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Universidad Maimónides

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

MODALIDAD DISTANCIA

TALLER DE LA INVESTIGACION EN ENFERMERIA I

TEMA: Consumo de alcohol en la adolescencia

TUTOR DE ZONA: Doctoranda Prof. Lic. Corina Carabajal

DEFENSA: De 2019

ALUMNAS: Palacio, María Belén

Barrionuevo, Nancy Edith


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ÍNDICE

TEMA: .................................................................................................................................. 4

FUNDAMENTACIÓN DEL PROBLEMA ......................................................................... 5

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA .................................................................................. 6

CAPÍTULO I ......................................................................................................................... 7

MARCO TEÓRICO .............................................................................................................. 7

El CONOCIMIENTO ....................................................................................................... 7

El conocimiento científico ................................................................................................ 9

CAPÍTULO II ..................................................................................................................... 12

LA ADOLESCENCIA ........................................................................................................ 12

Adolescencia temprana- pubertad (10- 14 años) ............................................................. 14

Adolescencia media (14-18 años) ................................................................................... 17

Adolescencia tardía (19- 24 años) ................................................................................... 19

Características generales de la adolescencia ................................................................... 22

Consumo problemático de sustancias en los adolescentes .............................................. 23

CAPITULO III .................................................................................................................... 26

EL ALCOHOLISMO .......................................................................................................... 26

El alcohol y sus efectos en el SNC.................................................................................. 28

Los síntomas del alcoholismo ......................................................................................... 29

Tratamientos terapéuticos ............................................................................................... 30

Tratamientos farmacológicos .......................................................................................... 30


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Terapias alternativas ........................................................................................................ 31

Alcohólicos Anónimos (AA) ........................................................................................ 33

CAPÍTULO IV .................................................................................................................... 36

MARCO REFERENCIAL .................................................................................................. 36

OBJETIVO GENERAL ...................................................................................................... 38

OBJETIVOS ESPECÍFICOS .............................................................................................. 39

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................ 40


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TEMA:

Consumo de alcohol en la adolescencia


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FUNDAMENTACIÓN DEL PROBLEMA

Este trabajo tiene por objeto analizar el “consumo de alcohol en la adolescencia”.

Consideramos que esta problemática es un factor de riesgo importante que se ha convertido en

un peligro para la salud pública, ya que ocasiona no solo costos económicos en tratamientos en

los sistemas sanitarios públicos y privados, para las familias y el Estado, sino también significa

un costo social que deteriora la vida de las personas al disminuir sus capacidades intelectuales

y productivas para el trabajo o el estudio. Asimismo, el consumo problemático de alcohol en

la adolescencia se agrava a medida que avanza la edad de la persona, convirtiéndose en un

problema crónico y difícil de controlar en la vida adulta.

Este trabajo nos motiva a profundizar nuestros conocimientos para poder brindar en

forma clara y concisa un aporte a la población de adolescente.


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FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿Cuáles son los conocimientos que poseen los adolescentes sobre el consumo de alcohol

en el Instituto Hermanos Amezola de Ciudad Madero, La Matanza, provincia de Buenos

Aires, en el período de marzo a diciembre de 2019?


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CAPÍTULO I

MARCO TEÓRICO

El CONOCIMIENTO

El conocimiento está en relación con el saber, el aprender, el aplicar información.

Aunque existen diversas definiciones y no existe consenso, se puede asumir que es toda la

información adquirida bien sea a través de la experiencia o de la educación, tanto por medio de

teorías como de la práctica de eventos relacionados con la realidad. De ahí que también se

entienda como todo cuanto se adquiere intelectualmente de una parte o la totalidad del universo

y tener conciencia de ello (Conocimiento, s.f.).

La palabra conocer se origina en el vocablo latino cognoscĕre, del prefijo co, que

significa 'com', y el verbo gnōscere, que enuncia saber o tener noción (Significados, 2019). Por

lo tanto, tiene una amplia aplicación a todos los campos de la vida, tanto sea por todo cuanto

se aprende de manera natural, como por medio de procesos organizados para enseñar o

transmitir información. El conocer está relacionado con la investigación y permite identificar

situaciones, sujetos, objetos, en el tiempo, reconocer sus valores, preservarlos.

Existen diferentes tipos de conocimientos, entre ellos se pueden mencionar, el empírico

o vulgar, adquirido por medio de la experiencia, de manera cotidiana, natural y constante; y el

científico que sigue un método específico o varios métodos para lograr acercarse a la

información que se requiere de acuerdo con ciertos objetivos y necesidades.

En filosofía el conocimiento ha sido atendido de diversas maneras. Entre los principales

filósofos que interpretaron la importancia y lo definieron, se pueden mencionar los siguientes:

Kant, quien consideraba que conocer estaba en relación con intuición y la percepción.

Asimismo, Platón y Sócrates, quienes haciendo uso de la dialéctica, reflexionaban buscaban

indagar el mundo de las ideas. Opuesto a ello destaca Aristóteles, que contradictorio al
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idealismo, plantea el empirismo epistemológico. De este modo valoraba la experiencia como

base del conocimiento verdadero y planteando que éste comienza en los sentidos que permiten

la aprehensión por el intelecto y de allí viene la abstracción y se genera el concepto, lo que

llama conocimiento suprasensible.

De este modo, conocer ha sido una preocupación humana, bien sea para definir de qué

se trata, como para acceder a la información. Todas las personas poseen en mayor o menor

grado nociones sobre el mundo, y se adquiere a través del llamado conocimiento vulgar que,

como se dijo, surge de la propia experiencia, siendo así subjetivo y sensitivo en tanto el sujeto

se aproxima a la realidad por la vivencia misma, con prioridad en las emociones de la vida

diaria (Hernández, s/f).

Por otra parte, el conocimiento científico, como su nombre lo indica, se sustenta en la

Ciencia, y de ahí que recurra a la razón, a la información posible de ser verificable, a la

definición objetivos puntuales y a la aplicación de métodos que puedan comprobar las hipótesis

que se hacen sobre una realidad determinada y haciendo conjeturas que abarcan universos o

realidades amplias, para generalizar por medio de las conclusiones a las que se llega. Este tipo

de conocimiento se articula con un “logos”, dando importancia a las leyes.

A partir de estas explicaciones puede afirmarse que toda persona está en constante

aprendizaje, tanto sea por medio de conocimiento vulgar, como por medio del conocimiento

científico. Conocer es poder acceder a la posibilidad de transformarse, de ahí la importancia

que tienen los procesos educativos. El niño desde que nace va identificando el mundo que lo

circunda; va conociendo su cuerpo y todo cuanto está a su alrededor. Progresivamente ese

aprendizaje se va haciendo complejo, se forman los hábitos y al ingresar al sistema educativo,

se canalizan ese saber en función de áreas científicas, de modo que aprende por diversas vías.

Es innegable la presencia y el impacto de la tecnología en estos términos, ya que actualmente


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se está ante numerosos medios y recursos de información que colocan o aproximan al sujeto

en el conocimiento de información diversa.

Conocer está estrechamente relacionado con la educación, y en esto tienen

implicaciones irrenunciables los modos de comunicación. Conocer, por lo tanto, supone la

asimilación de la información que se recibe, como se indica a continuación:

El valor central ya no está en el acceso o dominio de un conocimiento en

particular sino en la capacidad de desfragmentar y reconstruir conocimientos

bajo nuevas combinaciones, formatos y canales. Una resignificación de lo que

implica ofrecer y recibir educación. El cambio de valor está en el conocimiento

como tal, tanto en su acelerada renovación, por la abundancia de posibilidades

y canales que existen para acceder a él, como por la posibilidad de hibridar

contextos, disciplinas y enfoques (Cobo, 2016, p. 9).

