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Unidad 1: Discurso Narrativo

July Andrea Plaza Vásquez

C. C.# 29.973.204

Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Administración de Empresas

Competencias Comunicativas

Santiago de Cali

Septiembre 24 2016
ACTIVIDAD INDIVIDUAL DISCURSO NARRATIVO

PRIMER PARTE:

ESTRUCTURAS NARRATIVAS. RECOPILACION DE TEXTOS

La temática escogida para esa actividad es El Cáncer de Mamá. A continuación, se

presentan tres fragmentos relacionado con la temática escogida, pero cada uno con

diferentes estructuras narrativas. La recopilación tiene por finalidad mostrar, de forma

general, la variedad de géneros presentes en la literatura.

 Forma Fáctica (Noticia):

Extracto de la Revista Semana. Sección Nación 2016/07/19 19:42

http://www.semana.com/nacion/articulo/jose-edgar-duque-condenado-por-diagnostico-

errado-de-cancer-de-seno/482624.

“El drama de una mujer que perdió el seno por un cáncer que no tenía”

La Corte Suprema de Justicia ratificó la condena que se le impuso a un médico patólogo de

Cali que adelantó el equívoco diagnóstico.

Un infortunado diagnóstico de cáncer de mama hizo que una mujer perdiera su seno

derecho en una clínica de Cali (Valle) en el 2007. Hoy, nueve años después de lo ocurrido,

la Corte Suprema de Justicia ratificó la condena contra el médico responsable de ese

erróneo concepto. Con ponencia de José Luis Barceló, ese alto tribunal ratificó los 10

meses de prisión y 4.700 millones de pesos que le impuso como sanción el Tribunal

Superior de la capital de Valle a José Édgar Duque Echeverry, al declararlo responsable del

delito de lesiones personales culposas.


La historia se remonta a julio del 2007. La familia a la que pertenece esta vallecaucana

sintió que su salud estaba llegando a un límite que ponía en riesgo su vida. El concepto de

su médico patólogo registraba cambios intempestivos y sospechosos en su tejido mamario.

El diagnóstico apuntaba a que la paciente sufría de la aparición de un carcinoma ductal de

tipo tubular. Tras esa supuesta certeza, el oncólogo tratante concluyó que se trataba de un

cáncer invasivo y que, por lo tanto, la única alternativa para evitar que esta mujer pusiera su

vida en riesgo era extirparle el seno.

Resignadas ella y su familia, en pocos días se programó la cirugía en la que, finalmente, le

retiraron la totalidad de su tejido mamario del lado derecho, lo que en ese momento, si bien

podía ser un golpe a la autoestima de la paciente, era un seguro de vida para evitar que el

cáncer se extendiera a otras zonas de su organismo.

Pero lo que vino más delante fue más frustrante y doloroso aún. Los análisis científicos

evidenciaron que esa masa extraña que había invadido el seno de esta mujer no ponía en

riesgo su sobrevivencia, pues en realidad era una adenosis esclerosante, un tipo de cuerpo

benigno, no maligno.

El dolor, la rabia y la indignación fueron de la mayor proporción. Para la familia no fue

difícil convencer a la justicia de que la paciente había sido víctima de la negligencia de sus

médicos tratantes y, por eso, un juez de Cali, previa acusación de la Fiscalía, condenó al

médico patólogo por no haber tomado las precauciones suficientes que le permitieran emitir

un concepto verdaderamente acorde con la realidad.

En segunda instancia el Tribunal Superior de esa capital elevó de seis a 10 meses la pena de

prisión contra el médico, que además quedó suspendido en el ejercicio de su profesión por
dos años y se vio en la obligación de cancelar una sanción pecuniaria que superaba los

4.700 millones de pesos.

El médico y su defensa esperaban que la Corte Suprema de Justicia lo absolviera, al anotar

que la evidencia científica demuestra que el cuerpo extraño identificado en la paciente y

calificado como maligno era casi idéntico al tumor benigno que finalmente le extirparon.

Pero no consiguió su cometido. Para la Sala Penal del alto tribunal, si bien es cierto que

ambos tipos de tumor son fácilmente confundibles, el patólogo no agotó todos los

procedimientos que ha debido adelantar para identificar con claridad qué estaba aquejando

a la paciente. En efecto, dice el fallo, el médico podía y debía practicar una

“inmunohistoquímica”, como último mecanismo de contrastación. Es verdad, dice la Corte,

que es probable que aun después de efectuada esta confrontación el resultado hubiera sido

el mismo.

