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TOXICIDAD DE LOS MINERALES

MINERALOGÍA Y CRISTALOGRAFÍA

PRESENTADO POR:
JHEINSON DAVID ZAPATA QUINTERO
GRUPO 501

PRESENTADO A:

ELIAS ERNESTO ROJAS MARTÍNEZ

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DEL ÁREA ANDINA


SEDE VALLEDUPAR CESAR
INGENIERIA GEOLOGICA
2013
TOXICIDAD DE LOS MINERALES

Qué es un tóxico?

Una sustancia ajena a un organismo vivo que puede interferir con alguna función de éste;
ocasionando algún efecto, que puede ir desde mínimo hasta la muerte. Alterando sus
equilibrios vitales.

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL EFECTO TÓXICO DE UNA SUSTANCIA:

- Vía de administración: inhalación, ingestión, a través de la piel, etc.

- Duración y frecuencia de la exposición: Atendiendo a estos factores podemos considerar:

- Exposición aguda: una exposición durante menos de 24 h.

- Exposición subaguda: exposición repetida durante 1 mes o menos.

- Exposición subcrónica: exposición repetida durante 1 a 3 meses.

Exposición crónica: exposición repetida durante más de 3 meses.

Toxicidad en los minerales

Los minerales son compuestos químicos, en los que se en cuentran presentes todos los
elementos naturales, y por lo tanto su manipulación en un yacimiento o en una colección
presenta los riesgos generales inherentes a la manipulación de cualquier producto químico.
El conocimiento de su composición permitirá en general formarse una idea acerca de sus
propiedades. En cantidades grandes, cualquier substancia representa un riesgo.

En la mayoría de los casos, además de la toxicidad propia de los elementos químicos


constituyentes del mineral, debe tenerse en cuenta su solubilidad. Para que un elemento
ingerido pueda resultar efectivamente tóxico es necesario que se absorba en el tubo digestivo,
y para eso debe estar en forma soluble.
Minerales venenosos

Los minerales de arsénico son los más importantes entre éstos, tanto por su abundancia como
por su elevada toxicidad, y siempre deben manejarse con precaución.

Todos aquellos que son solubles, como los óxidos y los arseniatos de metales alcalinos y
algunos de los alcalinotérreos son muy peligrosos, deben manejarse con extremo cuidado y
no dejarse nunca al alcance de niños.

 Una lista de los minerales tóxicos que se mencionaran a continuación.

Arsenolita Claudetita Farmacolita

Picrofarmacolita Guerinita
Weilita
a

Haidingerit Rauenthalit Hoernesita


a
Annabergita Arsenopirita Mimetita

Mispíquel Antimoni Cervantita


o

Senarmontita Estibiconita Bindheimita

Witherita Alstonita Baritocalcita


Villiaumita Lorandita
Erionita

Raguinita Pierrotita Galkhaita

Riebeckita Pirolusita Asbesto Azul


o Crocidolita

Serpentina
Estos minerales están la Arsenolita, Claudetita (poco más de 100 miligramos de cualquiera
de ellos pueden causar la muerte), Farmacolita, Picrofarmacolita, Weilita, Bukowskita,
Guerinita, Haidingerit, Rauenthalita, Hoernesita, Mcnearita.

Al disminuir la solubilidad, disminuye el riesgo, pero otros arseniatos, como la Escorodita,


eritrina o Annabergita, y sulfuros como oropimente y rejalgar, exigen aún adoptar ciertas
precauciones. En el extremo de la escala de peligrosidad de los minerales con arsénico están
minerales como la Arsenopirita (mispiquel) o la Mimetita, con los que basta el sentido
común. Aun así, siempre teniendo en cuenta que se trata de minerales de arsénico.

Debe tenerse en cuenta también la presencia de minerales peligrosos "camuflados". Por


ejemplo, la alteración por la acción de la luz del rejalgar produce óxidos de arsénico, así
como la oxidación del arsénico nativo, y ya hemos dicho que su solubilidad los hace muy
peligrosos. La Arsenopirita, al aire libre en las escombreras o expuesta al agua en las
galerías mineras, se altera fácilmente, formando una costra que incluye arseniatos más o
menos solubles. Por lo tanto debe tenerse cuidado especialmente con los materiales de
escombreras que contienen minerales de arsénico (no sólo filones de sulfuros; el Mispíquel
abunda también en algunas pegmatitas), no comiendo ni fumando sin lavarse antes las
manos.

