A SIMÓN NORIEGA
DRA.: ELIZABETH MARÍN HERNÁNDEZ
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL ARTE
ESCUELA DE LETRAS
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
emarin@ula.ve
RESUMEN:
Una conocida Feria de Arte Internacional a principios del año 2015 presentó
como una de sus obras estrella: la pieza ‘Vaso de Agua Medio Lleno’ del artista
cubano Wilfredo Prieto, elaborada en el 2006, la controversia sobre este extraño
objeto colocado en la esfera del arte actual, estuvo servida, las críticas a la orden
del día en la prensa internacional y más cuando un objeto tan nimio y sin aparente
artisticidad había alcanzado una cotización de 20.000 euros. ¿Qué era lo que se
nos presentaba en nombre y en el lugar del Arte?
El objeto en su carácter artefactual de pieza exhibida, nos presenta la
dificultad de las definiciones acerca del Arte/arte, en las que se consolidan zócalos
significantes que nos conducen a comprender al ‘Vaso de Agua Medio Lleno’,
como la apertura de la apertura del mundo –como afirma Gerard Vilard- ante lo
que sería una manera de comprender, distinta, las articulaciones de las parcelas
de sentido en el círculo del arte.
De manera que, la interrogante de qué es lo que se nos presenta como
Arte/arte en la actualidad, nos dirija a escudriñar en las ambigüedades de
definiciones desdefinidas, sobre los significantes de comprensión de la artisticidad
a partir de una pregunta, cuando menos inabarcable, realizada por Simón Noriega,
en uno de sus últimos textos, “Arte ¿y eso qué es?”, y que la misma casi imposible
de responder en la complejidad del horizonte actual, sólo tuviera una aparente
respuesta: “una ilusión provocada en gran medida por la ambigüedad de la
palabra arte”.
PALABRAS CLAVE: Arte/arte, artisticidad, artefactual, ambigüedad, definición,
desdefinición.
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La complejidad de la Historia del Arte/arte y del Arte/arte que ella contiene
nos presenta continuamente un panorama multiforme, que pareciera inabarcable
ante la mirada de un espectador al que se le presentan artefactos legitimados por
una esfera de pensamiento reflexiva, que nos conduce continuamente en medio
del mundo imaginal a pensar en ¿Qué es Arte?, y más en los momentos actuales
en que esta engañosa definición, parece haber perdido sus límites ante una
profusión, jamás vista, de formas expresivas, enunciativas y discursivas, que,
igualmente, manifiestan la pérdida de los límites en espacios de ambigüedad, de
localización de pensamientos, que toman en cuenta una igual diversidad de
formas en muchos casos desconcertantes ante los ojos de los públicos obligados
a convertirse en lectores participes de dichos artefactos.
Hoy nos hallamos en un mundo del reciclaje, nada parece nuevo, nada
parece original, espectáculo sobre espectáculo, narrativa sobre narrativa, Arte
sobre Arte, Arte que no parece Arte, y todo esto en medio de un terreno
fragmentado hasta la saciedad, y donde el artefacto u objeto legitimado, como
obra, pareciera haber perdido el suelo firme que lo sostenía dentro de la historia
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de todos los reflexionadores y de aquellos que afirmaban que lo que se les
presentaba era una Obra de Arte.
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De estas relaciones surgen espacios diferentes e interconectados por un
autor/artista que ahora se pregunta qué puedo hacer yo con lo ya existente.
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puestos en la escena del arte, y en la cual la reflexión –como escribe Gerard Vilar-
se ha extendido sobre el arte y esa reflexividad, desconocida en muchos casos, se
ha convertido en parte de las obras y de las prácticas artísticas.
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Hay un punto de acuerdo entre el complejo discurso de Adorno y la
vaga dialéctica de Prieto. El objeto cotidiano encierra gran parte de
la vida del observador contemporáneo. Pero por otra parte el
objeto en sí mismo, debido a su propia cotidianeidad, no es más
que un elemento vulgar arrancado de su entorno, expuesto a las
leyes del mercado y a la casuística de la sociedad del
espectáculo.(Iñaki Carrasco González: ¿Para qué sirve el arte?,
en: http://www.yorokobu.es/arte/).2015.
‘Vaso medio lleno de agua’ logra evidenciar los elementos discursivos que
rompen y fracturan los límites de la pasividad del espectador contemplador y se
reactualiza en la esperada necesidad del arte de una posible compresión dentro
de –como escribe Vilard- una apertura de la apertura del mundo, de las visiones
plurales del mundo, donde “la validez de la obra de arte no es decisiva de su
<<aceptabilidad>> sino exclusivamente la actualidad de su perspectiva”(p.150).
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Wilfredo Prieto declaró, refiriéndose a su obra ‘Vaso medio lleno de agua’, lo
siguiente: