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TIPOLOGÍA TEXTUAL DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA

Samuel Marcano

INTRODUCCIÓN
Es fácil darse cuenta de la variedad de textos que se encuentran en la
Biblia. Los que han tenido la oportunidad de leer todos los libros de la Biblia
han experimentado esta realidad. Empiezan leyendo un libro que narra en un
pasmoso lenguaje sencillo y directo los orígenes de todo lo creado (Génesis) y
terminan leyendo un libro que proyecta en un lenguaje simbólico y enigmático
como será el final de los tiempos (Apocalipsis). En medio de estos dos libros,
pudieron leer códigos de leyes, épicas de héroes hebreos, hermosas poesías,
sabios refranes, dolorosas endechas, profundas reflexiones filosóficas, discursos
proféticos y biografías impactantes. No hay dudas, la Biblia es una de las
compilaciones textuales más ricas y complejas de la humanidad.

Sin embargo, aunque es fácil notar esta variedad en la Biblia no siempre


resulta fácil entenderla. Incluso, el lector común, que no está familiarizado con
los libros de la Biblia, encuentra, no en pocas ocasiones, algo pesada su
lectura. ¿Cuántas personas no han dicho alguna vez: “Yo quiero aprender a leer
la Biblia”? Con esta declaración están expresando básicamente su necesidad de
entender el significado y mensaje del texto bíblico.

La comprensión de la Biblia puede facilitarse enormemente en la medida en


que se pueda entender bien los distintos tipos de textos con los cuales nos
encontramos en la lectura. Si supiéramos, por ejemplo, cuales son las
características distintivas de los textos narrativos, poéticos o proverbiales,
entones podríamos leer su contenido con mayor posibilidad de comprensión. Es
por eso que necesitamos orientar nuestra lectura dentro del marco de esas
distintas tipologías textuales

DEFINICIÓN
Llamamos tipologías textuales las diferentes formas como pueden
clasificarse los textos literarios. Cada texto que alguien escribe lo hace bajo un
esquema o estructura definida. Así por ejemplo, un poema, un cuento, o una
canción siguen un determinado patrón que le permitirá ser leído y comprendido
con la intención con que fue producido. La tipología textual se ocupa de describir
estos patrones o esquemas bajo los cuales pueden ser clasificados los distintos
textos.
CRITERIOS PARA ORGANIZAR UNA TIPOLOGIA BIBLICA
En el caso de la Biblia, ¿cuáles podrían ser los criterios empleados para
organizar una tipología textual de los libros que la componen? Permítannos
sugerir los siguientes:

