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IV.

DESARROLLO DE CONTENIDOS

4.1. Resumen de las explicaciones teóricas

4.1.1. Historia de la ultrasonografía

El descubrimiento de los ultrasonidos se fundamenta en el fenómeno de la piezoelectricidad,


se descubrió en el año 1890 por Pierre Curie. La piezoelectricidad es la deformación que
presentan algunos cristales por la acción de fuerzas internas al ser sometidos a una energía
eléctrica, produciendo ésto unas oscilaciones en forma de onda. Onda que es similar a la del
sonido pero con una frecuencia muchísimo mayor, muy por encima del rango audible por el
ser humano.

En la I Guerra Mundial el francés, Pierre Langeven, desarrolló el Sonar para poder detectar
los barcos alemanes. En la II Guerra Mundial la Marina de los U. S. A. empezó a utilizar
nuevamente el ultrasonido para ver las grietas en los barcos tras combate. Todo ello llevó,
inevitablemente a que curiosos investigadores médicos lo quisieran probar con el ser
humano. El primer científico que los aplicó fue el Dr. John Wild un cirujano de Minessotta,
que estudiaba mediante “Modo A” los cambios de las ondas en especímenes de tejido
mamario. Más tarde empezaron en Europa estudios aplicados sobre el cerebro, estudiando la
desviación de la línea media llamándose ecoencefalógrafo y por supuesto en modo A.
Asimismo al mismo tiempo los cardiólogos lo empezaron a usar para estudiar oscilaciones de
la válvula mitral. Los radiólogos pusieron muy poco interés en la técnica ya que eran más
bien registros de gráficas y no imágenes. En 1951 Douglas Horwry construyo un equipo
capaz de hacer imágenes bidimensionales junto a Joseph Holmes. En la década de los 60,
Howry y col. desarrollaron un scanner de contacto directo, éstos formaron la Physionics Inc.
que fue la primera en sacar un prototipo con brazo articulado en el año 62. El Dr. Lehman
trabajó ya con aparatos que únicamente se introducía el transductor en una bolsa de agua que
estaba en contacto.

En 1962, Homes produjo un escáner que oscilaba 5 veces por segundo sobre la piel del
paciente, permitiendo una imagen rudimentaria en tiempo real.

En 1963, un grupo de urólogos japoneses reportó exámenes ultrasónicos de la próstata, en el


A-MODE.

En 1964 apareció la técnica Doppler para estudiar las carótidas, con gran aplicación en
Neurología.
En 1965 La firma austriaca Kretztechnik asociada con el oftalmólogo Dr. Werner
Buschmann, fabricó un transductor de 10 elementos dispuestos en fase, para examinar el ojo,
sus arterias, etc.
En 1967, se inicia el desarrollo de transductores de A-MODE para detectar el corazón
embrionario, factible en ese entonces a los 32 días de la fertilización.

En 1983, Aloka introdujo al mercado el primer Equipo de Doppler en Color que permitió
visualizar en tiempo real y en color el flujo sanguíneo.
Los tipos de imagen han evolucionado desde su comienzo, siendo el Modo A primero que se
utilizó como modulaciones de ecos en una línea horizontal. Los siguientes fueron: modo B
(1D) modo M modo B (2D) estático "biestable” escala de grises modo B (2D) tiempo real y
ahora en tres dimensiones en tiempo real, Ecografía endocavitaria, Duplex-Doppler, Doppler
color, etc. (Diaz Murillo, 2017).

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4.1.2. Aplicaciones de la Ultrasonografía

La ecografía es una herramienta de diagnóstico cada vez más utilizada en medicina


veterinaria ya que sus indicaciones son múltiples y variadas es una técnica diagnóstica
versátil e inocua. Algunas aplicaciones de esta son las siguientes:

• Realizar punción ecoguiada para la obtención de muestras para estudios citológicos o


microbiológicos, tanto de muestras líquidas (orina, bilis, efusión pleural o pericárdica,
efusión peritoneal, quistes o abscesos), como de vísceras o lesiones sólidas (nódulos
linfáticos, bazo, hígado, próstata). También se utilizará como guía para el drenaje
terapéutico de cavidades y lesiones cavitarias.

• Animales politraumatizados la ecografía nos permite diagnosticar hemorragias


abdominales, rotura de órganos (vejiga, hígado, bazo), hemorragias perirrenales, hernias
diafragmáticas

• Abdomen agudo: alteraciones como pancreatitis, hepatitis, peritonitis o torsión de


órganos, perforación intestinal por cuerpos extraños o úlceras.

• Alteraciones de la micción: Nos permite evaluar todo el sistema génito-urinario desde


los riñones hasta la próstata. Cuando un animal sufre una obstrucción urinaria (gatos
macho principalmente) es importante determinar el grado de dilatación ureteral y de las
pelvis renales para establecer el pronóstico.

• Asimismo podemos observar la presencia de cistitis, neoplasias vesicales, obstrucción


urinaria por cálculos y rotura del tracto urinario

• Alteraciones de la defecación: síntoma frecuentemente asociado a alteraciones


prostáticas en machos de edad avanzada.

• Dilatación abdominal: la ecografía permite determinar si la dilatación está producida por


la presencia de líquido abdominal libre. Si es este el caso, podemos realizar la toma de
muestras ecoguiada y según el tipo de líquido obtenido hacer un estudio de los distintos
órganos para facilitar el diagnóstico. En alteraciones cardíacas como la insuficiencia
cardíaca derecha o la insuficiencia cardiaca global podemos observar la presencia de
líquido libre abdominal.

• Síntomas gastrointestinales: vómitos o diarreas crónicas, heces anormalmente


voluminosas o presencia de sangre en heces pueden requerir la ecografía abdominal para
determinar el origen. Con la ecografía también podemos diagnosticar cuerpos extraños,
intususcepciones, enfermedades inflamatorias o neoplasias.

• Gestación: la ecografía es el método de elección para evaluar el estado de los fetos


(nivel de desarrollo, estrés fetal, fecha aproximada del parto) pero no es eficaz en la
determinación del sexo. Aconsejamos realizar la primera ecografía para diagnóstico de
gestación a partir del día 18 posterior a la última monta. La ecografía nos permite
también la detección de complicaciones de la gestación como pueden ser la reabsorción
fetal, el aborto, el desarrollo fetal retardado y el estrés o la muerte fetal entre otras. Tras
el parto utilizamos la ecografía para monitorizar la involución normal del útero y
descartar problemas como la retención placentaria.

