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) INTRODUCCIÓN A LA ORATORIA MODERNA
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I LA COMUNICACIÓN ORAL
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I
INTRODUCCIÓN
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Este enfoque ha ampliado y superado a la vieja reputados tratadistas del género. )
retórica. Ésta pretendía que el orador expresara, )
con belleza, sus ideas y sentimientos, mientras
que el moderno arte de la palabra busca que el
individuo "se exprese", esto es, que consiga entre- )
gar objetivamente, con palabras, su subjetividad,
en todas las circunstancias de la vida.
Tal planteo comporta una problemática distinta )
de la clásica grecolatina, por cuanto aspira, des-
de el punto de vis ta formativo general, a facilitar
la realización del ser humano, que no es plena
mientras se ahoga en la incomunicación expresi-
va y, desde el punto de vista particular de su ac- )
tividad profesional y social, a otorgarle un instru-
)
mento técnico valioso.
También el contenido de la oratoria se ha visto )
enriquecido con nuevas especies impuestas por la )
evolución social de nuestra época, que ha conver-
tido al diálogo, en todas sus formas, en el vehícu-
lo insustituible para el acuerdo de voluntades, el
análisis de los problemas y la toma de decisiones.
Al lado del clásico monólogo, la oratoria moderna
h<t instalado, con igualdad de títulos, a la delibe-
ración.
En un mundo que desborda las añejas-jormas
de comunicación humana, se comprende que los
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I J 1. FUNDAMENTOS DE LA ORATORIA
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1 i 1. EL ARTE DE LA PALABRA
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I ¡il
), El hombre es el único ser viviente que habla, y
I !II
J la palabra es uno de los dones más extraordina-
11 1 1
rios que posee, pues le permite manifestar la
):
Ili' prodigiosa riqueza de su alma y establecer rela-
)1 ción con sus semejantes.
II! El ejercicio efectivo de la palabra se apoya en
I 'i~I dos bases: la naturaleza y la educación. Todas
I ,~i las personas hablan, pero muy pocas lo hacen
)'1 con eficacia, pues la facultad elocutiva requiere,
1 ¡II
)
como cualquier otra facultad del hombre, cultivo
¡" y educación. Los seres elocuentes por naturaleza
I ~I son la excepción del orden normal humano.
La elocuencia ha sido definida de las más di-
1 ~>I versas formas, tanto por los antiguos como por
los modernos. Para Cicerón, el máximo orador
I!~I romano, es un movimiento continuo del alma, y
!JI Dionisia de Halicarnaso la ha definido como el
I ¡'I arte de hacerse creer. Podríanse agregar así mu-
11, chas otras definiciones, pero en la aparente disi-
II '1 militud de todas ellas hay un fondo común de
J
1'
)'i coincidencia: la elocuencia es el testimonio ex-
I i! terno de un alma profunda.
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La gramática y la retórica En lo esencial, estas disciplinas son derivaciones )
de la retórica clásica, complementadas con apor-
La gramática tradicional se ha definido como tes de la psicología, la sociología y las ciencias
"el arte de hablar y escribir correctamente". Sin de la comunicación, que han llegado a penetrar )
embargo, la experiencia ha demostrado que el con notable profundidad en el fenómeno de la )
conocimiento teórico de las formas de una len- creación literaria, en la intimidad anímica d~
gua-cualquiera no es suficiente para dotar al in- orador, así como también en la del público o el /
dividuo de una buena capacidad expresiva. Por participante de una discu$ión.
ello. los estudios de gramática se han comple- Siempre se ha debatido sobre la pOSibilid~d y
mentado desde la antigüedad con otras discipli- utilidad de sistematizar en cuerpos de ensenan-
nas más pragmáticas. La corrección gramatical za la oratoria, pero en la actualidad parece pre-
es sólo un aspecto del arte de hablar. valecer la opinión de que toda persona puede ser
En tiempos de los griegos y los romanos, exis- elevada sobre su rutina expresiva por medio de
tía una disciplina llamada "retórica", que trataba métodos, procedimientos y maestros adecuados.
particularmente del arte de hablar y escribir, no El oficio hace al maestro, se ha dicho desde an-
ya desde un mero punto de vista gramaticalista, tiguo.
sino desde un ángulo real y práctico. Numerosos
tratados nos han llegado de aquellos tiempos,
entre los cuales sobresalen el de Aristóteles (Arte !AL!etóri<;!l~ el arte del bien decir_
relórica), y los de Cicerón (De la invención, Del
orador, Bruto, El orador y De la perfección orato- Se denomina retórica -del griego rhétor, ora-
ria)y Quintiliano (Instituciones oratorias). dor- al "arte del bien decir, de embellecer la exj
En los tiempos actuales, esos tratados han co- presión de los conceptos, de dar al len~aj e ~§.:
brado nueva vigencia, pero modernizados y c ' hablado eficacia bastante para d~~~itaL )
adaptados a las necesidades del hombre con- ersua Ir conmover. srífeza'eTIéxico de la )
temporáneo. Es así como han surgido tratados Aca emm spano a.
especializados de 'elocuencia', 'arte de la palabra', )
La retórica es, pues, un conjunto de preceptos
'arte del bien decir'. 'oratoria' y otras denomina- y reglas para bien hablar. Esta definición presu-
ciones' que enseñan a las personas a expresarse pone, lógicamente, la posibilidad de hacer elo-
con eficiencia. En esto, las universidades y los cuente al hombre mediante la enseñanza de
tratadistas norteamericanos tienen la primacía ciertos principios. Acerca de esta posibilidad se
de la originalidad con sus cursos de speech, ha discutido y aún hoy se discute si el orador
professional speech, public speaking, modem nace o se hace. Si nace, la retórica no tiene juS-
speech, eifective speaking, speech arts, discus- tificación. l -
12 13
)
conocimientos. Pero los preceptos de la retórica interprete como una· transferencia util de expe-
no son una creación arbitraria de los hombres riencias ajenas en beneficio de la propia capaci-
sino que han sido tomados de la realidad mism~ dad expresiva. Nunca será sana la disciplina que
de la palabra humana, del verbo de los hombres intente sobreponerse y asfixiar al espíritu del
ta~entosos. Esto equivale a afirmar, pues, que
hombre o que intente trastrocar la naturaleza en
pnmero existieron los grandes oradores y la gran vez de encauzarla o conducirla. Ocurriría enton-
oratoria, y luego surgió la retórica, como codiIi- ces lo denunciado por Pascal en su frase: "La
cación de los mejores ejemplos de elocuencia. elocuencia se burla de la elocuencia".
Por otra parte, si bien es cierto que los genios Cicerón, con haber escrito varios tratados re-
lo encuentran todo en sí mismos, no lo es menos tóricos, ha dejado bien clartllcada su opinión al
q~e la mayor parte de los hombres no son genios
respecto, declarando que, a su entender, la retó-
ru talentos y necesitan de la retórica para apren- rica deriva de la palabra elocuente y no la elo-
. de~ o perfeccionar su habitual decir y que, ade- cuencia de la retórica. 3 •
mas, hasta los mismos genios de la oratoria han Concebida así. la retórica o arte de la palabra
llegado al dominio de la palabra por el estudio. responde al pensamiento del más grande precep-
Dentro de esta línea de pensamiento debe inscri- tista de la antigüedad. el romano Quintiliano,
birse la opinión de Baudelaire: "Las retóricas y quien lo dejó definitivamente establecido en una
las prosodias no son tiranías inventadas arbitra- .frase inmortal: "El orador se hace, el poeta nace".
riamente' sino una colección de reglas reclama-
das por la organización misma del ser espiri-
tual"2. Los ('mes de la elocuencia
Por supuesto que no hay arte que pretenda Los fines específicos de la elocuencia han sido
formar genios, ni tampoco lo pretendería la retó- también materia de debate desde los tiempos
rica. Pero se puede llegar a ser un discreto ora- antiguos. Historiar la diversidad de opiniones se-
dar o conferenciante por medio de esta discipli- ria caer en una bizantina y fatigosa enumeración,
na. El grado de altura de la elocuencia a que lle- ya que. en esencia, coinciden casi todas ellas. La
gue cada uno dependerá de las condiciones que divergencia de opiniones tiene su origen en los
traiga de nacimiento. Pero todos pueden ascen- cambios de perspectivas de las distintas épocas,
der por virtud de ella más alto de donde los dejó países u oradores.
la naturale~a. El espíritu se enriquece y perfec- Para Cicerón, la elocuencia tiene por fines ins-
ciona con este o cualquier otro aprendizaje. truir, deleitar y conmover. Aristóteles señala:
La retórica tiene legítimos títulos para existir alabar y vituperar, persuadir y disuadir, acusar
en el mundo de la cultura, a condición de que no y defender. San Agustín, por lo que se refiere a
s~ la confun?a con un recetario de farmacopea,
la elocuencia religiosa, pide enseñar, conmover y
~ c?n una fo~ula mágica capaz de dotar de ge-
agradar, y Fenelón, refiriéndose a la elocuencia
ruahdad a qUIen no la tiene, y siempre que se la en general. postula: probar, conmover y pintar.
••2 HOUGARDY, MAuRlCE. La parole au publico Essai sur la rhétorique et 3 CICERÓN. MARco Tt)uo. Del orador. libro 111, cap. l. 146: "lntellego esse
1eloquence ruyourd hui et dans le passé. p. 21. Paris- Bruselas Baude non eloquentiam ex artifICio. sed art!ficium ex eloquentia",
1946. . .
14 15
)
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.!Y!9~rp.a!UenÍ~. André Siegfried sostiene: "~e ha- es una pieza oratoria lograda no ha merecido
tampoco acuerdo entre los tratadistas. Se han )
_blª-Rª!'~ conmover, para persuadir o para én!?~:,
\ ñar. Sencíliémrente;-"S~lrátaQeconvencer o de propuesto diversas pautas para juzgar la orato-
!i,exponer..:>t'"--··,_·>··_······_='~~«w_---- - ria, y ellas son distintas unas de otras.
;~s'-coillcidencias son lógicas. pues todas tienen En opirúón de Mc Burney y Wrage, esta duda
f en cuenta el repertorio posible de intenciones hu- ha tenido grandes respuestas, las que pueden )
;' manas y la aparente diferenciación no es más que agruparse en cuatro criterios: 1) teoría de los re-
. un desdoblamiento sutil de los conceptos. La tota- sultados; 2) teoría de la verdad; 3) teoría ética y
lidad del ámbito oratorio queda abarcada adop- 4) teoría artística.
tando la clasificación que sigue. con todas las im- De acuerdo con la teoría de los resultados, es )
plicaciones que cada término encierra: buena la oratoria que logra los objetivos que se
-------------
a)~ y ense!}dr:. es decir. transmitir co- "
ha propuesto el orador; según la teoría de la ver-
dad, debe considerarse buena oratoria aquella
nocim,ientosa-=-otraS personas o investigarlos y cuyo contenido se concilia con la verdad'' desde ) ,
adquirirlos en délioeraciones. I
el puntd de vista ético"Jos mejores discursos son )
b) ~suadir, o sea convencer a otras personas los que encierran un contenido moral; y en base
<;le que nuestras opirúones son las verdaderas y a la teoría artística, el fundamento principal de )
moverl;ts., ..de acuerdo con esto. a la acción. toda elocuencia es la belleza estilística 5 • )
/ """'"
c) CQnmov~r, esto es, provocar en el espíritu He aquí una cuádruple opción que todo orador
ajeno detertÍlinados sentimientos pasiones o debe resolver por su propia cuenta. La historia
de la elocuencia pone a nuestra disposición 1, )'
emociones. -.
;'.--_.......... ejemplos de afamados oradores que han tomado )
d) Agradar;, vale decir, producir por medio de como norma, separadamente, esos criterios para
las paiabrasen el alma ajena un sentimiento de componer sus piezas. Los ha habido también ) :
,'placer, con fines determinados. quienes adoptaron dos o más criterios simultá- )
/ En la realidad oratoria estos fines pueden darse neamente. )
solos o -lo que es 'muy frecuente- combinados No es dificil aportar argumentos en defensa o
entre sí. Tanta es la variedad de formas, temas, censura de cada uno de estos criterios de valora-
ocasiones, lugares, sujetos y fines que se pone ción. La decisión corresponde en conciencia a )
de manifiesto en el ejercicio real de la palabra. cada orador. Mas, considerando la enorme in- )
fluencia que ejercen los oradores sobre los hom-
bres y los pueblos, y el extraordinario prestigio )
16 17 )
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J: tados positivoS sobre los oyentes. exponiendo la por la gran variedad de matices de los discursos,
!II :
) verdad y el bien. La palabra es un don gratuito la cual se complica cuando entra a considerarse
~t el tipo de público, la ocasión en que se pronun-
) en el ser humano. y es lícito exigir a quienes se
H sirven de ella, para comunicarse con el semejan- cia. el sujeto que habla, la forma de producción
j¡
)
te, que hagan un uso acorde con su alta digni- y los fines que se persiguen.
dad de origen y destino. Aristóteles expresó en su siglo que no hay más
,) que tres clases de discursos: los deliberativos, los
)
I judiciales y los demostrativos. Esta clasificación
ir:
)
Elementos de la elocuencia es sin embargo incompleta. y atiende sobre todo
) a las formas de oratoria pública vigentes en su
é~Ún~~~~~~más radical, moderna y com-
I( La elocuencia. como cualquier arte, tiene sus
'¡ í
18 19
)
)
asambleas, reuniones o~tas en. que suelen )
Aunque resultaría Utópico establecer un códi-
f~~_~!illJ§iJr2.t!!!~!]f[:Rft.rll,,~~~"ES:91qE!~.~d~_tr go de ética para quienes hablan en público, las )
contrastar opini9nesL ) recomendaciones morales que se han fonnulado
.' ,""'Caa:a~uño"de e'stas tipos de elocuencia tiene i
estriban en lo siguiente:
)
( f sus leyes propias y sus fonnas típicas usuales. )
" ./' «J) N.Q usar @~.2Ees persuasivas para con-
~ck..M.~ª~_.illlL~t2rob=<Íilli!!. )
ileJ'P~~~ an~!~arl~g~b~ment~
(,>' -:'\
~J;io..iundamentaLJJD.a-QPiDió.n pro~-
....rr.ierldcLa..,m:gum~nlQ§~~.§lYl!1!,@_c!ºr~:L<i~L2Q!Ql.-.~l
El ejercicio de la oratoria no puede desenten- f~tis~_t;I~~!~29~E",Qtm~L.RastQ~~2..~~
derse de la verdad y la moral. En los últimos
tiempos se vienen realizando esfuerzos pe?ag~~i ~J>.{Q._9.~VltJilL,~I!.ggft5~§g!!1e!lt~. JJ!l,.ltm,'QQ§!tºJ~e, ):
cos por poner fin al vicio llamado "prevancaclOn ~ªtPJJl:U,i~,qh,-1>.~!§gnªLQj!!§,t!tl!~~g!lJ!!,~" h~~!ill:_ )
lingüística" _que consiste en eI,!!~le~E_la .;pala.?r~ .d~ir~~L!lY~~,,,§.~.,J?r~~y,gt~_~~,,,~.~,~~t?
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.12ara glen.1ir ~ ocultar eLQensamlent~._~ tingUIS-
ta Max Blackha denunciado categoncamente '~":"~::~~Q,Simular:,,autOridatl.título_,n . ,r.epres,eJlta7,.., , )
esta práctica malsana: ".. JªJ:.~~lÓ;! de.lleng~e ció:h que no se tiene realmente para ganar pres- )
consiste tanto en Q,isimular el pensamieg~, GQillo ~~§1Úrg!t~;,,· ~~J¡;¡'lO\~~:~'~:~ev-, ) {
efifraúsmiÜrlo". --~-Y~J,,",,~ r
'En~Iengiiaje corriente se la de~omina ~ambién
No dañar a nadi~;~.,_,,,_~~ ~~~~ ) !
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) esquema ni las frases de efecto, e improvisan casi
totalmente en el momento; hay, en fin. toda una
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serie intermedia de métodos, que combinan en
mayor o menor proporción la preparación y la
improvisación. No existe método único en esto:
7p. S~LLA¡I/GES,
O. P., El orador crisfi?no; tratado de predicación.
TraduccJOn del R. P. Fr. Jesús García Alvarez, O. P., 287. Madrid-
Buenos Aires, Ediciones Studium, 1954.
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2. LA FORMACIÓN DEL-º.RADOR
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la duda, el conferenciante sabrá tomar el conse-
jo de los maestros y trabajar lo suficiente en el
estudio de su asunto.
Una cultura general adquirida en el aprendiza-
_$_:p.aciente a través de los años es una efectiva
garantía de sabiduría. Esto es innegable, porque
da al hombre una visión total de la vida, los he-
chos y las personas, capaz de interesar a cual-
quier auditorio. ~s es posible, también, una in-~ ¡
.!9ITE~~n Q~aslQllªL§.Qln:~~1l:g~1~}:rla deteITIlinaoa: / .W(~,
~rlEl~~5}i~2"Y.,~.fL~ni~<p~ar!~~~~~Yit:ai.il:~~ ;'
§ªQ~Q._1!nª,.,~!,!!?~r«ª!ivQjl~~,"1}~tllL~~~~.:encia ó un \
_de~~te. En una palabra, o se tieheprévmm~rrte
lacultura necesaria para exponer un asunto ante
el auditorio, o se la adquiere en cada ocasión por
los maestros, los libros o la investigación. Como
no es fácil improvisarse en hombre culto, convie-
ne ir haciendo el propio equipo de conocimientos
C2..,ualidades intelc::ct~~! paulatinamente, día a día, para estar bien dota-
do en cualquier momento. sobre todo si nuestro
El ejercicio de la palabra requiere inteligencia, modo discursivo ha de ser la improvisación. "No
sensibilidad, imaginación y memoria, en tanto pensemos. con esto, que la elocuencia sea un
grado como cualquier otra actividad profesional. arte selectivo, privilegio de gente ilustrada", dice
:j Inteligencia. - En la relación verbal no sólo
tieneaerecñ(rs~el talento excepcional o l~ geniali-
Joseph Folliet 1•
Aunque la competencia de un orador depende
en gran parte de su capacidad y acervo intelec-
dad. Hay también lugar para la inteligencia me- tual, conviene sin embargo prevenirse contra la
dia o el sentido común, puesto que no toda ora- idea de que un discurso debe estar hecho sola-
toria es científica o académica. Hay oratoria de mente sobre la base de la inteligencia. Un exceso
todos los asuntos y en todas las ocasiones. Por
otra parte, es cierta aquella afirmación de "que
el sentido común es la cosa mejor distribuida del
mundo", como sostenía Descartes. Es muy raro
~~\:€~~~if~:~~~~~
La inteligencia sirve para hacemos conocer con
que a un hombre de mentalidad media le falte el
:1 sentido común necesario como para enfrentar a
claridad y distinción los problemas y asuntos;
desarrollarlos analíticamente; captarlos en sus
111 un auditorio. Lo importante es contenerse en las relaciones con los demás temas afines u opues-
11] ambiciones, no ceder al peligro de sobreestimar-
se en demasía y saber impostar la pretensión de
1I su conferencia en el cuadro de la humanidad y 1 FOLUET. JOSEPH. Oratoria; introducción al arte de la palabra pública.
p. 21. Buenos Aires. Ediciones del Atlántico. 1958.
11 de la sinceridad. Además, es de pensar que ante
29
11 28
'1
)
)
)
tos; coordinarlos y conciliarlos con el complejo pierden al poco tiempo su vigencia y su actuali- )
total de las cosas que sabemos e incorporarlos dad por no haber sido más que un amontona-
como sustancia viva a nuestro mundo de ideas, miento de razones, por haberles faltado emoción. )
opiniones y creencias y, sobre todo, no pensar "En la carrera de un orador. un alma sensible es ) .
que la ciencia cubre toda la realidad. Hay un gi- una fuerza considerable", recuerda Maurice
)
gantesco mundo de lo desconocido, adonde no ha Hougardy2. La oratoria tiene algunos puntos de <$
llegado la ciencia, y éste es un sector de la reali- contacto con el lirismo y la poesía. .Jf, I ) .
dad que también debe merecer nuestra medita- El secreto de la sensibilidad está en el amor ~;Oi
ción. No tomar las cosas por las palabras, pues las cosas y a las personas. Se siente emoción por .: ~ ,
las palabras son nada más que un signo conven- aquello que se ama, y este sentimiento afectivo! ./fl'l¡
cional de las cosas mismas. es el que despierta en un alma las simpatías, l~ i )
Es ineludible para un orador el cultivo de su generosidad, el patriotismo, la fe. la piedad, la )
inteligencia. Éste puede hacer confonne a las re- clemencia. la compasión. Quintiliano pedía una
glas, métodos y procedimientos expuestos por fi- elocuencia saturada de sentimiento. Horacio. por
lósofos y maestros. y aunque no existe. en ver- su parte, exigía, al orador: "Si quieres que yo llo- )
dad. método alguno infalible y cada persona re, llora tú antes"3. .
)
puede crear el propio, no debe olvidarse tampoco El público reacciona inmediatamente, como
diapasón, a la emoción y sensibilidad del orador; )
que el comercio con las personas cultivadas. la
observación. la lectura y el sentido común son liLfibra sen~~~n!::l tes}a f!1ás. ~id~~
,.,,1
11,1'
métodos también de aprendizaje. segura. e,!l~.9ralQ.r.~§l. U'ébeTenena siempre el ) í
"'¡
orador. a condición de que sea verdadera, since-
Sensibilid~ - La inteligencia sola no basta ra y esté sometida a la honestidad de fines. ):
para hacer un buen discurso. Es una condición La sensibilidad quiere también sus límites. La )
fundamental, por supuesto, pero no lo es todo. sensiblería es el defecto paralelo que debe evitar-
Los oradores esencialmente intelectualistas co- se, pues es ridículo, poco edificante y nada con- )
rren el riesgo de limitar su público a un número vincente. )
restringido de especialistas. de no hacerse en- El sentimiento es un ingrediente más del dis-
tender por los grandes auditorios o de dejar indi- )
curso y no la médula sustancial. Los oradores
ferentes a los oyentes. Salvo excepciones raras, excesivamente afectos a esta tendencia son des- ) .
el tono exclusivamente intelectual de un discur- cubiertos en seguida por el público, que los re-
so lo deshumaniza. lo seca, lo desvitaliza. Hace chaza a poco de conocerlos. pues el ansia de ide-
falta otra condición más humana. más común. as, natural al espíritu del hombre, queda insa-
,más conm6\redora: la sensibilidad. tisfecho. Un exceso de sensiblería es sospechoso 1¡
\l ej La sensibilidad es la capacidad de conmcruer~1 y poco duradero en vez de conmover, provoca ri-
?:
\:. Jn~l~.<~L~,:~J?~ct_~c_~Io la vida y_~os h<2.m- sas; en vez de emocionar, aburre y disgusta.
'\ l' 1~!:~r~~.>-:¿~.·lit~~~g~~~~~~~.§&iI~~~: :
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No existe regla para desarrollar o perleccionar se la estimule. habrá de proveernos de los nue-
_1 ) la sensibilidad. Ella se origina en una compren- vos trajes. '
)
sión especial de la vida, que puede explicarse, De la imaginación ha dicho un autor que colo-
ti comunicarse, pero esto no es suficiente: requiere rea los acontecimientos con un tinte mágico,
) ser sentida. La sensibilidad debe ser pura, sin desarrolla un magnífico cortej o de sueños, y
J I[
contaminación, sincera. para ser oratoria y mo- "transforma lo cotidiano en eterno, lo relativo en
H
)
)
ral. El fingimiento y la mezcla con finalidades in-
confesables llevan en sí su propia condena y re-
absoluto". El hombre debe mostrar en imágenes ~ <t.
H las ideas y los pensamientos, hacer ver, es decir, .-
!ti) !
pudio. La conCiencia de cada uno dirá cuándo realizar 10 teórico y lo abstracto. El oyente, por "-
) debe apelar en su discurso a la sensibilidad y su parte, no se satisface si el orador no ha toca-
11 cuándo será moral su empleo. do todas sus facultades. S4 '&,_,
) : La imaginación debe situarse a igual distancia
H " Imaginación. - La imaginación es la facultad,
,1 que permite cOll.~ir las ideas de~c!~".un nueYQ \
) de 'la sequedaa'Y la divagación, es decir, lejos de
\1
11'
¡1 Iii¡iftQ.~V[~~¡¡llE.liíill]'fgªTÓ~as concre.-
ambos ~ Si se abusa de las imágenes en
)
un discurso y no hay ideas, el discurso parece (\;'\......_'
~~ti~i?M:ti~:§)Jees~·=;:r~~Y~
1") ,:11"1 ¡
11
1:
~f~i~~fc~g~~~~k~~:~~I~~ p~ft~c:t~~
11
) -ka memori~es~~
'1\iIe,mOri
II ~ e retener yrecordar. La generalidad de los
1
) ras:¡Fa-ñcres"~rEalfáclones de los hombres sobre
~I
homlJt'és fieñé' cO'ñ'Ociñiieñtos de muchas más
el destino, las costumbres, la política, la vida, la cosas de las que habitualmente recuerda. Es éste
1:; amistad, están encerradas en fórmulas envejeci- un material de gran valor, que, por deficiencia o
das y son bastante conocidas, porque las ideas insuficiencia de la memoria, no se aprovecha. Sin ,
sustanciales y mayores de la humanidad no son embargo, la psicología nos enseña que no están
tantas ni tan desconocidas como pudiera creer- definitivamente perdidos. Los datos recogidos en
se. Si ante estos asuntos el orador no las recrea, la experiencia cotidiana son alojados en la sub-
no las rejuvenece, no las informa de nuevas pa- conciencia, que en un momento determinado, y
labras, correrá el riesgo de caer en la vulgar re- mediante la obra de estímulos apropiados, los
petición de cosas ordinarias. Hay que recurrir a devuelve a nuestra conciencia. !-a improvis-ª.ción
nuevas fuentes, a nuevos motivos. y esto se lo- ~íom:J.a~el :recuerdQ._
gra por medio de la imaginación; ella. a poco que Un orador de excelente
•.
memoria tiene.. asegu-
--,.."""""';'~ ,,.,.,..,.,,,..,,.,,~~~.,,..,,~"'*".,-""'~ "'"~-~¡~
32 33
, )
)
)
to, y Aristóteles recordaba que el orador persua-
r~o en cua~ier ITlQ..lJlentQ el manantial de ide: de por tres medios: la razón. la probidad y la be- )
as que puede necesitar paiaelatrornr-t11í15'tiéñ n~volencia. El público guarda respeto y admira-
CfisetrrstJ."rs-erTesoto-cret~Cífttdur."'donde"'s~s )
Clon por la virtud. y esto obedece a una razón
tód'fá'n'1 O>'riquezas que ofrecer~ en su momento.
as que la psicología colectiva aclara. El triunfo de la
),
Todo cabe en él: frases, vocablos, citas, imáge- inmoralidad o el demérito es una excepción pa-
nes, ideas, pensamientos. sajera en la historia de la oratoria.
No todos tienen una memoria feliz. Pero todos Fenel?n ha expresado en una gran frase es-
pueden perfeccionarla, más quizá que la inteli- te reqUIsito de la palabra pública: "El hombre
gencia, la imaginación o la sensibilidad. digno de ser escuchado es aquel que no se sir-
Hay varios tipos de memoria, según el órgano en ve de la palabra sino para el pensamiento. y del
que ésta se apoya. Hay una memoria intelectual. pensa~iento sino para la verdad y la virtud".
que recoge las ideas y las palabras en general; y QuinUhano. por su parte. enumeró las cuatro
hay también una memoria visual, una auditiva, cualidades principales que el orador debía po-
una motor, que retienen las formas y colores, los seer: probidad. benevolencia. modestia. pru-
sonidos, las acciones, respectivamente. El orador dencia. .
bien dotado necesita de todas estas formas, pero Los antiguos tratados de retórica enumeran y
la más importante. la que conviene estimular y analizan en detalle cada una de las cualidades
ejercitar, es la intelectual. morales y. al respecto. son severos en sus exi-
gencias. Algunos tratados modernos también 10
hacen. Todo esto puede resumirse en una sola
palabra: carácter. El orador deberá ser un carác-
Cualidades morales ter. un modelo humano. si es que pretende eri-
~---
girse en conductor de sus oyentes.
Un orador es, ante todo, un hombre. y esto de
ser hombre es una gran responsabilidad. Las
cualidades morales que adornan al orador tienen
decisiva importancia en su carrera. Sucede como
expresa un antiguo adagio: se puede engañar
siempre a una persona. muchas veces a algunas,
~s
__. ..__
. __ ----'
conveniencias o precauciones oratorias
--------_.
En el orden de la práctica profesional. convie-
pero siempre a todas, no. El orador con fallas ne tomar nota de algunas actitudes directamen-
morales, pronto será descubierto por el público y te relacionadas con el ejercicio de la palabra o
cualidades específicas. profesionales diriam~s,
repudiado. que no excluyen. por supuesto, el fondo alta-
El orador, por la seducción que ejerce sobre el
público, debe ser un hombre de profunda mora- mente moral que conviene al orador, en cuanto
lidad. La oratoria es una de las artes que más ser humano y social. A ellas se las, denomina
exige esta condición, precisamente porque el conveniencias o precauciones oratorias.
fundamento del poder de convicción radica en el ~::~ª.s-:~nv~en~ prof~Q.!!~les o esp~.!ncas
prestigio y la confianza. La antigüedad exigía que sQn;.~~~oleñCIa:-áuforidaa:'·
.ªmbicion. . --,----~~_ ...... -'
el orador fuera un bonus vir, un hombre hones- '--~- ...............~--
35 I )
34
)
1
Cada una de estas cualidades tiene su opues- con particular diplomacia la controversia y la
ta, que es el vicio concomitante. Bien entendido, oposición de ideas, para no herir ni ofender y,
el ejercicio de cualquiera de estas cualidades sobre todo, para tratar de comprender, con ge-
presupone un justo equilibrio que asegure al nerosidad y altura, aun las opiniones más ilógi-
orador un comportamiento correcto, pero al mis- cas de los demás. Se debe superar al adversario
mo tiempo efectivo, en el ejercicio de su impor- si es necesario y justo, pero es prudente no ava-
tante [unción. sallarlo ni aplastarlo. En todo momento, tenga-
~d es lo mismo que la compostura o mos presente que el opositor nuestro tiene dere-
fdrmalidad, ys~1lTca:-por éonsigüIente, una ac- cho a sus propias ideas, y que no siempre una
tifüCfC1~J1IT$..ªQ!}I~[[f~as·Cir.s.uns~an idea errada procede de una mala fe. La benevo-
lencia se manifiesta en comprensión y generosi-
~aas~~á~I~~2:§..y',.~ª,J,9~L9y'en~~. ~ª _§~,[!~~=a e~ dad para con la ignorancia aj ena, tolerancia para
1Wrlua¿i~~e~.()kl'~¿r~d~9á~ó~?~~~;:~u~~~s~~:~ los errores y flexibilidad espiritual para adaptar-
se al tono mental del adversario u oyente.