1. Orden discursivo predominante. Como ya se explicó en la guía


sobre ordenes discursivos, estos son las distintas maneras como un
hablante/escritor organiza su discurso a fin de lograr su propósito
comunicativo. Los órdenes discursivos más conocidos son: la argumentación,
la exposición, la narración, la descripción y el diálogo. Cada texto escrito,
aunque pueden incluir varios órdenes discursivos, tiene uno que predomina
sobre los demás. Por ejemplo, la carta de Pablo a los gálatas, incluye una
sección narrativa donde el apóstol cuenta su conversión, su posterior
encuentro con los apóstoles en Jerusalén y su firmeza ante la posibilidad de
un desvío hacia el legalismo (1:13-2:14). Sin embargo, el orden que
predomina en la carta es el argumentativo ya que toda la correspondencia es
un llamado a permanecer firmes en la libertad que Cristo compró para
nosotros (5:1).[1]
2. Función pragmática predominante. La función pragmática de
un texto tiene que ver con la intención del acto comunicativo. Responde a la
pregunta ¿qué propósito tiene este texto? o ¿qué quiso lograr el autor con esta
comunicación? En el texto bíblico, encontramos que los libros tienen distintas
funciones pragmáticas. Es posible encontrar más de una función pragmática
en un texto, pero, por lo general, hay una que domina el texto. Entre las
funciones pragmáticas que se encuentran en el texto bíblico podemos
mencionar las siguientes:
1. Instructiva. Es aquella cuya intención es dar instrucciones acerca
de cómo realizar una determinada tarea. Presupone la atención y
posterior obediencia del que lee/escucha. Un ejemplo de esta tipología
son las instrucciones dadas por Dios a distintos personajes como Noé
(Gen.6:13-21), Moisés (Ex.12:1-20) y Josué (Jos.1:1-9).
2. Normativa legal. Es aquella que busca establecer normas,
estatutos, decretos y leyes. Esta función pragmática presupone que quien
dicta las leyes o decretos esta investido de la autoridad para hacerlo (el
rey, Dios, el legislador, etc.). Un ejemplo de esta función es la que
encontramos en las leyes dadas a Moisés (Ex.21:1-11)
3. Apelativa. A través de esta función pragmática se quiere persuadir o
convencer al lector/oyente de algún asunto. Por lo general esta función se
encuentra en los discursos o cartas (ejemplo, Efesios 4:1-16)
4. Informativa. Esta función pragmática tiene como objetivo
suministrar información relevante para el lector/oyente. Un ejemplo de
esta función la encontramos en el texto de Hec.11:5-17, donde Pedro
informa a la iglesia de Jerusalén acerca de su experiencia en
Cesarea. Otro ejemplo es Filipenses 2:19-30 donde Pablo da una especie
de reporte sobre la situación de dos de sus colaboradores y los planes que
se había trazado con ellos.
1. Estructura general. Este criterio se refiere a la forma cómo está
organizado el texto. Una carta, por ejemplo, sigue mas o menos el orden de:
salutación, agradecimiento a Dios, desarrollo y despedida (véase por ejemplo
la carta a los filipenses). Una crónica histórica, por lo general, se inicia con
una situación introductoria donde se narran los orígenes o inicios de los
personajes principales (¿de dónde proceden?, ¿quiénes son?), luego se
desarrolla la trama principal de la crónica (que incluye el clímax) y finalmente
culmina con el desenlace. Estas características constituyen la estructura
general o esquema del texto.
2. Temática general. La temática general tiene que ver con lo que el
texto comunica como tema central. Un texto como el evangelio de Juan tiene
como tema central la vida de Jesús como verbo encarnado, a diferencia del
evangelio de Mateo que, aunque habla igualmente de Jesús, su tema central
es la identificación de Jesús como el rey mesiánico esperado. Se puede
afirmar que cada libro de la Biblia tiene una temática central que es la que le
da sentido y coherencia a todo el texto.
UNA TIPOLOGIA BIBLICA