El conocimiento científico

Hernández (s/f) explica que este tipo de conocimiento se adquiere mediante la razón,

es verificable, puede estar basado en la experiencia, pero se puede demostrar y es superior al

vulgar. Este fundamentalmente explica el porqué de las cosas y ese es su fin. El autor expone

que entre las características de este tipo de conocimiento se encuentra la racionalidad, la

posibilidad de ser verificable, objetivo, sistemático y probable. En ese sentido, el conocimiento

es ante todo racional. Seguidamente se explica:

La ciencia es racional porque utiliza la razón como instrumento esencial en

todas sus etapas, y porque sus conocimientos están articulados como un “logos”,

como una razón. La racionalidad en la ciencia es un producto de la racionalidad

que hay en la naturaleza, la cual se manifiesta a través de la armonía que guardan

entre sí todas las leyes. (Rujano, s/f, p. 1).


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Del mismo modo, el autor anteriormente citado también expone que el conocimiento

científico es verificable debido a que “las afirmaciones de la ciencia deben poderse probar,

verificar empíricamente, de lo contrario, no entrarían en su ámbito” (Rujano, s/f, p. 1).

La característica de objetividad obedece a que el conocimiento científico debe ser fiel

a la realidad que estudia. De igual forma, es sistemático porque se estructura y organiza en

partes que componen un todo coherente.

Como indica Rujano (s/f), la ciencia también tiene una característica de generalidad

porque generaliza los fenómenos haciendo conclusiones que se pueden extrapolar a todos los

procesos o situaciones de la misma naturaleza. A su vez, puede ser un conocimiento cierto o

probable, ya que la ciencia está acompañada de certeza y de una verosimilitud. Debe ofrecer

resultados seguros y firmes que comprueben hechos y verdades sobre los procesos o

fenómenos.

Podemos finalizar indicando que el conocimiento es importante porque permite analizar

y adentrarnos en la naturaleza de los procesos. El conocimiento científico se vincula con el

conocer de forma objetiva, sistemática, coherente y racional para llegar a la verdad sobre los

fenómenos.

Por lo tanto, se plantea la importancia de tener acceso al conocimiento, pero al mismo

tiempo, la necesidad de que todo ese aprendizaje sea verdaderamente aprovechado, que se

internalice y que se aplique en la vida; se trata de crear nuevos conocimientos, de enlazar lo

aprendido con lo que se va asimilando, de enlazar lo que se experimenta con lo que pueda ser

procesado académicamente, y sobre todo, que las capacidades humanas para razonar en

relación con lo sensible, se puedan poner en práctica para crear condiciones de vida favorables,

en beneficio de la persona y de la sociedad.

Como queda expresado a lo largo de este capítulo, el conocimiento es uno de los campos

más representativos de la cultura. En todas las civilizaciones se han emprendido proyectos que
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buscan conocer mundo y el universo, y al mismo tiempo, los resultados de estos estudios,

permiten conocer cómo vivían y pensaban los habitantes de cada civilización a lo largo de la

historia. Conocer, es así, el mecanismo que acerca a la persona hacia la información múltiple,

que le ayudará en su camino hacia el bienestar.


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CAPÍTULO II

LA ADOLESCENCIA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el periodo

de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad

adulta, entre los 10 y los 19 años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes

en la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de

cambios, superado únicamente por el que experimentan los lactantes. Esta fase de crecimiento

y desarrollo viene condicionada por diversos procesos biológicos. El comienzo de la pubertad

marca el pasaje de la niñez a la adolescencia.

Los determinantes biológicos de la adolescencia son prácticamente universales; en

cambio, la duración y las características propias de este periodo pueden variar a lo largo del

tiempo, entre unas culturas y otras, y dependiendo de los contextos socioeconómicos. Así, se

han registrado durante el pasado siglo muchos cambios en relación con esta etapa vital, en

particular el inicio más temprano de la pubertad, la postergación de la edad del matrimonio, la

urbanización , la mundialización de la comunicación y la evolución de las actitudes y prácticas

sexuales.

La adolescencia es una etapa de gran importancia en la vida de toda persona. Es el

período de transición entre la infancia y la adultez. Ha de ser entendida, pues, como un proceso

universal de cambio y desprendimiento que se teñirá con connotaciones externas, con

particularidades culturales, algunas veces sin muchas complicaciones, otras con grandes

dificultades, pero que en general significa la vivencia de experiencias trascendentales.

Como señala Gaete (2015), ningún esquema de desarrollo psicosocial define de manera

especial a todos los jóvenes, ya que esta es una etapa que varía, en cuanto al crecimiento y al

desarrollo biológico, psicológico y social, sin dejar de mencionar que también inciden otros
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aspectos como el sexo, la cultura y el medio en el que se encuentre. No hay una edad establecida

en la que comience o finalice, pues cada persona vive su propio ritmo.

En este mismo orden, se considera que el desarrollo psicosocial en este periodo presenta

un patrón progresivo de 3 fases, llamadas adolescencia temprana (10 a 13-14 años), media

(14-15 a 16-17 años), y tardía (17-18 años en adelante), tal como lo plantea la Academia

Americana de Pediatras (2015), en concordancia con otras organizaciones, investigadores de

diversas áreas, y sostiene que además del crecimiento fisiológico, se presenta el desarrollo

intelectual, psicológico y social.

El desarrollo físico correspondiente a la pubertad, es cuando se presentan los cambios

biológicos y se completan aproximadamente en la adolescencia media. Se refiere entre otros, a

la estatura, peso y las capacidades físicas para tener bebés. En cuanto el desarrollo intelectual,

es importante señalar que la mayoría de los seres humanos entran a la adolescencia todavía

percibiendo el mundo a su alrededor en términos concretos y raras veces ven más allá del

presente, por lo que es común su incapacidad para considerar las consecuencias que sus

acciones a largo plazo. Por otra parte, puede señalarse que cuando termina la adolescencia,

muchos jóvenes tienen una cisión de su futuro y han logrado definir las capacidades para

resolver problemas complejos, aunque pueden llegar a actuar sin pensar, ya están preparándose

para asumir responsabilidades,

Asimismo, el desarrollo emocional atribuye especial atención a la independencia, por

lo tanto, se plantean la separación de los padres, lo que presenta acciones tales como la

disminución de los afectos expresados, más tiempo con los amigos, conducta polémica, entre

otras, sin embargo, es frecuente que sientan y demuestren confusión o dudas de esa distancia y

los posibles riesgos que ello implica. El desarrollo social, por su parte, se refiere a las relaciones

con el mundo. La vida de un niño generalmente se cumple con la familia, y en esta etapa esto

se amplía tomando mayor fuerza en las relaciones con los amigos y grupos de personas,
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incluyendo las relaciones amorosas que se manifiestan justamente en este tiempo. (Academia

Americana de Pediatras, 2015)

Esta etapa comprende una transformación en todos los campos de la existencia. La

aparición de una nueva identidad corporal, la despedida de la infancia, el abrir el camino de la

independencia, asumir los retos que comienzan a forjarse desde los intereses, necesidades y

capacidades personales. Se trata de la configuración de un ser renovado, que se prepara para la

vida en todos los aspectos. De hecho, se considera que una de las características que más

definiría psicológicamente el período de la adolescencia es la constante alternativa de retroceso

y avance en su comportamiento afectivo, intelectual y relacional. Seguidamente se definen las

etapas de la adolescencia y se teoriza sobre los rasgos característicos de cada estadio:

Adolescencia temprana- pubertad (10- 14 años)

Se trata de un período en el que los cambios físicos son muy rápidos e inicia la lucha

del adolescente por su independencia y libertad, el crecimiento y la maduración somática. Lo

que más destaca en esta época es el incremento de la síntesis y secreción de los esteroides

sexuales, bajo el control de las gonadoestimulinas FSH y LH, dando lugar a la maduración de

los caracteres sexuales primarios y la aparición de los caracteres sexuales secundarios. Es

cuando aparecen los cambios morfológicos y fisiológicos que posibilitan el inicio de las

funciones sexuales y reproductivas. Entre estos se señalan: la aceleración del crecimiento

longitudinal (se adquiere el 25% de la estatura); se modifican las relaciones segmentarias y de

la composición de los tejidos (masa esquelética, peso, distribución muscular y de grasa,

aumento del volumen sanguíneo), se presenta el desarrollo de los sistemas respiratorio y

circulatorio, de las gónadas y órganos reproductivos. Asimismo, se presenta el desarrollo del

propio sistema de valores y falta de control de los impulsos (Ros et al, 2001).

Los autores anteriormente mencionados también refieren que, en cuanto al crecimiento,

es visible que el estirón puberal muestre diferencias en ambos sexos, tanto en su cronología
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como en su intensidad. Las niñas muestran acontecimiento precoz casi al mismo tiempo que la

aparición de los caracteres sexuales secundarios, mientras que los niños inician cuando la

pubertad ya está avanzada. La mayoría de las alteraciones alrededor del crecimiento en esta

época van ligados a trastornos de hipo o hipercrecimiento o del desarrollo puberal y el aspecto

general del adolescente y su satisfacción o aceptación de la propia imagen.

En esta etapa juega un papel muy importante la nutrición ya que se produce el aumento

de la masa corporal, la modificación de la composición de los tejidos y la frecuente alteración

en los hábitos alimentarios. Esto podría incidir en la definición del peso, y en la conformación

de hábitos y preferencias alimenticias que, si bien son posibles de modificación a lo largo de

la vida, tienen mucha importancia en esta etapa.

En cuanto a los cambios psicosociales se presentan rupturas más o menos considerables,

normales, obligadas y necesarias, con rasgos psíquicos personales y de impacto en su medio

circundante, centrado básicamente en una especie de duelo que consiste en una sensación de

haber perdido algo. En este mismo orden de ideas, es una etapa en la que es de gran importancia

la imagen y el cuerpo; con respecto a lo físico, tienden a crear preocupación en tanto el aspecto

lo consideran trascendental para la aceptación de los otros. De este modo, el cuerpo pasa ser

un punto importante de referencia para sí y para los otros, con incidencia en la autoestima, que

lo lleva comúnmente a la comparación con otros (Ros et al, 2001).

Se da pues un mayor interés por la anatomía y fisiología sexual y se presenta la ansiedad

e interrogantes en torno a la menstruación, las poluciones nocturnas, la masturbación y el

tamaño del pene. Asimismo, las sensaciones eróticas comienzan a despertarse y se hacen más

prohibitivos los contactos con los padres u otros adultos. Se exteriorizan manifestaciones de

pudor sobre todo frente al sexo contrario y la necesidad de intimidad y recogimiento consigo

mismo, adquiriendo importancia la soledad y la timidez; la lucha entre la dependencia y la

independencia.
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Todo esto engendran egocentrismo y comienza la lucha por la independencia. La

pérdida de condición de ser y sentirse niño y todo lo que implica la identidad infantil, le crea

un vacío emocional y a menudo sin la presencia de un grupo de apoyo alternativo. Este vacío

puede originar una disminución del rendimiento escolar.

Dadas todas estas características se vuelven sujetos fuertemente paradójicos,

necesitados de independencia y nostálgicos de la dependencia y la seguridad infantil. Una

situación en la que se los padres son vistos de modo muy diferente y más real. La imagen que

tienen de ellos es transmitida en términos de desacuerdo, desadmiración, a menudo es sustituida

por otras figuras que toman un valor significativo. La respuesta de los adultos es a veces de

aferramiento a sus propios valores y de resistencia a aceptar el proceso de crecimiento que los

cuestiona. Todo esto lo lleva al enfrentamiento a la autoridad de los padres o educadores para

probar su propia autoridad. Con ello trata de definirse a sí mismo

Las definiciones del comportamiento son ambivalentes e inestables, presentando saltos

entre cariñoso/huraño, sumiso/dominador, dependiente/independiente; actitudes de rebeldía y

humor variable. Todo ello influye en la integración en el grupo de amigos y comienza a

disminuir el contacto y la relación con la familia en favor de las relaciones con los de su grupo

de edad. De hecho, adquiere un valor especial la amistad dentro del mismo sexo, que suelen

ser idealizadas y muy intensas, aunque hay algún contacto con el sexo opuesto dentro del grupo

de amigos, teniendo sensaciones de ternura y cariño fuertemente emocionales hacia sus iguales

y al producirse ese interés y deseo de saber y reafirmarse a partir de las vivencias del grupo de

iguales los amigos llegan a tener gran influencia sobre ellos. Asimismo, la presencia de la

excitación sexual con nuevas sensaciones, hace que tome mayor relieve la masturbación, lo

cual se refleja en la necesidad de mayor intimidad, escribir en el diario, escuchar música en la

habitación o simplemente soñar despierto. Estas conductas son absolutamente normales e

importantes en el desarrollo de la identidad.


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Es igualmente significativo que en este momento mejoren las capacidades cognitivas

en tanto se la evolución desde el pensamiento operacional concreto al pensamiento abstracto o

formal. Se inicia el desarrollo académico y su preparación para el futuro y ante las recién

descubiertas capacidades para la abstracción, comienzan las operaciones formales, siendo

trascendental que se desarrollen en esta etapa, los intereses vocacionales idealizados o irreales.

Adolescencia media (14-18 años)

Ros et al (2001) refieren que esta etapa se caracteriza por un creciente ámbito e

intensidad de sentimientos, así como por la importancia concedida a los valores del grupo de

amigos. Crecimiento y maduración somática. En esta etapa se da el proceso de remodelación

morfológica y se adquiere la talla final. La nutrición sigue jugando un papel crítico en la

evolución del crecimiento y desarrollo. Tiene un impacto especial la influencia de las modas,

la separación parcial del medio familiar y los hábitos adquiridos en el grupo de iguales como

algunos de los factores que pueden determinar desequilibrios nutritivos en relación con la

cantidad y calidad de los alimentos que se ingieren, que se acentúan en los casos de las

demandas especiales.

En esta época, coincidiendo con trastornos emocionales o afectivos y puede haber

una inhibición en el desarrollo psíco-sexual, con una tendencia a trastornos alimentarios: comer

exageradamente o dejar de comer. Asimismo, se dan cambios psicosociales profundizando las

relaciones sentimentales y amorosas e iniciando las relaciones sexuales, todo ello en

interrelación con los valores y experiencias del grupo de amigos.

