La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dirigida por Libia este
año, terminó su 59 sesión anual en Ginebra, Suiza, el 25 de abril. Las 53 naciones
que son miembros de esta comisión, adoptaron 86 resoluciones, y casi aprueban la
resolución No. L.92 sobre “derechos humanos y orientación sexual”, 1 la cual es la
resolución más inquietante presentada por Brasil y copatrocinada por Canadá y 18
naciones europeas.2
Los países que se opusieron a esta resolución errónea fueron las 15 naciones
árabes que son miembros de esta comisión. El 24 de abril, la comisión tuvo un
debate extenso sobre el anteproyecto de esta resolución. Entonces Paquistán hizo
una moción para “no tomar ninguna acción”, pero fracasó: 22 naciones votaron por
“ninguna acción”, pero 24 votaron para tomar acción. Al día siguiente, que era el
día final de la sesión anual, el debate se reanudó y los representantes de las
naciones árabes trataron de agotar el tiempo agregando enmiendas. Ellos tuvieron
éxito. Mientras el tiempo se agotaba, el presidente Najat Al-Hajjaji (de Libia) hizo
una moción para posponer cualquier debate que se diera, hasta el siguiente año, lo
cual fue aprobado (24 votaron: “Sí”; 17: “No”; 10: se abstuvieron, incluyendo los
Estados Unidos). Adjunto a este informe se encuentra una lista que contiene la
votación de cada nación e información sobre su ley acerca de la edad de
consentimiento sexual.
Los retos que enfrentan las naciones que son miembros de la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, incluyendo los Estados Unidos, son de carácter
político. Cuando la comisión se reanude en marzo de 2004, las naciones miembros
deben abstenerse de aprobar cualquier resolución que sea destructiva para la
familia, la cual es la primera institución fundamental de cada nación, y por lo tanto,
deben oponerse a cualquier intento por consagrar la “orientación sexual” como un
“derecho” humano. Al buscar reconocer la dignidad intrínseca de cada persona, la
comisión no debe sentirse obligada a ratificar conductas que son contrarias a la
naturaleza y que son destructivas para la familia.
En esta resolución, los “derechos” para los homosexuales y las lesbianas están
ilegítimamente, pero directamente, vinculados con los derechos humanos
garantizados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948
(párrafos PP1, PP3), y con otros pactos internacionales de las Naciones Unidas
desde el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 hasta la
Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, los cuales están nombrados en el
párrafo de apertura (párrafo PP1).
La resolución “hace un llamado a todos los Estados a que promuevan y protejan los
derechos humanos de todas las personas sin importar su orientación sexual”
(párrafo OP3), y por lo tanto, está haciendo un llamado a todas las naciones para
que cambien sus leyes nacionales para eliminar cualquier prohibición o restricción
en las actividades sexuales de cualquier persona.
Por décadas se ha hecho evidente un patrón claro en las Naciones Unidas y en sus
conferencias internacionales convocadas para formular políticas sociales para las
naciones; concretamente hablamos sobre una campaña para separar por completo
la actividad sexual del matrimonio, la cual es el pacto para toda la vida entre un
hombre y una mujer. En ninguno de los párrafos de los documentos importantes de
las conferencias internacionales de las Naciones Unidas, en los que se habla sobre
la sexualidad o sobre la salud reproductiva, ni siquiera se hace una referencia al
matrimonio, por lo menos en los últimos 11 años; lo único que se menciona es
prevenir un matrimonio forzado o prematuro. En los documentos de las Naciones
Unidas, los “derechos sexuales” son igualados a los “derechos humanos”,
incluyendo declaraciones que tienen que ver con los adolescentes, las niñas o todos
los niños en general. El siguiente paso es hacer legítima la homosexualidad y el
lesbianismo como “derechos” sexuales y humanos.
Si el sexo anal entre los hombres, y las relaciones sexuales entre las mujeres, son
ratificados como “derechos humanos internacionales”, entonces no pasará mucho
tiempo antes de que la pedofilia se convierta en un “derecho” sexual humano. Las
prohibiciones internacionales en contra de la “discriminación” (es decir, el criterio o
un juicio moral válido), y la ausencia de las referencias en cuanto a la edad para los
“derechos” sexuales, están creando un ambiente legal internacional que tal vez
muy pronto sea permisivo con respecto a la pedofilia. Además, la tendencia
reciente en muchas naciones ha sido reducir la edad de consentimiento sexual,
hasta la temprana edad de 12 años. Y aun más, los tribunales más altos en Canadá
y Estados Unidos han invalidado las existentes leyes provinciales o estatales que
contra la sodomía o las relaciones sexuales entre hombres.
Los Estados Unidos y muchas otras naciones tienen leyes diseñadas para impedir la
pedofilia y combatir el tráfico de niños. Aun así, se trafican de 1 a 4 millones de
niños y mujeres cada año alrededor del mundo: 20,000 hacia los Estados Unidos.
Obviamente estas leyes no se están haciendo cumplir adecuadamente. Si las
relaciones homosexuales se convierten en un “derecho”, los hombres tendrían el
“derecho” de tener relaciones sexuales con niños varones, aun a la temprana edad
de 12 años, y se haría mucho más difícil controlar el tráfico de niños varones.
La ley natural y los efectos de la mala política en las personas, las familias
y las naciones
¿No grita la misma naturaleza en contra de las relaciones entre parejas del mismo
sexo? La manera diferente en que los hombres y las mujeres son creados,
particularmente en cuanto a los aspectos físicos, no deja lugar a duda acerca de
que el hombre y la mujer están diseñados uno para el otro y para la procreación.
Las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer dentro del pacto del
matrimonio son naturales y deben ser una expresión maravillosa de su amor que
los une aun más, y por medio de las cuales ellos podrían procrear hijos que serían
el objetivo y los beneficiarios de su amor mutuo. En tal ambiente familiar
balanceado y seguro, los niños tienen la mejor oportunidad para un desarrollo
saludable, contando con amor y orientación por parte tanto del padre como de la
madre.
Documento adjunto
Notas
“Promotion and Protection of Human Rights: 2003/… Human Rights and Sexual
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