• Flujo vaginal anormal: está indicada la realización de la ecografía para evaluar útero y
ovarios ante la posibilidad de piómetra, mucómetra o hidrómetra.

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• Aparato reproductor masculino: podemos observar la presencia de hiperplasia benigna
de próstata, quistes y abscesos prostáticos, orquitis, epididimitis, torsión testicular y
tumores testiculares.

• Animales criptórquidos: la ecografía nos permite localizar el testículo o los testículos


ectópicos en el abdomen de cara a su eliminación quirúrgica ya que pueden tener más
predisposición a volverse tumorales.

• Dolor testicular: inflamaciones, neoplasias o traumatismos pueden requerir la ecografía


testicular para establecer pronóstico y tratamiento.

• Síntomas neurológicos posprandiales: los animales que presentan síntomas neurológicos


tras ingerir alimento deben ser ecografiados para la detección de shunts portosistémicos
(comunicación anormal entre la vena porta y la circulación general).

• Parálisis de miembros posteriores: pueden ser causados por trombos aórticos o ilíacos
detectables ecográficamente (generalmente en gatos).

• Chequeo pre anestésico: la ecografía se realiza de rutina en animales con riesgo de tipo
cardíaco (geriátricos, animales con soplos, razas braquiocefálicas,…) y en animales
donde se va a retirar un tumor, la detección de metástasis a los distintos órganos
abdominales es importante a la hora de dar un pronóstico.
• Insuficiencia renal (aguda o crónica): evaluación del parénquima y pelvis renal así como
del resto del sistema urinario. Determinadas razas tienen predisposición genética a
problemas renales (por ejemplo enfermedad poli quística renal en gatos persas.).

• Alteraciones en la glucemia: la evaluación ecográfica del páncreas y del hígado puede


dar mucha información.

• Alteraciones del hígado: para la detección de inflamaciones o masas afectando al


hígado.

4.1.3. Principios Básicos

Los ultrasonidos se definen como ondas de sonido de frecuencia superior a la audible por del
oído humano, aproximadamente 20.000 ciclos por segundo (20 kHz). Un ciclo por segundo
es 1 Hertz; 1000 y 1 millón de ciclos por segundo son 1 kilo Hertz (kHz) y 1 Mega Hertz
(MHz), respectivamente. En los exámenes diagnósticos se emplean normalmente frecuencias
de sonido entre 2 y 10 MHz. Un transductor de ultrasonidos (la cabeza de la sonda) puede
emitir ondas sonoras de sólo una o múltiples frecuencias. El ecografista debe seleccionar la
frecuencia adecuada del transductor según la región anatómica a examinar. La frecuencia se
define como el número de veces que una onda se repite (ciclo) por segundo. Las frecuencias
de millones de ciclos por segundo tienen longitudes de onda cortas, que son esenciales para
obtener una imagen de alta resolución. La longitud de onda es la distancia que recorre una
onda durante un ciclo. Cuanto más corta es la longitud de onda, mayor es la resolución. La
frecuencia y la longitud de onda se relacionan inversamente, si la velocidad del sonido en el
medio se mantiene constante. Ya que la velocidad del Sonido es independiente de la
frecuencia y casi constante (1540 m/s) en los tejidos blandos corporales2 (ver Figura 1), al
seleccionar un transductor de frecuencia superior disminuye la longitud de onda del sonido
emitido, proporcionando mayor resolución (Diaz Murillo, 2017). La relación entre la
velocidad, la frecuencia y la longitud de onda se puede resumir en la siguiente ecuación:

Los equipos ecográficos asumen una velocidad del sonido constante en los tejidos blandos,
aunque existen ligeras diferencias. Sin embargo, cuando el haz encuentra aire o hueso, las

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grandes diferencias de velocidad en estos medios causan una gran reflexión y una
interpretación eco génica inapto piada. Esta fuerte reflexión es debida a la combinación de
un cambio abrupto en la velocidad del sonido y la densidad del medio (impedancia acústica)
en la interface tejido blando hueso o Tejido blando-aire (Nyland and Mattoon, 2004).

4.1.4. Partes del Ecógrafo:

4.1.4.1 Transductores

Un transductor es un dispositivo capaz de transformar o convertir un determinado tipo de


energía de entrada en otra de diferente a la salida. En el caso de los transductores de
ultrasonido, la energía ultrasónica se genera en el transductor que contiene a los cristales
piezoeléctricos. Éstos poseen la capacidad de transformar la energía eléctrica en sonido y
viceversa, de tal manera que el transductor o sonda actúa como emisor y receptor de
ultrasonidos (Figura 2). La circonita de plomo con titanio es una cerámica usada
frecuentemente como cristal piezoeléctrico y constituye el alma del transductor;
recientemente se desarrollaron polímeros piezoeléctricos como polivinilideno (PVDF) y
trifluoroetileno (TrFE) que han demostrado ser útiles para la producción de frecuencias altas
(> 100 MHz). Existen varios tipos de transductores que difieren tan sólo en la manera en que
están dispuestos sus componentes. Los transductores sectoriales tienen una ventana pequeña;
por ejemplo, para la visualización de las costillas, con un ángulo de escaneo ancho; los
convexos tienen un amplio campo a distancia, con un tamaño de ventana adecuado y los
lineales se caracterizan por tener un amplio plano de contacto, ideal para pequeñas
estructuras (Figura 3) (Fritsch et al., 1996).

Estos últimos son los más frecuentemente empleados en la ultrasonografía músculo


esquelética, se componen de un número variable de cristales piezoeléctricos (usualmente de
64 a 256) que se disponen de forma rectangular, se sitúan uno frente al otro y funcionan en
grupos, de modo que al ser estimulados eléctricamente producen o emiten simultáneamente
un haz ultrasónico.

La capacidad de seleccionar correctamente el transductor se adquiere con la experiencia, pero


las guías generales pueden ayudar al ecografista novel a escoger la frecuencia apropiada.

Los perros pequeños (<10 kg) y los gatos pueden examinarse con transductores de 7,5- o 10-
MHz. Estas frecuencias mis elevadas también se utilizan para aplicaciones oftálmicas
intraoperatorias.