Tomando como base los criterios expuestos anteriormente, podemos


construir una tipología textual de los libros de la Biblia que nos sirva como
referencia en nuestro análisis de los distintos libros que la componen.[2]
1. Relatos históricos. Son textos que narran hechos relacionados con
la historia del pueblo de Israel o de la iglesia cristiana del primer siglo. La
función pragmática en la mayoría de este tipo de texto es informativa porque
básicamente registran eventos que deben ser conocidos por algún grupo
particular. Hay, sin embargo, textos bajo esta categoría donde predomina la
función pragmática instructiva y normativa (como por ejemplo el libro de
Levítico, que contiene la mayoría de las leyes e instrucciones dadas por Dios
al pueblo de Israel).[3] También hay textos donde predomina la función
pragmática instructiva (como el libro de Éxodo que explica detalladamente
acerca de la construcción del tabernáculo y de la institución del sacerdocio).
Los relatos históricos están divididos a su ves en cosmogonías (que narran
los orígenes del universo y de la vida en el planeta)[4], biografías (que
describen la vida de una persona más que un evento),[5] crónicas (que
describen hechos o eventos relacionados de manera general con el pueblo de
Israel o con la iglesia cristiana del primer siglo como entidades colectivas)
y evangelios (que describe la vida de Jesús en forma de historia editada
bajo un propósito definido).[6]
2. Las composiciones líricas. Este tipo de texto son composiciones
literarias en forma de poesías. Se puede apreciar la diferencia de un texto
poético a uno que esta en forma de prosa porque el primero está expresado
de forma estética y esta sujeto a las leyes del ritmo y la versificación (como
en el caso de los poemas), mientras que el último no. La función pragmática
dominante en este tipo de literatura varía de acuerdo al objetivo del
autor. En algunos casos el autor quiere presentar al lector una verdad para
que él asuma la postura correcta, como el caso del Salmo 1.[7] En otros
casos, el autor invita al lector a participar con él de una emotiva alabanza o
acción de gracias, como el caso del salmo 150.[8] Un caso especial dentro
de las composiciones líricas es el del libro de Job que presenta la mayor parte
del texto en forma poética (esta sección registra los diálogos entre Job y sus
amigos y entre Dios y Job, y constituye la parte más voluminosa de la
obra). Sin embargo, la introducción y la conclusión del libro muestran que es
un relato histórico (véase los capítulos 1 y 2 y la sección final 42: 7-17). De
manera que la función pragmática general del libro es informativa. Las
composiciones líricas en la Biblia están mayormente en formas
de salmos (que son canciones recopilados en el libro de Los Salmos). Dentro
de esta tipología está también un Canto de amor (que es un poema de
carácter romántico compuesto por Salomón llamado el Cantar de los cantares)
y endechas (que corresponde a un tipo especial de canto fúnebre o triste que
expresa el dolor por la pérdida de seres queridos o por alguna situación de
calamidad nacional, como por ejemplo el libro de Lamentaciones).
3. Refranes. Los refranes son sentencias breves recopiladas en el
libro de Proverbios, aunque aparecen citados también en otros libros de la
Biblia (por ejemplo Ez.12:22; 16:44; 18:2; Miq.2:4; Hab.2:6; Luc.4.23) Los
órdenes discursivos que predominan en este tipo de texto son el
argumentativo y el expositivo.[9] En esta literatura se intenta condensar
principios o enseñanzas del saber colectivo pero enfocado hacia una conducta
temerosa de Dios. El libro de Proverbios es un refranero que agrupa las
sentencias mayormente sin conexión la una a la otra.[10] Salvo contadas
excepciones, la mayoría de los capítulos del libro de Proverbios son refranes
breves e inconexos.[11]
4. Discursos proféticos. Estos son textos que registran las visiones y
revelaciones que tuvieron algunos profetas. [12] Se distingue del relato
histórico en que no cuenta una serie de hechos o eventos sino expresamente
el mensaje que Dios manifestó a un determinado hombre, por ello toma la
forma de un discurso. La función pragmática dominante es la apelativa
porque es un llamado de conciencia para que el pueblo se vuelva a
Dios. También tienen una función informativa porque, en ocasiones, presenta
una serie de eventos que están por ocurrir y que forman parte del plan de
Dios. Por lo general en estos textos se combina la poesía con la
prosa.[13] Igualmente se combinan los órdenes discursivos argumentativo,
narrativo y dialógico.
5. Cartas. Las cartas se encuentran mayormente en el Nuevo
Testamento, siendo el apóstol Pablo uno de los que más cartas escribió en la
Biblia (trece epístolas). En este tipo de texto predomina la apelación y la
instrucción como funciones pragmáticas. Predomina también la
argumentación como orden discursivo. Casi todas las cartas en el Nuevo
Testamento tienen una estructura parecida: Introducción (que incluye una
saludo, un agradecimiento y una oración), desarrollo (donde se expone el
argumento principal del autor) y conclusión (que incluye un saludo y una
despedida).
6.
ALGUNAS RECOMENDACIONES QUESURGEN DE ESTE ESTUDIO
Este trabajo quedaría incompleto si no hacemos algunos señalamientos en
relación con las implicaciones prácticas que se derivan de esta investigación.

1. Es necesario, en primer lugar, reconocer la naturaleza literaria de los


libros de la Biblia. Muchas personas ven la Biblia como un libro sumamente
enigmático que está lleno de claves cabalísticas por todos lados y que sólo
personas iniciadas pueden interpretar.[14] Ciertamente la interpretación de
la Biblia requiere algo de esfuerzo, pero no más del que requeriría cualquier
otro libro.[15]
2. Por otro lado, es importante que se entienda que lo que llamamos
Biblia en realidad es una colección de libros escritos en diversas
circunstancias, por diversos autores, a lo largo de casi 1.600 años y
agrupados bajo criterios de canonicidad [16]. Esto nos lleva entonces a
considerar que el análisis de cualquier libro de la Biblia tiene un enfoque
doble: por un lado, el análisis del libro particular que se quiere estudiar y por
el otro, la relación orgánica que ese libro tiene con el resto de los otros libros
de la Biblia.
3. Aunque los libros de la Biblia se enmarcan en distintas culturas,
tiempos, idiomas y autores, es posible organizar una forma global de análisis
que nos permita entender su contenido (véase la tabla tipológica
sugerida). Esa forma inicial de organización puede ayudarnos
mucho. Entender, por ejemplo, que los refranes son una tipología textual
presente en la Biblia, nos permite aplicar una metodología especial para su
interpretación. Así no caeríamos en el error de querer analizar el libro de
Proverbios como lo haríamos con Génesis o con la carta de San Pablo a los
Romanos.
4. La diferencia que se hace entre órdenes discursivos y tipología
textual es de sumo valor en la interpretación de la Biblia.[17] De esta manera
podemos diferenciar, por ejemplo, que el libro de Isaías (catalogado bajo
Discurso Profético) se inicia con un orden discursivo argumentativo (capítulos
1 al 5) y luego le sigue un orden discursivo narrativo (capítulos 7 y 8). Estas
variaciones la encontramos en casi todos los libros de la Biblia (y en realidad
se hayan presente en casi cada texto).[18] Una comprensión de estos
cambios en la forma como el texto desarrolla los distintos órdenes discursivos
es de gran ayuda porque le da al lector la posibilidad de adecuar su tipo de
análisis al tipo de orden discursivo que se presenta en el libro.
5. Es importante también reconocer que en un libro podrían haber dos o
más tipologías coexistiendo. Por ejemplo, el libro de Job (catalogado bajo
biografía), se inicia como un relato histórico (capítulos 1 y 2) y luego prosigue
como composición lírica (capítulos 3 al 42:7-17). Esto produce cierta
dificultad para tipologizar textos como este, pero la distinción es necesaria y
muy orientadora. Así también, encontramos fragmentos poéticos en
discursos proféticos y cartas, lo que indica la riqueza literaria de la cual
disponían los autores de esta época y las débiles fronteras que a veces
dividen los géneros literarios.
6. Finalmente, es necesario reconocer el gran aporte que la pragmática
o gramática del texto le ha dado a la interpretación de la Biblia. Un punto
fuerte de este aporte lo constituye el hecho de considerar el contexto global
del libro analizado para determinar lo que enseña un determinado párrafo de
dicho libro. Uno de los errores que se repite con más frecuencia en el estudio
de la Biblia es interpretar un pasaje sin tomar en cuenta el contexto donde se
encuentra. Los resultados de este error han sido devastadores para la
iglesia tanto en los asuntos doctrinales como en los prácticos.

