Samuel Marcano
INTRODUCCIÓN
Es fácil darse cuenta de la variedad de textos que se encuentran en la
Biblia. Los que han tenido la oportunidad de leer todos los libros de la Biblia
han experimentado esta realidad. Empiezan leyendo un libro que narra en un
pasmoso lenguaje sencillo y directo los orígenes de todo lo creado (Génesis) y
terminan leyendo un libro que proyecta en un lenguaje simbólico y enigmático
como será el final de los tiempos (Apocalipsis). En medio de estos dos libros,
pudieron leer códigos de leyes, épicas de héroes hebreos, hermosas poesías,
sabios refranes, dolorosas endechas, profundas reflexiones filosóficas, discursos
proféticos y biografías impactantes. No hay dudas, la Biblia es una de las
compilaciones textuales más ricas y complejas de la humanidad.
DEFINICIÓN
Llamamos tipologías textuales las diferentes formas como pueden
clasificarse los textos literarios. Cada texto que alguien escribe lo hace bajo un
esquema o estructura definida. Así por ejemplo, un poema, un cuento, o una
canción siguen un determinado patrón que le permitirá ser leído y comprendido
con la intención con que fue producido. La tipología textual se ocupa de describir
estos patrones o esquemas bajo los cuales pueden ser clasificados los distintos
textos.
CRITERIOS PARA ORGANIZAR UNA TIPOLOGIA BIBLICA
En el caso de la Biblia, ¿cuáles podrían ser los criterios empleados para
organizar una tipología textual de los libros que la componen? Permítannos
sugerir los siguientes:
[1] La narración que hace el apóstol en la sección 1:13-2:4 le sirve como apoyo
a su argumento central de que el evangelio no debe ser cambiado porque esto es
un desafío directo contra la gracia de Dios (Gal.1:6-9). Este argumento incluye la
explicación de que lo que Pablo está predicando lo ha recibido directamente del
Señor, no de medios humanos (1:11-17), que fue el mismo que los apóstoles
recibieron (1:18-2:10) y que ni siquiera los mismos apóstoles (el caso de Pedro)
pueden actuar de modo diferente a lo que el evangelio establece sin ponerse al
margen de la voluntad de Dios (2:11-16).
[2] Debemos, sin embargo, advertir que una tipología textual no tiene por
objeto limitar la posibilidad de analizar un determinado texto. Ninguna tipología
puede considerarse ni exhaustiva (abarca todas las posibilidades) ni suficiente
(explica todo lo necesario para entender el texto). Al contrario, las tipologías son
simplemente una referencia para iniciar un estudio más profundo del
texto. Ofrece unas referencias iniciales a partir de las cuales el lector debe
ampliar su comprensión del texto.
[3] La mayoría de los capítulos del libro de Levítico inician con la expresión:
“Habló Jehová a Moisés diciendo…” En estos capítulos se registran
instrucciones que Jehová dio a Moisés de cómo debían realizarse las ofrendas,
sacrificios, purificaciones, consagraciones y otros ritos. Por ello, aunque el libro
es una narración, en el fondo describe las ordenanzas que Dios estableció para
Israel y por eso predomina la función instructiva y normativa legal. Esto mismo
se presenta en menor intensidad en Éxodo y Números. Deuteronomio tiene la
forma de un recuento/testimonio que hace Moisés de cómo Dios ayudó al pueblo
y el compromiso que los hebreos hicieron con Jehová, por eso la ley es
recapitulada y confirmada en este libro.
[4] Dentro de estos orígenes es legítimo incluir el origen de Israel como nación
ya que este parece ser la intención del escritor de Génesis más que solamente
ofrecer una historia sobre la creación del universo y la raza humana.
[5] El enfoque de estos libros biográficos no está en la persona misma sino en
la forma como tal persona cumple con el plan de Dios.
[6] Cuando se habla de historia editada, se entiende que los escritores no
están simplemente contando el relato de lo que pasó sino que han seleccionado y
ordenado los eventos con el fin de comunicar una intención a los destinatarios
(cf. Jn.20:30-31)
[7] Aquí se podría decir que la función pragmática tiende más a ser
informativa que persuasiva.