,
poFerracIo"'serio, grave, responsable. Esto impli-
,,, '" ca una selección de las ideas, los argumentos, las ~ autºr~dad_ es el sentido interno que cada
),,11 1
,1, '.
frases, para no caer en la ligereza o la superficia- orador tiene de su mensaje y de sus conocimien-
I
) lidad. Tampoco se opone la seriedad a la clari- tos. Es una condición necesaria para dirigirse al
I dad y a la sencillez de la exposición, requisitos público. ~l públic~, en general, e.§R~E-ª-"~~~R!:e
que deberán considerarse cuando la mentalidad ~1lª-~~~~~._,~_~l.l~_~~da~!-,"ll!g=~§?,2!.~~~iÓ~ ~ sus
) '"I~:~
mayoritaria del auditorio no esté en situación de ~!JgUletudes, una enseñanza a su aescó'nocF--d
I
) :,
':'11
comprender. IDieñto~Eñ1Onces, el orador deberá tener la sufi-
j i, ',1,"
,', Por la modestia, el orador evitará las posturas fiente autoridad para atender, a satisfacción, es-
) ,,',"1
1:)\; :11,1 de petulancia, o!111!llQ, "pedantería, fatuidad.Es- tas req ·s.,~torias en cuanto se presente la opor-
tos son vicios que el público ñ'(:)'U)lera ni perdo- tunida! i se habla en nombre de un grupo o
I de una sociación, este hombre deberá tener
), ~ay qu~,,§ermºa~§tQ._~gJº~ g~§@,__en la ~
i presión:~eii~ laestimación,"d~_...§tm~ ~e...!:.~n presente que a su autoridad personal, se suma
I
) i
", Jgualceio"cuidará el orador de nCLCa er. en la Jal- la autoridad del grupo que lo delegalt.La autori-
) sa modestia, porque ésta tampoco es aceptada dad supone un imperio sobre los d~ás, en el
•) por "los oyentes y por la sociedad. La falsa mo- sentido más cabal del término, porque la verdad
I destia es en esencia una forma del orgullo y la tiene necesariamente su imperio sobre la igno-
)
vanidad. Hay que permanecer simple, sincero, rancia.
I
) , La ambición no es lo mismo que el orgullo. El
mostrar las propias condiciones y la sabiduría -
~
) si se la tiene-, pero con honradez espiritual. concepto ambición tiene un sentido noble, y es
I Está reñida con esta condición el falso patetis- el de superación de la propia persona, el de as-
) cender siempre en la vida, hacia mej ores y más
I mo, la simulación de pasiones y sentimientos, la
) teatralidad de los gestos. altos destinos. Es lícita, así, la ambición en el
I
La benevolencia supone un especial senti- orador, lo mismo proyectada en el orden perso-
)
I miento hacia .el público y su capacidad, o hacia nal y humano que en el profesional. Distinta de
) nuestros adversarios en el debate. Debe llevarse la ambición noble es la concupiscencia, la codi-
J
)
1 37
) 36
J
)
cía irrefrenable de posiciones o de glorias. La Por otra parte el miedo no está en relación con
competencia limpia es legítima en el hombre, y el número de oyentes y con la calidad del audito-
por ella el orador tiene el derecho de lograr los rio. Algunos oradores no temen frente a grandes
,
I éxitos que su virtud. su mensaje o sus cualida- públicos. pero se atemorizan ante un grupo de
salón, mientras que otros temen al público grue-
! des le merecen. so de las asambleas públicas, y en cambio se
desempeñan a la maravilla delante de auditorios
escogidos o académicos. Cada orador deberá dis-
El miedo oratorio criminar con exactitud cuáles son los públicos y
.-----------_._-----------_._-~
i) I
\ :
superar las inhibiciones propias del orador inci- Esto debe bace:tse.~a
tr.allés d~
piente. 11~9Í2!l.f!.et ,t~a: Elija un tema de .su pro-
Se parte, por supuesto, de una investigación pia experiencia. Elija un tema que provoque en
psicológica del fenómeno del miedo, el que en usted una actitud mental de apoyo. Elija un
definitiva se origina en un estado físico de ner- tema que provoque en usted un espíritu de lu-
viosidad patológica, en un complejo de inferiori- cha.
dad -permanente o transitorio-, en una sobre- . 2) ~~ d~ Pr,epare un esque-
estimación excesiva del propio yo -que lo torna ma en que .lªs ide,as ,t<??g~_1!.~a~.L:'o!:~~~~.
sumamente celoso e intolerante con el mínimo Escriba completamente las tres o cuarro pnme-
fracaso-, en la falta de suficiente preparación o ras frases y memorícelas. Escriba completa~en
en la natural reacción que experimenta toda per- te y memorice las últimas frases. Memorice el
sona al internarse en una situación inhabitual. esquema tan a fondo que cuando usted cierre los
El orador tiene miedo a olvidarse su discurso, a oj os pueda verlo claramente en su totalidad. Lle-
equivocarse, a promover un espectáculo ridículo, ve su esquema al estrado y si es necesario, coló-
a transmitir un mensaje mediocre y deslucido, a quelo en el pupitre.
atemorizarse ante el püblico, a enfrentarse con 3) Contr;q~ 4Llg.Jr!i~s;lJJJjk(L.~CQ1;P.JlCJJl: Rompa el
eventos azarosos e imprevistos. círculo vicioso de la tensión muscular (el miedo
Del análisis de este fenómeno, sus causas, produce temblor y el sentirse tembloroso aumenta
manifestaciones y efectos, se derivan los conse- el miedo) mediante el relajamiento muscular. ~
jos para vencer el miedo oratorio. De los nume- lill~~e en su asi~~~~~q~~lar. Relájese en el
rosos métodos propuestos, son especialmente estraQo:~una actituQ comoaa en el estrado.
recomendables el de Lew Sarett y William Tru- Realice algunos movimientos corporales que le ali-
fant Foster, expuesto en su tratado Basic princi- vien la tensión (tome un libro, acomode las fichas,
ples 01 speech4 y el de Donald C. Bryant y Karl tome un diagrama, escriba algo en el encerado,
R. Wallace, desarrollado en el libro Fundamentals acomode sus libros de citas, etc.). R~'§J2!!~~honda-
I oJ public speakinif· menl~ara calmarJa tensión. . """.".. ,""'"'~,,,.,.
) Sintéticamente expuesto, el método de Sarett y o'. ~~Mo~;'R"1'\.""';r".~,":r,~"-"!:;, .... ,
1 4) lJ,cs~~"JneI!iCf..~e.§"""",df! sos~!!t:
) . Foster contiene sugestiones para 1) controlar los Existen tres actitudes mentales P2:!:~._,~1?~o. Y§lrse
I signos externos de inestabilidad emocional; 2) Psico16gfcaiiieñle:~arTaacfífua-'ae' ansia por dis-
,.\ .
! ,. hacer un buen uso de las reacciones fisiológicas tribuir (eager-to-shareJ: Cuando tiene para entre-
) naturales en el momento de hablar; 3) simplifi- gar algo qqe entusiasme a su espíritu, el orador
I
) '. car la situación compleja de la oratoria; 4) tras- tiende a olvidarse de sí mismo; b) la actitud de
I ladar la atención que el orador se presta a sí deseo de combatir (will-to-flfJhtJ: Si el orador se
)
mismo, hacia los demás y sus intereses. enfrenta al auditorio con decidido espíritu de
)
I 43ARETI. LEw y FOSTER. Wn.uAI,{ TRUFAI'IT. Basic principles 01 speech.
lucha, tiene grandes probabilidades de' atraerlo;
)
edición revisada. ps. 52-76. Boston. Houghton. Mifflin Company. el la actitud de hablar por una causa (speaking-
I
) 1946. Jor-a-cause): Cuando el orador habla fuertemen-
. 5 BRYAlvr. DONALD C. y WAllACE. KAru. L.• Fundamentals 01 pub/.ic spe-
I
aking. ps. 60-84. Nueva York-Londres. D. Appleton-Century Company
te convencido de la bondad de su causa o princi-
)
I Ine .• 1947. pios, se toma naturalmente elocuente. /'''''--/
)
t 40 41
)
1.
)
)
)
I
Sarett y Fuster agregan a este método otros en que sean notorios su superioridad y cono-
consejos para desarrollar el aplomo: pensar que cimientos con respecto a los demás. Lo mismo
la anticipación a la turbación es peor que la tur- sucede con el orador cuando encuentra el te-
bación misma: no hablar sobre las propiq.s apre- ma en que puede desenvolverse con autoridad y
hensiones: no mezclarse con el público antes de éxito. &
hablar, salvo raras excepciones: recordar que la 5. Compensación por consagración a una cau§t.l f
mayor parte de las catástrofes que tememos no o institución.: MuChOS oradorels Pdu~den 10dgrar la t
suceden y, finalmente, no avegonzarse de la pro- superación dedicánd ose a a elensa e una,
pia nerviosidad, ya que ésta es una situación causa o institución. Esto permite ganar poder
normal en el ser humano. personal. social y profesional.
Más importantes, aún, son los métodos de com- El método propuesto por Bryant y Wallace no
pensación psicológica tendientes a suprimir o sus- difiere sustancialmente del anterior y se apoya en
tituir. real o imaginariamente. los propios defectos. fundamentos psicológicos más o menos seme-
La compensación psicológica es el esfuerzo cons- jantes. Comprende estas reglas:
ciente efectuado por el orador en estado de infe- l. Minimizar el riesgo: Recqnocer que hablar
rioridad para balancear un rasgo o una circuns- en público no difiere mayormente de una con-
tancia indeseable por otra deseable. atraído versación en privado. Conocer tanto como sea
intencionadamente. Entre los métodos de com- pOSible' al público. Comprender en la práctica
pensación recomendados se cuentan estos: cómo los demás soportan las mismas experien- )
l. Compensación por ataque directo del defecto: cias. Comenzar la preparación de un discurso lo
El orador hace un esfuerzo consciente y sosteni- )
más tempranamente posible y prepararlo total-
do, enfrentando su minusvalía, hasta destruirla. mente.
2. Compensación por desarrollo de otras virtu- 2. Enfrentar el riesgo: Disipar la idea de que el
des: Si un defecto no puede vencerse directa- peligro sólo puede ser combatido mediante el
mente, el orador desarrollará méritos en otro aislamiento o la fuga. Reemplazar el miedo por
sentido: la nerviosidad física puede compensarse otra emoción (indignación. humor, piedad. sim-
con la simpatía, la poca originalidad con una patía, etc.). Evitar los movimientos de huida y
evidente buena disposición de ánimo hacia el sustituirlos por otros de confianza y equilibrio.
público, y así otros muchísimos casos. Los tratadistas rechazan en general los esti-
3. Compensación por ayuda a otros in.fortuna- mulantes artificiales, porque con ellos se arries-
dos: Este proceso de ayuda a quienes son más ga más de lo que se puede ganar, y, además,
infortunados, fortifica la moral del individuo. Un porque su empleo es una manera de eludir el
orador puede tonificarse espiritualmente y reco- problema y no de resolverlo. En lo físico, se reco-
brar la confianza en sí mismo. si entiende que mienda la respiración abdominal que desconges-
su palabra sirve al prójimo. tiona y tranquiliza. '
4. Compensación por hallazgo de un puesto de En síntesis, todas las teorías y métodos acon-
autoridad: Toda persona puede compensar su sejan, con mínimas diferencias entre sí, ?D pre-
sentimiento de inferioridad si encuentra en la f3el1!.~~,.s!!~~~n.~·
vida social o en el trabajo un empleo o situación el tema y conocer ...,lj>;''.. . . de ,los factort~
la totalidad
.....,..,--_. _ _.,~,.<i":~"..,~~m~'.....s:r"~, ~=~~~; ¡'o$~'''.tf,,~,#~..I>I~¡;;;;¡:;
42 43
)
concurrent!~ ~t~J!_~lº~..sl~t~~~de ..Qyentes. sus
ffifé~s, ~~i~pr<?babI.~~,~l3!!,cj!tg~ etc?..
~entar con OecIslOn el riesgo, apoyado psico-
loglcamente en una favorable y firme actitud es-
piritual, dispuesto a aceptar como precio del
aprendizaje los fracasos y contratiempos even-
tuales, hasta llegar al dominio de la actitud ora- n. ELABORACIÓN DEL DISCURSO
toria.
·Por último, son auxiliares algunos trucos o es-
tratagemas, como por ejemplo, el de mirar fija- 3. LA BÚSQUEDA :PE IDEAS
mente a una sola persona; suponer que se habla O INVENCION
sin público; mirar lo menos posible a la sala di-
"
, I 'f~1!
rigiendo la vista un poco por encima de ~lla
I,¡illl
nunca ab~j o; cerrar momentáneamente los oj os: El tema es el punto de partida de la tarea ora-
)¡
! j'
'Itl'
¡Hi
como h~clendo coincidir este gesto con algún toria. Suele hacerse a menudo distinción entre el
j "
pensamIento de nuestro discurso, y abrirlos sólo tema elegido libremente y el tema impuesto. Este
)' ~u~ndo hay~ pasado el temor. No por simple de- distingo se refiere nada más que a los orígenes
Jara de ser util el humorístico consejo de Joseph posibles de un discurso y de ninguna manera
): señala una diferencia del trabaj o intelectual en
Folliet: "En todos los casos, repítase a sí mismo
):: sí, pues la elaboración sigue un proceso común.
que nadie queda nunca libre del susto. Conviene
tomar las cosas con filosofía"6.
El tema
Lo ideal es poder elegir en cada oportunidad el
tema de la propia disertación, pero esto no siem-
~! pre es posible. El buen orador debe estar en am-
J
plia . dispOnibilidatFlÍltelec1uarQe-Sállsta~r~
) qiieliiñiemn~"''alefroS:''''Sin'''ehi6aJg'''o'''"convteh~'''tlts-
...._..,.,,~,,~,·.,,~..,..1t'7-';'.I.~".,..~..""~·. ''''~=? . , , . . -'
) tinguir esta alspoIDollidad de la charlatanería del
)
ignorante o el audaz, capaces de aceptar irrespon-
sablemente cualquier compromiso oratorio. El
) sentido moral indicará a cada orador las fronteras
) de sus compromisos, pues no hay elocuencia po-
sible fuera de la sabiduría y el conocimiento. No
se trata, en muchos casos, de tener en el instante
mismo de contraer el compromiso la suma de co-
nocimientos totales del tema, sino de estar poten-
cialmente en condición de adquirirlos con profun-
6 FOLUEr, JOSEPH. op. cit., p. 28. didad hasta el momento de la disertación.
44 45
)
)
),
Ciertos temas pueden ser afrontados por la ge- Etapas de la elaboración
neralidad de los hombres. mientras que otros.
por su carácter técnico o científico: están reser- Una vez determinado el tema y compilado el
vados únicamente para los especialistas. Similar material. debe elaborarse el discurso. Esta tarea
reserva debe formularse con respecto a la jerar- se descompone en tres pasos distintos. que en
quía del auditorio y la ocasión del discurso. ya sustancia. son las mismas etapas de toda labor
que ellos condicionan también al orador. Salvo literaria: 1) invención; 2) composición; 3) elocu-
en el tipo de disertación científica o académica. y ción. Esta división del trabaja literario y retórico
otras pocas especies. como la oratoria sagrada o proviene de los antiguos griegos y romanos y ha
la forense. queda siempre abierta la posibilidad conservado vigencia a través del tiempo.
de que un orador interese a su auditorio. porque La invención es la búsqueda y elección de los
todo hombre es en sí mismo una permanente pensamientos. La composición es el ordenamien-
instancia de atracción. Todo dependerá del men- to y desarrollo de esos pensamientos. La elocu-
saje que tenga para transmitir. de la forma como ción es la expresión de esos pensamientos me-
lo transmita y de la circunstancia en que lo haga. diante las palabras. , .
Contrariamente a la temeridad de algunas per- Estas tres operaciones son sustancialmente
sonas. están otras inhibidas por falsos prejuiciOS distintas, pero no inseparables. pues muchas
acerca del uso de la palabra. pensando que para veces se encuentra el pensamiento y la expresión
hablar en público son necesarios arrebatos pasio- simultáneamente. y otras nos ocurren los pensa-
narios. inspiración esotérica. exclusividad de algún mientos ya ordenados. De todos modos. esta da-
conocimiento. nivel intelectual óptimo. excelencia sificación tiene un valor práctico inestimable. a
insuperable en el dominio gramatical o literario y condición de que no se la interprete con exceso.
muchos otros sofismos de perfil vulgar. Todo lo La mecánica de la creación estética es bastante
que inhiba o limite la posibilidad expresiva de un más complicada que cualquier simplificación di-
hombre debe desterrarse de la conciencia. ponien- dáctica.
do en su lugar una exacta y ecuánime valoración
de las propias condiciones e ideas.
La frase del poeta romano Horacio. inserta en La inspiración inicial
su Arte poélia. seguirá siendo la mejor recomen-
dación para el orador y el artista: proponerse un La invención parte siempre de una inspiración
asunto al alcance de sus fuerzas y meditarlo lar- inicial. Acerca de la inspiración se ha escrito
gamente. que a quien elige el tema que le convie- mucho. pero. en última instancia. su naturaleza
ne. no le faltará ni la abundancia ni la claridad permanece todavía en el dominio de lo misterio-
ni el ordenl . so. lo incomprensible o lo inexplicable. Existen
excelentes y cautivantes definicione!5 sobre la
inspiración, pero ninguna es completa. En gene-
ral. es primariamente una idea confusa que se
IlloMCIO. Arte poética. V. 38-41: Sumite materiam vestlis qui scribitis
aequam / viribus ... Cuí leda potenter eri.s res, / nec facundia deseret
nos presenta al espíritu en un momento deter-
hunc nec lucidus ardo. minado y se nos impone con una especie de en-
46 47
tusiasmo que nos seduce y nos domina. Atisba- Aunque parezca extraño, esto es así, y puede
mos, presentimos que esta idea es fecunda, que confirmarlo todo artista, escritor u orador. La
tiene encerrada en su seno una serie de deriva- inspiración es un fenómeno absolutamente mis-
ciones y consecuencias valiosas, y que merece terioso. No existen, en verdad, reglas sobre ella,
ser aceptada y analizada. Todo hombre puede ni podrían existir desde que no están conocidos
confirmar en su experiencia cotidiana casos de sus detalles. Lo recomendable es estimular la
inspiración, dentro de la actividad en que se creación por medios indirectos, como ser la lec-
ocupa. La inspiración no es patrimonio exclusivo tura de modelos, la observación, etcétera.
de los oradores o de los escritores, sino que se
presenta en el arte, el comercio, la industria, la
conversación, y todo otro lugar donde hay crea- La búsqueda de pensamientos
ción2 •
La idea inicial de una obra es siempre confu- Una vez delimitada la idea esencial del discur-
sa, amorfa, y por consiguiente debe ser desple- so, viene la tarea de buscar la materia· que
gada. Esto presupone un estudio del tema, infor- acompañará a este núcleo primero. lo desarrolla-
mación y meditación. Es importante darse tiem- rá y le dará fuerza demostrativa y elegancia con-
po para poder hacer estos trabajos: "Por no haber ceptual. En esto los métodos difieren, según la
pensado bastante sobre su tema, es por lo que idiosincrasia del autor. Es natural entonces, que
un autor se ve embarazado para escribir", solía cada uno elija el que más se adapte a su perso-
decir Buffon. En efecto, las ideas no siempre nalidad3 •
aparecen en el momento en que las necesitamos. Algunos oradores suelen escribir primero el
Esto significa que el asunto no está lo suficiente- plan desarrollado de su discurso y luego giran
mente maduro. Habrá que seguir meditando y alrededor de él, tratando de encontrar pensa-
esperar a que el tema se tome fecundo. La ma- mientos que puedan incluirse dentro del esque-
durez se logra a veces sin que tengamos necesi- ma así preparado. Trabajan de esta manera has-
dad de meditar directamente sobre el asunto. El ta que el discurso queda concluido. Otros, en
subconsciente tiene una gran importancia en la cambio, no escriben su plan por extenso, sino
invención, y trabaja por nuestra cuenta mientras que trabajan al azar, dando vueltas en tomo al
nosotros dormimos o estamos dedicados a otras asunto principal, anotan por separado todos los
cosas. Las facultades psíquicas trabajan por pensamientos que se les van presentando en la
nosotros y.nos dan gratuitamente la solución de meditación, sin orden y a medida que ocurren.
muchos de nuestros problemas que en la vigilia Al final buscan un plan que se adapte a la serie
nos preocupaban y no podíamos resolver. Se ad-
judica a un poeta ruso esta expresión: "Yo no sé 3 Para un estudio detallado del método de trabajo intelectual. pue-
den consultarse: JEAN GurITON. El trabajo intelectual; consejos a los que
lo que voy a cantar, pero mi canción está madu- escriben. Buenos Aires. Ediciones Criterio, 1955: CHAVlGNY. 'PAUL MARrE
) rando". V¡CfOR, Organización del trabqjo intelectuaL Barcelona-Buenos Aires,
Labor, 1932; SERTILLA.'\IGES, A. D .• La vida intelectual; espúitu, condicio·
) nes, métodos. Buenos Aires, Sinopsis. 1958: RAMÓN y CAJAL, SAN!1AGO,
2 cr. HAYARAWA. s. l.. Languaje in action; a guide to accurate thinking.
Tónicos de la voluntad; reglas y constVos sobre investigación científICa.
reading and writing. Nueva York. Harcourt. Brace and Company.
Buenos Aires, Espasa-Calpe Argentina. 1945.
1948.
) 48 49
)
)
)
)
de ideas encontradas, dándoles una motivación Sertillanges merece cuidadosa atención en este
y derivación lógicas. Cualquiera de los dos pro- punto: "Componer así. por medio de islotes que )
cedimientos es bueno: todo depende de las pre- se fusionan para formar el futuro continente, )
ferencias y modalidades psicológicas del orador. hacer preceder el trabajo de organización por una )
A! primero de los procedimientos se le puede ad- libre inspiración esporádica o, si se quiere, fijar
judicar la ventaja de que permite conducir la re- puntos para la curva y multiplicarlos para trazar )
flexión en orden y en forma sistemática, con lo la línea de un golpe en el momento oportuno, es )
que gana la unidad del discurso, mientras que al librarse de la fatiga de una composición ob.liga- )
segundo se le otorga la excelencia de permitir al toria y de la ansiedad que provoca la página
espíritu desplegarse con mayor libertad. blanca: es asegurarse el trabajo creador"4.
No hay inconveniente alguno, por supuesto, en ¿Cómo encontrar ideas? ¿Dónde buscarlas )
que ambos métodos se apliquen combinados. para nuestro discurso? Ha llegado uno de los
)
Puede elaborarse previamente el plan, buscar las momentos más decisivos de nuestro trabajo. Las
ideas que se adapten a su estructura, anotar fuentes de ideas son muchas y es saludable te- )
también las ideas que ocurran y no guarden es- nerlas presentes para contar con ellas en el ins- )
tricta relación con ese esquema fijado, y reformar tante preciso. .
)
finalmente el plan hasta ajustarlo al material ob- Los más famosos retóricos y preceptistas se
tenido. Si bien el plan facilita el ordenamiento del han preocupado intensamente de encontrar re- )
fil,.",
,~J
trabajo, tampoco debe concebírselo como una cursos y procedimientos que beneficien la labor
'~I ;
norma rigida, inflexible, que no permita el agre- de creación intelectual. En general. el acto crea-
)
I
, gado o supresión de ideas en el transcurso del dor proviene siempre de un antecedente, y a ellos
!. desarrollo. En definitiva. éste es el mejor de los conviene acudir para nuestro objeto. Las princi- )
métodos y el que mejor responde a la dinámica pales fuentes de información son: 1) la cultura )
psíquica. propia; 2) las lecturas; 3) la observaCión; y 4) la
reflexión e imaginación. )
El testimonio histórico prueba que excelentes
oradores han aplicado uno y otro métodos en la La cultura propia. - Cicerón ha dicho: "El
invención y búsqueda de ideas. Nada nos obliga. fundamento de la elocuencia. como el de cual- )
al comienzo del trabajo, a comprometemos con quier otra cosa, es la sabiduría". Evidentemente, )
un plan riguroso y severo, que a lo mejor no po- toda comunicación espiritual con el prójimo pre-
demos luego cumplir. Muchas veces, a punto de supone un conocimiento previo. personal, del )
concluir el discurso descubrimos una idea supe- mensaje que deseamos transmitir. En el precep- J
rior a la inicial. o se han producido aconteci- to ciceroniano, la palabra 'sabiduría' no Significa
mientos que obligan a modificar nuestro primer un conocimiento radical y supremo de las cosas,
punto de vista. Insensato sería no tirar al cesto sino lo que en castellano entendemos por 'saber' )
el plan primero y recomenzar la tarea con otra o 'buen sentido'. Si así no fuera. quedaríamos )
perspectiva que nos garantice un mejor resulta- excluidos del uso público de la palabra la gran
do. En materia espiritual. la libertad es una de )
las condiciones del éxito y resulta triste conver- )
tirse en esclavo de uno mismo. La opinión de 4 SERIlUA.'liGES. O. P .. op. cit.. p. 300.
)
50 51 )
)
'\
mayoría de los seres mortales. Todo ser huma- El cultivo del espíritu es arduo, constante y
no, sin necesidad de ser sabia, puede tener un paciente. Se llega a él por el sacrificio y el traba-
mensaje interesante que transmitir a sus sem~ jo, lo cual demanda un sistema de vida bien
jantes, aun sobre los hechos aparentemente mas orientado y consciente de sus objetivos. Esta
nimios e insignificantes, como un viaje, una no- fuente espiritual aportará a cada instante un v~
ticia, o una experiencia vital cualquiera. lioso sustrato de ideas por la íntima trabazón que/ ~
La cultura propia está constituida por el con- la conciencia hace de unos datos con otros. Re-
junto de conocimientos que se tiene de. las co- petimos la famosa fras~ del filósofo norteameri-
sas, las personas y los hechos. Pero fehzmente, ~ano Emerson, que aclara este panorama: "Todo
no es sólo esto. Cultura es mucho más que una hombre que quiere hacer bien una cosa, debe
simple acumulación de datos obtenidos en los. li- descender a ella de más alto". El fulgor de la pa-
bros, o sea lo que habitualmente se deno~a labra está en la íntima conexión con la cultura
'instrucción'. Una persona puede ser muy ms- de cada individuo. Un hombre superior será, por
truida y tener poca cultura, si los conocimien~os natural gravitación de sus antecedentes, más
obtenidos en las aulas o en los libros no han SIdo atractivo que uno vulgar, a condición de que esta
asimilados humanamente, si no la han provisto superiOridad lo sea real, sustancial y no aparen-
de una concepción acertada de la vida. si no la te, externa o superficial.
han habilitado para la percepción de los hechos
históricos, sociales y humanos, si, en definitiva, Las lecturas. - La lectura debe considerarse
no la han convertido en un ser amplio, compren- como una de las mejores fuentes de información.
sivo, inteligente, bondadoso. La experiencia vital Toda sabiduría está en los libros, y en ellos se
nos enfrenta día a día con estas dos clases de contiene la suma de conocimientos disponibles
personas, que podríamos llamar librescas y vita- de la humanidad. El hábito de la lectura es la
les, para diferenciarlas. Todos conocemos a per- mejor práctica intelectual, pues favorece la crea-
sonas de escasa o mediana instrucción, pero que ción de pensamientos, activa las facultades espi-
en punto a este tipo de cultura son superiores a rituales, orienta la constitución de nuestro fondo
muchas dotadas de un gran equipo intelectual. ideológico y nos ahorra tiempo en la formación
Esto no es, por supuesto, una invitación a la persona15 •
ignorancia. Sólo significa que, desde el punto de Es común que los escritores, antes de escribir,
vista oratorio, la cultura es más valiosa que la se acerquen a la literatura para encontrar inspi-
instrucción. Son innumerables las ocasiones en ración e ideas: "La lectura es el gran secreto. Lo
que una sola idea, pero fecunda en ~~licac~o enseña todo, desde la ortografía hasta la cons-
nes, sugerencias y contenido, se concilia mejor trucción de las frases", dice Albalat6 • ¿Qué se
con la elocuencia que una retahíla desconcerta- debe leer para obtener provecho? Esta cuestión
)
I da incoherente e inarmónica de ideas o noticias.
) Es' preferible, en este campo, una sola idea pro- 5 Sobre métodos para el aprovechamiento de las lecturas pueden
consultarse: FAGUET. EMILE. El arte de leer. Buenos Aires. El Ateneo.
funda antes que varias superficiales. Esto senala 1951 y CASTAGNlNO. RAÚL H .• Perspectivas de la lectura. Santa Fe. Ins-
una opción entre dos posibilidades, de la cual tituto Social de la Universidad Nacional del Litoral. 1958.
) queda naturalmente descartada la ignorancia. 6 ALBALAT. ANTaINE. El arte de escribir y lafonnación del estilo. Tra-
vertirse en un esclavo de él. Debe leerse con espí- denadas por orden alfabético de autores, por te-
ritu crítico, es decir, con independencia de critero mas, por materias, por nacionalidad, o de acuer-
y disposición inquebrantable de someterlo todo a do con cualquier otro criterio que resulte útil al
la meditación, al análisis y a la comprobación. lector. El hombre culto moderno las usa, y en
Conviene, asimismo, supeditar las lecturas a ellas se apoya la erudición. Se pueden resumir
nuestra finalidad. Hay autores que son útiles libros, recoger pensamientos importantes, copiar
54 55
)
citas, seleccionar frases famosas, codificar artí- errores. Ante todo es necesario ser objetivo, esto
culos y publicaciones sobre un mismo asunto, y es, interpretar los hechos observados según son
en fin, ensamblar cualquier información dentro ellos mismos y sin que los interfieran nuestras
de un conjunto, de modo que su empleo sea fac- propias ideas, opiniones o pasiones. En segundo
tible en el momento oportuno. lugar, la observación tendrá que ser directa. in-
Es recomendable hacer las fichas a medida que mediata y asidua, con lo cual se evita una falsa
se lee o inmediatamente después de la lectura, o deformada comprensión. La eficacia del resul-
antes de olvidar nada. Para esto son aconseja- tado de la observación guarda relación con la
bles diversas técnicas, pero, repetimos, cada au- cantidad de observaciones efectuadas sobre un
tor deberá valerse preferentemente de su propio mismo hecho o asunto. Por último, la observa-
criterio de acumulación, de acuerdo con los fines ción debe ir a lo esencial, sustancial y determi-
de su estudio. nante de los hechos y cosas, y no a lo superfi-
cial, accidental, accesorio o variable.
La observación. - Uno de los medios recomen-
dables para obtener información y datos sobre La experiencia propia de las cosas tiene un im-
las cosas, fuera de los libros, es la observación ponderable valor en oratoria, ya que el tono per-
del mundo que nos rodea. La realidad es uno de sonal de la exposición y las propias opiniones in-
los más grandes maestros. Se ha dicho que el dividuales sobre las cosas son más atractivas e
que sabe más cosas y las sabe mejor, es el que interesantes, para el público, que las meras ge-
mejor ha sabido observar y escuchar. El espíritu neralizaciones librescas o pensamientos vagos o
menos sagaz y agudo, a fuerza de mirar con in- impersonales.
quietud a los hombres, de fijar su preocupación Dentro del orden de la observación tienen espe-
F . en los sucesos y hechos del mundo, de prestar cial importancia la asimilación de las experien-
): atención a la naturaleza, acaba por disponer de cias u opiniones ajenas, obtenidas mediante el
I • ,.
