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LAURA CALLER IBERICO

ABOGADA SINDICALISTA, DEFENSORA DE CAMPESINOS Y DE POLÍTICOS DE PERÚ


Escribe: Guillermo Vicente Peña
Laura Caller, nació en Cusco en el año 1915, en un hogar frecuentado
por los intelectuales de esa ciudad debido a la actividad del padre,
periodista de profesión y escritor.

Murió en Lima el 15 de Marzo de 1988 a los 73 años. Fue abogada


sindicalista, defensora de los campesinos y de políticos del Perú.

BIOGRAFÍA
Laura Caller, era cusqueña de una familia de la clase
media ilustrada de la antigua capital inca. En aquella
época las mujeres no recibían mayor educación que
valiera la pena para que ¡si estaban destinadas a
casarse y punto!

Estudió la primaria e inició la secundaria en el Colegio


María Auxiliadora del Cusco, donde fue expulsada a los
doce años por su resistencia a las normas “casi
conventuales”, a pesar que había ante exigido a sus
padres que la cambiará de escuela… porque allí solo
se aprendían labores domésticas.

Fue así que ingresó al tradicional Colegio Nacional de Ciencias. El Cienciano


Cusqueño que en aquella época era exclusivamente para hombres, gracias al
apoyo del famoso intelectual cusqueño José Uriel García. Dado su extraordinario
interés por aprender y sus excelentes resultados el colegio hizo una excepción con
ella y violando el vetusto reglamento discriminador, la admitieron. Hay que
mencionar que el maestro Uriel García (1884 – 1965) fue uno de los mayores
intelectuales cusqueños y un grande del pensamiento indigenista peruano autor de
un clásico de esa corriente. EL NUEVO INDIO.

Fue la única mujer en un colegio de varones muchas décadas antes de que en el


país se estableciera la coeducación mixta de niños y niñas en las escuelas. Así
alcanzó a terminar la secundaria y aspiró entonces a seguir estudios superiores.

En 1938 llegó a Lima a seguir estudios universitarios, con el propósito de estudiar


Agronomía, pero se decidió por el Derecho, en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, donde también se especializó en Derecho Agrario.

Por supuesto tampoco había casi mujeres en la Universidad y de las pocas


estudiantes que había, menos aún eran las que estudiaban para ejercer su carrera.

Su labor profesional estuvo dedicada desde el inicio a la defensa de los derechos de


las comunidades campesinas, de los presos políticos. Su lucha contra la explotación
de los indefensos definió sus ideas políticas por el socialismo.
Su fama de defensora social se remonta a la década del 40 y del 50, sin embargo
fue en 1963, al defender a 200 presos políticos conficados en la prisión de la Isla del
Frontón, alcanzó notoriedad pues se trata de la primera vez que una mujer se
enfrentaba como defensora a un tribunal militar. En 1966 libró a Hugo Blanco de la
pena de muerte y se hizo conocida internacionalmente.

En 1975 hizo suyo el caso de la comunidad campesina de Huayanay, en las alturas


de Huancavelica, que había dado muerte en la plaza principal al potentado del
pueblo, de acuerdo con sus ancestrales costumbres. Ellos fueron exonerados de
culpa durante el gobierno de Velasco, aunque posteriormente algunos de ellos
fueron encarcelados en Lima.

Nunca se casó porque se consideraba casada con el Derecho y llevaba una vida
austera y de sacrificios.

Como luchadora social recorrió todo el país visitando comunidades campesinas y


alejados campamentos mineros. Ella y su famoso poncho eran vistos en los más
apartados villorrios y como una señal de esperanza. Ella misma fue encarcelada por
el delito de defender a los pobres.

Activista por el voto de la mujer y defensora de las campesinas, nunca alcanzó una
curul en el Parlamento, pero en 1980 integró como Vicepresidenta la plancha de su
agrupación política, FOCEP- DE LEDESMA.

