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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1424/2013


Sucre, 14 de agosto de 2013
SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 03460-2013-07-AAC
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 29/2013 de 23 de abril, cursante de fs. 67 a 68 vta.,
pronunciada dentro de
la acción de amparo constitucional interpuesta por Salim Yapur Zambrana contra
Virginia Janeth
Crespo Ibañez y Ricardo Chumacero Tórrez, Vocales de la Sala Penal Primera del
Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 29 de enero de 2013, cursante de fs. 44 a 46 vta.,


el accionante refiere que:

I.1.1. Hechos que la motivan la acción

La Jueza Quinta de Sentencia Penal del departamento de La Paz, mediante


Resolución 007/2012 de 10 de abril, declaró probadas las excepciones de extinción
de la acción penal por prescripción y duración máxima del proceso penal e
improbada la de prejudicialidad, que fueron formuladas por su persona y otros dos
coimputados, fallo que fue apelado por la querellante, Casilda Márquez Gonzales,
por lo que los Vocales -ahora demandados- a través de Auto de Vista 364/12 de 9
de noviembre de 2012, revocaron la Resolución impugnada y declararon
improbadas las excepciones formuladas y confirmaron la excepción de
prejudicialidad sin que ésta haya sido recurrida, con el argumento que una vez
promovida la denuncia penal deja de computarse el plazo para la prescripción,
debido a que el Órgano Judicial se encuentra activado, además de existir mora
provocada por los imputados; empero, no consideraron las reglas previstas en los
arts. 29 al 34 de Código de Procedimiento Penal (CPP), que claramente establecen
que la presentación de la denuncia o cualquier otra sindicación para iniciar una
causa penal no tiene efecto para interrumpir ni suspender la prescripción, ya que
una vez que ésta se inicia a computar a partir de la media noche en que se cometió
el delito o en que cesó su consumación, corre hasta el día en que venza el plazo
previsto por ley, salvo la declaratoria de rebeldía (art. 31 del CPP).
El Auto de Vista impugnado vulnera el derecho al debido proceso, además de
contradecir los razonamientos de las SSCC 1510/2002-R, 0187/2004-R y
1214/2004-R, que al resolver un caso análogo dejaron establecido que la
presentación de la denuncia penal no interrumpe la prescripción ni impide que el
tiempo continúe computándose, pudiéndose formular en la etapa preparatoria o
juicio oral hasta antes que se dicte sentencia.

Respecto a la excepción de extinción de la acción penal por vencimiento del plazo


máximo de duración del proceso, el Auto de Vista 364/12, pronunciado por los
Vocales demandados, es muy genérico y subjetivo, ya que no se refiere como los
imputados provocaron mora, no individualizan las actuaciones, momentos o
personas que efectuaron la dilación, ni explica cómo llegaron a la convicción de que
un acto es ilegal o ilegítimo, lesionando de esa forma el derecho al debido proceso
conforme dispone el art. 115.II de la Constitución Política del Estado (CPE), que
obliga al juez o tribunal a expresar los criterios de orden legal y constitucional para
asumir una determinación; fundamentación que cobra mayor trascendencia en
materia penal, puesto que el art. 124 del CPP, claramente estipula que los fallos
deben ser claros, específicos y motivados, tarea que no puede ser remplazada por
las peticiones de las partes del proceso.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

El accionante, considera lesionado su derecho al debido proceso, citando al efecto


el art. 115.II CPE.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela, disponiéndose dejar sin efecto el Auto de Vista 364/12,
y ordenando se dicte uno nuevo conforme a los fundamentos precedentes.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Efectuada la audiencia pública, el 4 de abril de 2013, según consta en el acta


cursante de fs. 51 a 52 vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El accionante a través de su abogado, se ratificó in extenso en el contenido y


fundamentos de la acción.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Virginia Janeth Crespo Ibañez y Ricardo Chumacero Torrez, Vocales de la Sala


Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, a través de informe
cursante a fs. 57 y vta., señalaron que previo sorteo de Vocal relator tuvieron
conocimiento del recurso de apelación formulada por Casilda Márquez Gonzales a
través del cual impugnó la Resolución 007/2012, argumentando que no existe
prescripción de la acción; emitiendo los Vocales ahora demandados; el Auto de
Vista 364/12, por lo que se ratifican en los fundamentos del mismo.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados


Ricardo Alcón Albarracín y Sara Sanjinés Morales de Alcón, mediante su abogado
en audiencia expresaron que, se les está procesando por la presunta comisión del
delito de falsificación, hecho que se habría perpetrado el 19 de diciembre de 2003,
con la inscripción en Derecho Reales (DD.RR.)
de un documento falsificado, en ese sentido, conforme determina el art. 29 inc. 1)
del CPP, el tipo penal que se les imputa prescribe en el plazo de ocho años, por lo
que haciendo el cómputo correspondiente a la fecha ya transcurrieron nueve años,
solicitando en consecuencia, se deje sin efecto el Auto de Vista 364/12.
Casilda Márquez Gonzales, no presentó informe alguno ni asistió a la audiencia a
pesar de su legal notificación (fs. 49 vta.).

I.2.4. Resolución

La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,


constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 29/2013 de 23 de abril,
cursante de fs. 67 a 68 vta., concedió la tutela, disponiendo se deje sin efecto el
Auto de Vista 364/12, pronunciado por lo Vocales demandados, debiendo emitir uno
nuevo debidamente fundamentado y motivado; en base a los siguientes
fundamentos: a) El art. 128 de la CPE, otorga a las personas la facultad de formular
esta acción de defensa contra actos u omisiones indebidas de servidores públicos
o personas particulares que restrinjan, supriman o amenacen suprimir los derechos
reconocidos por la Norma Suprema y la ley, en ese sentido en el caso de autos se
reclama la afectación al derecho al debido proceso en su vertiente de
fundamentación reconocido en el art. 115.II de la CPE; b) De la revisión del Auto de
Vista 364/12, se advierte que el mismo tiene dos considerandos; el primero, referido
a la excepción de prescripción y extinción de la causa por dilación del proceso con
una breve redacción; y el segundo, es una copia de artículos referentes a las
excepciones antes mencionadas, sin embargo, de la lectura de este fallo, no se
desprende una debida motivación, vale decir, no existe un test de razonabilidad
respecto a los hechos que fueron planteados con los señalados como agravios en
el recurso de apelación formulado, conforme determina el art. 124 del CPP, ni
señala los motivos por los cuales se llegó a esa determinación, ocasionando una
incertidumbre e inseguridad; c) El proceso penal llevado contra el ahora accionante,
la presunta comisión de los delitos de falsedad material, falsedad ideológica y uso
de instrumento falsificado, prescribe en ocho años de acuerdo a lo dispuesto por el
art. 29 del CPP, comenzando el inicio del cómputo a partir de la media noche del
día en que se cometió el delito (art. 30 de la normativa adjetiva penal), conforme
determina la SC 1190/2001-R de 12 de noviembre; y, d) En cuanto a excepción de
duración máxima del proceso el Código de Procedimiento Penal señala que todo
proceso tendrá una duración máxima de tres años contados desde el primer acto
entendiéndose como éste a cualquier sindicación en sede judicial o administrativa
conforme señaló el art. 5.II del CPP, por lo que los Vocales demandados, no
emitieron la Resolución impugnada de acuerdo a los lineamientos previstos en la
norma procesal.

II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen
las siguientes conclusiones:

II.1. Mediante Auto de apertura de juicio 001/2012 de 25 de enero, la Jueza Quinta


de Sentencia

Penal, señaló audiencia de juicio oral, continuo, público y contradictorio, para el


miércoles 29 de febrero de 2012, a horas 10:00, dentro del proceso penal instaurado
contra Sara Sanjinés Morales, Ricardo Alcón Albarracín y Salim Yapur Zambrana,
por la presunta comisión de los delitos tipificados en los arts. 198, 199 y 203 del
Código Penal (CP) (fs. 22 y vta.).

II.2. A través de Resolución 007/2012 de 10 de abril, la Jueza Quinta de Sentencia


Penal, declaró probadas las excepciones de extinción de la acción penal formuladas
por prescripción y duración máxima del proceso; e improbada la excepción de
prejudicialidad (fs. 23 a 28 vta.).

II.3. El 25 de abril de 2012, Casilda Márquez Gonzales formuló apelación incidental


contra la Resolución 007/2012, impetrando se determine el inicio de juicio (fs. 90 a
92 vta.).

II.4. Por memorial 9 de mayo de 2012, Salim Yapur Zambrana, responde la


apelación formulada solicitando se declare inadmisible el mismo por defectos de
personería, y en caso que se cumplan las observaciones, se declare la
improcedencia de los puntos recurridos, confirmando en consecuencia la
Resolución impugnada (fs. 29 a 32 vta.).