, ).. un buen equipo de conocimientos. Hay que tener diálogo y la conversación. El hombre inteligente
,t: } : .
presente que toda ciencia deriva, en gran parte,
de la experiencia, pues la ciencia no es en defini-
pregunta más de lo que habla, y así se convierte
en un receptor rápido de sabiduría ajena. En
~
) tiva, más que una codificación de los datos que síntesis, la observación está fuertemente trabada
~.) ,
nos ofrece el mundo que nos rodea. con la vida y la verdad.
) En muchas materias, la capacidad de observa- La reflexión e imagÚ1ación. - Los datos e in-
) I
ción es más importante que la misma lectura, formaciones que se obtienen por las lecturas y la
sobre todo cuando el tema es concreto, particu- observación no son suficientes para el completo
) lar y delimitado a un lugar o asunto. La capaci- dominio de un asunto. Se impone luego la pro-
:1
) dad de observar puede afinarse mediante la pia reflexión sobre ellos y el empleo de nuestra
¡ práctica y la comparación sistemática de unas capacidad imaginativa, para descubrir las rela-
) ciones que tienen nuestros conocimientos y
¡ observaciones con otras. Al cabo de un tiempo
se logra una agudeza perceptiva que nos extraña nuestra experiencia con ellos, y sobre todo, para
il )
, ) y sorprende. Este entrenamiento supone el res- organizar esos datos de manera que formen un
peto de algunos requisitos que nos preserven de conjunto sistemático y coherente de ideas.
)
~.
) 56 57
~"
) .
I )
\ )
Toda palabra o idea despierta en nuestra con- tos de vista, desde los cuales el orador podía
.considerar el tema de su disertación. Desde )
ciencia y subconciencia una serie nueva de ide-
as, de emociones, de tendencias, que dan un aquellos tiempos de la antigüedad griega y roma- )
contorno personal a esas ideas adquiridas y per- na, se los llama tópicos o lugares comunes. Más
)
miten la manifestación de nuestra íntima indivi- propiamente, pueden ser considerados como as-
pectos principales de todo asunto. Su validez, por )
dualidad. La reflexión fortifica el espíritu, descu-
bre aspectos insospechados en los pensamientos supuesto, no es la de un dispositivo para inven- )
y las cosas y relaciona lo conocido con lo nuevo. tarlo todo, sino la de una ayuda para recordar
)
Se facilita así la expresión de nuestro yo. La me- todo cuanto conviene saber de un tema. Algunos
ditación habitúa el espíritu al método, lo aguza tratadistas no le reconocen más valor que el me-
en el descubrimiento de relaciones y, sobre todo, ramente mnemónico, o el de estimulante de la )
lo acostumbra a centrarse sobre un asunto y re- invención.
solverlo, evitando la dispersión, la ilogicidad y la Los principales lugares comunes o tópicos son: < )
y formas que hacen interesante nuestra exposi- l. La definición señala la esencia de las cosas )
ción. La imaginación tiene un lugar importante o personas.
)
en el discurso, sobre todo porque da realidad a 2. Las partes de un objeto son los elementos
nuestros pensamientos, les confiere colorido, vi- que lo integran.
vacidad, realidad, y toca la sensibilidad del audi- )
toriQ. 3 y 4. El género y la especie señalan, respec-
La ciencia de hablar no estriba únicamente en tivamente, las cualidades que una cosa tiene de
la imaginación, o sea en la creación de imágenes, común con otra de mayor o menor ámbito.
pero ésta la nutre sustancialmente de formas ri- 5 y 6. Las causas son los motivos o antece- I )
58 59 )
\)
\ \
Además de lo anterior, deberán tenerse en
cuenta en un discurso las circunstancias, que
tienen un gran valor, y que son uno de los gran-
des recursos de la oratoria. Las principales cir-
! cología (relaCiones) y que de ninguna manera
puede estar compuesta en verso (contrarios).
Esta disertación podría completarse citando a
grandes novelistas, como Cervantes o Dos-
cunstancias de una cosa o hecho son las de per- toyevski (personas), o señalando la evolución del
sona, lugar, tiempo, modo, medio, etc., que an- género novelesco a través de la historia (tiempo)
teceden, acompañan o siguen a una cosa o o de los países (lugar). o analizando el fenómeno
.i
·
)
)
persona. Tratándose de personas, esas circuns-
tancias son nombre, nacimiento, familia, fortu-
na, situación, costumbre, inclinaciones, talento,
I
~
contemporáneo de la extraordinaria predilección
por las obras novelísticas (modo), o, si se consi-
dera oportuno, haciendo la semblanza de un no-
Ií. herencias, etc. Cualquiera de las otras circuns- velista célebre, de quien podría relatarse su vida,
~
) .
.... tancias puede ser análogamente discriminada. familia, inclinaciones, situación, talento, etcétera.
Para desarrollar, pongamos por caso, el tema Si bien se mira, se comprenderá que los luga-
"La novela"; podría expresarse que es la narra- res comunes son el repertorio de aspectos posi-
ción en prosa de un hecho real, ficticio o combi- bles de todo tema. Su empleo en el desarrollo de
nado (definición); que en ella, como en las demás un tema cualquiera presupone el conocimiento
obras literarias, hay un fondo o asunto y una 1 exhaustivo de dicho tema o asunto. En la prácti-
ca, podemos asimilarlos a una lista de subtemas
forma o estilo, y el suceso se presenta a través
de la exposición, nudo y desenlace (partes); que
pertenece al ámbito de la literatura narrativa en
prosa (género) y puede ser pastoril, picaresca, de
I que deben conocerse acerca del asunto tema
principal. Se ha dicho, con razón, que su utiliza-
ción puede ser instintiva o sistemática, pues en
caballerías, bizantina, histórica, de aventuras, el fondo están fundamentados en la lógica del
satírica, de costumbres, social, sentimental, ro- pensamiento humano.
mántica, epistolar, psicológica o policial (espe- Roustan ha escrito a propósito de estos luga-
cies); que se origina en la necesidad íntima de res comunes: "Estos instrumentos no nos servi-
todo escritor de causar placer o comunicar un rán siempre para todos los asuntos; nosotros
mensaje apelando al gusto de los seres humanos mismos podremos intentar hallar otros y hasta
por ver reproducida la vida (causas) y que reper- es de desear que así lo hagamos ... De todos mo-
cute en la formación de hábitos, costumbres y dos debemos reconocer que la investigación me-
)
1: modos de ver, pensar y sentir de la sociedad tódica es siempre más fecunda que una explora-
)
(efectos); que deben intervenir personajes atra- ción vagabunda".
yentes, pintarse pasiones, costumbres e ideas,
)
ofreciéndose así un panorama inventado, copia-
I do, mejorado o rebajado de la vida, pero siempre La elección de pensamientos
)
1
con valor estético (atributos); que guarda cierta
) semej anza con la epopeya, el drama y el cuento A medida que nuestra cultura, las lecturas, la
I (semejanzas); y se aparta esencialmente de la observación, la reflexión y la imaginación prove-
i
~ poesía lírica (desemejanzas); que participa en al- en materiales para nuestro discurso, debemos
n:
) gunos casos de la sociología, la historia y la psi- anotarlos para no olvidarlos, dentro de un orden
)
I~ 60 61
)
11 '
).
')
)
)
o un plan más o menos primario. Sin embargo al partes del discurso debe ponerse sólo lo esencial,
repasarlos. comprendemos que no todos son la idea central, capital, el hecho principal, la idea
aprovechables en nuestro trabajo, sea porque re- dominante, dejando lo demás fuera del texto. Los
sultan inconvenientes para la ocasión o audito- detalles oscurecen la claridad del texto, aletarg~
rto, porque carecemos de demostración suficien- la duración y complican innecesariamente la es:::
te para ellos, porque se salen del cuadro, del tructura, provocando en el oyente una impresión
tema o por cualquier otro motivo. Resta ahora . de desorden. La demasía de ideas es contrapro-
efectuar una selección de los pensamientos que ducente en oratoria, pues entonces la elocuencia
habremos de emplear. toma el carácter de desfile interminable y agota
En principio, podemos hacer una selección de la capacidad de atención del oratorio.
lo que diremos y de 10 que dejaremos de decir, Por último, la selección debe realizarse tenien-
abstrayéndonos de la ordenación que habrán de do siempre presente el auditorio, pensando en
tener en definitiva en el texto del discurso. Para las almas a las cuales tenemos que dirigirnos.
esto. es necesario tener en cuenta ciertos princi- Debemos poner en nuestra boca, únicamente
pios muy útiles. aquellas ideas y frases que nl}estros oyentes
Por de pronto, el primer criterio de selección es comprenderán y celebrarán. aquellas que con-
desechar las ideas, aun las más atractivas y moverán su espíritu y provocarán el aplauso ce-
efectivas, que no se ajusten a los fines y al tema lebratorio. aquellas que hablarán a su intimidad
de nuestra disertación. El sacrificio de ideas y anímica, a sus gustos, sus opiniones, sus anhe-
frases bellas es tarea ingrata para el orador y el los, sus esperanzas y su vida. Una bella idea o ) .
escritor, pero más vale perder una hermosa idea una frase estética no son válidas para cualquier
o dejarla para otra oportunidad, que decirla fue- auditorio ni para cualquier ocasión. Rechacemos
ra de ocasión. Nada debe decirse en un discurso todo cuanto no conduzca a nuestros fines orato-
que no sirva a los fines que nos proponemos. rios.
Esta eliminación debe desechar todo 10 que des-
borde, ensanche o alargue inútilmente el discur-
so, y además, todo aquello que no aclare la inte-
ligencia del público, no cautive su imaginación,
no toque su sensibilidad. Con ello se logra dar al
discurso claridad conceptual y unidad. "Quien no
sabe limitarse. jamás sabrá escribir", ha dicho
un preceptista y lo mismo puede afirmarse de la
expresión oral. El sobreexceso es fatigante, y en
esto de hablar ante un auditorio, es preferible
pecar en menos que en más. Los discursos cor-
tos son mejor recibidos que los largos, y esto 10
sabe hasta un escolar. Elección es exclusión.
El segundo criterio selectivo es discernir lo
principal de lo accesorio. En cada una de las
62 63
I
~,.'¡
11
)'
;¡
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)
f
)
I
)
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)
4. LA ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
i
)
O COMPOSICIÓN
1
)
~
)
I
f: Una vez reunidos los materiales del discurso y
li
seleccionados los que habrán de emplearse, hay
que ordenarlos y distribuirlos del modo más
'1 11,<,,1,:'
adecuado a nuestros fines. A esta tarea se la de-
)
l ..", nomina composición o disposición. Esto es más
),i importante que lo que pudiera suponerse de pri-
li
mera impresión, pues el orden es uno de los ele-
)
mentos indispensables del buen discurso. La
1, gran regla aquí, es que cada parte de la obra
ocupe el lugar que conviene a su importancia y
ID ,
) no otro.
~ Se trata, pues, de disponer de cada parte del
J, .
~
discurso de acuerdo con su importancia relativa,
) derivación e interés en la forma más perfecta po-
I
) sible. Este trabajo requiere cálculo y aplicación
~
), ,
, sutil de la inteligencia, pues un buen pensa-
i
miento puede ser inutilizado por una incorrecta
)' colocación. Hay que organizar todo de modo que
11
),
,
IJ resulte un encadenamiento natural y lógico, un
í
¡
ensamblaje perfecto. En suma, la composición es
i
)
)
,
I el desarrollo natural de la idea primera, benefi-
ciada por el conjunto de elementos esenciales
que ha suministrado el trabajo de invención.
j
I
¡
t,,, Buffon decía acerca de esto: "Para escribir bien
¡
es preciso poseer plenamente el asunto; hay que
) reflexionar bastante sobre el mismo para ver cla-
! 1
) 65
1
)
1
)
I )
ram ente el orden de los pensamientos y formar y oratorios han sido ridiculizados desde la anti-
con ellos una serie. una cadena continua. cada güedad.
uno de cuyos eslabones representa una idea ...... Componer un discurso es formar un organis-
La composición no puede ser capriehosa ni ar- mo total. con armonía. simetría. donde los ele-
bitraria. Por el contrario, debe responder a una mentos estén organizados. articulados realmente r )
lógica interna del pensamiento esencial, o sea unos con otros, y no meramente amontonados o
que el ordenamiento de las ideas debe respetar agregados. La forma de lograr esta composición
la naturaleza íntima de los hechos y de las co- es teniendo siempre presente el conjunto del dis- ,
sas. en una palabra. y atenerse a su orden curso, al cual debe subordinarse cada parte. El
propio. El orador no puede imponer a su antojo trabajo es similar al del pintor que, cuando pinta
el desarrollo de un discurso, so riesgo de fraca- cada una de las zonas de su tela. tiene presente
sar. Nada hay violento en el mundo de la inteli- cómo resultará el conjunto que ha imaginado. ) I
gencia y del arte. La estructura de un discurso Para esto debe seguirse una política de subor-
tiene las mismas exigencias de cualquier otra dinación de lo secundario a lo importante o. lo
obra humana o natural; proceder por etapas ne- que es lo mismo, suprimir lo superfluo. lo re- )
cesarias. Dicho con palabras de Fenelón, esto dundante, lo embarazoso. lo inútil. aun cuando
significa: "Todo autor que no da orden a su dis- sean bellos fragmentos. La visión <;lel conjunto y
curso. no posee suficientemente la materia ...... del objetivo debe presidir esta tarea de organiza-
ción. Las ideas dominantes y las finalidades de
nuestro discurso deben estar al fin de la pieza \
I
'
marcha no deberá ser tan evidente que revele la c~erpo el trabajo. En la práctica, la operación de
intención del autor y la estructura mental de su busqueda y elección de ideas y de elaboración del
discurso, pues un poco de misterio es necesario plan suele hacerse a veces simultáneamente
para avivar el interés. Cuando el oyente ha ad- pues una idea hallada nos sugiere su ubicació~
vertido desde temprano adónde vamos, nuestro dentro del plan y viceversa, la necesidad de com-
discurso está perdido. Finalmente, tampoco tra- pletar un paso del plan nos sugiere el pensa-
suntemos apuro en llegar al objetivo, pues el pú- miento que falta.
blico responderá a esta inquietud con otra simi- El procedimiento más aconsejable es trazar
lar. primero un plan previo y provisional, un esbozo
aproximado de lo que tenemos que decir y, luego
de acumuladas las ideas, ajustar el plan primero
a los elementos disponibles. De esta manera,
F(l plan o e~_e_m
____a...:..:_s__u=-=n::.:.e~c_e--.=.:si:.:d::::a-=d-"y~u:.::t==ili=·d=a=d=-- nuestro trabajo sigue en todo momento un orden
y un sistema.
Para conseguir estos resultados, hay un solo Algunos oradores no se siIven· de plan alguno.
expediente: trazar con anticipación un esquema Una vez conocido el tema de su disertación, co-
o plan de nuestro discurso. ''Todo depende del mienzan a esbozar ideas, según les vienen a la
plan", solía decir Goethe, y en esto nadie lo ha conciencia, y agregan aquí, quitari allá, cambian
refutado, ni podría hacerlo. Un buen plan es la esta frase, amplían aquella otra, y así, a tanteos,
base más segura de una buena ejecución. Para llegan hasta el fin. En esos casos, la marcha del
escribir o hablar hay que atenerse a un plan discurso está expuesta a innumerables peligros,
previo, como en toda 'tarea. El análisis de los que sólo algunos oradores de excepción logran
mejores discursos de todos los tiempos permite evitar.
~ la descomposición del texto en un esquema. Éste
\. es el que hace que en el discurso no falte ni so-
~
} .: bre nada y que los elementos guarden entre sí .
1:: . un equilibrio. Las partes del discurso
}. '
í L,as ventajas d~J~!~!}-LJ~!~E_. meditado, pue-
)' ,g~!:sintetizarse así: ~l.I?~ite coTocar en un or- Los antiguos y también los modernos han es-
I i
) . _2~ri-~[e(l!ªº_QjQdQ§JQ~ ~1~meni2§-;'$e~ crito mucho acerca de la división ideal de un
discurso. En general, todos han dado capital im-
S~Eg!:!Iª.!..E~J,ª~,9E. Y. . °El~ti"9.i.lJ1J?ri.s~~r~1 portancia a la división del discurso. Cicerón 10
I Q]yido~ q,~~,~I~UL~ irnI2o}1qg!~~. ~!!~a~!~~ ~l~
I arrOITo del discurso y facilita la unidad artística dividía en exordio, proposición, confirmación, re-
Y:!º¡l~~(:1ErI~~!§~:~[gª~raiitiZaTa~'craHcraa Y la futación y peroración. G. V. Vico reprodujo con
comprensión or arte
.~. ~"~ ..' ,.. ",. "J?r_~".,:Q_, deI'aúaífOrlo:''''~~
.•_".· .,., '._"~'.'~,~._.~'
leves variaciones la división de los antiguos, sos-
--"ACerca del momento más oportuno para trazar teniendo que el discurso debe dividirse en exor-
el plan, no hay ninguna opinión de validez abso- dio, narración, proposición, confirmación, confu-
luta. Lo importante es hacerlo en algún momen- tación y peroración.
to, pero dotado de tal flexibilidad que permita ir Los modernos, más prácticos y menos amigos de
ajustándolo paulatinamente, a medida que toma las clasificaciones nominales, han convenido en
)
I
68 69
)
.~
)
)
)
\
)
que el discurso. como toda cos~ natural. tiene un En realidad, uno y otro sistema tienen venta- )
principiO. un medio y un fm. Angel Majorana .10 jas e inconvenientes, pues si por una parte las
dice con expresión feliz: "Hacer un buen exordIo; divisiones encaminan al orador, 10 orientan, 10
desarrollar el argumento según las diversas ma- conducen y le impiden desviarse o perderse en
neras que exijan éste. las circunstancias y el am- su camino, por otra se corre el peligro de coar-
biente; sentar una conclusión eficaz"!. tar, con normas convencionales, la libertad de
Resulta superfluo insistir en las sutilezas movimientos del orador. Lo más aconsejable -lo
de los retóricos antiguos sobre la división. Es sufi- prueba la experiencia- es seguir una división
ciente que un discurso tenga una introducCió~ .(0 previamente efectuada y estudiada, por 10 menos
exordio). un cuerpo (b medio) y una concluslOn durante la gestación y preparación del discurso,
(o peroración), y que. de acuerdo con una norma y en el acto de pronunCiarlo, estar dispuesto en
apoyada en el sentido común. primo ne me~ium, cualquier momento a romper con esta obligación
medio neo discrepetimum, o sea que el medIO no creada por nosotros mismos, si la ocasión, el au-
discrepe del principiO ni haya discrepancia entre ditorio, o la aparición súbita de nuevos e inespe-
el fin v el medio. Dos de ellas son por lo menos rados pensamientos, nos revelan la necesidad de )
imprescindibles, de acuerdo con el precepto de seguir un rumbo distinto al fijado. Libertad den-
Aristóteles. pues "necesariamente hay que exponer tro de la ley, podriamos decir con esto. Los tiem-
un caso y luego demostrarlo"2. pos modernos han introducido la libertad en la
!
No debe olvidarse que las distintas clasifica- oratoria, y bien está que nos sirvamos de ella I
ciones tienen carácter erudito y provienen de cuando de su usufructo pensamos obtener bene- I \
J
,
épocas muy dadas a las sutilezas abstractas. Al- ficios. Por extraordinaria traemos al caso una
gunos tratadistas han criticado .las d~visiones frase de Paul Valéry, citada por el P. Sertillan-
clásicas, con razón unas veces, sm razon otras. ges: "Hay dos peligros que no cesan de amenazar
Lo cierto es que a pesar de las frágiles casillas de al mundo: el orden y el desorden"3. Tengamos por
la retórica clásica, los oradores antiguos nos han válida esta magistral afirmación en la prepara-
dado excelentes piezas oratorias, como las de ción de nuestros discursos.
Demóstenes y Cicerón, por ejemplo, de lo cual es Hay casos en que la división clásica es útil, y otros
lícito inferir que las divisiones no asfIXian de en que su aplicación seria ingenua y ridícula. No se
ninguna manera el talento del hombre: Pero in- puede imponer, pues, al orador, ninguna regla, y
versamente, los modernos tienen en su haber tan debe dejárselo en libertad para que en cada oca-
magníficas piezas como los clásicos, y ellas han sión, y frente a cada tema, decida con su criterio el
sido compuestas sin sujeciÓn a las divisiones mejor método, pero recordando que si decide pres-
clásicas, de lo cual podemos deducir, con el mis- cindir del plan, en el sentido riguroso del término.
mo derecho, que tampoco ellas son estrictamen- no podrá sin embargo prescindir del orden4 •
te necesarias para producir excelentes discursos.
P .. op. cit.• p. 329.
3 SERllLLA1IIGES.
4 RICHARD C. BORDEN propone una división psicológica basada en las
1 MAJORA.'iA, Á"GEL. Arte de hablar en público. Trad. Francisco Lom' cuatro etapas de la reacción de todo oyente: 1) ¡Eh! (Ho hum!): 2) ¿A
bardía. p. 151. Madrid. La España Moderna. s. f. qué viene eso? (Why bring that up?); 3) ¿Por ejcmplo? (Vor instance?J; )
4) ¿Y a mí qué? (So what?J. (CL Public speaking as listeners like itI.
2 ARIsróTELES. Arte retórica.lib. m. cap. XIII. pár. 1. Nueva York. Harper Brothers. 1935). )
)
70 71
)
Una disertación sobre "El libro y su destino", CONCLUSIÓN:
por ejemplo, podria desarrollarse de acuerdo con
) este plan: l. El libro contemporáneo está frente a una
encrucijada. ~
2. Debemos bregar por un destino de sabidu- /'
INTRODUCCIÓN: ría, belleza y verdad. .&
Este plan admite un desarrollo mucho más '
1. El hombre primitivo: ignorancia y aisla- analítico e, inversamente, puede sintetizarse
miento. también. Todo dependerá de lo que el orador
) 2. La necesidad de la comunicación: naci- desee decir. Pero en él se puede apreciar el es-
miento de la escritura y la imprenta. quema típico de una disertación:
1. INTRODUCCIÓN:
CUERPO: 1 ........................................................ .
. . . . • .. • .. •• . . . . •••••••••• .. •••• .. •• . . . . •• .. ··1 .. •• . . . . ••
1. El libro y el mejoramiento social:
a) atenuación de las diferencias sociales n. CUERPO:
) ,
b) nacimiento de la opinión pública 1
, "
c) ruina de los despotismos: la democracia 2 ............................................................... ...................................... .
~
:
,
d) la industria editorial y la creación de 3
nuevas fuentes de trabajo.
III. CONCLUSIÓN:
2. El libro y la difusión de la cultura: 1 ....................................................... ..
a) la sabiduría al alcance de todos
b) internalización de la ciencia, la técnica y
las artes La introducción o exordio
! c) instrumento esencial de la escolarización
) contemporánea. El principio de toda cosa tiene una importan-
~, '
)
rá o no su inquietud intelectual. Si el orador ati- Existen otros excelentes ejemplos históricos de
este tipo de exordios. )
na a decir lo adecuado, rompe esa inquietud
mezclada de desconfianza y conquista al audito- El exordio por insinuación es más usual. y
rio para todo el acto. El exordio es el puente que consiste en entrar en contacto con el público de i )
el orador debe tender entre su alma y la de los manera suave y progresiva. creando paulatina-
oyentes, para establecer así la comunicación. mente el clima de comunicación, lo que permite
Los antiguos tratados de retórica distinguen al orador sondear la mentalidad colectiva del pú-
cuatro clases de introducción o exordio: blico con precaución y darle tiempo también para
l. Exordio ex abrupto. colocarse espiritualmente en situación de recibir
el discurso. Este tipo de exordio es apto para
2. Exordio por insinuación. cualquier oportunidad y se presta a cualquier )
3. Exordio directo. tema. El comienzo lento ha sido empleado por
grandes oradores que necesitaban unos minutos
4. Exordio pomposo. para superar el temor inicial y adquirir la fuerLa
El exordio ex abrupto es una entrada inesperada, oratoria. T. B. Macaulay. en la sesión de la Cá-
brusca y categórica en el tema, con el objeto de mara en que se debatía el proyecto sobre refor-
impresionar hondamente al auditorio. satisfa- mas populares. se oponía a la moción de Thomas
ciendo la gran inquietud o preocupación general Duncombe de que se oyese en la Cámara a los \
/
que está en los ánimos. Son comienzos explo- firmantes del peUtorio que había motivado la
sivos, especialmente recomendables para diri- cuestión. Macaulay, que se iba a oponer a esta
girse a las grandes asambleas en momentos de moción. inició así su famoso discurso:
I )
Singular expectativa, provocada por sucesos gra- Señor: Tengo particular empeño en decir al-
ves o vitales que suceden o se espera que suce- gunas palabras sobre este asunto, porque en
dan. y que han originado previamente senti- una tarde anterior, cuando se discutió una ( )
mientos de odio. patriotismo. temor, indignación, moción del honorable representante por
etc. En circunstancias así. se comprende que el Rochdale, me vi privado de estar en mi puesto
ex abrupto caiga como un rayo en el estado sen- por circunstancias accidentales. Yo sé que la
timental colectivo. ausencia de alguno de los miembros del últi-
mo gobierno, en esa ocasión, fue considerada
El más célebre ejemplo y modelo de exordio ex y comentada como muestra de desdén hacia
abrupto será siempre el Quousque tamdem Cati- este asunto o falta de simpatía por los intere-
linao pronunciado por Cicerón en el senado ro- ses de las más humildes clases populares de
mano para denunciar ante ese cuerpo la conspi- este país. Por mí puedo responder que me vi
ración de Catilina, jefe del partido popular que obligado a ausentarme a causa de una pasa-
pretendía sustituir al gobierno por una dictadu- jera indisposición. A un noble amigo mío, a
cuya ausencia se hizo particular alusión, le
ra. Cicerón. que debía hablar en la oportunidad, fue imposible asistir a la cámara por circuns-
rompió sorpresivamente la expectativa de los se- tancias puramente aCCidentales; y a ningún
nadores. diciendo: "¿Hasta cuándo. Catilina, miembro del último gobierno, estoy persuadi-
abusarás de nuestra pacienciaT. Catilina. de- do, privó de exponer sus opiniones sobre este
nunciado y descubierto. debió huir de Roma. asunto ningún motivo indigno. En las obser-
74 75
/
vaciones que haré ahora a la cámara intenta- ción, concebida en la libertad y dedicada a la
ré imitar en todo lo que pueda al mismísimo proposición de que todos los hombres son
carácter del discurso del muy honorable ba- cre~dos con igualdad. Hoy estamos compro-
rón, secretario de Estado en el Departamento metIdos en una gran guerra civil, probando si
del Interior; pero si me traicionase el uso de nuestra nación, o si cualquier nación, así
) i
algunas expresiones no enteramente confor- concebida ya tal fin dedicada. puede subsis-
~I.
)
mes con el punto de vista tranquilo de la tir por largo tiempo.
~. cuestión, la cámara deberá atribuirlo al inte-
) rés con que miro esta materia en general y
J
nadie que conozca mis sentimientos lo atri- El exordio pomposo es el menos frecuente de
111· buirá a falta de cariño o de buena voluntad todos'y se lo considera una creación del siglo XVII
) hacia aquellos que han firmado la petición frances, el siglo de Luis XIV. Es apto para oca-
presentada a la cámara.
siones de gran solemnidad, en que la elevación
Son muchos los tratadistas que afirman la ne- del pensamiento y del sentimiento se ajustan a
cesidad de que no se entre de lleno en el asunto, la nobleza y magnificencia del acto o del asunto.
pues la autoridad se adquiere con lentitud. Hay Es la introducción para las más grandes ocasio-
oradores que han empleado este modo de intro- nes en que pueda hacer uso de' la palabra el
ducción en forma voluntaria y sistemática, ma- hombre, la oratoria patriótica, la cátedra sagra-
niobrando hábilmente con el alma de los oyen- da, los panegíricos fúnebres de personalidades
)
tes, hasta colocarlos en el punto psicológico que extraordinarias, etc. En realidad, en nuestro
} les interesaba. Otros en cambio, solicitan para tie~~o este tipo de exordio ha dejado de ser,
cierto tipo de conferencias, como las universita- practicamente, usual. Uno de los más grandes
) oradores religiosos de todos los tiempos, Bossuet,
rias, por ejemplo, una introducción directa, sin
rodeos. Esto piensa André Siegfried, rescatando se caracterizó y distinguió en el empleo del exor-
} un pensamiento aj eno expresado en esta fórmu- dio pomposo. Muy festejado es el correspondien-
I la: "¡La autoridad no se solicita, se toma!"5. te a la oración fúnebre de Enriqueta María de
I El exordio directo es el comienzo sin preparati- Francia, reina de la Gran Bretaña, pronunciado
I :
): vos ni precauciones. Se recomienda para el ejer- en 1669, en la iglesia de Santa María de Chai-
i
) cicio de la cátedra y para aquellos casos en que llot:
)
se está de antemano en la posesión del senti- Señor: Aquel que reina en los cielos y del
miento previo de los oyentes, como en la cátedra que dependen todos los imperios; aquel a
sagrada, la oratoria fúnebre, la militar, etc. Un quien únicamente pertenecen la gloria, la ma-
jestad y la independencia, es también el único
exordio de este tipo tiene el famosísimo discurso que se glorifica dictando ley a los reyes y dán-
pronunciado en Gettysburg por Abraham Lin- doles, cuando le place, grandes y terribles lec-
coln: ciones. Ora levante los tronos, ora los humi-
lle, ora comunique su poder a los príncipes,
I Ochenta y siete años ha. nuestros padres ora lo recoja en sí mismo, dejándoles sola-
) dieron a la luz en esta tierra una nueva na-
! mente su propia debilidad, siempre les ense-
) ña sus deberes de una manera soberana y
digna de él. Porque al darle su poder les orde-
5 SIEGFRIED, ANDRÉ, op. cit., p. 121. na que lo usen como lo emplea él mismo, para
~
)
76 77
)
, , '. )
I
I
)
)
el bien del mundo; y al retirárselos, les hace el recitado de versos; la lectura de un fragmento
ver que toda majestad es prestada, y que, por interesante; una pregunta; una aseveración ro- )
estar sentados en el trono, no dejan de en- tunda; una acción sorpresiva. como romper un \
J
contrarse bajo su mano y suprema autoridad. objeto, mostrar algo. hacer un ademán; un re-
Así es que no instruye a los príncipes con dis- )
cursos y palabras solamente, sino que tam- frán, etc. Todo esto, es lógico. requiere una ine-
bién con hechos y con ejemplos. Et nunc, re- ludible preparación anterior. )
ges, intelligite: erud¡min~ qui iudicatis terram El estilo del exordio deberá ser claro. conciso, )
sencillo. sin alarde de elocuencia. No deberá em-
En modo general el exordio debe respetar cier- pezarse nunca con un tono retórico elevado, por-
tas exigencias naturales del arte oratorio. En que la linea estilística debe ir subiendo a medida
primer término, debe guardar una estrecha rela- que se desarrolla el discurso. Sobriedad. modera- )
ción con el conjunto del discurso, en materia y ción, sencillez. claridad, son condiciones generales
tiempo. Hasta se ha previsto una duración de de todos los exordios. Luego vendrá 10 deslum-
cinco a diez minutos, a lo sumo, en una diserta- brante durante el desarrollo del medio o cuerpo.
ción de tres cuartos de hora a una hora. La actitud del orador tiene importancia en la )
Además, aprovechar el exordio para lograr la introducción. El orador se presentará con humil-
captatio benevolentiae, es decir, la benevolencia, dad y autoridad. simultáneamente, sin hacer os- )
la buena voluntad y la simpatía del público. Esto tentación ninguna. con gran confianza y seguri- )
requiere diplomacia en los rodeos. El público dad en sí mismo, y, si es posible, con Simpatía y
debe ser tratado tal como es, sin afectación, des- cordialidad.
dén. suficiencia, ni vulgaridad: si el público es
calificado, podrá hacérsele notar que así lo con-
sideramos. con elegancia y sin remilgos: si es un
público popular, no aceptará el trato desdeñoso. El cuerpo o medio
Deberá despertar interés por el tema que des- i )
78 79
carecen de valor práctico y más complican que partes encerrará una idea dominante y en tomo
resuelven las cosas. de ella se agruparán las ideas y demostraciones
Es cierto que el cuerpo o medio de un discurso secundarias.
debe estar dividido de alguna manera, pues esta En el desarrollo del cuerpo del discurso. deben
división ayuda a conducir el pensamiento dentro atenderse ciertas exigencias, a saber:
de cierto orden y coherencia, y al mismo tiempo
facilita la retención, librando al discurso de im- a) Unidad: Todo lo que se diga en el cuerpo del
provisaciones y tanteos. Pero de ninguna mane- discurso deberá tener una unidad, es decir, cada
ra conviene que esta división sea tan rigurosa, idea tendrá que estar relacionada con las otras,
analítica y contundente que ponga freno a la es- y todas, con el conjunto del tema. No debe haber
pontaneidad y libertad del orador en el momento mezcla de cosas sin sentido, no debe decirse
mismo de enfrentar el tema ante su auditorio. nada que no guarde estricta adecuación con el
Llevada al exceso la división, se corre el riesgo asunto. Se oponen a esta regla, los siguientes
de hacer varios discursos dentro de uno mismo, defectos: 1) las digresiones o salidas del tema; 2)
y no dar impresión de unidad. las redundancias o repeticiones de cosas ya di-
Así pues, las divisiones del discurso deben ha- chas o de detalles inútiles o sobreentendidos; 3)
cerse, pero no dándole más valor que el de auxi- las exageraciones, que amplifican o disminuyen
liares del pensamiento, el orden y la memoria. injustificadamente los hechos, las ideas o las
Pero ni aun esto debe tomarse al pie de la letra, personas; 4) los alargamientos que llevan el aná-
pues todo dependerá de la mentalidad del ora- lisis de los asuntos hasta el extremo, sin necesi-
dor. Si a su peculiaridad psicológica conviene dad; 5) las omisiones. que suprimen sin razón
una división minuciosa, podrá hacerla. Si su ca- ideas, razonamientos o hechos que hacen falta.
racterística personal es el enfoque en grandes
grupos de las ideas. saludable será que respete b) Orden: Las ideas deben estar desarrolladas
su modo de ser. Lo que se quiere significar es por su orden lógico y los razonamientos deben
que en la actualidad. ha desaparecido la obliga- derivarse unos de otros, de manera que el asun-
toriedad de la división en tantas o cuantas par- to se despliegue en forma natural. Esto es lo que
tes. Cada uno elegirá lo que más condiga consi- suele llamarse el "hilo del discurso", que en nin-
go mismo. gún momento debe perderse.