En el caso particular del cuerpo, hay una menor preocupación por la apariencia ya que

se han superado los cambios de su pubertad. A pesar de esto, ocupan mucho tiempo en intentar

resaltar su atractivo por lo que la ropa y el maquillaje pueden ser muy importantes.
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En cuanto a la dependencia e independencia, hay un predominio mayor a los conflictos

con la familia, mostrando menos interés por los padres y dedicando mucho más tiempo a sus

amigos. Son frecuentes las discusiones y confrontaciones con los padres. En este sentido, tanto

en el contexto familiar, como con el entorno, hay una transgresión de lo normativizado. Con

mayor integración a los grupos de amigos, llegando a ser lo más importante para ellos; de

hecho, la formación de grupos es el modo más idóneo para que los jóvenes puedan realizar la

comprobación de las imágenes internas, tanto idealizadas como atacadas, verifiquen

paulatinamente su diferenciación sexual, revivan la rivalidad y los celos y experimenten el

amor y la amistad de forma más realista. Se manifiesta una menor autoestima, aspectos

emocionales tales como la depresión (Ros et al, 2001).

Estas relaciones de amigos permiten que se afiancen más los nexos con los grupos,

llegando a compartir e integrarse a las subculturas y aproximándose a eventos como la

incorporación ascendente en relaciones heterosexuales, diversos experimentos y contactos

sexuales. Asimismo, se promueve la integración en clubs, deportes de equipo, pandillas y otros

grupos, todo lo cual impulsa el desarrollo de la identidad y, por ende, una mayor separación de

las familias.

En cuanto a las capacidades intelectuales y la creatividad, éstas se incrementan

notablemente; el razonamiento y las habilidades para la abstracción aportan elementos hacia

un nuevo sentido a la individualidad, aunque persista el pensamiento mágico infantil y la

dificultad para prever o anticiparse a las situaciones de riesgo. Ante estas condiciones,

disminuyen las aspiraciones vocacionales idealistas.

En cuanto a la identidad sexual recibe el impacto emocional de las primeras relaciones

sexuales, con la preeminencia de sentimientos de omnipotencia e invulnerabilidad. Igualmente,

viven el momento sin tener conciencia del riesgo. Y precisamente, esta actitud les lleva a

comportamientos arriesgados que pueden tener consecuencias. Estos comportamientos,


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constituyen un factor del alto índice de accidentes, embarazos, enfermedades de transmisión

sexual, drogadicción, suicidios, que llegan a ser prevalentes en esta época.

Adolescencia tardía (19- 24 años)

Ros et al (2001) refieren que la última fase de la adolescencia y se define por la lucha

entre identidad e independencia. Si las etapas anteriores han trascurrido de forma más o menos

armónica, con el soporte adecuado de la familia y grupo de amigos, el adolescente se encuentra

en buen camino para el manejo de las tareas y la asunción de responsabilidades de la adultez,

y si en cuestiones de salud todo ha transcurrido normalmente, su cuerpo de adulto tendrá una

talla definitiva y las funciones plenas en cuanto a la sexualidad y la reproducción, de hecho,

las características dependerán en buena parte del modo como se han vivido las etapas

anteriores.

En cuanto a los hábitos y preferencias en relación con la alimentación o el consumo en

esta edad están establecidos. En los casos en los que se hayan producido trastornos

emocionales, estos problemas pueden seguir con comportamientos que impliquen

desequilibrios de su fisiología y desarrollo. La tendencia al consumo de alcohol o drogas se

puede agudizar en esta etapa.

Del mismo modo, Ros et al (2001) también indican que en esta etapa se produce la

preparación para las funciones del adulto, la definición de la vocación de forma realista y el

establecimiento de los valores personales. Ya para este momento, normalmente hay una

aceptación e identificación de la imagen corporal y tienen ya adquiridas las preferencias en el

vestir y en distintos hábitos y consumos. Una autopercepción negativa de forma distorsionada

y provocar trastornos afectivos y relacionales en este momento de la vida.

Este, sin duda, es un período de menor agitación y creciente integración al medio social,

aunque no es extraño que existan casos que muestren dificultades para asumir las
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responsabilidades de la adultez y continúen dependiendo de su familia y amigos. Si no

ocurrieron problemas en el proceso de desarrollo se convierte sin inconvenientes en una entidad

independiente con respecto a la familia, pudiendo apreciar la importancia del valor de los

padres y otros adultos, lo que permite que busque consejos y valore lo aprendido en este tránsito

(Ros et al, 2001).

Con respecto a los amigos, siguen siendo referentes, pero de menor importancia. Es

frecuente establecer la relación con una sola persona en la que hay menos exigencia y se

comparten más las experiencias, asimismo, la selección de compañeros se basa en la

comprensión mutua y la diversión, sin ser narcisistas. En esta última etapa se sienten más a

gusto con sus propios valores y su identidad personal en su rol social, sexual y la formación

de parejas.

Asimismo, Ros et al (2001) comentan que es una etapa de evolución del propio “Yo” y

es el tiempo de la maduración del desarrollo cognitivo y de una conciencia racional y realista.

Comienza la definición de los papeles funcionales, se amplía el sentido de perspectiva con

capacidades para demorar, comprometerse y establecer límites, de planificar el futuro y de

poder anticiparse y prevenir frente al riesgo, así como reconocer las consecuencias de sus

acciones. Al fijarse objetivos y hablar sobre ellos, les da vitalidad a los proyectos que se

propongan, en todos los sentidos, entre ellos los vocacionales prácticos y de ahí, el comienzo

de una independencia económica. En esta etapa se incrementa la actividad sexual y concreción

de los valores éticos, morales y sexuales.

No todos los adolescentes entran y salen de la adolescencia a la misma edad o muestran

estas mismas conductas. Durante gran parte de su adolescencia, un joven puede ir más allá en

algunas áreas del desarrollo que en otras. Hay casos en los que demuestran mucha más edad de

la que tienen; o tener actuaciones correspondientes a la de un niño; de hecho, es hasta el final

de la adolescencia que el desarrollo intelectual, emocional y social empieza a alcanzar al


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desarrollo físico, en su plenitud. No hay que olvidar que estas características se presentan de

manera diferente para cada persona.

Un factor social es determinante en el desarrollo del adolescente. Como señala

Academia Americana de Pediatras (2015), antes de la Segunda Guerra Mundial,

aproximadamente uno de cuatro jóvenes logró terminar la secundaria ya que lo común era que

trabajaran, se casaran o tuvieran hijos, mientras que en la actualidad “casi tres de cuatro jóvenes

reciben diplomas de secundaria, y dos de cinco graduados van a la universidad (Academia

Americana de Pediatras, 2015, s. p). De este modo, el entorno, los acontecimientos políticos,

las ideologías dominantes detonarán con mayor o menor fuerza.

Como puede apreciarse, la adolescencia es una etapa de confusiones que afecta

igualmente a los padres y familiares. Es una etapa en la cual la persona es más propensa a

asumir conductas de riesgo, como el consumo de alcohol o drogas, ya que están siempre en

conflicto interno con sus propios límites. Los padres tienen la responsabilidad de convivir con

los hijos y experimentar las diversas situaciones que se presentan con sus hijos, con los cambios

bruscos de comportamiento, reacciones inesperadas y demás actuaciones de difícil tolerancia

y comprensión. Esta labor de los padres puede incluso llegar a ser extremas y verse en la

necesidad de solicitar ayuda profesional, que atienda a las dos partes por igual.

Es importante señalar que en la adolescencia se presenta la búsqueda de la identidad

adulta, en la que se renunciar a su identidad de niño; pero este proceso se da lentamente y en

la adaptación es posible experimentar un duelo. En este tiempo tienen mucha importancia las

nuevas sensaciones y sentimientos de carácter físico, mental y afectivo, las relaciones con los

padres y demás personas, y en especial, el despertar de la sexualidad.