II.5. A través de Auto de Vista 364/12 de 9 de noviembre de 2012, la Sala Penal


Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz declaró admisible el
recurso de apelación formulado y revocó en parte la Resolución 007/2012,
declarando improbadas la excepción de extinción de la acción penal por
prescripción y duración máxima del proceso y confirmó respecto a la de
prejudicialidad, con el fundamento que, respecto al primero, si bien el art. 29 inc. 1)
del CPP, prevé la extinción de la acción penal por prescripción, que en el caso de
autos, las sanciones para los imputados por la presunta comisión de los delitos de
falsedad material, ideológica y uso de instrumento falsificado, no exceden de seis
años y prescriben en ocho años; empero, este plazo es aplicable si no se inicia la
acción penal, no debiéndose confundir la figura de la prescripción con la extinción
de la acción penal, por lo que, al encontrarse instaurada la denuncia y en curso el
proceso penal, se interrumpe el plazo para computar la prescripción. (fs. 36 a 37
vta.).
II.6. El accionante y otros, mediante memorial presentado el 3 de enero de 2013,
solicitaron explicación, complementación y enmienda del Auto de Vista 364/12,
razón por la cual, mediante Auto de 4 de igual mes y año, los demandados,
resolvieron no ha lugar al mismo (fs. 38 a 43).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante denuncia que las autoridades demandadas, vulneraron su derecho al


debido proceso en su vertiente de falta de fundamentación, toda vez que en
apelación incidental mediante Auto de Vista 364/12 de 9 de noviembre de 2012,
revocaron la Resolución 007/2012 de 10 de abril, emitida por la Jueza Quinta de
Sentencia Penal, declarando improbadas las excepciones de extinción de la acción
penal por prescripción y duración máxima del proceso con el argumento que
respecto al primero, el Órgano Judicial se encuentra activado interrumpiéndose en
consecuencia el cómputo para la prescripción; y referente al segundo, que existe
mora provocada por los imputados; fallo que fue pronunciado sin considerarse las
reglas previstas en los arts. 29 al 34 del CPP y carece de motivación ya que no
individualizan las actuaciones, momentos o personas que ocasionaron la dilación,
ni manifiestan cómo llegaron a tal convicción.
En consecuencia, corresponde dilucidar en revisión, si tales argumentos son
evidentes a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.

III.1. La acción de amparo constitucional y su naturaleza jurídica

Conforme prevén los arts. 128 y 129.I de la CPE, la acción de amparo constitucional,
tendrá lugar: “…contra los actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores
públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman, o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley” y
“…siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de
los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados"; disposiciones que
expresamente establecen que las supuestas lesiones a los derechos fundamentales
y garantías constitucionales, deben ser reparadas en la jurisdicción ordinaria, y sólo
en defecto de ésta, y de ser evidente la lesión al derecho invocado e irreparable el
daño emergente de la acción u omisión o de la amenaza de restricción de los
derechos, es viable la jurisdicción constitucional.
En ese entendido, la SCP 0002/2012 de 13 de marzo, precisó que: “Del contenido
del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato
de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo
ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales
y garantías, que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos,
como la acción de libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento,
etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se
dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo
de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas
que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su
protección.
En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se
encuentra concebido como una acción que otorga a la persona la facultad de activar
la justicia constitucional en defensa de sus derechos fundamentales y garantías
constitucionales”.
III.2. Extinción de la acción penal por prescripción

El Código de Procedimiento Penal, entre las causales de extinción de la acción


penal, establece la prescripción prevista en su art. 27 inc. 8) y la duración máxima
del proceso en el art. 27
inc. 10) ambos del CPP, por lo que previamente a ingresar al análisis de la
problemática planteada es necesario diferenciar claramente estos institutos
jurídicos.