En general. la división muy analítica se impone
cuando el discurso es largo: favorece el encadena- c) Progresión: El conjunto debe desarrollarse
miento del desarrollo y permite pausas psicológi- paso a paso. marchar en forma creciente hasta
cas de descanso a los oyentes. Lo mismo cuando el punto culminante o nudo del asunto, para dar
se traten temas de gran rigor lógiCO y demostrati- lugar entonces a la solución final. Este proceso
vo. que no admiten saltos ni vacilaciones. acrecienta recíprocamente el interés del audito-
En los demás casos. se aconseja que las divi- rio y permite ir refutando paulatinamente las
siones no sean muchas, dos o tres a lo sumo, de opiniones contrarias, por orden de importancia,
manera que no fragmenten demasiado el discur- o confirmando las nuestras, también por su or-
so y sean fáciles de recordar. Cada una de estas den jerárquico.
80 81
)
¡ ')
82 )
83
)
Por lo general, la peroración exige ciertas con- con holgura y seguridad sin ellos. Sobre todo
diciones artísticas, cierta dosis de pulimento li- cuando se habla de pie, es particularmente ina-
terario y estético que dejen la impresión· de un ceptable su empleo. Cuando se habla sentado, en
perfume permanente. Todo esto, como es natu- una conferencia, un congreso o un debate, puede
ral, resulta difícil improvisarlo en el momento utilizárselos. Para el caso de que el orador tema
mismo de la terminación del discurso. Requiere, olvidarse el encadenamiento de su discurso, o le
necesariamente, una preparación previa y bien sea necesario efectuar alguna cita textual difícil y
meditada. Los mejores oradores han llevado no confíe en su memoria, o cuando requiera inelu-
siempre preparada su peroración. diblemente un fuerte sostén psicológico, no le
No existe, tampoco, receta fija para la perora- queda más solución que usarlos, pero a condición
ción. Los tratadistas aconsej an diversas formas, y de que sean sacados ostensiblemente en el mo-
los retóricos antiguos han cultivado abundantes mento mismo de iniciar la disertación y colocados
sutilezas sobre el particular. Se puede terminar a la vista del auditorio. Ocultar los apuntes, mi-
con un resumen de lo dicho; con una expresión de rarlos de reojo o empezar a utilizarlos en medio de
cortesía hacia el público; con una exhortación a la exposición, son actitudes reproQhables.
seguir la idea explicada; con una cita poética o en En la confección de los apuntes, cada orador
prosa; con una anécdota o frase de buen humor; puede seguir la técnica que más se adapte a sus
i con una gradación descendente de pensamientos características psicológicas: puede ser extenso o
í o sentimientos; con un resumen; con un retomo breve; analítico o sintético; transcribir o no las
D ,,'
}' , al exordio, etc., e incluso con un ex abrupto, si la frases principales o las ideas matrices y secun-
~"
, ):
1
ocasión, el tema y el auditorio lo permiten y si te- darias; escribirlos con letra manuscrita o de má-
nemos para ello la suficiente capacidad artística. quina; emplear símbolos, dibujos, números, su-
Es prudente evitar las fórmulas estereotipadas brayados, tintas de varios colores o cualquier
'} en esta parte de la oración, como aquella de "Bue- otro recurso que convenga a su mentalidad.
I no, no teniendo más que decir, vaya concluir", o Los apuntes deben seguir estrictamente el plan
) de la disertación y es preferible que contengan
I "Como el tiempo apremia y ustedes están fatiga-
i dos ... ", o "Bien, señores, suspendemos aquí nues- únicamente los temas y subtemas enunciados
l' someramente. No conviene que reproduzcan pá-
) tro t.ema. En la próxima reunión tendremos el pla-
1, cer de volver sobre el mismo", etc. Al concluir el rrafos enteros, a menos que se trate de citas tex-
desarrollo del tema, el orador deberá hacer una tuales anotadas para ser leídas en su momento.
) pausa, anunciadora de la peroración, y sólo en- No debe olvidarse que su único fin es el de fijar
~
\ tonces decirla, teniendo cuidado de pronunciar las las ideas dominantes del discurso y su relación
últimas palabras con una caída del tono de voz. recíproca.
Los oradores expertos no usan, por lo general, Aun cuando el orador hable sin apuntes o fi-
los apuntes, notas o fichas, pues se desempeñan chas, se comprende que deberá retener fielmente
84 85
i1
,1
( )
( )
,
)
en su memoria la totalidad del plan de su diser- su orden la secuencia del discurs07 • Esto mismo 1,
jJ:
tación. En cualquier tratado práctico sobre la se puede aplicar imaginando una serie conocida )
:~
memoria pueden encontrarse procedimientos de lugares o una historia fantástica, cada uno de ,,'", "
)
mnemotécnicos que facilitan la recordación. cuyos pasos recuerde a una parte del discurso. I~
,1'
)
Los métodos varían de orador a orador, ya que
cada persona se asegura a su manera. El plan
Otro de los recursos mnemotécnicos muy usa-
do es el de representar con dibujos simbólicos !,~ )
puede memorizarse gráficamente en su totalidad cada una de las partes, de manera que el orador
reteniendo, a través de sucesivos ensayos, la sólo tenga que recordar una serie de gráficos, 1I
I
imagen de su disposición y títulos. antes que palabras o frases.
Otra forma consiste en reducir el título de cada Lógicamente, estos son recursos de la llamada
tema a palabras claves -que pueden estar in- memoria artificial, que si bien ayudan, tienden a )
cluidas en las frases o ser convencionales- de sustituir la verdadera memoria, la natural, que
consiste en retener las ideas por su orden, nece- )
manera que el orador sólo deba hacer el esfuer.w
de recordar una serie de ocho o diez palabras que Sidad y coherencia.
le reconstruyen la secuencia de la disertación. En )
el ejemplo del plan expuesto anteriormente, esos
)
vocablos podrían ser: primitivo. comunicación,
mejoramiento. cultura. vicios, etc. Este mecanis-
mo se toma desventajoso cuando el plan es muy )
analítico y requiere recordar una larga serie de
términos porque acaban mezclándose en nuestro )
recuerdo.
Suele también usarse una palabra clave, cada ,
)
una de cuyas letras o sílabas sea la inicial de
una palabra escogida de cada título o subtítulo:
los maestros medievales usaban las palabras
Barbara Celarent Darii Ferio para recordar los
cuatro modos del silogismo y retener por su or-
den estas vocales: AAA, EAE, AlI, EIO.
En algunos tratados mnemotécnicos se reco-
mienda la frase absurda, que consiste en ligar las
palabras claves de cada título en una frase lo
más insólita posible, que facilite su recordación.
Cicerón refiere en uno de sus tratados que los
oradores romanos recurrían en sus discursos a
la memoria tópica o de lugares: referían cada una
de las diversas partes de su discurso a los dis-
tintos lugares de un sitio. y luego. recorriendo 7 CICERÓN. MARco TULlO. Del orador. lib. 11. cap. IJeXXVIl. Lo mismo en )
con la vista los diferentes sitios, reconstruían por QtlINl1LlA"IiO. M. FABlo. Instituciones oratorias. libro XI. cap. 11. p. 3.
)
86 87 )
)
5. PROCEDIMIENTOS
DE DESARROLLO
ll!: .
}, Las figuras retóricªs_
• ):
1/1 . ; Las figuras re~Q..Il.c~r;:t,ª;Ljor!!m'§~íL,,,
)
111.,
y: , P~~~JQ~..H~~ª"-ru!~~~nttUl!~lltº'~
.:' m~!Lles.S~I}.J113Y..QLOOlezaJ,iierª,(,~"'l<llJ~~",,,~,,
) 12res~os retóricos han estudiado y clasificado
!I un gran número de figuras. y han llegado en
)
r. ciertos casos a tan prolijas distinciones. que re-
) sultan difíciles de retener. En los tiempos mo-
~ dernos. los tratadistas tienden a suprimir de los
)
~ estudios las clasificaciones engorrosas y tipifica-
)
.~
das que nos ha transmitido la antigüedad clási-
) ca. En general. fundan su oposición en razones
~ de naturalidad. suponiendo que la expresión,
)
cuando más espontánea. es más valiosa. No to-
dos los tratadistas comparten este criterio, ya
89
lO
)
!. )
)
I )
que el estudio analítico de las figuras no condu- presión. Es importante comprender que las figu-
ce necesariamente a la artifkiosidad de la frase, ras no pueden suplir al pensamiento, pues en-
como no los ha conducido a los clásicos. Una vez tonces se convierten en meros artificios insus-
más, el talento y el gusto literario del orador de- tanciales que el oyente nota y repudia. Las figu-
ben decidir'la cuestión. ras deben envolver a las ideas, servirlas y nunca
El conocimiento de las figuras es, en nuestra sustituirlas, y para ello es necesario que sean
opinión, seguramente útil para el escritor y el verdaderas, propias y naturales y que no se abu-
orador, a pesar del mal uso que algunos artistas se de ellas.
puedan hacer de ellas. De ninguna manera debe
creerse que sea imprescindible retener en la me- "~"~Lf~~l'~~~,,,~~~~~
E2;}~,=-CM .
moria los nombres de las figuras, pues basta sólo
con conocerlas y dejar luego lugar al trabajo de l. ~~~r,Jl1tJ'y~."",,-que sirven para mostrar los
la propia conciencia. La tipificación y denomina- objetos con viveza y claridad.
ción obedecen a razones de didáctica y de co- 2 . .Pé!t~~I" que se emplean para expresar pa-
mercio intelectual, pero las figuras mismas han siones y sentimientos.
sido extraídas de la realidad oratoria.
3. Lógtcas, que sirven para dar fuerza y claridad )
El origen natural de las figuras puede compro- a las ideas. /
barse en el lenguaje del pueblo y del vulgo, que
las crea espontáneamente, y las utiliza, sin sa- 4. Iuge,n!.Qs»é!-~~ que se utilizan para ocultar o ve- I )
ber siquiera su nombre ni su clasificación retóri- lar el pensamiento.
ca. El lenguaje de los campesinos es particular- )
mente notable en este sentido. Las personas cul- I )
tas suelen emplearlas menos en la conversación Figuras descriptivas :¡,
habitual. En el discurso, el buen sentido del ora-
dor debe discernir cuáles figuras le conviene em- Las figuras descriptivas son las que sirven para )
plear y cuáles no. La oratoria exige el empleo de mostrar con mayor viveza y claridad los objetos.
figuras literarias más que cualquier otro género, Las principales figuras descriptivas son:
pero, al mismo tiempo, es menester recordar que Descripción. - Consiste en presentar. por me-
su aplicación depende en buen grado de la oca- dio de palabras. lugares, escenas. personas o co-
sión del discurso. el tipo de pieza y el auditorio. sas, de un modo vivo y artístico. La descripción,
Un discurso técnico o un pú bUco culto soportan en oratoria, no debe ser prolija, pues conviene
menos las figuras, mientras que ellas son de gran que vaya a 10 esencial, típico. característico y lla-
efecto en los discursos públicos o en los sacros. mativo. Puede hacerse por simultaneidad o por
Un reputado orador señala, con respecto a sucesión.
rI ellas. que "las figuras son felices cuando se las El estilo más adecuado a la descripCión es el
puede representar, cuando se las puede realizar". simple y natural. Una descripción está lograda
Las figuras ayudan a presentar de manera efec- cuando hace figurar en la mente del oyente el
tiva el pensamiento, facilitan la comprensión del cuadro completo, produciendo un efecto psicoló-
auditorio, y dan elegancia. color y fuerza a la ex- gico llamativo. La descripción debe ser viva, ani-
90 91 )
í ')
mada, dar ilusión de realidad y colocar ante la ha acabado su lectura. Libro prodigioso aquel
imaginación del público el objeto. en que se calcula todo antes de haberse in-
Esto se consigue percibiendo lo fundamental ventado la ciencia de los cálculos; en que, sin
de un objeto y presentándolo en forma ordena- estudios lingüísticos, se da noticia del origen
de las lenguas; en que, sin estudios astronó-
da, según la importancia de los elementos cons- micos, se computan las revoluciones de ~
titutivos. Describir es una de las tareas más di- astros; en que, sin documentos históricos, se,l'
fíciles, y no todos los escritores u oradores son cuenta la historia; en que, sin estudios fisicos, <$
descriptivos. En la descripción tiene particular se revelan las leyes del mundo. Libro prodi-
importancia' el empleo de los adjetivos, ya que gioso aquel que lo ve todo, que lo sabe todo,
ellos sirven para caracterizar a los objetos. que sabe los pensamientos que se levantan en
el corazón del hombre, y los que están pre-
El tono y el lenguaje de la descripción deben sentes en la mente de Dios; que ve lo que pasa
guardar relación con el tipo del discurso y el au- en los abismos del mar, y lo que sucede en
ditorio, para no incidir en discrepancias negati- los abismos de la tierra; que cuenta o predice
vas. El tono y el vocabulario de la descripción todas las catástrofes de las gentes, y en don-
pueden exaltar o disminuir un objeto, ennoble- de se encierran y atesoran todos los tesoros
cerlo, significarlo o ridiculizarlo. Una descripción de la misericordia, todos los 'tesoros de la jus-
ticia, y todos los tesoros de la venganza.
es buena cuando logra el efecto que el orador
pretende. Donoso Cortés, La Biblia.
La descripción puede originarse en la observa-
ción directa o indirecta. La primera está tomada
del natural; la segunda, de fuentes intermedia- Retrato. - El retrato es la descripción de una
rias, como fotografías, láminas, conversaciones, persona. Puede ser físico o moral, o ambas cosas
etc. Desde el punto de vista literario, interesa al mismo tiempo, según que atienda al aspecto
poco que el autor haya visto o no, con sus pro- corporal de una persona, al carácter, o combina-
pios ojos, el objeto natural, mas nunca debe dar- damente a una y otra condición. El retrato pue-
se la impresión de hablar en base a pura imagi- de referirse a un personaje histórico, vivo o real,
nación. Los principales peligros de la descripción o a un personaje imaginario, fantástico o nove-
son: la vulgaridad, la exageración y la fantasía. lesco. La técnica descriptiva es siempre la mis-
1I ma.
"La descripción es la piedra de toque de la ima-
••¡l ginación del poeta -dice Blair en su retórica-,
I El retrato histórico, sin embargo, exige veracidad,
) y la que distingue a un ingenio original del que obj etividad de información y gran sutileza de in-
I! no es más que un copista". Roustan ha señalado
) terpretación psicológica, pues sin estos atributos,
~ los tres requisitos de la descripción: "Mirar bien, se corre el riesgo de falsear la historia. Es nece-
) retener bien y reconstruir bien". sario, para ello, realizar previamente un estudio
) completo del personaje, la época, las circunstan-
li La Biblia. cias y el ambiente humano.
) Libro prodigioso aquel, señores, en que el
1I
) género humano comenzó a leer treinta y tres En todos los casos, es necesaria una gran capa-
~. siglos ha; y, con leer en él todos los días, to- cidad de' observación para apreciar los pormeno-
) das las noches, y todas las horas, aún no se
I
res físicos y psicológicos, una gran comprensión
~) 92 93
)
l!
)
para interpretar el carácter del personaje y una más severas, pues el· relato debe ajustarse es-
especial delicadeza expresiva para comunicar trictamente a la verdad, tal como está compro-
esos matices. Como requisitos comunes a todos bada y documentada hasta el momento. Por ser, )
los tipos de retratos, se cuentan la sinceridad, la en suma, una reconstitución histórica, rigen para
subordinación de lo accesorio a lo esencial, la ella las reglas de la metodología histórica. Los
armonía en el desarrollo de la descripción, "de otros tipos de narraciones (novelescas, mitológi-
suerte que de la complejidad se destaque la uni- cas. anecdóticas) permiten más libertad al ora-
dad", como lo exige el preceptista Miguel de Toro dor.
y Gómez: En oratoria. es útil el recurso de inventar he-
chos y narrarlos como reales, sobre todo por la
y la horda era Facundo; Facundo, encarna- fuerza demostrativa que encierran los relatos. )
ción de la más agresiva y procaz de toda la Esta creación de supuestos hechos se refuerza )
barbarie ambiente; Facundo ramificado en en grado sumo cuando el propio orador se pre-
pequeños satélites que le secundaban sin senta como actor del hecho narrado.
igualarle y reflejado como por una proyección La narración debe ser real, y si es inventada,
luminosa en ese Restaurador, que había debe ser verosímil. En su desarrollo, debe ser
aprendido a barnizar de cultura sus instintos. )
disimulando el "facón" bajo el frac. pero que breve. clara, ordenada, coherente y proporciona-
no era sino una edición~n pasta de aquel ori- da, en extensión y en tono, al contexto del dis-
ginal en rústica; Facundo. cuyo redomón se curso. Es preciso no dar demasiado lugar a la
diría empujado por todos los vendavales del imaginación, a fin de no peIjudicar la verosimili-
desierto y cuyos ojos negros brillaban entre la )
tud del relato. El orden es igualmente importan-
maraña de la melena y las barbas como dos te, para evitar idas y venidas que desfiguran y
pupilas de pantera en una selva; Facundo,
cuya nervuda diestra apretaba una lanza de
oscurecen el hecho narrado. La claridad se logra
ébano con virolas de plata. mientras hundía prescindiendo de lo inútil; la coherencia. desa-.
)
la mirada en quién sabe qué ideales sugeridos rrollando el hecho por orden cronológico. La pro-
por quién sabe qué salvajes atavismos miste- porción se consigue adecuando la extensión del
riosos: Facundo, en fin. que para ejemplo y relato al total del discurso, pues las narraciones
consuelo y enseñanza. había de morir dos ve- demasiado largas son fatigosas y molestan al
ces: primero. bajo el puñal de un asesino. y auditorio:
después bajo el plumazo de Sarmiento.
El pueblo madrileño. aquel día no midió sus
Belisario Roldán, Echeverria. armas, ni contó las enemigas. ni pensó en el
desenlace. ni escogió la ocasión. ni detuvo el
Narración. - La narración es la exposición or- brazo para la deliberación o para el concierto:
denada de un hecho o suceso. Ella está, como la el alrna nacional se declaró presente y afirmó
su voluntad de vida e independencia. que son
descripción, en el fondo de toda obra literaria. una sola cosa. Para esta obra insigne de la
Puede narrarse un hecho real o un hecho imagi- espiritualidad colectiva fueron iguales todos
nario, pero en ambos casos las exigencias retóri- los madrileños. borradas. en la común alteza
cas son las mismas. Cuando la narración es de del sentimiento patrio. todas las diferencias de
carácter histórico, las exigencias son mayores y condición. ¡Prerrogativa del alma por la cual )
94 95
)
,j
somos hermanos! Y sí. ahora. vedlo: no hay la viveza e interés de los casos enumerados. Se
I
en Madrid quien. por excelso que sea su lina- la denomina también 'acumulación':
je, por grandes que sean las proezas memora-
bles de sus mayores, no se enorgullezca con
la gloria de aquella multitud anónima; y el Aquí son las batallas. aquí las caídas. aquí
mismo Rey, la Majestad misma, cumbre de las victorias. aquí las coronas; quiero decir
toda grandC'¿a y fuente de todo honor, aquí que aquí son las caídas de los flacos. aquí las
í
está, ufanándose de ser hijo de Madrid y par- victorias de los esforzados y aquí las coronas :il
tiendo con los más humildes aquella herencia de los vencedores. y aquí. finalmente. toda la ji!,
96 97
)
)
blo al absoluto ejercicio de la soberanía que de república como un astro sobre un campo
por derecho le corresponde. de batalla; caballero de la benignidad y la
concordia, a quien ni las tiranías ni el soma-
Emilio Castelar. tén de las turbulencias diarias consiguieron
Discurso del 22 de septiembre de 1854. disminuir un momento el inmutable equilibrio
de tu numen; electo de este gran corazón ar-
gentino que hiciste de tu vida un modelo y de
tus balcones un altar, a cuyo pie se agrupa-
Anlílesis. - Esta figura es la contraria de la ran las nerviosas multitudes para recibir el
comparación. Consiste en anteponer una idea a Verbo inspirado. que a veces cayó sobre las
otra. con el objeto de hacer resaltar y dar fuerza cabezas como riego bienhechor en campo
a la que explicamos. Es más efectiva y brillante seco; insuperada conjunción de todas las vir-
cuanto más simétrica es la construcción de am- tudes nativas. tan exuhcrante de gravitaciones
bas frases y cuanto más opuestos son los voca- irresistibles que sin hablar. sin accionar. sin
erguirse. sin aparecer -con sólo vivir- ejer-
blos con que la expresamos. Se la denomina cías. a la manera del Sol sobre los mundos del
también 'contraste': sistema. el imperio dinámico de la total armo-
nía ...
Si os preguntan pues: ¿cuántos sois? res-
ponded: somos uno; porque nuestros herma- Belisario Roldán. Mitre.
nos somos nosotros mismos y nosotros nues-
tros hermanos. Dios no ha creado ni peque- Conminación. - Consiste en amenazar o
ños ni grandes. ni amos ni esclavos. ni reyes anunciar graves daños a la persona o cosa per-
ni vasallos; sino que ha hecho a todos los
hombres iguales. sonificada a la que fingimos dirigir la palabra.
para producir temor y evitar daños:
Lamennais.
Amaos y ayudaos los unos a los otros. ¡Tres veces felices los que estén con nos-
otros! Prosperarán en su hacienda y en su
condición. ¡Felices los que permanezcan neu-
Figuras patéticas trales! Tendrán tiempo para conocernos y se
pondrán a nuestro lado. Pero ¡desventurados. )
Las figuras patéticas son formas artísticas de tres veces desventurados los que se armen por
expresar pasiones y sentimientos. con el obj eto los mamelucos y combatan contra nosotros!
de reforzar la expresión. Las principales figuras No habrá esperanzas para ellos: ¡todos pere-
son: cerán!
98 99
tiene miedo de que vuestra Asamblea se em-
pobrezca de buenos ciudadanos? ¡Vamos
errores! ¡Miserablcs excusas! ¡Partid. llevad la
energía a todas partes. y habréis cumplido
vuestras funciones! El más santo ministerio
que podríais ejercer es decir al pueblo: "¡Se-
guid el impulso que nosotros os aportamos!
¡Que perezcan nuestros enemigos!"
Salmos, VII, 6.
r
Exclamación. -- Esta figura es la expresión
viva, a modo de grito, de un sentimiento, emo-
o ción o pasión, en forma admirativa:
----------------------------------------------------------------------------------------~o
________________________________________________________________________________________ ~e
Amigos míos. escuchad una palabra, una
sola palabra. Dos siglos de depredaciones y de
_________________________________________________________________________________________so pillajes han cavado el abismo en que el reino
está próximo a ser tragado. ¡Es necesario lle-
nar ese vacío espantoso! Y bien, he aquí la
lista de los propietarios franceses. Elegid en-
'. tre los más ricos. a fin de sacrificar menos a
los ciudadanos; pero elegid: ¿porque acaso no
n es necesario que perezca un corto número
=====================================================================s para salvar a la masa del pueblo? Vamos, es-
tos dos mil notables poseen con qué llenar el
déficit. Poned en orden las finanzas. la paz y
la prosperidad del reino... ¡Golpead. inmolad
sin piedad a esas tristes víctimas! ¡Precipitad-
las al abismo! Éste se cerrará de nuevo ...
101
, )
)
)
Vosotros retrocedéis con honor ... ¡Hombres Estriba en atribuir cualidades
Personificación. -
inconsecuentes! ¡Hombres pusilánimes! humanas. propias de las personas, a los seres o )
cosas inanimados o abstractos: )
Mirabeau. Sobre la bancarrota.
26 de septiembre de 1789. ~ )
La locomotora, después de haber recorrido / ~
centenares de leguas. ha entrado por fin en la ~ )
Hipérbole. - Consiste en exagerar, extrema- Tierra Prometida -la tierra del sol ardiente. )
damente, las cosas y los hechos, para impresio- del suelo fecundo y del laurel altivo que ha
abatido sus frondosas hojas para alfombrar su )
nar el ánimo de los oyentes o de los lectores. Es
una figura muy usada en oratoria: paso. Ella ha venido. y ella es la industria. el )
comercio. el arte, la ciencia. la poesía. la con-
ductora de hombres y la regeneradora de )
¡Dios! ¿En dónde podré hallar un asilo con- pueblos. Esta tierra es desde hoy suya; y yo le
tra tu cólera, si mi conciencia llegare a acu- entrego en dominio perpetuo los árboles de la
sarme? Aunque saliese del mundo. siempre selva virgen, la caña azucarada. el café aro- )
me alcanzarlas. ¿Podría el ciclo ocultarme. si mático, el añil con sus vivos tintos y los pro-
duelos todos del suelo intertropical. para que )
quisiera huir lejos de ti?.. ¡Estás allí! ¿El
abismo? ¡Estás allí! ¿Podría la muerte sus- los derrame pródiga y triunfante por los de- )
traerme a tu poder? Nada ¡oh. nada puede más pueblos privados de estos dones.
sustraerme a ti! ¡Por doquiera estás cerca de )
-,
mI. Nicolás Avellaneda. En la inauguración
del Ferrocarril Central Norte.
Federico Schiller, Presencia de Dios. )
Esta figura se denomina 'prosopopeya' cuando )
se hace hablar a esos seres inanimados.
Pennisión. - Estriba en autorizar a alguien,
con despecho e ironía, para que haga o continúe
haciendo algún malo dai'io que resulta peIjudi- Interrogación. - Es una figura bastante gene-
cial: ralizada en la oratoria. por medio de la cual for-
mulamos una pregunta. no en espera de una
Yo ya sé. quisiera ignorarlo, que hay quie- respuesta. sino con el objeto de dar una forma
más atractiva a nuestras ideas. Equivale, en )
nes dicen que ése es un sentimiento arcaico;
acaso vosotros lo oiréis decir alguna vez. ¡Te- esencia, a una afirmación:
nedles lástima a los que lo dicen! Padecen la
embriaguez de un naturalismo embrutecedor Tiende los ojos por todo este mundo visible.
y no saben que su propia impotencia les pre- y mira cuántas y cuán hermosas cosas hay en
serva de la regresión a una semibestialidad él. ¿Cuánta es la grandeza de los cielos?
salvaje. Porque el sentimiento de la Patria es ¿Cuánta claridad y resplandor del sol y de la
uno de los atributos que. con valla infran- luna y de las estrellas? ¿Cuánta hermosura de
queable, nos separa de los ·irracionales. la tierra. de los árboles, de las aves y de todos
los otros animales? ¿Qué es ver la llanura de
Antonio Maura. A los voluntarios catalanes los campos, la altura de los montes, la verdu-
supervivientes de la guerra de África. ra de los valles, la frescura de las fuentes. la
102 103
gracia de los ríos repartidos como venas por el respeto más .cordial a este m..agistrado legí-
todo el cuerpo de la tierra, y sobre todo la an- timo; lo seguiré cual ángel de paz. lo sosten-
chura de los mares poblados de tantas diver- dré con mi espada y con todas mis fuerzas.
sidades y maravillas de cosas? Todo añadirá energía. respeto y sumisión a
vuestro escogido. Yo lo juro. legisladores; yo
Fray Luis de Granada, Guia de pecadores. 10 prometo a nombre del pueblo y del ejército
colombiano.
Subyección. - Es la combinación en el dis-
Simón Bolívar. Mensaje al Congreso
curso, de una pregunta y una respuesta, formu- Constituyente de Colombia, el 20 de enero
ladas ambas por el orador: de 1830. día de la instalación de aquel
cuerpo.
¿Es necesario obrar? Ellos peroran. ¿Es ne-
cesario deliberar? Ellos quieren comenzar por Esta figura toma el nombre de 'imposible'
obrar. ¿Están calmos los tiempos? Ellos se cuando se expresa que antes se alterarán las le-
oponen a todo cambio útil. ¿Están tormento- yes de la naturaleza que deje de cumplirse lo que
sos? Ellos hablan de reforma para trastornar- afirmamos.
lo todo. ¿Queréis contener a los sediciosos?
