Una religión puede exigir un tipo especial de ropa incompatible con el equipo de
protección personal (EPP). En estos casos, es necesario encontrar un compromiso
entre el derecho del trabajador a la práctica plena de su fe o creencia en el lugar
de trabajo y la necesidad de cumplir con requisitos justificados en materia de
seguridad.
Pregunta: ¿Es aceptable que los trabajadores deban costear ellos mismos su
equipo de protección personal?
Respuesta: Se insta a las empresas a mantener un nivel máximo de seguridad e
higiene, de conformidad con las exigencias nacionales.[1]
Un primer paso clave es promover dentro de la empresa una cultura de prevención
en la que el derecho a un medio ambiente de trabajo seguro y saludable se
respete a todos los niveles, y en la que el gobierno, los empleadores y los
trabajadores participen activamente en iniciativas destinadas a asegurar un medio
ambiente de trabajo seguro y saludable.[2] Las políticas deberían tener por objeto
prevenir los accidentes y los daños para la salud, reduciendo al mínimo, en la
medida en que sea razonable y factible, las causas de los riesgos inherentes al
medio ambiente de trabajo.[3]
Por otra parte, el encierro de los trabajadores de una fábrica atenta claramente
contra los principios de salud y seguridad. En caso de accidente, podrían
plantearse reclamaciones por responsabilidad civil si hubiese habido lesiones
personales. Asimismo, el encierro de los trabajadores en una fábrica podría estar
tipificado como acto ilícito o delito de detención ilegal en la legislación nacional.
Si bien es legítimo que una empresa tome medidas para velar por la protección de
su propiedad, deberían explorarse otras medidas.
Las sustancias y agentes químicos, físicos y biológicos que estén bajo el control de
la empresa no deberían entrañar riesgos para la salud de los trabajadores cuando
se toman medidas de protección adecuadas. La maquinaria, el equipo y las
operaciones y procesos deben ser seguros y no entrañar riesgo alguno para la
seguridad y la salud de los trabajadores.[4]
Los trabajadores, o sus representantes, deberían poder realizar consultas con sus
organizaciones representativas acerca de dicha información, a condición de no
divulgar secretos comerciales. Asimismo, se les debería permitir recurrir a
consejeros técnicos ajenos a la empresa, a condición que la dirección esté de
acuerdo.[15]
Cuando sea apropiado, se exhorta a las empresas a que incorporen las cuestiones
relativas a la seguridad y la higiene en convenios colectivos concluidos con los
representantes de los trabajadores y sus organizaciones.[17]
A nivel nacional, las empresas deberían cooperar plenamente con las autoridades
competentes en materia de seguridad e higiene, los representantes de las
organizaciones de trabajadores y empleadores y las instituciones establecidas que
se ocupan de esta cuestión.[19]
La edad mínima para realizar trabajos peligrosos en que pudiera ocurrir exposición
a sustancias, agentes o procesos que representen un riesgo para la salud debería
ser de 18 años.[13]
Las BSS proporcionan una base a escala mundial para unas normas armonizadas
sobre la protección contra la radiación que complementen el Convenio sobre la
protección contra las radiaciones, 1960 (núm. 115) y la Recomendación que lo
acompaña (núm. 114), de la OIT, y que sean promovidas por medio de estos dos
instrumentos. Las BSS también forman parte de las normas de seguridad del
OIEA, y el OIEA ha estado promoviendo estas normas mediante su Proyecto
modelo sobre la mejora de la infraestructura de protección radiológica – orientado
a la cooperación técnica – en más de 100 países.
Con el fin de ayudar a los Estados Miembros a aplicar los requisitos en la BBS, el
OIEA y la OIT han elaborado las siguientes guías y otros documentos de
orientación que son aplicables a la extracción de uranio y que pueden
proporcionarle más especificaciones detalladas de seguridad:
Por otra parte, los supervisores de primer nivel ("capataces", “encargados” o “jefes
de cuadrilla”) con responsabilidades bien definidas desempeñan un papel
fundamental para garantizar la seguridad en la obra. Asimismo, cumplen una
función esencial para velar por la seguridad del grupo de trabajadores bajo su
mando; como mínimo, cada empresa representada en la obra debería tener
supervisores de ese nivel, cuya responsabilidad es garantizar [3] que:
Pregunta: ¿Cuáles son los requisitos para proporcionar asientos a las cajeras?
Pregunta: Quería preguntarles cual es, según las normas, el espacio mínimo que
debe tener una persona administrativa en un edificio corporativo. ¿Dónde puedo
consultar esta norma para imprimirla?
Pregunta: ¿Es seguro que trabaje en alta mar un hombre de 70 años, en el Golfo
Pérsico, donde la humedad es algunas veces del 100%, y la temperatura oscila
entre los 30 y los 40 grados Celsius?
Pregunta: Según sus normas, ¿podrían decirme si una empresa cuyo número de
trabajadores oscila entre 8 y 12 necesita un oficial de salud y seguridad, o si es
suficiente un vigilante en caso de incendios o una persona que preste primeros
auxilios?
Lo más importante es contar con una persona que tenga la formación apropiada
con el fin de asegurar un sistema eficaz de identificación de peligros y evaluación
de riesgos, y la preparación y puesta en marcha de programas de seguridad. En
particular, la persona de que se trate debería estar cualificada en todos los
aspectos pertinentes de la prevención de los riesgos para la seguridad y salud en
el trabajo. Los principios también destacan la importancia del diálogo y la
cooperación a nivel de empresa, con independencia del número de trabajadores.
Véanse las Directrices relativas a los sistemas de gestión de la seguridad y la
salud en el trabajo ILO-OSH, 2001 .
https://www.ilo.org/empent/areas/business-helpdesk/faqs/WCMS_152379/lang--
es/index.htm#Q2