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SANTA MARÍA – EDICIONES SM 2015 Autor: Pablo de Andrés Zabaleta
1
Índice
La misión 2
“El profesor de Religión católica. Identidad y misión” 6
“Proyecto de formación y actualización de profesores cristianos” 12
“Educar desde el Evangelio: el profesorado de Religión católica” 16
“Manifiesto por la Educación Integral del Consejo General de la Educación
Católica 18
La misión
¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído?, ¿cómo oirán sin que se les
predique?, y ¿cómo predicarán si nos son enviados?” (Rm. 10,14-15).
Por si esto fuera poco, cambios estructurales en otras instituciones sociales como
la familia, han contribuido a aumentar las funciones que se asignan a los centros
docentes, sin la suficiente reflexión previa sobre sus posibles consecuencias.
Los aspectos que hemos ido señalando son comunes a todo el profesorado, que
es ante todo educador. Pero como estamos viendo, el profesor de religión
además de los expuestos debe tener en cuenta elementos muy concretos de su
misión. Es también un cristiano miembro de la Iglesia lo que en cierta medida
viene avalado por la missio y como miembro de la misma debe dar testimonio no
solo de las funciones que la Iglesia puede tener a nivel social (caritas, sanidad,
educación…), sino también como continuadora de la misión de Jesucristo.
“Os pido un primer favor, que viváis a la altura del llamamiento que habéis
recibido”[…]. Sed pacientes y esforzaos por mantener la unidad que crea el
Espíritu. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu” (Ef. 4,2-4)
Los apartados que presentamos en este módulo nos irán ofreciendo diferentes
puntos de vista sobre ésta realidad, lo que nos permitirá entender las
necesidades de planificar y desplegar una formación que permita asumir con
éxito su apasionante tarea docente.
1
Secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, Educar desde el evangelio: sentido
evangelizador y eclesial de la enseñanza religiosa escolar y sus profesores, Madrid, Edice, 2001. Pág. 50.
El documento, tras una introducción con cinco referencias (1-5), aborda a través
de otras 56 los dos perfiles que caracterizan al profesor de religión: el
profesional (6-39) y el eclesial (40-61).
Perfil profesional
2
Referencia nº 10 del documento.
3
Referencia nº 12 del documento.
4
Referencia nº 13 del documento.
5
Referencia nº 14 del documento.
6
Referencia nº 15 del documento.
7
Referencia nº 16 del documento.
8
Referencia nº 18 del documento.
9
Referencia nº 19 del documento.
10
Referencia nº 20 del documento.
11
Referencia nº 32 del documento.
Perfil eclesial
12
Referencia nº 47 del documento.
13
Referencia nº 49 del documento.
14
Referencia nº 34 del documento. Juan pablo II, Christifideles Laici, número 34, Roma, 1988.
15
Ricardo Blázquez, La Iglesia del Concilio Vaticano II, Sígueme, 1988, pág. 100.
16
Referencia nº 53 del documento.
17
Referencia nº 54 del documento.
18
Referencia nº 55 del documento.
Por todo ello el documento señala una serie de aspectos que el docente debe
tener muy presentes:
Para completar este apartado añadiremos algún aspecto que también debe tener
muy presentes un docente, esta vez a partir del documento “La acción educativa
del profesor en el proceso de desarrollo personal del alumno”:
o Aceptación del alumno como hijo de Dios; con sus talentos y sus
carencias, con sus capacidades y sus dificultades. Escucha e interés por
la persona.
o Comprensión, entendida como exigencia de mejora y ayuda por nuestra
parte al mismo tiempo.
o Valoración del alumno como persona y de sus progresos.
o Gratuidad en cuanto al tiempo, la atención y el esfuerzo para conseguir
lo mejor de cada uno de los alumnos.
o Coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
20
La acción educativa del profesor en el proceso de desarrollo personal del alumno. Pág. 31
Un buen análisis de los puntos anteriores nos tiene que ayudar a la hora de
encontrar respuesta a las siguientes cuestiones 21:
21
El educador cristiano y su presencia en la comunidad educativa. Fichas de trabajo (pp. 24-32).
• La ERE es más que la transmisión de una cultura. Esto exige del profesor una
vinculación confesante con la Iglesia cuya fe enseña.