Los perros de tamaño medio necesitan frecuencias de 5,0 MHz, mientras que los perros de
razas grandes pueden requerir frecuencias de 3,0 MHz o inferiores. Dependiendo del equipo,
el ecografista puede necesitar cambiar los transductores varias veces durante la exploración
para optimizar el equilibrio entre la resolución y la penetración. Por ejemplo, se puede
necesitar un transductor de 3,0-MHz para penetrar hasta la porción dorsal del hígado de un
perro grande, pero se puede utilizar un transductor de 5,0-a 7,5-MHz para examinar el bazo y
el riñón izquierdo del mismo perro (Nyland and Mattoon, 2004).

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Figura 2. Al transmitirse el impulso eléctrico a los cristales, éstos vibran de manera
proporcional a la potencia de la electricidad dentro del transductor creando ondas similares
al sonido dentro de una campana [Modificado de: Aldrich J. Basic physics of ultrasound
imaging. Crit Care Med 2007; 35 (Suppl I): S131-7.]

Figura 3. Se muestran diferentes tipos de transductores: a) Transductor sectorial; b)


Transductor convexo; c) Transductor lineal.

4.1.4.2. Panel de control o Controles del ecógrafo

Tiene la forma de un teclado de computadora en donde se puede encontrar los siguientes


comandos:

4.1.4.2.1. Control de la potencia (intensidad, rendimiento)

Los mandos de la potencia modifican el voltaje aplicado para hacer vibrar el cristal
piezoeléctrico, regulando de ese modo la intensidad de la producción de sonido del
transductor. Cuanto mayor es el pico de voltaje, mayor es la amplitud de vibración
(intensidad) transmitida a los tejidos.

Aumentando el voltaje también se obtiene un incremento uniforme de la amplitud de los


ecos que regresan. La potencia tendría que ponerse tan baja como sea posible para obtener

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la mejor resolución y prevenir artefactos. Esto se hace eligiendo una frecuencia del
transductor apropiada que penetre hasta el área de interés sin necesitar niveles excesivos
de potencia. Cuando sea posible, los controles de la ganancia o de la compensación
tiempo-ganancia tendrían que utilizarse para maximizar la amplificación de los ecos que
regresan, permitiendo poner la potencia tan baja como sea posible.

4.1.4.2.2. Controles de la ganancia (amplificación) y del rechazo (supresión, umbral) o


tecla GAIN

Los controles de la ganancia y de rechazo afectan la amplificación de los ecos de regreso.


Los equipos tienen normalmente un control de la ganancia global que produce una
amplificación de todos los ecos que regresan, independientemente de su profundidad de
origen. También pueden tener un control de rechazo que elimina los ecos más débiles de
todas las profundidades que no contribuyan significativamente a la formación de la
imagen. Al aumentar el efecto del control del rechazo, se eliminan gradualmente ecos más
y más fuertes procedentes de todas las profundidades de visualización.

4.1.4.2.3. Controles de la compensación tiempo-ganancia (profundidad-ganancia) o


TGC

Los ecos que regresan de estructuras muy profundas son más débiles que aquellos que se
originan en estructuras superficiales debido a la mayor atenuación del sonido. El tiempo
de regreso del eco está directamente relacionado con la profundidad de la superficie
reflejante, tal y como se ha descrito anteriormente. Aumentando la ganancia a medida que
el tiempo de regreso del eco incrementa, se compensa selectivamente para los ecos más
débiles que llegan al transductor desde las estructuras más profundas. Este proceso,
conocido como compensación tiempo- ganancia (TGC), se representa gráficamente por
una curva que se muestra en muchos monitores Geográficos (ver Fig. 4). La curva TGC
representa la posición real de la ganancia a cada profundidad particular (Nyland and
Mattoon, 2004).

Figura 4. El propósito de los controles de compensación tiempo-ganancia (TCC) es


producir un brillo uniforme de la imagen a lo largo de toda la profundidad de la
representación, compensando la atenuación del haz de sonido en el tejido.

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4.1.5. MODOS ECOGRÁFICOS

El modo A (modo amplitud) es el que se usa con menor frecuencia, pero aún puede tener una
utilidad especial para exploraciones oftalmológicas y otras aplicaciones que requieran
mediciones precisas de longitud o profundidad. El modo A es el más simple de los tres modos.
El origen de los ecos y la amplitud se representan como picos que se originan en una línea
vertical (Diaz Murillo, 2017).

Figura 5. Ecografia de ojo en Modo A. Las densidades y la amplitud de los ecos se representan en
línea vertical

4.1.5.1. Modo B

El modo B (modo brillo) representa los ecos que regresan como puntos, el brillo o la escala de
grises es proporcional a la amplitud de los ecos de regreso y la posición corresponde a la
profundidad en la que cl eco se origina a lo largo de una línea única (representando el eje del
haz) desde el transductor. El modo B es representado normalmente con el transductor situado
en la parte superior de la pantalla y con la profundidad aumentando hacia el fondo de la misma.
Imagen en tiempo real: es el modo B dinámico, se obtiene en varias imágenes por segundo
(aproximadamente 28 imágenes/seg). Es el modo ultrasonográfico más utilizado en medicina
(Pineda Villaseñor et al., 2012).

Figura 6. Ecografia en modo B en tiempo real, se observa la vejiga, próstata e intestino

4.1.5.2. Modo M

El modo M o modo TM (modo movimiento o tiempo movimiento) se utiliza en


ecocardiografía junto con el modo B para evaluar el corazón. Las representaciones en modo M

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registran, normalmente, la profundidad en el eje vertical y el tiempo en el eje horizontal. La
imagen se orienta con el transductor en la parte superior. La única línea de puntos descrita
previamente en modo B, con el brillo (escala k de gris) proporcional a la amplitud del eco, se
extiende a 1Ü largo del monitor o es registrado en un registro gráfico lineal. El movimiento de
los puntos (cambios en la distancia de las interfaces reflejantes desde el transductor) se registra
respecto al tiempo. Las representaciones ecográficas en modo M son útiles para tomar medidas
precisas de las paredes y cámaras cardíacas y para evaluar cuantitativamente la motilidad de
las válvulas o las paredes en el tiempo (Pineda Villaseñor et al., 2012).

Figura 7. Ecografia en Modo M en movimiento se aprecian las válvulas cardiacas.