En 1985 se le amputó una pierna debido a la gangrena, a consecuencia de la


diabetes. Meses después viajó a Cuba para su rehabilitación de donde regresó con
una prótesis para seguir trabajando en la defensa de los más necesitados. Muere en
Lima el 15 de marzo de 1988 por un recrudecimiento de su enfermedad, 48 horas
antes de recibir una condecoración del Ministerio de trabajo

PERIODISTA ISMAEL FRIAS “EL PERÚ SIN LAURA”

Los muchos que hemos tenido el privilegio de conocer, que era respetar, admirar y
amar a la doctora Laura Caller Iberico, abogada de campesinos, obreros y presos de
conciencia, especialmente la legión de quienes fuimos alguna vez sus defendidos
por causas político-sociales, desearíamos poder decir hoy ante su tumba recién
cerrada, como Francisco Luis Bernárdez, el poeta de "La ciudad sin Laura":
"Porque para que aquélla no se muera De la muerte que hubiera padecido. Es
suficiente con que yo la quiera". No es así, lamentablemente, y todos tendremos
que resignarnos en adelante a su ausencia.

El Perú sin Laura será bastante más huérfano de lo que ya era. ¿Cómo podría
olvidarme de las circunstancias en que tuve la suerte y el honor de verla y hablarle
por primera vez? ¿Ni por qué habría de silenciarlo aquí y ahora? Debe haber sido, si
la memoria no me traiciona, a fines de la década del cincuenta, bajo el segundo
pradismo. Estaba yo preso, en lo que se llamaba entonces "San Quintín", o sea en
los calabozos de la Prefectura de Lima, no sé si por mi participación en las
manifestaciones anti-Nixon, o por mi apoyo a una de las grandes huelgas de la
época. Ella traspuso las rejas del estrecho pasadizo, sin que el antro carcelario
lograse contaminar esa su innata dignidad y sencilla elegancia de dama de "la mejor
sociedad del Cusco" (que había optado "por los indios", contra su propia clase, y
porque le había "dado la gana").

"¿Es usted Ismael Frías?", me preguntó, acercándose, con la voz de terciopelo y


acero que la singularizaba. Y, ante mi respuesta afirmativa, prosiguió: -"Afuera se
halla su padre, quien me ha pedido que me haga cargo de su defensa. ¿Está usted
de acuerdo?" Le contesté, por supuesto, que sí. De este modo puedo dar testimonio
personal de la abnegación y la eficiencia como abogada de la doctora Caller, quien
fue mi defensora no una sino muchas veces ... y jamás aceptó pago alguno por ello.

Años más tarde, a mediados de la década del setenta, en plena revolución


velasquista, el destino que siempre ha sido demasiado generoso conmigo, me
deparó la chance de hacer un poco de defensor de Laura, a mi turno. Tranquila
aunque intrépida, en su estilo tan propio de revolucionaria-legalista, la doctora Caller
había volado me parece que a Huancavelica, para asumir allí la defensa de unos
dirigentes comuneros, a quienes se acusaba de haber organizado invasiones
campesinas contra la ley de la Reforma Agraria. Apenas bajó del avión fue detenida.
Por designación del presidente Velasco, yo ejercía entonces la dirección del diario
socializado "Ultima Hora". Desde allí lancé solitaria campaña por la libertad de
Laura.

Durante una semana hubo de todo: llamadas de portada, notas informativas,


artículos editoriales, mi columna que ya tenía el mismo nombre "De Puño y Letra",
etcétera. Al segundo día, me llamó por teléfono un general cuyo nombre callaré por
lealtad, y pretendió "recomendarme" que parase la campaña, porque "estaba
probado que la doctora Caller era culpable". Me negué naturalmente, y le expliqué
que si Laura era culpable, Velasco lo era igualmente por defender a los mismos
campesinos y darles la tierra. Enmudeció.

El presidente zanjó la cuestión ordenando la libertad de la doctora Caller. Tengo


ante mis ojos, nublados hoy por las lágrimas, la enorme foto de primera plana, de
"Ultima Hora" de hace tantos años, en la que se ve a Laura saliendo de la prisión
con una gran maleta en la mano. Feliz pese a todo. Como cuando el presidente
García la visitó, en su lecho de muerte, y le anunció que iba a condecorarla a
nombre de la nación. La muerte se adelantó, pero ya no importa, ¿qué mejor
condecoración que su gran corazón de vieja-niña, por fin en paz? (Artículo
aparecido con ocasión del fallecimiento de Laura Caller, en 1987).

