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Material de apoyo producido por Meter. Verónica Andrea González para voluntariado universitario 2012-2013.
"Horizontal izar la comunicación". Docente e Investigadora Cátedra de Planificación y Evaluación de Proyectos de Comunicación Social.
Intervención en Instituto Paula Albarracín de Sarmiento (Villa Allende - Córdoba)
Material de apoyo producido por Meter. Verónica Andrea González para voluntariado universitario 2012-2013.
"Horizontal izar la comunicación". Docente e Investigadora Cátedra de Planificación y Evaluación de Proyectos de Comunicación Social.
Intervención en Instituto Paula Albarracín de Sarmiento (Villa Allende - Córdoba)
Material de apoyo producido por Meter. Verónica Andrea González para voluntariado universitario 2012-2013.
"Horizontal izar la comunicación". Docente e Investigadora Cátedra de Planificación y Evaluación de Proyectos de Comunicación Social.
Intervención en Instituto Paula Albarracín de Sarmiento (Villa Allende - Córdoba)
A partir de la experiencia del primer taller “Pensando nuestro
trabajo” en el que participamos socios del IPAS y voluntarios de
la ECI-UNC, queremos acercarles una nueva propuesta para hacer un ejercicio práctico de recuperación y memoria del proceso que denominaremos, de aquí en adelante, sistematización. La primera pregunta que debemos hacernos es, sin duda ¿qué es sistematizar? La sistematización es un proceso permanente que contribuye a interpretar críticamente la situación que nos atraviesa como colectivo de trabajo. Parte del rescate de las experiencias vividas, para dar lugar a una inquietud por el desarrollo particular de los procesos. Apunta a comprender y producir un aprendizaje desde la propia práctica.
Lo más importante para el punto de partida es ser partícipes de la
experiencia. Se trata del simple hecho de formar parte, lo que nos permite reconstruir los factores que constituyen la experiencia vivida. Pero además, de sentirse parte, porque todos somos actores responsables de esta experiencia que, en definitiva, es una oportunidad para seguir aprendiendo. La propuesta, entonces, consiste en mirar para atrás, pero desde nuestro presente y con la mirada puesta en el horizonte ideal al que aspiramos llegar.
De allí que creemos conveniente abrir el juego y preguntarnos
¿quiénes somos los protagonistas? Los invitamos a responder esta pregunta, para lo cual, la consigna es que cada quién tome como disparador el argumento anterior para ir, de esta manera construyendo entre todxs una mirada sobre nuestra cooperativa. A partir de entonces, la propuesta es apropiarnos de la metodología en pocos pasos que el educador Oscar Jara (1994) desprende de la pregunta por la sistematización:
1) ¿Para qué sistematizamos, qué experiencia y cuáles aspectos?
Aspiramos a que la sistematización contribuya a mejorar, para poner en orden todos los elementos que hacen a nuestra cotidianeidad y, fundamentalmente, para enriquecernos y transformar las prácticas, logrando cambios cualitativos en la realidad que nos involucra.
¿Cuáles creen que para nosotros debieran ser los ejes principales de la experiencia del taller que serían más interesantes recuperar?, ¿Por qué?
2) Lo que sigue es la invitación a repensar el tiempo vivido y
reconstruir la memoria del proceso. Es el momento de hacerle preguntas a la experiencia, de identificar aquellas prácticas que son significativas colectivamente. Preguntarnos, en este sentido, por qué pasó lo que pasó, cómo llegamos a esta situación y cuáles fueron los componentes que nos llevan a interpretar la realidad de esta manera.
Sería importante que a esta altura revisemos qué elementos
internos y externos han estado influyendo, de qué manera lo percibimos y, ahora, cómo nos interpelan en la práctica cotidiana.
3) La reflexión de fondo en la sistematización apunta a realizar un ejercicio
de interpretación crítica de lo sucedido. Seguimos al mismo autor para entender que la posibilidad radica en realizar una práctica colectiva en la que buscamos ubicarnos ‘por dentro’ de los procesos vividos: “localizando sus contradicciones, tensiones, marchas y contramarchas para llegar a entender los procesos desde su propia lógica, extrayendo de allí enseñanzas que puedan aportar al enriquecimiento tanto de la práctica como de la teoría”. (Jara, O; 1998) Entonces, la pregunta debiera apuntar a respondernos por qué creemos que sucedió lo que sucedió, cuáles elementos palpamos y qué relaciones establecemos entre ellos. En esa medida, ¿qué aprendizajes podemos extraer de las diferentes etapas que atravesamos como colectivo de trabajo?
4) En esta instancia, resulta productivo pensar los puntos de llegada
de la sistematización. Si bien como ya dijimos, es un proceso permanente, formular algunas conclusiones y comunicar los aprendizajes es muy enriquecedor para seguir avanzando. La oportunidad de generar nuevos conocimientos, es en definitiva, el momento más importante. Para ello es necesario involucrarnos activamente en el proceso, relacionar los conocimientos que cada quién trajimos en la mochila y ponerlos a discutir sobre la mesa de trabajo, generando un aprendizaje colectivo desde la realidad que vivimos.
Seguimos, en este sentido, a aquellos que creen que producimos
conocimientos sobre nosotros mismos y sobre nuestro lugar y acción en el mundo. (Morgan, M.L: 1996)
Estamos convencidos de que aprendemos haciendo,
contribuyendo al fortalecimiento y consolidación del grupo. Por eso, nos preguntamos ¿qué implicancias creen ustedes que esta experiencia fortalece en el ser y el hacer cotidiano? ¿De qué manera y a partir de qué acciones podemos comunicar estos aprendizajes a los compañeros que todavía no son parte de esta experiencia? Para profundizar en algunas lecturas sobre sistematización, sugerimos:
Jara H, O. (1994). Para Sistematizar Experiencias. Editorial Alforja. Lima.
Jara H. O. (1998), El aporte de la sistematización a la renovación teórico-
práctica de los movimientos sociales. Ed. Alforja. Costa Rica.
Morgan M.L. (1996), Búsquedas teóricas y epistemológicas desde la