Ellos reclaman la clemencia de César. ¿Que-
réis arrancar a los patriotas de la persecu- Figuras lógicas
ción? Ellos os proponen como modelo la seve-
ridad de Bruto. Ellos descubren que tal per-
sona ha sido noble cuando sirve a la Son formas de presentar los pensamientos de
República. y no se acuerdan más de ella modo que tengan más claridad y fuerza demos-
cuando la traiciona. ¿Es útil la paz? Ellos in- trativa. Las principales figuras lógicas son:
vocar! las palmas de la victoria.
Amplificación. - Consiste en expresar una
Robespierre, Discurso sobre los principios idea bajo distintos aspectos; su utilidad radica en
rrwrales que deben guiar la Convención, que permite explayar un pensamiento, hacerlo
18 del Pluvioso del año II - comprender mej or y darle mayor fuerza de de-
7 de febrero de 1794. mostración. Es un gran recurso oratorio y facili-
ta excelentes despliegues artísticos:
Obtestadón. - Es unjuramento de orador, en
que se pone por testigo a Dios o a los hombres. Quiero ser español. y sólo español; yo quie-
Se denomina también a esta figura juramento: ro hablar el idioma de Cervantes; quiero reci-
tar los versos de Calderón: quiero teñir mi
fantasía con los matices que llevaban disuel-
El magistrado que escojáis será sin duda un tos en sus paletas Murillo y Velázquez; quiero
iris de concordia doméstica. un lazo de frater- considerar como mis pergaminos de nobleza
nidad. un consuelo para los partidos abatidos. nacional la historia de Viriato y del Cid; quie-
Todos los colombianos se acercarán alrededor ro llevar en el escudo de mi patria las naves
de este mortal afortunado; él los estrechará en de los catalanes que conquistaron a Oriente.
los brazos de la amistad. formará con ellos y las naves de los andaluces que descubrie-
una familia de ciudadanos. Yo obedeceré con ron el Occidente. quiero ser todo de esta tie-
104 105
1)
)
)
ITa. tendida entre los riscos de los Pirineos y encuentro el arte en los preceptos estériles de
las olas del gaditano mar; de toda esta tierra. la escuela ...
ungida. santificada por las lágrimas que le
costara a mi madre mi existencia; de toda esta Andrés Bello. Discursos.
tierra. redimida. rescatada del extranjero y de
sus codicias. por el heroísmo y el martirio de Se la conoce también con el nombre de protep-
nuestros inmortales abuelos. siso
Emilio Castelar. La patria.
Paradqja. - Consiste esta figura en unir dos
Gradación. - Se la denomina también expoli- ideas o hechos a primera vista inconciliables:
ción o conmoración. Es una forma de exponer las
ideas. en forma gradual y progresiva, ya sea au- Qué satisfactorio <;!s para mi, señores. ver-
mentando, ya disminuyendo el tono. Se la deno- me hoy, como en otro tiempo Timoleón, acu-
mina también clímax: sado ante un Senado que él había creado,
acusado por los jóvenes. acusado por malver-
sación, después de los servicios que había he-
Sube ahora. elévate. asciende. danos tu cho a la República, y el poderos decir sus
alma y tu numen, transfigúrate en luz. desva- mismas palabras al principio del juicio: oíd a
nécete en núcleo, magnificate en astro. cons- mis acusadores --decía aquel grande hom-
télate en sol... Sé para nosotros los que que- bre-, oídios, señores, advertid que todo ciu-
damos la lumbre propicia que nos guíe en las dadano tiene derecho de acusarme, y que en
horas supremas de la tribulación y el descon- no permitirlo daríais un golpe a esa libertad
cierto; inspíranos. señor, que aquí. en el seno que me es tan glorioso haberos dado.
de esta tieITa que te amó como pueblo alguno
osó jamás a un hombre. tu recuerdo retoñará Antonio Mariño, Discurso de defensa.
eternamente en las notas graves y pausadas
del himno de la Patria ...
Sentencia. - Denominase así a una reflexión
Uelisario Roldán. Mitre. o pensamiento importante expresado en forma
sucinta en una frase. Es condición esencial de la
Anticipación. - Se comete esta figura cuando sentencia que ella se ponga de manifiesto en for-
se rebate, por anticipado. alguna objeción que ma nítida y terminante dentro del discurso:
presumiblemente hará el oyente a nuestra afir- ¿Hasta cuándo has de abusar de nuestra
mación: paciencia, Catilina? ¿Cuándo nos veremos li-
bres de tus sediciosos intentos? ¿A qué extre-
¡El arte! Al oír esta palabra, aunque tomada mos se arrojará tu desenfadada, audacia? ¿No
de los labios del mismo Goethe. habrá algu- te arredran ni la nocturna guardia del Palati-
nos que me coloquen entre los partidarios de no ni la diurna vigilancia de la ciudad, ni la
las reglas convencionales. que usurparon alarma del pueblo, ni el acuerdo de todos los
mucho tiempo ese nombre. Protesto solemne- hombres honrados, ni este fortísimo lugar
mente contra semejante aserción, y no creo donde el Senado se reúne, ni las frases y
que mis antecedentes lo justifiquen. Yo no semblantes de todos los senadores? ¿No com-
)
106 107 )
)
Perdón ... ¡No! La caridad cristiana perdona
) prendes que tus designios están descubiertos? al que se purifica en el arrepentimiento y el
¿No ves tu conjuración fracasada por cono- dolor; pero la conciencia cívica no perdona a
cerla ya todos? ¿Imaginas que alguno de nos- los tiranos, ni la muerte los sustrae del ana-
otros ignora lo que has hecho anoche y antes tema transmitido de una a otra edad. Rosas,
de anoche, dónde estuviste, a quiénes convo- que perseguía el cadáver de Lavalle para de-
caste y qué resolviste? ¡Oh, qué tiempos! ¡Qué leitarse como un chacal, gruñendo sobre sus
) costumbres! carnes descompuestas; Rosas, que daba
) : ~i muerte al feto palpitante en las entrañas de
Cicerón, Primera Catilinaria. una mujer ... no, no será perdonado.
forma bella, agradable, graciosa, variada o con- roísmo para. hablar bien de un gobierno que
veniente: para hacer una revolución. Yo he envejecido, )
señores. sin ensayar este segundo valor, por-
que nunca he sido revolucionario. pero siento
Vencido por la debilidad corporal que iba el coraje de la justicia y no callo, ni oculto su ) :'
aligerándole el alma en anticipada elevación voz impecable.
de vuelo. entornó con la serenidad de los bue-
nos y de los fuertes. sus ojos claros de niño Roque Sáenz Peña, Discurso programa. )
preguntón; y para decirlo con la más cariñosa
de sus metáforas, el gran sueño cayó sobre él Cuando la ironía es mordaz, cruel e injusta, se
como una parva sobre un chingolo. Feliz quien denomina sarcasmo.
puede dormirlo así. bajo la dorada pesadez de
sus mieses.
Atenuación. - Esta figura consiste en expre-
Leopoldo Lugones. Oración fúnebre sar menos de lo que corresponde a una persona
ante la tumba de Ricardo GÜiraldes.
o a un hecho, para dar a entender, por contras-
te, que es mucho más. Se presta a la ironía y al 1,10
110 111 )
)
.'
misma, y así, lejos de pretender aislarla en Las estadísticas son un recurso bastante gene-
una fórmula dirigida a la inteligencia, procu-
ramos, por el contrario, materializarla en una
ralizado en cierto tipo de disertaciones. Prueban.
forma que otorgue alegría al alma por inter- aclaran y ejemplifican por el prestigio de los nú-
medio de los sentidos. meros. Las referencias estadísticas deben darse
en forma sumamente clara y con exactitud cien-
Osear A. Wilde, A los estudiantes del arte. tífica. Las presunciones o la mera opinión indivi-
dual no son estadísticas. No deben abundar de-
Preterición. - Por medio de ella expresamos masiado y conviene presentarlas en forma com-
que no hablaremos de un asunto, cuando en re- prensible, para lo cual se aconseja traducirlas a
alidad ya lo damos a conocer con esta simple formas y cifras habituales a la mentalidad co-
aclaración: mún. Es más convincente decir que en el mun-
do, de cada tres personas dos viven sin suficien-
No queremos repetir lo que tantas veces se
te alimento. vivienda. ropa y asistencia sanitaria.
ha escrito: la explosión de entusiasmo con que que referir aritméticamente los datos abstractos
fue saludado el joven orador que apareció de pertinentes.
improviso en Catamarca, pronunciando aque- Las historias, biografías, anécdotas y fábulas
llos dos discursos patrios que conmovieron son otra forma de ilustración. Pueden originarse
toda fibra argentina, y corrieron rápidamente en hechos históricos reales, en la leyenda, la mi-
por la América.
tología o la experiencia propia del orador. El pú-
Nicolás Avellaneda, Mamerto Esquiú.. blico moderno se interesa particularmente por
las que tienen relación con su experiencia inme-
diata. .
Las citas son transcripciones de palabras aje-
Procedimientos modernos de desarrollo nas. Deben escogerse con criterio selectivo y ve-
nir al caso. El orador deberá respetar la textua-
Aparte de las figuras retóricas clásicas, se lidad de la frase y en todos los casos, mencionar
aplican en la oratoria moderna ciertos procedi- el autor o la fuente de origen. Se presupone que
mientos destinados a dar variedad y fuerza a la la.cita se hará recurriendo a fuentes de gran au-
exposición. toridad.
Los ejemplos, reales o hipotéticos, suelen in- Las ilustraciones son de gran utilidad en cierto
troducirse en el discurso para aclarar o ilustrar tipo de disertaciones. Pueden emplearse mapas,
ideas generales o conceptos de dificil compren- gráficos, diagramas, modelos u objetos reales, dia-
sión. No siempre son reales, ni necesitan serlo. positivas, películas cinematográficas, encerados,
Basta que sean verosímiles, honestamente pro- discos, grabadores, pinturas, teatralizaciones y
puestos y de vigor demostrativo. Lo particular, lo todo cuanto sirva para esclarecer la palabra. Las
inmediato, lo concreto, lo vital, lo sucedido, im- ilustraciones tienen la vent3Ja de aflojar la tensión
presionan más al auditorio y tienen mayor poder psicológica del expositor, animar y variar el ritmo
de convicción que lo general, lo remoto, lo abs- del discurso, llamar la atención del público y ayu-
tracto, lo teórico o lo irreal. dar la retentiva.
112 113
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i
j
1 )
Estilo y persona )
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de escribir como el fruto natural de la práctica. La lengua hablada tiene sus propias leyes, que
Algunos refranes populares aluden también a las no son las mismas de la lengua escrita. El len-
)
bondades de la ejercitación como medio de ad- guaje oral permite -y aún más, necesita- repe-
)
quirir una nueva naturaleza; valga aquí el cono- ticiones, suspensos, interrogaciones, exclama-
cidísimo paremia español: "El ejercicio hace ciones, y toda una suerte de procedimientos que
maestro". Los partidarios de las condiciones na- son totalmente desaconsejables en la composi-
turales sostienen, por su parte, que el don orato- ción escrita. En cuanto a la frase oratoria, es
rio, como los demás dones artísticos, se traen del muy diferente en su estructura de la escrita ya
nacimiento y no hay academia capaz de superar- que debe tener un ritmo y una extensión que no
los. Estos son los que se pertrechan tras del re- tolera el lenguaje escrito. Idéntica afirmación
frán: "Lo que natura non da, Salamanca non puede hacerse con respecto al vocabulario. Asi-
presta". mismo, los errores sintácticos o de construcción
No toca decir aquí sobre tan debatida materia, son menos graves en el discurso hablado, pues
porque no tendrá decisión definitiva jamás. La el público en general no los percibe, ni tienen
experiencia, en cambio, es testigo de que los más tampoco gran importancia.
grandes escritores y los más famosos oradores de Quienquiera que haya tenidó que corregir al-
todos los tiempos han sido formidables trabaja- guna vez la versión taquigráfica de un discurso
dores y han elaborado su estilo artístico a fuerza propio e improvisado, comprenderá rápidamente
de estudio, ejercicio y paciencia. No en balde se lo difícil que resulta adaptarlo para la lectura, y
ha dicho que el genio no es más que una larga hasta es muy probable que no reconozca en esa
paciencia. Lo cierto es, por otra parte, que el es- versión su propio estilo escrito. La palabra ha-
tudio y la ejercitación han elevado siempre a los blada, en síntesis, pertenece a un orden de co-
artistas por encima de sus propias condiciones sas especial, donde rigen exigencias propias.
naturales. En la historia de la elocuencia, basta ¿Cuáles son las cualidades del estilo oratorio?
sólo con pensar en los largos y pacientes estu- El estilo oratorio debe tener: verdad, claridad,
diOS de Demóstenes, Cicerón y Lincoln, para belleza, vitalidad, adecuación, ritmo y naturali-
comprender que tampoco los hombres superio- dad.
res han podido sustraerse a esta inexorable ley
del arte. '
Cualidades del estilo oratorio
<.... ----
El estilo oratorio
Verdad. - En primer lugar, la palabra lLablá-"
El estilo oratorio existe. La palabra hablada está da debe ser verda . a.h>' ~6e ariuñaar sóiO la
por naturaleza sujeta a condiciones distintas de la yer a _X~ envolver nunca la mentira. ,~rl!>lrn.
palabra escrita, y ésta es una incontrovertible ver- significa aqm el acüe:..~.~_~!~!Q3(ú-é:J?:~!2~§1!nii§
dad que todo orador conoce. No se habla como se yro-que decirrm~ecrr, no ser artificiosos fic-
escribe. Por esta razón, el discurso escrito para ser .
tlcios:--rnl~t!~:J~:r'pü15rrco' ~'acrvierté> en'ség~l a
leído debe componerse de acuerdo con las carac- cllañcroer autor habla de algo en lo que no cree,'
terísticas del estilo hablado. algo que no siente, ni le brota con necesidad de
117
116
, ~:;o~~~~~ )
Jo '\tiJ)A..l (!JLO\A ., )
dos a medida que ellos vayan incorporándose escoger siempre la más inteligible. La belleza del
naturalmente a nuestra manera de pensar y de discurso no tiene nada que ver con el vocabula-
decir. El hombre colocado en orador resulta pe- rio extraño ni con la sintaxis desacostumbrada.
dante. fatuo y ridículo. si no lo es en realidad. Conviene prevenirse, sin embargo, contra la
Hay que volar hasta donde nos llevan las propias idea de que la claridad y sencillez del habla sean
alas. Estilo verdadero es el que nos es propio y lo mismo que el habla vulgar. insípida y elemen-
natural. tal. Una cosa es decir pensamientos profundos
con sencillez, y otra muy distinta decir neceda-
<Qari~ La segunda condición es la clari- des en forma también sencilla.
'aad. Este prinCipio se apoya en el más elemental
sentido común: ha, lamas para comunicarnos Belleza. - Un discurso es también una obra
con el prójimo y est comunicación es impoSible de arte. y por consiguiente. debe cumplimentar
o nos expresamos con c ari a , . _ o la belleza. Importa distinguir aquí 10 que es be-
pensam eno es :onfundtdu entre un montóii lleza. para que no se confunda con el alambica-
==-~"""""'~'='-~;-~"'''''''''''·'T_~, ;.~" '" __~_~,....:"",r."""",,,,,,,,;.,,.\_,,,,,r.,...,,.;,=rt~I-1'>··'~~"""~-"··"""""""~=:""'I"" .......'_.-~.~.. miento literario. Bello es un término muy amplio,
que comprende varios grados. Hay varios modos
)
118 119 )
de belleza, que van desde 10 elegante hasta 10 nunca elocuencia. Para lograr la belleza, es inú-
sublime. Se comprende, entonces, que la belle- til el empleo de los procedimientos de desarrollo
za de un discurso deba estar subordinada, en o figuras de pensamiento.
cierto modo, a la finalidad del discurso, al audi- En íntima relación con la belleza está la mesu-
torio, al tema. Un discurso científico será bello ra que debe regir el discurso. Hay que saber
cuando sea claro, bien organizado, sobrio, de- contenerse para ser artista. En la antigüedad no
mostrativo, y si es posible, algo elegante. Un ser- se exigía esta condición, pues se pretendía que
món sacro, en cambio, para ser bello, tendrá que todo discurso fuera abundante y que el orador
conmover hasta 10 más profundo el corazón y la revelara poseer esa "boca redonda" que Horacio
mente de los feligreses, elevar el espíritu hasta el admiraba en los griegos. Cicerón usaba de la
éxtasis religioso y provocar en ellos el amor infi- abundancia expresiva, porque en aquellos tiem-
) nito, y esto sólo se consigue con la sublimidad pos el concepto de la elocuencia 10 exigía.
) oratoria. Modernamente, las cosas han cambiado. Has-
El imperativo de verdad, naturalidad y claridad ta las grandezas de un Castelar nos parecen hoy
que se exige a todo discurso, no significa que la fuera de ocasión. El siglo xx es un siglo realista.
pieza oratoria sea banal, trivial, vulgar o chaba- natural, contrario a la copioSidád expresiva. Se
cana. Un discurso requiere un mínimo de belle- exige más pensamiento y menos forma. más
za, de acuerdo con su naturaleza: debe estar bien sustancia y menos envoltorio. La sensibilidad
escrito o bien dicho. Ese mínimo impone que la actual no tolera superabundancias retóricas, y
sintaxis sea por 10 menos correcta, que los voca- prefiere la síntesis demostrativa y la elegancia
blos sean dignos y acertados, que no se interca- escueta.
len vulgaridades, necedades o indiscreciones. que Tampoco la mesura debe interpretarse como
) la lengua sea la castellana sin mezclas espurias sequedad y penuria de elementos. Ella compren-
de vocablos extranjeros -salvo las excepciones de el empleo justo, equilibrado, suficiente, de re-
insalvables-, que no haya vulgarismos, ni tecni- cursos retóricos; expresar todo 10 que se deba
cismos, que no sea retorcido el pensamiento ni expresar, emplear todos los recursos estilísticos
la frase, que sea pronunciado en correcta condi- y retóricos que sean necesarios, pero ni uno más.
ción, entonación y articulación. Para obtener este fin. deben evitarse las acumu-
)
I
,
i
La belleza en materia oratoria suele ser mal 1aciones injustificadas de sinónimos, eludir los
interpretada a menudo, y es conveniente preca- paréntesis abundantes y las intercalaciones in-
verse contra ese preconcepto. Se pretende que un necesarias, no abusar de las imágenes, de las
discurso, para ser bello, debe ser pomposo, ro- comparaciones ni de los objetivos, relegar al olvi-
tundo, grandilocuente, exagerado. ¿Es que la so- do los términos pedantes y eruditos, en una pa-
briedad no puede ser belleza, como la modestia y labra, ser sobrio dentro de la riqueza.
la sencillez? El prejuicio indicado suele llevar a
)!
los creadores inadvertidos a la verbomanía, la Cvit~~~:-\- ~abrª, hablada debe tener
)
teatralidad. la verborrea insustancial, la exage- un:ª~~<rr~ita1.L a'._'J._¿~]~~rª;.1~aTIai~~-
ración y, de paso, al ridículo. Esta belleza será contrario de esto es el discurso'palido, morteci-
una orgía verbal, como la calificara un autor, y no, sin dinamismo, frío, que se dice sin pasión
120 121
\ I
)
ni sentimiento. No hay que creer que la vitalidad El buen orador sabe cómo variar los modos de
del discurso involucre gestos desmesurados, fra- su discurso con procedimientos formales. Alter-
ses pomposas, epítetos altisonantes y toda una na las frases cortas con las largas, intercala
serie de defectos en que suelen incurrir los ora- anécdotas, deslumbra súbitamente con una fr~
dores de teatro. Por vida debe entenderse lo con- se profunda, hace la broma oportuna cuando He- ,:f
trario de muerte, y un discurso es muerto, cuan- ga el momento, llama la atención con un gesto. <$
do no nos llega en nuestra condición de hom- profiere interrogaciones y exclamaciones. inter- "".
¡i· bres. pela a un oyente. invoca a la patria o a Dios,
La vida es, simultáneamente, ruda, generosa, jura. efectúa citas, guarda silencio, acelera o re-
cruel, triste, emotiva, risueña. trágica: no falta en tarda la velocidad de su discurso. eleva o baja el
ella nada. Tampoco debe faltar en el discurso. En tono de la voz.
cada momento, en cada oportunidad. debe ser de En lo que concierne al contenido de su di-
esas maneras, de todas las maneras como es la sertación ..!l~a el~é!~~ni1lSldad.
vida misma. El discurso debe tener una liqueza lo conserva eu:e!mis.t.e,~~la,§J-l:Q,ilam.eIk-
de tonos. una gama de expresiones que lo abar- te, cuand.9..1!,1!n~s~,,§.e.,<~.,2...Jl4~,ªn.á lisis .sull:..
que y comprenda todo. les. pronuncialiases con11:!ºy~dg,ras,,.,en,.fin•..1rata..
Ésta es la razón por la cual se repudian los de(¡Uéli·expo'SIéióñ"·ofrezca un anorama múlti-
~l _'''''''''·....".'--'~· "."":"'~~";.G'''''-"\;"~..,r""..;:.,~-c,..""-.,"-"",.;=",,,..,..,;.,,,,,,,,,,.,....-~_!.~e~,,,".~~r:~,..,l~~~~
discursos relamidos. afectados. pulidos. retoca- pe.
:O--'<: .... ...,'i
----~
dos como fotografías. No revelan realismo. Esta
cualidad se logra desterrando las expresiones re- Adecuació - Una cualidad importantísima
buscadas. las frases simétriCas, las palabras en re anca se logra subiendo o bajando el liris- )
desusuales. los objetivos postizos y repetidos, los mo de acuerdo con la altura del asunto. gesde .el )
enlaces gramaticales abstractos, las metáforas lenguaje famiJiar al solemne. Existen frases y )
triviales, los clisés habituales. los lugares comu- pa-i'a6iáS"¡j'aranarmrrclerneroe muerto como del
nes expresivos, el impersonalismo retórico del triunfador deportivo, para hablar del despotismo )
orador, la estilización falsa de las frases. las del tirano y de la santidad del monje. existe un
comparaciones remanidas, la falta de anécdotas, estilo de carne, de bronce, de hierro, de mármol,
ejemplos, las citas demasiado frecuentes, los de granito, de acero, como dice un tratadista. Lo
versos fuera de tiempo, el abuso de términos inlportante es atinar con el tono justo que exige , )
abstractos. la continua referencia a ideas y no a el tema. Amiel solía decir: "El único estilo que me
J hechos concretos, los témlinos vagos e impreci- agrada es el estilo de las cosas", Ahí radica el se-
~ sos, creto: hablar de cada cosa con el estilo que con-
~ Para log!:ar _"l~_ ~i"~~~,!~,~_~""el.9~~~!~5:>_..~ebe ~er dice con su naturaleza.
va~aneaaa,-en retorica. ~~~~,~¿nUP1!- La segunda f~rma de adaptación es la del esti-
d'wiJl!L.lQI!2~' d..tL.~ursos. de_,P!gcg:2:~~<:n~?S. lo al auditorio. Este debe ser tomado tal como es,
El discurso no puede S'el rnonocorue, siempre y no con lamentos sobre cómo debería ser. El
igual a sí mismo. sin sorpresas, sin novedades. orador está obligado a ser realista con su públi-
sin imprevistos. EJ..QJ{S!nte ~9E~~~~:::,~~a mo- co y hablarle a cada oyente como es. Esto exige
notonía y cae en el fastIdIo y el aourrIrrilento. que antes de hacer uso de la palabra, el orador
------"""""''''''~', ... ·"·,,,,,~ .• ,.¡;~"¡é~;"'Ú\S._~..:.~~~!~~,_,,,,,....... _~~:.-~..~.,," ...:._,_,,_;"'_"'_~~
122 123 )
)
, I
recabe toda la información necesaria, para saber dicho que su ritmo debe situarse a mitad de ca-
en qué escala de espiritualidad están colocados mino entre ambos. La lectura en voz alta de al-
sus oyentes. gunos famosos oradores, en su lengua original,
Al preparar el discurso, debemos pensar conti- nos revela en seguida su dominio del ritmo.
nuamente en nuestro público, ponderar cada El ritmo tiene sus resortes que conviene cono-
palabra, cada frase, cada pensamiento, cada re- cer. Así, los períodos largos son más apropiados
curso estilístico, en función de nuestros próxi- para ternas majestuosos, mientras que los cortos
mos oyentes, anticipándonos a la reacción que se adecuan mejor a los temas cotidianos. Los pe-
éstos tendrán frente a nosotros. ' ríodos largos son lentos, los cortos rápidos, y la
El estilo debe ir directamente al público, al rapidez y la lentitud tienen relación con la noble-
hombre, a su condición humana. La palabra za del asunto. El discurso político admite un rit-
debe ser una especie de diálogo entre el orador y mo majestuoso; el docente, no. El terna apasio-
el público, una comunicación directa entre am- nado requiere un ritmo más acelerado y corto, el
bos. El orador no debe dar la impresión de estar calmo uno más retardado.
hablando a un conjunto impersonal, anónimo, En realidad, cada orador d~be imponer a su
que lo escucha desde abajo. Por el contrario, discurso el ritmo que es consustancial a su na-
aunque nos dirijamos a un conjunto, debemos turaleza, a su modo de sentir las cosas; enton-
emplear un estilo expresivo que haga sentirse a ces ese ritmo será natural, grato y no artificioso.
cada oyente como destinatario particular de ]:~ra 1j~g,r.~r.Jlg_122¿en Wno, deb~e\[itar~-
nuestro mensaje. El oyente no puede verse solo,
ni vernos sólo a nosotros, hablando desde la al- ~~oE~~l~*
que aernar las [rases"cOrtas' con'1aslargas, y
tura de nuestro estrado. ¡,I
Esto se consigue empleando interrogantes, ambas con los silencios oportunos. La puntua- ji!
l'
apóstrofes, interpelaciones hablando en plural, ción debe cuidarse especialmente, respetando los
contestando por ellos, anticipándonos a sus ob- signos respectivos. Deben vigilarse, asimismo, las
jeciones, señalándolos con la mano, mirándolos uniones de unas palabras con otras, para evitar
con habilidad, y cuando la ocasión lo permite, hiato~,g,~§Jlg~ª-dables.
dirigiéndonos con preguntas o interpelaciones a ~ ~s'hablar en forma 1!~~.JWlP
alguno de ellos, y aun tratándolos por su nom- art1fl.gQ§.a_~,J:ec.,ur,tit,.ª,. j51nañfa$m ..Q:rr~tllu -
bre si viene al caso. st¿ales,..~S>,!!!QU~,~gª~,.,.,~~r,~mQP¡Q$a~"J)Jl}~~m~e
La norma es establecer un contacto humano y llamativas.
real entre el público y nosotros. Esto hará sentirse El estIroOratorio moderno tiende cada vez más
a cada oyente al lado nuestro y comprenderá que .aJ,d~nttl1carse coner::comrllilI~~c:.liarno
10ca30
hablamos para un público humano, para él y para
no ~ar~ un sUje~o anónimo y teórico.
Por ultImo, el ntmo. El ritmo es el
d§b~. corifundirse.~~~fU!9-!,,:Ylllggr_o fi~
_miliar. Esefesffio propio de la conversaciónTor-
mal, el equivalente en lo escrito al empleado en
) /' Jlli>vimiento de la frase. En prosa, el ritmo es li- los diarios serios.
b.re, sin :n:~lo:a:§ fIJas, mientras que en poesía el La falta de naturalidad es sobre tOdo.2!Q"table".,
)
( ntmo esta ÍlJ ado por reglas. De la oratoria se ha eñeT uso ael vocabularto::Y~Lm~ill?~~.!!'l:)~._,<"
'~ ,,,", ,,l
,,-,,-,,_._--_._.__.......---_.~- . . . . ' ..
126 127
)
)
)
sublime (grave o grandioso). Cada estilo está de- El estilo moderado es intermedio, supera en
terminado por el asunto del discurso y el carác- ornato y elegancia al simple, sin llegar a las ex-
ter del orador y del público, pues se comprende celencias y adornos del sublime. En los tiempos
que las palabras han de estar adecuadas a los actuales, es más frecuente y aceptado:
objetos2 •
Murió Pompeyo por vuestra desdicha: vivió
El estilo simple es el que corresponde a la César por vuestra ruina: mátole yo por vues-
'1 conversación y a la expresión habitual de las tra libertad. Si esto juzgáis por delito, con va-
personas cultas. En la oratoria moderna, coinci- nidad lo confieso; si por beneficio, con humil-
de exactamente con el que se aplica en la espe- dad os lo propongo. No temo morir por mi pa-
cie denominada charla o comentario: tria; que primero decreté mi muerte que la de
César. Juntos estáis y yo en vuestro poder,
),
Ved aquí, señores. las reflexiones que en quien se juzgare indigno de la libertad que le
) I medio de la muchedumbre de negocios que doy, arrójeme su puñal. que a mí me será do-
'1t;j1'
me rodean he podido ordenar a costa de in- blada gloria morir por haber muerto el tirano.
) ,~'II mensos afanes. Cuando proyecté este discur-
so yo no preví que acometía una empresa, no Francisco de Quevedo y Villegas.
sólo superior a mis talentos y corta instruc- Vida de Marco Bruto.
ción. sino también al tiempo que me d~jan li-
bre las diarias funciones de mi empleo. Más El estilo sublime es el que por imperio de una
despacio, y después de un estudio más serio
) j
y reflexivo. hubiera tal vez expuesto mis ideas gran concentración de pensamiento, la ocasión
con menos aridez y difusión; pero trabajando de un terna extraordinario y el dominio de la ex-
) interrumpida y precipitadamente. distraído el presión, llega a alturas de belleza raramente al-
) ánimo a mil varios importunos objetos, yesti- canzadas. Es poco frecuente en la oratoria mo-
mulado a todas horas el deseo de venir a ma- derna, por razones de época y gusto:
) nifestaros mi gratitud, ¿qué podía yo producir
que fuese digno de la gravedad de la materia Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a
y de la instrucción de! auditorio? quienes los antiguos pusieron nombre de do-
rados, y no porque en ellos el oro (que en
Gaspar Melchor de Jovellanos, Discurso de nuestra edad de hierro tanto se afirma) se al-
ingreso en la Heal Academia de la Historia. canzase en aquella época venturosa sin fatiga
alguna, sino porque entonces los que en ella
vivían, ignoraban estas dos palabras de "tuyo*
y "mío". Eran en aquella santa edad todas las
2 Sobre condiciones. características y cultivo de los estilos, los ma- cosas comunes: a nadie le era necesario para
nuales de preccptiva codifican útiles estudios. Pueden leerse en los alcanzar su ordinario sustento tomar otro tra-
más divulgados: GÓMEZ HER.\!OSIll.A. JosÉ, Arte de hablar en prosa y bajo que alzar la mano, y alcanzarlo de las ro-
verso. París-México. Bouret 1905: TORO y GÓMEZ. MIGUEL DE. El arte de bustas encinas que liberalmente los estaban
escribir en veinte lecciones. París. Annand Colín. 1922: ÜWELA, CA-
UXTO. Teoria literaria. Buenos Aires. Estrada, 1902: ALONSO. MARrlN, convidando con su dulce y sazonado fruto.
Ciencia del lenguqje y arte del estilo. Madrid. Aguilar. 1955. Están ~~ claras fuentes y corrientes ríos. en mag-
también los tratados de Blair, Roustan. Montau, Coll y Vehi. etc. Muy mfIca abundancia, sabrosas y transparentes
usado en la actualidad por su método práctico y utilitario es el de aguas le ofrecían. En las quiebras de las pe-
ALBALAT. A.",.OINE. El arte de escribir y laformación del estilo. Trad. de
ñas y en los huecos de los árboles formaban
Luis Castillo. 2~ ed., Buenos Aires. Atlántida. 1949.