4.1.5.3. Ecografía Doppler

El principio básico radica en la observación de cómo la frecuencia de un haz ultrasónico se


altera cuando a su paso se encuentra con un objeto en movimiento (eritrocitos o flujo
sanguíneo). La frecuencia aumenta cuando el emisor y reflector se acercan, y disminuye
cuando éstos se alejan. El equipo detecta la diferencia entre la frecuencia del haz emitido y la
frecuencia del haz reflejado (frecuencia Doppler) (Bowra, 2012).

Color rojo:
- No sangre arterial
- Flujo que se acerca a la
sonda

Color azul:
- No sangre venosa
- Flujo que se aleja de la
sonda
Figura 8. Ecografia en modo Doppler.
Estos sistemas ofrecen información acerca del flujo del campo o área de interés; detectan y
procesan la amplitud, fase y frecuencia de los ecos recibidos con imágenes en modo B. La ecografía
Doppler es una técnica adecuada en la evaluación ultrasonográfica de las enfermedades del sistema
músculo esquelético. Así, la inflamación asociada a procesos reumáticos origina un aumento en el
flujo vascular o hiperemia tisular que es demostrable por ecografía Doppler. La información
obtenida mediante la técnica de Doppler puede presentarse de dos formas diferentes: en Doppler

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color se muestran las estructuras en movimiento en una gama de color. Se representan tanto la
velocidad como la dirección del flujo sanguíneo. Tradicionalmente el flujo que se acerca a la sonda
se colorea en rojo (arterial) y el que se aleja en azul (venoso). La intensidad del color traduce el
grado de cambio de frecuencia y la magnitud de la velocidad del flujo. El Doppler color también
depende del ángulo, por lo que éste debe ser adecuado para detectar el flujo. Esta técnica no puede
detectar el flujo cuando es perpendicular al haz de ultrasonidos (Nyland and Mattoon, 2004).
DOPPLER PULSADO:

-Un único cristal


emite y recibe los
ecos
-Mide velocidades
menores que el
modo Doppler
Continuo

Figura 9. Doppler pulsado.

Por otro lado, el Doppler de poder, también denominado de potencia o de energía, muestra tan
sólo la magnitud del flujo y es mucho más sensible a los flujos lentos. A diferencia de la
ultrasonografía vascular en la aplicación músculo esquelética, la información sobre la velocidad y
dirección del flujo es de menos utilidad; por lo tanto, el Doppler de poder generalmente resulta ser
una técnica más utilizada en el aparato locomotor que la de Doppler color. El Doppler de poder es
más sensible para detectar los ecos en zonas de baja perfusión, lo cual es su principal ventaja. Sin
embargo, hoy en día los equipos de alta gama tienen un Doppler de color muy sensible y la
diferencia entre ambas técnicas es cada vez menos marcada.

Figura 10. Doppler continuo

Otro sistema es el Doppler pulsado que consta de un elemento transductor que emite y recibe
sonido. Esto permite calcular la profundidad, que viene dada por el tiempo que tarda el eco en
volver. El sonido se envía en ráfagas cortas y se detiene durante un corto intervalo en el que el
sistema espera el eco de retorno. El Doppler Duplex consiste en una combinación de imágenes en
tiempo real con la velocidad y corrección de ángulos del sistema Doppler, este sistema se utiliza en
las vasculitis como la arteritis temporal para detectar estenosis (Pineda Villaseñor et al., 2012).

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4.1.6. TERMINOLOGÍA:

Las densidades ecográficas nos permiten evidenciar la naturaleza de los órganos que observamos en
la ecografía, estas son:

• Anecogénico: Esta densidad es de tonalidad Negra, son negros los líquidos y el gas.

• Hipo eco génico: de tonalidad Gris son las partes del cuerpo que son poco densas ejemplo
en donde las ondas del ultrasonido retornan de forma débil al equipo. Son hipoecogénicos
el músculo y la grasa.

Figura 11. Se observa la Vejiga,


colon, piel y músculos.
A-Vejiga contenido anecogénico.
B-Colon con contenido
Hipoecogénico.
A C-Pared de la Vejiga
Hiperecogénico.
C

• Hiperecogénica: De tonalidad Blanca, las ondas del ultrasonido retornan de forma


marcada. Son hiperecogénicos los huesos, cartílagos, capsulas de órganos, adventicia de
vasos, etc.

• Iso ecogénicos: término usado en estructuras normales, esto basado en el retorno de


formación de imagen de manera normal. Dicho de otra forma un órgano tiene ecogenicidad
regular, sin cambios aparentes en densidad (Loriot et al., 1997).

4.1.7. ARTEFACTOS

Los artefactos de la formación de la imagen son fenómenos de representación que no


muestran apropiadamente las estructuras de las que se debe formar la imagen. La
clasificación de los artefactos aun es un desafío porque muchos de ellos pueden ser incluidos
en diferentes categorías.

Muchos artefactos, producidos por el uso inapropiado del equipo, posición inadecuada de los
controles de la máquina, procedimientos de exploración inapropiados o mala preparación.
4.1.7.1. Reverberación:

La reverberación, la producción de ecos falsos, se debe a dos o más reflectores en el trayecto


del haz. El primer reflector es normalmente la interface piel transductor (reverberación
externa). Los reflectores internos, tales como el hueso o el gas, son también causas comunes
de reverberación (reverberación interna). Unos ejemplos clásicos de este artefacto son los
ecos internos creados por segmentos de intestinos llenos de gas localizados superficialmente
y el artefacto de contacto creado por la interposición de una interface altamente reflectora
(aire) entre la sonda y el paciente (Nyland and Mattoon, 2004).

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Figura 12. Las flechas señalan la
reverberación producida por el gas que
está en el intestino.

4.1.7.2. Refracción

La refracción del haz de ultrasonidos se produce cuando la onda de sonido incidente atraviesa
tejidos de diferente impedancia acústica. La onda sonora transmitida al segundo medio
cambia de dirección. Esto puede hacer que un reflector (p.ej., un órgano) sea representado
inadecuadamente (Nyland and Mattoon, 2004).

Figura 13. Se aprecia una dispersión


del ultrasonido formando dos
sombras debido a atravesar

4.1.7.3. Espesor falso

En la vejiga y la vesícula biliar, el espesor falso imita la presencia de sedimento en la vejiga


o la vesícula biliar. El sedimento verdadero normalmente tiene una interface plana, mientras
que la superficie del sedimento falso es curva. Cambiando la posición del animal cambiará la
localización. La interfase del sedimento falso permanece perpendicular al haz incidente,
mientras que la interfase del sedimento real cambia con la posición (Nyland and Mattoon,
2004).

