido como el instrumento
para la conciliación.

Respecto a la utilidad de la conciliación, se estima que puede jugar una papel


especialmente importante en el sector tradicionalmente reservado al arbitraje y al
arreglo judicial - esto es respecto a las controversias jurídicas- al eliminar las
reticencias de los Estados ante los procedimientos jurisdiccionales y que terminan con
una decisión de carácter obligatorio. Lo que se evidencia, por ejemplo, en la inclusión
de la conciliación en ciertos convenios multilaterales generales, como el Convenio de
Viena sobre Derecho de los Tratados, el Convenio sobre representación de los
Estados en sus relaciones con las Organizaciones Internacionales, los convenios
sobre sucesión de Estados o la Convención sobre el Derecho del Mar de 1982. En
cuanto a la práctica reciente sobre este procedimiento, cabe citar, entre otros casos, la
actuación de una Comisión de Conciliación franco-marroquí y para la delimitación de
la Plataforma Continental en el área entre Italia y Jan Mayen (Islandia-Noruega), en
1981. La conciliación opera hoy en un contexto diferente, el de las Organizaciones
Internacionales, universales y regionales, como veremos a continuación, y por
consiguiente en un marco institucionalizado de arreglo pacífico de controversias, como
muestran las competencias del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la
ONU, así como las de Organizaciones Internacionales regionales.

El arreglo pacífico de las controversias en el seno de las Organizaciones


Internacionales:

El desarrollo del fenómeno de la Organizaciones Internacionales ha influido en la


práctica de los procedimientos de arreglo pacífico (buenos oficios, mediación,
investigación y conciliación). La Carta de Naciones Unidas no sólo establece la
obligación general del arreglo pacífico de controversias, sino que prevé tres medios
directos para la consecución del objetivo:

 un sistema de arreglo pacífico de controversias (Cap. VI),

 un sistema de acción colectiva en casos de amenaza a la paz, quebrantamientos


de la paz o actos de agresión (cap. VII),

 un sistema de vocación universal en el que las competencias de los acuerdos y


organismos regionales en el arreglo pacífico de las controversias y en el
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales estén sometidas al control
del Consejo de Seguridad (cap. VIII).

No se concibe la Carta como un sistema en el que la Organización tenga que


solucionar todas las crisis internacionales, sino que además reconoce expresamente
los límites de las Naciones Unidas:

 ha de tratase de controversias susceptibles de poner en peligro el


mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, o de situaciones que
puedan conducir a fricción internacional o dar origen a una controversia cuya
prolongación pueda poner en peligro el mantenimiento de la paz y seguridad
internacionales (arts. 33 y 34 de la Carta).

 la Organización sólo tiene competencias para recomendar los procedimientos o


métodos de arreglo pacífico que considere más adecuados (arts. 33.2 y 36) y,
sólo excepcionalmente, cuando la continuación de la controversia sea realmente
susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y seguridad
internacionales (art. 37.2), o si lo solicitasen todas las partes en una controversia
(art. 38) podrá recomendar los términos de arreglo que considere más
apropiados.
Por lo tanto, la ONU no tiene competencias respecto de cualquier controversia, sino
tan sólo sobre las que tengan gravedad suficiente para poner en peligro la paz y
seguridad internacionales. La Carta prevé la intervención de los siguientes órganos: el
Consejo de Seguridad, la Asamblea General, del Secretario General de las Naciones
Unidas y, por último de los acuerdos y organismos regionales.

Consejo de Seguridad:

Es el órgano con mayores competencias. Puede actuar por propia iniciativa, a petición
de un Estado miembro o incluso no miembro (arts. 34 y 35), de la asamblea General
(art. 11), o del Secretario General de la ONU si éste llama la atención del Consejo de
Seguridad sobre cualquier asunto que en su opinión pueda poner en peligro el
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales (art. 99). El Consejo no tiene, sin
embargo, competencias para decidir y sólo puede recomendar. Por otro lado, la parte
implicada en la controversia se abstendrá de votar.

El Consejo de Seguridad puede llevar a cabo una investigación a fin de determinar si


la prolongación de una controversia o situación es susceptible de poner en peligro el
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales; establecidos los hechos, el
Consejo puede instar a las partes en la controversia a que la solucionen por los
medios de arreglo que ya hemos señalado, e incluso recomendarles los
procedimientos de ajuste que sean más apropiados, entendiendo que las
controversias de corte jurídico deberán ser sometidas a la Corte Internacional de
Justicia.

Asamblea General:

Sus competencias quedan subordinadas al Consejo de Seguridad: toda cuestión que


suponga entrar en acción debe ser referida al Consejo de Seguridad. La Asamblea no
realizará ningún tipo de recomendación, a no ser que el propio Consejo de Seguridad
lo solicite. En la práctica, sin embargo, la Asamblea ha ejercido sus competencias de
forma extensiva, discutiendo prácticamente todo y haciendo recomendaciones de
recurrir a determinados procedimientos de arreglo pacífico, creando organismos
subsidiarios con funciones de buenos oficios, investigación, mediación o conciliación,
indicando términos de arreglo, e incluso señalando medidas provisionales. Sus
resoluciones en la materia son meras recomendaciones: los Estados deben
considerarlas de buena fe, pero conservan su libertad soberana de decisión.