Dado que el galeno omitió tomar esta previsión, la Sala Penal ratificó su responsabilidad

por haber expuesto de esa manera a la paciente, en detrimento de su salud emocional, dada

la incidencia que un hecho como este puede traer para la autoestima de una mujer

 Cotidiana (sucesos personales, anécdotas)

Extracto de entrevista de Publimetro a la enfermera Martha Lucia Garcia. Publicado : 15

Octubre 2015 HEINAR ORTIZ CORTÉS PERIODISTA CALI

http://www.publimetro.co/cali/la-guerra-que-libra-una-calena-contra-los-tentaculos-

mortales-del-cancer-de-seno/lmkojo!XBBrEOogzSWtI/
Esta es la historia de Martha Lucía García, una enfermera caleña de 56 años que pese a

haber vencido el cáncer en dos ocasiones, sigue luchando contra la mortal enfermedad.

Testimonio de esperanza. Cada diez minutos, en algún lugar del mundo, una mujer muere a

causa del cáncer de seno. Pero mientras esto ocurre, también en cualquier lugar de la

geografía internacional, hay otras diez guerreras que luchan contra la enfermedad, en una

guerra donde esperan que la vida triunfe sobre la muerte.

Martha Lucía García es una de esas guerreras. A sus 56 años, ya le ha ganado dos batallas al

cáncer, pasando por cientos de lágrimas, decenas de sesiones de quimioterapia, dos

mastectomías radicales y a un reemplazo total de cadera. Pero sigue luchando.

Ella, quien pese la dura situación que vive desde el 2012 sonríe y mantiene la esperanza, es

una de las 3.014 mujeres a las que les diagnostican cáncer de seno cada año en el Valle del

Cauca.

Publimetro dialogó con ella y trae el testimonio de coraje de Martha Lucía, una de los miles

de caleñas que día a día luchan contra el cáncer de seno y sus tentáculos mortales.

Corría mayo del 2012. Yo me encontraba laborando. Soy enfermera profesional y estaba

trabajando en la Clínica Amiga de Comfandi. De un momento a otro, empecé con dolor en

el seno izquierdo y a los días vi que el pezón se había hundido. Consulté rápidamente a mi

ginecólogo, quien me hizo un ‘back-up’, sacó una muestra con una aguja. La muestra salió

negativa. Debido a mi formación, yo ya sabía qué tenía. Al día siguiente seguí con mucho

dolor, entonces me realizaron una biopsia y a los ocho días los resultados salieron positivos:

tenía un carcinoma ductal infiltrante.


Como me encontraba laborando, el radiólogo que trabajaba en la clínica en esa época, el

doctor Bolívar, me colaboró tomándome resonancias y escenografías, porque iba a ser

remitida a la Fundación Valle del Lili donde se me realizaría la cirugía con la doctora

Currea, cirujana oncóloga. A los cinco, seis días, me valoró y me programó rápidamente.

Me realizaron mastectomía radical con vaciamiento en el lado izquierdo. Ella me remitió

donde la doctora Marcella Vallejo, que es una persona muy humana y siempre ha estado

pendiente de mí. Con ella inicié el tratamiento, en junio del 2012. Inicialmente me hizo

ciclos de quimioterapia. Son muy duros, dan vómitos, náuseas, decaimiento, te tumba el

pelo. En ese tratamiento estuve hasta agosto del 2013.

Cuando terminas, lo habitual es que en tres meses te haces escenografía y resonancia. Yo

no esperé e inmediatamente me hice los exámenes. Ahí me salió que tenía metástasis en

cadera izquierda. Me remitieron donde el ortopedista oncólogo. Simultáneamente, fui a

donde la doctora Currea, y le pedí que me hiciera la mastectomía del lado derecho, pues yo

no quiero esperar a que me hiciera metástasis. En diciembre del 2013, me hicieron la

biopsia de la cadera y me hicieron la mastectomía del lado derecho. La biopsia salió

positiva, tenía la cadera con metástasis. Entonces en marzo del 2014, me realizan

reemplazo total de cadera. Usted no se imagina lo doloroso que es. Es una cirugía

completamente dolorosa, incluso más que las mastectomías. Es muy difícil porque quedas

discapacitado por mucho tiempo, mientras te recuperas, y todo el mundo te tiene que

colaborar para la movilización.

Después del reemplazo de cadera, volví a iniciar la quimio. La doctora me dijo que tenía

que seguir luchando. Entonces, cada 21 días, desde junio del 2014, hago las quimioterapias.