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Figura 14. En la imagen de arriba se aprecia la vejiga
con aparente sedimentación, sin embargo la forma
irregular que no se adapta a la pared de la vejiga
demuestra que es una seudosedimentación. En la
imagen de abajo se nota sedimento verdadero.

4.1.7.4. Sombra acústica

La sombra acústica aparece como un área de ecos de baja amplitud (área de hipoecogénica a
anecogénica) creada por estructuras de gran atenuación. La sombra acústica resulta de una
casi completa reflexión o absorción del sonido (Nyland and Mattoon, 2004).

Figura 15. Presencia de cálculo presente en


vejiga. Se muestra una gran reflexión.

4.1.7.5. Sombra lateral

Ocasionalmente, se observa una sombra acústica distal a los márgenes laterales de estructuras
quísticas. Esto se ha explicado por la baja velocidad acústica a través de una estructura llena
de líquido, causando refracción del haz ultrasónico en la interfase fluido-tejido. Esta
refracción en los márgenes de las estructuras redondeadas también se llama sombra lateral
(Diaz Murillo, 2017, Nyland and Mattoon, 2004).

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Figura 16. Sombra lateral. Se produce en
estructuras quísticas como la vejiga. Las
flechas muestran la sobra lateral en una
sección transversal y sombra lateral entre
los divertículos renales.

4.1.7.6. Refuerzo posterior

El refuerzo posterior (también llamado transmisión a través) representa un incremento


localizado de la amplitud del eco que se produce distalmente a una estructura de baja
atenuación. En una pantalla Geográfica, el refuerzo posterior aparece como un área de brillo
aumentado (Loriot et al., 1997, Nyland and Mattoon, 2004).

Figura 17. Refuerzo posterior. En


una sección transversal de la vesícula
biliar.

4.1.8. ANATOMÍA TOPOGRÁFICA DE ABDOMEN ANIMALES MENORES

4.1.8.1. Regiones de la vista ventral:

1-R. EPIGÁSTRICA
2-R. MESOGÁSTRICA
3-R. HIPOGÁSTRICA (König and Liebich, 2005, Miller et al., 1997)

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4.1.8.2. Regiones de la vista lateral:

4-R. PARACONDRIO (DERECHO O IZQUIERDO)


5-R. DEL FRANCO (DERECHO O IZQUIERDO)
6-R. INGUINAL (DERECHO O IZQUIERDO) (König and Liebich, 2005,
Miller et al., 1997)

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5 2

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Figura 18. Topografía abdominal y ubicación de órganos en animales menores.

4.1.9. RECONOCIMIENTO DE ÓRGANOS ABDOMINALES MEDIANTE ECOGRAFÍA Y


CASOS CLÍNICOS.

4.1.9.1. Ecografía del hígado normal

El hígado es uniformemente hipoecogénico y de granulación más gruesa que la del bazo. Se


puede observar la vesícula biliar, la vena cava caudal, las venas hepáticas y los vasos porta. Las
arterias y las vías biliares no son visibles en pequeños animales'. Las venas porta se diferencian
de las venas hepáticas por sus paredes ecogênicas. La vesícula biliar aparece en la imagen como
una estructura anecogénica redondeada u ovalada que produce refuerzo posterior (Fritsch et al.,
1996).

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Figura 19. El hígado es más hiperecogénico o
isoecogénico que el riñón menos
hiperecogénico que el bazo.

4.1.9.1.1 Volumen

Las variaciones del tamaño del hígado se valoran con mayor facilidad radiológicamente:

4.1.9.1.2 Forma y contorno

La cara visceral del hígado se valora mejor cuando existe líquido libre en cavidad
abdominal. La cara diafragmática es más difícil de valorar por la cantidad de artefactos
que se producen a este nivel. También aquí la interposición de líquido libre favorece su
estudio. Cuando se aprecia un contorno nodular e irregular suele tratarse de neoplasias o
de cirrosis hepáticas (Nyland and Mattoon, 2004).

4.1.9.1.3 Alteraciones focales del parénquima hepático

• Neoplasias: Los tumores primarios pueden ser únicos, infiltrar el parénquima de forma
difusa o aparecer como focos o áreas múltiples de tamaño y de ecogenicidad variable. Las
metástasis son con frecuencia múltiples, bien delimitadas e hipoecogénicas o de
ecogenicidad mixta.

• Quistes: En ocasiones se detecta ecográficamente la presencia de quistes serosos que


aparecen en la imagen como estructuras redondeadas de pared fina y bien definida que
producen refuerzo posterior y sombra lateral (Díez Bru, 1992).

4.1.9.1.4 Hiperplasia nodular benigna:

La imagen, similar a la descrita en el bazo, no es diferenciable ecográficamente de


neoplasias primarias o metastásicas, por lo que es necesario realizar un estudio
histológico. Alteraciones difusas del parénquima hepático Para valorar la ecogenicidad
difusa del hígado es necesario compararla con la del riñón y el bazo (Díez Bru, 1992).

• Hiper ecogenicidad difusa: Se observa en casos de degeneración grasa y cirrosis,


aunque en ésta el parénquima no suele ser homogéneo, y el con torno es
generalmente nodular (Díez Bru, 1992).

4.1.9.1.5 Alteraciones vasculares

Durante un examen ecográfico se debe estudiar el diámetro, el trayecto y la luz de los


vasos hepáticos (Nyland and Mattoon, 2004):

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• Diámetro: Cuando existe una congestión hepática venosa debido a una insuficiencia
de corazón derecho, se observa un aumento más o menos marcado del diámetro de
las venas hepáticas.
• Trayecto: El trayecto de los vasos puede estar alterado por ejemplo por compresión
de masas tumorales. En casos de persistencia del conducto venoso es posible, en
ocasiones, demostrar una comunicación entre la vena porta y la vena cava.
• Luz: En algunos casos se puede detectar la presencia de trombos.

4.1.9.1.6 Alteraciones del sistema biliar

• Obstrucción biliar: En fases iniciales se observa un aumento de diámetro del


conducto cístico , dilatándose en fases posteriores el conducto biliar común, así como
el resto de las vías biliares, que se diferencian de las venas hepáticas por sus paredes
ecogênicas y de las venas porta por su trayecto tortuoso (Bowra, 2012).