Secretario General de la ONU:


En las últimas décadas, la ONU ha experimentado una transformación institucional en
materia de paz y seguridad que, partiendo de una creciente intervención de la
Asamblea General, ha culminado con un fortalecimiento del papel encomendado al
Secretario General. De este modo, el Secretario General se haya facultado para llamar
la atención del Consejo de Seguridad hacia cualquier asunto que en su opinión pueda
poner en peligro la paz y seguridad internacionales; pero la competencia para el
arreglo del conflicto corresponde al Consejo.

El desarrollo de diversas crisis internacionales han mostrado que el Secretario General


podía jugar un papel importante como órgano de mediación y buenos oficios.

En esta línea cabe destacar el papel jugado por el Secretario General Sr. Pérez de
Cuéllar en la guerra entre Irán e Irak para conseguir el cumplimiento de las
resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el conflicto, en particular a través del
plan de aplicación de la resolución 598 (1987), lográndose finalmente el cese del
fuego.

Varias resoluciones le atribuyen un carácter preferente en relación con las tareas de


determinación de hechos, bien mediante el envío de una misión especial o la
designación de un representante especial o un grupo de expertos dependiente de él
(Irak) .

La participación de los Organismos regionales:

El art. 52.2 de la Carta establece que los miembros de la ONU que concluyan acuerdo
o constituyan acuerdos regionales harán todos los esfuerzos posibles para lograr el
arreglo pacífico de las controversias de carácter local por medio de tales acuerdos u
organismos regionales antes de someterlas al Consejo de Seguridad.

Esto implica que los actos constitutivos de dichos organismos deben hacer referencia
al arreglo pacífico de las controversias. De este modo, la Carta de la OUA, menciona
el arreglo de las controversias por medio de negociaciones, mediación, conciliación,
arbitraje, y un Protocolo posterior creó la Comisión de Conciliación y Arbitraje; el art. 5
de la Liga de Estados Árabes establece la posibilidad de recurrir al Consejo para la
solución de cualquier controversia que no afecte a la independencia, soberanía o
integridad territorial de los Estados; y la Carta de la OEA establece la obligación de los
Estados americanos de acudir a procedimientos pacíficos para solucionar sus
controversias, y a este fin se concluyó el Pacto de Bogotá en 1948, si bien la mayor
operatividad se deriva del Comité interamericano para el arreglo de controversias,
colocado bajo la autoridad del Consejo de la OEA.
La participación de estos organismos regionales entraña una instancia de solución de
conflictos que posee dos grados: en un primer escalón, los miembros del organismo
regional deben someter el conflicto a la solución establecida en el acuerdo regional; y
si un Estado se dirige directamente al Consejo de Seguridad, sin intervención previa
del organismo regional, el Consejo, tras consultar a las partes, puede reenviarles a la
instancia regional, si el conflicto no se ha agravado hasta el punto de producirse el
recurso a la fuerza. Y si no se alcanza un arreglo del conflicto en el marco regional, el
Consejo de Seguridad como instancia superior, es el competente para conocer de la
solución del conflicto. Ahora bien, en la práctica, el Consejo de Seguridad ha adoptado
una solución intermedia, pues aunque remita a las partes a un acuerdo regional,
mantiene la cuestión inscrita en su orden del día; lo que le permite intervenir de
inmediato si el conflicto se agrava o un parte estima que ha fallado el arreglo general.

La responsabilidad Estatal

“La responsabilidad internacional del Estado es, por supuesto, una institución que va
alcanzando perfiles propios en el derecho internacional de fines del siglo XX y en la
medida en que el derecho internacional deja de ser punitivo, avanza la teoría y la
práctica de la responsabilidad internacional del Estado. En otras palabras, si los
Estados son sujetos del derecho internacional, están obligados a respetar el orden
jurídico internacional y, en caso de violación, a restituir las cosas a su estado normal o
a reparar el daño causado con sus actos o hechos ilícitos"169.
Siendo regulada la responsabilidad por el derecho internacional consetudinario, al
haber fracasado los intentos de codificación por la Comisión de Derecho Internacional,
en la práctica y jurisprudencia internacionales170 se ha establecido el principio de que
todo hecho (acción u omisión) ilícito del Estado conforme al derecho internacional, da
lugar a la responsabilidad internacional.
El Estado compromete su responsabilidad ante el no cumplimiento de las obligaciones
asumidas en observancia del orden jurídico internacional. Es el derecho interno al que
le compete regular la responsabilidad interna del Estado por actos ilícitos de sus
agentes u órganos conforme a su legislación, así como al derecho internacional la
responsabilidad por sus hechos internacionalmente ilícitos171. Si el Estado actúa a
través de órganos (competentes de acuerdo con la legislación interna), "cuando los
órganos competentes del Estado no cumplen las obligaciones establecidas por el
derecho internacional, el Estado comete un acto ilícito internacional por el que el
derecho internacional dispone una sanción"172.

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