Hay una molestia que ya empieza a tener rostro y bandera política contra el centralismo
mostrado por el nuevo gobierno y que consistirá, entre otros aspectos, en la operación
de un modelo de decisiones ajustado a la figura de los llamados superdelegados.
Estos tres cambios, entre otros, son los componentes de un modelo de administración
pública centralizado y concentrado que fija un orden vertical desde la figura
presidencial, tanto en programas como en comunicaciones, lo que supone un ejercicio
directo de partidas presupuestales dispuestas para brindar asignaciones federales a
familias, jóvenes, tercera edad, y que tiene expresión central en la figura de los
superdelegados, quienes serán coordinadores e implementadores de planes,
programas y acciones de toda la derrama federal en cada estado, convirtiéndose en
mecanismos de gestión y atención directos del presidente.
Ante este esquema, utilizando la expresión de don Daniel Cosío Villegas en El sistema
político mexicano, se está en presencia de nueva cuenta en el esquema que enseña que
“la sujeción es mucho más lucrativa que la independencia”.
Asimismo, puso énfasis en uno de los principios de nuestro sistema federal basado en
la subsidiariedad, bajo el cual el gobierno federal debiera asumir su función de
“corresponsabilidad” frente a los problemas nacionales.
El gobernador de Jalisco también critico el que las disposiciones federales puedan
lastimar “los principios básicos del pacto federal” con figuras paralelas a las autoridades
constitucionales que son autoridades legítimamente electas. No se puede “pisotear la
Constitución Política de Jalisco”, dijo el gobernador.