Anda di halaman 1dari 4

La misión familiar:”Todos para uno y uno

para todos”

Una de las premisas básicas para que una empresa obtenga los mejores resultados y
crezca equilibradamente es que su equipo se involucre. Dicho proyecto debe tener un
objetivo final, una ideología, un enunciado que marque el rumbo de su actividad
profesional. En términos empresariales se denomina misión de la empresa. Una
empresa con unos principios claros es una empresa sólida y robusta, al menos, en sus
pilares. Y esto asegura en mucho su éxito.

Esta mentalidad también se puede aplicar a la familia. Una familia con un enunciado
familiar claro tiene asegurado un rumbo y una dirección y, por lo tanto, una coherencia
educativa y de valores. ¡Una familia es mucho más que el mejor de los equipos!

Aunque pueda no parecértelo, es muy importante que la familia cuente con una
misión común, con un objetivo familiar que le ayude a avanzar por una misma línea.
Es un lema elegido por todos los miembros, aceptado y asimilado, que guiará el
comportamiento y la forma de actuar de la misma. Es una especie de lema similar al
que todos conocemos como “Todos para uno y uno para todos”.

Has de preguntarte y preguntar al resto de la familia cuál es vuestro propósito


familiar, qué clase de familia queréis ser. ¿Os queréis parecer a alguna en especial?
¿Qué relaciones y sentimientos queréis tener en la familia? ¿Por qué cosas estáis
dispuestos realmente a luchar? ¿Cuál es vuestro hijo conductor? Se trata de decidir
qué clase de familia queréis ser y entonces identificar los principios que necesitáis para
llegar allí.

¿Por qué un enunciado familiar?

Porque un principio familiar es mucho más que un principio individual. Con él se crea
un espíritu de familia, un alma familiar que lo mueve y empuja todo por un mismo
camino. Con este lema familiar todos los miembros de la familia se comprometen
inconsciente y conscientemente con él, produciendo una guía interna que les ayuda a
tener claro su destino y a no salirse de este plan estipulado y elegido voluntariamente.

Ayuda a la familia a sentirse “un ente único”, a sentirse fuerte frente a las
adversidades y a tener siempre en la mente un horizonte ideal que les permitirá
superar cualquier tipo de crisis que se presente.

Una vez al año, revisión de la misión familiar

Una vez cada año, deberías incluir en una reunión familiar una revisión de la misión
familiar. Es tan importante este punto que deberías dedicar toda una reunión o varias
sesiones a este asunto.

Todos deben proponer sin miedo sus ideas. Toma nota de ellas y escríbelas en un
papel sin juzgarlas. Es el momento de reflexionar y escuchar. Nada más.

Una vez escritas, cada miembro debe elegir los dos principios que considere más
importantes. Posteriormente, de los principios seleccionados se elegirá uno que
represente la misión familiar.

Cuando la familia se ha involucrado, cuando ha propuesto los principios y


seleccionado el mejor, es cuando llega el momento de escribir vuestro objetivo familiar
y colocarlo en el lugar más visible de la casa (o incluso en todas las habitaciones).

Es un objetivo que posiblemente irá reformulándose con el tiempo, con vuestras


experiencias, con el día a día. La familia se ha de acostumbrar a él y servirá hasta que
todos estén cómodos con el objetivo familiar y lo sientan como suyo. Puede estar a el
recibidor de la casa, en el cuarto de los niños, en la puerta de la nevera o en la sala de
estar. Cualquier sitio que permita su lectura será adecuado.

¿Cuál es tu enunciado familiar?

A continuación encontrarás algunos enunciados que pueden darte una idea de lo que
puede ser un objetivo familiar. Cada familia ha de buscar su lema y su principio
conductor. Lo que para una puede ser importante, para otra puede no serlo tanto.
Aunque no lo parezca, el hecho de tener un enunciado familiar común puede significar
la diferencia entre una familia “efectiva” y otra que no lo es.
“La misión de mi familia puede ser”:

Respetar los talentos de cada uno de nosotros, su individualidad y sus diferencias.


¡Somos únicos!

No derrumbarnos ante los problemas y enfrentarnos a ellos con valentía y


optimismo. ¡Nuestro sentido del humor es nuestra tarjeta de visita!

Ser siempre honestos y consecuentes, sin tener nunca miedo a decir la verdad o a
aceptar nuestras responsabilidades. ¡Somos dueños de nuestras acciones y las
asumimos con valentía!

Demostrar nuestros sentimientos en cualquier circunstancia y que nos queremos


tanto en público como en privado.

Conseguir hacer de esta casa un lugar de descanso y seguridad para todos nosotros
y todos los que nos visiten.

Dar ejemplo de cohesión y amor a los demás y un modelo a seguir por otras
familias.

Ser testimonio cristiano. Somos una familia cristiana y nos gusta demostrarlo.

Intentar hacer felices a los demás, siendo un motivo de cambio. ¡Podemos mejorar
nuestro pequeño mundo!

Comunicarnos en todo momento con respeto, demostrándonos amor y expresando


nuestros sentimientos. ¡El cómo decimos las cosas es tan importante como lo que
decimos!

Aprender de nuestros errores para poder ser mejores día a día. ¡Equivocarse es
bueno! Aceptamos con alegría las correcciones y ayuda de los demás. Somos humanos
y no nacemos enseñados.

Valoramos nuestra familia, la protegemos y cuidamos. Todos somos importantes y


todos contamos en ella. ¡Nuestra familia es nuestro bien más preciado!

Nos levantamos y acostamos con música y “trasmitimos” el ritmo a los demás en el


trabajo, colegio, vecinos. ¡Nuestra familia es música!
Nunca dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy.

Hacemos lo que debemos cada momento, no lo que nos apetece o lo que es más
fácil. ¡Esforzarse puede ser un desafío interesante!

Lo importante es que cualquier misión familiar nazca de la aportación de toda la


familia, que todos la acepten como suya y así se comprometan anímicamente a
defenderla.

Es posible que nunca te lo hayas planteado pero si lo pruebas verás con el tiempo
que os ayuda a sentiros “una piña”, fuertes y cohesionados, ya sea como familia o
como personas individuales.

La sociedad hoy en día no ayuda a que las familias crezcan sólidas y estables; el
consumismo, la falta de valores, la relatividad, la manipulación publicitaria, la falta de
criterios educativos son muchas variables a tener en cuenta a la hora de mantener la
familia a flote.

No se trata de sobrevivir “como se puede”, esquivando los pormenores del día a día,
sino de mirar más allá y buscar lo mejor para nuestros hijos, y lo mejor para ellos es
conseguir que crezcan en una familia segura y coherente, dispuesta a superarse por
defender su misión familiar.

Anda mungkin juga menyukai