III.2.1. Prescripción

En ese entendido, el extinto Tribunal Constitucional mediante la SC 0023/2007-R


de 16 de enero, determinó que: “…la prescripción se traduce en los efectos que
produce el transcurso del tiempo sobre el ejercicio de una determinada facultad.
Esta definición, aplicada al ámbito penal, significa la expresa renuncia por parte del
Estado del derecho a juzgar debido al tiempo transcurrido.
Conforme a ello, es el propio Estado el que, a través de la norma penal (procesal o
sustantiva, según las legislaciones), establece los límites de tiempo en que puede
ejercer la persecución penal. La actividad represiva del Estado no puede ser
ejercida de manera indefinida, ya que al hacerlo se quebrantaría el equilibrio que
debe existir entre la función de defensa de la sociedad y la protección de derechos
y garantías individuales.
(…)
- Cómputo de la prescripción.
El art. 29 del CPP determina los plazos para la prescripción de la acción penal,
atendiendo al máximo legal de la pena privativa de libertad (presidio o reclusión)
prevista para los distintos tipos penales establecidos en el Código Penal. Los
términos señalados en esa norma, de acuerdo al art. 30 del CPP, empiezan a correr
desde la media noche del día en que se cometió el delito o en que cesó su
consumación, y pueden interrumpirse por la declaratoria de rebeldía del imputado,
como se analizará posteriormente, y suspenderse en los siguientes casos previstos
en el art. 32 del CPP:
1) Cuando se haya resuelto la suspensión de la persecución penal y esté vigente el
periodo de prueba correspondiente.
2) Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones
prejudiciales planteadas.
3) Durante la tramitación de cualquier forma de antejuicio o de la conformidad de un
gobierno extranjero de la que dependa el inicio del proceso; y,
4) En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio
regular de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure
ese estado.
Ahora bien, de acuerdo a nuestra norma procesal, sólo esas causales suspenden
la prescripción; en consecuencia, fuera de ellas, la prescripción continúa corriendo,
independientemente de que se hubiera iniciado o no la acción penal
correspondiente, lo que sin duda marca una clara diferencia con la anterior
normativa sobre el particular, que en el art. 102 del Código Penal (CP) establecía
que la prescripción se interrumpía con el inicio de la instrucción penal y se la
computaba nuevamente desde la última actuación que ésta registrara.
Efectivamente, el anterior sistema procesal, permitía la prolongación indefinida de
los procesos y el sometimiento del imputado a la exclusiva voluntad del Ministerio
Público y/o del querellante, quienes, de manera arbitraria, podían hacer abandono
del proceso penal y reactivarlo después de mucho tiempo, sólo con la finalidad de
evitar la prescripción, lo que determinaba la constante zozobra del imputado y la
vulneración de sus derechos y garantías, fundamentalmente del derecho a la
seguridad jurídica.
El nuevo Código de Procedimiento Penal, conforme se tiene dicho, cambia
radicalmente el sistema anterior, puesto que no establece entre sus causales de
interrupción o prescripción de la acción penal, el inicio de la acción penal;
consecuentemente, es posible interponer esta excepción en cualquier momento del
proceso, conforme ha quedado establecido en la jurisprudencia del Tribunal
contenida en la SC 1510/2002-R, de 9 de diciembre, que de manera expresa
determinó que la denuncia no constituye causal de interrupción o suspensión de la
prescripción al no estar contemplada en los arts. 29 y 31 CPP. Entendimiento que
fue reiterado en la SC 0187/2004-R, de 9 de febrero, en la que se determinó que
'…para la interrupción o suspensión de la prescripción, necesariamente tienen que
presentarse uno de los supuestos descritos, entre los que no se encuentra el inicio
de la acción penal, debiendo contarse el plazo desde el día en que supuestamente
se consumó el delito, sin interrupción'. En similar sentido se ha pronunciado la SC
0101/2006-R, de 25 de enero” (las negrillas son agregadas).

III.2.2. Por duración máxima del proceso

Al respecto, la referida SC 0023/2007-R, asumiendo los razonamientos de la SC


0101/2004-R “De lo anterior se extrae que la finalidad que persigue el legislador
constituyente boliviano al introducir, en concordancia con los preceptos
internacionales aludidos, el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable, es
que el imputado pueda definir su situación ante la ley y la sociedad dentro del tiempo
más corto posible, desde un punto de vista razonable; poniendo fin a la situación de
incertidumbre que genera todo juicio, y la amenaza siempre latente a su libertad que
todo proceso penal representa. Con esto se persigue evitar que la dilación indebida
del proceso, por omisión o la falta de la diligencia debida de los órganos
competentes del sistema penal, pueda acarrear a la procesada lesión a otros
derechos, entre ellos, el de la dignidad y la seguridad jurídica, que resulten
irreparables. (…)
Conforme a lo anotado, el fundamento de la extinción de la acción penal por
duración máxima del proceso, prevista en el art. 133 del CPP se encuentra en el
derecho del imputado a la conclusión del proceso penal dentro de un plazo
razonable, derecho que implica, como señala la jurisprudencia glosada, que el
imputado pueda definir su situación jurídica dentro del tiempo más corto posible,
desde un punto de vista razonable; poniendo fin a la situación de incertidumbre que
genera todo juicio.
Ante la infracción a ese derecho, por sobrepasar el proceso penal el término
razonable, que en muchas legislaciones -como la nuestra- está previsto en la norma
procesal penal, se impone, entonces, la extinción de la acción penal ante la omisión
o falta de diligencia de los órganos competentes del sistema penal”

