Fundamentación disciplinar
Manuel Fernández Cruz
Universidad de Granada
Un Proyecto Docente no debe estar concebido tan sólo para ser un instrumento
útil en la materia que denomina el perfil de una plaza, sino que debe contener una
verdadera proyección de la acción docente tanto en la Universidad como fuera de ella
porque contiene un auténtico compromiso social público con el conocimiento, con la
educación y con el ejercicio profesional.
Por ello, hay que elaborar un documento útil, una herramienta para organizar el
trabajo intelectual profesional no sólo en una materia y/o una titulación, sino también
en todo el entorno social con el que la Universidad tiene un compromiso ineludible de
liderazgo para la innovación y la mejora.
De una parte, el Proyecto Docente resume la visión personal de la materia, tanto
la concepción teórica cuanto su proyección didáctica. En él cristaliza todo el aprendizaje
sobre la disciplina que se ha realizado en los años previos de enseñanza como docente
(y en los años de estudiante). Supone un proceso acelerado y duro de revisión y
reconceptualización de la materia. Por eso representa la actual visión del ámbito de
investigación y enseñanza de la disciplina. Una visión actualizada que debe ser flexible
y que es provisional. Una visión que no puede asumirse como un conjunto de verdades
incuestionables que se intente imponer a los estudiantes, a los compañeros del
Departamento o del Centro. Se asume que cada profesor universitario está construyendo
y asume una visión personal y que en esa diversidad reside parte de la grandeza y de la
universalidad de la formación universitaria. Se asume, igualmente, que los estudiantes
van a tener que construir su visión personal de la disciplina. El Proyecto Docente, para
ellos, puede ser una herramienta que facilite sus procesos personales de conocimiento,
nunca la verdad incuestionable que tengan que aprender para aprobar la asignatura.
Por otra parte, la propia evolución del docente en los años futuros, hará
modificar, a veces en parte, a veces de manera más amplia, algunas de las opiniones que
se sustentan hoy. Por ello, se defiende una visión de la disciplina desde la perspectiva de
que se cree en ella, pero también desde el convencimiento de que la creencia es
provisional y está abierta a la construcción de nuevo conocimiento.
El problema hoy de construir un Proyecto Docente no reside en reunir
información relevante. Quizás eso fuera necesario hace algunos años, pero la explosión
de experiencias y de conocimiento acumulado y disponible sobre el tema en los últimos
años ha sido tan importante, que el objetivo hoy de un Proyecto Docente debe ser, a
nuestro juicio, seleccionar la información más relevante y apuntar las bases y los
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movimientos de su cuestionamiento que nos llevan a una reconceptualización continua
de cualquier ámbito de conocimiento. Por tanto, selección y crítica en la información
recogida, provisionalidad en las afirmaciones y flexibilidad en la aplicación son las
características que creo que pueden definir un buen Proyecto.
Conocer la disciplina de enseñanza. Conocerla con el ojo del profesor. Revisar
información y fundamentar el conocimiento es la tarea primera a la que debe enfrentarse
el docente que elabora su Proyecto. Ayudar a enfocar esta tarea es el objetivo de esta
breve guía.
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(a) El análisis de contenido que nos permite establecer (o aproximarnos) cuál es el
“corpus” actual de conocimiento de una disciplina.
(b) El análisis histórico que nos permite conocer cómo se ha ido configurando ese
“corpus” a través del tiempo y establecer una agenda previsible de evolución
disciplinar.
(c) El análisis epistemológico orientado a caracterizar la naturaleza de los
conocimientos generados, valorar su “status” actual y ponerlos en relación con
otros conocimientos y otras disciplinas abordando el problema de las fronteras
disciplinares.
Estos análisis están mediados por las distintas representaciones culturales que
individuos y comunidades realizan de la propia disciplina, de tal manera que
entendemos que el conocimiento disciplinar no tiene una presentación única con validez
universal y por tanto, nunca constituye un cuerpo de conocimiento acabado y dotado de
una lógica interna consistente, sino una aproximación provisional a la interpretación de
una parcela de la realidad, limitada, contradictoria y de fronteras difusas.