• Cálculos biliares: No son frecuentes en pequeños animales, y se observan como


estructuras hiperecogénicas con sombra acústica (Bowra, 2012).

4.1.9.2 Tracto gastrointestinal

La presencia de gas en el tracto gastrointestinal compromete seriamente la valoración


ecográfica del mismo y existen otros métodos diagnósticos, como la radiología simple o
de contraste y la endoscopia, que permiten una evaluación satisfactoria del sistema
digestivo. Únicamente en aquellos tramos donde el gas no impide su visualización, es
posible observar la luz como una zona hiperecogénica, rodeada por una zona
hipoecogénica, que corresponde a la pared.

Utilizando un transductor de alta frecuencia se pueden observar las distintas capas de la


pared gastrointestinal como líneas alternativamente hiper e hipoecogénicas,
Ecográficamente se puede valorar el peristaltismo intestinal, así como el grosor de la
pared (Bowra, 2012, Nyland and Mattoon, 2004).

Entre las alteraciones visibles eco gráficamente destacamos:

• Neoplasias: Pueden presentar un amplio espectro de patrones ecográficos, aunque en


general, las neoplasias digestivas suelen diferenciarse porque en el interior de la
masa visible en la imagen suele aparecer una zona hiperecogénica que se
correspondería con gas en la luz del tramo afectado

• Invaginaciones: Son características ecográficamente. Se observan como lesiones


formadas por aros concéntricos alternativamente hiper e hipoecogénicos que
representan el conjunto de las capas de los tramos invaginados.

Ecografía del estómago normal

Figura 20. Se identifican ecográficamente las


capas hísticas que caracterizan la pared digestiva:
la serosa hiperecógena, la muscular hipoecógena,
la submucosa hiperecógena, la mucosa
hipoecógena y, finalmente, la luz que ecógena
según su contenido. El contenido del estómago es
más o menos ecógeno, los líquidos son
anecógeno y el aire es hiperecógeno. El aire
provoca la formación de conos de sombra que
impiden la observación de las paredes del
estómago.

16
El espesor de la pared no debe sobrepasar de 3 a 5 de mm. de espesor (Cartee and Rowles, 1983).

4.1.9.3 Páncreas

El páncreas es difícil de explorar ecográficamente debido a su ecogenicidad (similar a la de la


grasa mesentérica adyacente) y a su proximidad con estómago y duodeno, que suelen impedir su
visualización por su contenido en gas. Si es identificado, aparece como una estructura de
márgenes poco definidos e hiperecogénica con respecto a la corteza renal y al hígado (Cartee
and Rowles, 1983).

• Pancreatitis aguda: En ocasiones es posible observar la presencia de focos hipoecogénicos


que representan zonas de edema e inflamación (Nyland and Mattoon, 2004).

• Pancreatitis crónica: Aparecen focos hiperecogénicos debido a fibrosis o calcificaciones


(Díez Bru, 1992).
• Neoplasias: No presentan un patrón ecográfico específico y suelen ser diagnosticadas por
su localización, ya que es difícil confirmar ecográficamente una unión con el parénquima
pancreático (Nyland and Mattoon, 2004).

4.1.9.4 Glándulas adrenales

Las glándulas adrenales también son difíciles de identificar ecográficamente debido a su


pequeño tamaño ya que están rodeadas por la grasa perirrenal. Aparecen como unas estructuras
aplanadas hipoecogénicas situadas craneal y/o medialmente al polo craneal del riñón. Es posible
observar neoplasias adrenales aunque por lo general, incluso algunas de gran tamaño suelen
estar enmascaradas por gas intestinal o por grasa perirrenal (Nyland and Mattoon, 2004).

4.1.9.5 Gánglios linfáticos

Los ganglios linfáticos normales no son visibles ecográficamente, pero sí cuando existe un
aumento de tamaño considerable, por ejemplo en algunos Linfosarcomas. Los ganglios aislados
aparecen como estructuras redondeadas uniformemente hipoecogénicas. Cuando están afectadas
cadenas ganglionares completas, se observan masas nodulares (Nyland and Mattoon, 2004).

4.1.9.6 Cavidad peritoneal

La presencia de líquido intraperitoneal es fácilmente visible en ecografía; de hecho se trata de la


técnica más fiable para diagnosticar su presencia. Además, la interposición de líquido entre los
distintos órganos los hace más fácilmente valorables delimitando su contorno (Nyland and
Mattoon, 2004).

4.1.9.7 Biopsias bajo control ecográfico

La mayoría de las alteraciones observadas ecográficamente no son específicas y, además,


muchas patologías difusas no producen ninguna alteración detectable ecográficamente. Sin
embargo, la ecografía proporciona una guía segura para obtener una muestra biópsica del lugar
deseado, sin lesionar estructuras vecinas. La aguja de biopsia se observa como un trayecto
hiperecogénico, aunque en ocasiones es más sencillo detectar el movimiento de los tejidos a
medida que la aguja la atraviesa, que la aguja en sí. Para facilitar la punción existen unas guías
adaptables a los transductores que aseguran la permanencia de la aguja en el plano del haz de
US, aunque queda entonces limitado el ángulo de introducción de la aguja y el diámetro de la
misma (Loriot et al., 1997).

17
4.1.9.8 Vejiga

Para valorar ecográficamente la vejiga, es necesario que esté moderadamente distendida. En este
caso se observa como una estructura anecogénica con forma redondeada o de pera y con una
fina pared ecogénica. La pared ventral suele ser difícil de valorar porque se producen
reverberaciones entre la piel y el transductor (Biller et al., 1990, Lêveillê, 1992). A veces el
colon presiona la vejiga y distorsiona su contorno, pudiendo ser confundido con una masa
intramural. Como además el gas colónico produce sombra acústica, en ocasiones puede parecer
que se trata de un cálculo (Barr, 1990). Las alteraciones que se pueden detectar ecográficamente
son cálculos, masas y lesiones inflamatorias de la pared.

• Cálculos: Aparecen en la imagen como una o más estructuras hiperecogénicas en la zona


declive que migran según la posición del animal y que generan una sombra acústica
independientemente de su contenido mineral (Nyland and Mattoon, 2004).

• Cistitis: Se observa un aumento del grosor, focal o difuso, de la pared. Es importante


recordar que si la vejiga contiene escasa cantidad de orina, la pared aparece más engrosada
(Barr, 1990, Biller et al., 1990).