III.3. Extinción de la acción penal por prescripción de los delitos de falsedad material,
ideológica, falsedad de documento privado y de uso de instrumento falsificado
El Tribunal Constitucional, mediante la SC 2869/2010-R de 13 de diciembre,
determinó que:
“…dentro de una problemática con similares supuestos fácticos a la presente, en la
que se planteó la extinción de la acción penal por prescripción, tomando como
fundamento esencial, para el cómputo de la misma, la clasificación a la que
pertenecían los delitos imputados, estableciendo que los delitos de falsedad
material, ideológica, falsedad de documento privado y otros, son instantáneos, por
el momento de consumación y la duración de la ofensa al bien jurídico, clasificando
al delito de uso de instrumento falsificado como de carácter permanente, habiendo
efectuado un análisis jurídico constitucional y su vinculación con el derecho al
debido proceso, el contexto jurisprudencial sobre la prescripción de la acción penal,
la clasificación de los delitos por el momento de consumación y la duración de la
ofensa al bien jurídico, por lo que es imperioso para resolver la presente acción
tutelar interpuesta, remitirse en lo pertinente a la citada SC 0693/2010-R, establece:
'Consecuentemente, las autoridades demandadas al emitir tanto el Auto de 3 de
mayo de 2005, como el Auto de Vista 61 de 8 de mayo de 2006, rechazando la
excepción de extinción de la acción penal con el fundamento de que el término para
que opere la prescripción de la acción recién comienza a partir del año 2003, que
es el momento en que se tuvo conocimiento de la supuesta falsedad de los
documentos impugnados, por lo que no existen los elementos válidos para ordenar
la suspensión del presente proceso penal, sin tomar en cuenta que los delitos de
falsedad material e ideológica, falsificación de documento privado y estelionato al
ser instantáneos corresponde su cómputo a partir de la media noche en que se
cometió el delito, vulneraron el derecho al debido proceso del accionante.
Corresponde, asimismo, a las autoridades demandadas al momento de
pronunciarse respecto al cómputo del término de prescripción del delito de uso de
instrumento falsificado, tomar en cuenta su carácter permanente, así como el hecho
de que el cómputo, en este caso, deberá correr a partir del momento en que cesó
su consumación a objeto de establecer la extinción de la acción penal o la
continuación del proceso penal seguido contra el accionante'” (las negrillas son
nuestras).

III.4. Modulación de línea en relación al cómputo de la prescripción del delito de uso