Estos enfrentamientos entre padres o representantes e hijos, pueden verse de manera

natural y en tanto, como se ha señalado la inmadurez y condiciones de la edad impiden al


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adolescente estar claro de lo que está ocurriendo y de cómo es su accionar, el adulto debe buscar

los mecanismos que permitan romper con las diferencias y tratar de entablar acuerdos. Esa

desarmonía en el crecimiento durante la adolescencia, se debe a que el desajuste entre el

desarrollo corporal, el desarrollo intelectual y emocional, lleva consigo numerosos conflictos

y a menudo conductas de riesgo. Los acontecimientos y problemas que surgen durante este

período sorprenden y desconciertan a los padres, a los profesionales de la salud y a los propios

adolescentes.

Características generales de la adolescencia

La adolescencia, como fenómeno biológico, psicológico y social, presenta

características singulares; en condiciones fisiológicas se produce el dimorfismo más acentuado

de la especie, es decir, la respuesta específica ante un mismo estímulo en cada género, que

determina un fenotipo somático y funcional particular, responsable de condiciones metabólicas

y del desarrollo de características sexuales secundarias propias de cada género.

Al iniciarse el período inmediato anterior a la adquisición de la capacidad reproductiva,

ocurren modificaciones somáticas que no afectan al proceso intrínseco de la reproducción, pero

permiten identificar con certeza y a distancia a los individuos maduros y distinguir a los sexos,

cuando aparecen un tamaño, aspecto, proporcionalidad, olor y sonido peculiares y propios de

la especie, del género y de la etapa de maduración; el objeto de esto es asegurar que la conducta

y la oportunidad de apareamiento se correlacionen con el grado de maduración gonadal y de la

gametogénesis.

En el sexo masculino la potencia y profundidad de la voz, el aroma apócrino, el

desarrollo de masa muscular, la velocidad de crecimiento y el desarrollo de vello en regiones

visibles como la cara, el cuello y las extremidades, permite reconocer a distancia el macho

potencialmente fértil; la distribución de la grasa, el aroma apócrino, la modificación del centro

del equilibrio para la deambulación bípeda y el desarrollo de las mamas permiten identificar a
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la hembra fértil. Esto se debe a diferencias cualitativas y cuantitativas de la producción y

respuesta hormonal.

La maduración del sexo femenino se determina por el desarrollo de los senos, la

aparición del vello púbico y axilar, así como de la menarquia. Las modificaciones de la

glándula mamaria dependen de la producción de 17-β estradiol ovárico y de la aromatización

periférica de los andrógenos adrenales; asimismo, de la sensibilidad de los receptores tisulares

para éstos. Las etapas de desarrollo mamario y púbico descritos en la población sajona se

muestra en la población indígena latinoamericana hay diferencias en la edad cronológica a la

que se inicia y termina el desarrollo mamario, así como en la sensibilidad.

En tal sentido, el proceso integral de desarrollo en la adolescencia es muy importante e

incluye diversos aspectos, en todos los cuales adquiere especial valor el conocimiento que

manejen sobre su cuerpo y los modos de mantener la salud, en todos los términos y de modo

especial, la salud sexual.

Se han referido conceptos de gran importancia en relación con la adolescencia,

entendida como una etapa de grandes cambios en lo psicológico, físico y emocional. Al mismo

tiempo, los jóvenes viven situaciones diversas asociadas a esos cambios que los confronta

muchas veces con las personas que se encuentran en su entorno. Es una edad de descubrimiento

y eso está asociado en ciertas situaciones al estado de riesgo al adolescente, por lo que es

importante tener una relación basada en la comprensión de sus cambios, buscando la

orientación y el respeto por sus inquietudes y libertades.

Consumo problemático de sustancias en los adolescentes

El consumo de drogas en la sociedad es un fenómeno extendido fundamentalmente

entre los jóvenes, especialmente en varones. No obstante, la literatura indica que las diferencias
24

por género en el consumo de sustancias cada vez se acortan más, sobre todo en los adolescentes

(Hernández et al, 2009).

El periodo de riesgo de inicio del consumo se concentra en la adolescencia mediana y

tardía. Los adolescentes suelen comenzar a experimentar con drogas legales como primer

eslabón para posteriormente usar sustancias de comercio ilegal. A su vez, este patrón tiene un

alto grado de transición hacia el consumo regular de drogas ilícitas en los tres primeros años

tras la experimentación (Hernández et al, 2009; Cogollo-Milanés et al, 2011).

La edad de inicio constituye una variable importante cuando se trata de consumo

problemático. Estudios prospectivos, estudios en pares de gemelos y diversas revisiones

teóricas señalan factores individuales asociados al inicio del consumo. Entre los aspectos que

se involucran se encuentran el sexo, la edad, el rendimiento escolar, los factores familiares,

factores de influencia social y del ambiente, como el consumo por parte de los pares y la

disponibilidad de sustancias asociados al inicio del consumo (Cogollo-Milanés et al, 2011).

Los factores familiares constituyen un elemento importante y predictivo del consumo

de sustancias, dado que el uso de drogas de parte de padres, hermanos o familiares cercanos,

así como las problemáticas familiares relativas a vigilancia y las relaciones de parentalidad se

han identificado como elementos recurrentes en los sujetos adictos.

El estudio de Hernández, Roldán, Jiménez, Rodríguez et al (2009) se propuso conocer

la edad de inicio de consumo de sustancias psicoactivas y su asociación con consumos

problemáticos en la ciudad de Madrid. Se trató de un estudio trasversal, que usó como método

la realización de 7.500 entrevistas a jóvenes de 12 a 24 años. Se recopilaron datos

sociodemográficos, así como información vinculada al consumo de sustancias, la edad de inicio

de consumo para cada droga, las circunstancias relacionadas con el consumo, antecedentes

familiares, entre otros. El estudio obtuvo como resultado que el consumo de drogas está

ampliamente extendido entre los jóvenes, con una edad promedio de 15,4 años de iniciación al
25

consumo de sustancias legales y 15,6 la edad de inicio de sustancias ilegales, principalmente

cannabis. El estudio no observó mayores diferencias de género, aunque sí determinó que el

inicio precoz se da en mayor proporción en varones que en mujeres.

Dicha investigación obtuvo que las sustancias legales como el alcohol y el tabaco tienen

prevalencias más elevadas. La experimentación con el alcohol está en 92,5% de los encuestados

y el tabaco en el 63,7%. Asimismo, el cannabis fue la sustancia de comercio ilegal más

consumida, mientras que un 94% de los adolescentes abordados probó entre una y más de tres

sustancias ilegales. Asimismo, el policonsumo regular o consumo concurrente de 2 o más

drogas se asocia con el consumo precoz y la fuerza de la asociación se incrementa a medida

que aumenta el número de drogas de inicio precoz, resultando que más de la mitad (55,7%) de

los experimentadores precoces de las tres drogas lo presenta (Hernández et al, 2009).

Otro estudio similar hecho en Colombia, con 1446 adolescentes estudiantes

universitarios, obtuvo que la edad de inicio de sustancias legales como alcohol y cigarrillo fue

de 16 años. A su vez, la edad de inicio de sustancias ilegales, principalmente cannabis, fue de

17 años. Las sustancias con mayor consumo fueron marihuana, éxtasis, cocaína, sustancias

pegantes y en menor medida sustancias inyectables. Esta investigación señaló que el inicio de

los estudios universitarios en los jóvenes consolida conductas de consumo de sustancias y pone

de manifiesto comportamientos de riesgo para la salud (Cogollo-Milanés et al, 2011).

