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La Comisión de Derechos Humanos casi declara a la

orientación sexual como un derecho humano


internacional

Por Thomas W. Jacobson

La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dirigida por Libia este
año, terminó su 59 sesión anual en Ginebra, Suiza, el 25 de abril. Las 53 naciones
que son miembros de esta comisión, adoptaron 86 resoluciones, y casi aprueban la
resolución No. L.92 sobre “derechos humanos y orientación sexual”, 1 la cual es la
resolución más inquietante presentada por Brasil y copatrocinada por Canadá y 18
naciones europeas.2

Los miembros de la comisión tal vez no han comprendido totalmente las


implicaciones de esta resolución. Si la “orientación sexual” se convierte en un
“derecho humano internacional”, entonces la homosexualidad y el lesbianismo se
convertirían en “derechos humanos internacionales”, junto con la pedofilia, porque
los documentos internacionales de las Naciones Unidas no ponen límites a los
“derechos” sexuales con respecto a la edad, al sexo o al matrimonio.

Los países que se opusieron a esta resolución errónea fueron las 15 naciones
árabes que son miembros de esta comisión. El 24 de abril, la comisión tuvo un
debate extenso sobre el anteproyecto de esta resolución. Entonces Paquistán hizo
una moción para “no tomar ninguna acción”, pero fracasó: 22 naciones votaron por
“ninguna acción”, pero 24 votaron para tomar acción. Al día siguiente, que era el
día final de la sesión anual, el debate se reanudó y los representantes de las
naciones árabes trataron de agotar el tiempo agregando enmiendas. Ellos tuvieron
éxito. Mientras el tiempo se agotaba, el presidente Najat Al-Hajjaji (de Libia) hizo
una moción para posponer cualquier debate que se diera, hasta el siguiente año, lo
cual fue aprobado (24 votaron: “Sí”; 17: “No”; 10: se abstuvieron, incluyendo los
Estados Unidos). Adjunto a este informe se encuentra una lista que contiene la
votación de cada nación e información sobre su ley acerca de la edad de
consentimiento sexual.

Los retos que enfrentan la comisión y las naciones

Los retos que enfrentan las naciones que son miembros de la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, incluyendo los Estados Unidos, son de carácter
político. Cuando la comisión se reanude en marzo de 2004, las naciones miembros
deben abstenerse de aprobar cualquier resolución que sea destructiva para la
familia, la cual es la primera institución fundamental de cada nación, y por lo tanto,
deben oponerse a cualquier intento por consagrar la “orientación sexual” como un
“derecho” humano. Al buscar reconocer la dignidad intrínseca de cada persona, la
comisión no debe sentirse obligada a ratificar conductas que son contrarias a la
naturaleza y que son destructivas para la familia.

Se proclama a la homosexualidad como un “derecho universal e


inalienable”

La resolución proclama a la “orientación sexual” como un “derecho universal”, como


“el derecho que todos los seres humanos tienen desde su nacimiento”, y como uno
de los “derechos equitativos e inalienables que todos los miembros de la familia
humana tienen” (párrafos PP2, OP2):
La comisión […] enfatiza que los derechos humanos y las libertades
fundamentales son derechos que todos los seres humanos tienen desde su
nacimiento, que la naturaleza universal de estos derechos y libertades es
incuestionable, y que el disfrute de estos derechos y libertades no debe
obstruirse de ninguna manera en base a argumentos acerca de la
orientación sexual (párrafo OP2).

En esta resolución, los “derechos” para los homosexuales y las lesbianas están
ilegítimamente, pero directamente, vinculados con los derechos humanos
garantizados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948
(párrafos PP1, PP3), y con otros pactos internacionales de las Naciones Unidas
desde el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 hasta la
Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, los cuales están nombrados en el
párrafo de apertura (párrafo PP1).

Cualquier distinción = discriminación = violación de los “derechos


humanos”

Los claros y atrevidos objetivos de la resolución de Brasil son: hacer de la


“orientación sexual” un “derecho” humano internacional que equivalga a otros
derechos humanos legítimos, tales como el derecho a la vida o el derecho a la
libertad de expresión; definir la “discriminación” como “cualquier tipo de distinción”
(lo cual pondría en peligro las buenas leyes que hacen distinciones para proteger a
los niños contra conductas como la pedofilia, el incesto, el abuso infantil, y el tráfico
de niños); y hacer que la “discriminación” en contra de aquellas personas que
practican dicha inmoralidad (incluyendo como una discriminación el expresar
oposición contra la conducta homosexual) sea una violación de sus “derechos
humanos” (párrafos PP4, OP1). La frase “sin distinción de ningún tipo” se tomó del
Artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos , y del Artículo 1 de
la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la
Mujer. En el contexto de esta resolución se desea que la frase “sin distinción de
ningún tipo” signifique que cualquier distinción en absoluto, basada en la
orientación sexual de una persona o de sus prácticas sexuales (por ejemplo, el no
contratar o conceder beneficios a la pareja en cohabitación, iguales a los que se les
conceden a los cónyuges de parejas casadas), sea discriminación.

Que los gobiernos nacionales “promuevan y protejan” la homosexualidad

La resolución “hace un llamado a todos los Estados a que promuevan y protejan los
derechos humanos de todas las personas sin importar su orientación sexual”
(párrafo OP3), y por lo tanto, está haciendo un llamado a todas las naciones para
que cambien sus leyes nacionales para eliminar cualquier prohibición o restricción
en las actividades sexuales de cualquier persona.

Investigador internacional para monitorear el cumplimiento en las


naciones

A lo que se llama “violaciones de los derechos humanos en base a argumentos


acerca de la orientación sexual” se le debe tratar por medio de “procedimientos
especiales” (párrafo OP4). La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos tiene dos tipos de “procedimientos especiales”. Uno es
monitorear los países en forma individual, en el cual se nombra a un investigador
especial o experto independiente para que monitoree las violaciones de los
derechos humanos y prepare un informe acerca de las mismas. (En la actualidad
existen 11 naciones que están siendo monitoreadas, incluyendo Afganistán,
Camboya, Irak, además de los territorios palestinos.) El segundo procedimiento son
mandatos temáticos, de los cuales existen 27, con el propósito de monitorear en
particular ciertos tipos de violaciones de los derechos humanos dentro de cualquier
nación y preparar un informe acerca de los mismos. Se nombra a un investigador o
a un grupo de trabajo de hasta cinco expertos para que investiguen violaciones
tales como: la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil (el
investigador es de Uruguay); desapariciones impuestas o involuntarias (los
investigadores son de Perú, Nigeria, Macedonia, Malasia y Canadá); y libertad de
religión o creencia (el investigador es de Túnez).

Si la comisión aprueba esta resolución en el año 2004, entonces un investigador


especial será nombrado y tendrá jurisdicción global para obligar a las naciones a
que cumplan con el punto de vista de la comisión acerca de la “orientación sexual”.
Asimismo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
se verá obligado a tratar asuntos sobre las “violaciones de los derechos humanos
basadas en argumentos acerca de la orientación sexual” (párrafo OP5).

Desconectando a la sexualidad del matrimonio o de la edad

Por décadas se ha hecho evidente un patrón claro en las Naciones Unidas y en sus
conferencias internacionales convocadas para formular políticas sociales para las
naciones; concretamente hablamos sobre una campaña para separar por completo
la actividad sexual del matrimonio, la cual es el pacto para toda la vida entre un
hombre y una mujer. En ninguno de los párrafos de los documentos importantes de
las conferencias internacionales de las Naciones Unidas, en los que se habla sobre
la sexualidad o sobre la salud reproductiva, ni siquiera se hace una referencia al
matrimonio, por lo menos en los últimos 11 años; lo único que se menciona es
prevenir un matrimonio forzado o prematuro. En los documentos de las Naciones
Unidas, los “derechos sexuales” son igualados a los “derechos humanos”,
incluyendo declaraciones que tienen que ver con los adolescentes, las niñas o todos
los niños en general. El siguiente paso es hacer legítima la homosexualidad y el
lesbianismo como “derechos” sexuales y humanos.

Legalizar la homosexualidad llevará a la legalización de la pedofilia y del


tráfico de niños

Si el sexo anal entre los hombres, y las relaciones sexuales entre las mujeres, son
ratificados como “derechos humanos internacionales”, entonces no pasará mucho
tiempo antes de que la pedofilia se convierta en un “derecho” sexual humano. Las
prohibiciones internacionales en contra de la “discriminación” (es decir, el criterio o
un juicio moral válido), y la ausencia de las referencias en cuanto a la edad para los
“derechos” sexuales, están creando un ambiente legal internacional que tal vez
muy pronto sea permisivo con respecto a la pedofilia. Además, la tendencia
reciente en muchas naciones ha sido reducir la edad de consentimiento sexual,
hasta la temprana edad de 12 años. Y aun más, los tribunales más altos en Canadá
y Estados Unidos han invalidado las existentes leyes provinciales o estatales que
contra la sodomía o las relaciones sexuales entre hombres.

Los Estados Unidos y muchas otras naciones tienen leyes diseñadas para impedir la
pedofilia y combatir el tráfico de niños. Aun así, se trafican de 1 a 4 millones de
niños y mujeres cada año alrededor del mundo: 20,000 hacia los Estados Unidos.
Obviamente estas leyes no se están haciendo cumplir adecuadamente. Si las
relaciones homosexuales se convierten en un “derecho”, los hombres tendrían el
“derecho” de tener relaciones sexuales con niños varones, aun a la temprana edad
de 12 años, y se haría mucho más difícil controlar el tráfico de niños varones.
La ley natural y los efectos de la mala política en las personas, las familias
y las naciones

¿No grita la misma naturaleza en contra de las relaciones entre parejas del mismo
sexo? La manera diferente en que los hombres y las mujeres son creados,
particularmente en cuanto a los aspectos físicos, no deja lugar a duda acerca de
que el hombre y la mujer están diseñados uno para el otro y para la procreación.
Las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer dentro del pacto del
matrimonio son naturales y deben ser una expresión maravillosa de su amor que
los une aun más, y por medio de las cuales ellos podrían procrear hijos que serían
el objetivo y los beneficiarios de su amor mutuo. En tal ambiente familiar
balanceado y seguro, los niños tienen la mejor oportunidad para un desarrollo
saludable, contando con amor y orientación por parte tanto del padre como de la
madre.

Dos hombres no pueden procrear un niño, ni tampoco pueden reemplazar al padre


ni a la madre, no importa cuántos ingenieros sociales traten de pretender lo
contrario. Es imposible imaginar seriamente a una sociedad sostenible compuesta
de parejas homosexuales. Dicha sociedad sería totalmente para su propio servicio y
perecería en una sola generación.

A través de la historia, cada nación y cada civilización han tenido la necesidad de


ser establecidas sobre la base de la familia, que es el cimiento de la civilización. La
fortaleza de una nación está directamente relacionada con la fortaleza de sus
familias. Por lo tanto, las políticas que atacan o amenazan a la institución de la
familia van a sacudir a la misma base de la sociedad. Roma cayó después de
generaciones en las que hubo una depravación sexual creciente y una aceptación
abierta de la homosexualidad. ¿Acaso nosotros también nos hemos vuelto tan
insensibles a la corrupción moral que ya no vemos sus efectos destructivos en
nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros hijos y en nuestras naciones? Si
se exalta a la orientación sexual a ser un “derecho”, promovido a través de la
“educación sobre los derechos humanos” (párrafo OP4), y promovido y protegido
por gobiernos civiles (párrafo OP3), entonces los niños alrededor del mundo se
confundirán acerca de su identidad sexual, y el futuro de nuestras familias y de
nuestras naciones estarán en peligro. ¿Apoyará la Comisión de Derechos Humanos
a la familia, o buscará someter al mundo entero al mismo destino de Roma?

Documento adjunto

La tabla adjunta enumera las 53 naciones que son miembros de la Comisión de


Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Asimismo, contiene la siguiente
información:

 votación sobre la resolución acerca de la orientación sexual;


 leyes sobre la edad de consentimiento sexual;
 membresía en la Unión Europea (UE);
 membresía en la Organización de la Conferencia Islámica (OCI); y
 análisis de la votación clasificada en grupos electorales, regiones, y
membresía en la UE o en la OCI.

Notas

“Promotion and Protection of Human Rights: 2003/… Human Rights and Sexual
1

Orientation”, Agenda Item 17, 59va Session, Commission on Human Rights,


Document No. E/CN.4/2003/L.92, 16 de abril de 2003.
2
Las 20 naciones que copatrocinaron la resolución L.92 son: Austria, Bélgica, Brasil,
Canadá, la República Checa*, Dinamarca*, Finlandia*, Francia, Alemania, Grecia*,
Irlanda, Italia*, Liechtenstein, Luxemburgo*, Holanda*, Noruega*, Portugal*,
España*, Suecia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Las 10
naciones marcadas con un “*” no son miembros de la Comisión de Derechos
Humanos, pero como miembros de las Naciones Unidas se les permite participar en
las reuniones, sin tener derecho de voto (ECOSOC Regla 69, párrafo 3).

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