[1] La narración que hace el apóstol en la sección 1:13-2:4 le sirve como apoyo
a su argumento central de que el evangelio no debe ser cambiado porque esto es
un desafío directo contra la gracia de Dios (Gal.1:6-9). Este argumento incluye la
explicación de que lo que Pablo está predicando lo ha recibido directamente del
Señor, no de medios humanos (1:11-17), que fue el mismo que los apóstoles
recibieron (1:18-2:10) y que ni siquiera los mismos apóstoles (el caso de Pedro)
pueden actuar de modo diferente a lo que el evangelio establece sin ponerse al
margen de la voluntad de Dios (2:11-16).
[2] Debemos, sin embargo, advertir que una tipología textual no tiene por
objeto limitar la posibilidad de analizar un determinado texto. Ninguna tipología
puede considerarse ni exhaustiva (abarca todas las posibilidades) ni suficiente
(explica todo lo necesario para entender el texto). Al contrario, las tipologías son
simplemente una referencia para iniciar un estudio más profundo del
texto. Ofrece unas referencias iniciales a partir de las cuales el lector debe
ampliar su comprensión del texto.
[3] La mayoría de los capítulos del libro de Levítico inician con la expresión:
“Habló Jehová a Moisés diciendo…” En estos capítulos se registran
instrucciones que Jehová dio a Moisés de cómo debían realizarse las ofrendas,
sacrificios, purificaciones, consagraciones y otros ritos. Por ello, aunque el libro
es una narración, en el fondo describe las ordenanzas que Dios estableció para
Israel y por eso predomina la función instructiva y normativa legal. Esto mismo
se presenta en menor intensidad en Éxodo y Números. Deuteronomio tiene la
forma de un recuento/testimonio que hace Moisés de cómo Dios ayudó al pueblo
y el compromiso que los hebreos hicieron con Jehová, por eso la ley es
recapitulada y confirmada en este libro.
[4] Dentro de estos orígenes es legítimo incluir el origen de Israel como nación
ya que este parece ser la intención del escritor de Génesis más que solamente
ofrecer una historia sobre la creación del universo y la raza humana.
[5] El enfoque de estos libros biográficos no está en la persona misma sino en
la forma como tal persona cumple con el plan de Dios.
[6] Cuando se habla de historia editada, se entiende que los escritores no
están simplemente contando el relato de lo que pasó sino que han seleccionado y
ordenado los eventos con el fin de comunicar una intención a los destinatarios
(cf. Jn.20:30-31)
[7] Aquí se podría decir que la función pragmática tiende más a ser
informativa que persuasiva.
[8] En este caso, la función pragmática tiene más la forma de una persuasión.
[9] Estos órdenes discursivos son apropiados para lograr el objetivo de los
refranes: presentar una verdad o principio general que debe ser atendido por
todas las personas.
[10] Proverbios pertenece al grupo de literatura denominada sapiencial (por su
énfasis en la adquisición de la sabiduría). El término “proverbio” en hebreo
(mashal) tiene la idea de comparación, máxima, dicho o parábola (Diccionario
Caribe, p.931).
[11] Entre las excepciones están Prov. 1:1-7; 8-19; 20-33; 2:1-22. La gran
mayoría de versos qque forma el libro de proverbios está organizado en forma de
paralelismo antitético (Ej. La blanda respuesta quita la ira, pero la palabra
áspera hace subir el furor, Pv.15.1).
[12] La mayoría de los libros llamados profetas menores caen bajo la categoría
de discursos proféticos. Estos libros, por lo general, se inician con una
declaración que indica que el texto es una visión que recibió el profeta (Ej. Esta
es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión…Hab.1:1 – NVI). A veces
esta expresión introductoria explica algo de la familia del profeta y del tiempo
cuando recibió esta visión (Esta es la palabra del Señor, que vino a Sofonías hijo
de Cusi, hijo de Guedalías, hijo de marías, hijo de Ezequias, durante el reinado
de Josías hijo de Amon, rey de Judá. Sof.1:1 – NVI)
[13] Por ejemplo en Zacarías capítulo uno se combina la narración con la
poesía, de la siguiente manera: poesía (1:2-6), narración (1:7-14a), poesía (1:14b-
17); narración (1:18-21).
[14] Un ejemplo de esto es un libro recientemente publicado que lleva como
título: El mensaje oculto de la Biblia que aparentemente señala que la Biblia
contiene profetizados numerosos acontecimientos contemporáneos que se
descifran a través de complicadas claves numéricas.
[15] Por supuesto que estamos hablando aquí del aspecto literario de la
Biblia. Entendemos que desde el punto de vista del efecto que la Biblia tiene
sobre la persona se requiere más que simplemente leer y comprender el texto
para que haya en la persona una verdadera transformación. Pablo nos recuerda
que lo espiritual solo puede ser comprendido por una mente espiritual
(1Cor.2.14). Una verdadera transformación en el individuo que se acerca a la
Biblia es resultado, por un lado, de la obra del Espíritu Santo en su mente y, por
otro lado, de su disponibilidad a la obediencia (1Ped.1:22)
[16] Los criterios de canonicidad se refiere a los aspectos que la iglesia toma
en cuenta para determinar que un libro debe estar en al Canon Sagrado. Entre
estos criterios se encuentran: Contenido, coherencia con el resto de los libros
sagrados, paternidad literaria, uso por el pueblo de Dios, etc. Es de hacer notar
que en este punto no hay acuerdo entre la iglesia católica y la protestante.
[17] Vease la guía sobre Los Ordenes Discursivos, p.
[18] En casi cada texto se puede encontrar una combinación de órdenes
discursivos. Esto es propio de la comunicación: se narra, argumenta, describe,
etc. de manera alternada a fin de mantener dinámico el proceso comunicacional
y lograr distintos efectos en el destinatario.