• Masas: Sean coágulos o neoplasias no generan sombra acústica. Generalmente presentan


una forma irregular. Los coágulos, a no ser que estén adheridos a la pared, se pueden
diferenciar de las neoplasias por migrar al cambiar la posición del animal (Barr, 1990).

4.1.9.9 Próstata

La valoración ecográfica de la próstata se ve favorecida si la vejiga de la orina está distendida,


ya que en este caso la glándula se desplaza cranealmente. La próstata normal presenta una forma
redondeada o de pera y transversalmente es bilobulada. Su ecumenicidad es homogénea y de
grano grueso. Su volumen varía según el tamaño y la edad del animal. La uretra prostática
generalmente no es visible (Barr, 1990).

• Hipertrofia prostática benigna: Es un hallazgo frecuente en los perros adultos. La próstata


aparece simétricamente aumentada de tamaño, así como el parénquima homogéneo pero
hiperecogénico con respecto a lo normal (Feeney et al., 1985).

• Prostatitis aguda: La próstata aparece aumentada de tamaño, con una disminución


generalizada de la ecogenicidad y focos irregulares hipoecogénicos que se pueden
corresponder con zonas de hemorragia, necrosis o de formación de absceso (Diaz Murillo,
2017, Nyland and Mattoon, 2004).

• Prostatitis crónica: Se produce un aumento de la ecogenicidad, con zonas hiperecogénicas


irregularmente distribuidas por el parénquima que suelen representar áreas de fibrosis. El
tamaño de la glándula es variable y el contorno es frecuentemente irregular (Feeney et al.,
1985).

• Neoplasia prostática: La imagen ecográfica no es diferenciable de la de prostatitis


crónicas (Feeney, 1987, Feeney et al., 1985). Aparecen múltiples áreas irregulares
hiperecogénicas. Pueden asociarse pequeños focos hiperecogénicos con sombra acústica,
que representan zonas de calcificación. Estas calcificaciones son más frecuentes en
neoplasias que en prostatitis crónica (Cartee and Rowles, 1983).

18
Figura 21. Próstata, se observa la forma
característica de esta que aparenta una Nuez.

4.1.9.10 Útero y ovarios

En condiciones normales es difícil visualizar el útero y los ovarios en pequeños animales. Por
ello, el que estas estructuras sean visibles, suele ser indicativo de algún proceso patológico. En
ocasiones, sin embargo, el cérvix queda representado como una zona hipoecogénica dorsal a la
vejiga de la orina (Fayrer-Hosken, 1991, Nyland and Mattoon, 2004).

4.1.9.10.1 Útero

• Diagnósticos de gestación: A partir de los días 20-26 de gestación, el útero aparece como
una estructura anecogénica en la que existe una zona hiperecogénica que se corresponde
con la vesícula embrionaria. A medida que avanza la gestación se van reconociendo las
distintas estructuras fetales (Nyland and Mattoon, 2004).

Figura 22. Útero presencia de vesícula o ampolla


Fetal de aproximadamente 1 mes.

• Piómetra: Aparecen ecográficamente como estructuras tubulares anecogénicas que


representan los cuernos uterinos llenos de material líquido purulento Si hay endometritis
asociada, las paredes aparecen engrosadas e irregulares. Las piómetras no son
diferenciables ecográficamente de cualquier otro proceso patológico que determine una
ocupación líquida del útero (hemómetras, hidrómetras, etc.). Entre otros diagnósticos
menos frecuentes cabe señalar los abscesos del muñón uterino, las neoplasias y las
endometritis puras (Nyland and Mattoon, 2004, Díez Bru, 1992).

Figura 23. Piómetra en cuerno uterino, es


característico observar zonas anecogénicas
marcadas.

19
4.1.9.10.2 Ovarios

Los ovarios son difíciles de identificar en pequeños animales, por lo que para determinar
cualquier patología es conveniente localizar primero el riñón ipsolateral y desplazar el
transductor caudalmente para explorar el área de localización del ovario.

• Quistes: Los quistes simples se observan como estructuras redondeadas bien circunscritas
de contenido anecogénico y de paredes finas, que producen refuerzo posterior. En otros
casos pueden aparecer como estructuras irregulares anecogénicas con finos septos in ternos
(Nyland and Mattoon, 2004).

a. b.
Figura 24. a. Quiste folicular y b. quiste
luteal.

• Neoplasias: Generalmente aparecen como masas de ecogenicidad mixta, es decir, con


zonas hiper, hipo y anecogénicas (Diaz Murillo, 2017).

Figura 25. Tumor en ovario se observa zonas de


diferente densidad (Ecogenicidad multiple), con
aumento del tamaño del órgano.

4.1.9.11 Riñones

En condiciones normales, la corteza renal es hipoecogénica, pero es importante compararla con


el parénquima hepático y esplénico para poder determinar si existe un aumento o una
disminución de la ecogenicidad. La corteza renal debe ser ligeramente hipoecogénica con
respecto al hígado y marcadamente hipoecogénica con respecto al bazo. La médula renal es
anecogénica y está dividida en secciones por septos ecogénicos. La pelvis renal contiene
abundante tejido fibroso, por lo que aparece hiperecogénica en la imagen, pudiendo generar una
sombra acústica (Diaz Murillo, 2017).

Generalmente es más fácil valorar el riñón izquierdo debido a su situación caudal y a que el bazo
puede actuar como «ventana acústica», es decir, que transmite bien los US, permitiendo por
tanto valorar estructuras situadas más profundamente (Nyland and Mattoon, 2004).

El riñón derecho puede ser difícil de valorar, debido a su situación craneal y a que
frecuentemente está rodeado por asas intestinales que contienen gas. Las patologías más
frecuentemente identificadas ecográficamente son:

• Cálculos: Estructuras hiperecogénicas con sombra acústica que no debe confundirse con la
que produce la pelvis renal. Se pueden localizar a nivel del parénquima renal, la pelvis y el
uréter proximal. Aquellos cálculos localizados a nivel de uréter distal son difíciles de

20
valorar ecográficamente debido a la interposición de gas intestinal (Nyland and Mattoon,
2004).

• Quistes: Pueden ser simples o múltiples, observándose estructuras redondeadas


anecogénicas que producen refuerzo posterior. (Loriot et al., 1997).