Todo iba bien, cada seis meses me ordenaban escenografías de tórax y de abdomen. Pero
hace dos meses comencé con una tos muy extraña, acompañada de decaimiento y debilidad.

Hace 15 días que fui a donde la doctora, me ordenó los exámenes y la semana pasada

recogí los resultados: ¡oh, sorpresa! Tengo metástasis en pulmón. La doctora me vio el

jueves pasado y me dijo que tenía que reiniciar quimioterapia, una más fuerte. Que se me

iba a caer de nuevo el pelo, pero hay que seguir luchando. La enfermedad ya está haciendo

resistencia a los medicamentos. Estoy esperando las órdenes de las EPS para comenzar con

la quimio de nuevo.

Claudia Marcela me acompañó ese día a la cita y preguntó que por qué pese a que yo estaba

recibiendo quimioterapia la enfermedad aparecía en otro lado. La doctora nos explicó que

el cáncer se vuelve como algo crónico. Si está muy avanzado, te genera compromiso

ganglional y se va regando. Ahora no sé por cuánto tiempo deba hacer el tratamiento para

salir de esto.

Hasta que me enfermé trabajaba como enfermera. No pude volver a laborar. Estoy haciendo

la gestión a ver si consigo la pensión por invalidez, hoy tuve cita con el médico laboral y en

quince días me entregan la calificación. Voy a cumplir 57 años en marzo.

Mi esposo se llama Walter Estrada, tiene 55 años y es administrador de empresas. Desde

que me enfermé ha estado muchísimo más pendiente de mí. En esa época, en 2012, estaba

dedicado de lleno a la finca, pero tuvo que dejar todo para estar conmigo. Mi hija se llama

Claudia Marcela, tiene 25 años, y trabajaba en una empresa de mercadeo digital, pero vio la

necesidad de renunciar para estar acá en la casa y colaborarme. Ha sido un gran apoyo para

mí.
¿Cómo ha cambiado su vida cotidiana, sus hábitos?, ¿qué debe hacer ahora que no

hacía antes o qué es eso que antes hacía y ya no puede?

La realidad es que en mi caso quedé muy limitada. No puedo hacer fuerza con ninguna de

las dos manos porque llega un momento en que los brazos se me hinchan. Comienzan a

retener líquidos y me dan unos dolores impresionantes. De hecho, ya una vez me hicieron

drenaje linfático para sacarme ese líquido.

La vida cambia mucho. Ya la actividad física no es igual, el tiempo lo dedico a

manualidades. Pintura, paño lenci, punto-cruz. En estos últimos meses, como le cuento, he

estado muy decaída. Solo quiero estar acostada. Ya me tienen que ayudar a todo lo que se

hacía acá en la casa. Me siento como en un 30 % o 40 % de mi capacidad física.

¿Cómo es verse sin cabello?

Es demasiado fuerte. Yo lloraba, no me gustaba mirarme al espejo. No me gusta verme así.

Y uno acostumbraba ponerse gorras o pañoletas, pero la gente es imprudente y lo mira a

uno y no me gusta esa sensación. Y bueno, ahora voy a asumir nuevamente ese reto, de

quedar sin cabello. Ya lo viví una vez, tengo que seguir para adelante. Pero es muy duro,

incluso en las salas de quimio de la Fundación Valle del Lili hay hombres que por su

diagnóstico les colocan quimio y se les cae el cabello, y para ellos también es muy duro.

Ellos dicen, no importa que sea hombre, no me gusta verme así.

Cuando te colocan la quimioterapia, a los 21 días exactamente se te comienza a caer el

cabello. Y duele, duele el cuero cabelludo, parece increíble, pero es doloroso. Tengo que

prepararme nuevamente. Porque yo creo que la otra semana comienzo quimioterapia y 21


días después quedaré sin cabello. Se viene una etapa muy dura, porque uno piensa en qué

momento me aparecerá en otra parte. Pero bueno, estoy pegada a Dios, por encima de él no

hay nadie. Todos los días le pido que me de fortaleza y vivir cada día como el último. Esa

es la verdad.

¿Cómo hace para mantenerse fuerte?

(Martha Lucía comienza a toser. Una tos seca que hace demorar su respuesta algunos

segundos) He tenido mucho apoyo familiar. Eso me da muchas fuerzas. Soy católica y vivo

pegada de Dios. Cada vez que me levanto, le doy gracias a Dios porque es un día más de

vida que me está regalando. Pero me levanto con mucho desaliento. Entonces me digo a mí

misma que debo seguir, y disfrutar el nuevo día de vida.