128 129
)
)
su república las solícitas y discretas .abejas, )
ofreciendo a cualquier mano. sin interes algu- )
no, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo.
)
Miguel de Cervantes Saavedra. El ingenioso
)
hidalgo don Quijote de la Mancha, 1, cap. XI.
131
\ 130
I
muchos hábitos elocutivos provienen de la imita- pecial en cada idioma, en cada región de un mis-
ción o del contagio, como por ejemplo, la típica mo idioma, y aun en cada individuo, da a ese
tonada o acento regional. Por último, la persona- idioma o habla una característica distintiva. EI;S>
lidad también influye. La inteligencia, la entona- idioma castellano o español tiene un acento es- ~
ción, la dirección, etc., revelan indudablemente pecial, 9istin~0 ~~l f~ancés o ?el inglés, pero den- ~ I
el temperamento, el carácter, el yo. tro del area ImguIstIca del mIsmo castellano, hay .....
un acento argentino, uno mejicano, y así tantos
como los paíse$ donde se habla. La diferencia de
La voz humana acentos existe también entre zonas o provincias
~
de un mismo país, y aun entre barrios de una
La voz humana tiene, como todo otro sentido, misma ciudad.
~es propias. Ellas son: t~ timbre, can..: Por último, los sonidos tienen una distinta es-
tidad e intensidad. cala de perceptibilidad o alcance. Hay sonidos
Tono es la aItu'"ra musical de la voz. Según el que por propia naturaleza se escuchan desde
toño, las voces humanas se clasilican eh agudas o más lejas, como la vocal a, mientras que otros se . . ..."'. "'_... c
graves. La escala de registros de altura pennite escuchan sólo a menor distancia, como la u. Las
clasificar a las voces masculinas, por lo común, en voces tienen también distinto alc~mce o percepti-
tres categorías: tenór, baritono y bajo. Existen bilidad' según las personas.
también tipos de voces intennedias. Desde el pun-
to de vista oratorio, la mejor voz es la del barítono. , - - - - - -.. -.----,--.... " ............ __ l ...
)
ción especial que suele estar a cargo de médicos ta la última fila del público. Hay un límite hu-
foniatras, profesores de canto u otros especialis- mano, por supuesto. Para ello, es necesaIio te-
tas. Sólo así conseguirá el orador colocar su voz ner presentes algunas reglas. , )
en el tono que le es natural para mantener por En las salas pequeñas debe hablarse con poca ) ':
más tiempo la palabra sin fatigarse y matizarla voz pero sin apagarla. En las salas grandes, se '1'
con amplitud, en su grado óptimo. debe hablar fuerte, pero sin gritar. La mejor for- 1
Por lo general, las personas no saben cuál es ma de hacer llegar lejos la voz es dando salida al \ •
el tono natural de su voz y no lo conocen. La aire lo más adelante posible, y dirigiendo la co- \
1
:
: ,
ayuda de un profesional es necesaria para des- lumna de aire un poco hacia arriba con el cuello
cubrirlo. Existen, sin embargo, procedimientos algo levantado, como si apuntáramos con la boca ) :
~
~
Alcance.;-. Un orador debe estar en condicio- la sala al borde de los labios", dice un experto
n~~L_J~:ñªhlª!._.a- cüalqtiTer-mstancüi:--El ofictOlo con frase envidiable. La voz se exteriorizará en-
exige, para superarlas-coríIlngeñclas de las sa- tonces con dominio, proyectándose sobre la tota-
las demasiado grandes, los actos al aire libre o la lidad del auditoIio.
ausencia de amplificadores. El alcance de la voz Cada expositor ha de conocer por entrena-
no es el mismo que la sonoridad o la fuerza. Hay miento previo el alcance de su voz máxima, sin
voces fuertes que no llegan lejos, mientras que recurrir a los gIitos. Esto se logra con medicio-
las hay débiles que lo consiguen. nes efectuadas por cada uno, en una sala cual-
Indudablemente, la acústica del salón tiene quiera vacía, y con la ayuda de un oyente que se
gran importancia cuando falta el micrófono, pero aleja paulatinamente hasta precisar la distancia
en ausencia de condiciones favorables. es una en que la voz pierde audibilidad. El expositor ha
necesidad para el orador hacer llegar su voz has- de hablar en público con una voz de doble inten-
134 135
sidad con que lo hace en una charla de persona hablar durante largo' tiempo y esto no podrá re-
a persona. Cuando su voz resulta poco intensa, alizarlo sin una voz durable y resistente. Una vez
para subirla al volumen requerido ha de ~ag.i más, la condición fundamental reaparece: la im-
narse mentalmente que habla ante un audItono postación. Las voces mal colocadas se fatigan y
de cien a ciento cincuenta personas. En este agotan.
¡¡
caso, la voz resulta animada, el cónferenciante es ~iliiij¡jff;i)- La última cualidad de la voz
escuchado sin fatiga y' proyecta una imagen es la flexibilidad o sea la capacidad que debe te-
enérgica, impositiva y satisfactoria. ner de variar el tono, la intensidad, el alcance, la
) ¡
Claridad. - Una buena voz debe ser clara, velocidad, la entonación y las pausas, para darle
esto es, perfectamente perceptible. Deben escu- una fisonomía variable y atrayente. Nada es tan
charse todas y cada una de las palabras del dis- contrario a la oratoria como una voz monótona,
curso, aún las de tono bajo y menor intensidad. siempre igual a sí misma, que no se modifica a
Esto requiere que se articulen perfectamente to- lo largo de una disertación. Esto fastidia la aten-
dos los sonidos, con las diferencias naturales que ción del público y provoca el desinterés.
existen entre ellos, para evitar confusiones. ~ay~ ser.rl~xible.y
lrásunta~n caaa momento la variación y ~.,
Es necesario, además, que el orador no cometa lJilª.c!~s intelectualé3, rii.or~nes~·vcirrnv-ás·y-señsi-
vicios de dicción que oscurezcan los sonidos. La bIes de--nuesffá a1ri:úl;- c-ü'i1fOnné"lásvámos"clés-
voz debe emitirse libremente, sin forzar ninguno p.§.~~~d()éJ.1-la p~!~!lt~!,_.,-<·· --.--.''.'''.-'.,- ...'-..-
de los medios naturales de producción del soni-
do.
(j~ !&--Glªri.djl~Ltlene-_IeJa(Mm-.con la La fonación y la articulación
pureza de .1a voz. Una buena voz debe ser pura,
enersenÜefo--ae-ño estar viciada por defectos del El sonido articulado se produce en virtud de
aparato vocal o fallas de articulación y fonación. una serie de movimientos orgánicos que consti-
Vicios que deben curarse, corregirse o evitar- tuyen la espiración, o salida de la columna de
se, según el origen, sOn~gosidad, el tarta- aire desde los pulmones a través de los bron-
mudeo.+.Ja_n_a.sllLizª~!ºJl-,_e1J_ªJ~º...."et::!2!~]Jiseo, el quios y la tráquea; la fonación, o producción del
hablaI:...slbnml.t~Y__~.~_taI1~~_<?:. Estos defe~n sonido en la laringe, y la articulación, o transfor-
por lo general incompatibles con el uso publIco mación de ese sonido elemental en sonido arti-
de la palabra, a menos que se corrijan. Entre los culado, en la cavidad bucal. la cavidad faríngea
defectos derivados de la articulación o fonación, y la cavidad nasal, mediante los movimientos de
deben contarse: el ceceo, el seseo, el rotacismo, los labios, la mandíbula inferior, las mejillas. la
el sigmatismo. lengua y el velo del paladar. Estos dos últimos
Están proscriptos de la palabra pública los actos tienen especial interés para el orador.
acentos vulgares y arrabaleros. El estudio de la articulación indica el lugar
(ResisteTlCtCt,_ ... -'/La resistencia y duración son exacto donde se producen las vocales y las con-
)
coruncn:rné:'.fiíaturales de la profesión del orador. sonantes, y los órganos que intervienen. o sea,
El orador tiene que hacer esfuerzos grandes para la producción misma de esas vocales y conso-
137
136
I
)
)
nantes, solas o combinadas en sílabas, en pala- exposición pública queda proscripta la pronun-
bras o en frases. ciación vulgar o chabacana, desprolija y aun co-
Estos procesos son estudiados en detalle por loquial y familiar. Un prudente consejo impide
la fonética, y no cabe sean analizados con la rebajar la pronunciación a límites incompatibles )!
misma profundidad en este lugar. Conviene, sin con el decoro que merece la expresión ante un
embargo, tener presente que deben considerarse público.
aceptables la articulación y pronunciación del Todo expositor ha de recordar que, aunque una
hombre culto medio, conforme a las modalidades excelente forma de comunicación es siempre na-
idiomáticas del país. Según Navarro Tomás, co- tural y cordial, no es lo mismo hablar ante un
nocido fonetista de la lengua española, debe auditorio que en un grupo familiar o de amigos.
considerarse como nom1a general de buena pro- La exposición pública se efectúa siempre desde ,\ ,
nunciación, la que se usa corrientemente en cierto nivel de dignidad que no puede rebajarse.
Castilla en la conversación de las personas ilus- No se consideran defectos en Hispanoamérica
11,
tres, por ser la que más se aproxima a la escri- el yeísmo (pronunciación igual de la y y la LO, ni
tura. El ámbito de esta pronunciación correcta el seseo (pronunciación idéntica de la s, c y z). El \
, I
-prosigue el autor-, no se limita a esa región acento regional o "tonada" tampoco se considera
de España, sino que se prolonga en muchas vicio fonético. ) ,
otras personas doctas, pues el modo correcto ha
llegado hasta ellas por medio de la escuela, la
escena, la tribuna y la cátedra. Este patrón re- La velocidad )
chaza todo vulgarismo provinciano y toda forma
local o regional, y rechaza también toda depura- Se llama rapidez o tempo a la velocidad ordi-
ción pedante en las gentes cultas que se esfuer- naria de la conversación o discurso. La rapidez ) I
zan por introducir rectificaciones. El modelo de del discurso varía según la personalidad del ora- )
pronunciación ha de ser, según esto, la pronun- dor, las circunstancias, y principalmente, según
ciación castellana sin vulgarismo y culta sin las emociones o ideas que se expresan. Habi-
afección2 • tualmente las personas se expresan con distinta
Este canon, con ser tan sabio, no puede ser rapidez, y lo que en unas es natural y agradable.
adoptado al pie de la letra ni en la Argentina ni en otras es falso y desagradable. '
en ningún otro país hispanoamericano porque a Según Navarro Tomás, faltan datos precisos
su vez resultaría una pronunciación afectada o para determinar si la rapidez de la conversación
imitativa. En nuestro país se ha de tomar por normal española es mayor o menor que la de
modelo el habla de la gente de cultura general otros idiomas. A los extranjeros suele parecerles
media, también sin vulgarismos ni pedantismos. que nuestro idioma es rápido, mientras que a
La pronunciación correcta: Hay una pronun- nosotros nos sucede lo mismo con respecto a
ciación culta y otra popular o vulgar. En toda otras lenguas.
De un modo general. las diferencias persona-
2 NAVARRO. ToMAs T .. Manual de pronunciación española. 6" ed .• ps. 8-
les de rapidez son admitidas. a condición de que
9. Madrid. Consejo SupeIior de Investigaciones Científicas. 1950. no afecten la inteligibilidad del discurso. no fas-
138 139
)
)
) tidien al auditorio, ni estén en desacuerdo con el
) contenido de la· frase o el discurso. Al dirigimos
a un público grande la velocidad deberá ser me-
nor que cuando nos dirigimos a un público corto
o a un grupo familiar.
Asimismo, la exposición de ideas abstractas, de
estadística, de razonamientos difíciles o compli-
cados, debe ser lenta, mientras que las ideas 8. LA ACCIÓN
) sencillas pueden decirse con mayor rapidez. En
cuanto a las emociones, las de alegría, gozo, son
más rápidas que las de dolor, pena y tristeza. Los
)
discursos solemnes exigen también un ritmo
majestuoso, lento, mientras que las arengas mi-
litares o la polémica permiten más rapidez. La acción es de capital importancia en el dis-
curso. Los antiguos la l1amab,an 'discurso del
cuerpo'. El discurso no es sólo el conjunto de
Las pausas y silencios palabras expresadas, sino que es también la voz
con que ellas se pronuncian y la acción de los
En íntima relación con la rapidez y duración brazos, las manos, el cuerpo, y principalmente,
de un discurso están las pausas. Éstas se anun- los gestos del rostro. De Cicerón es esta célebre
cian en lo escrito por los signos de puntuación, y definición: ''Todo el hablar consiste en la acción
en el discurso oral, por la duración relativa del y en la elocución".
silencio. En la antigüedad griega y romana, la acción 11
En el discurso leído, las pausas se hacen nor- tenía primordial importancia debido a que los
malmente en mayor número que los signos es- discursos se pronunciaban al aire libre. En
critos. Deben aprovecharse en todos los casos nuestros días la situación es muy diferente, pues
para aspirar aire. Las pausas se utilizan para se- la mayoría de los discursos se pronuncia en lu-
parar los grupos naturales de ideas de un párra- gares cerrados y con la ayuda de los amplifica-
fa, para anticipar palabras, frases o ideas que dores, pero no obstante esto, la acción no ha
deseamos destacar, y para meditar lo que se va disminuido de importancia.
a decir a continuación. En el último caso, el
oyente no deberá notar esta estratagema.
Importancia de la acción
140 141
una palabra. Un orador que no emplee con de la naturaleza y psicología del personaje que
acierto los ademanes, o que los utilice fuera de representa. El gesto en el orador es casi siempre
conveniencia. desluce su discurso y revela una el resultado natural de su personalidad y de su
desarmonía que el público percibe en seguida. mensaje, es un producto casi inconsciente y no
En algunos casos excesivos. los desaciertos tiene la misma importancia que en el teatro. ~
arruinan totalment6 el discurso: un orador que
se mueve' como animal enjaulado en el estrado o
un conferenciante inmóvil como una estatua, se Prejuicios acerca de la acción
exponen al ridículo y al repudio del auditorio.
La comunicación del orador con el público re- Acerca de la acción en el discurso existen pre-
quiere. fatalmente, la acción del cuerpo. Los mo- juicios bastante generalizados sobre los que con-
vimientos trasuntan la personalidad del confe- viene estar advertidos. De un lado se sitúan los
renciante. El auditorio no se satisface única- que la califican despectivamente de mímica y la
mente con el contenido conceptual del discurso: proscriben radicalmente. De otro. se agrupan los
desea más, entender. comprender la psicología. partidariOS de la excesiva regu~ación. que con- \
)
.,
el alma y la intimidad del orador. Sólo después fundiéndola con la acción teatral. recetan proce-
de haber percibido esta intimidad le dará su ad- dimientos excesivamente minuciosos. La verdad
hesión o se la negará. Nace de ahí la necesidad está en el punto medio.
de que el orador muestre. en su acción. toda la Suelen pensar algunos que la acción oratoria
riqueza que lleva en su alma. es el ademán ampuloso. exagerado, cuando no la
)
Los retóricos antiguos han estudiado en detalle gesticulación desmesurada. Cierto es que debe
los movimientos y gestos. y nos han legado reglas hablarse con todo el cuerpo, pero con modera- )
muy minuciosas acerca de cómo comportamos fi- ción. Los gestos y movimientos deben dar una
sicamente durante el discurso. Algunos modernos impresión de libertad del cuerpo y del alma. de
no han descuidado tampoco este aspecto de la naturalidad y de facilidad. y revelar un tono
elocu encia y han clasificado a su vez los movi- muscular fláccido, libre, espontáneo.
mientas y los gestos. Entre los antiguos. Cicerón y Tampoco deben preverse a tal extremo los mo-
el maestro Quintiliano han sido los más precisos. vimientos que el orador se convierta en un mu-
Los excesos en la reglamentación antigua han ñeco mecánico, con movimientos duros. rígidos y
provocado una saludable reacción entre los con- rápidos. La excesiva preparación en este sentido
temporáneos. Hay incluso oradores y maestros quita espontaneidad al orador y distrae su con-
de oratoria que se inspiran en las reglas del tea- ciencia y atención. Ha de evitarse, pues, la ner-
tro para fijar los movimientos y los ademanes. viosidad derivada de esta concentración de la
Estos elementos pueden ser útiles, según el gra- mente en los movimientos, para que la acción no
do de la aplicación. y mientras no se confunda al resulte tampoco automática, mecánica ..
orador con el actor de teatro. Es fundamental re- Los movimientos deben concordar, sin excep-
cordar que el orador debe hacer los movimientos ción, con el temperamento y la naturaleza del
orador y del tema. Algunos oradores se han dis- . '.
que son correlativos a su contenido anímico,
mientras que los del actor deben ser los propios tinguido por la vehemencia y la amplitud de sus
142 143
I )
')
movi~ientos, mientras que otros han logrado antinatural, automático, nervioso, como los tics,
tamblen la fama con mucha menos acción. Lo las manías, o los gestos y actos estereotipados.
que resulta natural y conveniente en uno, no lo El orador que se presente con gestos o movi-
es en otro. Los movimientos son susceptibles de mientos descomunales, caerá en el ridículo.
belle~a ~omo las palabras. Y esto se consigue con La tercera condición es la variedad, para evitar
la practica y un poco de previsión, antes que con la repetición insistente o la monotonía que abu-
un maestro de teatro. La acción debe ser inte- rre. Los gestos deben ser distintos según la pa-
gral, es decir, armonizar con la totalidad de los sión de lo que se dice y el contenido de cada
elementos constitutivos de la oratoria, desde el pensamiento. A cada idea 'corresponde un modo
rostro del orador hasta la naturaleza del público. más o menos convencional en el género huma~
no, de expresarse corporalmente. Pero no se cai-
ga en el error de pensar que pueden existir tan-
Principios generales tos movimientos como ideas. El repertorio de'
movimientos corporales es sumamente limitado
Existen algunos principios generales que go- en relación con el pensamiento, de modo que no
biernan la acción en el discurso. Importa mucho da lugar a una búsqueda caprichosa ni forzada.
que estos principios no sean tan abundantes que Además, la acción debe hacerse en concordan-
lleguen a los detalles más insignificantes, a fin cia con el contenido del discurso .. Debe seguir el
de permitir que el orador se mueva con libertad curso del pensamiento, progresar de acuerdo con
interpretativa dentro de ellos. la línea expresiva del texto, ajustarse a la vitalidad
Como regla esencial se ha señalado la natura- del discurso, efectuarse coordinadamente con los
lidad, es decir, la concordancia de los movimien- otros movimientos totales del cuerpo, y, finalmen-
tos con el conjunto integral, físico, temperamen- te, realizarse en el momento oportuno, es decir,
tal y conceptual del orador. Lo que no aparezca cuando conviene subrayar una idea o pensamien-
con;o un brote natural del momento y de la idea, to, y nunca a destiempo. No debe olvidarse tampo-
esta mal hecho. Los movimientos y la acción de- co la adecuación de los gestos a la situación, pues
ben ser los propios de cada individuo, de modo éste es un aspecto no menos importante. Una sala
que es desaconsej able todo intento de imitación grande, un auditorio numeroso, exigen movimien-
Sigamos la receta de Sertillanges: "No se imite: tos y gestos amplios y lentos, mientras que un pe-
pu~s, la acc~ón de los demás, como tampoco su queño grupo coloquial, una mesa redonda, toleran
estilo .~ su ~enero, como decíamos a propósito de muy poco la amplitud y la lentitud. Se ha dicho
la utIhzaclOn de los maestros. Un modelo es que la amplitud de los movimientos está en rela-
siempre precioso, pero bajo el beneficio de una ción con la amplitud del auditorio y del lugar.
adaptación, de una trasposición"l.
Como segunda recomendación, ha de tenerse
en cuenta ~a pureza de los movimientos. Por pu- La actitud o porte
)
reza se entiende la ausencia de todo movimiento
La actitud o porte del orador en la tribuna tie-
) 1 SERl1IJ.A.'I1GES. P .• op. cit. p. 401. ne sus exigencias. El porte tiene alguna relación
)
144 145
)
)
)
j
)
con el aspecto físico de la persona, pe:o más !k brazos deben estar pegados, ni muy abiertos. Los
tiene con la personalidad y la psicologla. El pu- brazos y manos deben estar en actitud conve-
blico comienza a juzgar por la actitud inicial del niente.
orador, aun antes de que éste haga uso de la pa- Al subir o bajar del estrado, el orador debe cui-
labra. De ahí la necesidad de adaptarse a alguna darse de no producir una impresión desagradable.
exigencia en este sentido. Conviene marchar con naturalidad y elegancia, sin
La actitud oratoria exige, en primer lugar, se- rapidez -que denota nerviosidad- ni lentitud -
renidad y distinción. El movimiento nervioso es . que denota timidez-o Hay que ir al estrado direc-
contraproducente, así como la inmov~~da? y du- tamente, con sencillez, paso firme y seguro. La sa-
reza del cuerpo. Debe evitarse la tenslOn mtema lida debe hacerse en la misma forma.
a todo costo, porque revela una desarmonía de Al ubicarse, es aconsejable hacerlo en el cen-
la personalidad y un proceso psicológico de inse- tro del escenario o del estrado, mirando al centro ) ,
guridad que el público aprecia inmediatamente. de la sala y situarse lo más cerca posible del au-
El porte debe permanecer también tranquilo ditorio, sin echársele encima ni hacer equilibrios
frente a nuestros estados emotivos secretos, y no al borde. No moverse mucho en el estrado, de
revelarlos. adelante hacia atrás o hacia los costados, es de-
Asimismo, el porte no debe denotar arrogancia, cir, no pasearse. En general, con respecto al mo-
petulancia, provocación, desafío, menosprecio; vimiento en el escenario, debe tenerse presente
indiferencia, falsa solemnidad. El orador esta que la inmovilidad está proscripta. El cambio de
obligado a una nobleza de alma, libre de conta- . lugar aviva el interés y rompe la monotonía. yal )
rninaciones malsanas, y su actitud general debe mismo tiempo, el moverse hace descansar al
trasuntar esta buena cualidad y no otra. Debe orador y lo libera de la tensión. Pero los pasos
revelar también, cortesía, amor, interés y since- no deben ser muy frecuentes ni los recorridos
ridad. La mirada debe ser directa, sin huir de la largos. El andar puede aprovecharse también
gente ni seguirla con aspereza. para llamar la atención sobre lo que estamos di-
Si se habla de pie, el cuerpo debe mantenerse ciendo, para concitar la mirada de un grupo o del
erguido, sin violencia, ofreciendo una perspect~ salón entero, o para utilizar la resonancia del sa-
va ligeramente asimétrica, es decir, con el ~le lón. Ha de evitarse a toda costa andar sobre el
derecho un poco adelantado con respecto al lZ- escenario para impresionar teatralmente a nues-
quierdo; esto facilita los movimientos y permite tro auditorio o revelar vanidad y petulancia. La
además el movimiento fácil del brazo derecho. En violencia y la velocidad del andar son también
el caso de que el izquierdo subraye la acción, ~e contraproducentes. .
berá cambiarse esta posición, adelantando el lZ- Si el orador habla de pie y con un pupitre de-
quierdo. En ambos casos, el peso del cuerpo, lante, debe evitar que éste 10 separe del público.
debe descansar sobre ambos pies. Debe evitarse El orador no debe esconderse detrás de él, ni
la rigidez del cuerpo, de las manos y del cuello. asomarse como por sobre un balcón.
El cuerpo puede adelantarse, de vez en cuando En los casos en que el orador deba pronunciar
hacia adelante y hacia atrás, pero no mucho. El su discurso o disertación sentado, es importante
cuello no debe estirarse, ni las piernas ni los tener el cuerpo derecho, no volcado sobre la
)
146 147
( )
\
)
)
)
proscriptas en la oratoria. Los gestos tienen la
mesa ni tendido hacia atrás. El cuerpo debe ventaja de revelar más aún nuestros pensamien-
perm;necer recto, las piernas sin cruzar, lige:a- tos y nos permiten granjearnos la atención. Los
mente separadas una de otra, los pies con ca1?a gestos deben inspirar simpatía y no impresionar
normal vertical, ni muy adelante ni muy atraso desfavorablemente. No hay que hacer 'contorsio-
Las manos apoyadas naturalmente sobre la tapa nes del rostro. Sonreír es saludable de vez en
superior, la derecha ligeramente, adelantada, cuando y estimula la amistad y el cariño del pú-
pues es con la que accionamos m~s. El c';lerpo bUco. Cuando llegue la ocasión, habrá que saber
puede moverse hacia adelante o grrar haCIa los mostrar un rostro de firmeza, de intransigencia,
costados en los pasajes en que des,eamos llam~r de gravedad, de dolor, de tristeza.
más la atención y avivar el intereso Los mOVI:- Existen algunos gestos o ademanes que son
mientas del orador sentado no deben ser am- verdaderas triquiñuelas para determinados fines,
plios, sino moderados. como por ejemplo, esperas de silencio, tosecillas,
carraspeos, sacar el pañuelo, secarse el rostro,
pasarse la mano por la frente, etc. Estos recur-
La fisonomía y los gestos sos deben usarse con gran modéración, oportu-
nidad y, sobre todo, parecer naturales, para evi-
El rostro del orador debe acompañar las pala- tar la teatralidad, pero en general, debe conside-
bras, sin gesticulaciones ni visajeS exagera~o.s rárselos inconvenientes, a menos que se tenga
propios de la pantomima. La mirada d~be dIn- una gran maestría en su uso o sean imperiosa-
girse al centro del salón, como si se mIrara un mente ineludibles.
edificio a 10 lejos, y dominar la totalida~ de .la En modo general, los gestos deben partir de las
) sala. No se mire nunca ni al fondo del salan n~ a ideas mismas. Acompañan, habitualmente, a las
la primera fila. Mírese hacia la fila del ~edlO. ideas capitales del discurso. El principio en que
) Conviene girar la vista paulatinamente a dIestra se fundamenta su empleo es el de la utilidad. En
) y a siniestra, y evitar la insistencia sobre una caso contrario, es mej or prescindir de ellos.
sola dirección, para que el di~curso ~o parezca
dirigido a un solo grupo. La Ílsonomla .no debe
, )
denotar contrariedades internas, y convIer:e ~ue Los ademanes
) exprese interés, sinceridad, amor por el publIco.
)
En algunos casos, sobre todo en los ~póstro[es, Los ademanes son igualmente importantes.
puede dirigirse el orador a una determmada 'pe~ Reservamos este vocablo para los movimientos de
sana o sector, como recurso para provocar vItalI- los brazos y las manos. Los brazos y las manos
dad e interés. La mirada debe preceder a la ex- son muy-importantes, particularmente el brazo y
presión para ayudar a la ~elaCi?n c~n el público. la mano derechos, que los antiguos califican de
No debe ser vaga ni dOrmIda smo VIva. El rostro "lanza del orador". En oratoria, la derecha es más
I ) ! de piedra es antielocuente. importante que la izquierda.
) i Los gestos son los movimientos del rostro. No Los brazos y manos no deben apoyarse sobre
tienen nada que ver con las muecas y deforma- las caderas, ni tomarse del chaleco o la chaque-
I ) •
ciones del gesto natural, que están totalmente
) 149
148
I,
I )
¡
I ) 11
ta, ni colocarse entrecruzados atrás o sobre el El empleo de material ilustrativo
vientre, ni mucho menos en los bolsillos. Deben
) .
caer naturalmente sobre el cuerpo y moverse con En algunas disertaciones didácticas se hace
1," armonía y libertad. El movimiento de un brazo necesario el empleo de material ilustrativo au- )i
i no debe contradecir el del otro. Lbs hombros no
j,
diovisual. Cuando esto ocurra, el expositor debe-
r deben levantarse para manifestar indiferencia ni rá atenerse a ciertos principios válidos en esta
'1, otro estado de ánimo. Los brazos no deben ade- materia: ) :
)
i! í'
9. EL PÚBLICO
J 1
1;
)
Contrariamente a 10 que supone la opmlOn Ji¡1
"'1",
vulgar. los retóricos clásicos conocían ya los mo- )
dos de reacción psicológica de 'los jueces y los
espectadores, y anticiparon algunas de las leyes
)
que la pSicología social contemporánea ha siste-
matizado y perfeccionado. Aristóteles sabía ya )
que el pensamiento de los oyentes puede ser mo-
dificado u oscurecido por las pasiones y los sen-
timientos' y conocía también que en presencia de
ciertos auditorios es dificil acudir a la ciencia
para sacar argumentos convincentes, porque el
silogismo o pensamiento deductivo es adecuado
sólo a quienes tienen el hábito de la dialéctica.
mientras que para la multitud es preferible usar
la ejemplificación inductiva l.
También Quintiliano sabía que "el mover las
pasiones se hace necesario cuando no hay otra
forma de traer el juez a la razón, pues muchas
veces hacen este oficio hombres ignorantes, a
quienes es preciso engañarlos para que hagan lo
justo". Agregaba. naturalmente: "Verdad que de-
ben confesar todos, y yo principalmente, que no
separo el oficio del orador de la bondad mora1"2.
155
')
)
)
Los psicólogos y sociólogos modernos hc:n am- La oratoria es un fenómeno psicosocial que
pliado el campo de los conocimientos c1asicos, debe comprenderse. Normalmente el auditorio es
aportando valiosos datos so',?re la condu~ta ~u paciente, gentil y tiene la secreta esperanza de
mana y las formas de reaccion de los audItonos. que el orador y el discurso le resulten gratos,
Aun cuando estén superadas en ciertos aspectos, porque es sensible a la belleza y porque le resul-
las ideas de Gustavo Le Bon siguen teniendo vi- ta psicológicamente doloroso presenciar el fraca-
)
gencia en lo que respect~ a la psi:o~ogía de las so o el ridículo.