El antimonio es un pariente próximo del arsénico. Aunque es menos venenoso, debe tenerse
cuidado especialmente con los minerales pulverulentos llamados a veces ocres de antimonio,
producto de alteración sobre todo de la estibina. Entre ellos están la cervantita,
Senarmontita, Estibiconita, Bindheimita y otros, que abundan en las escombreras de las
minas de antimonio. Estos minerales representan un riesgo adicional cuando los ejemplares
de antimonita se tratan con ácidos para eliminar la calcita que la acompaña, y a veces engloba
completamente los cristales. En primer lugar se forman compuestos de antimonios solubles
y venenosos. Pero además puede formarse el hidruro de antimonio, un gas muy tóxico. Este
compuesto se forma en presencia de metales atacables por el ácido que se está usando, como
por ejemplo el hierro, por lo que nunca deben emplearse objetos metálicos (recipientes,
pinzas, etc.) cuando se limpien con ácido minerales de antimonio. El bismuto, tercer
miembro de esta familia, no suele representar un riesgo serio debido a su relativamente baja
toxicidad y la insolubilidad de sus minerales.

Como ya se ha dicho antes, la solubilidad es decisiva en el caso del bario. Los minerales
solubles, como la Witherita, Alstonita y Baritocalcita pueden ser peligrosos, sobre todo en
forma pulverulenta. Lo mismo sucede con los fluoruros. La Villiaumita es muy venenosa, y
su color rosa y su exfoliación hace que un niño pueda confundir ciertos ejemplares con un
caramelo. Una pieza de ese tamaño puede resultarle mortal. La fluorita, en cambio, no
requiere evidentemente ninguna precaución especial en su manejo.

Los minerales solubles de hierro y cobre, como la calcantita y melanterita, son relativamente
venenosos, y de hecho causan intoxicaciones de niños con cierta frecuencia, probablemente
al confundir sus cristales (artificiales en la mayor parte de los casos) con caramelos. La
calcantita es especialmente peligrosa, ya que tiene un sabor metálico dulzón que no resulta
especialmente desagradable, así como la melanterita. Este último material (de origen
artificial) es una de las causas importantes de intoxicaciones infantiles en Estados Unidos.
Otros minerales de hierro son menos tóxicos y en muchos casos su sabor es suficientemente
repugnante como para que la cantidad ingerida, y el riesgo corrido, no resulte muy grande.

El talio es un elemento muy peligroso, por su toxicidad aguda y por los riesgos a largo plazo,
ya que también se acumula en el organismo. Sus minerales (como la lorandita, raguinita,
pierrotita y galkhaita) son raros, pero deben manejarse con precaución, sobre todo si están
acompañados de productos de alteración pulverulentos, que se forman fácilmente.

El cadmio es también tóxico, con efectos acumulativos semejantes a los de otros metales
pesados, pero incluso más difícilmente reversibles. El único mineral relativamente frecuente
de este metal es la greenockita, que es ligeramente soluble en agua y además aparece
prácticamente siempre en forma pulverulenta. Aunque este material, artificial, se utilizó
antiguamente incluso para colorear jabones, los datos de la acumulación de cadmio en los
riñones son cada vez más preocupantes, de modo que también es preferible ser cuidadosos
en este caso.
En el caso de la pirolusita, y en general de los óxidos de manganeso, su peligrosidad no está
tanto en su contenido de manganeso como en su acción oxidante y en la posibilidad de que
forme cloro con el ácido clorhídrico del estómago. Su habitual aparición en forma
pulverulenta incrementa también sus riesgos al aumentar su reactividad.

El mercurio representa un caso especial. Sus compuestos solubles son muy venenosos, pero
extremadamente raros en la naturaleza. Sin embargo el propio mercurio metálico es un
tóxico acumulativo por inhalación. Aunque no lo parezca, las pequeñas gotitas de mercurio
se evaporan (muy lentamente, claro está) pudiendo pasar a través de los pulmones al sistema
nervioso. Allí se acumula, pudiendo ocasionar en casos extremos trastornos neurológicos
gravísimos e incluso la muerte. Los ejemplares con mercurio nativo deben guardarse pues en
cajas herméticas, y el cinabrio u otros minerales, limpiarse muy cuidadosamente hasta
eliminar cualquier rastro de mercurio, incluyendo el presente en las grietas, y sellándolas si
esto no es posible. Los calomelanos, al alterarse por la acción de la luz, forma mercurio
metálico y cloruro mercúrico, también conocido como "sublimado corrosivo", un producto
muy peligroso. Esto debe tenerse en cuenta al manipular ejemplares antiguos de este mineral.