• A la hora de desarrollar nuestro trabajo podemos toparnos con prejuicios
sobre la Iglesia y su labor educadora presentes en ciertos sectores de la
sociedad, por lo que recomendamos trabajarlos adecuadamente tanto con los
alumnos como con sus padres lo antes posible.
• El profesor de religión, como cualquier otro profesional de la educación, debe
tener una buena formación epistemológica sobre lo que quiere enseñar, para
evitar ser el causante de una deficiente asimilación por parte de los alumnos,
con las consiguientes consecuencias en sus vidas. Un libro de texto, por muy
bueno que sea, no suple carencias en este sentido. El docente debe ser
alguien que vive lo que enseña, resulta curioso observar con qué rapidez los
alumnos perciben si el profesor tiene autoridad y competencia en lo que
expone.
• No podemos plantearnos ser profesores de religión como una oportunidad
laboral en tiempos de crisis económica. Resulta fundamental que los alumnos
(incluso sus progenitores), conozcan en qué consiste realmente la relación
con Dios y eso sólo se puede enseñar desde la experiencia personal,
¿podemos ser docentes decentes si no disponemos de este tipo de
experiencias?
• Lo que sí debemos hacer en estos tiempos es ser transmisores de esperanza,
ayudándoles a encontrar lo positivo en todo lo que hacen y viven.
• Nuestras clases deben ser un foro donde se presente a Jesucristo como
modelo de vida y donde se puedan cuestionar otros referentes que aunque
cuentan con un amplio respaldo social, en realidad son una lacra para la
correcta maduración de nuestros alumnos.
“Hermanos:
Hoy nos reunimos, como Iglesia viva y activa, junto a nuestro Pastor, para
celebrar una realidad importante entre nosotros: vamos a ser enviados a
desempeñar una función muy importante en la Iglesia, la de evangelizar a través
de la enseñanza religiosa escolar.
Nos une la fe y la profesión de Profesores de Religión. Somos educadores de la
fe, comunidad cristiana que ora y evangeliza, y lo somos libre y voluntariamente.
Renovaremos nuestro compromiso anual junto con los compañeros y
compañeras que se incorporan por primera vez en este curso a esta maravillosa
tarea.
Nuestro compromiso:
Sin olvidar que ante todo somos cristianos, miembros de la Iglesia, que
evangelizamos en la escuela, y que como evangelizadores debemos desarrollar
nuestra misión.
Por eso, y porque somos Iglesia que desea ser fiel a Jesús, hemos de sentirnos
responsables de la tarea y misión que Él nos encomendó: ser luz para los demás,
servir a los otros, ejercitar nuestros dones y carismas en bien de toda la
comunidad creyente.
“Por eso, pido en mi nombre y en el de todos los presentes al Sr. Obispo que nos
considere dignos de este servicio para el presente curso escolar” 22.
• Escuela:
• Profesorado:
o Desesperanza.
o Dificultades a la hora de propiciar una educación integral en los alumnos.
o Desvalorización de su autoridad moral.
• Alumnado:
o Falta de motivación.
o Conflictos de convivencia y disciplina.
22
Monición de entrada, Eucaristía del envío de los profesores de Religión, Jerez, 28 de octubre de 2000
25¿Por qué la Iglesia propone a los profesores de religión católica y después los
nombra y paga el Estado?
Son dos competencias que deben de hacerse compatibles, pues el Estado está
obligado a impartir en sus colegios la enseñanza religiosa que demanden los
padres y a su vez él no puede establecer quiénes puedan ser idóneos para
impartirla por ser esta materia competencia de las distintas confesiones.
Para garantizar este derecho de los padres, el Estado solicita a la Iglesia los
profesores necesarios para que esta enseñanza se imparta en sus colegios.
Es el Estado quien debe pagar este servicio como lo hace con cualquier
enseñanza que se imparte en los centros públicos.
29¿Qué es lo que un profesor de religión sabe más que otros en esta materia
religiosa?
La Iglesia Católica está firmemente convencida de que las personas idóneas para
impartir la enseñanza de la religión católica no sólo han de ser fieles a su
doctrina de un modo teórico, sino que deben manifestar una coherencia de vida
que no entre en contradicción con ella, máxime en actuaciones que, en contra de
lo que a veces se dice, tienen una dimensión jurídica y social pública.
los posibles profesores cesantes en una materia como ésta, sujeta anualmente a
la libre opción de los padres.
35¿Se les paga lo mismo a los profesores de religión que a otros profesores de
otras áreas?