)1, multitudes. Estudios mas especIalIZados han Cualquiera sea la finalidad del discurso -per-
) ahondado particularmente en el público y los suadir, agradar, conmover, instruir-la tarea del
auditorios, como los de Gabriel Tarde, H. D. Ho- orador consiste en crear estímulos psíquicos en
) llingworth, J. Eisenson, Robert T. Oliver, L. L. los oyentes a través de las palabras, la voz, la
Schücking y otros3 • acción y otros recursos específicos -ilustracio-
nes, proyección de diapositivas, etc.-, de mane- ."
ra que las respuestas de los oyentes a esos estí- 1",11
1::
Psicología de los oyentes mulos, sean las que el orador, desea. Las res-
puestas posibles son: la aceptación, el rechazo o
La sociología demuestra que el hombre actúa en la indiferencia. El orador buscará, naturalmente,
privado de acuerdo con sus propios motivos, pero la primera.
que en grupo -como lo es un au.ditorio- a?oI?ta Se produce, así, una oposición o polémica psí-
formas de comportamiento del conjunto. El publIco quica entre el orador y los oyentes, una actitud
es una entidad distinta del hombre considerado in- de contraste, en que por un lado están los mo-
dividualmente, susceptible de ser comprendida en dos de pensar y sentir del orador, y del otro, en
sus motivaciones, intereses y reacciones y es posi- coincidencia o no, los del público. De este con-
ble obrar sobre él a partir de ese conocimiento. traste, una de las dos actitudes saldrá ganancio-
"Para una persona inexperta -dice Mark Hanna- sa. Si se impone la del público, el orador ha fra-
una charla en público parece un espantoso proyec- casado: en caso contrario, el orador habrá cum-
to. Piensa que el auditorio es un monstruo con mi- plido con éxito su misión.
les de ojoS, dientes afilados y una perpetua mir,ada La respuesta favorable no puede obtenerse sino
de sorna. Teme terriblemente que se burle de el, y a partir de la peculiaridad psíquica del oyente,
acaso lo trate con irrisión cuando la temible prueba es decir, penetrando en ella, tal como es, obran-
haya pasado. Tartamudea y lo oprime la idea de ser do sobre sus estructuras ideológicas, sentimen-
el centro de una inamistosa atención. La verdad es tales o volitivas, y modificándolas, atenuándolas,
que los auditorios no son así"4. simplificándolas, excitándolas o encauzándolas,
3 Pueden consultarse: TARDE. GABRIEL. L'opinion et la Jou/e; LE BON,
de modo que por un proceso de asimilación, imi-
GU5rAVE, Psychologie desJou/es; How:XGWOIml, L. L.. The psychology oJ tación o identificación, se transformen en 10 que
speech; OUVER, ROBERI' T., Psychology oJ persuasiue speech; BLOI\'DEL. el orador desea. Dicho de otra manera, el orador
CHARLES. Introducción á la psychologie coUective; SCHÚCKiNG. L. L .. El
gusto Uterario; SAUVY. ALFRED. L'opinion publique. debe entrar en el espíritu del oyente, para traerlo
4 I-lA.,\-;-¡A. MARR. PubUc speaking withoutJear and trembUng. ps. 31-32. después hacia sí mismo, por más que, como re-
Nueva York. The Macmillan Company. 1949. conoce Schücking, "el intento de conducir al pú-
156 157
)
)
)
apoyo psicológico a los instintos y voliciones natu- '\
i
blico a un terreno distinto de aquel en que prt- rales en el ser humano. La deformación se hace
mero se concentró; no siempre se puede realizar siempre en el sentido que favorece al interesado
fácilmente y sin sacrificios"5. que las piensa: si están en juego sus intereses
Aristóteles reconocía ya en su siglo que "todas materiales, la desviación se produce en el sentido
las acciones humanas se originan necesaria- que facilita su defensa; si son las pasiones o sen- ) ,
mente en estas siete causas: ocasión, naturale- timientos los que están en juego, la desviación
za, compulsión, hábito, reflexión, cólera y de- tiende a reforzarlas; si se trata de los intereses de
seo"6. Quintiliano, por su parte, refiérese en un grupo o colectividad, la defoffimción se produ-
múltiples lugares de su tratado a la necesidad de ce para aumentar la cohesión y justificar la lucha
llegar al ánimo del oyente para producir en él la que sostiene: y aun en el caso de que las desvia- ) j
respuesta esperada, o sea que también interpre- ciones sean inconscientes o involuntarias, las des-
ta el fenómeno oratorto en la misma fonna: "La viaciones se verifican también, en la linea tendien-
fuerza de la elocuencia -dice- consiste, no pre- te a defender la posición adoptada por el indivi-
)
cisamente en causar en el juez los efectos que le duo, según la teoría de Alfred SauyyB.
causaría la misma naturaleza de la cosa, sino en De modo genérico, puede afirmarse también
excitar los que no tiene, o si los tiene, avivarlos que el sentimiento y la pasión privan sobre la ra-
más"7. La finalidad de un discurso, según esto, zón, lo mismo se considere al público en general
radicará en motivar en los oyentes nuestros pro- que a cada oyente como individuo en particular. )
159
158
en sentido favorable; e) en el público, en general, 2. Todo oyente deforma en alguna dirección el
priva el sentimiento sobre la razón; f) para mensaje recibido, pero esta deformación no es
atraerlo a su punto de vista, el orador debe co- caprichosa sino que obedece a ciertas constan-
menzar por introducirse en su mundo psíquico y te~ de la naturaleza humana, relacionada con
desde allí reconducirlo. sus motivaciones más profundas. Cada persona
tiene una forma de percibir, una forma de inter-
pretar y una forma de reaccionar. .
Actitud y reacción del oyente El problema se reduce entonces a determinar
un punto de convergencia honorable, en que el
Como la comunicación es ante todo un acto expositor no negocie la verdad de su pensamien-
psicosocial, el orador ha de conocer al menos al- to y el oyente no se vea reducido a una víctima
gunos principios obtenidos de la ciencia de la del acto comunicativo.
comunicación con respecto al público. 3. Los oyentes no perCiben todo 10 que se les
) En esencia, el fenómeno expresivo oral puede emite, sino sólo una parte, o porque su atención
reducirse a esta afirmación: el hablante reduce se diluye o porque al escuchar seleccionan del
su pensamiento a un conjunto de signos lingüís- mensaje los <;ontenidos especiales en que están
} ticos (codifica) que el oyente percibe e interpreta interesados. Esta es la razón por la cual el orador
(decodifica). debe adecuar su mensaje y evitar discordancias
Pero puesto que el hablante efectúa la codifi- o barreras.
cación en palabras que considera adecuadas al
fin que se propone, el oyente, por su parte, al re- 4. Siendo esto así, el disertante ha de estar
cibir ese sistema de signos, los decodifica e in- advertido de que si su público está compuesto
) .
por veinticinco personas, su mensaje será inter-
terpreta según sus posibilidades intelectuales,
) profesionales, expectativas, papel empresario, pretado en veinticinco formas distintas. Esto es
interés económico, situación biológica, dominio inevitable y únicamente puede enfrentarse con
)
idiomático, sexo, edad, etcétera, es decir, según conocimiento y arte.
)
su propia persona total y el contexto situacional 5. La percepción del público está sometida a
) en que se encuentra. leyes registradas por los psicólogos:
La misión del expositor es tratar de reducir o
anular este aparato de decodificación de sus
oyentes, en lo que ellos están equivocados o des- a. Intensidad: De dos mensajes o estímulos.
informados. el más fuerte se impone en la psique del oyente:
hablar de la virtud es más fuerte y estimulante
Algunas constataciones fundamentales deben 'que hacerlo de la debilidad moral.
) '.
ser consideradas: b. Dinamismo: Entre lo estático y lo dinámico,
1. No existe acto comunicativo puro, sin fac- se impone lo segundo: es más interesante hablar
\
) i tores deformantes, dada la condición del ser hu- de los animales que de los árboles, y de los árbo-
) ,
mano. les que de las piedras.
161
160
)
)
c. Familiaridad: Entre lo·familiar y lo ext:año. tos más generales son los seguros; los de detalle
lo conocido y lo desconocido. el oyente atIende pueden generar conflictos.
más a lo familiar: hablarle a un provincia~O de La historia y la experiencia recuerdan intere- _l'f---;! '
su comarca es mejor que hacerlo de una cmdad santes casos de todos estos tipos de relación ex-<$I ~iii
positor-oyentes. Entramos aquí en un mundo / .·
extraña. complejo y sutil donde tienen cabida por igual la I;y I •
d. Organización:. Entre un mensaje desorgani- inteligencia, la intuición, la experiencia, la per- "
zado y otro organizado, la percepción del oyente sonalidad, la educación de los oyentes y el con-
se inclina por este 'último porque le resulta me- tenido del mensaje en relación con las motiva-
nos fatigoso y más esclarecedor. ciones básicas de los oyentes.
e. Tota/.ídad: Un mensaje completo que no
oTI1ite ningún aspecto esencial es preferido a~ in- ) ,
Las multitudes
completo: es insatisfactorio escuchar a un dIser- 1,
tante que deja de tratar puntos de un tema. Lo expuesto se refiere a todo grupo de perso- ) ,
6. El público no es una abstracción teórica nas que participan como oyentes en una reunión
sino una realidad existente. y como tal, suele en- oratoria. Sin embargo, desde un punto de vista
frentarse al disertante con una de estas tres ac- más analítico, conviene diferenciar la 'multitud'
titudes: (o masa) del 'público', porque revelan signos pro- ) .
pios. No es lo mismo un grupo de veinte o trein-
a. Oposición: Tiene ideas y actitudes cont:~ ta personas que escuchan una conferencia ma-
rias a las que expone el disertante. ~a So.luclOn gistral, que un mitin político de varios miles de
es no enfrentarlo con violencia o desden. SIlla to- personas. En el primer caso, se habla de públi- ) ,
n1ar en cuenta este hecho, reconocer los a~p~c co, mientras que en el segundo se está en pre-
tos ciertos de su posición y a partir de al11 .rrIo sencia de una multitud o masa, cuyo comporta-
persuadiendo con fuertes hechos y razonanuen- miento es diferente.
tos. Refutar la idea y salvar al hombre. Las multitudes se caracterizan, ante todo, por-
b. Neutralidad: El público es indiferente o que "el orgulloso sentimiento de su número em-
neutral frente al tema o idea propuestos. El en- briaga a los hombres reunidos y los hace despre-
foque oratorio radica en descubrir el punto de ciar al hombre aislado que habla", según apunta
interés motivacional en que se mueve, por ta~t.e Gabriel Tarde9 • Este sentimiento grotesco es real,
os sucesivos, y luego reforzar la argumentaclOn y el orador se encontrará en dificultades si no ca-
en esa dirección. naliza en su mensaje la opinión y los intereses
propios de esa masa. Estará aislado en medio de
c. Apoyo: El público está de ac?erdo con el una muchedumbre. La experiencia demuestra que
pensamiento del expositor y se mc:niflesta fav~ra por esta razón los hombres que hablan a grupos
ble. Es el caso más fácil de relaciono El expo~lt~r
desarrollará su tema apoyándose en las comCl- ir
dencias, y teniendo especial cautela de no roz~r o 9 TARDE, GABRIEL, L'opinion publique. p. 44, Paris. Alean. 1901.
crear disensiones. Habitualmente, los pensam1en-
163
162 )
multitudinarios son los que la conducen como lí- nifique menos o algo distinto de lo que en reali-
deres o pretenden asumir este liderazgo, hablán- dad son, pero las palabras estereotipadas son de
doles en su lenguaje y de su mundo animico. gran efecto convencional. La multitud no es cri-
Como todo grupo social revela tipos de con- tica ni racionalista.
ducta y creencias comunes, el individuo actúa en La muchedumbre sustituye la actitud intelec-
el conjunto absorbido por los sentimientos o ide- tual frente a su orador por la actitud instintiva,
as colectivas, y deja de lado en gran parte sus imaginativa, fantaSiosa, y se deja dominar por el
propias experiencias u opiniones particulares. El inconsciente impulsivo. Recordemos el caso de
hombre, ganado por el sentimiento, incapaz de oradores populares o de demagogos, y compro-
razonar según sus propias convicciones, admite baremos el fabuloso desborde de planes y pro-
en bloque toda la doctrina y todo el programa, mesas que efectúan en sus discursos. Es que,
dice un sociólogo. como conductores de masas, saben que éstas
De ahí que la oratoria para las multitudes se tienen apetitos de quimeras y fantasías, y las
proyecte hacia las grandes ideas colectivas acep- aceptan, por lo menos durante el acto oratorio,
tadas por el grupo y se aparte de disquisiciones como verdaderas. ,
o minucias racionalistas, que no son susceptibles Otras características de las multitudes, apun-
de ser comprendidas ni asimiladas en el momen- tadas por Tarde, son su intolerancia prodigiosa,
to, y que, por otra aparte, tampoco inter~san. "No su orgullo grotesco, su susceptibilidad enfermi-
se convence a las masas con razonamiento, sino za, el sentimiento enloquecedor de su irrespon-
con palabras", dice Bernard Grasset lO • Maison- sabilidad nacido de su poderío y de la pérdida
neuve recuerda que las creencias y opiniones se total del sentido de la mesura, que partiCipa el
expresan por palabras y trae al caso la opinión exceso de sus emociones naturalmente exalta-
del publiCista neoyorkino Walter Lippman, quien das 12 •
sostiene que "la inmensa mayoría de los suj etos Resurge aquí, una vez más, el problema de la
no juzga sobre las cosas, sobre los hechos, sino moralidad del orador, quien impostado mental-
sobre sus representaciones de los hechos". Y mente en el ángulo de su auditorio, sólo debe
agrega Maisonneuve que entre el mundo y nos- valerse de la palabra para canalizar hacia el bien
otros se levantan estereotipos, clisés. o sea fra- la mentalidad colectiva.
ses, pensamientos o palabras ya hechas, que
hacen de su manipulación un medio considera-
ble de propaganda y de distorsión sistemática 11. El público
Ya se sabe qué significan para ciertos grupos
ideológicos vocablos como "imperialismo", "capi- El público, en cambio, es una reunión de per-
talismo", etc. Probablemente para cada individuo sonas que conservan su propia personalidad y
aisladamente signifique una cosa distinta o sig- espíritu crítico. Se dice que el públicQ moderno
comenzó a constituirse realmente en el Renaci-
miento, pero acaso sea más acertado remontarlo
10 Citado por op. cit.. p. 63.
I-IOUGARDY. MAurnCE,
Psicowgía social. Traducción de Silva Naisberg.
11 MAlSO;\1\'ElNE. JEA.";.
1" edición castellana. p. 82. Buenos Aires. Editorial Paidós. 1960. 12 Citado por Maurice Hougardy. op. cit., p. 646.
164 165
¡
iji
)
)
a la antigüedad misma. como 10 prueban los tala en su propio mundo espiritual y habla des-
simpoSios y las academias griegas. de él, a la espera de que sus oyentes lo compren-
De todos modos, el público se da normalmente dan y lo acepten. Por la segunda, el orador pien-
en un local cerrado, asiste sentado a la diserta- sa y vive en el mundo de sus oyentes, habla en
ción y se presenta en actitud intelectiva antes su lenguaje, le comunica el mensaje que éste an-
que emocional o instintiva como la multitud. El sía y le ofrece un panorama acorde a sus necesi- )
número de integrantes de un público puede va- dades; "Un orador efectivo es usualmente objeti- J
\ '
riar desde la limitada cantidad de alumnos de va... Este es uno de los principios básicos del
una clase hasta un gran auditorio ubicado en discurso", dicen Sarett y Fosterl 4 •
una sala de espectáculos. La diferencia no radi- La actitud objetiva se fundamenta en 10 que
ca propiamente en el número de personas, ni en podría denominarse el fenómeno de la descarga, )
las características del local, sino en la actitud que consiste en facilitar la expresión de las ide-
) .
psicológica con que los oyentes participan del as, sentimientos y deseos comunes de los oyen-
acto. tes a través de la palabra que se pronuncia en el )'
Por supuesto que en todo público, como en estrado. El oyente no tiene posi1?ilidad de expre-
toda multitud, hay que reconocer la existencia de sarse verbalmente cuando integra un auditorio.
remisos. indiferentes. contrarios, escépticos. Pero pero desearía verlo hecho por la palabra del ora-
debe caber en los cálculos de todo orador la pre- dor. Cuando el orador concentra en su verbo el )
sencia de una razonable cantidad de personas en estado espiritual común del grupo que lo escu-
1: actitud antagónica . cha, se produce el fenómeno de la descarga.
Para el caso de la oratoria ante un público. la El otro fenómeno frecuente en los auditorios es
. 1'
palabra del orador deberá ser equilibrada. esen- el del contagio. Los estados de ánimo se difun-
1..1 cial, meditada y artística. sin olvidar, sin embar- den de uno a otro oyente y pueden llegar en ca- ) .
"
go, que "es pequeña la clase de personas para las sos excepcionales a imponerse sobre la totalidad
cuales las razones lógicas en la aceptación de del grupo. De esta comprobación se deriva la
ideas son superiores. incluida aun la clase pro- técnica de insistir sobre aquellos puntos o asun-
piamente llamada de científicos"13. tos que entusiasman a la mayoría de los oyentes
Lo ideal es el discurso donde se combinan ar- o a grupos aislados, con el objeto de ir creando
mónicamente la razón y la pSicología. paulatinamente el contagio en los restantes
miembros del auditorio.
La actitud objetiva
Persuasión y autoridad
Un orador, frente a su auditorio, sea éste una
multitud o un público, en los sentidos analiza- Se han propuesto métodos, basados en las in-
dos, puede colocarse en actitud subjetiva o en vestigaciones psicológicas, para facilitar la tarea
actitud objetiva. Por la primera. el orador se ins-
13 DUNIAP. K....'GHT. Socíalpsychology .p. 249. Baltimore. Williams and
Wilkins Co. 1925. 14 SARETl'. LEW y FOSTER. WlLUAM TRUFA;\'T, op. cit., p. 489.
166 167
\
del orador. En lo fundamental, pueden citarse plano superior -por mérito propio o por delega-
dos: el de la persuasión y el de la autoridad. ción de atribuciones- provoca en los demás una
El método de la persuasión consiste en invadir reacción psicológica de disminución. La autori-
paulatinamente el campo de la atención del pú- dad puede emplearse en ciertas' ocasiones, pero
blico y llevarlo por progresivos razonamientos al sólo tendrá efecto si el orador ejerce realmente el
punto de vista del orador. El de la autoridad liderazgo del grupo de oyentes y a condición de
consiste en imponer por presión psicológica la que sus mensajes encierren una auténtica ver-
personalidad del orador, e incluidas en ella, sus dad, que no desmientan los hechos posteriores.
)1 ideas. Podría decirse, metafóricamente, que en la La autoridad está condicionada también a una
) persuasión el alma del orador se insinúa en la actitud de dependencia o inferioridad real del
del oyente y ambas terminan por confundirse en auditorio y a la auténtica superioridad del ora-
una sola, mientras que en la autoridad, el alma dor.
del orador se desborda y anega la del oyente. Actuar según el principio de autoridad signifi-
El método de la persuasión se apoya en el em- ca estar convencido de que uno tiene el dominio
pleo de ciertos procedimientos que responden a "de la materia y los oyentes deben reconocerlo y
las modalidades psíquicas de los oyentes, y que aceptarlo. El expositor parte de una cierta supe-
se enuncian de distinta forma según los autores. rioridad que se confiere a sí mismo y la hace no-
En síntesis, consiste en hablarle al público de las tar al auditorio para obtener el dominio del acto
cosas que le son familiares; presentarlas con comunicativo. No se habla aquí de la petulancia,
cierta fuerza de convicción, en forma dinámica, la arrogancia, la vanidad, la soberbia u otros de-
con planteos ordenados, en que las partes guar- fectos morales análogos, pues están radicalmen-
dan entre sí proximidad, similaridad, continui- te proscriptos. Se trata más modestamente de
dad e inclusividad; que atiendan a las motivacio- sentirse maestro en el asunto y hablar en conse-
nes íntimas de los oyentes; que confluyan todas cuencia.
a una misma idea central, etc. Se preconiza que La autoridad puede emplearse en ocasiones,
el contenido desarrolle temas que interesen con las cautelas oratorias adecuadas, sin llegar
prácticamente al público (la naturaleza, los ani- a manifestaciones deformadas, pero sólo será
males, el dinero, historias, dramas, acción, etc.): válida si el expositor es una personalidad real-
que el lenguaje sea concreto, popular, imaginati- mente colocada en un plano superior por presti-
vo, y que la acción, gestos, ademanes y demás gio, antecedentes científicos o técnicos o méritos
recursos concuerden con esta finalidad. de otra naturaleza. El auditorio reconoce y acep-
El método de la autoridad se apoya en dos ta la autoridad sólo de un auténtico maestro.
comprobaciones: una, es la de que todo orador, La persuasión consiste en hablar al auditorio
a la vista general de su público, se reviste de una con cierta sencillez natural, para conducirlo poco
cierta superioridad que le es conferida gratuita- a poco, a través de métodos no compulsivos, a la
mente, porque se supone que el ejercicio de la aceptación de la verdad propuesta. El expositor,
palabra pública encierra un dominio particular aun teniendo el dominio intelectual del asunto,
de los temas y de las personas; la otra constata- no lo impone violentamente ni pretende avasa-
ción es que una personalidad colocada en un llar a sus oyentes, sino que busca convencerlos
168 169
F )
f:
basado en razones. Invade paulatinamente el
campo de atención del auditorio, se muestra to-
1'1~ I 1
~,
lerante y sereno, razona, argumenta, ejemplifica \
, !;,
178 179
comisiones, grupos de estudio, etc.), la discusión tural abunda en ejemplos de famosos conversa-
ante el público, el simposio, el debate y el Joro. dores -Samuel Johnson, Oliver Goldsmith, Na-
l'
poleón, La Bruyere, etc.-, así como de clubes de
,) ji
l'
'1
conversación -los antiguos simposios griegos, el
La conversación Literary Club de Londres en el siglo XVII, el salón
de Mme. Rambouillet, en París, y otros más-.
) .
El perfeccionamiento creciente de las formas y Los estudios demuestran que, estadísticamen-
técnicas de comunicación oral en el mundo mo- te, las personas tratan en su conversación, y por
l' derno, ha estimulado a algunos tratadistas a orden de frecuencia, sobre los siguientes temas:
'1 '
analizar la conversación humana, inferir de este el trabajo, el hogar, la política, las recreaciones,
análisis una teoría y establecer normas prácticas. la salud y los acontecimientos de interés gene-
Gran parte de los tratados modernos sobre ora- raPo
toria, particularmente los de procedencia nortea- Milton Wright ha estudiado psicológicamente
mericana' dedican páginas a la conversación, a al tipo medio de interlocutor, señalando que éste
la que se considera no solamente como un ins- desea sentir su propia importancia, impresionar
trumento vital, sino también como un medio de a los demás, ser cumplimentado, expresar su
\ ~: equilibrio del pensamiento social. La mentalidad opinión, granjearse favores, tener otras personas
J :1
'1
latina se resiste, en nombre de la espontaneidad que sepan algo acerca de él, ser apreciado, ha-
:1
"
y la naturalidad, a aceptar la teorización llevada blar de su hobby, descubrir que sus interlocuto-
) '1
a este extremo, si bien se la acepta y practica en res tienen sus mismos intereses, encontrar que
, algunos órdenes profesionales, donde la conver- sus pequeñas necesidades son contempladas por
• I
sación es el principal medio para el ej ercicio de los demás. estar libre de obligaciones y sentirse
') í una tarea. Tal es el caso de las entrevistas co- cómodo y tranquilo. De esta investigación con-
'1
merciales, las de supervisión de personal en las cluye el autor las normas para una buena con-
empresas y otras, eh las que el diálogo no es li- versación: hablar a los demás de sus propias co-
bre sino condicionado por una finalidad prefija- sas, tener un real deseo de agradar y hacer feliz
da. a quien comparte el diálogo.
Según Borchers y Wise, "la conversación es Para la conversación en grupo, señala el mis-
un discurso caracterizado por la impredictibili- mo tratadista estas conveniencias: los temas de-
dad, prontitud, adaptabilidad, naturalidad, li- ben ser agradables a todas las personas; cada
bertad y ausencia de exhibicionismo"2. Las con- persona debe hablar su parte y no más; no debe
diciones señaladas por esos tratadistas para una haber períodos de silenCiO; ningún tema debe ser
exitosa conversación son: actitud aceptable, ide- tratado tan extensamente que llegue a fatigar; el
as importantes, lenguaje animado, voz expresiva tono debe guardar los requisitos de una buena
y acción corporal comunicativa. La historia cul- urbanidad, y nada debe decirse que pueda afec-
tar u ofender a los presentes.
2 BORCHERS, GLADYS L., Y WISE, CIAUDE M .. Modern speech: an mtro·
duction to speakmg and Ilnderstandmg, p. 32. Nueva York, Harcourt, 3 WRlGlrI", MILTON , The art oi conversation: and 1ww to apply its tech-
Brace and Company, 1947. niqlle, p. 109. Nueva York-Londres, McGraw-Hill Book Co. Inc .. 1936.
180 181
,)
)
Existe toda una técnica 'analítica para condu- do. D_esd~ el punto de vista de la opinión públi-
cir con éxito una conversación, tanto el diálogo ca, solo mteresan las respuestas del entrevista-
como la conversación en grupo, así como estu- do.
dios caracterológicos de los distintos tipos de in- El único instrumento de que dispone el entre- )
terlocutores posibles: personas de más edad que vistador para obtener la información que des~
uno, de menor edad, superior jerárquico, inferior es la pregunta, y en este orden de trabajo, deb~/ )
o persona de otro sexo. Existe también toda una ejercitar su ingenio para obtenerla, en tono res- <:y
sistematización de la técnica de las preguntas. de petuoso y urbano, sin polemizar. e
las respuestas, de la narración, de la argumen- El entrevistado, por su parte, actúa por me-
tación, etc. La discutible ulilidad de estos estu- dio de las respuestas. Como no toda opinión o
dios es apoyada por sus teorizadores en la nece- información puede darse en un momento deter-
Sidad de participar con eficacia en las conversa- minado. por múltiples razones, la habilidad dia-
ciones formales y en el estímulo y creación de léctica consiste en expresar sólo 10 que se debe
mejores formas de pensamiento en las reuniones sin caer en contradicciones reveladoras. ni mos~
informales: "Conversar -dice J. B. Priestley- es trar turbación, desconcierto. nerviosidad. mala
uno de los signos y marcas de civilización... "4. voluntad. descortesía o inseguridad.
Las preguntas y las respuestas, así en la en-
trevista periodística como en otros tipos de elo-
La entrevista periodística cuencia deliberativa, responden a una técnica
)
especial, ampliamente estudiada por espeCialis-
La entrevista periodística es una de las más tas, y que se analizan en este volumen al tratar l'
modernas formas de la oratoria. En ella, un pe- de la técnica de la discusión.
riodista dialoga con alguna personalidad científi- ):
ca, política o de cualquier olra actividad huma-
na, formulándole preguntas de evidente interés La discusión en grupo
público. La reunión puede ser convenida previa-
mente o accidental, con cuestionario anticipado La discusión en grupo (en la nomenclatura in-
o improvisado, por escrito u oral. En cualquiera glesa conference y también infónnal discussion) i
de las formas, rigen las mismas condiciones. es uno de los tipos más frecuentes de oratoria
El periodista no debe discutir con su entrevis- deliberativa. En ella, un grupo no muy extenso
tado, ni poner en duda la veracidad de lo que se de personas debate conjuntamente un tema, con ,;
~
182 183
/
)
)
}
Los integrantes pueden dialogar entre sí, for- curso de las ideas que se van desarrollando. No
mular preguntas al director o a sus colegas, res- existen reglas fijas de procedimientos, porque es
ponder, efectuar exposiciones, presentar mocio- un tipo de deliberación informal5 •
nes, etcétera.
Esta forma deliberativa acaece en las reunio-
nes de comisiones directivas de instituciones, El simposio
subcomisiones, juntas, directorios de empresas,
reuniones de profesores, etc., y tiene la ventaja El simposio (symposium en la nomenclatura
de permitir el intercambio de ideas yexperien- inglesa), es una reunión deliberativa ante público,
cias y de facilitar la participación activa de todos en que varias personas hablan por tumo sobre un
los miembros del grupo, en forma coloquial, mismo tema. Los oradores no discuten entre sí,
amistosa y casi familiar, según la fórmula del efectúan sus exposiciones en forma de discursos
) :1 give-and-take. No existe público. -leídos, improvisados o con apuntes-, en plazos
~~I [,j,¡
) ,ji de tiempo iguales que van habitualmente desde los 1'"
~lll
) al público, abre la reunión con breves palabras, el tema. Luego presenta y cede la palabra, por
expone la naturaleza del tema, presenta a los orden, a cada uno de los oradores y agradece al
oradores uno por uno y explica el procedimiento final de cada una de las disertaciones. Al fin de
) a seguir en la discusión. Al término de la reu- todas las exposiciones, debe cerrar el acto con un
') nión' debe resumir las conclusiones obtenidas en breve sumario de lo tratado. Es habitual, ade-
un sumario imparcial y lúcido. más, que al fin de cada discurso, tome fugaz-
Los integrantes del grupo se sientan a derecha mente la palabra para establecer el paso de un
e izquierda del director, en tomo de una mesa orador a otro.
en forma de herradura o similar -yen su defec- El simposio puede organizarse encargando a
to sobre el lado mayor de una mesa rectangu- cada orador el desarrollo de un aspecto parcial
) 1ar- cuidando de no dar la espalda al auditorio. del tema, o puede escogerse a un grupo de ora-
En la discusión ante el público, es fundamen- dores que sostienen distintos criterios sobre un
tal que cada orador exponga su opinión, sobre
todo desde su particular punto de vista, adap-
tando espontáneamente su argumentación al 5 SAA!;;rr, LEW y Fosnm, WllliAl,1 TRUFA."", op. cit. p. 467.
184 185
)
)
mismo asunto y encomendarles su desarrollo en El foro
forma personal. )
En ciertas ocasiones. el simposio puede adop- Es cualquier forma de oratoria en que partici- )
tar una forma combinada: al término de cada se- pa el público. En castellano se la denomina tam-
rie de disertaciones. puede efectuarse un panel bién 'discusión abierta al público' y en inglés
entre los oradores. o abrir la discusión al público Jorum o openJorum. ) i
presente. En otros casos el programa comprende Este tipo de deliberación se emplea para com-
el simposio propiamente dicho con las dos alter- plementar otras formas de oratoria analizadas
nativas anteriores. anteriormente: la conferencia, la discusión ante
el público, el debate o combinaciones de esos
procedimientos.
El debate En la nomenclatura inglesa, la palabra Jorum
colocada después del sustantivo que señala el
En el debate participan dos grupos de orado- tipo de oratoria, indica que al término de la reu- \
res. los que sostienen una posición afirmativa nión los oyentes podrán participar formulando )
frente a una proposición y los que sostienen una preguntas. objeciones o exposiciones: lecture Jo-
negativa. conducidos por un director. Se realiza rum, panel Jorum, symposium Jorum, debate Jo-
ante público y en él no se discute una pregunta rum ) i
sino una propuesta o proposición para estable- El director abre el acto, anuncia el tema, pre-
cer algo que hasta el momento no existe o no se senta al orador o a los oradores y explica que
practica. El grupo que está por la afirmativa tie- después de la conferencia, el panel. el simposio
ne a su cargo la responsabilidad de probar que o el debate, el auditorio será invitado a tomar ,)
la nueva proposición es necesaria. A esta res- participación.
) .
ponsabilidad se la denomina burden oJ proof En En el momento de las preguntas, el director
tal sentido, es condición que el debate se centra- toma la palabra y explica claramente las normas
lice únicamente en una sola proposición, expre- que se aplicarán, procurando motivar inteligente-
sada en fomla declarativa y con absoluta clari- mente al auditorio y crear el clima de confianza.
dad y precisión. Como la primera pregunta es la más difícil de ob-
Esta fonna de elocuencia deliberativa cuenta tener, tiene atribuciones para formular él mismo
con una larga tradición en los Estados Unidos. esa pregunta al orador e invitar directamente a al-
donde se la emplea con frecuencia en colegios y gún miembro del auditorio a formularla. Debe
universidades. No se la ha practicado hasla el también ayudar a los participantes efectuando ex-
presente en la Argentina. plicaciones o repitiendo las preguntas o por cual-
Está sometida a reglas precisas de procedi- quier otro medio que estime conveniente. Si nota
nliento, que puntualizan las obligaciones de la que al final algo importante se olvida o se pasa por
afimlativa y las de la negativa, la mecánica del alto, puede él mismo sugerir que se efectúe una
desarrollo y demás detalles. El director abre el pregunta o exposición para cubrir ese vacío.
debate y habla alternativamente un orador de A veces se formulan las preguntas por escrito,
cada posición. en hojas en blanco o formularios preparados
186 187
)
/
)
)
)
para el caso, pero son más aconsejables las ora-
) les. Si algún oyente formula preguntas excesiva-
mente largas, complicadas o aprovecha la opor-
tunidad para hacer exhibicionismo retorico, el
director debe saber cortarlas con habilidad y
cortesía. El riesgo de alargar una discusión es un
peligro latente en toda deliberación. Para evitar-
lo, dos o tres minutos antes del tiempo fijado 12. TÉCNICA DE LA DISCUSIÓN
para la terminación del acto, el director anticipa-
rá que sólo queda tiempo para contestar una o
dos preguntas más, y señalará cuáles serán en
ese caso los oradores a los que por turno les co-
rresponda formularlas.