de instrumento falsificado
En estricta aplicación de los principios de supremacía constitucional, de legalidad y
seguridad jurídica, corresponde efectuar una modulación de la línea jurisprudencial
en cuanto al entendimiento que refiere que el tipo penal de uso de instrumento
falsificado es un delito permanente, a efectos de realizar el cómputo del plazo
previsto para su prescripción. En ese entendido, la SC 0693/2010-R de 19 de julio,
determinó que el referido tipo penal se encontraba clasificado como delito
permanente, argumentando lo siguiente: “La jurisprudencia del Tribunal
Constitucional contenida en la SC 1190/2001-R de 12 de noviembre, hizo referencia
a la clasificación de los delitos por la duración de la ofensa al bien jurídico,
señalando, entre ellos, a los tipos instantáneos y a los tipos permanentes, conforme
al entendimiento que sigue: '…En los delitos instantáneos, la ofensa al bien jurídico
cesa inmediatamente después de consumada la conducta típica (Ej. El delito de
homicidio); en cambio, en los delitos permanentes, la actividad consumativa no cesa
al perfeccionarse la acción típica sino que perdura en el tiempo, de modo que todos
los momentos de su duración, se imputan como consumación de la acción delictiva'.
Asimismo, la jurisprudencia constitucional precisando la diferencia entre delitos
instantáneos y permanentes, determinó que en función a la duración de la ofensa al
bien jurídico vulnerado, los hechos ilícitos se dividen en delitos instantáneos, que: '-
como se tiene referido en la Sentencia Constitucional citada precedentemente- son
aquellos que con la sola realización de la conducta, acción u omisión, por el sujeto
activo quedan realizados o tipificados, sin que se requiera acción posterior para su
continuidad o vigencia. Los delitos permanentes, son los que se caracterizan porque
el hecho que los constituye o realiza da lugar a una situación dañosa o de peligro,
que se prolonga en el tiempo a causa de la continuidad del comportamiento del
sujeto. Para la existencia de estos delitos, es necesario que el estado dañoso o de
peligro, provenga de la conducta del sujeto activo de manera continua, es decir, que
no se agote en un solo instante, sino que prosiga durante determinado tiempo; y
que la prórroga de la situación antijurídica se deba a la exclusiva conducta voluntaria
del sujeto, que prosigue con ella ininterrumpidamente después de la realización del
hecho que constituye el delito. Sin embargo, la doctrina también considera dentro
de esta clasificación a los delitos instantáneos con efectos permanentes, que son
aquellos cuya conducta destruye o disminuye el bien jurídico tutelado, en forma
instantánea, en un solo momento, pero permanecen las consecuencias nocivas del
mismo'. Así la SC 1709/2004-R 22 de octubre.
Consecuentemente, de la jurisprudencia citada precedentemente concluimos que,
en los delitos instantáneos, la acción coincide con el momento de consumación del
delito, en tanto que, en los delitos permanentes, la consumación del delito se
prolonga en el tiempo, en ese entendido, para los delitos instantáneos, el cómputo
se inicia desde la media noche en que se cometió el delito, y para los permanentes,
desde que cesó su consumación” (las negrillas son añadidas).
En ese sentido, es necesario reiterar que de acuerdo al art. 30 del CPP, el término
de la prescripción empieza a correr desde la media noche del día en que se cometió
el delito o en que cesó su consumación, razón por la que previamente debe
efectuarse un análisis del tipo penal que el caso concreto amerita. Por ello, debe
precisarse que existen varias clasificaciones de los tipos penales elaboradas por la
dogmática penal, con un carácter pedagógico, pues la clasificación parte de las
modalidades que adoptan sus elementos.
En ese orden de ideas, por regla genérica, todo tipo penal gira en torno a un
elemento central, que es la conducta típica o verbo rector del tipo, que justamente
es la acción humana exterior evitable que se considera lesiva a un determinado bien
jurídico protegido (Ej. En el homicidio es matar, en el hurto apoderarse
ilegítimamente, en la falsedad material forjar en todo o en parte un documento
público), motivo por el que la primera clasificación relevante gira en torno a las
modalidades de la acción típica, distinguiéndose los delitos de pura actividad y los
de resultado, pues la acción puede ir o no seguida de un resultado separable
espacio-temporalmente de la conducta. En los delitos de mera actividad, no existe
dicha separación, pues al no existir la causación de un resultado, el verbo rector del
tipo se agota con la sola realización de la conducta, razón por la que la
determinación del tiempo y lugar del delito no presenta mayores problemas en esta
clase de delitos (Ej. Allanamiento del domicilio o sus dependencias, amenazas).
En contrapartida se tienen los delitos de resultado, en los cuales existe la causación
de un resultado que es separable espacio-temporalmente de la conducta, pues se
consumen el momento en que el autor ha alcanzado el resultado típico (v.gr. En el
homicidio la acción puede ser disparar acuchillar, estrangular, y el resultado típico
es la muerte). Ahora bien, tanto los delitos de pura actividad como los de resultado
pueden dividirse en instantáneos y permanentes según que la actividad o resultado
determinen la aparición de una situación lesiva al bien jurídico de cierta duración o
no; los primeros, se consumen al instante, sin crearse una situación lesiva duradera
en el tiempo, mientras que los segundos suponen el mantenimiento de una situación
lesiva por voluntad del autor, por lo que el delito se sigue consumando hasta que
abandona la situación (v.gr. Secuestro, desaparición forzada de personas,
reducción a la esclavitud o estado análogo). Cabe resaltar que la situación lesiva
permanente está delimitada por las características del tipo penal en concreto, y no
así por la existencia de un concurso ideal homogéneo o los efectos indirectos del
tipo penal.
En esa línea argumentativa, se establece que el tipo penal de uso de instrumento
falsificado (art. 203 del CP), es un delito de pura actividad e instantáneo, pues éste
se consuma el momento en que el autor hace uso de un documento falso o
adulterado, esto es, con la sola realización de la conducta, razón por la que es
erróneo sostener que se trate de un delito permanente, ya que se confunde la
posibilidad de estar frente a un concurso ideal homogéneo (el documento falso o
adulterado puede ser utilizado sucesivamente) con la conducta típica sancionada
(hacer uso del documento), que como se dijo se agota con la pura actividad y de
manera instantánea.
Un razonamiento contrario, equivaldría a sostener que el homicidio es un delito
permanente por los efectos indirectos que genera la muerte (el cese de la vida de
la víctima se prolonga en el tiempo), extremo absurdo y carente de lógica, pues el
cese de la situación lesiva (la muerte) ya no puede ser removida por el autor, siendo
de amplio conocimiento que el homicidio es un delito de resultado e instantáneo.
En ese entendido, el cómputo de la prescripción del tipo penal de uso de instrumento
falsificado debe efectuarse desde el momento en que se hizo uso del documento
falso o adulterado, o habiendo sido utilizado en varias oportunidades, el cómputo se
realiza desde la última vez que fue empleado. Por lo expuesto, debe modularse la
línea jurisprudencial antes citada, en el entendido de que el uso de instrumento
falsificado es un delito de pura actividad e instantáneo.