ABOGADO, RONALD GAMARRA – LAURA “POR LOS DERECHOS HUMANOS”


Siendo estudiante, a fines de los años 70, tuve oportunidad de verla y admirarla de
lejos. Yo hubiera querido ser un abogado como era ella, alguna vez asistí también a
una de sus charlas en San marcos. Probablemente fue por ella que escuché por
primera vez hablar de “Derechos Humanos”. Recuerdo que nos habló con toda
apertura sobre como hacía para vivir si los casos sociales casi no pagan. En esos
tiempos no había ONG que pudieran financiar esa labor. De modo muy sencillo nos
explicó que también llevaba casos comunes y corrientes con los que pagaba sus
necesidades. Ya dependía de cada quien dedicarse solo a los casos que dan dinero
o utilizar estos para hacer posible la defensa de pobres.

También los recuerdo hablando de la izquierda. Ahora todos se pelean por


demostrar que el compañero de lado no están ortodoso ni tan rojo como debería,
decía ella, lamentando la división debidamente de la izquierda de esas época. como
vemos desgraciadamente las cosas no han cambiado casi cuarenta (40 años)
después Laura Caller no se perdía en mezquindades. A esa mujer integra no la
doblegaron la derecha ni las dictaduras, y no la mellaron las detenciones y cárceles
que debió sufrir. Me parece que la última prisión la sufrió a los 60 años, durante la
dictadura del General Velasco, una semana presa por atreverse a defender a la
comunidad campesina de Huayanay, en Huancavelica. Ni siquiera la diabetes
maligna que obligó a amputarse una pierna pudo impedir que siquiera trabajando
hasta su muerte el 15 de Marzo de 1988 a los 73 años. “Rescatemos su Recuerdo
y demos el sitial que exige la gratitud.”

(Artículo aparecido en el semanario Hildebrand en su trece, del 25 al 31 de Agosto


del 2017).

LA DOCTORA – LAURA CALLER EN CAÑETE.


Su presencia de la doctora Laura, no podía
estar ajena de los campesinos ya
convertido en socios de las cooperativas
del Valle de Cañete.

Precisamente en el mes de Julio de 1978


con ocasión de la invitación que le hicimos
los dirigentes de la Ex, Cooperativa
Agraria de Producción “Unión
Campesina” San Isidro, al embajador de
Francia y su comitiva que le integraban
algunos funcionarios y que también FOTO DEL RECUERDO LA DOCTORA LAURA CALLER
POSANDO CON UN FUNCIONARIO DE FRANCIA EL DR. JOSÉ
acompañaban, el doctor José Ramos RAMOS ARNAO – EL EMBAJADOR DE FRANCIA LOS PROFESORES
DEL CEF 21508 – DIRIGENTES DE LA COOPERATIVA
Arnaó (Abogado de la Cooperativa) y la SAN ISIDRO JULIO 1978
doctora Laura Caller.

En aquella ocasión la doctora Laura y el doctor José Ramos Arnaó aprovecharon


sus visitas para explicarnos a algunos socios y dirigentes de la cooperativa, la
importancia de mantenernos unidos, porque de esa unión depende el éxito de las
gestiones Administrativa, Económica y social de la empresa Asociativa.

LA DOCTORA LAURA “PROMOTORA DE LA PARCELACIÓN EN CAÑETE”


En novi9embre de 1980 se promulga la
nueva Ley de promoción y Desarrollo
Agrario D.L. 02que significaba que las
Cooperativas Agrarias de Producción
tenían la oportunidad de constituirse
como Cooperativa Agraria de usuarios
o de Servicios, como un nuevo cambio
de Modelo Empresarial (CAUS)
quedando expedita legalmente para
parcelar las tierras individualmente a
cada socio.
En mayo de 1981 con el asesoramiento de la doctora Laura Caller y con la iniciativa
de los socios de la CAP “TUPAC AMARU” de San Luis de Cañete, bajo la
responsabilidad de su Presidente German Gutiérrez Linares, decide en una
Asamblea General el nuevo cambio de Modelo Empresarial, siendo la primera
Cooperativa a parcelarse, convirtiéndose en COOPERATIVA AGRARIA DE
USUARIOS O DE SERVICIOS (CAUS) “TUPAC AMARU”, este fue una de las
grandes labores sociales que realizó la doctora Laura, como “Defensora del
Campesino de Cañete y del Perú”.

Cañete/ 30 – Mayo – 2018/

Escribe: _________________________
Guillermo Vicente Peña
DNI N° 15378486

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