Los profesores de religión están equiparados a los profesores interinos, por ello,
reciben la misma remuneración que éstos.
Los profesores de religión católica son miembros del claustro del centro a todos
los efectos, por ello, pueden ocupar todos los cargos de responsabilidad como
cualquier profesor, menos aquellos que por ley están reserva- dos a los
profesores funcionarios con un mínimo tiempo de permanencia en el centro.
Estos cargos son los de: Director del centro, Jefe de estudios y Secretario de
estudios. Pueden ser tutores y de hecho lo son, y pueden así mismo ocupar otros
cargos de responsabilidad y servicio a la comunidad educativa.
Es posible que sean muy variadas las motivaciones por las que el profesor de
religión se ofrece a impartir estas clases. Cualquiera podría decir que, quizá, les
impulse la necesidad de trabajar; otros, puede ser su motivación el servicio a la
Iglesia y a la Educación. Otros, su sentido de fe que les impulsa a evangelizar en
la escuela. Podría, incluso, admitirse que algunos están simplemente porque no
han encontrado otro trabajo y esperan hasta alcanzarlo.
23
Secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, “50 preguntas a la enseñanza de la
Religión Católica en la escuela”, Madrid, Edice, 2004, pp. 18-26
24
XCVII Asamblea Plenaria de la C.E.E., Orientaciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia
y la escuela en la transmisión de la fe, pág. 2 (“La emergencia educativa”).
25
Benedicto XVI, Discurso a la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, mayo-2008.
Los profesores de religión no son ajenos a esta situación que se produce en los
ámbitos educativos mencionados. Además de las variadas dificultades que
pueden afectar a cualquier docente, se encuentran con una escuela en la que
priman las ciencias y la tecnología sobre el humanismo; en la que no siempre se
encuentran los apoyos suficientes en las familias, los alumnos, incluso en
algunos compañeros; y cuyos huéspedes rechazan todo lo que pueda ser
considerado como antiguo o tradicional (esfuerzo, memoria, sacrificio, sentido de
la vida…). En definitiva situaciones que hacen que estos docentes se sientan en
diferente plano respecto al resto de materias.
La situación actual reclama como nos están indicando los últimos Papas, una
nueva evangelización en la que colocando a Jesucristo en medio y despejando
miedos y recelos consigamos revitalizar y renovar la Iglesia. ¿En qué medida
esta cuestión nos interpela y compromete como miembros de la Iglesia y
educadores?
26
XCVII Asamblea Plenaria de la C.E.E , Ibídem, 2013 (“Destinatarios”)
Nos toparemos con dificultades, sin duda, pero lejos de convertirse en obstáculos
insalvables debemos transformarlas en oportunidades para mostrar nuestra valía
y profesionalidad como docentes. Recordando a san Pedro en su carta a
Tesalonicenses: Apoyados en nuestro Dios, tenemos valor para predicaros el
Evangelio en medio de una fuerte oposición… pero quién, sino vosotros, puede
ser nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra hermosa corona ante nuestro
Señor… Sí, vosotros sois nuestra gloria y alegría» (1 Tes 2,2.19-20).
Por otra parte no debemos olvidar que el niño y el joven llevan en su interior el
anhelo por la verdad y el ansia por el sentido último de la vida, que como
educadores debemos hacer que aflore junto con el resto de talentos y
capacidades.
En este punto se diferencia entre la labor que cabe desarrollar en los centros
confesionales católicos y las escuelas públicas.
27
XCVII Asamblea Plenaria de la C.E.E , Ibídem, 2013, referencia 34 (la escuela católica).
Es necesario conseguir una sinergia mayor entre las familias, la escuela y las
parroquias para una evangelización profunda y para una animosa promoción
humana, capaces de comunicar a cuantos más posibles la riqueza que brota del
encuentro con Cristo 30.
28
XCVII Asamblea Plenaria de la C.E.E , Ibídem, 2013, referencia 35 (una espiritualidad de comunión).
29
Juan Pablo II, Carta encíclica Redemptor hominis, nº 14.
30
Benedicto XVI, Homilía en las primeras vísperas de la fiesta de Santa María, Madre de Dios, enero 2008.
31
XCVII Asamblea Plenaria de la C.E.E , Ibídem, 2013, referencia 66.
32
XCVII Asamblea Plenaria de la C.E.E , Ibídem, 2013, referencia 115.