III.5. Motivación de las resoluciones


Respecto a la fundamentación de las resoluciones emitidas por las autoridades
jurisdiccionales, la SCP 1471/2012 de 24 de septiembre, asumiendo los
razonamientos de la SC 0758/2010-R de 2 de agosto, señaló lo siguiente: “'La
garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia
de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que
conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una
situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su
decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos,
si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la
decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una
resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las
partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y
procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los
principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier
interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió.
Al contrario, cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la
conclusión a la que se ha arribado, son razonables las dudas del justiciable en
sentido de que los hechos no fueron juzgados conforme a los principios y valores
supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con apego a la justicia, por
lo mismo se le abren los canales que la Ley Fundamental le otorga para que en
búsqueda de la justicia, acuda a este Tribunal como contralor de la misma, a fin de
que dentro del proceso se observen sus derechos y garantías fundamentales, y así
pueda obtener una resolución que ordene la restitución de dichos derechos y
garantías…'.
(…)
En el orden procesal penal, el mandato contenido en el art. 124 del CPP, dispone
que: 'Las sentencias y autos interlocutorios serán fundamentados. Expresarán los
motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a
los medios de prueba.
La fundamentación no podrá ser remplazada por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes'.
'…consecuentemente cuando un juez omite la motivación de una resolución, no sólo
suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma una
decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho
que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal
o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a
tomar la decisión' (SC 0752/2002-R de 25 de junio).
(…)
Ahora bien, la exigencia de que toda resolución sea fundamentada es aplicable en
todas las etapas del proceso, por tanto; cada autoridad que dicte un fallo, deberá
tener en cuenta este extremo, es decir, tanto los jueces a quo o de primera instancia
como los de apelación y casación. Con relación a la obligación de motivación de las
resoluciones en apelación, la SC 0577/2004-R de 15 de abril, determinó que:
'…fundamentar las decisiones, se torna aún más relevante cuando el Juez o
Tribunal debe resolver en apelación la impugnación de las resoluciones
pronunciadas por las autoridades de primera instancia; (…), es imprescindible que
dichas Resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan con claridad las
razones y fundamentos legales que las sustentan y que permitan concluir, que la
determinación sobre la existencia o inexistencia del agravio sufrido fue el resultado
de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo modo que se exige
al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por cuanto, en la
medida en que las resoluciones contengan, los fundamentos de hecho y de derecho,
el demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa; por lo que no
le está permito a un juez o tribunal, reemplazar la fundamentación por la relación de
antecedentes, la mención de los requerimientos de las partes o hacer alusión de
que el Juez de instancia obró conforme a derecho, (…); con mayor razón, si se tiene
en cuenta que el contar con una Resolución debidamente fundamentada y motivada
es un derecho fundamental de la persona y forma parte del debido proceso…'”.