ALEGORÍA, ANALOGÍA Y ANÁLISIS HISTÓRICO-GRAMATICAL


Hay al menos tres formas frecuentes de acercarse a los textos narrativos:
alegoría, analogía y análisis histórico-gramatical. En la alegoría, el intérprete
asigna significados simbólicos al texto que el autor nunca tuvo en mente. En la
analogía, el intérprete compara lo que sucedió en el pasado con lo que sucede o
puede suceder en el presente pero no necesariamente reflejando la intención del
autor . En el análisis histórico-gramatical, el intérprete analiza el texto de
acuerdo a su género literario, establece el significado en su contexto original,
toma en cuenta la intención del autor, identifica los temas y principios bíblicos
del pasaje y finalmente los aplica a la realidad contemporánea.

Pensemos en el texto que narra el enfrentamiento entre David y Goliat


(1Samuel 17:1-58).

Un acercamiento alegórico diría que Goliat representa los problemas que vive
el creyente; la armadura que David no se pudo poner es la actitud carnal que
debemos desechar; la honda es la oración y la piedra arrojada la guerra
espiritual impulsada por la oración. Aquí el llamado que haría el predicador es:
“Desecha la carnalidad y haz guerra espiritual con oraciones poderosas que
derrumben a los gigantescos problemas que te quieren destruir”. Se escogen
lemas como “Arroja tu piedra en el nombre de Jehová de los ejércitos”. Suena
bien, es motivador pero no es verdad.

Un acercamiento desde la analogía compararía la situación de David con la


del creyente actual y enfatizaría la confianza en Dios que tuvo David como la
base para resolver con éxito nuestras crisis personales. También suena muy
convincente pero ¿tenía esto en mente el autor cuando escribió este relato?

Recientemente he escuchado estos acercamientos alegóricos o analógicos a


relatos como el de la oración de Jabes y la restauración de Mefi-boset. Sermones
muy motivadores y dramáticos aderezados con alta dosis de imaginación pero
vacíos de verdadera interpretación seria.

Un análisis histórico-gramatical, en el caso del relato de David y Goliat,


tomaría en cuenta que este evento se encuentra en la transición entre el reinado
de Saúl y el de David (la narrativa de 1 Samuel se enfoca en tres personajes
consecutivos: Samuel, Saúl y David, cada uno de ellos pueden ser tomados como
ejemplos de diferentes valores y antivalores en el relato). El reinado de Saúl
viene en decadencia por su desobediencia (1Sam.15). David fue ungido rey por
elección divina (1Sam.16) y ahora Dios respalda con este triunfo a su ungido. La
desobediencia y cobardía de Saúl es contrastada con la fe y valentía de David.
El Espíritu de Jehová sale de Saúl y ahora reposa en David (1Sam16:13 y 14).
No puede haber un contraste mas grande. Entonces, un principio o verdad
central que se deriva de este texto es que “solo alguien aprobado por Dios
contará con el respaldo de Dios para hacer la obra de Dios. ” Una aplicación
derivada de este principio es que el éxito espiritual de un ministerio solo es
posible cuando contamos con la aprobación de Dios. Podemos ser subestimados
por otros (como lo hicieron los hermanos de David y el propio Goliat) pero si Dios
nos respalda la tarea será realizada en el poder de Dios.

Este último acercamiento es menos frecuente en nuestros pulpitos hoy en día.


La razón es que toma más tiempo, disciplina y esfuerzo realizar este tipo de
estudio. Es mucho más fácil interpretar el texto imaginando un sentido alegórico
o analógico recargado con arengas motivadoras y humanistas que hagan sentir
bien a la audiencia pero alejados tristemente de la verdadera Palabra de Dios
para su pueblo

Samuel Marcano

Noviembre, 2013

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