La discusión de ideas ha sido objeto de proli-
jos análisis por parte de los especialistas. pues
constituye el procedimiento esencial de la orato-
ria deliberativa.
La discusión es. ante todo. un método de inves-
tigación. y como tal se 10 practica en grupo cuan-
do es necesario analizar a fondo un determinado
problema o adoptar una decisión. Además de esto,
la discusión es un método de enseñanza. de muy
!
moderna concepción. que permite que varias per- 1'1
I I
sonas intercambien sus experiencias. contrasten
sus propias opiniones. perfeccionen sus hábitos de
pensamiento. conozcan aspectos insospechados de
un tema y se acomoden a los beneficios de la tole-
rancia y la cooperación. Como método didáctico,
complementa al expositivo. y en ciertos aspectos,
lo supera y perfecciona.
En suma. la discusión puede adoptarse cuan-
do se persiguen, aislada o combinadamente, algu-
no de estos tres fines: a) analizar cooperativamen-
te un problema; b) tomar una determinación; c)
enseñar.
Los inconvenientes de la forma deliberativa de
la enseñanza son la lentitud y el riesgo de su de-
formación en mera controversia desordenada.
)
Estas eventualidades sólo pueden evitarse con
188
189
)
)
una adecuada preparación y conducción del de- Elección del tema.- Cualquier tema no es
bate. que debe realizarse con perfecto conoci- apto para una discusión. Debe reunir ciertas
miento de la técnica deliberativa. condiciones que aseguren un resultado cons-
tructivo. En primer lugar. la proposición o tema
debe ser debatible: no se ajusta a este requisito
Preparación de la discusión un asunto evidentemente cierto ni otro evidente-
mente falso. No debe. por esto mismo. estar con-
Cualesquiera sean los fines de la discusión. c.ebido en témlinos ambiguos ,ni abarcar genera-
ésta debe programarse con sumo cuidado. La hdades vagas, ni aspectos elementales de una
preparación de una discusión comprende cuatro cuestión. Se requiere una cuestión específica, ):
etapas: a) análisis del grupo: b) elección del tema; clara. concreta. particular. encerrada en una idea )
190 191 )
)
/
dos, dejando libre el que da a los oyentes. Una que se planteen. 4.. ' l' 1 1
buena organización tendrá que ocuparse igual- Se aconseja también que el director disponga 1I
mente de los demás detalles materiales: micrófo- de una planilla con el nombre de los participan- II
nos, parlantes, etcétera. tes, en la cual irá tildando la actuación de cada II
El estudio de la oportunidad en que se reali- participante y un resumen sucinto de sus ideas , 11'
)
zará el debate escapa a reglas precisas. Se supo- y opiniones, las que le permitirán gobernar la W
ne que el organizador o el director sabrán con- frecuencia de participación de cada orador y for- ti
templar todas las probables eventualidades del mular las conclusiones del acto al término de la I ",
I
) para nadie.
Conducción de la discusión
Planeamiento de la conducción. - El director
deberá estudiar también con antelación suficien-
te el guión o esquema del debate. Este esquema En general, los diversos tipos de elocuencia ~I
es primordial para que la discusión se desarrolle deliberativa en que participan dos o más perso-
nas, están bajo la conducción de un director, lla- Ji~i "
con arreglo a un orden y no se desvíen o desna-
turalicen los objetivos de la reunión.
Los teóricos sostienen opiniones distintas en
mado también moderador o conductor. Las fun-
ciones del director son claras y típicas y pueden ~:
resumirse en estos términos: a) organizar el de-
'~
'1
cuanto al contenido del guión. Por supuesto que ,
cada director redactará el que más se adapte a su bate en todos sus aspectos preliminares; b) diri- '1'", ••
idiosincrasia y técnica de conducción, pero es gir la discusión para que ésta llegue en forma or-
i
denada a una conclusión.
'l
~;
conveniente que tenga anotados, por 10 menos, los
siguientes puntos: tema central de la discusión; La dirección misma de la discusión compren- ;1
nombre y antecedentes de cada participante; pala- de las siguientes obligaciones: a) abrir el acto y
C.,
~1
bras iniciales del debate o resumen de ellas; notas presentar el problema a los participantes y al
sobre los distintos pasos del proceso que seguirá público; b) presentar por su orden a los orado-
la discusión; palabras finales de cierre. res; e) conducir la discusión, con todas las im- '·1
¡:
Como la responsabilidad mayor del conductor plicancias de su desarrollo; d) cerrar la discu- 1
192 193
)
público y la ocaSlOn: tener tacto, amplitud de tar la discusión y puede formularlas, a su crite-
pensamiento, entusiasmo, ingenio y humor. rio. cuando quiera obtener una aclaración cual-
Como se comprende. todo esto requiere estudio, quiera. hacer hablar a un participante. forzar a 1:
preparación y dotes especiales. alguien a emitir su opinión. someter a juicio de
La apertura. - La apertura debe hacerla el
los miembros del grupo alguna proposición,
director con manera fáciles, seriedad y naturali- comprobar si se ha comprendido bien algo de lo \ .
dad. abandonando toda actitud solemne, para e-:cpuesto. orientar la discusión hacia un fin pre- /
contribuir así a la creación de un ambiente de VIstO. hacer confirmar o rectificar alguna OpinióI1: )
libertad y comodidad entre los participantes. En expresada con ambigüedad. ayudar a alguien a
la apertura, deben seguirse las siguientes forma- aclarar su pensamiento. etcétera.
lidades: a) saludar a los participantes y oyentes; Las preguntas deben ser claras. concisas,
b) enunciar el tema de la discusión: c) explicar breves, sencillas, necesarias e inspiradas en un
los objetivos de la reunión; d) señalar el procedi- fi? pr~c.is.o. No deben hacerse preceder de largas
nliento al que se ajustarán los participantes y dIsqUlslclOnes o justificaciones. ni deben com-
público;, e) presentar por orden a los participan- prometer la posición de estricta neutralidad que ) .
tes. enunciando claramente sus nombres y ape- corresponde mantener al director. ni encerrar
llidos, antecedentes. títulos. condición o repre- malicia alguna. Pueden dirigirse directamente a
sentación que invisten; D finalmente. el director uno, de los participantes o al grupo en general,
podrá efectuar cualquier otra aclaración que segun convenga. . ):
considere oportuna y necesaria. tratando de no Una vez formulada una pregunta, debe darse
dar nada por supuesto y revisando el estado en un tiempo razonable al interrogado para que res-
que quedó la cuestión, si el debate continúa de ponda. pero si no se obtiene una respuesta en
plazo prudencial. el director debe mantenerse
otro anterior. sereno y formular de nuevo la pregunta -en
Debe evitar toda apertura de petulancia o pe- otros o en los mismos términos-, o girar la pre-
dantería y sobre todo, no aprovechar la circuns- gunta a otro miembro. o inquirir si la pregunta
tancia para hacer exhibicionismo, recordando no ha sido lo suficientemente clara. Puede pre-
que el público se interesa por la palabra de los guntar también si se desea que sea repetida, si
)
participantes y no por la del director. La apertu- existe alguna objeción contra ella. si se prefiere
ra puede durar de tres a cinco minutos, y debe que sea subdividida, si no se desea contestarla o
ser clara, concisa y suficiente. A continuación, puede también recurrir a otra pregunta o efec-
cederá la palabra al primero de los participantes, tuar alguna sugestión sobre su respuesta.
de acuerdo con el orden que corresponde. o for- Cada respuesta debe ser agradecida por el di-
mulará la cuestión a todo el grupo para que al- rector con una expresión verbal o ligero asenti-
guien solicite contestarla. miento de cabeza, cuidando especialmente que el
Desarrollo de la discusión. - El control y la rostro ni los ademanes ni el tono expresivo reve-
orientación del debate es la mayor de las respon- len sus reacciones internas -agrado, fastidio.
sabilidades del director. Las preguntas son el etc.-. y que la fórmula de agradecimiento no
principal expediente de que dispone para orien- encierre un juicio estimativo de la opinión verti-
198 199
mación adicional a lo dicho; cuando se debe En lo que atañe a los demás participantes,
fonnular una pregunta inteligente o cuando se conviene prestar suma atención a sus palabras,
pueda inyectar un poco de humor en el debate. gestos y actitudes, para ir reconociendo carac-
En otras palabras, es necesario hacerlo cuando terológicamente a los distintos tipos de reacción.
la palabra es útil, y cualquier momento no lo es Observar a las personas y tratar de discernir
para cualquier afinnación o pregunta. cuáles son sus verdaderas ideas, distinguiendo
El protocolo y las precauciones propias de las que expresa de las que oculta, conocer sus
toda discusión aconsejan tener presente ciertas aciertos y errores; ver qué piensan los demás de
reglas o nonnas que facilitan la participación. La lo que sostiene cada uno, para tener una opinión
primera es preparar con tiempo el terna y es- fonnada sobre la tendencia general de la reunión;
tudiarlo lo más profundamente posible (libros, dejar hablar sin interrumpir, molestar ni apurar;
publicaciones especializadas, revistas técnicas, descubrir las presuntas intenciones de los ora-
opinión de autoridades, etc.); conocer con certeza dores; respetar sus opiniones; no pretender
la pos~ción que se adoptará; analizar los argu- pensar por los demás; interrogar con cortesía
mentos (pruebas y objeciones) a emplear y la cuando se necesita una declaración y no
técnica dialéctica con que serán expuestos y, olvidarse de agradecerla; cerciorarse de que se ha
finalmente, redactar un esquema de la propia comprendido exactamente el pensamiento ajeno;
exposición y sus eventuales variantes frente a pedir las explicaciones que se estimen per-
derivaciones inesperadas. tinentes y, sobre todo, tornar nota, mentalmente
Esta preparación presupone también conocer o por escrito, de lo que va diciendo, para ir
qué personas intervendrán en la discusión, sus confeccionando así el plan de la propia expo-
ideologías, opiniones e intereses, la posible actitud sición.
que adoptarán frente a los distintos planteos, así La participación debe llegar en el instante
corno también los fines, declarados o secretos, de preciso: no es conveniente apresurar la llegada
la reunión, el lugar, el tiempo y el local. de ese momento ni retardarla indebidamente. Por
Son de utilidad, asimismo, algunas nonnas lo general, es mejor hablar después que otros
sobre el comportamiento psicológico a adoptar oradores lo hayan hecho ya, pues se cuenta en
durante una discusión, para crear un ambiente ese caso con mayores elementos de juicio para
propicio a la propia persona. Deben aplicarse impostar la propia exposición o propuesta.
actitudes compatibles con las buenas relaciones Al disponerse a hablar, el orador cauteloso
humanas: no ofender ni lastimar moralmente; tendrá ya concebido su plan, y sabrá además,
mostrarse naturalmente simpático; no dar la im- qué ideas apoyar y cuáles rebatir. Un buen plan
presión de querer llevarse por delante a los de- de exposición incluye solamente lo esencial y
más; tratar con dignidad y altura a todos; no desecha lo superfluo. La palabra de un orador
hacerse el pedante ni el suficiente; captar la diestro rebatirá cordialmente las opiniones con-
confianza ajena; no mostrar indignación, ironía, trarias que atañen al fondo del asunto; tendrá
hostilidad o desinterés hacia los demás, y no expresiones de reconocimiento para los méritos
despertar recelos ni actuar sospechosamente. En aj enos; se fundamentará en una sólida y lógica
una palabra, actuar con tacto humano. demostración; será generosa con la ignorancia o
200 201
~'
la impericia ajena: dejará a salvo el honor y el ejemplo típico es el silogismo, descubierto por L<, Ci'
prestigio de los demás, pero no concederá nada Aristóteles: "El hombre es mortal. Sócrates es ¡j r~ I
que no deba conceder ni traficará con la propia hombre. Luego, Sócrates es mortal". Para que sea "Ci \::,?,: 1
conciencia. verdadero, debe serlo la primera premisa o jui- .:;,,:
)
Toda exposición debe hacerse en un lenguaje cia. Puede aplicarse a cualquier clase de objetos.
sencillo, claro. preciso, variado, adecuado al am- Inducción: Es el razonamiento en que se par- )
biente y convincente, recordando la expresión de te de varios hechos particulares para llegar a úrta )
Baird, según la cual "la discusión, como las otras conclusión general que los comprende a todos(
i' )
fonnas de la oratoria. es una comunicación oral Por ejemplo, de la comprobación de que el calor '1
I.i, .... ,
n
U
a través de las palabras, acción corporal y so- dilata a muchos cuerpos. se infiere la ley general
nidos"4. de que el calor dilata a todos los cuerpos. Su )
fundamento radica en el principio de causalidad
o de regularidad. Se emplea con los objetos na-
La arg~entación turales. 111
202 203
)
\
Los hechos. - La segunda forma de demos- Ad verecundiam: Consiste en sostener malicio-
tración consiste en probar una afirmación con samente la validez de una afirmación por la au-
ejemplos verificables, testimonios de testigos, toridad personal de quien la ha formulado.
datos estadísticos, objetos físicos, literatura o Ad hominem: Consiste en querer llevar al ad-
escritos y toda otra especie de material percepti- versario a aceptar una afirmación nuestra, sos-
) ble por los sentidos, que no admita discusión ni teniendo que ésta deriva de una afirmación di-
sospecha. cha por él.
Mala observación: Ocurre cuando se pretende
interpretar un hecho, pero se lo deforma por
Los sofismas preconceptos o intereses.
)
Observación incompleta: Sucede este sofisma
)
Son razonamientos incorrectos y por esa razón, cuando no se han observado ciertos hechos o
) no tienen validez. Se los denomina también pa- cuando se han dejado de observar ciertas cir-
) li ralogismos o falacias. cunstancias de los hechos.
I En toda argumentación debe prestarse especial En toda argumentación, conviene recordar las
) atención a los sofismas, que son más comunes cuatro famosas reglas del método intelectual que
) que lo que suele pensarse. La lógica clásica ha el filósofo francés Descartes ha dado para evitar
enumerado o clasificado los sofismas en detalle. errores en nuestros razonamientos.
)
Los 'más frecuentes son:
) Ignorancia del asunto: Ocurre cuando se res- l. Evitar la prevención y la precipitación: No te-
ponde a otra cosa de lo que está en cuestión. ner prejuicioS previos sobre las cosas, los hechos,
!
Equívoco: Es un argumento construido so- las personas o las ideas. No emitir juicios sino
bre una falsa interpretación del sentido de una después de un examen lo más completo posible.
palabra, o cuando en la argumentación se to- Guardarse particularmente de las pasiones.
)
ma a una misma palabra en dos sentidos dife- 2. Percibir el punto preciso de la cuestión:
rentes. Distinguir bien unas cuestiones de otras. Dividir i
I
) Petición del principio: Sucede cuando se da por las dificultades lo más posible y tratarlas sucesi-
acordado lo mismo que está en discusión. '1
.> vamente. Captar en cuál de ellas radica la esen-
Círculo vicioso: Es el argumento en que se in- cia del asunto que se trata.
tenta probar un juicio A por otro B y este B por
)
elA.
Generalización abusiva: Consiste en inferir
indebidamente, de uno o pocos casos, una ley
3. Graduar las dificultades: No basta distin-
guir las dificultades de una cuestión, es necesa-
rio escalonarlas, graduarlas, yendo de las más
I
) simples a las compuestas, de las fáciles, a las di-
general. Es muy frecuente en la discusión.
Falsa causa: Es el error que consiste en to- fíciles.
mar una causa por otra. 4. Reunir todos los elementos y luego juzgar:
Falsa analogía: Radica en equiparar dos cosas No emitir un juicio hasta haber reunido la tota-
o procesos diferentes, por la sola coincidencia de lidad de los elementos de una cuestión, sin omi-
algún carácter accidental. sión alguna.
204 205
)
, )
Éstas son las cuatro operaciones que Descar- Mayor: Se encierra la respuesta dentro de un
tes llama la "dirección del espíritu", y que pue- tema más amplio y general: "Los problemas edu-
den sintetizarse así: 1) Examinar; 2) Analizar; 3) cativos deben replantearse en su totalidad en ) :
Graduar; 4) Coligar. nuestro país. para ofrecer mejores perspectivas a
la juventud".
)
Menor: Contesta solamente a un aspecto par-
Las preguntas y las respuestas cial de la cuestión: "En el ámbito universitario, '1 '
es demasiado teórica".
En el diálogo y la discusión se hacen necesa- Futura: Promete para otra oportunidad la res-
rias las preguntas. Ellas permiten indagar si el puesta: "En su momento daré a conocer una de-
interlocu tor nos ha comprendido, o si nos hemos claración sobre el particular".
expresado con claridad y precisión. Sirven ade- Pasada: Expresa que ya se ha hablado ante-
más para hacemos aprobar en nuestros argu- riormente del asunto: "Eso ya lo he desarrollado
mentos: ayudan a destruir las objeciones. obli- en mi anterior conferencia".
gando al interlocutor a puntualizar sus opinio- Negativa: Consiste en negar la respuesta por-
nes y a aclarar su posición. y penniten ganar que. real o fingidamente, no se conoce el tema,
tiempo para ordenar nuestros pensamientos o porque no compete al interrogado entrar en ese
ámbito. o porque alguna razón obliga al silencio: ) ,
encontrar el argumento apropiado.
Las preguntas responden también a una técni- "No contesto a esa pregunta". )
ca particular: deben fom1Ularse en forma tal que Abstentiva: El interrogado expresa que prefiere
)
no admitan una propuesta contraria a nuestro no opinar sobre la materia: "Lo lamento, señor,
razonamiento, deben llegar al fondo del asunto pero prefiero no comentar ese tema tt.
206 207 i )
)
\ ,
en evidencia ante quienes escuchan o de no con- decer la personalidad del interrogado. En otras
testarla: "Usted me hace una pregunta que re- palabras, debe ser ingeniosa y hábil.
quiere dos horas para ser contestada". La misma técnica de las respuestas suele em-
Evasiva: Consiste, prácticamente, en no res- plearse, convenientemente adecuada. a la refu-
ponder a la cuestión esencial y derivar la res- tación de objeciones.
puesta hacia otro tema: "La educación debe ser
la primera preocupación de todo gobierno".
Concf?siva: Aprueba o reconoce algo de impor-
tancia secundaria para atacar lo esencial: "Esta-
mos en una etapa de tránsito, pero lo funda- En la conversación y discusión suelen emple-
mental está aún por hacerse". arse técnicas prácticas que facilitan la estrategia
Condicional: Subordina el valor de la respuesta de la argumentación. Algunas fueron ya conoci-
al cumplimiento de un requisito o condición que das por los clásicos de la retórica antigua, y otras
no depende del interrogado: "Si se cumple la le- han sido extraídas de la experiencia cotidiana por ,i,
"
Ji
buenas oportunidades para la especialización
técnica".
Somática: El interrogado no pronuncia pala-
bra alguna y hace un gesto o ademán que debe
. j
, I}I Té..cnica del 'Sí' (Yes response). Consiste en con- ,
duClrlaconveisación o argumentación de tal
manera. que el interlocutor se vea precisado a;1
.¡.;.\~
),
ser interpretado por el interlocutor. responder "sí" a una serie de preguntas que se le .
'¡ Narrativa: El interrogado refiere un hecho, van formulando, de modo que al final se vea pre- A
I
una anécdota. fábula. etc., cuyo sentido o mora- cisado a contestar también afirmativamente a la 1\
)
leja es la respuesta a la pregunta: "Le voy a con- pregunta decisiva, por estar incluida dentro de '1
tar a usted lo que en cierta oportunidad le suce- sus afirmaciones. anteriores.
. .----.,.-="---.. .""""""""'' ' ' -' '-'-_.
~------_._~~-_., ,-.~~.,~-,-~,-,,~,.~-_ -,,"~--,,,,.,,.....--..
) 208 209
)
)
)
que se introduce con la palabra "pero" o conjun- ..E.QJ:i@~ia . ~atacax.,~Ia.s,~vitale,s..~ip_.,ªQ9_!)agaL~aL,
ción equivalente. adversario.
~ .~conside~ación
-"","'-=""
~n.
)
Esta técnica fue usada 'especialmente por el ora- '4- :rtliiiTé;;:7ie~~~Estriba en posponer la
dor romano Cicerón en sus famosos alegatos ju-
diciales en el Foro. Se la denomina también 'con-
. . o resolución final de pr.oblema
para mas adelante. cuando las condICIOnes apa- ¡
Ij
cesión ciceroniana'. ( recen poco propicias para obtener una determi- . )
1~~~~~~~~~;¡';~~_~~g~~cla~f;.
Toda negativa es dolorosa para quien la !:~ci!>e.
, 'nación favorable. ..
~~iiK~ae'-lq~IúJiiifª:9P15fQ.,'ryj Al emitir la propia
("<;lpiÍ1iód. suele $é~/ conveniente ,que precélütoria-
La~roITñ1Ccre-ñ-áce-iIa:"'rienfe'-a"uñ"argümeñtO-o , ,/mente/se la e~pr<isa con palabras y tono'que tra~
proposición, sin herir susceptibilidades, es la si- sunt yT1 ciefrto matiz de creencia antes que" dé
guiente: ,l1acer el rechazo con ,s::larida~in~ dogn;iatisp-i'o categórico y c,errado, y (lue aL mis-
lª~!o_t:1~~, ,p~~~'Oql:l!:"~~~~Lg1!.~.<l~."f!~guI!~~~.E!t.. mo t~1'pO, eItcie~re térm.inos de r(}al reconoci-
car las raz9rles del rechazo; .expresar pesar por ,. mi~~tgJmcia"JQ§~~~!itos ¡de ,la otra iB¡i:e. \
'no' p'óder' ace"ptar lo"~s'oncítam)''"Ll'~p'rb'pueStO:
acoTnpañarh:t-negafíva"'corr~'atgttña'->satisraCc1óq ~\ ~ del u~g1JJ.rn;"'::E~~]p.a.léCHffifLr~l!:ªm~JJJe
iü~"1iCi.1l~~rar~"elf"1o]50'sib1e;-que"Ta"apJrOba: \9 .~!!.§.~Qa;~~rffieaio de la cual ~~J?r!!~n9~ ~?"~é!!""ª-",
:1.,-' \Ción118;~g~f!~~~:~=--~-===
- '~~t"ecL1ica,.del. ·ESjQ,,,9~_ri.~ (This or noihing): Con-
los Tñref10cutores a aceptar" uña dete:rminad~
~Q,§.mE~Sorcrpú~pncarseeñ c'asOs
_!T~l~1~~~iit~~~~~~~~íf::~~Ei~!§1g)
-', P "--'"''''~'''''''''''''-'~'''-'''''''''',-",,",,"~,l-,'''
igüaíiñeñre-""'vtoientas=Y"gue' ñíngu'ña .persona
~cre-buengracro' ef=úrriñlarum:,,,-~rn="~.,,~.,-
~~,~""",~~1_' ~--~., -._-,;::;."'¡':', '~,1'~"~~Ji·"',';.~~~..\\1\~·"·l'i'~N,I',"""::
p 5)
¡;;:;;-
:' ,~
. ,. , ",,,,,,,"',,,'''' '"''
éáiica de la ambigiledad:;Muchas veces, al ha-
blar o e' criDit';'p~.cI¡r~:f'~'Il~cesario
. ".
210 211 )
t )
I '\ .
Arte retórica (libros II y m); Cicerón en su tratado tiene que consistir en una razón más fuerte, ar-
\
De la úlVención, íntegramente dedicado a la ma- gumentada suficientemente, para no incurrir en
teria' y Quintiliano en sus Instituciones oratorias. el vicio criticado. Quedan la experiencia propia o
Los tratados modernos han abandonado la minu- el consejo ajeno para superarlos. ~
ciosidad y sutileza de la antigua tradición, para
adoptar métodos más simplificados y directos,
aunque fundamentados, por supuesto, en la lógi- /'
V él1b;~iZilil.~irz:~e~0~~~ :~];:intentar anular" .
un argumento provocando la risa o burla sobre
ca del pensamiento y la experiencia del alma hu- él o sobre su autor u origen: "Pido que se inserte
mana6 • ' es~.,. g~lluzUQ..s,.n el acta".
----------~
trategias y digresiones:'
~ e;;:~~'!:;a~u~'[!~~p~~~s~~:
\
idea o proposición con el objeto de obtener algu-
/
na ventaja: "Solicito que se traiga un traductor
En los debates suelen emplearse ciertos artifi- porque me expreso mejor en francés".
)
cios para entorpecer, desviar, postergar o anular C;JnsiSleiii;iér§Ji1i.rg=P:r&e.i!~amar la aten-
el tratamiento de un problema. Algunos podrían Clan sobre aspe~t.o.~~icmJJes.JL!!1inúsculos
) considerarse falacias o sofismas del razonamien- d.e . la cU~~~_~<,L~lJllLón...~~W~
to o falacias psicológicas; otros apenas son ardi- . !~J]if'E'ste asunto no puede ser tratado legal-
des viciosos de mala fe. De todos modos, un de- mente mientras no se provea a los señores asis-
batiente debe estar advertido de ellos, para ac- tentes de una copia certllicada ante escribano
tuar con adecuación en su momento, y en tal público de las declaraciones precisas del citado
carácter los presentan los tratadistas. En varios ciudadano. De lo contrario, nosotros nos absten-
tratados en lengua inglesa se los incluye dentro dremos de participar".
de las falacias psicológicas, bajo el nombre ~) Ee.rt.rrt[fali§~Aprovechar algún
genérico de diversions, y en otr¡;ls se los conside- !' cerrar aiepo_~§~lliLla discusión hacia el:~'1rr~'"'
) ra como estrategias de la discusión. señor informante ha sosteñIao"'que"éfTest1go se
Toman siempre la investidura de una opinión puso lívido de miedo. Lo que realmente ocurrió
) honesta, una afirmación' o una proposición, es fue que se puso pálido. Esto hay que aclararlo
decir, se expresan con todas las apariencias c~~§.:~__~
lingüísticas de una idea, pero no deben ser in- ~ sª!v2.1!bjec~Consiste en no apor-
terpretados como auténticos pensamientos sino
como actitudes personales de carácter operativo.
V Nada!
tar ninguna Ta:ea f5'0SifiVa y limitarse a criticar a
11t\10s demás.
No hay una defensa completa, segura o per- ~ Conqliciones ~posibles: Estriba en reclamar la
fecta contra ellos. La respuesta, por supuesto, suma de'"'TaS'excelerrcrns de una proposición, co-
mo condición para tratarla o aceptarlp.. Es un
"llamado a la perfección": "Esta propuesta no
6 Muy difundidos son los dos de BAlRD, A. eRAJG, titulados cuenta con mi asentimiento porque el plan ape-
Argumentation, discussion and debate, y Discussion; principles and
types, así como el de Mc BUR'IEY, JA.'IIES H. Y &'l:CE, KEl\'NETII G., TIte nas alcanza para dar una copa de leche a los es-
principles and methods oi discussion. colares de cuatro provincias pobres. O la damos
) 212 213
a los niños de todo el país, o no aprobaremos la exportaciones mencionadas llegaron a la cifra
,propuesta'" exacta de 9.234.188 dólares".
@) "~'l CaDcjliac;i~ Intentar un resumen conciliatorio
4
214 215
\ (
BmLIOGRAFÍA SUMARIA
)
)
Se citan sólo las obras más accesibles y que
versan estrictamente sobre el género oratorio. No
) se incluyen obras sobre preceptiva, estilo, fonéti-
) ca, método intelectual, psicología de los audito-
rios, etc. Cuando existe edición en castellano de
obras extranjeras, se las menciona en lugar de
las originarias.
Obras clásicas:
) ARISTÓ1ELES: Retórica. Trad., prólogo y notas de
) Antonio Tovar. Madrid, Instituto de Estudios Po-
líticos, 1953.
) CICERÓN, Marco Tulio: De l'orateur. Texto es-
tablecido y traducido por Edmond Courbaud. i1.l
París, Les Belles Lettres, 1922-30, 3 v.
- L'orateur. Du meilleur genre d'orateurs.
II
Texto establecido y traducido por Henri Bornec-
que. París, Les BeBes Lettres, 1921, 2 v.
) ,, - Brutus. La peTjection oratoire. Texto esta- !,.I!
I
blecido y traducido por Jules Martha. 2ª edición
) revisada y corregida. París, Les Belles Lettres, ¡l
) 1939.
- De l'invention. Texto revisado y traducido por J
')
{
Henri Bornecque, París, Garnier, s. f. I
QUINl1L1ANO, M. Fabio: Instituciones oratorias. :1
Traducción de Ignacio Rodríguez y Pedro San-
dler. Buenos Aires, Joaquín Gil, 1944.
BAIRD, A. Craig: Díscussion; principles and
I
,1
) iypes. Nueva York-Londres, Mc Graw-Hill Book
Co., 1943.
- Argumentation, discussion and debate. I
Nueva York-Londres, Mc Graw-Hill Book Co.,
1950.
BORCHERS, Gladys L.; WISE, Claude M.: Modem
Speech: an introduction to speaking and unders-
217
( )
( )
( )
tanding. Nueva York. Harcourt, Brace and Co., Wmmrr, Milton: The art oJ conversation: and \ )
1947. how to apply its technique. Nueva York, Mc Graw-
BORDEN, Richard C.: Public speaking as lis te- Hill Book Co., 1936. I )
218 219
ÍNDICE
! )
Pág.
)
Introducción................................................... 7
I )
( )
( 1
1. FUNDAMENTOS DE IA ORATORIA ....... 11
i
) \ 1. El arte de la palabra.............................. 11
)
La gramática y la retórica.................... 12
La retórica o arte del bien decir .......... 13
Los fines de la elocuencia.................... 15
Teorías sobre el bien hablar ................ 16
)
Elementos de la elocuencia ................. 18
Clases de elocuencia ........................... 18
) Cuestiones de ética.............................. 20
) Métodos oratorios................................ 21
)
2. Lafonnación del orador ......................... 27
') Cualidades físicas................................ 27
) Cualidades intelectuales...................... 28
Cualidades morales............................ 34
)
Las conveniencias o precauciones
) oratorias........ ... ................................... 35
) El miedo oratorio................................. 38
)
) n. IA ELABORACIÓN DEL DISCURSO...... 45
) 3. La búsqueda de ideas o invención ........ 45
) El tema ................................. ¡............... 45
)
Etapas de la elaboración ..................... 47
La inspiración inicial ........................... 47
) La búsqueda de pensamientos ............ 49
) Los lugares comunes o tópicos............ 58
La elección de pensamientos ............... 61
)
) 4. La organización de las ideas o
composición .. ............................ ~.... ....... 65
Requisitos de la composición............... 66
)
) 221
)
l
)
222 223
( )
J