• Hidronefrosis: La imagen dependerá de lo avanzado del proceso. Así, en las primeras


fases se aprecia un uréter distendido, posteriormente una dilatación de la pelvis, pudiendo
llegar a observarse en casos muy avanzados que el riñón ha quedado convertido en una
estructura anecogénica rodeada por una fina cápsula ecogénica (Díez Bru, 1992).

• Neoplasias: No presentan un patrón ecográfico específico (Nyland and Mattoon, 2004).

B
A

Figura 26. A. Se aprecia el riñón izquierdo, con


forma regular de corteza y medula, Iso
ecogénico. B-Calculo renal C-Quistes renales.

Figura 27. D- Se aprecia el riñón izquierdo, con forma


irregular disminuido de densidad, con la pelvis y el
Uréter aumentado hidrouréter.
E- Se aprecia que el riñón izquierdo ha cambiado de
forma, hay diferentes densidades, no se reconoce la
corteza y medula, se nota una masa grande en pelvis
renal.
E

4.1.9.12 Bazo

El parénquima esplénico es homogéneo, finamente granular e hiperecogénico con respecto a


riñón e hígado. Las venas esplénicas y sus ramas son identificables a nivel del hilio.

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• Esplenomegalia: Debido a que la situación y el tamaño del bazo son relativamente
variables en función de las razas y los individuos, la esplenomegalia debe determinarse
valorando el grosor esplénico. Si el aumento de tamaño se produce junto con una
disminución difusa de la ecogenicidad, se puede deber a una congestión activa o pasiva del
órgano o a algunos tipos de linfosarcomas (Bowra, 2012).

• Hematomas: Independientemente de su localización, la imagen ecográfica de los


hematomas varía según su grado de evolución. La sangre recién coagulada es ecogénica
debido a la fibrina y los glóbulos rojos. Con el tiempo, el coágulo se hace hipoecogénico.
Los hematomas antiguos suelen presentar ecogenicidad mixta (Loriot et al., 1997).

• Ruptura esplénica: Generalmente no es posible visualizar el punto de ruptura, y el


diagnóstico tiene que basarse en signos secundarios como pueden ser lesiones compatibles
con hematomas o presencia de líquido libre en cavidad peritoneal (Loriot et al., 1997,
Nyland and Mattoon, 2004).

• Neoplasias: Los tumores más frecuentes a nivel esplénico son los hemangiosarcomas y los
linfosarcomas. Los hemangiosarcomas presentan generalmente una ecogenicidad mixta con
áreas anecogénicas de tamaño variable que representan zonas de necrosis, hematomas
crónicos y cavernas llenas de sangre, así como áreas hiperecogénicas posiblemente debidas
a zonas de fibrosis y de hematomas recientes del tumor (Nyland and Mattoon, 2004,
Fritsch et al., 1996).

B
A

Figura 28. A-Bazo normal es más


hiperecogénico que el hígado.
B y C- Hematoma y ruptura de
bazo.
D-Neoplasias en bazo.

C D

4.1.9.13 Testículos

Miden 3-4cm de longitud y 3cm de anchura. El parénquima está rodeado por la albugínea, que
lo divide en lóbulos por tabiques que convergen en el centro formando el mediastinum testis. El
epidídimo se sitúa dorsalmente al testículo (Diaz Murillo, 2017). Se puede observar fácilmente,
dada su movilidad, en diferentes planos. Para una buena imagen retrocedemos el punto de
contacto con un balón de agua o cojín, o simplemente usando el otro testículo como ventana
acústica. Se usa un sonda sectorial de 7.5Mhz.Para la búsqueda de testículos abdominales se usa
una de 5Mhz (Díez Bru, 1992, Nyland and Mattoon, 2004).

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• Aplicación: La observación de una diferencia de ecogenicidad entre testículos permite
sospechar de una lesión. Así mismo si hay una alteración permite ver si ambos están
afectados, pudiéndose evitar así una castración bilateral. Permite realizar una biopsia eco
guiada, evitando daños irreparables. También se puede observar el origen y localización de
un absceso, edema, etc. Además es especialmente importante para la localización de un
testículo abdominal, para ver su posible aumento de tamaño excesivo, así como su
localización exacta para una extracción quirúrgica posterior (Nyland and Mattoon, 2004,
Pineda Villaseñor et al., 2012).

Figura 29. A-Testículo normal. B-


Testículo atrofiado que no ha
descendido.
B

VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS UTILIZADAS

BARR, F. 1990. Diagnostic ultrasound in the dog and cat. Blackwell Scientific Publications, 96.
BILLER, D. D., KANTROWITZ, B. & PARTINGTON, B. F. 1990. Diagnostic ultrasound of the
urinary bladder. Am. Anim. Hosp. Assoc, 397-402.
BOWRA, J. 2012. Ecografía fácil para medicina de urgencias, Elsevier Health Sciences Spain.
CARTEE, R. E. & ROWLES, T. 1983. Transabdorninal sonographic evaluation of the canine
prostate. Vet. Radiol., 24, 156-164.
DIAZ MURILLO, G. 2017. Ecografía [Online]. Lima, Peru. Available:
http://www.drgdiaz.com/eco/ecografia/ecografia.shtml [Accessed 12 de febrero 2017].
DÍEZ BRU, N. 1992. Ecografía abdominal en pequeños animales. Clinica veterinaria de pequeños
animales 12, 13.
FAYRER-HOSKEN, R. A. 1991. Early diagnosis of canine pyometra using
ultrasonography. Vet. RPdiol, 32, 287-289.
FEENEY, D. A. 1987. Canine prostatic diseases-Comparison of ultrasonographic appearance with
morphologic and microbiologic findings: 30 cases. Am. Vet. Med. Assoc. , 8.
FEENEY, D. A., JOHNSTON, G. R. & KLAUSNER, J. S. 1985. Two-dimensional grayscale
ultrasonography: Application in canine prostatic disease. Vet. Clin. North Am., 15, 1159-1176.
FRITSCH, R., GERWING, M. & BRU, N. D. 1996. Ecografía de perros y gatos, Acribia.
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color, Médica Panamericana.
LÊVEILLÊ, R. 1992. Sonographic investigation of transitional cell carcinoma of rhe urinary bladder
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MILLER, M. E., EVANS, H. E. & DELAHUNTA, A. 1997. Disección del perro, McGraw-Hill
Interamericana.

23
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Multimédica.
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Principios físicos básicos del ultrasonido. Investigación en discapacidad, 1, 25-34.

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