Minerales cancerígenos

Aunque afortunadamente son relativamente pocos, uno de ellos, o más bien una familia, el
asbesto, está muy difundido. El más peligroso es el llamado "Asbesto Azul" o Crocidolita,
pero ningún componente de la familia está exento de riesgos. El peligro está en el paso a los
pulmones de fibras diminutas de estos minerales, producidas en la extracción o limpieza de
ejemplares. Cuantas más pequeñas son las fibras, más peligrosas resultan. En consecuencia
deben adaptarse precauciones, evitando procesos como el serrado de piedras en seco, o
utilizando mascarillas en trabajos en minas en las que esté presente este mineral. Debe tenerse
en cuenta la existencia de asbesto "invisible", por ejemplo en ejemplares de serpentina,
incluso en los de calidad de talla. Es preferible que los piroxenos y anfiboles fibrosos (del
tipo de la bisolita) estén en cajas cerradas. Un material peligroso, que debe manejarse con
cuidado, es la magnesioriebeckita que acompaña a los cuarzos azules de algunas ofitas,
Dentro del urazo es obviamente inofensiva, pero cuando forma masas fibrosas deben tomarse
las precauciones. Los ejemplares con este material deberían conservarse en recipientes
cerrados, para evitar la liberación de partículas al aire.

La carcinogenicidad de los silicatos depende en gran parte de las características físicas de las
fibras, de tal forma que otros silicatos también pueden ser peligrosos. La erionita, una
zeolita, es también carcinógena por inhalación, y consecuentemente debe manejarse con
cuidado. En algunas zonas de Turquía se producen muchos casos de mesotelioma por la
presencia de esta zeolita en el suelo, y el uso para el recubrimiento de paredes de materiales
que la contienen. No existen evidencias de que otras zeolitas fibrosas también lo sean, pero
aun así, es razonable tener un poco de cuidado con ellas. Gran parte de los silicatos fibrosos
menos comunes no se han estudiado en absoluto.

En general, respirar polvo de cualquier mineral puede resultar muy nocivo para la salud. En
las minas en activo se toman usualmente las precauciones adecuadas, que deben extrapolarse
a las actividades de recolección de minerales en minas abandonadas, escombreras, etc., y a
la preparación y manipulación de los ejemplares.

Algunos derivados de metales como el cromo o el níquel se consideran como factores de


riesgo de cáncer en toxicología industrial. Sin embargo, en el caso de ejemplares
mineralógicos, las especies comunes son extremadamente insolubles o no están en el estado
químico necesario, mientras que las que podrían ser cancerígenas (por ejemplo, la lopezita)
son sumamente raras.

Minerales radiactivos

El uranio es por sí mismo un elemento tóxico, afectando especialmente a los riñones, lo que
debe tenerse presente al manejar sus minerales. Además, tanto sus minerales como los de
torio presentan básicamente tres tipos de riesgos debidos a la radiactividad. Estos riesgos son
la irradiación externa, la irradiación interna por ingestión y la irradiación interna por
inhalación de los productos de fisión del radón.

El primer riesgo no suele ser excesivamente serio por varias razones. En primer lugar, una
parte importante de la emisión del uranio y torio es en forma de partículas alfa. Su poder de
penetración es muy reducido, deteniéndolas en su mayor parte una pequeña capa de aire, o
una hoja de papel. Por supuesto, el propio mineral detiene todas las que proceden de su
interior. Además, al disminuir la radiación recibida con el cuadrado de la distancia,
simplemente colocando los ejemplares en la parte más interior de los cajones o vitrinas se
reduce mucho la dosis. Evitando actuaciones evidentemente imprudentes, como coleccionar
muestras de tamaño grande y muy ricas, almacenar muestras duplicadas debajo de la cama,
llevarlas en el bolsillo, o convertir la casa en una "anomalía radiactiva", como cierto
coleccionista americano, cuyo desván fue detectado en una campaña de prospección aérea de
minerales de uranio, la irradiación externa no es muy preocupante.

La irradiación interna por ingestión puede evitarse no comiendo ni fumando mientras se


manipulan los minerales, lavándose las manos después, etc. Como en el caso de la toxicidad,
la solubilidad del mineral, y su grado de división, resultarán también importantes.
Afortunadamente, en este caso muchos minerales con tendencia a aparecer en forma
pulverulenta, como la carnotita, son también muy insolubles.
BIBLIOGRAFÍA

J. D.DANA CITADO POR CORNELIUS S. H. & CORNELIS C 2003, JR. MANUAL DE


MINERALOGIA, EDITORIAL REVERTE, S.A. EDICION NUMERO 4. BARCELONA.

Calvo M. (2004), TOXICIDAD DE LOS MINERALES, MINERALES Y MINAS DE


ESPAÑA, Zaragoza España.

CIBER ESPACIO.
http://www.uhu.es/museovirtualdemineralogia/

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