¿Se han preparado para cuando llegue el día en que ocurra lo fatídico? ¿Han hablado el

tema?

No. El tema no se habla, la verdad. Hace ocho días que me diagnosticaron la metástasis en

pulmón fue muy duro para mí, recibir la noticia que tengo que volver a quimio de lleno y

que se me va a volver a caer el pelo. La primera vez que me dijeron que tenía cáncer, lo

primero que uno piensa es que se va a morir. Entonces saqué toda mi ropa y la regalé. Me

dije, “para qué esto, no tiene sentido”. Entonces le pedí a una amiga que se llevara toda la

ropa. Solo quedé con lo que tenía puesto. Después, el apoyo de todos me subió el ánimo.

Hace ocho días que me dieron el nuevo diagnóstico, a mi familia le dio duro, pero han sido

muy fuertes. Pero nunca hemos tocado el tema de qué pasaría si yo llegase a faltar.
¿Qué recomendaciones le haría usted a las mujeres que leen su historia? ¿Cómo poder

tener un diagnóstico temprano de cáncer de seno?

A todas las mujeres, yo les recomendaría que se hicieran el examen de mama regularmente

después de los 40 años. Y estar muy atentas cuando vean algún cambio en los senos; como

que la piel se les ponga como piel de naranja, estar atentas con inflamaciones, atentas si el

pezón se les hunde y estarse palpando los senos para identificar que no aparezcan

anomalías. Si algo de esto aparece, deben consultar rápidamente para evitar que la

enfermedad progrese.

 Ficticia (Novela)

Extracto de El cuaderno de Isabel, de la escritora colombiana Carolina Vegas, primera

novela de periodista que habla sobre una de las enfermedades que más concentra la

atención del mundo.

http://www.kienyke.com/historias/el-cuaderno-de-isabel-carolina-vegas/
Por: Carolina Vegas julio 26, 2014

Isabel tiene 32 años. Es joven, bonita y tiene un puesto excelente como editora en un

periódico. Pero cuando se entera de que tiene cáncer de seno en estado avanzado, su vida,

aparentemente perfecta, cambia por completo

“Isabel recicla. Se declara en contra de las corridas de toros y dona dinero a una ong que

rehabilita animales abandonados. Cree que es una buena persona. Es joven y bonita. No

puede estar enferma. Está convencida del buen estado de su salud. Por eso le fastidia
sentarse en una sala de espera rodeada de mujeres que no saben esconder el miedo que

sienten ante el dictamen del médico.

Cada una tiene una dolencia diferente. Margarita lleva más de dos semanas esperando a

que le llegue la regla. El examen casero no le trajo calma: salió inconcluso. ¿O fue que no

lo supo leer? La angustia la hace jalarse las coyunturas de los dedos al punto de sentir tanto

dolor que cree que puede fracturarse. Angélica tiene calores. Desesperantes calores. Pero

aún confía en que el doctor Perdomo le diga que no son a causa de la edad sino por alguna

fiebre rara que no se le pasa.

Marina mira con envidia a Catalina sentada en la silla de enfrente. No la conoce pero siente

celos de su avanzado embarazo. Marina sabe que nunca podrá parir; ser madre tal vez, pero

no parir. Catalina, ensimismada, acaricia su protuberante panza.

Isabel observa a todas las mujeres y hace una mueca de desespero. Toma su teléfono y le

marca a su secretaria.

—Clarita, cancéleme la cita con Andrés. No alcanzo a llegar ni por el carajo, el médico

tiene la sala llena. Y por favor dígale a María que me mande el artículo del museo a mi

correo, porque lo tengo que editar.

Isabel cuelga antes de que Clarita le pueda responder. Se sienta y comienza a jugar con

la cremallera de la cartera. Observa con detenimiento a todas las mujeres en la sala de

espera y piensa que debería cambiar de médico, porque éste tiene muchas pacientes. Claro,

es el ginecólogo que ha recibido a los hijos de todas sus amigas y conocidas. Y sí, se lo

recomendaron muchísimo. Pero siempre le toca esperar. Y a ella no le gusta esperar.


No fue capaz de esperar a que su papá le diera permiso para ir a la finca de su amiga

Paula cuando estaba en noveno y se escapó de la casa por la ventana, con morral y todo.

Media ciudad quedó alertada con su desaparición, que todos pensaron era un secuestro,

hasta que por fin dos días después se dignó llamar a sus papás para decirles que estaba en

El Peñón.