En ese sentido, la adolescencia tiene una fuerte vinculación con el consumo

problemático de sustancias, en tanto que se trata de una etapa en la cual se inicia un proceso de

individuación, de exploración de límites personales y la necesidad de aprobación de parte de

sus pares.
26

CAPITULO III

EL ALCOHOLISMO

García et al (2015) explican que el alcoholismo es un trastorno conductual de carácter

crónico que se manifiesta por la ingesta excesiva de alcohol con respecto a las normas sociales

y dietéticas de la comunidad. Este problema termina interfiriendo con la salud y el

desenvolvimiento de la persona en todos sus ámbitos, tanto social como económico, laboral,

entre otros.

El alcoholismo es una enfermedad progresiva y que puede ser mortal cuando se sucede

de forma continuada. Su origen obedece a distintos factores fisiológicos, psicológicos, sociales

y genéticos. Suele estar acompañado de una dependencia orgánica y emocional de esta

sustancia, la cual va ejerciendo un deterioro cerebral progresivo asociado a riesgos de

morbimortalidad (García et al, 2015).

Los estudios reportan que el alcoholismo cada vez es más elevado en la sociedad y a

nivel global. Según la OMS, en el 2011, aproximadamente 10% de la población mundial estuvo

afectada por la dependencia del alcohol en algún momento de sus vidas y 4% falleció por esta

causa (Pelegrino et al, 2015). En todo el globo se ha convertido en un problema, ya que ocupa

el tercer lugar entre los principales factores de morbilidad, ya que es causante de más de 60

tipos de patologías. En Estados Unidos hay 17,6 millones de adultos alcohólicos y más de 700

000 personas han recibido tratamiento debido a este padecimiento al menos alguna vez en su

vida (Ibidem).

De igual modo, Gual et al (2016) consideran el alcoholismo una enfermedad crónica,

cuya prevalencia estimada es del 5,4% en los hombres y del 1,5% en las mujeres adultas. Los

autores señalan que en Europa habría 12 millones de personas afectadas por este padecimiento.

Por su parte, en Argentina el problema también está tomando proporciones significativas entre

los jóvenes de todos los estratos sociales. A propósito, un estudio indicó lo siguiente:
27

Argentina es uno de los países con mayor consumo promedio per cápita [de

alcohol], mayor prevalencia de consumo excesivo episódico (cantidad alta en

un corto periodo de tiempo) y mayores perjuicios relacionados con el consumo:

ocupa el décimo lugar en la región de las Américas, con 8,9 litros de alcohol

puro per cápita total, y el segundo en América del Sur, después de Chile

(Bardach et al, 2019, p. 9).

Asimismo, el estudio anterior indicó que los varones en Argentina consumen más que

las mujeres, si bien la población femenina sufre más daño a un determinado volumen de

consumo. Entre los jóvenes, el alcoholismo se ha convertido en un problema puesto que se

vincula con aspectos psicológicos, emocionales y sociales. A propósito, el estudio de

prevalencia de García et al (2015) determinó un alto consumo de alcohol entre personas en

edades entre los 15 y los 30 años, con un mayor consumo de varones respecto de las mujeres.

Cada vez es más usual que los jóvenes se relaciones con sus pares por medio de las

drogas, lo que trae consecuencias negativas y se vincula con la autoimagen que tienen los

adolescentes de sí mismos. Puede citarse el caso de la investigación de Chacón, Zurita, Castro,

Espejo, Martínez y Ruiz-Rico (2018), quienes contrastaron la asociación entre el consumo de

alcohol, tabaco y uso problemático de los videojuegos respecto de las dimensiones del

autoconcepto. Los autores partieron de la idea de que el uso de sustancias en la etapa

universitaria está determinado por factores psicosociales concretos, vinculados con el

autoconcepto físico y emocional. El estudio empleó una muestra de 490 estudiantes, mujeres y

hombres adolescentes, de centros públicos y privados de la ciudad de Granada, España.

Mediante el empleo de diversos cuestionarios validados. El estudio se observó una relación

positiva entre el consumo de tabaco y de alcohol, así como una asociación negativa entre el

autoconcepto académico y el consumo de alcohol. Asimismo, el estudio obtuvo una relación

positiva y directa entre el autoconcepto físico y el uso problemático de videojuegos, el


28

autoconcepto social y el consumo de alcohol y el uso problemático de videojuegos y el

consumo de alcohol.

En ese sentido, el estudio anterior demostró cómo los consumos de drogas como el

alcohol se asocian a otros hábitos mal adquiridos entre los jóvenes, como que el uso elevado

de dispositivos de pantalla. En conjunción, estos factores producen un bajo autoconcepto y

pobre rendimiento académico, además de pobre autoconcepto de su apariencia física. Los

referidos autores señalaron que el uso frecuente de sustancias como alcohol tienen un papel

relevante en las relaciones sociales de los jóvenes con sus pares.

El alcohol y sus efectos en el SNC

De acuerdo con la OMS, droga es toda sustancia que incorporada en el organismo

provoca cambios en sus funciones. A nivel social se ha establecido una clasificación de las

drogas con base en tres estadios: las drogas o sustancias permitidas, las intermedias y las

prohibidas. Según dicha clasificación también conviene indicar que farmacológicamente se ha

hecho una categorización de las sustancias psicotrópicas en arreglo a los efectos que producen

en el organismo. Es así como, existen sustancias depresoras, sustancias estimulantes,

alucinógenas y cannabinoides. El alcohol tiene propiedades depresoras a nivel del sistema

nervioso central (SNC). Por esta razón, suele ser empleada como un inhibidor del estrés en las

personas.

El alcohol es una de las drogas psicoactivas más extendidas del mundo y también es la

más antigua conocida por el ser humano. Su descubrimiento es ancestral porque proviene de la

fermentación de frutas en sitios templados, como se indica seguidamente:

La producción de alcohol etílico depende de una levadura que se nutre del

azúcar y que da como resultado alcohol y anhidrido carbónico (dióxido de

carbono). Las levaduras son organismos vivos simples, formados por una sola
29

célula, que se da en todas partes, incluido el aire y la piel de muchas frutas,

especialmente las uvas (Weill y Rosen, 1999, p. 74).

Weill y Rosen (1999) refieren que una de las bebidas alcohólicas más antiguas es la

cerveza, creada por los indígenas. El vino de uvas también está dentro de este grupo de bebidas

desde épocas antiguas. El alcohol destilado, sin embargo, es una droga relativamente nueva,

descubierta hace cien años. Una de las primeras drogas destiladas fue el brandy o aguardiente.

Posteriormente, comenzaron a producirse otras bebidas destiladas que tuvieron gran

popularidad en el mundo, como el whisky escocés y el norteamericano, así como el ron.

Como indican Weill y Rosen (1999), el alcohol es un tipo de droga que baja la energía

del sistema nervioso central (SNC), es decir, es una sustancia depresora.

Estos autores indican que a medida que aumenta la concentración de alcohol en la

sangre, se deprime cada vez más el sistema nervioso produciendo los síntomas típicos de una

borrachera, como habla confusa, descoordinación de movimientos, insensibilidad al dolor y

conducta inadecuada. Las manifestaciones del alcohol en la sangre varían de acuerdo con la

personalidad del individuo. Algunas personas pueden tornarse muy amigables o confiar

detalles de su vida íntima a desconocidos. Otras personas se vuelven agresivas o violentas;

otros lloran o se ponen melancólicos (Weill y Rosen, 1999).