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se trate (Bourdieu, 2000) constituyendo posiciones científicas, políticas,
económicas y sociales para generar y legitimar ciertas prácticas de intervención
especializada que se ofrecen a la sociedad y que están sostenidas por los
expertos en un área del saber científico. El diseño de un plan de estudios
encuentra su sustento constructivo y punto de partida en el perfil profesional,
entendido éste como el elemento que define en términos generales los
conocimientos, habilidades, actitudes y valores que debe poseer el estudiante al
egresar, para que pueda aplicarlos a la solución de problemas específicos de su
profesión.
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tipos de preguntas en cada ámbito: ¿cuáles son, en este ámbito del saber, las ideas y las
destrezas importantes? y ¿de qué manera quienes generan conocimientos en esta área
incorporan las nuevas ideas y descartan las defectuosas? Esto es, ¿cuáles son las reglas
y los procedimientos de un buen saber académico y de la investigación? Estos
interrogantes pueden compararse con lo que se ha como conocimiento de estructuras
sustantivas y sintácticas, respectivamente. El primero, hace referencia a los hechos,
conceptos y teorías de la disciplina y, el segundo, a los métodos de investigación
utilizados para generar aquél conocimiento.
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3. Métodos de revisión disciplinar
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primera, realizar una valoración del curriculum de sus planes de estudio
analizando “cuánto” se dedica a la “formación sustantiva” (asignaturas que se
refieren al campo teórico, de intervención en la práctica profesional, de
asesoramiento, etc.) y “cuánto” a la “formación sintáctica” (materias que
específicamente aborden cuestiones relacionadas con los procedimientos de
investigación, sean del enfoque que sean). En resumen, valorar, en primer lugar,
¿qué nivel de presencia tiene la formación en investigación? y, después, en la
formación metodológica que se imparte, ¿qué lugar ocupa la investigación?
Una vez realizadas las distintas revisiones seremos capaces de reconocer cuál es
el conjunto de contenidos que con más eficacia, en nuestra materia, representa las ideas
fundamentales y la propia lógica de la disciplina referida tanto a su estructura sustantiva
cuanto a su estructura sintáctica. La selección debe, además, organizarse con la
estructura y jerarquía más pertinente para el nivel de estudios en que va a desarrollarse,
su profundidad y su relevancia. Así, una primera clasificación simple y eficaz de
contenidos puede ser ésta: Contenidos indispensables (aquellos que ineludiblemente
deben estar presentes como parte del corpus imprescindible de una profesión);
Contenidos necesarios (aquellos sin los cuales no es posible el estudio o la aplicación
de los contenidos indispensables); Contenidos complementarios (aquellos que, aún
siendo prescindibles, o sustituibles, enriquecen la formación profesional para actuar en
un contexto determinado).
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Para esta tarea se recomienda cuestionarse:
(a) ¿Qué contenidos son pertinentes para el nivel de grado y cuáles pueden/deben
dejarse para especializaciones o maestrías posteriores, para el tercer ciclo o
para la enseñanza no reglada a través de lo que denominamos proyección
externa de la acción docente?
(c) ¿Con qué frecuencia los problemas propios de la profesión pueden ser
resueltos con el conocimiento y dominio de esos contenidos elegidos?
(d) ¿En qué medida los contenidos elegidos pueden ayudar al estudiante a adquirir
nuevos conocimientos o capacidades más complejas?
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4. Elaboración de un mapa de contenidos de la disciplina
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Aquí insertamos un ejemplo de mapa de contenido curricular.
tendencias y modelos
Agentes e
procesos básicos
conocimiento
instituciones investigación
identidad
modelos
política cultura
evaluación
reflexión
colaboración
profesionalidad docente
formación docente
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Referencias
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