[8] En este caso, la función pragmática tiene más la forma de una persuasión.
[9] Estos órdenes discursivos son apropiados para lograr el objetivo de los
refranes: presentar una verdad o principio general que debe ser atendido por
todas las personas.
[10] Proverbios pertenece al grupo de literatura denominada sapiencial (por su
énfasis en la adquisición de la sabiduría). El término “proverbio” en hebreo
(mashal) tiene la idea de comparación, máxima, dicho o parábola (Diccionario
Caribe, p.931).
[11] Entre las excepciones están Prov. 1:1-7; 8-19; 20-33; 2:1-22. La gran
mayoría de versos qque forma el libro de proverbios está organizado en forma de
paralelismo antitético (Ej. La blanda respuesta quita la ira, pero la palabra
áspera hace subir el furor, Pv.15.1).
[12] La mayoría de los libros llamados profetas menores caen bajo la categoría
de discursos proféticos. Estos libros, por lo general, se inician con una
declaración que indica que el texto es una visión que recibió el profeta (Ej. Esta
es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión…Hab.1:1 – NVI). A veces
esta expresión introductoria explica algo de la familia del profeta y del tiempo
cuando recibió esta visión (Esta es la palabra del Señor, que vino a Sofonías hijo
de Cusi, hijo de Guedalías, hijo de marías, hijo de Ezequias, durante el reinado
de Josías hijo de Amon, rey de Judá. Sof.1:1 – NVI)
[13] Por ejemplo en Zacarías capítulo uno se combina la narración con la
poesía, de la siguiente manera: poesía (1:2-6), narración (1:7-14a), poesía (1:14b-
17); narración (1:18-21).
[14] Un ejemplo de esto es un libro recientemente publicado que lleva como
título: El mensaje oculto de la Biblia que aparentemente señala que la Biblia
contiene profetizados numerosos acontecimientos contemporáneos que se
descifran a través de complicadas claves numéricas.
[15] Por supuesto que estamos hablando aquí del aspecto literario de la
Biblia. Entendemos que desde el punto de vista del efecto que la Biblia tiene
sobre la persona se requiere más que simplemente leer y comprender el texto
para que haya en la persona una verdadera transformación. Pablo nos recuerda
que lo espiritual solo puede ser comprendido por una mente espiritual
(1Cor.2.14). Una verdadera transformación en el individuo que se acerca a la
Biblia es resultado, por un lado, de la obra del Espíritu Santo en su mente y, por
otro lado, de su disponibilidad a la obediencia (1Ped.1:22)
[16] Los criterios de canonicidad se refiere a los aspectos que la iglesia toma
en cuenta para determinar que un libro debe estar en al Canon Sagrado. Entre
estos criterios se encuentran: Contenido, coherencia con el resto de los libros
sagrados, paternidad literaria, uso por el pueblo de Dios, etc. Es de hacer notar
que en este punto no hay acuerdo entre la iglesia católica y la protestante.
[17] Vease la guía sobre Los Ordenes Discursivos, p.
[18] En casi cada texto se puede encontrar una combinación de órdenes
discursivos. Esto es propio de la comunicación: se narra, argumenta, describe,
etc. de manera alternada a fin de mantener dinámico el proceso comunicacional
y lograr distintos efectos en el destinatario.
Un acercamiento alegórico diría que Goliat representa los problemas que vive
el creyente; la armadura que David no se pudo poner es la actitud carnal que
debemos desechar; la honda es la oración y la piedra arrojada la guerra
espiritual impulsada por la oración. Aquí el llamado que haría el predicador es:
“Desecha la carnalidad y haz guerra espiritual con oraciones poderosas que
derrumben a los gigantescos problemas que te quieren destruir”. Se escogen
lemas como “Arroja tu piedra en el nombre de Jehová de los ejércitos”. Suena
bien, es motivador pero no es verdad.
Samuel Marcano
Noviembre, 2013