Los síntomas del alcoholismo

Son diversos los síntomas que presentan las personas con consumo problemático de

alcohol. Seguidamente se indican:

Los síntomas más comunes que presentan las personas alcohólicas o adictos

son: ansiedad, angustia, depresión, ira, sentimiento de soledad y vacío,

irritabilidad o temor, pérdida casual de la memoria, así como sentimiento de

culpa. El alcohólico tiende a perder el control a la hora de beber, lo hace sin

planearlo; desea una copa, luego trata de controlar su bebida y le es imposible,


30

aunque también atraviesa por un periodo de abstinencia (Pelegrini et al, 2015,

p. 10).

Tratamientos terapéuticos

En relación con los tratamientos terapéuticos los enfoques son diversos. En casos

crónicos se puede indicar tratamiento farmacológico, pero la terapia más conveniente es la

enfocada en atender el padecimiento por medio de terapias de grupo o bien individual. Existen

comunidades terapéuticas que han resultados efectivos, como es el caso de Alcohólicos

Anónimos.

Tratamientos farmacológicos

Se suele usar una combinación de antipsicóticos, ansiolíticos y anticonvulsivos, que se

destinan fundamentalmente para lograr el alivio de los síntomas. La terapia farmacológica suele

ser modificada en cuanto a dosis durante los meses de línea de base y de tratamiento (Torrens,

2017).

El tratamiento farmacológico depende de la existencia de una patología psiquiátrica

comórbida con el consumo problemático de alcohol, es decir, en los casos donde hay patología

dual. En estos casos se prescribe el uso de antidepresivos y fármacos anticravantes. Asimismo,

la polimedicación es muy común en estos casos, por lo que pocas veces un paciente recibe un

solo medicamento. En casos donde existe el trastorno por uso de sustancias (TUS) comórbido

se suele usar Gabapentina para evitar los ataques impulsivos.

Conviene comentar que los efectos secundarios de las terapias farmacológicas deben

ser un factor para considerar por el clínico, debido a que los efectos colaterales de los

medicamentos psiquiátricos constituyen la principal explicación frente a la falta de adherencia

o cumplimiento del tratamiento. Estudios han confirmado la administración de tres y hasta

cuatro medicamentos diferentes (Torrens, 2017).


31

Terapias alternativas

En la actualidad, la terapia grupal, la terapia de contingencias y los tratamientos

residenciales suelen ser las más recurrentes en personas alcohólicas. Debe indicarse que el

ingreso en la comunidad terapéutica se produce una vez superada la etapa inicial de

desintoxicación, que suele durar aproximadamente una semana o más. La fase de

desintoxicación se realiza, habitualmente, en régimen ambulatorio o puede ser en internación

(Szerman, 2011).

Tras el ingreso en la comunidad terapéutica, la estancia media entre quienes finalizan

el tratamiento es de un año. Los principales componentes del programa son la autoayuda y el

consejo psicológico. Tras la finalización de la estancia en la comunidad terapéutica, se realiza

un seguimiento en régimen ambulatorio de un año, que sirve, a su vez, como apoyo a la

reinserción social (Arroyo y Ortega, 2009).

Debe tenerse en cuenta que el uso y abuso de drogas requiere una visión bajo el modelo

biopsicosocial que estudie todas las implicaciones que intervienen en la dependencia de

sustancias psicoestimulantes. Las drogas por sí mismas no son un mal o un bien para la

sociedad, sino un signo de padecimientos o problemas multifactoriales subyacentes

En ese sentido, las terapias alternativas más actuales implican abandonar las visiones

reduccionistas, a fin de tratar la patología en toda su complejidad. En el caso de la patología

dual, debe tomarse en consideración el modelo sociocultural, que concibe a las drogas como

parte de un factor social y cultural. En este caso las drogas tienen que ver con sociedades

desiguales, en contextos de explotación y pobreza.

Asimismo, como una forma más avanzada también existe desde 1974 el modelo ético-

social, el cual se sustenta en el abordaje interdisciplinario, amplio o complejo, enfocado

también en la prevención. Sin embargo, se trata no una prevención como exhortación,

advertencia o mandato al no consumo, lo cual estaría sustentado en el prejuicio y la


32

estigmatización, sino prevención como transformación (Observatorio Argentino de Drogas,

2007).

Como se ha venido comentando, en el modelo ético-social hay una mirada amplia y

transdisciplinaria, compleja, que observa todos los factores involucrados en una situación de

abuso de sustancias psicoactivas en coexistencia con una patología psiquiátrica. En ese sentido,

se debe ver a los pacientes en sus contextos, es decir, las situaciones macro y micro sociales o

comunitarias, así como las modalidades de consumo. Este modelo se enfoca en la prevención,

a fin de encaminar una verdadera etiología, los mecanismos de producción en torno a las drogas

y la mirada superadora a los mecanismos de exclusión que generaron los paradigmas o modelos

precedentes (Vinet, Faúndez y Larraguibel, 2009).

Bajo este modelo deben hacerse preguntas que no se abordan en los paradigmas

anteriores, como el por qué prevenir, para quién o quiénes, dónde, cuáles son los obstáculos,

cuáles las fortalezas o qué recursos existen. Se trata en este sentido de una prevención para la

educación, que permita la escucha, la participación de la comunidad o los miembros de

pertenencia (Vinet, Faúndez y Larraguibel, 2009).

Este mecanismo de intervención sugiere que las personas con consumo problemático

de sustancias como el alcohol, sean incluidas en estructuras sociales para la realización plena

como individuos y la superación del problema en el marco de un proceso terapéutico integrador

en los espacios sociales-comunitarios, más allá de la institución donde emprenden el

tratamiento.

Este tipo de abordaje se sustenta fundamentalmente en saber que las adicciones a

sustancias psicotrópicas, y en especial cuando se encuentran en comorbilidad con patologías

psiquiátricas, son parte de una coyuntura sociocultural mayor y la expresión de un malestar.

Por esta razón, no cabe en un nuevo paradigma las posiciones estigmatizantes, que aíslan o

excluyen del contexto a quienes padecen un problema de abuso de drogas.


33

Alcohólicos Anónimos (AA)


Entre las terapias alternativas y efectivas para tratar el alcohol, el movimiento

Alcohólicos Anónimos (AA) es uno de los más conocidos y frecuentados por personas que

buscan un tratamiento y un cambio en sus vidas, aquejados por el consumo crónico de esta

droga. Esta asociación nació de la siguiente manera:

AA surgió para resolver una dificultad común: ayudar a recuperarse del

alcoholismo y alcanzar el estado de sobriedad. Es un movimiento internacional

contra el alcoholismo, constituido por comunidades de hombres y mujeres que

comparten experiencia mutua, fortaleza y esperanza; se mantienen con sus

propias contribuciones, no están afiliados a ninguna secta religiosa, partido

político, organización o institución (Pelegrino et al, 2015, p. 2).

Como narran Pelegrino et al (2015), la filosofía y los métodos de este grupo se

establecieron en 1939 por William Griffith y Bob Smith, en Ohio, Estados Unidos. Ambos

fundadores de este movimiento tenían problemas con la bebida. El primero de ellos, luego de

muchos esfuerzos y años de intento, encontró una forma de permanecer sin consumir alcohol

durante 6 meses. Quiso compartir su experiencia y encontró a Smith, oriundo de Nueva York

y también con problemas de alcoholismo. Este último probó el método de Griffith y dada su

efectividad, buscó ayudar a otras personas alcohólicas. Estos dos se propusieron desde ese

momento ensayar con cada vez más personas para ayudarlas a salir del problema de consumo

de alcohol y para 1950 el método tenía 100.000 alcohólicos recuperados. Actualmente AA

operan en 180 países y funcionan de la siguiente manera:

La estructura básica de funcionamiento es el grupo, el cual se define de la

siguiente manera: cuando dos o más individuos se reúnen con el único objetivo

de conseguir la sobriedad se pueden definir a sí mismos como un grupo de AA.

Los “doce pasos” son los principios que sustentan la recuperación del
34

alcohólico, la práctica de estos lleva a conseguir la sobriedad. “Las Doce

tradiciones” son principios que permiten una buena relación entre los miembros

y la comunidad exterior (Pelegrino et al, 2015, p. 5).

Como indican los autores señalados, AA funciona como una estructura en cada país,

donde se agrupan los comités por regiones y distritos. Los comités se constituyen a partir de la

asociación voluntaria de dos personas que desean ser sobrios. Se trata de grupos de estructura

fraternal, donde existe la ayuda y la comprensión mutua. En ese sentido, no se culpabiliza a

nadie, ni se confronta o se ve a los demás con autoridad, sino que se invita a cada uno de los

miembros del grupo a ser responsable de sus propias decisiones. El principal fin del grupo es

la catarsis como forma de liberación de emociones perturbadoras, así como para percatarse de

las insatisfacciones y resentimientos que impulsan la bebida.

El programa de sobriedad de AA se basa en “doce conceptos para el servicio mundial”,

los cuales tienen como propósito lograr que los participantes se mantengan sin consumir

alcohol u tipo de drogas letales, además de llevar un mensaje de salvación a otros adictos para

que asuman el mismo compromiso. Los doce conceptos o doce tradiciones que guían el

movimiento son:

1. No ofrece motivación inicial para la recuperación de los alcohólicos, ni trata

de persuadir a nadie para que pertenezca a la agrupación. 2. No mantiene

archivos o historias clínicas. 3. No toma parte en investigaciones ni las

patrocina. 4. No se une a consejos de agencias sociales, a pesar de que los

miembros y grupos de AA a menudo cooperan con ellos. 5. No trata de controlar

a sus miembros. 6. No hace diagnóstico médico y psicológico. 7. No

proporciona servicios de hospitalización, ni enfermería, drogas o cualquier tipo

de tratamiento médico o psiquiátrico. 8. No ofrece servicio religioso o espiritual.

9. No interviene en propaganda o educación acerca del alcoholismo. 10. No


35

proporciona casa, alimentos, ropa, trabajo, dinero o cualquier otro tipo de

servicio social o de caridad. 11. No proporciona consejos de tipo vocacional o

doméstico. 12. No acepta dinero por sus servicios ni cualquier otro tipo de

contribución provenientes de fuentes distintas a las de AA (Pelegrino et al,

2015, p. 11).

Finalmente, con todo lo estudiado hasta el momento puede decirse que el alcoholismo

es una patología crónica que afecta a muchas personas. El abuso del alcohol se suele

desencadenar en la edad temprana edad. Cuanto más joven sea el inicio del consumo, mayores

daños puede ocasionar en el sistema nervioso central y en el organismo de la persona, además

de que el uso extendido desde la adolescencia tempranas instala la adicción en el sujeto en la

edad adulta. El alcoholismo es un problema de salud pública, que afecta mayormente a los

adolescentes porque interviene en la sociabilidad con sus pares y porque es una edad en la que

se producen cambios y tensiones de origen biológico y psicológico.

La adolescencia es una edad de transición de la persona, en la cual se suelen romper

límites porque el individuo está en búsqueda de su propia identidad. Es en esta etapa donde

puede instalarse un consumo problemático de sustancias que se origina en el autoconcepto o

autoimagen del sujeto y en la relación con sus pares. También pueden intervenir factores

biológicos o genéticos o anomalías o problemas en el núcleo familiar, como el consumo de los

padres. Un uso continuado o agudo de esta sustancia puede desencadenarse en un problema

crónico en la edad adulta, del cual es difícil salir. Hoy en día las terapias más utilizadas son los

tratamientos en comunidades grupales, como es el caso de Alcohólicos Anónimos.


36

CAPÍTULO IV

MARCO REFERENCIAL

“Hermanos Amezola” es un instituto de gestión privada, mixto, es decir, acepta alumnos

femeninos y masculinos. Es un colegio con jornada simple y con orientación en valores

vinculado con la religión católica. La institución dispone de infraestructura religiosa propia.

Esta escuela privada ofrece servicios educativos en la modalidad de educación común

en 3 niveles: jardín de infantes, nivel primario, nivel secundario. En el nivel secundario otorga

el título de Bachiller con orientación en Ciencias Sociales y Humanidades.

Esta institución educativa surgió en medio de una villa de inmigrantes italianos y

españoles, que dieron auge a la localidad con pequeñas industrias, talleres y comercios. En el

año 1950, la Srta. Flora Amézola donó a la Congregación, en memoria de sus hermanos, una

escuela recientemente construida en la calle Olavarría N°611, por eso su nombre “Hermanos

Amézola”. El esfuerzo mancomunado de religiosas, docentes, padres y alumnos dieron

empuje a la construcción edilicia que hoy alberga cerca de 1.000 alumnos de los tres

niveles de enseñanza: inicial, primario y secundario.

Tiene entre sus ventajas el hecho de que se enseña el idioma Inglés en todos los niveles.

También tiene educación religiosa. De hecho, la institución tiene una iglesia dentro de sus

instalaciones.

Es preciso subrayar que el sistema educativo en Argentina, y por extensión lo que

corresponde a la secundaria, la ley plantea que toda la población pueda acceder a una educación

de calidad, que garantice la igualdad de oportunidades y la equivalencia de los resultados, más

allá de las diferencias de origen, por lo cual se trazan políticas educativas a la educación pública

y gratuita, como la unificación nacional del sistema educativo con respecto a la organización y

a los contenidos que se enseñan en las escuelas de todo el país. Para cumplir con estos

propósitos, el Estado es responsable de asignar los recursos económicos que posibiliten la


37

gratuidad, la equidad y la igualdad de la enseñanza. En ese sentido, si bien esta institución es

privada, al ser religiosa recibe financiamiento de la iglesia Católica y del Estado, lo que la

convierte en una escuela asequible para sectores de estratos socioeconómicos medios y bajos.

Además del servicio educativo de nivel oficial, brindan talleres abiertos a la comunidad

de computación, inglés, viajes y campamentos educativos, feria de ciencias, grupos misioneros,

tareas solidarias de diversa índole.

Los alumnos que estudian en este instituto suelen ser de clase media baja. Muchos ex

alumnos deciden que sus hijos estudien allí por el gran nivel educativo y el compromiso de la

congregación con los estudiantes. La institución está ubicada en la localidad de Villa Madero,

perteneciente al Municipio de La Matanza, Provincia de Buenos Aires.

Mapa de ubicación
38

OBJETIVO GENERAL

Estudiar los conocimientos que poseen los adolescentes del colegio “Hermanos Amezola”

sobre el consumo de alcohol en Villa Madero, La Matanza, provincia de Buenos Aires, en el

periodo de marzo a diciembre de 2019.


39

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Describir las características sociodemográficas de los adolescentes del colegio “Hermanos

Amezola” de Villa Madero participantes en el estudio.

 Conocer el grado de incidencia y patrones de consumo del alcohol en los adolescentes del

colegio “Hermanos Amezola”.

 Determinar las causas y consecuencias del consumo de alcohol en los adolescentes

abordados.

 Analizar los factores de riesgo y protección en relación con el consumo de alcohol de los

adolescentes participantes en el estudio.

 Abordar los factores psicológicos y de sociabilidad con sus pares que se vinculan con el

consumo de alcohol en la población abordada.


40

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