Y no fue capaz de esperar a encontrar un niño que en verdad le gustara mucho para darle

su “florecita”, como le decía la nana Ifigenia, y fue y se la dio a Diego, el nerdo del curso.

Sólo porque quería salir de eso. Dieguito no pudo creer en su suerte durante la fiesta de

cumpleaños de Andrea. Fue en el baño del cuarto de visitas. A toda prisa. En parte por la

angustia de que los encontraran y también porque él no pudo contener la emoción. “¡Me

comí a Isabel! La vieja que no le para bolas a ninguno de los manes pintas del colegio”. La

misma que había decidido ir sola a su primer Prom y no bailar con nadie. La que los callaba

a todos. “¡Isabel, marica!”, como le contaría a su mejor amigo el Mosca, que obviamente

nunca le creyó. Mucho menos cuando años más tarde Dieguito se convirtió en un muy

respetado matemático gay, que prefirió dejar muy enterrado en su pasado aquel quickie de

baño con el que descubrió que al final tal vez sí le gustaba más Carlos, el capitán del equipo

de básquet.

Pero le tocaba esperar. Esta vez la situación sí le generaba angustia. Antier se dio cuenta de

que tenía una bola en el seno izquierdo; una masa grande y sólida, algo que antes no había

sentido. Claro que llevaba meses sin que nadie le tocara los senos. Ni ella misma se los

tocaba. Su vida agitada ya no le daba tiempo de estar con nadie. Se bañaba rápido y no se

tomaba tiempo para palparse en la ducha. Ni en la cama. Ni en el sofá. Parecía que no

tuviera cuerpo: no existía, no necesitaba nada, ni siquiera comida.


Hace dos días llegó como todos los lunes a las seis de la tarde a su casa. Era el día en que

salía más temprano y aprovechaba para estar tranquila y pasar tiempo con su compañero de

vida. Su gato Lancelot.

Lo encontró en la finca de su papá, en el Neusa. El pobre estaba escondido debajo de la

camioneta. Buscaba algo de calor ante el horripilante frío que emanaba de la laguna. No

tendría más de un mes de nacido y, o su madre lo había abandonado, o estaba perdido.

Cuando Isabel salió envuelta en una maxi ruana con un café con leche caliente a la puerta

de la casa para respirar algo del aire fresco y helado del campo, oyó los leves maullidos de

auxilio. De inmediato algo en ella se despertó, la ansiedad intensa de pensar en un pequeño

animal en peligro. Una necesidad de encontrarlo. Dejó el café en el piso y comenzó a

caminar siguiendo el sonido. No le costó mucho descubrir de dónde venía. Se quitó la ruana

para meterse debajo del carro a buscar al cachorro. Y pronto lo encontró acurrucado encima

de la llanta delantera derecha. Asustado, tiritando del frío y del hambre.

—No te preocupes, chiquito, yo te voy a sacar de aquí. No tengas miedo.

Y así hablando casi en un susurro y muy despacio fue acercándose hasta que por fin pudo

agarrarlo con una mano y con la otra empujó su cuerpo para salir de ahí. Su madre estaba

parada en la puerta, mirando con asombro la taza de café y llamando a Isabel. La vio salir

de debajo de la camioneta, con un pequeño gato negro de patas blancas, criollo, flaco y

bastante feo.

—Te debería tomar una foto, hija. No sé cuál de los dos está más sucio y más despelucado,

tú o el gato.
A Isabel no le importó mucho lo que le dijo su madre. Solo quería entrar rápido a la casa,

calentar un poco de leche y buscar una cobija para el animalito. Primero lo revisó y

descubrió que era un macho y luego lo miró a los ojos y le dijo:

—Ya no estás solito. Ahora vas a estar conmigo siempre, mi caballero Lancelot.

María Lourdes, la madre de Isabel, miraba con asombro a su hija. Ese lado tierno era raro

en ella, y casi siempre lo reservaba para los seres de cuatro patas, nunca para los humanos.

Ni siquiera para su propia madre.

Desde entonces Lancelot y ella fueron inseparables, un complemento perfecto. Cuando

Isabel se iba, él recorría la casa a su antojo, se echaba en cualquier parte, jugaba con su

rascador y perseguía sus peluches de ratón y sus pelotas por toda la casa. Apenas sentía que

Isabel llegaba a la puerta, se sentaba frente a la entrada para que ella lo alzara y le

consintiera la cabeza, y él poder mandarle un lengüetazo rápido a la mejilla para limpiarle

la suciedad de la calle.

