La revolución agrícola en la etapa neolítica, dio lugar a un importante incremento de la población,
donde el esfuerzo por mantener, engendrar, parir y alimentar, recae fundamentalmente en la hembra pasiva. Dándole prestigio a la maternidad y a las funciones que tenía la mujer en esta etapa, como la caza menor, la alimentación que le proporcionaba a los hombres que se iban de caza o el cultivo que hacía en el campo que potenciaba el desarrollo social. Haciendo que el elemento masculino fuera de segundo término. Semi-divinizando a la diosa madre como manifestación viva del poder de la tierra, representando su imagen en recintos conmemorativos, construcción de tumbas, recintos funerarios y en esculturas que resaltaban partes del cuerpo femenino relacionando la mujer con su religión. En esta etapa el término “hogar – madre” se relacionaba con la creación de las aldeas en la forma de un nido colectivo para la crianza, proporcionando espacios seguros de habitabilidad. Es así como el papel que tiene la hembra predomina en la era neolítica, haciendo necesarias sus funciones para la supervivencia .
(figura 1) Salguero.M Lámina de la exposición Evolución en clave de género UNIVERSIDAD DE