III.6. Análisis del caso concreto

De la evaluación de los antecedentes de la problemática, se evidencia que los


coimputados en fase de incidentes y excepciones interpusieron las excepciones de
extinción de la acción penal por prescripción, duración máxima del proceso y
prejudicialidad, por lo que la Jueza de la causa mediante Resolución 007/2012,
declaró probadas las excepciones de extinción de la acción penal por prescripción
y duración máxima del proceso; e improbada la excepción de prejudicialidad, con el
fundamento que los delitos previstos en los arts. 198, 199 y 203 del CP, prevén seis
años como pena máxima de privación de libertad, por lo que conforme a los arts. 27
inc. 8) y 29 inc. 1) del CPP, procede la extinción de la acción penal por prescripción
en el plazo de ocho años (fs. 23 a 28 vta.); resolución que fue objeto de impugnación
a través de recurso de apelación formulado el 25 de abril de 2012, por Casilda
Márquez Gonzales.
En ese sentido, los Vocales demandados a través del Auto de Vista 364/12,
revocaron en parte la Resolución 007/2012, declarando improbadas la excepción
de extinción de la acción penal por prescripción y duración máxima del proceso y
confirmaron respecto a la prejudicialidad, con el argumento que, respecto al primero,
si bien el art. 29 inc. 1) del CPP, prevé la extinción de la acción penal por
prescripción, que en el caso de autos, las sanciones para los imputados por la
presunta comisión de los delitos de falsedad material, ideológica y uso de
instrumento falsificado, no exceden de seis años, prescribiendo en ocho años; sin
embargo, este plazo es aplicable si no se inicia la acción penal, no debiéndose
confundir la figura de la prescripción con la extinción de la acción penal, por lo que,
al encontrarse instaurada la denuncia y en curso el proceso penal, se interrumpe el
plazo para computar la prescripción. No obstante, este razonamiento es erróneo,
toda vez que no se ajusta a los razonamientos establecidos en el Fundamento
Jurídico II.2.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, que señala
claramente que el régimen procesal penal vigente no establece entre sus causales
de interrupción de la prescripción, el inicio de la acción penal, como erradamente
sostienen las autoridades demandadas, sin considerar que el art. 31 del CPP,
claramente estipula que el término de la acción se interrumpirá únicamente por la
declaratoria de rebeldía del imputado, vulnerando de esta forma el derecho al
debido proceso en su vertiente de debida fundamentación que la Constitución
Política del Estado le reconoce al accionante, conforme lo explicitado en el
Fundamento Jurídico III.5 también del presente fallo.
Con relación a la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso, el
accionante refiere que los Vocales demandados, vulneraron su derecho al debido
proceso, ya que en la Resolución cuestionada sustentan que existiría mora
provocada por los imputados, motivo por el que no procede la mencionada
excepción, sin embargo, dicho argumento carece de motivación pues no
individualiza las actuaciones, momentos o personas que ocasionaron la dilación, ni
manifiestan cómo llegaron a esa convicción. En ese entendido, de la revisión del
Auto de Vista 364/12, pronunciado por las autoridades demandadas, se concluye
que el mismo afirma que los actos dilatorios de los acusados son por demás
manifiestos, a través de excusas, incidentes de nulidad, inasistencia a audiencias,
devolución de notificaciones, entre otros; sin embargo la mencionada resolución no
enuncia estos supuestos actos dilatorios, es decir, no expone los elementos de
prueba que individualizan los actos que habrían originado la mora atribuible al ahora
accionante. Por tal motivo, en este punto también se evidencia la vulneración del
derecho al debido proceso del accionante, pues el Auto de Vista pronunciado es
deficiente en su motivación respecto al extremo señalado.
Por lo expuesto, corresponde conceder la tutela solicitada, por lo que las
autoridades demandadas, deben emitir nuevo fallo reparando todas las lesiones
descritas conforme los fundamentos jurídicos desarrollados en la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, con la aclaración que respecto al cómputo
de la prescripción del delito del uso de instrumento falsificado, las autoridades
demandadas al momento de pronunciar nueva resolución debidamente
fundamentada, deberán observar la modulación de línea desarrollada en el
Fundamento Jurídico III.3 del presente fallo.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber concedido la acción de libertad
interpuesta, obró correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia,
y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión,
resuelve: CONFIRMAR la Resolución 29/2013 de 23 de abril, cursante de fs. 67 a
68 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani

MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga

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