Ese lunes, como todos los lunes, le sirvió a Lancelot una comida especial de lata y se

preparó una ensalada. Después de comer abrió una botella de vino y se sentó en el sofá del

estudio, su espacio favorito en el apartamento de ochenta metros al lado del parque El

Virrey. Un apartamento de un piso con dos cuartos, uno que usaba como habitación y otro

como estudio. Decorado con colores vivos y cálidos. Tenía muebles de madera oscura y,

ante todo, espacios llenos de luz tenue, velas y libros. Pero el sofá del estudio era su

favorito. Muy acolchado, grande y forrado en una tela de color granate con grandes flores

blancas. Ahí se sentó con su copa de vino y con Lancelot al lado, ronroneando de felicidad
con los ojos entreabiertos. Así se disponía siempre para su cita semanal con su serie favorita

del momento, Grey’s Anatomy.

ENLACE GABACIÓN DE TEXTO.

SEGUNDA PARTE.

ESTRATEGIAS DE COMPRENSION LECTORA

Aplicación de la estrategia de comprensión lectora a uno de los cuentos de Gabriel

García Márquez. La Técnica seleccionada fue la III a través del Esquema:

"LA MUJER QUE


LLEGABA A LAS SEIS"

Reina. La prostituta. José "Pepillo" el dueño


Melancólica, hastiada, del Restaurante.
vulgar,triste, cansada, , Impavido, activo,
pensativa, interesada, solidario, celoso,
misteriosa. protector y honesto.
Tapar el asesinato o supuesto
asesinato perpetrado por la
prostituta.

Utiliza su poder Ama a Reina a El está algo


No sabemos a confuso con lo
de seducción , Llega a a la misma hora todos ciencia cierta
pesar de sus
juegos de los días. Un día decide si asesinato errores. Se que le pregunta
palabras, el amor abandonar su profesión y le ocurrió, ni que preocupa por su Reina y cree que
que siente José y pide a José mentir sobre su José haya bienestar y esta ebria. Le
el tiempo para hora habitual de llegada al aceptado sospecha que ella prepara un
convencerlo de restaurante el día del posible realmente a Bisctec, el mejor,
hizo algo malo.
cirmen. mentir sobre tal vez el último.
que le ayude.
la hora de
llegada de la
mujer. Final a
libre
interpretación
RESUMEN

Elaboración de un resumen sobre el ejercicio de comprensión lectora y el cuento

seleccionado.

El cuento seleccionado fue: La mujer que llegaba a las seis, escrita por Gabriel García

Márquez, el cual narra la plática que tuvieron una mujer y un hombre en un restaurante. La

mujer que diariamente llegaba a las seis en punto al restaurante, se sentó en el mismo lugar,

pero la rutina de sus visitas fue rota, y aunque este día también había llegado a las seis, ella

insistió en que había llegado 15 minutos antes, para ocultar un posible asesinato. La mujer

llamada Reina, se dedica a la prostitución. Reina llega al restaurante de José o “Pepillo”, un

amigo, enamorado y confidente. A pesar de su libertinaje él la respeta como es y la trata

como una flor. José le manifiesta a Reina sus celos e inconformidad al saber que ella

frecuenta varios hombres. Reina por su parte en medio de varias preguntas, le cuestiona a

José sobre el acto de matar a un hombre, e indaga sobre su posición y apoyo, si ella lo

hubiese hecho motivada por un posible abuso. Usa el afecto y el amor de “Pepillo”, como

una herramienta para hacer que él mienta para ella, utilizándolo como una coartada para un

crimen que la mujer pudo haber cometido. Insinúa su partida y abandono de sus labores

como prostituta, poniendo además al final en prueba su amor, al pedirle a José como último

favor, además de un rico bistec de despedida, asegurar que ella, el día de crimen, había

llegado media hora antes a la acostumbrada.

Entrega en el foro de trabajo colaborativo y en el Entorno de Evaluación y seguimiento (actividad


individual) de un documento con:

 Textos compilados
 Estrategia de comprensión lectora diligenciada
 Resumen
 Enlace de grabación

GRUPAL 13 Octubre
Elaboración de una revista con la recopilación de los resúmenes entregados por los integrantes del
grupo.
Entrega de una revista grupal, subida al entorno de evaluación y seguimiento.

La estructura de la revista debe contener:


 Portada
 Índice
 Editorial
 Resúmenes con sus enlaces e ilustraciones
 Contraportada

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